Una infografía nos desvela las rutinas diarias de grandes genios de la humanidad

28 Mayo 2017/Fuente:culturainquieta /Autor:Estimulante

¿Alguna vez nos hemos planteado cómo administraban su tiempo, su rutina, energía y sus aficiones los grandes genios universales como Balzac, Navokov, Kant o Le Corbusier?

La posibilidad de que existan fórmulas para abrazar la genialidad o la brillantez creativa es una presunción contradictoria. De alguna forma estas cualidades están asociadas con la libertad y la autenticidad del ser (y quizá también con la disciplina, pero esa es otra historia). Sin embargo, no deja de ser interesante, incluso didáctico, conocer cómo administraban su vida cotidiana figuras de la talla de Milton, Balzac, Voltaire, Le Corbusier, Nabokov, Kafka o Kant.

El flujo individual, es decir nuestro camino de vida, está obviamente asociado con las decisiones que vamos tomando a lo largo de nuestra existencia. Y entre éstas la forma en la que decidimos usar nuestro tiempo, es decir cómo repartimos de manera habitual nuestro tiempo y energía entre los distintos rubros de nuestra vida, representa una decisión determinante para los resultados que obtenemos. Basta recordar el popular adagio que reza «el hábito hace al monje» para dimensionar o reflexionar sobre la importancia de nuestras rutinas cotidianas, las cuáles a fin de cuentas van dando forma a nuestra existencia.

Ahora, si bien, como mencionamos ya, el genio es íntimo amigo de la libertad del ser, utilizar esa libertad para configurar un ritual creativo propio y consistente parece, aunque paradójicamente, una de las mejores maneras de ejercerla. En este sentido, Flaubert advertía: «sé regular y ordenado en tu vida, para que así puedas ser violento y original en tu obra».

Por su parte, Murakami es bien conocido por mantener una estricta rutina, que incluye despertarse a las 4 de la mañana y escribir diariamente durante 9 horas ininterrumpidas:

La repetición en sí se torna un aspecto decisivo; es una forma de hipnotizarte. Yo me hipnotizo a mí mismo para alcanzar un estado mental más profundo. Pero mantener tal repetición durante un período largo –entre 6 y 12 meses– requiere de una gran fortaleza física y mental. Por eso escribir una novela larga es como un entrenamiento de supervivencia. La fortaleza física es tan necesaria como la sensibilidad artística.

A continuación te compartimos un infográfico que ilustra la rutina diaria de 26 genios creativos, entre ellos varios escritores, algunos filósofos, pintores, arquitectos, músicos e incluso un hombre de ciencia (Charles Darwin). Esta memorable pieza creada por el sitio podio.com, además de permitirnos sumergirnos en estimulante data (que al presentarse de forma comparativa se vuelve aún más útil e interesante), también nos sugiere un par de lecciones o recordatorios, mismos que mencionamos:

1) No existen fórmulas para la genialidad, algo que comprobamos al observar que cada una de estas 26 figuras tenía su propia rutina.

2) La constancia o la consistencia como un vehículo fundamental para la labor creativa que aspira a coquetear con la brillantez.

Fuente de la noticia: http://culturainquieta.com/es/inspiring/item/12040-una-infografia-nos-desvela-las-rutinas-diarias-de-grandes-genios-de-la-humanidad.html

Fuente de la imagen:http://culturainquieta.com/images/culturainquieta-infografia.png

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Para educar se necesita de toda la sociedad, dice experto

Por: ABC.com.py

Invitado por Juntos por la Educación, el matemático, físico, filósofo y magíster en investigación y tecnologías educativas, el colombiano Bernardo Toro, ofrecerá hoy una ponencia en la sede de la organización (Mariscal López N° 1750), donde abordará sobre varios temas como la ética del ciudadano; educación, valores y ciudadanía, entre otros.

En conversación con ABC Color, Bernardo Toro explica que los problemas educativos que Paraguay quiere solucionar son los mismos en toda Latinoamérica, porque se ha llegado a la conclusión de que los sistemas implementados no sirven.

“Tengo una anécdota con una adolescente chilena que formó parte de la ‘revolución de los pingüinos’ (serie de movilización de estudiantes secundarios en 2006 para exigir cambios en el sistema educativo de Chile), a la que le pregunté qué es lo que quieren con la educación y ella me dijo que no tienen porqué responder esa pregunta. Me dijo que lo que un país quiere con la educación lo debían resolver los adultos y que lo que sí podía responder es que lo que les están ofreciendo no les sirve para nada”.

Toro señala que esa respuesta fue contundente y explica que los niños y los jóvenes nunca han sido el problema en los sistemas educativos, sino los adultos que tenemos que saber qué es lo que queremos con la educación. “Tenemos que pensar en que los niños y los jóvenes son recién llegados al planeta y todo extraño lo primero que hace es mirar cómo se comportan los otros, pero hoy no ven nada claro. Por eso en las comunidades donde los padres se comportan con sentido los muchachos hacen lo mismo”, indicó.

Bernardo Toro subraya que la escuela no da respuesta a todo.

Sociedad y rutinas

La formación de una persona está conformada por los valores que aprendió de la casa, la calle, de las organizaciones de barrio, de la escuela, del trabajo, de la iglesia, de los movimientos políticos y de los medios de comunicación, añade Toro.

“Los valores se forman en ese universo de rutinas y la escuela es solamente un aspecto de eso, como dicen los africanos: se necesita de toda la aldea para educar a un niño.

El error que estamos cometiendo es que no podemos formar a los niños en la ética, en la democracia y en la productividad solidaria cuando los entornos de las rutinas (que acontecen en la sociedad) no están jugando ese juego, y eso ocurre cuando los intercambios de intereses son excluyentes”, dijo.

Bernardo Toro añade que lo más costoso para un sistema educativo es que un niño no aprenda. “No hay cosa más cara para una sociedad que una persona no aprenda lo que tiene que aprender. Puede provocar importantes daños desde edificios mal hechos o muertes en salas de cirugía. Con un soldado, policía, ejecutivo o contador mal formado tarde o temprano toda la sociedad paga”, refirió.

El papel de las instituciones es educar a un país, pero lo que se debe enseñar lo tiene que definir la propia sociedad, explica Toro. “La escuela no es honrada si la sociedad no es honrada; no valora el conocimiento si la sociedad no lo hace; no puede enseñar la verdad si la sociedad no valora la verdad; no puede enseñar género o respeto a la mujer si la sociedad es machista y morbosa”, dijo.

Vínculos emocionales

Toro añade que la sociedad es un conjunto de espacios donde hay rutinas, en la calle, la casa, etc., y cada una tiene un propósito distinto, por ejemplo en ese conjunto el valor de la rutina de la casa es forjar el vínculo emocional que aparta a los niños de la depresión, las drogas, el suicidio, etc., y este aspecto solo lo puede resolver en la familia y no en otro ámbito. “Cada sociedad decide qué le quiere enseñar a su siguiente generación y ese el desafío de Paraguay, saber qué es lo que quiere para sus ciudadanos. Esto no lo pueden resolver los jóvenes, ni los maestros, tiene que ser un acuerdo de la sociedad”, apuntó.

El experto saca como conclusión que la sociedad o ‘toda aldea’ debe tener conciencia de qué es lo que quiere para su país y dar el ejemplo en sus rutinas de valores diarios para que los que recién llegan (niños y jóvenes) aprendan.

Fuente: http://edu.abc.com.py/es/noticias/para_educar_se_necesita_de_toda_la_sociedad__dice_experto_828

 

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