Por: Anahi Rubin
Desde el año 2014 se está organizando la resistencia a los exámenes estandarizados en este país; entre otros motivos por el abuso de parte de una industria multimillonaria de exámenes, quienes están homogeneizando el sistema educativo y agotando los recursos limitados de los distritos escolares. El máximo exponente de esta industria es la corporación inglesa Pearson; la más poderosa en el área educativa del mundo.
Pearson, obtiene ganancias de 9 billones de dólares anuales, opera en más de 70 países; aunque el 70 por ciento de sus ventas son realizadas en Estados Unidos a través de 18 estados.
Los exámenes estandarizados afectan sobre todo a la comunidad afroamericana; que ha visto sus aulas convertidas en centro de preparación y análisis de estrategias para eliminar respuestas equivocadas, y en donde la creatividad y el pensamiento crítico son apartados.
Dos estados que han sido muy expuestos por esta clase de pruebas, son Chicago y Filadelfia; con cuantiosa población afroamericana. En estos lugares se usaron los exámenes para etiquetar las escuelas de las comunidades pobres como fracasadas, para después, finalmente cerrarlas. Esto también sucedió en la ciudad de Nueva York en el año 2013 durante la intendencia de Michael Bloomberg, quien después de evaluar los resultados de los exámenes estandarizados, culpabilizó del escaso rendimiento escolar a los maestros, y decidió cerrar 100 escuelas públicas, decisión que afectó a los estudiantes menos favorecidos económicamente.
Los Estados Unidos tienen una larga historia de usar pruebas de inteligencia para apoyar la supremacía blanca y la estratificación de clases.
En 1920, se empezaron a usar estos exámenes, basado en teorías supremacistas del hombre blanco y norteamericano. La más representativa fue la investigación desarrollada por Francis Galton, médico y estadista inglés, quien fundamentó sus análisis en la trasmisión hereditaria de las facultades intelectuales y morales; y en donde la raza blanca era la que prevalecía. Obviamente bajo toda esta seudo teoría aparecía el racismo y el clasismo.
Muchos años después todavía subsiste en este país criterios similares a los que planteaba Galton, con los aditamentos de intereses económicos alrededor de la educación.
Durante más de 10 años surgieron distintas experiencias educativas, como; No child left behind (Ningun chico se queda atrás) creado en la era de la presidencia de George Bush; Race to the top (La carrera a la cima) y Los estándares comunes estatales, que no dieron resultados positivos ni para estudiantes ni para maestros, pero ayudaron a incrementar los movimientos de resistencia.
En Seattle, los maestros se negaron a tomar los exámenes estandarizados. Esta decisión fue apoyada por la Federación Americana de Maestros (AFT en sus siglas en inglés) y la Asociación Nacional de Educación (NEA en sus siglas en inglés) quienes basaron su solidaridad argumentando que «los exámenes no responden al curriculum y objetivos de la escuela sino que se utilizan injustamente para evaluar los resultados de los docentes’’.
También en el estado de Oregón, los sindicatos hicieron escuchar su opinión ante estos tipos de test y exigieron que en los contratos se incorpore una cláusula que prohíba que el desempeño de los estudiantes en estos exámenes sea utilizado como base para transferencias involuntarias, despidos o reducciones de salario.
Además del tema económico, muchos cuestionan la cantidad excesiva de tiempo que los estudiantes pierden a través de toda su carrera escolar por este tipo de exámenes. Según estudios de EL Consejo de las Escuelas de la Gran Ciudad, (Council of the Great City Schools), que representa a los distritos urbanos; « los estudiantes toman 113 exámenes estandarizados, desde el jardín de infantes hasta el grado 12. O sea que el estudiante invierte 1.6 por ciento de su tiempo escolar rindiendo exámenes’’.
El presidente Barack Obama también ha opinado sobre este tema, y exhortó a limitar las evaluaciones a un 2 por ciento del tiempo en el aula escolar.
«El gobierno es parcialmente responsable por haber convertido los exámenes en lo más importante en las escuelas de Estados Unidos, donde los alumnos pasan entre 20 y 25 horas presentando estas pruebas estandarizadas’’; comentó el presidente norteamericano.
También la directora de la AFT, Randy Weingarten ha expresado; «ya no basta con enseñar a memorizar algunos números o términos, se debe aprender a pensar críticamente y ser capaz de absorber e interpretar el conocimiento’’.
A pesar de estas opiniones y de la resistencia de sindicatos y grupos educativos, los exámenes siguen existiendo; con la problemática de que los resultados sean muchas veces utilizados para desplazar y excluir a las minorías más pobres de este país.
Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Educacion-en-Estados-Unidos-solo-para-pocos-20161031-0004.html