¿Realmente existe una crisis de vocaciones científicas entre los jóvenes?
Aunque resulte sorprendente en unos momentos en que la tecnología y los avances científicos han cambiado nuestro mundo desde lo más cotidiano, las matriculaciones en carreras CTM, fundamentalmente en ingenierías, descienden notablemente. No es un problema local, sino que afecta a todos los países de nuestro entorno europeo. De seguir así la tendencia, podríamos dejar de cubrir la demanda de científicos y tecnólogos del mercado en pocos años. Debemos atacar este déficit si queremos construir un país y una economía basados en el conocimiento, el talento y el emprendimiento científico.
¿Cuál cree que es el principal condicionante que frena el acceso de los jóvenes a las titulaciones científicas o tecnológicas?
Se trata de un problema de percepción del alumno, de estereotipos, aunque no exclusivamente. Necesitamos medidas de fomento de las vocaciones científico-técnicas que contribuyan a generar referentes científicos atractivos. El mejor momento para aplicarlas se halla en las primeras fases de la educación, en la escuela, donde nacen las vocaciones gracias a la actividad docente como eje de transmisión. Por eso, debemos dotar a los profesores de una apropiada actualización científica y de nuevas estrategias de enseñanza que les ayuden a cambiar la falsa percepción del ámbito científico como excesivamente complicado y poco atractivo.
Estas medidas ya las aplicamos desde hace varios años a través de programas como Amgen Teach, de actualización científica para docentes de ESO, durante los tres últimos cursos, y de Amgen Exper(i)ència, en el curso 2015-2016, de incorporación de talento emérito a las escuelas para asistir tanto a los docentes como a los alumnos.
¿En qué consiste el proyecto que han realizado conjuntamente con la Amgen Foundation? ¿Qué acciones se han realizado durante su desarrollo?
Lo más extraordinario de este proyecto es haber conseguido que científicos de primer nivel, eméritos, jubilados o en la última fase de sus carreras, generosamente y de forma absolutamente desinteresada, se dediquen a las nuevas generaciones. Amgen Exper(i)ència es un programa pionero que trata de unir el talento emérito de nuestro país con las escuelas. Se trata de mejorar el aprendizaje de las ciencias, de la metodología científica, y que el científico aporte toda su experiencia y talento y lo aplique en el aula de forma continuada.
Un equipo de 26 investigadores ha llevado a cabo en el mismo número de escuelas un programa de acciones muy diversas consensuado a medida entre cada científico y su centro. Se establece así un proceso de interacción y complicidad entre científicos, profesores y alumnos para aportar innovación en el aula.
El programa lo han integrado actividades muy diversas. Desde charlas prácticas sobre disciplinas científicas como la neurología, la genómica, la robótica, la química, la medicina, la biotecnología, la bioética o la vida cotidiana de un científico, a prácticas de experimentos, visitas a centros científicos, asesoría al alumno en trabajos de investigación y asistencia al profesorado. Como hemos comentado, el objetivo no es otro que completar y actualizar la educación científico-técnica de los jóvenes y apoyar a los docentes, ayudándolos a planificar y ejecutar actividades de contenido científico. Un total de 4.500 alumnos de Primaria, Secundaria y Bachillerato de 26 escuelas catalanas ha participado en les 90 actividades desarrolladas en el curso 2015-2016.
A partir de su experiencia, ¿qué actividades cree que han resultado más efectivas para impulsar las vocaciones científicas?
El Centre de Recerca per a l’Educació Científica i Matemàtica (CRECIM), de la UAB, ha evaluado técnicamente el impacto del conjunto de actividades y los posibles aumentos de motivación científica. En este sentido, tan sólo citaré algunos datos que, realmente, nos ilusionan. Por ejemplo, el 81% de los alumnos participantes cree que la ciencia le ayuda a comprender mejor su entorno. Casi el 50% sostiene que los avances científicos y tecnológicos mejoran la economía y un 60% considera que la ciencia incide positivamente en la sociedad. Al 74% le gusta lo que aprende en clases de ciencias y el 72% quiere saber más, valorando las actividades de apoyo como la nuestra. Creemos que son indicadores que llaman a la esperanza.
¿Qué importancia tienen las metodologías de aprendizaje (experimentos, trabajo por proyectos, etc.) en el fomento de las vocaciones científicas?
Tanto Amgen Teach como Amgen Exper(i)ència, dos programas desarrollados por la FCRi gracias a la financiación de la farmacéutica biotecnológica Amgen y la Amgen Foundation, inciden en aumentar la capacidad de los docentes para aplicar estrategias de enseñanza innovadoras basadas en la indagación y la capacidad para resolver problemas. Se trata de un cambio de paradigma para despertar el interés de los alumnos por las carreras científicas. Propugnamos usar la indagación en las clases. Esto comporta que los estudiantes se hagan preguntas, busquen información, diagnostiquen los problemas, comprendan la relación causa-efecto, debatan con sus compañeros, elaboren argumentos coherentes y, por supuesto, que critiquen sus propios experimentos.