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Etica y Psicología

Por: Gloria Hurtado

Esta misma semana, recibí en mi consultorio el caso de una niña, Lucía, 9 años, hija de padres separados, llevada a consulta por su madre porque la menor dice que cuando va a la casa de su papá, él la toca, se mete con ella en la cama e intenta debajo de las cobijas, que se quede quieta y “disfrute” del contacto con su padre. De acuerdo a una sanción de castigo que impuso el Tribunal Deontológico y Bioético de Psicología y al comportamiento que considera se debe continuar ejerciendo, ni yo ni ningún psicólogo podría recibir a la niña sin el consentimiento del padre, a pesar de que la madre desea con urgencia proteger a su hija. La mamá no  acude aún a la justicia para el consentimiento exigido (en reemplazo del padre) porque quiere antes contar con el diagnóstico de un profesional en Psicología que avale las palabras y actitudes de su hija. Lógico, el padre no acepta ninguna insinuación sobre este tema e impide que la niña asista a “esas pendejadas de psicología”.

Según las interpretaciones del Tribunal Deontológico y Bioético de Psicología se está cometiendo una falta porque no importan ni el miedo, la palabra y el cambio de actitud de la niña, ni la impotencia de la madre frente al padre atropellador porque no hay consentimiento oficial de los dos progenitores. Lógico no hay ni podrá haber consentimiento del padre para que la niña reciba asesoría psicológica que podría develar su conducta patológica. La madre no quiere hacer pública la problemática hasta no tener una certeza profesional de las palabras de la niña y por eso está en el proceso psicológico particular antes de acceder a la Justicia correspondiente.

Por lo mismo, la actitudes de la niña claramente manifiestas, de acuerdo al Tribunal Deontológico y Bioético de Psicología no permiten deducir la salud mental del padre puesto que éste no es paciente de la psicóloga que recibe a la niña. Ni la percepción, el análisis, la intuición y el conocimiento, (componentes eminentemente psicológicos y avalados por los estudios de la profesión de Psicología) pueden aplicarse para trabajar un caso. No puede darse ninguna interpretación (técnica psicoanalítica) puesto que desde esta mirada cognitiva de psicología, sólo existe lo eminentemente literal.

No importa ninguno de los efectos de la situación manifestados claramente en el comportamiento de la menor. De acuerdo a los conceptos del actual Tribunal Deontológico y Bioético de Psicología, un niño o niña no merecen ser cuidados y protegidos con la sola duda del peligro que esté corriendo en cualquier nivel de su existencia (afectivo, sexual, emocional). De acuerdo con este Tribunal Deontológico y Bioético de Psicología ¡hay que proteger al adulto! El derecho de los mayores y más del padre, deben privilegiarse por encima de los del menor. Actitud totalmente contraria a las nuevas miradas sobre la necesidad de protección del menor y la lucha contra la violencia del mundo patriarcal. ¿Quién atiende el sentir y el dolor de un niño? Abrir la compuerta de las emociones, empezar a oír historias íntimas de profundo sufrimiento que nunca fueron escuchados, eso es lo que hay reprimido en el inconsciente colectivo. ¿Hasta cuando? Hasta tomar conciencia y considerar que nada, nada puede estar por encima del sentir infantil.

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

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Siempre hay profesores para echarles la culpa: no todo es un problema de educación

Por: Hector G. Barnés

Hemos repetido dicha frase hasta la saciedad para cambiar de tema y dejar la solución para otro momento, pero es momento de dejar de excusarnos y aceptar nuestra responsabilidad.

La búsqueda “es un problema de educación” arroja más de 16 millones de resultados en Google. No hay ni que pasar de la segunda página para descubrir que la obesidad lo es, según el cardiólogo Valentín Fuster; también el cambio climático; la intransigencia; la piratería; la violencia machista; el narcotráfico; la corrupción en la administración pública; el ‘bullying’; incluso España es en sí misma un gigantesco problema de educación.

Si todo es un problema de educación, nada lo es. Escuchamos con frecuencia dicha fórmula en nuestras conversaciones cotidianas, ya que resulta perfecta para zanjar cualquier clase de discusión, especialmente si no somos capaces de llegar a un acuerdo y comenzamos a sentirnos incómodos con nuestro interlocutor. ¿Cuándo decimos que algo es “un problema de educación”? Cuando nos damos cuenta de que no tenemos ni idea de qué respuesta dar a un problema y recurrimos a ese socorrido pecado original español que es la “educación”. Y en el que, sutilmente, se culpa a nuestro sistema escolar como impreciso culpable primigenio de todos nuestros males.

Esta manida frase sugiere que nuestro pecado original está en cómo nos criaron en el colegio, esa máquina de crear españoles problemáticos

Es una actitud muy cómoda, en cuanto que nos exime de toda responsabilidad, tanto al incurrir en un comportamiento inapropiado como a la hora de buscar soluciones. Sin embargo, necesito que alguien me explique qué favor nos hacemos como personas si consideramos que un hombre que asesina a su mujer, un político que favorece a las empresas de sus amigos o un nazi que agrede a homosexuales tienen en última instancia un problema de educación, y no de machismo, corrupción u homofobia. Son problemas concretos que requieren respuestas concretas a corto plazo, y no una formulaica enunciación de barra de bar que apunta a un horizonte que nunca alcanzaremos.

En apariencia, asegurar que algo “es un problema de educación” parece un loable intento de prescindir de lo superficial para entender las causas profundas de una situación; en realidad, se parece más bien a una disculpa que sitúa en el pasado lejano de las primeras socializaciones el origen del comportamiento de un individuo, lo que nos libra de tener que afear en el día a día la conducta de nuestros compañeros intolerantes, corruptos o violentos. No es sorprendente que esta fórmula abunde en un momento de desprestigio del profesorado, pues sugiere que ese virus que se extiende por nuestra sociedad nos fue contagiado a través de la forma en que nuestros padres y, sobre todo, nuestros profesores nos criaron. Los colegios como fábrica de conflictos irremediables.

Acriticismo, incultura, cainismo

Hace unas semanas, Luis Garicano, responsable del área de Economía de Ciudadanos, publicaba un tuit rápidamente viralizado en el que aseguraba que “el paro, la baja productividad, el separatismo catalán… todo está ligado al gran fracaso de nuestra democracia: el mal sistema educativo”. El profesor de la London School of Economics cerraba así su mirilla sobre nuestras aulas. A tal respecto, Lucas Gortazar, analista especializado en educación que ha trabajado para el Banco Mundial, le espetaba si era capaz de probar la causalidad, ya que “el sistema educativo está en la media de la OCDE en competencias hoy”.

Desconfiamos de nuestras escuelas, pero también de nosotros mismos. Caemos en un determinismo en el que la corrupción o el racismo son aceptados

La discusión era reveladora ya que muchos de los comentaristas ponían en tela de juicio la asunción de Garicano recordando que es difícil explicar, por ejemplo, el auge reciente del independentismo a partir de los éxitos o fracasos del sistema educativo. Era el “todo es un problema de educación”, elevado a la enésima potencia. Pero se trata de una línea de argumentación popular en los últimos tiempos entre cierta política: el martes pasado, Toni Cantó aludía en el Congreso al “problema de que los que deben velar por que nuestros hijos aprendan a pensar se dediquen a decirles qué deben pensar”, en alusión al supuesto adoctrinamiento de la escuela catalana que ha generado un notable malestar entre los docentes de dicha región.

Es un síntoma más de la desconfianza que los españoles tenemos hacia nuestros colegios, pero también hacia nosotros mismos. El que mejor ha definido esta lógica fatalista de la leyenda negra educativa española ha sido Arturo Pérez-Reverte, siempre un genio a la hora de darle literatura a los tópicos. Este le explicó en su día a Jordi Évole que (redoble de tambores) “todo el problema de España es un problema de educación”. “Los políticos son el síntoma de una enfermedad que somos nosotros”, explicaba en ‘Salvados’. “Y el acriticismo, la incultura, la vileza, la envidia, eso somos nosotros, los españoles. Es un problema de cultura de verdad, conocimiento de la propia memoria, de la historia, de los mecanismos sociales y políticos”.

Una nueva leyenda negra. (C. C.)
Una nueva leyenda negra. (C. C.)

Me niego a aceptar dicho destino trágico, que como tal, al ser inevitable y endémico, tan solo consigue eximir de responsabilidad a los culpables y depositar en el sistema educativo un peso mayor que el que le corresponde. Especialmente en un momento en el que los padres, en parte por las crecientes exigencias laborales y económicas, cada vez dedican menos tiempo a sus hijos. En la novela naturalista, la vida del ser humano estaba determinada por fuerzas que no podía controlar y que le conducían al odio, la inmoralidad y el miedo. Así, a Thérèse Raquin y Laurent no les quedaba más salida que convertirse en criminales. Pero el español debería parecerse más a los personajes de Galdós, que superaban sus condicionantes a través del libre albedrío, que a los de Zola.

Un virus que se transmite en las aulas

Detrás de este determinismo late una acusación que tan solo se explicita de vez en cuando, que es la enmienda al sistema educativo en su totalidad. Nadie sabe muy bien por qué ni cómo, ni tiene en cuenta la complicada universalización de la educación española en los últimos 40 años, pero lo que sí tiene claro es que no funciona, ya sea por una razón (no se innova lo suficiente) como por la contraria (hay poca mano dura). Este supuesto fracaso español se ha convertido en un axioma que se acepta como una realidad obviando el esfuerzo de los más de 600.000 docentes de nuestro país que, recurrentemente, se convierten en el chivo expiatorio de todos esos problemas que no hemos sido capaces de solucionar como sociedad.

Los “problemas de educación” son un cajón de sastre en el que guardamos nuestros conflictos para pasárselos a la siguiente generación

Cuando pronunciamos las palabras “es un problema de educación”, nos encogemos de hombros, agarramos la taza de café y pasamos a otro tema dando por zanjada la discusión, lo que realmente sugerimos es que el problema no es nuestro. Nunca es nuestro. Esta idea muestra otra tendencia cada vez más popular: la de evitar legislar e invertir dinero para atajar determinados problemas y trasladar la responsabilidad a un culpable invisible. Es posible que la obesidad sea “un problema de educación”, pero también que influya en cierto grado que los productos alimenticios destinados a los niños sean cada vez peores y que los más saludables resulten sensiblemente más caros, por poner un ejemplo material.

Hay otro problema simétrico, que es considerar que todo –la desigualdad, el paro, el odio– puede resolverse a través de la educación, esa panacea que no interesa a nadie menos como excusa. Andreas Schleicher, el gurú educativo de la OCDE, recordaba hace apenas un mes en Madrid que “ir a un buen colegio” será la única posibilidad que tengan millones y millones de personas de no quedarse atrás en los cambios que se avecinan. Hay un riesgo en ello, y es que los padres comiencen a considerar que el futuro de sus hijos está únicamente determinado por su experiencia educativa, y no por la gran cantidad de condicionantes sociales, ambientales, de carácter o puramente azorosos que influyen en él.

Los “problemas de educación” se han convertido en el primer motor móvil aristotélico de España, un cajón de sastre en el que cabe todo, y en el que almacenamos nuestros problemas para pasárselos a la siguiente generación. Mientras relativizamos comportamientos inaceptables como parte del estado de las cosas, más mujeres mueren a manos de sus parejas, más políticos sustraen los bienes de los ciudadanos, más agresiones racistas se producen, más niños son acosados por sus compañeros y, en resumidas cuentas, más personas sufren. La educación no es el problema, el problema es nuestro desinterés por comportarnos como adultos y aceptar nuestra responsabilidad.

Fuente: https://blogs.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/tribuna/2017-10-22/profesores-culpa-no-todo-problema-educacion_1462828/

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Espionaje: ¿en dónde quedó la universidad?

Por: Pedro Flores Crespo

No pasa una semana sin que el gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto no sea abollado por algún evento o tragedia. Descubrimiento de actos ilícitos, ejecuciones extrajudiciales, corrupción rampante, exoneración de culpables, brote inesperado de grupos delincuenciales, discursos oficiales insulsos y acciones desafortunadas. El gobierno mexicano no las trae consigo.

El último balconeo ocurrió el lunes 19 del presente cuando el periódico The New York Timespublicó una nota en donde supuestamente tres dependencias gubernamentales habían comprado – con sus impuestos y los míos – un sofisticado equipo destinado para frustrar el crimen, pero que los “ingeniosos” priistas decidieron mejor utilizar para espiar a sus críticos. Según la nota de Azam Ahmed y Nicole Perlroth, el gobierno mexicano supuestamente trató de intervenir los teléfonos de influyentes periodistas, activistas anticorrupción y defensores de los derechos humanos (NYT, 19/06/17).

Este nuevo tropiezo del gobierno priista deja al menos tres lecciones. Primero, si deben haber tres temas centrales en la agenda pública de aquél que desee encabezar un buen gobierno a partir del 2018, éstos son: (1) libertad de prensa y expresión, (2) defensa de los derechos humanos y (3) combate frontal contra la corrupción. ¿Qué precandidato/a asumirá estos compromisos sin caer en contradicciones? No va a ser sólo la economía el tema central de las campañas políticas.

Segunda lección, ante la rapidez con que viaja la información a nivel global y el efecto que producen las redes sociales, parece que espiar ya no es tan cool. El gobierno de Peña Nieto se dio tremendo “quemón” a nivel mundial por supuestamente actuar de manera ilegal. Esta supuesta violación a la privacidad no lo fortalece, a pesar de tener ahora “sabrosa” información de sus críticos. En esta labor, hay que reconocerlo, fue un periódico estadounidense el que hizo el reportaje y lo publicó y no nuestros medios nacionales que dicen buscar la verdad. Espero nomás que aquellos que aún creen en la doctrina de la no intervención no vayan a culpar a los reporteros del New York Times por “injerencistas”. Nos abrieron los ojos.

Tercera y última lección, estaba consciente que México era un país de metiches, pero de eso a justificar que se revise, desde el gobierno, la vida privada de los personas, me parece sorprendente. Al igual que en el caso del plagio en que incurrió Peña Nieto con su no-tesis de licenciatura, escuché a varios locutores de radio, taxistas, estudiantes y hasta apreciados amigos académicos decir que “eso del espionaje siempre ha existido en México, por lo que no hay que espantarnos ni hacer un escándalo”. ¿Será que no le damos valor a la libertad individual para hacer en privado lo que deseamos y elegimos hacer? Probablemente estamos ya tan acostumbrados a la ilegalidad que quizás se piensa que es normal que un godinez del gobierno nos espíe. Yo no lo acepto.

Otra cosa que sorprende dentro de la normalización de la ilegalidad y la falta de ética es la débil reacción de las universidades y centros públicos de investigación, las cuales, hasta donde pude ver, no alzaron la voz para erigirse como la “consciencia crítica de la nación” y rechazar claramente la supuesta acción ilegal del gobierno. ¿Será que como el rector o los académicos universitarios no fueron los sujetos espiados es mejor no hacer olas? ¿No tendríamos que haber defendido la libertad de expresión dado que el gobierno priista supuestamente quiso amedrentar a sus críticos? Si no son las universidades y los centros de generación del conocimiento, ¿quién entonces será capaz de cuestionar las acciones públicas con fundamento, razón y apertura?

Llama la atención que contrario a las instituciones de educación superior, hay organizaciones que saben cómo irritar con su trabajo al mal gobierno y buscan con ello un cambio de políticas. No en balde los sujetos espiados son periodistas, miembros de los llamados think tanks como el IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad) y defensores de los derechos humanos. Parece que la función crítica de las universidades se ha ido perdiendo y valdría la pena pensar porqué. Esto poco tiene que ver con la “responsabilidad social” que tanto se anuncia en documentos y discursos oficiales.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/espionaje-en-donde-quedo-la-universidad/

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Las lecciones para Guatemala del maestro con 100 años de edad

Guatemala/Junio de 2017/Fuente: Soy 502

En 1942 el expresidente Jorge Ubico entregó personalmente un diploma de magisterio a un joven oriundo de Guastatoya, El Progreso. Estrechó su mano y le dijo: “Con este diploma viene el reconocimiento del Estado como profesor, pero no viene con el respeto de los alumnos, ese se lo tiene que ganar”. Esas palabras quedaron grabadas en José Antonio López que cumplió en mayo 100 años, convirtiéndose en el profesor registrado más longevo de Guatemala.

A pesar de su avanzada edad, López aún recuerda su trayectoria de más de 72 años como docente. Evoca sus estadía en Puerto Rico, donde estudió la universidad, sus viajes a Brasil, Argentina, Ecuador, Perú, Venezuela y España. Ya fuese para impartir clases o sacar cursos, López siempre estaba aprendiendo.

Lo principal es la vida de los maestros, no tanto lo que saben. Porque si su vida es buena los profesores van a enseñar justamente lo que debe ser

Desde que comenzó su carrera se preocupó por la formación de los alumnos más allá de las materias. “Les hemos enseñado a los niños a vivir, pero no a convivir”, comenta muy decidido López. Opina un hombre que considera que un profesor debe ayudar a sus alumnos a superar sus dificultades y salir de sí mismos.

La mejor reforma educativa no está en los libros, ni en las actas ni en los acuerdos. La principal reforma educativa está en el corazón de los maestros, que no solo enseñen la instrucción, sino además ayudan a formar a los hombres

¿Qué opina un hombre con tanta experiencia de la educación moderna? Está convencido que aunque las cosas han cambiado mucho, hay una cuestión que se mantiene: uno es profesor por vocación. López opina que los directores no deberían emplear a profesores que ven el oficio como “de paso en lo que llega a la universidad” o para ganar dinero.

Los valores se han perdido por una sencilla razón: No se puede dar lo que no se tiene, no se puede enseñar lo que no se sabe.

Aún está preocupado que en las aulas no se enseñen los valores. Que los profesores no se preocupen por formar hombres de bien.

Para vivir 100 años

¿Y cual es la receta para vivir por tanto tiempo?, López tiene una respuesta igualmente simple: estar contento. “Sonreir, si tan fácil que es. Lo difícil es respaldarlo con el amor”, comenta. Lo dice un hombre que a sus 100 años no le hace falta el sentido del humor.

Aunque ya está retirado, el profesor aún sigue impartiendo lecciones. Quizás no son clases magistrales, pero si instrucción para la vida que cualquiera puede aprender.

Fuente: https://www.soy502.com/articulo/lecciones-vida-profesor-100-anos-edad-68696

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La última entrevista a una dedicada maestra de Fulgencio Yegros

La última entrevista a una dedicada maestra de Fulgencio Yegros

La docente jubilada nació el 28 de junio del año 1921, inició su labor de enseñanza desde muy joven, cuando tenía tan solo 15 años ya se dedicaba a guiar en las aulas a los niños. Brindó clases en diferentes escuelas de la ciudad y luego de 37 largos años de enseñanza disfrutó de su jubilación.
Doña Celmira empezó a dar clases en el año 1936 en la Escuela de Isla Sacã, luego en una precaria escuela en Pindoyu, posteriormente fue a enseñar en Alejo García N° 64, para quedar finalmente en la institución República Alemana en donde enseñó hasta jubilarse en el año 1973 tras completar casi 40 años de acompañar y formar a cientos de niños de la sexta jurisdicción del país.
Comentó que existe una diferencia muy grande con respecto a la enseñanza de su época con la de ahora, ya que los alumnos de hoy en día ya no conocen del respeto hacia sus semejantes, honestidad, responsabilidad, dichos valores que ella enseñaba siempre.
«Los alumnos hoy en día ya no saludan a los maestros como antes, solo levantan la mano, hacen un gesto y nada más, incluso los maestros ya no enseñan como antes, en tiempo de lluvia si o si nos ibamos al igual que los alumnos, no había niños con malas notas», indicó.
La maestra en una entrevista que se le realizó durante el pasado miércoles había recordado que en una institución en donde enseñaba uno de los turnos era privado y los padres tenían que pagar, había algunos que no podían, entonces le pagaban con gallinas, huevos, mandioca entre otros productos.
También recordó aquellas inolvidables veladas en fechas importantes en donde tenía que sacar su fase de artista para cantar y bailar.
Mencionó que le encantaba la sopa paraguaya, la chipa y el chipa guasu, pero que cuidaba mucho su alimentación debido a su avanzada edad evitando alimentos pesados y muy condimentados.
Dijo que su almuerzo consistía en un ligero menú, con leche, yogur y licuados de diferentes frutas para mantenerse sana y fuerte, como se la pudo observar con su impactante sonrisa durante su última entrevista brindada al trabajador de prensa de la Municipalidad de Fulgencio Yegros, Aldo Dávalos.
Al consultarle si asistía a fiestas en su juventud, respondió que sí, solía irse linda y coqueta a divertirse de vez en cuando.
Durante todo el tiempo de haberse desempeñado como maestra tuvo la oportunidad de ser partícipe de la educación de muchos niños, que hoy son grandes personas.
Doña Celmira Dejesús, impartió la práctica de valores como la responsabilidad, el respeto entre todos, la honestidad y el amor, que deja como un legado a las familias yegreñas y a la sociedad misma. Una mujer admirable, una persona de gran corazón, una maestra como pocas, que pintó huellas imborrables, digna del mayor respeto y profundos agradecimientos.
La docente falleció el pasado viernes por problemas de salud y hoy en el día del maestro ya descansa en paz enseñando su sabiduría a los ángeles del cielo.
Fuente: http://www.ultimahora.com/la-ultima-entrevista-una-dedicada-maestra-fulgencio-yegros-n1081857.html
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Un madrileño con 700.000 alumnos, entre los diez mejores profesores del mundo

Europa/España/Juan Vargas, Madrid, EFE

No hay nada de extravagante en sus herramientas básicas, un rotulador y una pizarra, pero David Calle no es un profesor cualquiera: enseña a través de vídeos colgados en Youtube, tiene más de 700.000 alumnos y es uno de los 10 finalistas del Global Teacher Prize, galardón otorgado al mejor docente del mundo con una dotación de un millón de dólares al ganador.

En una entrevista con Efe tras anunciarse el pasado miércoles su nominación tras ser seleccionado entre 20.000 aspirantes de 179 países, Calle (Madrid, 1972) reconoce estar «colapsado» por el aluvión de atención mediática que ha recibido en las últimas horas, pero se siente «muy agradecido» por la oportunidad que supone para Unicoos, la página web que concentra su labor educativa.

«A Unicoos le puede venir muy bien que la gente conozca que existimos, que apostamos por la educación gratuita y que hacemos un montón de cosas gratis por los chavales», señala este ingeniero reconvertido a enseñante a quien le da «mucho reparo» una fama que no esperaba, dado que no se considera «ni el mejor profesor» de su pueblo.

Desde su residencia en el municipio de Velilla de San Antonio, al este de la ciudad de Madrid, Calle llega a miles de estudiantes hispanohablantes de todo el planeta: sus 705 vídeos de Matemáticas, Física, Química y Tecnología acumulan más de cien millones de visitas.

La idea de servirse de Youtube surgió hace seis años, cuando se percató de que había muchas familias que no podían permitirse una academia, lo que le llevó a realizar sus primeros vídeos a pesar de que «tenía mucha vergüenza» y «no tenía ni idea de cómo editar».

Su experiencia anterior en clases de apoyo le permitió saber en qué fallaban los chavales y ver que casi siempre tenían las mismas dudas y los mismos problemas.

Y, aunque «empezó todo muy despacio» y al principio sólo pensaba en ayudar a sus «veinte o treinta alumnos», no tardó en recibir otras peticiones, «de fuera de España incluso».

«En el fondo lo hago por pura pasión», asegura Calle, que subraya que las «catorce horas al día» que dedica a Unicoos no dejan de ser «tiempo libre», dado que su trabajo en su academia presencial le mantiene «pluriempleado».

La labor «exige mucho trabajo», sobre todo lo referido a editar los vídeos, ya que al profesor le gusta «incluir recursos nuevos» y alcanza a publicar «ocho o nueve al mes» aunque al principio eran «doce o trece».

Esta realidad podría cambiar gracias a su candidatura al oficioso ‘Nobel’ de la enseñanza, por no hablar de lo que supondría llevarse a casa el millón de dólares del premio: «Con Youtube no se gana dinero, al menos en mi caso», apunta.

El maestro ya tiene multitud de ideas en mente: contratar un editor y profesores para poder grabar vídeos de otras asignaturas, desarrollar la página web y ofrecer soluciones a otros profesores e incluso dar el salto a otros idiomas y subtitular sus lecciones en inglés o en portugués: «Me consta que en Brasil me siguen mucho».

Pase lo que pase, y a pesar de haber alquilado un aula en Madrid para acercarse más a los alumnos, Calle no ha «contemplado» pasarse a la docencia ordinaria y prefiere continuar su proyecto «aunque no tenga una nómina fija ni vacaciones pagadas»: le encanta «ayudar a chavales que tienen grandes problemas de frustración y graves carencias de base».

Es evidente que su método ya posee una importantísima demanda, y es que a fin de cuentas los usuarios de Unicoos «han nacido con Youtube» y «están acostumbrados al vídeo», formato que «pueden ver cuando quieran y donde quieran» y aporta un elevado «grado de interacción».

«Son otra generación, otro tipo de alumnos, son más impacientes, se frustran antes, trabajan menos, tienen menos base y se les olvidan muchas cosas de un examen a otro. Yo estoy ahí para ayudarles», argumenta Calle.

Ya ha habido «bastantes editoriales» que han ofrecido a este particular ‘youtuber’ la posibilidad de publicar volúmenes recopilatorios de sus lecciones, pero él piensa que «no tiene mucho sentido ponerlas por escrito» y cree que «con la página web es suficiente».

«No soy un innovador», declara Calle, cuyo éxito tiene una receta sencilla: «Transmitir empatía, pasión y energía, mostrar a los chavales que queremos ayudarles, que nos preocupamos por ellos, que mostramos interés por la asignatura que enseñemos y decirles que no se rindan nunca».

Fuente: http://eldia.es/agencias/9104637-EDUCACI-N-DOCENTES-Entrevista-madrileno-alumnos-diez-mejores-profesores-mundo

Imagen tomada de: https://i.ytimg.com/vi/UDlOJqyJNt0/hqdefault.jpg

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Nicaragua, cooperación genuina, día de la maestra / del maestro

La relevancia del actuar ético en el desarrollo de los educadores

Por: María Victoria Peralta

Como parte del debate sobre el mejoramiento de la calidad de la educación en Chile, el tema de la formación y desarrollo docente de los educadores se plantea como uno de los medulares a abordar. Respecto a ello, la mayoría de los estudios y consultas a los expertos nacionales, señalan como eje la necesidad de favorecer la formación disciplinaria (de las asignaturas escolares) y didáctica en los educadores.

Si bien es cierto que estos contenidos  deben ser parte de su formación y su desarrollo profesional, hay una dimensión que está por encima, que le da sentido y orientación al actuar de los docentes y a quienes tienen la responsabilidad de generar las condiciones para que estos profesionales puedan hacer adecuadamente lo suyo. Ello es un valor central: la ética.

La formación ética es la que nos permite en primera instancia darnos cuenta y valorar si el trabajo docente que hemos realizado responde a las necesidades de aprendizaje de los niños y niñas y a su desarrollo integral, con toda la entrega que esto implica. Pero además comprende aspectos que van más allá de lo disciplinario y lo didáctico, que dice relación con la empatía, el amor, la sensibilidad y el acoger a cada niño con sus características, intereses, urgencias y fortalezas. De esta manera se construye el contexto que permite a los pequeños ser atendidos como verdaderas personas y aprender. Ese es el gran secreto de la educación.

¿Cómo se forma la ética? En una constante relación con la realidad y sus múltiples situaciones; con el diálogo con los actores educativos; con el análisis permanente de la sociedad en sus demandas y oportunidades; con un espíritu crítico-propositivo que permita cuestionar nuestro quehacer docente.

Pero, ¿es la ética un tema sólo de los educadores? Para responder tomo las palabras de una gran educadora chilena recientemente fallecida, Ofelia Reveco Vergara (Q.E.P.D), quien decía, “tenemos que volver al tema de nuestra ética profesional quienes trabajamos en este nivel, llámense educadores, tomadores de decisiones o políticos”.

Esta cita nos hace referencia a que los problemas de la educación (sobre- escolarización, bajos aprendizajes, desmotivación, etc.) no son sólo responsabilidad de los educadores, sino de todos los que tienen que ver con ella, en especial, los tomadores de decisión.

Hemos visto en estos días en los medios de comunicación, niños que llevan más de cinco años en una escuela montada en contenedores insalubres en una comuna de Santiago.Otros, en jardines infantiles y colegios ubicados en zonas contaminadas de Antofagasta.

A ello se les suma, la existencia de escuelas donde se trabaja en espacios reducidos para la gran cantidad de niños y  las pocas educadoras que lo conforman, donde el arte, el movimiento, las salidas de exploración, la educación en la vida, no tienen lugar.

En fin, ejemplos de mala educación hay muchos y pareciera que a pesar de las reiteradas denuncias, a nadie lo ocupan en serio.

Por ello, la cita certera de nuestra querida colega toma relevancia: los educadores tenemos que hacer casi este acto de contrición cuando no desplegamos lo mejor de nosotros en lo personal y profesional, para que nuestros alumnos se desarrollen y aprendan, pero los responsables de “arriba” tienen que hacerlo más aún, por la posición que tienen y por su supuesta responsabilidad.

Esperamos que el actuar ético tome su lugar en este proceso de Reforma Educacional y nos ayude a analizar y avanzar en los complejos y persistentes problemas que arrastra nuestra educación. Nuestros niños y niñas lo merecen y sus profesores también.

Fuente: http://blogs.cooperativa.cl/opinion/educacion/20151023063759/la-relevancia-del-actuar-etico-en-el-desarrollo-de-los-educadores/

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