Page 19 of 22
1 17 18 19 20 21 22

Costa Rica: Universidades públicas defienden su aporte a la educación del país

Costa Rica/29 junio 2017/Fuente: tecT

El Consejo Nacional de Rectores (Conare) se pronunció en contra de un estudio dado a conocer el mes anterior por la Academia de Centroamérica.

El estudio titulado “¿Qué produce y cuánto cuesta la educación universitaria estatal en Costa Rica?”, concluía que la educación universitaria pública del país enfrenta ocho debilidades, entre las cuales destacó que la inversión financiera ha crecido más rápido que la matrícula y el número de diplomas.

Para explicar su posición, Conare realizó una mesa redonda, donde participaron representantes del Estado de la Nación, de las universidades públicas y de la Académica de Centroamérica.

El análisis realizado «tiene problemas serios, porque parte de las premisas están erradas y por lo tanto construyen información errada», afirmó Gabriela Arguedas, investigadora de la Universidad de Costa Rica y una de las panelistas.

Como uno de los puntos principales, los especialistas de Conare, señalaron que la metodología utilizada no era la correcta, pues utilizaron la Encuesta Nacional de Hogares de 2016, con el agravante de que este instrumento no ha sido diseñado para hacer estimaciones de matricula y otras variables de educación superior. 

“En la Academia de Centroamérica pudieron utilizar los datos correctos que se encuentran en las páginas de cada universidad y en línea en la página de Conare, pero prefirieron presentar datos más robustos. Así por ejemplo, el indicador que presentan sobre el costo por estudiantes es una información errada, porque parten de una premisa errada”, dijo Arguedas.

Asimismo, el informe de la Academia plantea que existe inequidad en el acceso a estos centro de enseñanza, donde más de la mitad de estudiantes proviene de hogares con mayores ingresos.

Sin embargo, el Informe Ejecutivo de seguimiento y monitoreo al PLANES 2011-2015, OPES-CONARE, revela que el porcentaje de estudiantes de primer ingreso matriculados en las universidades estatales para los años 2010-2015 representa un 50% para las sedes centrales y 50% para sedes regionales. Tal y como se puede apreciar en el siguiente gráfico:

Durante el debate también se evidenció que los profesores de las universidades públicas no solo se dedican a la docencia sino a la investigación y a la creación de conocimientos.

“Las universidades de investigación aportan al país mucho más que la cantidad de graduados anuales. A esta se suma el quehacer por ejemplo, del Instituto Clodomiro Picado de la UCR que tiene impacto a nivel global con su investigación y producción de suero antiofídico, o que exista capacidad científica para determinar que el arroz y los frijoles que consumimos todos están contaminados con micotoxinas que causan cáncer”, señaló Arguedas.

Colegios de procedencia  

Una variable importante de tomar en cuenta para evaluar la equidad del acceso a la educación superior, es el colegio de procedencia de los estudiantes que ingresan a las universidades estatales que aplican examen de admisión.

Para el 2016, un 83% de estudiantes nuevos en las universidades públicas con prueba de admisión son procedentes de colegios públicos; sin embargo, el informe plantea que la mayoría de quienes ingresaron a las universidades públicas son de hogares con altos ingresos.

«Los datos no permiten hacer comparaciones»

De acuerdo con Miguel Loría, investigador del estudio, no se trata de que el estudio esté incorrecto, sino que los datos utilizados durante la investigación,  al no estar estandarizados, no permiten ser comparados.

“Nosotros tomamos datos disponibles, nosotros no calculamos los datos. Fuimos claros en que tomamos lo que hay. El problema no está en el estudio como tal sino en la forma que se preparan estos datos y no permiten comparaciones generales porque cada universidad hace indicadores de manera diferente”, indicó.

En la mesa redonda, participaron representantes del Estado de la Nación, de las universidades públicas y de la Académica de Centroamérica. (Foto: Irina Grajales / OCM).

Durante el debate también se evidenció que los profesores de las universidades públicas no solo se dedican a la docencia sino a la investigación y a la creación de conocimientos. (Foto: Irina Grajales / OCM).

Para el 2016, un 83% de estudiantes nuevos en las universidades públicas con prueba de admisión son procedentes de colegios públicos; sin embargo, el informe plantea que la mayoría de quienes ingresaron a las universidades públicas son de hogares con altos ingresos. (Foto: Irina Grajales / OCM).

Conare insistió en que los datos con incorrectos e inexactos. (Foto: Irina Grajales / OCM).

En la mesa redonda, participaron representantes del Estado de la Nación, de las universidades públicas y de la Académica de Centroamérica. (Foto: Irina Grajales / OCM).

Fuente: https://www.tec.ac.cr/hoyeneltec/2017/06/26/universidades-publicas-defienden-su-aporte-educacion-pais

Comparte este contenido:

Desfinanciamiento de universidades públicas.

Por: Ignacio Mantilla.

Por estos días, cuando se habla de las dificultades económicas por las que atraviesan las universidades públicas y cuando se debate sobre las aparentes fortalezas y conveniencias de programas como “Ser pilo paga” y otras iniciativas de créditos para adelantar estudios universitarios, y en general, cuando se defiende el subsidio a la demanda con preferencia al financiamiento de la oferta de las universidades públicas, aparece el falso argumento de la ineficiencia de las universidades públicas como causa de su desfinanciamiento.

Es mi obligación, por lo tanto, pronunciarme sobre este tema y muy especialmente, hacer énfasis sobre algunas de las verdaderas causas del problema financiero de las universidades del Sistema Universitario Estatal.

Desde la aprobación de ley 30 de 1992, actualmente vigente, las universidades públicas han aumentado su cobertura. En efecto, en 1993 teníamos unos 160.000 estudiantes de pregrado matriculados en las universidades públicas del país y actualmente hay cerca de 560.000. Hasta hace 25 años no había sino un par de programas de doctorado en el país, desarrollados en la Universidad Nacional. Actualmente hay cerca de 4000 estudiantes de doctorado y 1700 de especialidades médicas. En 2003 ya se contaban 19.652 estudiantes de posgrado en las universidades públicas, cifra que hoy se ha duplicado.

Estos números revisten especial importancia por cuanto el costo de la formación en posgrado, especialmente en programas de maestrías de investigación y doctorados, es considerablemente superior al costo de la formación en pregrado. En la Universidad Nacional, por ejemplo, los estudiantes de posgrado constituyen el 18 % de la población estudiantil actual y su costo semestral promedio es de 3 veces el de un estudiante de pregrado.

El decreto 1279 de 2003 estableció un régimen salarial para los profesores universitarios de las universidades públicas que incluyó factores nuevos tales como la productividad académica y los títulos universitarios, que tienen un peso especial en la remuneración. El impacto de este decreto ha mejorado los indicadores nacionales de investigación, pero ha implicado un incremento anual real adicional cercano al 3% en los salarios de los profesores, que las universidades públicas han cubierto con sus recursos propios.

Normas y sentencias en aspectos salariales, con posterioridad a la vigencia de la ley 30 de 1992, han contribuido al desequilibrio presupuestal de las universidades. (Ver documento del Sistema Universitario Estatal: “Desfinanciamiento de la educación superior en Colombia”). Así mismo, incrementos salariales por encima del IPC no han sido siempre garantizados por los gobiernos en los presupuestos de las universidades, teniendo éstas que cubrir con recursos propios las diferencias que se acumulan y crecen anualmente, por cuanto afectan también los aportes parafiscales. Su efecto se estima hoy en unos $300 000 millones.

La apuesta por mejorar y aumentar la formación de estudiantes de doctorado y maestría ha implicado, como es apenas natural, una transformación de una planta docente que para el año de expedición de la ley 30 estaba constituida  en su mayoría, por docentes que sólo tenían un título de pregrado. A manera de ejemplo, en la actualidad, en la Universidad Nacional de Colombia 1459  de sus 3008 profesores tienen formación doctoral y 1271 tienen un título de maestría de investigación o de especialidad en alguna rama de la medicina. Esta alta cualificación docente ha demandado importantes recursos adicionales por el reconocimiento de títulos y publicaciones, pero también ha demandado esfuerzos económicos adicionales para el cubrimiento de comisiones de estudio que han permitido alcanzar estas cifras.

Las universidades públicas cuentan hoy con cerca de 2500 grupos de investigación, el 50 % del total del país, que requieren infraestructura, apoyo tecnológico, de cómputo, de comunicaciones, pero muy especialmente de equipos de laboratorios y de técnicos y operarios adicionales.

La misión social, que adicionalmente cumplen las universidades públicas para formar una población estudiantil vulnerable, obliga la implementación de programas de bienestar ambiciosos que garanticen la permanencia y faciliten el buen desempeño académico, con evidentes costos adicionales.

Los anteriores aspectos, entre otros, han producido unos costos de funcionamiento que crecen anualmente a una tasa real de 4 puntos por encima de los aportes que establece la Ley 30 de 1992 para tal fin.

Los esfuerzos adelantados por las universidades públicas por ofrecer educación y realizar investigación de alta calidad, mayor cobertura, alta cualificación docente y mejores condiciones de bienestar para sus estudiantes, así como el cumplimiento responsable de la ley y decretos reglamentarios atendidos con recursos propios, son las verdaderas causas de su desfinanciación.

Es irracional, entonces, que a pesar de mostrar contundentes resultados la política educativa se incline ahora a financiar la demanda de la educación superior en contra del apoyo financiero indispensable para las universidades públicas.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/por-que-impugnar-una-ley-que-beneficia-la-educacion-superior-columna-694629

Imagen: http://www.elespectador.com/sites/default/files/ef3e72fe1189b2ad147831189b92f55b.jpg

Comparte este contenido:

Persiste en Costa Rica desigualdad en acceso a educación superior

Centro América/Costa Rica/27 Mayo 2017/Fuente: Prensa Latina 

Los estudiantes de los hogares con ingresos más altos tienen cuatro veces más posibilidades de acceder a las universidades estatales en Costa Rica que los de estratos más pobres, revela hoy un estudio de la Academia de Centroamérica.
‘Lo anterior significa que en el último quinquenio (2012-2016) la equidad en el ingreso no mejoró, aún cuando las universidades recibieron recursos cada vez mayores’, indica el estudio, divulgado aquí por el informativo digital laprensalibre.cr.

Para los expertos de la Academia Centroamérica el que se este logrando el objetivo de las universidades públicas nacionales de un mayor acceso a las personas de hogares en condición de pobreza o pobreza extrema radica en que los educandos procedentes de esos estratos tienen menos probabilidades de concluir la secundaria y el bachillerato.

En la nación centroamericana completar la secundaria y el bachillerato es un requisito para realizar el examen de admisión a las estatales Universidad de Costa Rica, Universidad Nacional, Tecnológico de Costa Rica y la Universidad Técnica Nacional, salvo a la Universidad Estatal a Distancia, señala el estudio.

Pero, agrega, esto constituye un difícil obstáculo a vencer para los estudiantes de hogares pobres por razones de deserción y repetición.

A ello se une además la preparación deficiente con la cual llegan esos educandos a la secundaria, incluso, la calidad de la enseñanza en esa etapa ha sido planteada por algunas universidades estatales como un factor que incide en el tiempo de graduación y en la capacidad de las instituciones para atender una mayor demanda educativa.

El estudio apunta que otros especialistas mencionan que el rendimiento de los estudiantes se relaciona con variables como género, autoconfianza en sus capacidades, estructura familiar, origen socioeconómico y cultural del hogar, el centro educativo al que asiste, motivación, certificación y proporción de alumnos por profesor.

Por ello, la Academia de Centroamérica concluye que ‘el fracaso en la educación secundaria es un factor determinante, el cual debe analizarse a lo largo de la cadena de producción en la educación, considerando entre otros aspectos la probabilidad de que un estudiante complete los diferentes ciclos académicos’.

Basado en la Encuesta Nacional de Hogares de 2016 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), un 30,6 por ciento de los estudiantes de las universidades estatales pertenecen a hogares del quintil 5 (mayores ingresos), porcentaje que se eleva a 57,8 cuando se incluyen a los educandos del quintil 4.

En la acera contraria, solo un 7,2 por ciento de las personas de los hogares en extrema pobreza (quintil 1) asisten a universidades públicas, porcentaje que avanza hasta 22,6 cuando se añaden los procedentes del quintil 2 (pobres), refiere la encuesta del INEC.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=88644&SEO=persiste-en-costa-rica-desigualdad-en-acceso-a-educacion-superior
Comparte este contenido:

España: Las universidades empiezan a implantar controles de asistencia para evitar que los profesores falten a clase

Europa/España/6 Mayo 2017/Fuente: El mundo

«Es raro el año en que no te encuentras a un profesor pasota. De esos que te dicen que hoy no pueden ir a clase porque tienen un acto o algo relacionado con su investigación. Cuando esto pasa, él y los alumnos acabamos firmando y nos vamos». Son palabras de Víctor, estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), justo antes de aclarar que «son pocos, siempre los mismos» docentes los que «trampean» la asistencia para priorizar otras actividades sobre sus obligaciones con la enseñanza.

Ante estas situaciones «puntuales», reconoce que una hoja de firmas «no parece un método demasiado efectivo» para vigilar la presencia de esos profesores en las aulas. Esta experiencia es el reflejo de una realidad existente en gran parte de España. La mayoría de las universidades públicas carece de sistemas objetivos de control horario que midan con precisión la entrada y salida de quienes imparten clase.

Desde el año 2003, el Tribunal de Cuentas ha reiterado en varias ocasiones la necesidad de sustituir los procedimientos actuales, basados, sobre todo, en la rúbrica en un papel, por otros más avanzados, que permitan escrutar el absentismo docente con exactitud y evitar excesos de confianza como los denunciados por algunos universitarios. «A veces, algunos profesores se aprovechan del colegueo con los alumnos, porque saben que muchos no se van a quejar de que ese día se marchen», dice María, también estudiante de Ciencias Políticas en la facultad de Somosaguas.

Una ‘bula’ para catedráticos

En un informe de fiscalización realizado a las universidades en 2012, el mencionado tribunal, responsable de inspeccionar las cuentas y de la gestión económica del Estado, ponía de manifiesto la existencia del problema. Según el documento, «el sistema de control de presencia y del cumplimiento del horario fijado por la práctica generalidad de universidades públicas para el Personal Docente e Investigador (PDI) consiste en un mero control de firmas, o similar, para la docencia».

El estudio argumentaba que esta situación impide «un exacto cumplimiento de la normativa aplicable». En ella, se exige diferenciar, «en cómputo mensual, entre la jornada reglamentaria de trabajo y la efectivamente realizada», en aquellos casos en los que no se justifican las ausencias y que comportan una «deducción proporcional de retribuciones».

El órgano fiscalizador subraya, además, que la realidad es similar a la que ya él mismo percibió en 2003. El hecho de que las universidades no dispongan «de un servicio de inspección de personal docente, órgano de supervisión y de disciplina académica» provoca, según explica en el texto, «que se debilite todo el sistema disciplinario» contemplado en el régimen del profesorado.

A juicio del presidente del Consejo Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Ángel Tristán, si estas consignas «ya se están aplicando al Personal de Administración y Servicios, ¿por qué no se aplican a los profesores?«. Aunque dice ser consciente de que, en España, la mayoría de los profesores «son cumplidores y trabajadores vocacionales», no duda en afirmar que ha encontrado varios casos que ponen de manifiesto el problema: «Yo mismo he estado presente en el despacho de un decano al que se presentaron veintitantos alumnos de informática quejándose de que su profesor no había fichado».

Al respecto, el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Rafael van Grieken, comenta que «esa falta de rigor por parte de un profesional que, teóricamente, tiene que ir a dar una clase y que durante un cierto tiempo no iba y no pasaba nada, o mandaba al becario, cada día es menos frecuente«. Para él, esta práctica que «antes era como una especie de bula para los grandes catedráticos, algo que se podía hacer aunque no estuviera escrito en ningún lado», es hoy algo anecdótico.

Un sistema digital para ‘fichar’

No obstante, tal como asevera Tristán, en este país no hay datos fidedignos acerca del comportamiento del profesorado. «En el ámbito universitario no se puede hablar de oídas. La eficiencia sólo se puede conseguir con un sistema inteligente que aporte las mayores variables posibles», comenta.

En ese sentido, una de las pocas entidades de enseñanza superior que, a día de hoy, cuenta con un procedimiento de medición precisa es la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Desde hace cinco años, un sistema de control de asistencia digital registra con exactitud cada entrada y salida de sus docentes. Su rector, Javier Ramos, explica que, si bien es cierto que «la mayor parte de las universidades han implementado métricas, muchas de ellas subjetivas, para valorar la calidad del profesorado, esta universidad ha ido más allá con medidas objetivas».

El sistema tiene una base de datos que permite notificar al profesor si ha tenido alguna falta para que justifique su ausencia. Ramos deja claro que el absentismo de los profesores «es un problema residual». Sin embargo, añade, los registros confirman que «se ha mejorado en la puntualidad» desde que cambiaron el procedimiento de vigilancia. Javier Pérez, quien fue director de Comunicación de la URJC cuando se implantó este sistema digital, afirma que la decisión se debió a una combinación de varios factores: «Quejas de estudiantes, una renovación tecnológica y el hecho de que, si al personal se le somete a estos controles, es razonable que se haga igual con el profesorado».

De esta forma, dice un alumno de la UCM que prefiere mantener el anonimato, «se evitarían malos hábitos, como la costumbre que algunos profesores tienen de llegar siempre con 15 o 20 minutos de retraso, o que se escapen antes de la hora». Aun con todo, desde 2005, su universidad complementa el sistema de firmas usual con un informe de seguimiento de la actividad docente. Por medio de un muestreo de alumnos seleccionados aleatoriamente dentro de cada centro, éstos responden a distintas preguntas sobre un día lectivo elegido al azar. Después, los datos pasan a la Inspección de Servicios del centro académico para elaborar un barómetro del curso.

A diferencia de la universidad madrileña, en la ULPGC han optado por un sistema eficiente «muy similar» al de la Universidad Rey Juan Carlos, según explica Ángel Tristán. Existen varios sistemas, pero el presidente del Consejo Social destaca dos. Por un lado, la Facultad de Veterinaria cuenta con un panel «parecido al de un aeropuerto» que informa sobre la hora, el aula, grupo de alumno, asignatura y profesor. Por otro, la Facultad de Informática dispone de un sistema de firmas digitales en un pequeño monitor, «diseñado por un becario», cuyo éxito ha acabado por extender el modelo a otros centros como Empresariales y Derecho.

«A veces me dicen que hay temas más importantes que esto. El más relevante es la suma de todos los factores juntos, y el control horario es uno de ellos», apostilla Tristán. Para él, «no es cuestión de si el problema es pequeño o no, sino de saber que se está aplicando la Ley Orgánica de Universidades tantos años después de su aprobación [en 2001], y de que ese servicio de control interno no dependa del gerente o del rector«.

La docencia no tiene ‘premio’

Expertos en educación y representantes de estudiantes coinciden en que una de las razones principales del absentismo entre quienes imparten clase está relacionada con el desequilibrio de incentivos que éstos tienen en su labor como investigadores y como docentes. El profesorado universitario es evaluado mediante procedimientos periódicos en los que se valora su rendimiento. En el caso de su trabajo como investigador, se realiza por periodos de seis años (sexenios), y en el de su rol de docente, por periodos de cinco (quinquenios). De esta forma, una valoración positiva se traduce en un complemento incentivador.

Sin embargo, estas retribuciones están descompensadas. El director de la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria, Francisco Michavila, asegura que «existe una dualidad entre la docencia y la investigación porque, mientras los sexenios suponen un premio con prestigio y con impacto económico, la enseñanza no se valora«. En esta misma línea, el vicepresidente del Consejo de Estudiantes Universitario del Estado (Ceune), Juan Antonio Montero, explica que «el problema con los quinquenios es que en la última modificación estatal que se hizo en Educación, la docencia perdió aún más valor».

Por eso, añade que «muchos profesores prefieren compatibilizar los créditos ECTS que están obligados a impartir [las unidades para medir el tiempo total de trabajo del alumno] con otras ocupaciones, y priorizar la investigación a la docencia». Montero califica esta situación como «un problema», porque «al final, todo esto se traduce en absentismo».

El presidente de la Federación de Asociaciones de Estudiantes Progresistas (Faest), Alejandro Delgado, opina que «existe una trampa muy grande, porque los profesores se ven obligados a publicar para impulsar su carrera como docentes, mientras que, al contrario, no pasa igual». Esta ambigüedad supone, denuncian, una causa flagrante de incumplimiento en las aulas. Por ello, según Tristán, «no hay nada de malo en que exista una radiografía de los horarios en las facultades. La política universitaria debe sustentarse en la ciencia, y no en la apariencia o en el rumor».

Fuente: http://www.elmundo.es/f5/campus/2017/05/03/5908ba03ca4741c0598b4603.html

Comparte este contenido:

Argentina: En universidades públicas, la educación a distancia no arranca

Argentina/24 abril 2017/Fuente: La Voz

Apenas el 4,4% de las carreras puede cursarse de ese modo. Son ocho disciplinas de la Universidad de Río Cuarto y del ex-IUA. La UNC no acreditó ninguna. En las privadas, la oferta “on line” supera el 50%. Tan buena o tan mala como la presencialSe necesita apoyo político y presupuestario

Las diferencias son notables. Mientras que la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la más antigua y una de las más grandes del país, no ofrece –todavía– carreras de grado que puedan cursarse completamente “a distancia”, la publicidad con que se presentan algunas casas de estudios privadas casi siempre menciona, en primer lugar, la oferta académica con esa modalidad.

La metodología “a distancia” implica, en su aspecto más básico, la posibilidad de que un estudiante pueda obtener a través de internet todo lo necesario para formarse sin concurrir físicamente a una facultad. Esto incluye, por lo general, los videos de las clases de los profesores, el material de estudio y la disponibilidad de consultas o tutorías on line con los propios docentes, a través de chat o de videollamada.

De las 182 carreras de grado que ofrecen las cinco universidades públicas nacionales con sedes en esta provincia (UNC, Río Cuarto, Villa María, UTN y el ex Instituto Universitario Aeronáutico –ahora Centro Regional Universitario Córdoba, de la Universidad de la Defensa Nacional–), sólo ocho disciplinas pueden completarse con la modalidad a distancia. Es el 4,4 por ciento del total.

Cinco de ellas son del ex-IUA: Contador Público, Ingeniería de Sistemas y las licenciaturas en Administración, en Recursos Humanos y en Logística. Y las tres restantes, de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNRC: Contador Público y las licenciaturas en Administración y en Economía.

En cambio, de las 75 carreras de grado que ofrecen las tres universidades privadas con asiento en Córdoba (Católica de Córdoba, Blas Pascal y Siglo 21), el 53 por ciento, es decir, 40 disciplinas, pueden cursarse completamente por internet.

En este sentido, Aída Manitta, secretaria de Pedagogía Universitaria de la Católica, reconoció la necesidad de avanzar en propuestas de este tipo. Y aseguró que se está trabajando para desarrollar iniciativas que articulen las modalidades presencial y en línea.

¿A qué se debe esta diferencia?

Cecilia Cravero, responsable del Campus Virtual que albergará todos los contenidos virtuales de la UNC, dijo que “en la última década no se han destinado los recursos ni los esfuerzos necesarios para montar una oferta importante de educación a distancia”.

En las 15 facultades de la UNC sólo se ofrece el cursado a distancia de algunas asignaturas, de cursos, seminarios, especializaciones o, en el mejor de los casos, de algunos tramos de carreras, por ejemplo en Ciencias Económicas, Derecho, Ciencias Exactas y Ciencias Agropecuarias, que son las más avanzadas. Con matices, el panorama es similar en la UNVM y en la UTN.

No hay comparación con lo que ocurre en el ámbito privado.

“No se avanzó en ese sentido. La UNC tiene una jerarquía, una historia y un prestigio académico que se deben respetar en cada paso que se da”, agregó Cravero. Y señaló: “Cada avance en materia de educación a distancia tiene que ofrecer las garantías de calidad y la certificación de los organismos que velan por esa calidad”. Por ese motivo, explicó, en el Campus Virtual de la UNC avanzan “de a poco en la modalidad a distancia”. Con cursos breves, no con carreras completas.

Además, dijo que la demora también obedece a que la adecuación a la modalidad implica que los docentes tienen que cambiar sus cursos, sus metodologías y hasta su carga horaria.

Para el rector de la UNVM, Luis Negretti, hay una decisión de avanzar en ese sentido, pero también están demorados. “Ya tenemos aprobada la Licenciatura en Pedagogía Social con esa modalidad, pero será implementada el año que viene”, dijo Negretti.

Además, están trabajando en una especialidad en entornos virtuales, como una carrera de posgrado, que todavía no tiene aprobación.

ANÁLISIS. Se necesita apoyo político y presupuestario

“El sistema a distancia es, en ocasiones, hasta más inclusivo que el presencial, porque, por ejemplo, permite hacer estudios superiores a padres y madres de familia que no pueden dejar sus casas para ir a la facultad, y para trabajadores que tienen poco tiempo para el cursado”, sostuvo.

Para Guadalupe Boado, que cursa la Licenciatura en Gestión Ambiental a distancia en la Universidad Blas Pascal, la mayor ventaja es la de poder estudiar en su casa. “Fue difícil encontrar una carrera que pudiera combinar con mis tareas profesionales y mi rol de madre”, cuenta.

Como contrapartida, para el sistema a distancia se necesitan equipamiento en infraestructura física, tecnológica y humana, y la capacitación docente permanente. Esas son las dificultades.

Fuente:http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/en-universidades-publicas-la-educacion-distancia-no-arranca

Comparte este contenido:

“Colombia necesita nuevas universidades públicas de calidad»: Carlos Caicedo

Colombia/20 abril 2017/Fuente: El Espectador

El ex alcalde de Santa Marta expresó su preocupación por los miles de Jóvenes que no logran accedes a la educación superior.

El programa ser pilo paga surgió en 2014 con el fin de beneficiar a los jóvenes de estratos 1 y 2 del Sisben. Anualmente han sido favorecidos alrededor de 40.0000 estudiantes que han ingresado universidades públicas y privadas con la garantía de que el gobierno cubrirá la totalidad de la matrícula. Desde el primer año de la implementación del programa Ser Pilo Paga, varias han sido las críticas que estudiantes y expertos han hecho a la iniciativa.

Por cada estudiante que entra al programa, el gobierno colombiano realiza una inversión anual de $ 3 billones de pesos (Lea: ¿Vale la pena el esfuerzo del Estado para financiar Ser Pilo Paga?). Es por este motivo que varios críticos han expresado que el programa Ser Pilo Paga no garantiza el derecho a la educación superior ya que no todos los jóvenes logran ingresar a la universidad. Lo anterior debido a que el 98% del dinero destinado al programa ser pilo paga está destinado a universidades privadas.

El presidente Juan Manuel Santos presentó un proyecto de ley para que el programa ser pilo paga se convierta en una política de estado. Carlos Caicedo, magister en Dirección Universitaria de la Universidad de los Andes expresó que “Ese modelo de financiación profundiza la desigualdad en el país, pues con los mismos recursos que se paga el estudio a 40.000 beneficiarios de Ser Pilo Paga se hubiera podido pagar la educación de 200.000 estudiantes en universidades públicas de calidad”.

Varios expertos han sugerido que, para aumentar la cobertura en el sistema educativo, se debe fortalecer la educación pública en el país. Precisamente, Caicedo expresó que “Ser Pilo paga es un lucrativo negocio que legitima la exclusión universitaria de los más pobres del país. Si las universidades privadas tienen algún sentido de responsabilidad social deben ser ellas las que financien el programa Ser Pilo Paga y dejar quitarles ese dinero a las universidades públicas”.

De acuerdo con el Ministerio de educación, Ser pilo paga ha beneficiado a 30.500 jóvenes de escasos recursos que provienen de 984 municipios. El 82% de los pilos están estudiando en universidades privadas y el 18% restante en públicas.

Fuente:http://www.elespectador.com/noticias/nacional/colombia-necesita-nuevas-universidades-publicas-de-calidad-para-garantizar-cobertura-universal-de-la-articulo-689915

Comparte este contenido:

Estados Unidos: Nueva York se convierte en el primer estado que ofrecerá matrícula gratuita en universidades públicas

Estados Unidos/13 abril 2017/Fuente: Univision

La beca Excelsior asegurará educación sin costo para estudiantes de las universidades estatales y de la ciudad SUNY y CUNY, que sigan carreras de dos y cuatro años y provengan de familias con ingresos menores a 125,000 dólares al año.

El plan de educación gratuita en las universidades públicas del estado de Nueva York presentado hace unos meses por el gobernador Andrew M. Cuomo comienza a tomar forma luego de aprobarse el presupuesto estatal.

En enero pasado, Cuomo apostó por que a través de ese plan de matrícula gratuita en los sistemas públicos de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) y de la Universidad de la Ciudad de Nueva York ( CUNY) se podía combatir la deuda estudiantil en el estado.

Con los fondos que aseguró el presupuesto estatal de 153,100 millones de dólares, el programa de beca Excelsior benefiará a estudiantes cuyas familias tengan ingresos de hasta 125,000 dólares al año.

Aunque en otras partes de Estados Unidos se ofrece matrícula gratuita en colegios comunitarios, con esta iniciativa Nueva York se convierte en el primer estado del país en extender el beneficio a instituciones públicas de cuatro años.

Lo que debes saber

Para calificar a este programa los estudiantes deben cursar estudios a tiempo completo en las instituciones de dos y cuatro años de CUNY y SUNY. Los estudiantes deben tomar en promedio 30 créditos por año y completar a tiempo su grado universitario.

Esta iniciativa se implementará al cabo de tres años: comenzará en el otoño de 2017 con aquellos que tienen ingresos de hasta 100,000 dólares. Seguirá en 2018 con los que hagan 110,000 dólares y en 2019 con aquellos con ingresos de hasta 125,000 dólares.

De acuerdo con la administración Cuomo, casi un millón de familias califican para el programa Excelsior a través del que el estado cubrirá cualquier gasto de matrícula tras restar las becas federales Pell y las ayudas del Programa de Ayuda de Matrícula (TAP, por sus siglas en inglés).

Cabe señalar que este programa exigirá que los beneficiarios vivan y trabajen en el estado de Nueva York por el número de años que reciban la beca.

«Este es un mensaje para el resto del país: si de verdad quieres ser competitivo globalmente, tenemos que tener la fuerza laboral más preparada», dijo Cuomo en enero pasado al esbozar la importancia de este plan pues otros países ya han adoptado este modelo y considerar que era momento que Estados Unidos hiciera lo propio.

El senador Bernie Sanders acompañó a Cuomo al desvelar su propuesta en aquel momento e hizo hincapié en que es «esencialmente descabellado» decirles a los jóvenes que obtengan la mejor educación para que después «pasen décadas» pagando la deuda por sus estudios universitarios.

La noticia de la materialización del plan generó reacciones positivas, como la de la excandidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton.

Tras el anuncio, Sanders también comentó el anuncio en un tuit: «Parece que progreso verdadero se está llevando a cabo en el estado de Nueva York. Mantengamos la presión».

t

Cuomo señaló que el programa viabilizará que más estudiantes se gradúen a tiempo sin que la deuda por sus estudios ahogue sus aspiraciones.

En Nueva York, un informe del contralor del estado Thomas P. DiNapoli sostiene que en 2015, los estudiantes tenían una deuda promedio de 32,200 dólares.

En SUNY, la matrícula anual por estudios de cuatro años para estudiantes residentes del estado es de 6,470 dólares y en los colegios comunitarios de este sistema es de 4,350 dólares. Mientras que la matrícula por año en CUNY oscila en los 6,330 y 4,800 dólares en las instituciones de cuatro y dos años, respectivamente.

Se estima que el primer año del programa Excelsior cueste aproximadamente 163 millones de dólares.

¿Y los indocumentados?

El director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York, Steve Choi, manifestó su desilusión con el presupuesto debido a que los jóvenes indocumentados no son elegibles a la beca Excelsior.

Javier Valdés y Deborah Axt, directores ejecutivos de la organización proinmigrante Make the Road, señalaron por su parte que el presupuesto estatal «le falla» a la comunidad inmigrante por, entre otros puntos, no pasar el Dream Act.

Aunque reconoció que la beca Excelsior es una buena noticia para muchos en el estado, la dreamer Mónica Sibri, fundadora de la organización CUNY Dreamers, manifestó que no dejarían de luchar para que estos beneficios se extiendan a su comunidad y finalmente pase el Dream Act, esa búsqueda por acceso igualitario a la universidad para estudiantes indocumentados.

Fuente: http://www.univision.com/nueva-york/wxtv/noticias/politica-de-educacion/nueva-york-se-convierte-en-el-primer-estado-que-ofrecera-matricula-gratuita-en-universidades-publicas

Comparte este contenido:
Page 19 of 22
1 17 18 19 20 21 22