Maestras todo terreno: docentes, madres, amas de casa y luchadoras

 Trabajar dos cargos en condiciones insalubres, luego continuar en el hogar, más tarifazos del 400%, generan malestar y bronca.

Para las docentes mujeres, que son más del 80% del gremio, el impacto negativo de las condiciones de trabajo se profundiza con el gobierno de Macri. Muchas son madres solteras, sostienen la educación y sus hogares, trabajan dos o tres cargos para llegar a fin de mes, cumplen horas extras, continúan el trabajo en sus casas y sustentan la crianza de sus hijos.

A la precarización del trabajo heredada del gobierno kirchnerista, se sumaron las medidas del macrismo: miles de despedidos en la calle, tarifazos en los servicios y el transporte, una inflación creciente. Hay una doble carga que impacta directamente en la salud física y psicológica. Y las dirigencias sindicales dejan pasar todo.

En las escuelas se siente el impacto de estas medidas. El “gobierno de ricos” cierra programas de educación y destina cada vez menos plata para educación pública y más para subsidiar a la privada. Hay graves problemas edilicios, falta de gas, escuelas que se inundan y techos que caen. Las familias trabajadoras que mandan a sus hijos a escuelas públicas, padecen junto a la comunidad educativa estas difíciles condiciones de aprendizaje, como también el agravamiento en sus condiciones de vida.

Malestar docente

La profesión docente es “de riesgo” porque la escuela va transformándose en un ámbito insalubre, para docentes y para alumnos. Sobre todo para las trabajadoras, sostenes de hogar, que corren de una escuela a otra, que hacen horas extra, trabajan en la casa, corrigiendo y dando de comer a sus hijos.

Algunas de las enfermedades laborales no están contempladas en la legislación actual y el “esfuerzo extra” nunca tuvo reconocimiento salarial. Por el contrario, los gobiernos macristas y kirchneristas, junto a los medios de comunicación, insisten en demonizar al docente que lucha y de atacarlo vía el presentismo. En la actualidad, provincias como Mendoza, cuentan con un “ítem aula” que castiga a los docentes que por cualquier razón, necesitan faltar a la escuela.

En 2004, un estudio de la UNESCO mostró como enfermedades más comunes y específicas de la profesión docente, a padecimientos como las várices, disfonía, lumbalgias, hasta manifestaciones psicosomáticas como el estrés, gastritis, hipertensión arterial, disfonía, llegando a la angustia y la depresión. El síndrome de Burnout, o de “estar quemado”, también es muy común y se expresa en un agotamiento emocional, sensación de estar sobrepasado, despersonalización o endurecimiento emocional. (Christina Maslach, ”Burnout”, en Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo, OIT, 2001).

Los trastornos ginecológicos ocupan un lugar destacado. Así lo demuestra un estudio de años atrás de CTERA, en el que los datos de padecimientos de mujeres son alarmantes: el 15,4% soporta trastornos ginecológicos; el 24,5% perdió un embarazo y el 14,5% tuvo un parto prematuro. En dicha encuesta, más del 80% de las maestras y profesoras consultadas reconoció ir a trabajar estando enfermas.
Las largas jornadas laborales, permanecer muchas horas de pie, forzar la voz, sentarse en un mueble incómodo, realizar esfuerzo físico excesivo, temperatura inadecuada, ambiente ruidoso, el trabajo en la casa y las tareas domésticas, configuran un cuadro de insalubridad laboral en donde las mujeres suelen ser las más afectadas.

La pelea por nuestros derechos

Gracias a la organización y movilización, las docentes de la Ciudad logramos conquistar la licencia por violencia de género, recientemente aprobada en la Legislatura porteña. En este camino, la pelea es por ganar este derecho para todas las trabajadoras.

Por nuestras condiciones de trabajo, desde las bancas del PTS en el Frente de Izquierda proponemos reformar la jornada laboral docente a 6 horas, con un salario mínimo igual a la canasta familiar y un tope de 4hs frente al curso, destinando el resto del tiempo a tareas de corrección, preparación de clases y capacitación en servicio. Es urgente adecuar los establecimientos educativos y aumentar el presupuesto para educación, como primera vía para mejorar las condiciones de trabajo que atentan contra nuestra salud.

Para los hijos de las trabajadoras, es importante la creación de jardines infantiles, públicos y gratuitos, en cada barrio y lugar de trabajo.

Las docentes de Pan y Rosas y la Corriente 9 de abril, nos organizamos en las escuelas. Somos parte de Ademys y de la oposición en UTE y nos movilizamos en los paros nacionales del 24 de agosto y el 2 de septiembre. Allí, fuimos parte de una columna independiente, junto con los sindicatos combativos y las organizaciones de izquierda, para pelear contra el aumento en las tarifas y por la reapertura urgente de paritarias.

Para pelear contra el ajuste de Macri y los gobernadores provinciales; contra los despidos que afectan a todas las familias trabajadoras y más a las mujeres; para conquistar todas nuestras demandas, porque las mujeres nos organizamos y movilizamos, fuimos miles por #Ni Una Menos, liberamos a Belén y queremos el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Maestras-todo-terreno-docentes-madres-amas-de-casa-y-luchadoras

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Virginia Espeche

Docente de la comisión de Mujeres Ademys