Por: Hemisferio Izquierdo
Soledad Roselli (SR): Existe un discurso (globalmente patrocinado podría decirse) que ha instalado en los más diversos ámbitos la noción de que la educación está en crisis, más específicamente que la educación pública está en crisis. Estos discursos y análisis no sólo funcionan como un distractor que aleja el foco de los verdaderos problemas que enfrenta la educación, sino que promueven paquetes de soluciones que los agravan. En general estos diagnósticos se basan en el análisis de porcentajes de promoción o resultados de pruebas estandarizadas a nivel nacional. Si tomamos como válidos estos indicadores para diagnosticar el sistema, lo primero que nos debería llamar la atención es la disparidad de resultados. Se debería ver que hay “lugares” donde la educación está en crisis y “lugares” donde no lo está.
¿Qué es entonces lo que está en crisis exactamente? Si se observa que la misma organización, con los mismos planes y programas obtiene resultados absolutamente diferentes en zonas diferentes del país. Si además dentro de una ciudad como Montevideo existen zonas en los que los indicadores son muy diferentes, no parece muy aventurado sospechar que la crisis observada guarda relación con factores externos. ¿Por qué entonces no existe interés en analizar en profundidad y debatir lo que estos porcentajes desnudan? ¿Cuáles son los verdaderos problemas del sistema?
Algunos de los problemas más graves que enfrenta el sistema educativo uruguayo son la segregación educativa, la creciente privatización y mercantilización de la educación y una reforma educativa global que ha sido estructurada por bancos y corporaciones. Cada uno de estos problemas se refuerzan mutuamente y tienen entre sí una relación tan estrecha que se hace difícil caracterizarlos por separado.
Un sistema con una segregación educativa:
Dicho sin rodeos, los ricos se educan en centros exclusivos (esto no es nuevo) pero cada vez más existen centros educativos a los que sólo asisten estudiantes pobres.
Este fenómeno se agudiza en las ciudades donde existe educación privada. En la mayoría de los casos se asocia a la segregación urbana aunque no necesariamente, en todo el país existen liceos y escuelas públicas que siendo muy cercanas presentan importantes diferencias en la composición socioeconómica de sus estudiantes.
En ciudades como Montevideo con una importante segregación urbana, la segregación educativa la supera ampliamente. Aún en los barrios más populares, los centros educativos no consiguen reflejar la diversidad social económica y cultural del propio barrio. Los más aventajados del barrio desarrollan estrategias para llegar a contextos educativos que a su entender pueden brindar mayores posibilidades académicas a sus hijos.
Este fenómeno atenta directamente contra el derecho a la educación de los más pobres, los afecta académicamente a través del denominado efecto par pues en el rendimiento académico de un estudiante no sólo influye la condición socioeconómica y cultural del propio estudiante, sino también la de sus compañeros. Un sistema educativo con segregación no sólo reproduce las desigualdades de origen sino que las profundiza.
Aunque sin duda es un reflejo del entramado social, se trata en gran medida de un fenómeno endógeno del sistema educativo que ha sido naturalizado.
En todo el mundo se observa que la segregación se relaciona directamente con la privatización de la educación. Se puede comparar lo que sucede en Suecia con lo que sucede en Finlandia. El fenómeno sueco sirve de modelo para ilustrar cómo la privatización crea segregación y cómo esta no sólo perjudica al segregado sino que en última instancia provoca un deterioro en la calidad de la enseñanza de la mayoría. Sin ir tan lejos también basta con comparar los resultados de Montevideo con el departamento de Colonia donde, salvo en Colonia del Sacramento, casi no existe segregación ni educación privada.
La privatización y mercantilización creciente:
El primer factor que debemos mencionar para el avance de la educación privada es la asignación insuficiente de recursos a la educación pública. Existe una oferta de educación privada cada vez mayor que recibe subsidios del Estado cada vez mayores. Todos los liceos privados están exonerados de impuestos y contribuciones. Recientemente comenzaron a aparecer instituciones educativas privadas que además de estas exoneraciones reciben subvenciones del Estado a través de la renuncia fiscal.
Liceos y otras organizaciones privadas cuyo financiamiento procede casi enteramente de fondos públicos. Si dejan de contar con esta financiación no parece posible que puedan seguir existiendo. ¿Qué sentido podrían tener y cómo recaudarían fondos si no estuviera instalado el discurso de la crisis de la educación pública?
Así además de los liceos tipo Jubilar o el Impulso que selecciona estudiantes en barrios pobres, proliferan también una multitud de ONGs y fundaciones que trabajan dentro mismo de las instituciones públicas, es decir que educan a los estudiantes que asisten a la educación pública.
Quisiera señalar como medular el hecho que el Estado deja y en alguna medida Secundaria también, que empresas privadas, en general multinacionales, sean las que decidan hacia qué proyecto de liceos, ONGs o fundaciones van los fondos públicos. Estas ONGs y fundaciones introducen en el sistema público lineamentos pedagógicos propios de una cultura empresarial, como desde su origen ha sido la educación por competencias.
Conviene leer el informe SCANS (del departamento de trabajo de EEUU de 1991 con Bush padre presidente) considerado como el origen de la educación por competencias. Allí se señala “En el sentido más amplio, las competencias representan los atributos que el empresario de alto rendimiento de hoy busca en los empleados del mañana.”
Estas ONGs y fundaciones trabajan especialmente competencias socioemocionales (controlar emociones, evitar reacciones negativas, responsabilidad, compromiso, cumplimiento de tareas, amabilidad, buena presencia y respeto) buscando satisfacer aquello que las empresas del mercado de servicios esperan de los empleados con poca formación.1 Así hemos llegado a liceos de bachillerato donde los estudiantes han sido sistemáticamente obligados a asistir a charlas de formación en competencias financiadas por Pepsico. Estas charlas se dan en el mismo horario en que los estudiantes hubieran tenido por ejemplo, clase de matemáticas. Se cambian horas de clases por estos talleres.
Esto sucede en un liceo de Montevideo, allí recientemente el núcleo sindical junto con los estudiantes lograron que la dirección revea su decisión de que estos talleres sean obligatorios. En el Liceo 13 se descubrió que la ONG Cimientos seleccionó a los mejores estudiantes (no a los que más ayuda necesitan) para luego promocionarse y recaudar fondos con los porcentajes de promoción alcanzados. No sabemos a ciencia cierta la situación de otros liceos, no se ha logrado conseguir la información de cuántas ONGs y fundaciones están trabajando y en qué liceos.
Hay por lo menos dos aspectos que hacen que los mercaderes y los especuladores se froten las manos con la educación. Primeramente porque pretenden que el sistema educativo forme recursos humanos a la medida de las necesidades de sus empresas, empleados dóciles con formación emocional. Por otro lado porque la educación a nivel mundial se ha convertido en un negocio millonario. Recientemente Angelo Gavrielatos2 señalaba que los grandes capitales han tomado nota de que el recurso más renovable de todos son los niños. He aquí la razón de que la autonomía de nuestro sistema educativo quede supeditada a multinacionales como Pearson, o a los tratados firmados por Uruguay con el BID.
La privatización y la mercantilización están en línea con una reforma educativa que promueve una pedagogía de la cultura empresarial (como la llama Henry Giroux) y responde a una agenda educativa globalmente estructurada no ya sólo por bancos como el BID y el Banco Mundial tal como fueron las reformas de los 90, sino directamente por corporaciones internacionales. Esta lógica empresarial entra en la educación pública y propone por ejemplo la necesidad de introducir incentivos por rendimiento a docentes y la competencia escolar por vouchers de estudiantes.
En este contexto la propuesta de educación por competencias baja directamente desde estos organismos y viene envuelta en mil papalitos de colores. La reforma que desde hace unos años se encuentra en marcha ha buscado sustituir la lógica de los planes nacionales únicos de educación, esa idea de que hay conocimientos y contenidos culturales a los que todos tenemos derecho por el sólo hecho de haber nacido. Actualmente promueve la aprobación del Marco Curricular de Referencia Nacional, este pretende enmarcar una gran diversidad de propuestas adaptadas al medio. Se territorializa el currículum, la educación atada al medio genera el peligro de una mayor capacidad de reproducción social del sistema.
Se profundizan las brechas existentes a través de la elitización del conocimiento pero simultáneamente, casi se siente como un soborno, se propone el acceso general a la acreditación. Es evidente que conceptos como inclusión y derecho a la educación tienen para diferentes actores, significados opuestos.
Con una mirada más general se comprende que el sistema educativo tiene fuerte tensiones, lo tensiona especialmente lo que nunca se dice. Si concebimos la sociedad formada por clases antagónicas, el sistema educativo necesariamente va a tender a favorecer a una de estas clases. ¿Puede haber consenso sobre cuáles son los desafíos del Uruguay del siglo XXI a los que la educación se debe?
Hay agentes locales de promoción de los discursos de crisis educativas “made in BID Educations” que están muy formados y capacitados, pero con los que no podemos coincidir siquiera en las variables que son importantes para analizar. Sencillamente porque respondemos a intereses de clases distintas. Por ejemplo Filgueira que en su presentación “Educación, ciudadanía y capital humano” 3 explica la necesidad de una reforma educativa señalando que el problema que ha enfrentado el país en los últimos años de crecimiento del producto y del empleo ha sido la falta de capital humano. Señala además que esto provoca “problemas de fuertes presiones salariales” y “problemas de fidelización de estos trabajadores a las empresas porque hay muchas oportunidades para ellos”.
¿Cuál es la preocupación central en los planteos de Filgueira? Brindarle a los empresarios los recursos humanos que necesitan, que sus empleados le sean fieles y evitarles sufrir fuertes presiones salariales. Sin lugar a dudas ese no es el objetivo del sindicato de profesores y no debiera ser el objetivo de la educación pública uruguaya.
HI: El discurso de la «crisis educativa» ha venido acompañado de una suerte de «culpabilización docente», que ubica a éstos, y principalmente, a los sindicatos de la educación, como los principales responsables de los problemas educativos. ¿Cuáles son los desafíos de los sindicatos de la educación hoy?
SR: No hace falta ahondar en el poder de las corporaciones y de los bancos internacionales. Los recursos y los medios de comunicación masiva que disponen y hasta la capacidad para sobornar a los gobiernos para que lleven adelante sus reformas, es enorme. Mundialmente se han manejado a través del descrédito y la culpabilización de los sindicatos y de los profesores en general.
Exactamente ¿qué posibilidades tenemos de ser oídos quienes defendemos que la educación es un derecho y que como tal no debería poder venderse ni comprarse? Muy pocas, los desafíos son enormes. Debemos procurar que el sistema educativo (público y privado) sea analizado como un todo en interrelación. Secundaria pública no está aislada está en relación con la educación privada y sometida a las tensiones que provoca una mercantilización que busca y selecciona a “sus clientes”.
Tampoco está aislada de Primaria, es posible que diferentes subsistemas tengan diferentes formas de manifestar los mismos problemas. Si el 1% de los estudiantes repite 6to año de escuela, pero la repetición en primer año de liceo es del 30% sin dudas es algo a analizar en profundidad. Sobre todo porque ese 30% global puede transformarse en un 50% en determinados liceos. La diferencia de porcentajes es sin duda multicausal pero debe estudiarse si por lo menos en parte la necesidad de las autoridades de Primaria de batir records de promoción, no termina provocando o agudizando una distribución desigual del conocimiento entre el estudiantado.
Es importante mostrar que el discurso que presiona para que el aumento de recursos destinados a la educación se traduzca en resultados académicos, sobre todo en la promoción de estudiantes, puede resultar peligroso. La coerción que propone “dinero por resultados” no reconoce cuestiones claves como que el aprendizaje ocurre en un sujeto (el estudiante). Es más que probable que aunque se multipliquen los recursos y se quintupliquen los salarios docentes, el rendimiento académico de muchos estudiantes no se modifique en forma sustancial; sencillamente porque su realidad material no cambió. Además tampoco se ha logrado cambiar sustancialmente la realidad material del docente, quien debe tomar muchísimas horas para poder vivir, cosa que sin duda perjudica el trabajo de aula.
Actualmente en Secundaria se están desplegando todo tipo de propuestas para “el problema de la repetición”. En realidad no para atacar las desigualdades que esta desnuda, sino para disimularlas mediante planes en los que no existe la posibilidad de repetir.
La responsabilidad de los sindicatos de la educación siempre va mucho más allá de lo salarial; presupuesto, condiciones dignas de estudio, techos, baños, gimnasios, que no haya hacinamiento de estudiantes, etc. Sin lugar a dudas si el sindicato no estuviera denunciando constantemente cuestiones de infraestructura y presionando al respecto la situación llegaría a extremos. Se trabaja mucho en derechos laborales pero quedan batallas importantes, entre otras cosas se han naturalizado prácticas abusivas que inclusive permiten el descuento de horas efectivamente trabajadas y el hecho de ser madre (y también a veces padre) repercute en el puntaje del escalafón.
A estos desafíos se agrega uno de mayor envergadura, el de desnudar las contradicciones y los verdaderos problemas del sistema educativo. No es de esperar que estos sean señalados por los análisis de los representantes locales del BID, ni por empresas o corporaciones.
Debemos proponernos investigar, desnudar, teorizar y difundir. Ser parte activa en la generación de un discurso cotrahegemónico, promover que los docentes hagan una opción pedagógica consciente entre la pedagogía empresarial y la que procura develar las relaciones de poder que explican la realidad social.
Esto se relaciona con otro gran desafío, ser propositivos tanto en políticas educativas como en la construcción de alternativas pedagógicas que vayan a contrapelo de las actuales reformas que buscan la adaptación del estudiante al medio. Alternativas que procuren espacios para una práctica educativa emancipadora. No es imposible, hay experiencias que van por este camino.
HI: ¿Cuál es y cuál debería ser la estrategia sindical para contribuir a resolver los problemas educativos del país?
SR: Existen problemas que se relacionan con lo presupuestal, la falta de recursos afecta directamente a los estudiantes y también a los trabajadores que (sólo por poner un ejemplo) terminamos poniendo de nuestros salarios las herramientas indispensables para nuestra tarea. Pero la sola asignación de recursos no nos asegura nada. Se pueden asignar muchos recursos sin que exista ninguna disposición a transitar los caminos para los cambios necesarios.
El 6% para la educación puede llegar, pero el marco ideológico que da sustento a las actuales reformas va a impedir que la asignación de estos recursos ayude a enfrentar los problemas señalados. A esta altura el temor de que los recursos terminen en liceos con modalidad PPP, en el pago de “incentivos por rendimiento” a docentes que trabajan con un currículum territorializado y diferenciado, en vouchers educativos y en el pago de servicios cada vez más privatizados parece bastante fundado. La asignación de recursos suficientes es un factor crítico y urgente, pero no puede estar condicionada a lograr tal o cual porcentaje de promoción ni a que aceptemos formar a los estudiantes para que quieran ser los empleados del mes.
Por otro lado, es cierto que la mayor parte de los problemas del sistema educativo no pueden resolverse desde el propio sistema. No se puede seguir alimentando la ilusión de que el sistema educativo puede superar las contradicciones de una sociedad que se erige sobre la base del capitalismo, además dependiente.
Esto no quiere decir que primero deba resolver cómo llegar a una sociedad poscapitalista y después recién pueda hacer propuestas. Una de las razones por las que se señala la necesidad de participar en el gobierno de la educación es porque se quieren cambiar cosas.
Sí como se señaló, la segregación, la privatización, la mercantilización y las reformas educativas globales son los principales problemas, cualquier estrategia debe apuntar a solucionarlos o mitigarlos. El primer obstáculo es que para empezar, deben ser reconocidos como problemas por la mayoría de los actores involucrados.
Debemos investigar a cuánto ascienden los recursos públicos destinados a la educación privada y simultáneamente denunciar los mecanismos de selección del estudiantado que se practican. Es decir hacer una valoración ética de toda esa financiación pública para una educación (privada) que además no es para nada inclusiva.
Es medular estudiar y dar a conocer cuáles son los recursos destinados a un estudiante de un liceo público de la periferia montevideana en comparación con los destinados a un estudiante del Liceo Impulso, pero también con el dinero proveniente de la renuncia de contribuciones e impuestos que cuesta a los uruguayos un estudiante del Lycée Français. En la misma línea debemos procurar conocer los recursos destinados a fundaciones y ONGs que trabajan en el sistema educativo e investigar los fines y el accionar de estas organizaciones.
En cuanto a las políticas educativas es urgente colocar como un problema central la segregación dentro del propio sistema público, sustento incluso de las políticas focalizadas. Desnaturalizar su existencia y señalar la necesidad de una regulación estatal de estudiantes que (a diferencia de la actual regulación) apunte a promover la heterogeneidad del estudiantado. Tenemos además un debe ético al respecto, que nos obliga a pensar y proponer soluciones. Debemos difundir los acuerdos firmados por Uruguay con los organismos internacionales y mostrar cómo estos atentan contra toda autonomía del sistema educativo.
Para finalizar, lo que ya se mencionó antes como uno de los desafíos. En una educación que propone la adaptación del estudiante al mercado, en la que han comenzado a llegar a los liceos fichas para evaluaciones socioemocionales que pretenden medir la docilidad del estudiante, en donde ya no sólo los bancos sino las multinacionales están logrando meterse a educadores; no podemos renunciar a crear un espacio de pedagogía crítica que se proponga problematizar y comprender la realidad social.
Hace poco un compañero planteaba lo siguiente: Si a los estudiantes de sexto año de liceo les hacemos preguntas del tipo “¿Cuáles señalaría usted como las principales causas de la pobreza?” ¿No es posible suponer que la falta de esfuerzo, la pereza y la escasez de méritos serían factores causales de primer orden para muchos de nuestros estudiantes? ¿No tenemos los docentes ninguna responsabilidad o debe en ese sentido? ¿Podemos renunciar a trabajar colectivamente y sistemáticamente en una propuesta pedagógica que desnaturalice el actual estado de las cosas?
Trabajar en propuestas pedagógicas que por ejemplo presenten el trabajo, la alimentación y la vivienda como DDHH fundamentales y no como mercancías. Propuestas que por lo menos sean una voz alternativa al discurso hegemónico con que son bombardeados diariamente los estudiantes.
*Soledad Roselli. Profesora de Química. Militante de Ades Montevideo y de la Agrupación Comuna Pedagógica.
Fuente: https://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2017/08/01/Entrevista-a-Soledad-Roselli