Usar el arte como medio de comunicación, crear ollas comunitarias como herramientas de dignidad, resistencia y apoyo, y en especial democratizar el acceso a la universidad pública y construir una universidad antipatriarcal, son algunas de las banderas de las juventudes y la educación en el marco de las movilizaciones en el país.
“Al mismo tiempo, estos dos puntos pueden ser el puente entre la relación universidad-sociedad que ayude a reducir las brechas e incomprensiones sobre el papel real de la educación superior para quienes están en las calles”.
Así lo expone Natalia Niño Silva, estudiante de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) e integrante del Comité de Género de Sociología, quien junto con Emily Cañón Salazar, politóloga de la UNAL e investigadora del Observatorio de Juventud, fueron invitadas a participar en la charla “Educación, juventudes en movimiento, artes, juntanza y cambio cultural”, adelantada en el marco de la iniciativa de “Convergencia por Colombia: ideas desde la Universidad para diálogos constructivos”, promovida por la UNAL.
Según las estudiantes, dentro de las apuestas transformadoras lideradas por los jóvenes en estas movilizaciones –que no han tenido a Bogotá como centro, sino a otras regiones y ciudades como Cali– se destacan la educación popular y la descentralización del diálogo.
En este contexto, el profesor Javier Sáenz, del Departamento de Sociología de la UNAL y director del Centro de Estudios Sociales de la Institución, señala que “el paro ha intensificado procesos de formación por fuera de la escuela y con metodologías no pedagógicas, más dialogantes, centradas en el cuerpo y la emoción”.
Agrega que “siendo consistentes con lo que se ha planteado, y con una mirada a una juventud en conflicto generacional, se deben repensar las prácticas normativas en la escuela y en la universidad, pues los niños y jóvenes consideran que no es mucho lo que los adultos les podemos enseñar en temas centrales como la política, la sexualidad y la vida en comunidad, entre otros. Ahí el horizonte que se debe plantear es que en las universidades y los colegios es donde los jóvenes y niños deben participar en la definición de qué quieren aprender y cómo quieren aprenderlo”.
Arte, medio oficial en las movilizaciones
Por diferentes calles de todas las ciudades del país se pueden ver grafitis, carteles y frases que han marcado un hito en la historia de las movilizaciones sociales en Colombia.
Por eso uno de los paneles más nutridos en el encuentro fue el de “Artes, juntanza y cambio cultural”, en el que docentes, gestores culturales y artistas manifestaron apoyo total ante las diferentes manifestaciones de ideales, a través del arte como herramienta comunicativa.
“Desde siempre el arte ha tenido en Colombia el papel de generar reflexión, conciencia, y de incitar al cambio, solo que ahora es más visible. Por un lado, se tiene represión, violencia y tergiversación de la información en diferentes medios, mientras que por otro está la realidad de las calles y los manifestantes”, señala Cinthya Moncayo, cantautora, gestora cultural y comunicadora social de Cali.
Según la invitada, el arte tiene la tarea de transformar los imaginarios, pues en medio de las movilizaciones se considera como el medio de comunicación más fidedigno, ya que alienta a construir sociedad y país, contando la realidad de la mayor parte de la población colombiana.
Señala además que “en este país vivimos normalizando la violencia, la pobreza y la vida en condiciones inhumanas, pero desde una pieza artística podemos decir que esto no es normal”.
Por su parte Diana Avella, rapera y estudiante de la Maestría en Educación en Tecnologías de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de Bogotá, asegura que “que en tiempos de desesperanza el arte permite que las personas se sientan identificadas frente a otras vidas que se han ido, y es una herramienta que llega a todos los territorios, en especial a los más vulnerables”.
Fuente: https://www.eje21.com.co/2021/06/democratizar-la-educacion-el-mayor-reclamo-de-los-jovenes/