Cuba/29 de Noviembre de 2017/Cuba Si
Provenientes de todo el país, se dieron cita coordinadores provinciales y representantes de instituciones y organismos que convergen dentro del proyecto “Por Un Mundo Al Derecho”, iniciativa que supera los 15 años y que se enfoca en la divulgación de la Convención de los Derechos del Niño a lo largo de todo el país.
¿En qué punto se encuentra Cuba con respecto a la protección de los derechos de los más jóvenes? ¿Qué riesgos vulneran a estos grupos etáreos? ¿Cómo asumimos esta sociedad del nuevo siglo a partir de lo que queremos que sean nuestros niños y niñas?, fueron algunas de las interrogantes más recurrentes.
La Representante del programa UNICEF en Cuba, María Machicado, en las palabras de apertura del Simposio, habló de la promoción de una cultura de derechos en los niños y adolescentes, teniendo en cuenta los procesos comunicativos que se generan más allá de los medios de comunicación.
El acceso a los medios se reconfigura con la aparición de nuevos medios alternativos, como el denominado “paquete”, el cual presenta una selección de contenidos atractivos, pero que, en varios casos, ofrecen miradas contrarias y ajenas a nuestra cultura. Se gesta entonces una competición entre el rol de la familia como formadora de valores en sus hijos y la exposición diaria a estos contenidos que generan “antivalores”, explicó.
Algunas de las investigaciones presentadas en el Simposio estudiaron la manera en que la población infanto-juvenil consume los medios de comunicación, arrojando datos detectables en el escenario social, como que el reguetón constituye la música más consumida por los niños y los adolescentes cubanos. Se evidencia además un aumento sostenido del consumo de series de procedencia foránea, fundamentalmente de factura norteamericana. La televisión, alertan, no se parece a lo que quieren los ciudadanos hoy.
De acuerdo con la Dra. Keyla Estévez, investigadora del Centro de Estudios sobre la Juventud, la cada vez más avanzada tecnología trae consigo un escenario de producción y reproducción de desigualdades, debido a que la tenencia o no de dispositivos tecnológicos otorga diferentes tipos de motivaciones. No poder acceder a una zona WiFi, por ejemplo, incide en la mirada y la aceptación en el grupo, tan importante en estas edades. Los adolescentes, plantea entonces, usan la tecnología para conformar su identidad.
Facebook, Twitter y Youtube son las redes sociales preferidas por los jóvenes cubanos. A pesar del retraso con que Internet llega a nuestras familias, durante el año 2016, Cuba fue el país con mayor crecimiento de usuarios en las redes sociales del mundo. Por ello, educar a los niños y adolescentes en el consumo de contenidos online a través de estrategias educativas es, sin dudas hoy, una necesidad acuciante.
Cuba tiene sistemas institucionales creados para enfrentar con mayor rigor el tema de los derechos de los niños y adolescentes. Su efectividad depende de implicar a la escuela y a las familias. Es necesario trabajar en y con la familia desde las primeras edades, teniendo en cuenta que la apertura tecnológica será cada vez mayor.
Al reconocer a los niños y adolescentes como sujetos activos, entendemos lo que significa la participación como derecho. Otorgarles herramientas que les permitan asumir desde una manera crítica contenidos y mensajes les ofrece, a la par, la posibilidad de analizar su realidad para convertirlos en protagonistas de su transformación. Así pues, la presentación en el Simposio de talleres y espacios locales que se realizan en diferentes comunidades son un ejemplo de cómo estos grupos etáreos pueden incidir en el desarrollo de sus entornos directos.
La Coordinadora Nacional del proyecto “Por Un Mundo al Derecho”, Ana Ercilia Audivert, Directora de Comunicación del Ministerio de Justicia, apostó por una comunicación más coherente e integrada, articulando saberes que logren potenciar estos temas en una sociedad que aspiramos próspera y sostenible.
Fuente: http://www.cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/70816-cuba-por-una-cultura-de-derecho-en-ninos-y-adolescentes