Por: Ángel Pérez Martínez
Los invito a pensar en las dificultades que representan para un docente, en un mundo globalizado, formar y discutir con sus estudiantes sobre ética, ciudadanía, cooperación y respeto entre pueblos hermanos, cuando quien lidera la campaña para ser presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha logrado posesionarse a partir de propuestas unas inhumanas y otras asociadas al odio, al irrespeto de la persona humana y a la destrucción letal del otro.
En efecto, la actual campaña presidencial de los Estados Unidos se ha caracterizado por las particularidades impuestas por el empresario y multimillonario Donald Trump, a partir de un discurso incendiario que los medios de comunicación y las redes sociales han propagado hasta convertirlo en un fenómeno electoral exitoso. Sus mensajes se correlacionan con la necesidad de recuperar el imperio (ser los amos del mundo) rescatar la hegemonía de la raza blanca, despreciar a las mujeres (a no ser que sean bellas), borrar a los musulmanes y su enconado odio a los mexicanos.
A continuación, cito algunos de los temas y frases de Trump:
- Sobre el uso de armas: “Podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería ningún votante”.
- Sobre México: “México nos envía los peor de su gente: criminales, drogadictos, violadores, ellos nos están matando en la frontera, y nos están matando en el trabajo y en el comercio”. “Construiré un gran muro en la frontera con México y haré que ellos paguen por él, si no pagan por su muro prohibiré el envío de remesas a ese país”
- Sobre las mujeres: Trump ha sido especialmente duro, por ejemplo, sobre su rival inicial en las elecciones primarias del Partido Republicano Carly Fiorina se preguntó: ¿con esa cara, acaso alguien votaría por eso? ¿Se imaginan que ese sea el rostro de nuestro próximo presidente?, También, Trump se ha referido a las mujeres como “cerdas gordas, perras, y animales desagradables”. “La mujer que aborta debe ser castigada, pero no sé cómo”
- Sobre los musulmanes: Trump ha propuesto “prohibir su ingreso a los Estados Unidos”; “llevar un registra de los musulmanes que viven en Estados Unidos para ubicarlos de manera permanente” y “matar a los familiares de los terroristas de ISIS”.
En un contrasentido, para muchos inexplicable, el anterior arsenal verbal del candidato Trump lo ha expresado de manera permanente, durante los últimos seis meses, y lo más sorprende, hoy lidera de lejos la nominación al interior del Partido Republicano. Por ello nadie puede sorprenderse que los niños y jóvenes de Estados Unidos y del mundo terminen escuchando o leyendo a través de medios como televisión, radio, periódicos y redes las frases, antes citadas y otras de similar calibre (perdón por el lenguaje de guerra, pero esto se pega) que expresan lo peor de la condición humana y la más absoluta irresponsabilidad de un dirigente empresarial que puede llegar a ser presidente del país más importante del mundo.
En Colombia también tenemos políticos y dirigentes quienes a través de una verborrea inhumana invitan a la guerra, al no acuerdo, a la eliminación del enemigo y la aplicación de la ley del talión (ojo por ojo y diente por diente, decían los abuelos). Desde la mirada de la educación los maestros nos preguntamos: ¿cuándo pensaran los que están en el poder, o los que aspiran a llegar y en general los adultos con formación y liderazgo que ellos tienen mayores compromisos éticos con sus congéneres y que deberían ser ejemplo frente a los niños, los jóvenes y el resto de la sociedad?
Al otro lado de este espíritu inhumano, por fortuna, está la educación y sus maestros trabajando en las aulas con 30 o más estudiantes, enfrentando el agreste mundo que la sociedad le impone a la escuela, a través de las diferencias de riqueza y cultura, así como las expresiones más dañinas de las pasiones humanas que llegan hasta las incitaciones a la autodestrucción. Uno no se puede imaginar un docente alabando y formando en el odio, la guerra y en lo inhumano, esto no sería educación. Todo lo contrario, para los docentes la formación para la convivencia humana que pasa por el propósito de vivir en paz y desarrollar competencias ciudadanas son un compromiso ético de los maestros y un objetivo misional de la educación, así lo ha entendido y lo desarrolla la iniciativa de la Red de Educadores por la Paz que con apoyo inicial del PNUD y a la Secretaría de educación de Bogotá se empieza a concretar en Colombia, esta puede ser una oportunidad para que desde la escuela ayudemos a no seguir creando personajes como Trump.
Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/los-retos-de-ensenar-sobre-etica-en-tiempos-de-trump-por-angel-perez/222203