Escrito por: Camila Londoño
Para fomentar la creatividad, la lectura, la escritura y el amor por el libro, el profesor de lenguaje Roberto Contreras, sugiere estas sencillas actividades para realizar en la sala de clase.
En el marco del taller ¿Cómo mediar la lectura del libro álbum?, organizado por la Editorial Zig Zagy la Biblioteca Escolar Futuro, el Profesor de Lenguaje de la Universidad de Chile, Roberto Contreras expuso contenidos relacionados con la estructura del libro álbum, las estrategias de mediación lectora y la optimización de los espacios de lectura. También compartió 7 actividades que además de fomentar la lectura, son perfectas para generar un vínculo entre los niños y los libros. Las 7 actividades son sencillas de hacer, casi todas funcionan de forma individual o grupal y son una excelente oportunidad para generar un acercamiento al libro como un todo; desde su exterior hasta su interior.
1. La puerta de entrada al libro
La actividad tiene una duración aproximada de 15 a 25 minutos.. El profesor debe invitar a sus estudiantes a que seleccionen libros según sus portadas. Después se plantean preguntas como: ¿qué me dice esta portada?, ¿un libro vale por sus tapas?, ¿las portadas anuncian su contenido? o ¿qué se puede inferir a partir del título?
Por otra parte, Contreras sugiere que se comenten las portadas de libros que han leído y creen nuevas portadas para dichos libros, incluyendo, títulos, ilustraciones y colores.
Esta actividad tiene una duración aproximada de 10 a 30 minutos. También se realiza antes de la lectura. El profesor debe explicar a los niños que los libros tienen una estructura-esqueleto que les permite ser lo que son. Las partes de dicho esqueleto son: la portada (cara frontal), el lomo (borde externo donde está el título y el nombre del autor), contraportada (la parte posterior), la solapa (borde plisado hacia el interior donde aparece la biografía del autor u otros títulos y colecciones) y finalmente la reseña (texto final sobre el contenido).
Contreras sugiere que los niños revisen una amplia variedad de libros para luego exponerlos a sus demás compañeros, describiendo cada una de las partes de su esqueleto.
3. Un tesoro de palabras
La actividad se realiza a lo largo de todo el semestre, durante y antes de la lectura. El profesor debe hablar del valor del vocabulario y la importancia de aprender cada día nuevas palabras. La idea es confeccionar un cofre con una caja de cartón decorada donde irán dejando las mejores expresiones. Éste será una especie de tesoro de curso. El objetivo es que se escoja una palabra o una expresión a partir de la lectura diaria.
Una de las sugerencias de este profesor de lenguaje es contarle a los niños que el escritor de Charlie y la fábrica de chocolate, Roald Dahl, al iniciar su carrera anotaba en un cuaderno un listado de palabras similares; así cuando quería describir a un personaje malvado no escribía “era muy malo” sino “un malandrín perverso e infame”.
4. “En un bosque oscuro y hondo… ”
Esta actividad de 60 o 90 minutos se realiza después de la lectura. El eje de ésta será el bosque. El bosque como espacio de cuentos es un escenario clásico y referencial para contextualizar una situación de asombro, sorpresa y aventura, dice Contreras. Entonces, la idea es empezar la actividad con la frase: “En un bosque oscuro y hondo… ”. Los niños tendrán que completar esa frase. Para esto, es importante que lean varias historias que tengan como referencia los bosques (Caperucita Roja, Hansel y Gretel, El bosque, ¡Mira lo que tengo!… ). Así, los niños podrán experimentar el efecto y la finalidad que tiene utilizar un bosque como espacio narrativo de una trama.
5. “Yo soy el héroe”
“Yo soy el héroe” es una actividad colectiva que puede durar de 60 a 90 minutos. Se realiza después de la lectura y consiste en esto: Se toma una historia que le guste a los niños para que ellos puedan transformarla como si ellos fueran los personajes. La reescritura del cuento no es individual pues busca promover el trabajo colaborativo, de modo que cada integrante del grupo tenga un rol dentro del proceso creativo. Mientras uno cuenta la historia, otro la escribe y un tercero corrige. Todos deben revisar la coherencia del texto.
6. “Dime”: conversar sobre las lecturas
Se realizará después de la lectura y durará de 25 a 30 minutos. Dime es básicamente un enfoque de mediación de la lectura que busca promover una “conversación literaria” para generar un diálogo, usando un repertorio de preguntas sencillas, directas y que apunten a pensar sobre lo que se ha leído más allá de la pregunta: “¿te gustó?”.
Algunas de las preguntas que se deberían hacer son: ¿Qué te llamó la atención del cuento?; Si dejaste de leer ¿en qué parte fue y por qué?; ¿Pudiste predecir lo que venía?; ¿Has leído otros libros como este?; ¿Qué le dirías a un amigo sobre este libro?; Si el autor te preguntara qué mejorarías del libro ¿qué le dirías?; ¿Se puede saber quién está contando la historia?; ¿Lo que leíste te hizo recordar algo?