“Voces sobre Cambio Climático” de Jamaica difunde mensaje por medio de la música

Desde música reggae y dancehall hasta melodías publicitarias que elogian las cualidades del detergente para lavar la ropa o inclusive la comida rápida, el camino para llegar al corazón de cualquier jamaiquino es a través de la música. Eso dio pie a Panos Caribbean, organización no gubernamental con excelente manejo de medios de comunicación, a difundir su mensaje sobre el medio ambiente a través de la música. La organización ha estado compartiendo de forma exitosa con el público información fundamental por medio de su proyecto Voces para la Educación sobre Cambio Climático.

Aquellas voces sonaron fuerte y claro en la histórica Conferencia de las Naciones Unidas en París (COP21) en 2015. Allí, el cantante y compositor jamaiquino Aaron Silk unió voces con otros músicos, incluido el artista beliceño Adrian Martinez, para defender un límite al calentamiento global de 1,5 grados.

El mensaje musical, que respaldó la postura de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, fue de gran importancia ya que influenció las aspiraciones que se vieron reflejadas en el documento final de la COP21.

Años después, el mensaje sobre los 1,5 grados sigue resonando en el este caribeño, donde cantantes han entrelazado las letras de sus canciones con las estrofas de Kendell Hippolyte, poeta de Santa Lucía, para asegurarse de que el mensaje llegue a casa.

El artista  Sammy Junior, de la comunidad Rocky Point, Clarendon (comunidad que sufrió el impacto del aumento del nivel del mar y la erosión costera) en el taller sobre Mensaje sobre Cambio Climático el 14 de marzo de 2019. Fotografía de Emma Lewis, usada con su autorización.

La crisis sobre el cambio climático en 2019 es aún más urgente de lo que fue hace cuatro años y en Jamaica, la población rural desde granjeros hasta pescadores, son quienes están más atentos al llamado de atención. Artistas, estudiantes y miembros de la comunidad se juntaron en distintas partes de Jamaica –Kingston, Lionel Town, Ridge Red Bank y White River– para asistir por cuatro días a talleres durante marzo y abril. Allí, mejoraron sus habilidades comunicativas y aprendieron sobre el impacto del cambio climático. Surgieron melodías poderosas, las ideas fluyeron y las valiosas excursiones proporcionaron perspectivas sobre el lugar:

La Madre Naturaleza llora a gritos
Bien adentro en el bosque donde caen los árboles
O donde el arrecife, donde pequeños se ven los peces
Dénles un poco de tiempo, déjenlos crecer grandes y altos

Artistas de Kingston, Clarendon y Spanish Town escriben canciones en el taller de Mensaje sobre Cambio Climático. Fotografía de Emma Lewis, usada con su autorización.

Con el lanzamiento de Panos de una nueva canción caribeña por el Día de la Tierra, el grupo jamaiquino ha agotado sus fechas con presentaciones en escuelas y conciertos para la comunidad y también en la iniciativa Read Across Jamaica y en los encuentros para plantar árboles. Canciones como esta, con un ritmo reggue antiguo y fusionadas con las vibras del dancehall, de alguna forma lograron su cometido:

La madre naturaleza suplica por su vida
Mientras más arden las fábricas, más llora.
¿Cuándo aprenderemos y seremos inteligentes?
Mientras más se derriten las capas de hielo, más se alza el mar.

Fuente: https://es.globalvoices.org/2019/05/31/voces-sobre-cambio-climatico-de-jamaica-difunde-su-mensaje-por-medio-de-la-musica/

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‘Trapeando’ contra el bullying

Por:  Liliana Arroyo

La música es un canal directo a la emoción al alcance de todos y es importante trasladar el mensaje de que prevenir el acoso está en cada pequeño acto del día a día, aunque sintamos que no nos afecta directamente.

Según datos de Save the Children, prácticamente un 10% de adolescentes han vivido algún episodio de acoso o ciberacoso. O lo que es lo mismo, una media de 2 o 3 por cada clase de 25 estudiantes. Con la llegada de las nuevas tecnologías se multiplican las oportunidades de agredir a distancia y de forma imperceptible.

Sea en el patio, en el aula o por WhatsApp, el acoso siempre remite a una situación de abuso de poder. Tiene que ver con una transgresión de los límites del respeto de alguien dominante (que no fuerte) sobre alguien dominado (que no necesariamente débil). A menudo se utiliza la jerga de acosadores y víctimas, pero ante determinadas carencias emocionales, no está claro hasta qué punto hay víctimas en ambos lados, aunque tengan necesidades y consecuencias diferentes.

Hablamos por tanto de una dinámica de relación, un lenguaje y actitudes determinadas más allá del acto esporádico o puntual. Por eso es imprescindible visibilizar y prevenir el acoso antes de que se instale como rutina. Porque es un síntoma de alguna otra cosa que forja autoestimas minadas y desajustes no resueltos. Ante todo hay que tomar consciencia de las múltiples formas –visibles e invisibles, sutiles o evidentes– que puede tomar el acoso. Para denunciarlo hace falta reconocerlo, y luego es necesario vencer la sensación de vacío y soledad que generan los abusos. En la comunidad educativa existe una gran preocupación por el acoso y por la falta de herramientas para educar en la prevención.

Esta encrucijada llevó a Xiula a crear un trap contra el bullying. El grupo de animación infantil barcelonés cuenta con educadores que ven el acoso en su día a día y con músicos que creen en las melodías como herramientas de transformación social. Rikki González, uno de los componentes nos cuenta de dónde surgió la idea: “Como educadores veíamos que era un tema necesario, cada día aparecen nuevos casos y hay una demanda social para hablar alto y claro. En los centros donde trabajamos vemos a diario casos de niños y niñas afectados”.

La pieza permite visibilizar, sentir y describir qué es el acoso desde el punto de vista de la persona agredida, recorren las sensaciones y emociones de desasosiego a la vez que cantan la incomprensión del entorno y lo que le dirían a la persona que les está generando sufrimiento. Un canto al respeto y de ahí su título RISPECT, jugando con la pronuncia inglesa.

Escogieron el trap, una fusión entre el rap, el hip hop y los ritmos urbanos, por varios motivos: el primero por la trayectoria experimental del grupo creando canciones pedagógicas de estilos muy diversos y escapando de las melodías infantiles tradicionales. El segundo porque es un género “que veíamos que los chavales escuchan muchísimo…”. Pero también para darle un vuelco: “… siempre con letras oscuras, sobre violencia, sexismo o consumismo exagerado. Decidimos darle una vuelta, nos pasamos semanas escuchando trap… es realmente potente, muy directo, te hace mover por dentro y por fuera”.

Nos cuentan que lo genial no es crear la canción y sus miles de visualizaciones, sino que hay docentes que realmente la están usando en clase, trabajan con los alumnos la letra, debaten el sentido e, incluso, han recibido mensajes de agradecimiento de jóvenes que han sufrido este tipo de maltrato diciendo que se sentían muy reflejados.

Este track sigue la estela de otras iniciativas musicales como el rap de Khari, que se volvió viral por ser una canción escrita para explicarle a su propia hija cómo reaccionar ante los insultos. Otro éxito reciente es el del grupo Mediaset y sus 12 causas, aliándose con el rapero Langui para buscar valientes que se enfrentaran al bullying.

La música es un canal directo a la emoción al alcance de todos y es importante trasladar el mensaje de que prevenir el acoso está en cada pequeño acto del día a día, aunque sintamos que no nos afecta directamente. Hay que dejar de pensar en términos de acosadores y acosados, porque un entorno de testigos mudos les convierte en cómplices necesarios. La reflexión y el acompañamiento deben ser la tónica antes y después de la agresión, a poder ser hasta que los implicados comprendan y gestionen la situación. Cualquier protocolo de prevención debe contar con alertas de detección para docentes y adultos pero también con herramientas para la intervención por parte de los iguales: son los que están en la primera línea del conflicto y en ellos reside el poder de reforzar dinámicas abusivas o dejarlas en evidencia. Los raps y los traps están servidos, pueden ser herramientas o simplemente un punto de partida común para el debate. Lo importante es que sirvan como excusa para no darle más cancha al acoso.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/10/31/trapeando-contra-el-bullying/

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Educación musical: Ante el silencio gubernamental, carta abierta a los maestros

México / 1 de octubre de 2017 / Autor: Samuel Maynez Champion / Fuente: Proceso

  1. Pirécua Tsik Tsik Tsapiratiecha (florecita). Arreglo de Luis Sandi

2. Luis Sandi – Hoja de Albúm No. 2

3. Luis Sandi – Scherzando de la Sinfonía No .2

 

En nuestro texto anterior (Proceso 2128) abordamos un problema de extrema gravedad: el destierro de la música dentro de las aulas, argumentando con hechos concretos su papel crucial dentro de la formación del ser humano, sin embargo, no hubo desmentido ni refutación de parte del eximio Aurelio Nuño, titular de la Secretaría de Educación Pública, a quien sólo parece importarle su carrera política, en vez de hacer bien su trabajo para revertir la severa penuria educativa en la que se encuentra sumido el país.

Como era de preverse, la ausencia de diálogo nos compele a enunciar algunas aclaraciones pertinentes, amén de dirigir el soliloquio hacia los integrantes del magisterio quienes son, a fin de cuentas, las correas de trasmisión entre las directrices gubernamentales y el alumnado. Huelga decir que corresponde al maestro crear conciencia, primero dentro de sí mismo, y después hacia sus discípulos y sus familias sobre la imprescindible función formativa de las artes ‒y de la música en especial‒ para la equilibrada evolución del estudiantado. Es un inexcusable error seguir negándole al arte sonoro la preeminencia que le corresponde dentro de la curricula escolar (en otras épocas se situaba en el mismo nivel que las matemáticas, la geometría y la astronomía). Por no hablar de su penosa impartición, cual materia optativa, de la que se desprende que se recurra a música pedestre ‒con teclados electrónicos y sus deshumanizados ritmos y sonidos‒ para satisfacer la garrafal necesidad de “adornar” con tonterías ‒entiéndanse los violentos sonsonetes de nuestros perturbados jóvenes‒ el espacio acústico, so consigna de que hay que llenarse de ruido para que parezca que el ambiente está vivo.

Pero mejor cedámosle la palabra a una verdadera autoridad en estos relevantes asuntos, pues su larga trayectoria como educador la avala. Digamos, para dar un perfil somero de su estatura artística, que fue vicepresidente del Consejo Interamericano de la Música, presidente de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), columnista de El Universal, El Sol de México y El Nacional, Director de Bellas Artes, presidente de las Juventudes Musicales de México, Jefe del Departamento de Música de la SEP, miembro del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO, maestro del Conservatorio Nacional, cantante, director de orquesta, fundador del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes y, por supuesto, un compositor de sólida tendencia nacionalista. De su autoría son importantes partituras vinculadas al pasado indígena, junto a una ingente cantidad de transcripciones de nuestra música autóctona.[1] Tocante a su labor como maestro es de señalar que fue, nada menos, creador de los primeros métodos ‒hoy en desuso‒ de educación musical que incorporaron cantos en lenguas vernáculas y responsable de la elaboración de los primeros planes de estudio ‒para la enseñanza no profesional de la música‒ donde se incorporó el mejor repertorio coral que jamás hayan tenido nuestras primarias, secundarias y normales. La carta que reproducimos fue escrita en 1946 y a pesar de sus 7 décadas de vida sigue siendo de una atroz actualidad (va citada casi en su totalidad y con ligeras adecuaciones léxico-formales debidas al paso del tiempo).

 

A los Directores de Escuelas Normales y a los Maestros de Música

Muy estimables señores:

 

Uso este medio tan indirecto porque quiero hablar con ustedes largo y tendido, con más confianza que la que permite el documento oficial. Esta carta va además, sin envoltura, para que puedan leerla muchos a los que, a lo mejor, les interese sin yo saberlo, y sin ellos pensarlo.

Va, para comenzar, una revelación: la música es entre nosotros una miseria. Hay en el país muy pocas orquestas para la cantidad de habitantes que somos, la Ópera Nacional no tiene de nacional sino el dinero que la sostiene, no hay concertistas mexicanos de cartel internacional y hay unos cuantos compositores que ni siquiera pueden dedicarse en serio a componer.

Todos estos males tienen un origen común: no hay músicos en número y calidad satisfactorios porque no hay demanda para ellos y porque la cultura del mexicano es, en este sentido, ínfima.

¿Qué es lo que le gusta al mexicano medio? La vulgaridad, cursilería y vacuidad musicales. Tiene con relación a la música muchas supersticiones: cree que hay que saber de ella para poder gustarla, que es necesario entenderla, que es aburrida, que es innecesaria, lujo inútil de gente acomodada. Cree, en cambio, que la otra música, o la basura sonora de que se rodea, es música de verdad, buena para ser oída en toda ocasión, y paga cantidades crecidísimas a los que se la ofrecen, pero escatima para la que merece llamarse buena música.

El mexicano medio no debe preferir esta música de pacotilla a la otra hecha con todas las reglas del arte, por la misma razón por la que no debe preferir la hechicería a la medicina: porque debe gozar de los beneficios de la verdad y librarse de los males de la superstición. Con relación a la buena música, la verdad es que no se necesita ser músico para gozar de ella; no hay que “entender” a la música, ya que no va dirigida al intelecto sino a la sensibilidad, bastando sólo un par de orejas en buen estado y una mente libre de prejuicios para gustar de la buena música; misma que tampoco puede ser aburrida puesto que es de una variedad infinita.

Es necesario librar al pueblo de estas como de tantas otras supersticiones ilustrándolo con la luz del verdadero saber.

Y entramos con esto en los terrenos del maestro. Pero si el maestro puede enseñar a sus alumnos que no hace daño cortarse las uñas en viernes y que no pasa nada si se sale de casa con el pie izquierdo, no debe desconocer a quienes nos han legado el gran arte sonoro, porque en esto sería tan ignorante como sus discípulos.

Me apresuro a decir que la culpa de tal ignorancia no la tienen los maestros sino la escuela que los formó: el plan de estudios que no incluía la asignatura, el programa de la asignatura que no correspondía a su finalidad, o las enseñanzas del maestro de música que no correspondían al programa. De todo esto ha habido. Porque es opinión común que la música en las escuelas sirve para solaz vacuo o para nada; muy pocos ven su valor educativo y no le asignan un papel análogo, en la formación del futuro maestro, al de las matemáticas o al de la pedagogía.

Señores Directores, concedámosle a la música una categoría semejante a la de las otras asignaturas formativas e informativas, de la carrera de maestro. Si éste necesita saber pedagogía y psicología para poder llegar a la mente del niño, no necesita menos de la música para llegar a su sensibilidad y modelarla también formando su gusto y su juicio estético. Si el maestro necesita no tener vicios en su lenguaje para poder enseñar a hablar a sus alumnos, también necesita saber música y tener educado el gusto para iniciar a sus alumnos en el cultivo del arte sonoro.

La finalidad de la clase de música en las escuelas normales es dar cultura musical, lo más sólida posible, a los futuros maestros. Enseñarles solfeo que es la base del saber musical, historia de la música para que conozcan lo más importante que en este arte ha producido la humanidad, historia que no ha de consistir en una acumulación de datos, sino en el aprendizaje de la música de las distintas épocas y países: han de aprender canto coral con dos propósitos: ponerlos en contacto con la buena música y enseñarles los cantos que transmitirán posteriormente a sus discípulos.

Sólo después de que estas finalidades se hayan cumplido puede desempeñar la música en la escuela otras funciones. Es preciso que sea hasta haber llenado su papel de instrumento formativo, cuando la música empiece a ser fuente de sano y elevado deleite, porque sólo la buena música es la que ha de difundirse en la comunidad circundante para bien de nuestra cultura patria.

Es conveniente insistir en que sólo la buena música merece ocuparse de ella, porque es en la escuela donde suele colarse, sin tropiezos, la mala música. La educación supone siempre un esfuerzo; y el aprender a estimar la buena música también lo supone, pero no es tan grande como algunos temen, ni deja de tener compensaciones inimaginables.

Esta tarea de educar musicalmente se parece mucho a la de limpiar el idioma. En una y otra hay que hacer que los educandos puedan expresarse correctamente y que logren entender a los otros, a fin de que sean capaces de captar y valorar las excelsitudes del pensamiento humano.

Así, señores míos, no permitan que los alumnos flaqueen; no justifiquen sus faltas, no usen el tiempo señalado para la clase de música en otra actividad, piensen ustedes que la música no es fácil de asimilar y que el futuro maestro ha de aprenderla para ser un educador completo; no le pidan al maestro que enseñe a los muchachos ninguna canción de moda, ni que enseñe instrumentos “de oreja”. Pídanle, sí, que forme un coro, que enseñe algún instrumento, pero por nota, que colabore en los programas cívicos de la escuela con lo mejor del repertorio coral. No se alarmen si ven en el programa el nombre de Bach o de Mozart: no pasa nada si se cantan bien.

Les diré que mi propia experiencia me ha enseñado que los públicos sencillos gustan de las obras más exquisitas de manera extraordinaria. He recorrido el país con mi Coro de Madrigalistas y he hecho oír, por ejemplo, la distante pero maravillosa música del Renacimiento a niños de primaria, a muchachos de secundaria, a campesinos, a obreros, a indígenas, siempre con éxito.

Les ruego señores directores y maestros que hagan suyo mi propósito de desterrar de nuestras escuelas la música canallesca y el corito escolar bobo y mal hecho, y den forma a nuevas generaciones de mexicanos completos y de buen gusto.

Su respetuoso amigo

Luis Sandi

[1] Se recomienda la audición de algunas de sus obras más representativas. Audio 1: Pirécua Tsik Tsik Tsapiratiecha (florecita) Arreglo de Luis Sandi. (Coro L´Altalena Ensemble Vocal. NESTLÉ, 2003)

Audio 2: Luis Sandi – Hoja de álbum n° 2 . (Omar Hernández, viola. Mauricio Nader. Piano.QUINDECIM, 2007)

Audio 3: Luis Sandi – Scherzando de la Sinfonía n° 2. (Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. Fernando Lozano, director. (CONACULTA, 1998)

Fuente del Artículo:

http://www.proceso.com.mx/500755/ante-silencio-gubernamental-carta-abierta-a-los-maestros

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