Masiva huelga de ferroviarios en Alemania por reclamo salarial

Los conductores de trenes alemanes llamaron hoy a una huelga nacional de varios días para presionar en las negociaciones por mejoras salariales. Pero también podría convertirse en una primera lucha contra la ley de negociación colectiva, con la que se restringió el derecho de huelga de los sindicatos minoritarios.

Claus Weselsky, jefe del Sindicato de Conductores de trenes Alemanes (GDL, según sus siglas en alemán) de la Deutsche Bahn, operador público ferroviario en Alemania, anunció hoy una «primera acción» que afectará hoy desde las 19 horas local (14 hora argentina) el servicio de trenes de carga.

Luego, la medida de fuerza se ampliaría para integrar a los trenes de pasajeros desde las 2 de la mañana del miércoles hasta esa misma hora del viernes, en una «acción sindical global».

El movimiento debería ser seguido de forma masiva pues la moción fue adoptada por un 95% durante una votación realizada por los 37.000 miembros del sindicato.

En el origen de la movilización está el fracaso de las negociaciones salariales sobre la próxima convención colectiva entre la dirección y el sindicato, en especial en lo referente a los aumentos de sueldo.

La Deutsche Bahn, controlada a 100% por el Estado alemán, propuso un alza de 1,5% de los salarios a partir de enero de 2022, y luego de 1,7% desde marzo 2023.

Esa propuesta es considerada insuficiente por el sindicato que exige un aumento salarial del 3,2% y un “bono por coronavirus” único de 600 euros (703 dólares). El aumento consiste en el 1,4% desde 2021 y un alza de 1,8% en 2022.

«Los ferroviarios están hartos de que se los engañe mientras los directivos se llenan los bolsillos de millones», afirmó Claus Weselsky, presidente del sindicato GDL, informó la agencia de noticias AFP. El operador de trenes alemán Deutsche Bahn rechazó las demandas.

Deutsche Bahn dijo que solo alrededor de una cuarta parte de sus trenes de larga distancia funcionarán el miércoles y jueves, con prioridad para las conexiones entre Berlín y ciudades del oeste, así como entre Hamburgo y Frankfurt.

El sindicato GDL realizó ocho huelgas a nivel nacional en 2014 y 2015 para impulsar sus demandas.

¿Porqué es importante la huelga ferroviaria?

El desencadenante de la introducción de la “Ley de negociación colectiva unificada” fue una ola de huelgas en la primavera de 2015. La GDL llevó a cabo una huelga histórica durante más de seis meses. Pero no solo paralizaron el tráfico de trenes en Alemania con sus huelgas durante semanas: los pilotos de la Cockpit Association (VC) y los asistentes de vuelo de la Independent Flight Attendant Organization (UFO) también lucharon contra el deterioro masivo y la disolución de la empresa en Lufthansa.

La huelga de GDL fue particularmente explosiva, ya que paralizó efectivamente el tráfico ferroviario de larga distancia e incluso el transporte de mercancías. El Sindicato de Ferroviarios y del Transporte (EVG, según sus siglas en alemán), en cambio, se distanció de las huelgas del GDL y se orientó hacia la negociación y compromiso con la patronal y el gobierno. La huelga de la GDL había revelado la posición progubernamental del EVG. Pero la burocracia de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB, según sus siglas en alemán) y el Gobierno de gran coalición (GroKo, por sus siglas en alemán) introdujeron la Ley de Unidad de Negociación Colectiva para regular los conflictos de la negociación colectiva.

Como resultado, el EVG, como sindicato mayoritario, adquirió la condición de interlocutor de DB y el GDL tuvo que adaptarse a los acuerdos. La competencia reaccionaria entre las burocracias sindicales y la acción del gobierno condujo a un endurecimiento antiobrero del derecho de huelga.

El objetivo declarado de la ley era poder prohibir en el futuro las huelgas de alto impacto de los pequeños sindicatos profesionales. Aunque la ley no permite directamente la prohibición, desde los años 50 sólo son legales en la República Federal Alemana (RFA) las huelgas en las que un sindicato pretende obtener un convenio colectivo. Asimismo, los tribunales deben considerar que una huelga es «proporcionada».

Muchos juristas parten de la base de que, de acuerdo con la jurisprudencia establecida, las huelgas que se lleven a cabo por un convenio colectivo pero que no sean válidas en virtud de la Ley de Unidad de Negociación Colectiva se considerarán ilegales: Lo más probable es que los tribunales civiles consideren «desproporcionada» la huelga por un convenio colectivo posteriormente inválido. Según la Ley de Unidad de Negociación Colectiva, sólo es válido el convenio colectivo del sindicato con mayor número de afiliados en una empresa.

La lucha por el derecho de huelga

La huelga de la GDL es, por tanto, una lucha de carácter político por el propio derecho de huelga, que está siendo reprimido por las burocracias de la DGB. Si el GDL quiere imponer sus reivindicaciones salariales, debe convocar a toda la plantilla a la huelga, no sólo en las 16 sucursales donde tiene mayoría. Los trabajadores deben poder controlar y dirigir democráticamente su huelga.

Mientras la prensa burguesa, los políticos y los burócratas ejercen una presión extrema sobre los compañeros de la GDL con acusaciones y calumnias, éstos deben poder celebrar sus reuniones de huelga y coordinarse con otros compañeros de los sindicatos de la DGB y de los sindicatos minoritarios. Esto crearía una lucha de facto por la ampliación del derecho de huelga.

Recientemente, los trabajadores de Gorillas (una empresa de alimentos) han impugnado el restrictivo derecho de huelga alemán. Pero los trabajadores ferroviarios tienen una posición mucho más fuerte debido a la centralidad de su trabajo en las cadenas de valor de la industria alemana. Ellos, junto con otros sectores como los Gorillas, podrían luchar efectivamente por una ampliación del derecho de huelga con sus paros.

Fuente: https://rebelion.org/masiva-huelga-de-ferroviarios-en-alemania-por-reclamo-salarial/

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Macron en problemas: cumple 29 días la huelga del transporte en Francia

Europa/ Francia/ 07.01.2020/ Fuente: www.laizquierdadiario.com.ve.

 

Este jueves se cumplieron 29 días de huelga general en el transporte, y parcial en otras ramas de la producción y los servicios. La lucha contra la reforma jubilatoria de Macron ya es la más larga desde 1968.

El presidente francés, Emmanuel Macron, habló por primera vez el 31 de diciembre, tras haber guardado semanas de silencio. En su alocución pidió «encontrar el camino a un compromiso rápido (…) con los sindicatos que lo quieran». Sin embargo esta expresión de deseo presidencial no parece tener correlato con la realidad social en general y del clima que se vive en la calle en particular.

Este jueves, los trabajadores ferroviarios (SNCF) y del sistema de transporte metropolitano de París (RATP), cumplieron 29 días de huelga general contra la reforma de pensiones anunciada por el Gobierno. A esta huelga indeterminada se sumaron en el último mes una serie de huelgas parciales que incluyeron a los docentes, abogados, bomberos, portuarios, de las empresas de electricidad, gas y refinerías, como así también la orquesta y el ballet de la Ópera de París, para nombrar solo a algunos.

La huelga y las protestas intersectoriales, que comenzaron el 5 de diciembre, ya superaron este jueves a la huelga ferroviaria que paralizó la compañía estatal SNCF en 1986-1987, durante 28 días, y se convirtió en la más importante desde 1968.

En este mes se realizaron al menos tres movilizaciones multitudinarias de las cuales dos llegaron a reunir a más de 1.500.000 personas en todo el país, y en donde los estudiantes y los chalecos amarillos se sumaron a los huelguistas en las calles.

El Gobierno, los empresarios y los sindicatos más conciliadores habían intentado establecer una «tregua de Navidad», que no solo no les resultó sino que generó una suerte de rebelión en las bases de los sindicatos como UNSA (con peso en ferroviarios y transporte metropolitano) por la que los trabajadores desoyeron a las direcciones y salieron a las calles, en una manifestación conjunta y mediante la organización de asambleas de coordinación entre los trabajadores de la SNCF y el RATP.

Esto obligó a los sindicatos menos conciliadores, como la CGT, que no había aceptado la tregua pero sigue apostando a llevar la lucha al callejón sin salida de las negociaciones con el Gobierno, a tener que dar cuenta de la situación en las bases llamando a una marcha para el 9 de enero (después de una ronda de negociaciones el 7).

Philippe Martínez, el dirigente de la CGT, se vio empujado por su base a llamar para manifestarse dos sábados seguidos: 28 de diciembre y 4 de enero. Asimismo, llamó a «todos los franceses a la huelga», y los sectores de las refinerías y depósitos de combustibles que responden a la CGT ya llamaron a la huelga entre el 7 y el 10 de enero.

El endurecimiento de la huelga en las refinerías, en su conjunto, como ya pasó en 2016, podría permitir romper con el aislamiento de los huelguistas del RATP y el SNCF, y darle al movimiento la posibilidad de un nuevo salto .

Este discurso más combativo de Martinez, no quita que se mantenga en la mesa negociaciones con el Gobierno. Sin embargo la experiencia de los 18 meses de negociaciones previas al movimiento de huelga, e incluso las reuniones que se mantuvieron desde que comenzaron las protestas el 5 de diciembre, muestran que la posibilidad de que el Gobierno retire (o incluso modifique sustancialmente) la reforma de jubilaciones mediante el diálogo, son nulas.

El intento del Gobierno de tratar de desactivar la huelga prometiendo a algunos de los sectores una «clausula del abuelo», por la que la reforma solo se aplicaría a los nuevos empleados pero no a los que están en actividad, fueron un fracaso. La solidaridad pudo más y desde los ferroviarios, trabajadores del transporte hasta las bailarinas del ballet, decidieron seguir en huelga no solo por la defensa de sus pensiones, sino también por las de las generaciones futuras.

Tampoco pudo el Gobierno quebrar la huelga por el hambre, teniendo en cuenta que los huelguistas están sin cobrar sus salarios. Por el contrario el fondo de huelga organizado por los huelguistas fue todo un éxito y en pocas semanas llegó a juntar un millón de euros, considerando solo lo recaudado por la CGT.

La próxima «batalla» será el inicio del año escolar, que ya se perfila como la segunda ronda de la lucha contra la reforma de las pensiones. Es la posibilidad de golpear finalmente a Macron, si a los huelguistas del RATP y el SNCF se suman los docentes de todo el país e impiden la vuelta a clases. A esto se suma la acción convocada para el martes 4, la nueva jornada de marcha nacional para el 9 de enero y la posibilidad de que otros sectores se plieguen a la convocatoria de huelga.

Fuente de la noticia: http://www.laizquierdadiario.com.ve/Macron-en-problemas-cumple-29-dias-la-huelga-del-transporte-en-Francia

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