Redacción: La Nación
Aún con los mejores pronósticos, el mundo post pandemia exigirá cambios sustanciales en la manera de relacionarnos, trabajar y vivir la vida cotidiana. ¿Cuales serán las tecnologías que atravesarán e impulsarán al mundo que viene?.
medida que pasan los días, queda más claro que aún pudiendo moderar la curva de transmisión del coronavirus , la falta de una vacuna y un tratamiento eficaz hace prever que el mundo luego del Covid-19 sea bastante diferente.
La distancia social después de la pandemia
Gideon Lichfield, director del MIT Technology Review, escribió un artículo unos días atrás donde explica que la distancia social probablemente sea la norma durante mucho tiempo y que aún después de superar al coronavirus será necesario cambiar la manera en que socializamos, compramos, hacemos ejercicio, educamos, etc.
El especialista prevé un final abierto para la pandemia, de ciencia ficción. Imagina un mundo con espacios con más distancia física, menos herramientas y superficies comunes, y más tecnología: geolocalización para subir a un avión -para evitar personas que vengan de zonas de contagio-, datos biométricos para ingresar a edificios públicos o medios de transporte, entre otras restricciones o criterios de admisión sujetos a datos.
El escritor italiano Alessandro Baricco, autor de «The Game» -libro que explica cómo las interfaces digitales cambiaron el mundo asemejando la vida a entornos lúdicos- tuvo un encuentro virtual organizado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, donde explicó que si bien muchas veces se critica a la dinámica del mundo digital , la realidad es que hoy «eso lo que permite salvar vidas y ser una comunidad unida».
Con un planeta que parece haberse puesto en pausa, nuestro mundo sigue girando por la tecnología. «No podríamos cerrar un país sin los instrumentos digitales que disponemos», expresó.
«¿Era esta coyuntura que estamos viviendo una posibilidad plausible dentro de los futuros posibles? Definitivamente. Como bien dice Baricco, el virus tan solo nos lanzó hacia el futuro y esto parece ser solo el ensayo general», explica Angeles Cortesi, directora de LOBO, consultora de innovación y diseño de futuros.
Con un mundo en distancia social, ¿cuáles pueden los escenarios tecnológicos que vengan por delante?
Entre algoritmos y biometria: el debate por la vigiliancia de datos
La Organización Mundial de la Salud notificó al público sobre un brote en Wuhan, China: casos de neumonía posiblemente relacionados con la exposición de vendedores a animales salvajes vivos en un mercado. Si bien los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. habían corrido la voz el 6 de enero, una plataforma de monitoreo de salud canadiense lo había hecho antes -el 31 de diciembre- a todos sus clientes.
Se trata de BlueDot, que utiliza u n algoritmo que rastrea informes de noticias en idiomas extranjeros , redes de enfermedades de animales y plantas.
«En Asia las epidemias no las combaten solo los virólogos y epidemiólogos, sino sobre todo también informáticos y especialistas en macrodatos . Un cambio de paradigma del que Europa todavía no se ha enterado», dice en un artículo el filósofo sur coreano Byung-Chul Han . De hecho, la gestión de su país contra el Covid-19 es un ejemplo para el mundo en términos de cómo la tecnología complementó la gestión humana para trazar el recorrido del virus y con el testeo de casos como base de la estrategia.
Infectados por día en la Argentina
«Aplicar la inteligencia artificial al mundo físico es un gran desafío. Si cruzamos esa data con información demográfica, se pueden trazar planes de asistencia a grupos de riesgo mucho más segmentados y con insights precisos», apunta Juan José Perazzo, Business Director de HOY.
Iniciativas como Orbital Insight permiten relevar información importante para la toma de decisiones frente a problemáticas como virus, detectar factores adversos como aislamiento, zonas con mucha densidad, bancos de agua, etc.
«La evolución de los biosensores en un uso más generalizado (quizás con una primera aplicación en poblaciones de riesgo o grupos más expuestos a la pandemia) podría servir para la detección temprana de contagio y posterior monitoreo. Una empresa interesante en este sentido es Profusa «, explica Perazzo.
Vigilar y catalogar
Sin embargo, no son pocas las voces que se alzan en torno a los peligros potenciales del uso de estos datos, aún si hoy estos cruces de información son esenciales para detener el contagio.
Uno de ellos es el historiador y betseller Yuval Harari, que en un reciente artículo para el Financial Times argumenta que las actuales técnicas de vigilancia, con sensores, IA y algoritmos pueden ser un hito en la historia de la vigilancia.
Además de las cuarentenas, en China se probaron como muy efectivos el uso de monitoreo de smartphones, cámaras de reconocimiento facial, reporte obligatorio de temperatura corporal y otros registros médicos. Para Harari, lo positivo en términos de detectar y prevenir cadenas infecciosas o detectar la red de contactos, debe contrapesarse con los efectos de legitimar esos sistemas de vigilancia masiva que gobiernos y corporaciones puedan usar luego a su favor. Y no solo en la salud -saber antes que nosotros que estamos enfermos por ejemplo-, también en propaganda, manipulación de emociones, etc. Un sistema de datos biométricos en masa podría justificarse para detener prevenir brotes, pero «la batalla de la privacidad puede perderse, dice, porque cuando hay que elegir entre privacidad y salud, habitualmente se elige la salud», afirma.
«¿Y si nos encuentra en un mundo más autoritario con estados que vigilan todo?», se pregunta Cortesi. «En ese escenario, me imagino que el » hacktivismo » digital va a ser más fuerte, que se van a fusionar con los biohacker y juntos van a potenciar una cultura que desafíe un potencial nuevo escenario de poder», aclara.
Un nuevo mundo open source
Las personas abrazan y valoran tecnologías que solucionan problemas masivos. De acuerdo con el informe de la firma global de trend forescasting Trendwatching, el Covid-19 es la coyuntura más urgente en las últimas décadas y requiere mas que nunca de acción conjunta.
«Este es uno de los lugares que más viene creciendo, y que con el Covid-19 se disparó aún más, explica Edwin Rager, especialista en estrategia. Desde tener en GitHub un repositorio que se actualiza diariamente con los últimos datos de la pandemia, hasta un algoritmo para identificar posibles infectados y evitar su zona (CoTrack) mediante un proxy para que la gente pueda realizar sus propias modificaciones, pasando por un repositorio de papers sobre el coronavirus en un mismo lugar y abiertos al público, o usar computación distribuida para encontrar nuevas drogas que puedan atacar al coronavirus.
Desde HOY citan a Code for Philly , que permite parametrizar y proyectar el impacto en una región a partir de los casos ingresados en un sanatorio/hospital. También Nextstrain aglomera data de muchas fuentes para generar reportes y visualizaciones sobre la evolución de patógenos. Y hasta hay iniciativas como comunidades que buscan evaluar, diseñar y validar insumos médicos necesarios para el sistema de salud frente a la pandemia.
«La impresión 3D es una vieja tendencia que todavía no generó un impacto a gran escala, pero que con un buen uso en centros de salud como hospitales o centros de primera atención más alejados de las ciudades podría ayudar a producir insumos a menor costo», aclaran desde HOY. Un ejemplo es el hospital italiano que usa una impresora para generar un insumo para sus respiradores; otro es el grupo de argentinos que fabrica barbijos con sus impresoras 3D.
Mientras tanto, sigue la carrera global por crear un respirador económico: en la Argentina está en marcha el proyecto de fabricación de respiradores útiles para cuadros de coronavirus de los estudiantes y profesionales de la Universidad Nacional de Rosario.
La humanidad unida y aumentada
Según Trendwatching, si bien las tecnologías como realidad virtual, realidad aumentada y mundos inmersivos han crecido en los últimos años, se espera que en un mundo aislado por el coronavirus e incluso post pandemia, estas tecnologías se incorporend a la venta de viajes, retail e incluso, el mundo del trabajo.
«Es interesante el enfoque para reducir la necesidad de que haya mucha gente en una fábrica, por ejemplo, para operar cierta maquinaria, si el experto puede dar indicaciones desde su casa. No se elimina el factor humano , sino que se lo utiliza en forma remota», aporta Perazzo.
Probablemente haya aún más impulso a la realidad virtual y realidad aumentada para continuar compartiendo espacios en vivo.
«Ya existen diferentes iniciativas que surgieron de forma autónoma, como los conciertos en vivo y hasta algunos eventos masivos en línea que se prevén para el futuro cercano. Asimismo, Twitch -plataforma de streaming de videojuegos-, publicó en su blog cómo hacer un concierto en streaming. Hace no mucho vimos el concierto de Marshmello en Fortnite, con lo cual podemos esperar que se realicen más eventos de esta forma», explica Rager.
En este sentido, es probable que exista un crecimiento mayor en plataformas como Hopin y Run the World que permiten hacer eventos con hasta 100 mil participantes online (en el caso de Hopin) que pueden resultar de utilidad para arenas o grandes espacios de conciertos en un mundo post coronavirus.
Cortesi, por su parte, señala que esta crisis mundial pone en manifiesto la necesidad tangible que tenemos como humanidad de vincularlos . «Me imagino el surgimiento de una realidad tangible, que la tecnología me ayude a sentir al otro más allá de la distancia física»
Por ejemplo cita tecnologías aplicadas a la indumentaria, como Fundawear , ropa interior vibrante que nació pensada para parejas, con la visión de permitir «tocar al otro» a la distancia o The Alert Shirt , diseñada para que los fanáticos de fútbol sientan que son parte del juego y al ponerse la remera pueden sentir lo que siente el jugador en es momento.
Social shopping, shopstreaming y comercio inteligente
Con millones de personas aisladas, son tiempos donde se reescriben los códigos de la compra y puntualmente, los del ecommerce, hacia espacios mas interactivos, experienciales y en tiempo real. El coronavirus ha hecho crecer aún mas esta tendencia en China, que ya era pionera en la mezcla de entretenimiento, comunidad y compra online.
La plataforma de streaming iQiyi , por ejemplo, es similar a Netflix pero los usuarios – a diferencia de otros servicios- pueden hacer click en enlaces para comprar productos, prendas, etc., que ven en pantalla. Pinduoduo combina las compras en línea con elementos de las redes sociales como WeChat y QQ, y permite a los consumidores unirse para formar un «equipo de compras» que puede aprovechar su tamaño para comprar artículos con descuento. Xiaohongshu (belleza y moda) permite no solo comprar un producto, sino también publicar imágenes, videos y comentarios que muestran el producto en acción, lo que les brinda a los compradores potenciales una mejor idea de lo que están adquiriendo.
«Hay que ver qué pasa con Twitch. YouTube puede ser un jugador importante en este aspecto, pero es más probable que surja de un servicio relacionado al mundo de los videojuegos, una plataforma que luego sea adaptada por el resto de la comunidad», aporta Rager.
Desde ya, la principal limitante del ecommerce con contextos de aislamiento está relacionada con el delivery y el contacto humano . Aquí entran a tallar la posibilidad de los vehículos autónomos, quizás obteniendo permisos públicos y aceptación social más rápido de lo pensado.
» Savioke es una compañía que recibió una importante inversión de Google Ventures hace algunos años y permite automatizar el delivery en diversas áreas», subraya Perazzo.
Las camionetas fabricadas por la compañía tecnológica china Neolix han ayudado a entregar suministros médicos en áreas afectadas por el coronavirus de China, para desinfectar las calles y transportar alimentos. «La demanda ha aumentado desde el brote del virus y, lo que es más importante, la percepción de las personas hacia el auto sin conductor tuvo un cambio completo. Se dan cuenta de que tales vehículos pueden hacer cosas cuando es arriesgado para un ser humano hacerlo», dijo su fundador a Bloomberg.
También es esperable que en tiempos donde la incertidumbre lleva a posibles compras impulsivas y desabastecimiento, puedan intensificarse las tendencias de programmatic commerce, el fenómeno de los dispositivos conectados que toman decisiones de compra en nombre de las personas, envían el pedido y las empresas responden. Como ejemplo, una máquina de café puede volver a ordenar el café favorito del propietario cuando los suministros se agoten.
En esta línea Amazon ha utilizado datos para las operaciones de su sistema de envío anticipado «Anticipatory Package Shipping», que mueve el inventario por los almacenes según los pedidos esperados.
En compañía virtual: más robots y asistencia digital
A medida que las personas se acostumbran cada vez más a interactuar con robots, chatbots e inteligencia artificial, se espera que se extiendan hacia cada vez más ámbitos, por ejemplo, la salud.
El incremento de robots para el soporte de los sistemas sanitarios , ya venía creciendo: desde la precisión de diagnósticos y procedimientos a tratamientos remotos, pasando por tareas rutinas de atención y cuidado hasta acompañamiento conversacional. Frente a la pandemia y con el personal sanitario global en el medio de la batalla, es probablemente que su participación sea mayor. Más teniendo en cuenta los ensayos en relación al cuidado de personas de tercera edad, lo mas afectados por el virus.
Los hospitales tailandeses están desplegando «robots ninja» para medir la fiebre y proteger la salud de los trabajadores médicos sobrecargados en hospitales de Bangkok. De esta manera, pueden pararse fuera de la habitación y comunicarse con los pacientes dentro a través del robot. En el Centro Deportivo Hongshan en Wuhan (China) abrieron un hospital de campaña atendido exclusivamente por robots, que además ayudaron a la limpieza y desinfección de calles y centros sanitarios.
«A medida que las interfaces se integren en el ambiente y las podamos controlar mediante la voz, la mirada y los gestos dejaremos de ver los dispositivos. Habrá tecnologías cada vez más invisibles que estarán presentes en diferentes aspectos de la vida personal y laboral de las personas», apunta Alejandro Pazos, CTO y director de Nuevos Negocios de Microsoft Argentina.
Es que dado el contexto, se prevé el aumento de usos de asistentes de voz. Hoy según Google, 1 de cada 5 búsquedas se hacen por voz y puntualmente, el número de altavoces inteligentes en el país es prácticamente nulo.
Estos van a crecer en uso muy probablemente, teniendo en cuenta a la gente aislada y confinada, y que el comando de voz evita el contacto con superficies que potencialmente tengan algún contacto con el virus «No es raro que usen a los asistentes para divertirse, tanto para pedir sugerencias de recetas, chistes, trivias o incluso para hacer más fácil las llamadas», estima Rager, quien suma que una posibilidad es que el aumento en el uso hogareño termine facilitando su paso al mundo exterior post pandemia y quiebre la resistencia de parte de la sociedad de interactuar con el teléfono en voz alta en público.