Asi/Birmania/Agosto 2016/Noticias/http://www.elmundo.es/
Aung San Suu Kyi, ganadora de las históricas elecciones de noviembre y actual consejera de Estado y ministra de Exteriores, se dispone a emplear todos los recursos a su alcance para cumplir una de sus principales promesas electorales, seguramente la más ambiciosa: promover la pacificación de Birmania, donde la lucha armada de una veintena de guerrillas enfrenta a las comunidades con el Gobierno central.
Este miércoles, 1.800 delegados en representación de grupos insurgentes, Gobierno, partidos políticos, instituciones internacionales y observadores participarán en el proceso Panglong Siglo XXI en la capital, Naypyitaw, una cita que contará con la asistencia del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon y pretende iniciar conversaciones con los grupos armados de las minorías chin, kachin, karen, kayah, mon, rakáin o shan.
La reivindicación común de las minorías, 135 comunidades que representan a un tercio de la población birmana, es una mayor autonomía. El encuentro tiene fuertes reminiscencias históricas, dado que tendrá lugar casi 70 años después de que el general Aung San, héroe nacionalista birmano, ex primer ministro y padre de la Premio Nobel de la Paz, convocase en la ciudad de Panglong un proceso similar destinado a unificar al pueblo birmano tras la declaración de independencia de Gran Bretaña y a encontrar fórmulas para compartir el poder, que se materializarían en un proyecto federalista.
El asesinato de Aung San seis meses antes abortó la aplicación del plan y el país cayó, poco después, en décadas de dictadura militar. Su hija ambiciona terminar la labor que su padre nunca pudo finalizar, pasando a la Historia por la pacificación y la unificación del turbulento país, como dejó patente durante su reciente visita a China. «Sin paz, no puede haber desarrollo sostenible», dijo.
La visita de Aung San Suu Kyi a China, hace algunas semanas, fue definitiva para garantizar el éxito de la convocatoria. El presidente Xi Jinping respaldó abiertamente una iniciativa de paz en la que Pekín ha invertido mucho capital político tras décadas de instrumentalización de los grupos armados presentes en el norte de Birmania, cerca de su frontera: dos días después de la cumbre bilateral Xi-Aung, el enviado especial chino Sun Guoxiang viajó a la localidad fronteriza de Lan Chan para encontrarse con representantes del Ejército Unido del Estado Wa (UWSA, por sus siglas en inglés) y del Ejército Democrático de la Alianza Nacional (Mong La, NDAA). Se trataría de su segunda cumbre este verano con dichas facciones: Guoxiang ya participó en junio en un encuentro celebrado en el estado de Shan con los líderes de las citadas organizaciones y también con responsables del Ejército de Liberación Nacional de Ta’an, a quienes instó a participar en el proceso de paz.
La semana pasada, el Consejo Federal de Nacionalidades Unidas, que aglutina a 11 grupos armados -entre ellos la Organización para la Independencia Kachin, con 10.000 combatientes- se comprometió desde Tailandia a participar en el encuentro . También el Ejército Unido del Estado Wa, con 30.000 hombres armados, confirmó su asistencia. Sin embargo, el Ejército birmano -que controla el Ministerio de Defensa y de Interior- ha vetado la participación de tres importantes grupos, el Ejército para la Alianza Democrática Nacional de Birmania (MNDAA), el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang (TNLA) y el Ejército de Arakan, que combaten de forma conjunta en el estado de Shan, instándoles a que se comprometan a desarmarse antes de comenzar el diálogo, una idea aceptada por las facciones pero con matices que les han llevado, finalmente, a no suscribir el compromiso.
Muchos observadores consideran que sólo un cese de fuego unilateral por parte del Gobierno facilitaría el consenso de todos los grupos y recuerdan que el Ejército ya negoció una tregua con ocho grupos que perdura hasta ahora. «Nos gustaría acudir a la conferencia, pero el Gobierno no nos ha invitado», se lamenta en declaraciones al Irrawady el teniente coronel del TNLA Tar Phone Kyaw.
El papel de China es determinante pero no implica resultados, como confirmaba la analista del Centro Henry L. Stimson Yun Sun, experta en política exterior china, en declaraciones a Frontier Myanmar. «China puede convencer a UWSA y NDAA de sumarse a la conferencia de paz, pero no puede forzarles a firmar nadaque no quieran». Guoxiang ya participó en la conferencia de grupos armados no estatales celebrada el pasado julio, a la que no asistió el UWSA: a raíz de su mediación, el liderazgo del grupo accedió a entrevistarse con el NDAA y con Aung San Suu Kyi en Naypyitwa. Tanto el UWSA como el NDAA se formaron tras la disolución del Partido Comunista de Birmania, en 1989, y ambos confirmaron el alto el fuego bilateral acordado con el Gobierno de Thein Sein en 2011, pero rechazaron participar en conversaciones similares en octubre de 2015. Su participación en la Conferencia Panglong es considerada un voto de confianza para Aung San Suu Kyi.
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