Por: Lucas Méndez Chico-Álvarez
Una variada lista de recomendaciones para experimentar ese placer tan íntimo que supone viajar a través de las páginas de un libro
No corren buenos tiempos para los viajeros. Los diferentes grados de restricciones entre países y los cierres de fronteras se han convertido en las principales medidas para contener la pandemia. De hecho, en los momentos más duros, apenas se ha podido viajar dentro de un mismo territorio. En el último año y medio, lamentablemente nos hemos acostumbrado a escuchar palabras como «confinamiento» o «cuarentena», y la necesidad de dejar atrás la rutina y oxigenar la mente con nuevos horizontes, paisajes y experiencias se ha vuelto uno de los placeres mas codiciados, todavía más durante el verano.
Como la posibilidad de viajar con la libertad anterior al coronavirus se antoja aún lejana, proponemos una opción mucho más cercana y accesible en la que todo es posible: la literatura. Los libros de viajes son capaces de jugar con nuestra imaginación y evocarnos remotos lugares y épocas, con el realismo de una experiencia individual vivida a través de los ojos de otro. Gracias a la lectura podemos desafiar los límites físico-temporales y volver a sentir la sensación de explorar lo desconocido. Por eso, tanto si has podido disfrutar de unas siempre cortas vacaciones como si has tenido que quedarte en casa este verano, aquí va una variada lista con recomendaciones para experimentar ese placer tan íntimo que supone viajar a través de las páginas de un libro.
Viajero solitario, Jack Kerouac
«Viajero solitario es una recopilación de artículos unidos por un mismo tema: el viaje. Los viajes comprenden los Estados Unidos desde el sur hasta la costa este, y de ahí a la costa oeste y el noroeste, aparte de México, Marruecos, París, Londres, los océanos Pacífico y Atlántico recorridos en barco y diversas ciudades y personas interesantes. Empleo en el ferrocarril y como marinero, montañas, misticismo, lascivia, solipsismo, desenfreno, corridas de toros, drogas, iglesias, museos, calles, una aleación de vida como fue vivida por un libertino orgulloso, educado e indigente que va a ninguna parte. Su alcance y su propósito son sencillamente la poesía, o la descripción natural». Jack Kerouac.
El escritor beat por excelencia es bien conocido por su novela En el camino, donde narra su viaje de punta a punta de los Estados Unidos. Sin embargo, Viajero solitario condensa la mayoría de las rutas que marcaron su vida y, por tanto, inevitablemente su obra. La lectura de este libro conserva el ritmo altamente adictivo y estimulante que te engulle desde el inicio con su espíritu aventurero y genuinamente vitalista.
Diarios de bicicleta, David Byrne
El líder de los Taking Heads es un firme defensor de la bicicleta como modo de transporte y a lo largo de su vida ha tenido el privilegio de visitar algunas de las ciudades más impresionantes del mundo. Berlín, Estambul, Buenos Aires, Manila, Sidney, Londres, San Francisco y Nueva York forman parte de este recorrido a dos ruedas en el que David Byrne aprovecha para reflexionar sobre la vida urbana, la globalización, la arquitectura o la moda. A modo de W.G. Sebald en Los anillos de Saturno, el libro trata de conectar ideas, reflexiones y anécdotas en una especie de diario/blog a través de un paseo en bici, una mirada curiosa y un gran sentido del humor.
Los llanos, Federico Falco
Otro tipo de viaje muy explorado en épocas de crisis como la que estamos viviendo ahora es el del retiro campestre. En Los llanos, un escritor en pleno proceso de duelo amoroso se autoexilia en una casa rural como un método de huída, pero también de reencuentro. Refugiado en su dolor, reflexiona sobre el pasado en una especie de pausa prolongada gracias a la diferente concepción de tiempo que existe en el campo con respecto a la ciudad. A través del cultivo de la huerta que tiene en la casa, el escritor experimenta un proceso íntimo y personal en el que el viaje hacia la soledad culmina en la reconciliación con uno mismo gracias a la calma que envuelve al entorno rural.
Al filo de la navaja, W. Somerset Maugham
El viaje espiritual también ha sido siempre uno de los más fascinantes. Ambientada principalmente en la Europa de los años 20, la novela aborda un tema tan universal y humano como el sentido de la vida. Larry Durrel es un joven estadounidense que combatió en la Primera Guerra Mundial y renuncia a una vida cómoda y un matrimonio con la mujer que ama, para viajar, conocer y explorar el mundo en busca de un dios que pueda dar valor a su existencia. Maugham escribe este relato en condición de testigo para ilustrar la dicotomía entre el materialismo y la espiritualidad a través de los distintos ambientes en los que se desarrolla el libro y las diferentes culturas que conoce en boca del enigmático personaje de Larry. Con un estilo bello pero sencillo y temas profundos pero cercanos, las historias entrelazadas de Maugham completan un microcosmos perfectamente conectado para viajar en el tiempo y el espacio a través de la condición humana.
Viaje al fin de la noche, Louis-Ferdinand Céline
Sin embargo, viajar no tiene por qué ser siempre una experiencia positiva o reveladora (en el buen sentido de la expresión); el recorrido de Ferdinand Bardamu por tres continentes: Europa-África-América dista bastante de cualquier tipo de idealización aventurera que se pueda imaginar. La vivencia contada en primera persona por Bardamu, con rasgos autobiográficos del propio Céline, refleja el rechazo al patriotismo heroico de la guerra, la crueldad de la esclavitud y la estafa del capitalismo en el sueño americano. Céline muestra a través de su historia la trastienda del progreso occidental en el que se esconde la basura de la civilización. Su lenguaje natural, crudo e irónico está desprovisto de cualquier tipo de pudor o decoro y expone sin tapujos su perplejidad ante un mundo hostil y decadente en el que no es capaz de sentirse más que un superviviente.
Viaje al sur, Juan Marsé
El legado de Juan Marsé se extiende más allá de su vida y prueba de ello es este Viaje al sur publicado póstumamente el año pasado. Una historia que quedó relegada al anonimato por la presión de la censura y la falta de fondos. Se trata de una crónica de la Andalucía de los años 60 a través de una travesía por las provincias de Sevilla, Cádiz y Málaga con su amigo Antonio Pérez y el fotógrafo Albert Ripoll Guspi. El libro intercala fotografías, titulares de la prensa franquista y el relato profundamente realista de Marsé a modo de diario, que se infiltra incisivamente en la propaganda y el silencio impuestos por el régimen franquista. Una historia que, a día de hoy, funciona como un valioso documento histórico, antropológico y literario de aquella España no tan remota.
Los senderos del mar: un viaje a pie, María Belmonte
Y del sur de Marsé, al norte de María Belmonte. En concreto, esta lectura está acompañada por el salino frescor del Cantábrico oriental en la costa vasca. Un viaje que, como reza el propio título, no exige otro requisito más allá de los propios pasos para disfrutarlo. El camino elegido para esta historia trata sobre el redescubrimiento de los paisajes de la infancia gracias a la capacidad para cambiar la mirada a través de la observación y la reflexión. El trayecto es tan sinuoso como el litoral que recorre, lleno de atajos, rodeos y extravíos y el ritmo sosegado del paseo se acompasa con la lectura tranquila y sin prisas que va tejiendo con paciencia un relato formado por referencias históricas, naturales, culturales y anecdóticas.
Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com/literatura-para-viajar-7-libros-para-escapar-de-la-rutina-con-la-lectura/