Siany Villalobos
Mucho se habla de los niveles de educación en el país, como costarricense tenemos claro que la educación no está siendo de calidad y que las oportunidades no están llegando a toda la población, por ejemplo, las condiciones de dos centros educativos en un mismo cantón distan sustancialmente, tienen condiciones muy desiguales, en resumen no existe la equidad. Ahora bien, que podemos decir de los estudiantes que no llegan a culminar la secundaria, la deserción continua y no observamos acciones concretas para corregir dicha situación y mejorar la formación de nuestra juventud.
En estos meses también hemos visto como se ha bombardeado el tema de la educación superior, el problema es grande y los intereses son múltiples, es poco razonable no darse cuenta que hemos sufrido de muchos abusos, entre ellos los salarios desmedidos en las altas jerarquías de las universidades públicas y me refiero a esas jerarquías debido a que tenemos profesores de las mismas casas de estudios en situaciones económicamente diferentes, viven con el estrés de su posible nombramiento cada año, despojándole de planes de inversión para su futuro y el de su familia, simplemente viven en la incertidumbre.
Solo basta saber que muchos profesores pasan décadas como interinos, con contratos que les dejan desprovistos de salario en los meses de enero y febrero, puesto que sus contrataciones solo son efectivos al 15 de diciembre de cada año, con nombramientos de medio o tres cuartos de tiempo, para ahorrarse la dedicación exclusiva, mientras que algunos propietarios de plazas están a las anchas, o fuera del país becados por varios años, la disparidad es bárbara y por tal motivo no se puede juzgar a justos por pecadores.
Aún más grave es reconocer que de los estudiantes que logran el bachillerato en colegios públicos, pocos, pueden disfrutar de la oportunidad de ingresar a una universidad pública, es evidente que no podemos competir con colegios privados donde actualmente la preparación del estudiante es mucho mejor, pues no tienen huelgas, los grupos son más pequeños y los recursos no son escasos y se les entrena para superar las pruebas de ingreso a las universidades públicas.
Verdaderamente una paradoja, me preparo en lo privado para poder ingresar a la universidad pública, catalogada como unas de las mejores opciones para el desarrollo profesional en casi todas las carrereas.
Ahora bien, como hacen los estudiantes de escasos recursos que superan la primaria y secundaria para ingresar a una universidad pública, se enfrentan a una competencia desleal, sin embargo; muchos lo logran con tenacidad, la pregunta es, cuál es el porcentaje que lo logra, sin temor a equivocarme esa cantidad de estudiantes procedentes de familias pobres siempre han sido los menos y de no tomar acciones concretas lo seguirán siendo. Para aquellos que no logran superar las pruebas e ingresar a la universidad pública, casi queda condenado su futuro y dictada la sentencia de seguir en la pobreza, pues las opciones de educación superior privadas son bastantes onerosas para hacerle frente desde la escasez económica.
Ahora que la Asamblea Legislativa tiene en estudio el FEES, será importante que pongan mucha atención a las medidas de inclusión, sobre todo de la población que históricamente ha tenido más restricciones para optar a estudios superiores. No es solamente observar el costo de la planilla, pues ese es el motor de la Universidad, no dejar de lado los privilegios odiosos y discrepantes entre iguales en manos de unos pocos, y tratar de estimular a su eliminación, tal y como se está haciendo en el resto del sector público.
Mucho se habla de los niveles de educación en el país, como costarricense tenemos claro que la educación no está siendo de calidad y que las oportunidades no están llegando a toda la población, por ejemplo, las condiciones de dos centros educativos en un mismo cantón distan sustancialmente, tienen condiciones muy desiguales, en resumen no existe la equidad. Ahora bien, que podemos decir de los estudiantes que no llegan a culminar la secundaria, la deserción continua y no observamos acciones concretas para corregir dicha situación y mejorar la formación de nuestra juventud.
En estos meses también hemos visto como se ha bombardeado el tema de la educación superior, el problema es grande y los intereses son múltiples, es poco razonable no darse cuenta que hemos sufrido de muchos abusos, entre ellos los salarios desmedidos en las altas jerarquías de las universidades públicas y me refiero a esas jerarquías debido a que tenemos profesores de las mismas casas de estudios en situaciones económicamente diferentes, viven con el estrés de su posible nombramiento cada año, despojándole de planes de inversión para su futuro y el de su familia, simplemente viven en la incertidumbre.
Solo basta saber que muchos profesores pasan décadas como interinos, con contratos que les dejan desprovistos de salario en los meses de enero y febrero, puesto que sus contrataciones solo son efectivos al 15 de diciembre de cada año, con nombramientos de medio o tres cuartos de tiempo, para ahorrarse la dedicación exclusiva, mientras que algunos propietarios de plazas están a las anchas, o fuera del país becados por varios años, la disparidad es bárbara y por tal motivo no se puede juzgar a justos por pecadores.
Aún más grave es reconocer que de los estudiantes que logran el bachillerato en colegios públicos, pocos, pueden disfrutar de la oportunidad de ingresar a una universidad pública, es evidente que no podemos competir con colegios privados donde actualmente la preparación del estudiante es mucho mejor, pues no tienen huelgas, los grupos son más pequeños y los recursos no son escasos y se les entrena para superar las pruebas de ingreso a las universidades públicas.
Verdaderamente una paradoja, me preparo en lo privado para poder ingresar a la universidad pública, catalogada como unas de las mejores opciones para el desarrollo profesional en casi todas las carrereas.
Ahora bien, como hacen los estudiantes de escasos recursos que superan la primaria y secundaria para ingresar a una universidad pública, se enfrentan a una competencia desleal, sin embargo; muchos lo logran con tenacidad, la pregunta es, cuál es el porcentaje que lo logra, sin temor a equivocarme esa cantidad de estudiantes procedentes de familias pobres siempre han sido los menos y de no tomar acciones concretas lo seguirán siendo. Para aquellos que no logran superar las pruebas e ingresar a la universidad pública, casi queda condenado su futuro y dictada la sentencia de seguir en la pobreza, pues las opciones de educación superior privadas son bastantes onerosas para hacerle frente desde la escasez económica.
Ahora que la Asamblea Legislativa tiene en estudio el FEES, será importante que pongan mucha atención a las medidas de inclusión, sobre todo de la población que históricamente ha tenido más restricciones para optar a estudios superiores. No es solamente observar el costo de la planilla, pues ese es el motor de la Universidad, no dejar de lado los privilegios odiosos y discrepantes entre iguales en manos de unos pocos, y tratar de estimular a su eliminación, tal y como se está haciendo en el resto del sector público.
Fuente: https://www.larepublica.net/noticia/la-inversion-en-la-educacion-publica-no-concuerda-con-su-calidad