Asia: La negativa diplomática de Washington radicaliza el programa nuclear norcoreano

Asia / Corea del Norte / 11 de septiembre de 2016 / Por: Juan Chingo. Comité de redacción de Révolution Permanente

Las presiones de Estados Unidos para que Corea del Norte abandone su programa nuclear tensionan la situación regional. Peligro de carrera armamentista nuclear en el sudeste asiático.

El gobierno de Corea del Norte anunció que ha realizado con éxito su quinta prueba nuclear. La información fue divulgada por la prensa estatal de ese país, según la cual, el objetivo era probar la potencia de su nueva cabeza atómica. Por su parte, su homólogo de Corea del Sur considera que se trata del mayor ensayo atómico que haya realizado Pyongyang.

La noticia de la prueba nuclear había sido anticipada por un terremoto de magnitud 5,3 ocurrido en un lugar cercano al sitio de Punggye-ri, donde Corea del Norte ha realizado al menos cuatro pruebas nucleares en la última década (la segunda en lo que va del año). La agencia de noticias Yonhap, de Corea del Sur, informó entonces sobre un «terremoto artificial» y citó a fuentes no identificadas del gobierno surcoreano para quienes el sismo era con «mucha probabilidad» consecuencia de un ensayo nuclear.

Imágenes satelitales mostraban actividad reciente en ese lugar, lo que sugiere que había operaciones de excavación y de mantenimiento en marcha allí. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), que hace seguimiento a la actividad sísmica en todo el planeta, el terremoto detectado en ese lugar fue causado por una explosión. Explicó que el movimiento se sintió en la superficie, mientras que los sismos naturales ocurren bajo tierra. Según otros analistas, el tamaño del temblor sugiere un dispositivo con una capacidad entre 20 y 30 kilotones. De confirmarse, se trataría del arma de mayor capacidad que haya usado Pyongyang.

El peligro de una carrera armamentística nuclear en el sudeste asiático

La insistencia de Washington para que Corea del Norte abandone su tecnología de armas nucleares, haciendo de esta demanda una condición para cualquier compromiso, está radicalizando las cosas. Es que mientras los Estados Unidos se niegan a hablar con Corea del Norte, o llegar a cualquier tipo de acuerdo que no implique la total capitulación de Corea del Norte a las demandas occidentales, los norcoreanos no tienen ningún incentivo para cambiar su comportamiento o frenar su programa de armas nucleares.

Este nuevo ensayo muestra a su vez el fracaso de Washington en lograr sus objetivos en Corea del Norte vía una negociación con China. La peregrina idea de que Pekín lograría la sumisión de Pyongyang (¿a cambio de qué?) no se sostiene en un momento, en que las relaciones de China con los Estados Unidos y sus estados “clientes” geopolíticos en la región como Corea del Sur y Japón están en un punto importante de tensión.

En realidad, no puede descartarse que sectores importantes del establishment político y militar en Washington como en Seúl estén contentos con el actual estancamiento de la situación. Es que el programa nuclear de Corea del Norte significa que tienen un pretexto para mantener los surcoreanos y los japoneses en línea, y seguir adelante con la decisión de Seúl y Washington de colocar los complejos antimisiles Thaad en Corea del Sur, los escudos antimisiles que amenazan objetivamente a Rusia y China. Para Washington una reunificación de Corea que abra la posibilidad de negocios a sus dos principales antagonistas geopolíticos en la península coreana, como es el caso de un gasoducto entre Rusia y Corea del Sur que pase por Corea del Norte es el escenario a evitar a todo costo. Incluido el riesgo cada vez mayor de desatar una carrera armamentística de armas nucleares sin control en Asia Oriental en la cual estaría involucrada China, Japón, Corea del Sur y, posiblemente, incluso Rusia y los EE.UU., y sobre la que – debido a la intransigencia de EE.UU. a hablar con los norcoreanos – no habría ningún límite ni normas acordadas.

Eso sería potencialmente una situación extremadamente peligrosa – mucho más aún que la carrera de armas nucleares entre los EE.UU. y la URSS en los años 1950 y 1960 – precisamente porque hay tantos actores involucrados y no hay reglas claras. Sin embargo, esa parece ser la situación a la que peligrosamente nos estamos encaminando.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/La-negativa-diplomatica-de-Washington-radicaliza-el-programa-nuclear-norcoreano

Comparte este contenido: