Por: Nacho Meneses
El estudio ‘MalasmadresEco 2020’ revela una mayor preocupación por el entorno y un descontento generalizado sobre la educación medioambiental que los niños reciben en las escuelas
Seis de cada 10 mujeres aseguran que su preocupación por el medioambiente ha aumentado desde que se inició la pandemia, según se desprende de los datos del estudio MalasmadresEco 2020, realizado por el Club de Malasmadres en colaboración con Ecovidrio. Una inquietud que se centra sobre todo en aspectos como la escasez de agua (73%), las enfermedades relacionadas con la contaminación (69%) o la pérdida de ecosistemas y biodiversidad (67%), y que ha llevado en los dos últimos años a un notable aumento en la adopción de hábitos más ecológicos en los hogares, como la separación de residuos o un consumo más responsable. La encuesta, realizada entre el 1 y el 9 de junio, en plena desescalada, fue contestada por 5.200 mujeres, la mayoría de ellas madres (88,5%) de uno o más hijos, o a punto de serlo (1,7%).
“La pandemia nos ha ayudado a visibilizar los efectos positivos de los cambios en los hábitos diarios. Hemos tomado una conciencia mucho mayor con la naturaleza, con la biodiversidad y con nuestro entorno”, afirma Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres. Una conciencia que, señala, es fundamental y que se tiene que transmitir por generaciones: “Tenemos que educar a los más pequeños en esos hábitos que nuestra generación va teniendo cada vez más interiorizados”.
El estudio de Malasmadres y Ecovidrio muestra muchos aspectos positivos, pero también identifica debilidades, como la falta de corresponsabilidad en el hogar y una insuficiente educación medioambiental en las escuelas. Como en otros aspectos relacionados con las tareas domésticas, las mujeres asumen mayoritariamente la responsabilidad en todo lo relacionado con el reciclaje y el cuidado del medioambiente (82% de las encuestadas), y lo hacen predicando con el ejemplo: el 98% de las madres cree que la práctica diaria en el hogar es la mejor manera de inculcar esos valores y esos hábitos de vida más sostenibles en los menores. No en vano el respeto al medioambiente es para ellas el segundo gran reto que afronta la sociedad en el futuro (80%), por detrás de la igualdad de oportunidades (84%) y por delante del respeto a la diversidad cultural y social (74%).
Carencias educativas
La preocupación ecológica de las mujeres ha aumentado hasta el punto de que el 96 % de las encuestadas afirma sentir más inquietud por el entorno que hace unos años, lo que naturalmente ha llevado a un mayor nivel de exigencia respecto a la educación medioambiental que los niños reciben en las escuelas. Las conclusiones no dejan lugar a las dudas: dos de cada tres madres la consideran insuficiente, y solo un 23% está satisfecha (un porcentaje que, en 2018, era del 32%). “Ese aumento de la preocupación hace que estemos más informadas, y que nos preocupemos más por la formación que reciben nuestros hijos en el colegio”, sostiene Maite Egoscozabal, socióloga y autora del estudio. El porcentaje de madres que no conocen la formación medioambiental que sus hijos reciben es ahora del 10%, cuando en 2018 era del 22%.
Al analizar los datos de las cuatro comunidades autónomas desde las que se ha recibido un mayor número de encuestas (Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía), es la primera la que muestra un mayor grado de satisfacción con la educación medioambiental de los menores, aunque el grado de satisfacción sigue siendo bajo. El 73% de las madres andaluzas consideran que los colegios no prestan la suficiente atención a este tema, seguidas de las valencianas (67,3%), las madrileñas (67,2%) y las catalanas (59,1%). Beatriz Egido, directora de comunicación de Ecovidrio, reconoce que su implantación no es una tarea fácil: “Los centros educativos tienen cada vez más ganas y están más dispuestos a incorporar el medioambiente en la educación de sus alumnos (…). Pero falta que forme parte del currículo de forma oficial. No quiero decir con esto que sea una cosa fácil; no lo es, porque los currículos ya vienen cargaditos”, apunta. “Pero cuando son valores que pueden determinar el futuro de una sociedad, tenemos que encontrar la manera de que estén presentes en las distintas asignaturas”.
Hábitos sostenibles en casa
El 80% de las mujeres que participaron en el estudio asegura que en los dos últimos años ha incorporado rutinas más sostenibles en el hogar. Así, el 89% de las viviendas españolas separa habitualmente los residuos (principalmente papel, cartón, vidrio y envases ligeros), y la separación de residuos orgánicos se practica ya en seis de cada 10 hogares, siendo las andaluzas quienes más aceite doméstico reciclan (tres de cada cuatro). El 75% se ha propuesto reducir el uso de plásticos y el 71% apuesta por un consumo más responsable que involucre a toda la familia.
“Debemos enseñar a nuestros hijos a pensárselo un par de veces antes de consumir desaforadamente. Hay que tener más cuidado con el gasto energético y el de agua, así como reflexionar sobre el tipo de movilidad que tenemos [y queremos] en nuestras ciudades”, insiste Egido. En este sentido, y después de la separación de residuos, las prácticas más sostenibles en los hogares son, en este orden, el consumo responsable, la reducción de plástico y del consumo de luz.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/07/21/mamas_papas/1595312149_408600.html