Julieta Guzmán
En diciembre de 2014 los mexicanos –en especial la sociedad civil organizada que no descansó hasta concretarla– festejábamos la entrada en vigor de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA). Esta ley reconoce como titulares de derecho a las NNA y tiene por objeto garantizar el pleno ejercicio de sus derechos.
Iniciábamos 2015 con gran expectativa sobre la implementación de esta ley y los beneficios que esto traería para las NNA. En todos los estados se inició el proceso de armonización y aprobación de la ley estatal.
Actualmente todos cuentan con la aprobación de ésta; sin embargo, sólo dos –Hidalgo y Quintana Roo– han avanzado hasta lograr que el Sistema Estatal de Protección comience a sesionar, y fue hasta diciembre de este año que el presidente instaló el Sistema Nacional de Protección Integral de NNA.
El proceso de implementación de la ley, además de tiempo y el impulso de la sociedad, requiere de recursos. En julio de 2015 el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, con apoyo de otras instituciones como Un Kilo de Ayuda, organizó el Congreso Internacional Invierte Temprano, aportaciones para el presupuesto base cero. En este evento se dieron a conocer los avances de los programas y estrategias que se han impulsado en México en torno a la primera infancia, y con esta información contribuyeron a identificar las prioridades en términos de inversión durante la construcción del presupuesto federal para 2016.
La labor de la sociedad civil organizada a favor de la primera infancia ha sido de gran relevancia durante este año. Además de impulsar la organización de eventos –como Invierte Temprano y el 3er Foro Nacional de Lactancia Materna–, señalar áreas de oportunidad, colaborar en la construcción de propuestas y en el seguimiento de las mismas, ha puesto en marcha, en colaboración con el sector privado e instituciones académicas, proyectos sin precedentes en México.
Los mejores ejemplos de ello son: Necesito de Ti y Aceleradora de Innovación para la Primera Infancia (AIPI). El primero de ellos es un programa de emprendimiento que busca impulsar soluciones innovadoras que atiendan el Desarrollo Infantil Temprano (DIT) en las áreas de estimulación temprana, salud y nutrición, y cuidado y desarrollo. Inició en abril con el lanzamiento de la convocatoria a nivel nacional. En febrero de 2016 sabremos cuáles serán los tres proyectos que recibirán una inversión de capital semilla.
El segundo, la AIPI, festejó su taller inaugural en la ciudad de Monterrey durante noviembre. Es un laboratorio aplicado en la primera infancia que busca traducir el conocimiento científico en estrategias de alto impacto. La iniciativa impulsada por la Universidad Regiomontana y el Center on the Developing Child at Harvard University es parte de la Red de Investigación y Diseño “Frontiers of Innovation” de la Universidad de Harvard. La red, que cuenta con laboratorios en Estados Unidos, Canadá, Brasil y ahora en México, emplea un modelo fundamentado en la ciencia, que es apoyado por una comunidad de agentes de cambio comprometidos con compartir el aprendizaje y el conocimiento acumulado y transformarlo en resultados a favor de las niñas y niños.
Las niñas y niños entre cero y seis años que viven en México merecen una sociedad que no se conforma con lo que el Estado da sino una que va más allá. Una sociedad comprometida que exige al mismo tiempo que asegura que existan las condiciones para que ejerzan sus derechos y logren su máximo potencial.
* Julieta Guzmán es investigadora Mexicanos Primero.
Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/la-sociedad-a-favor-de-la-primera-infancia.html
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