Los estados de Ecuador, Guatemala y Perú, simultáneamente se encuentra en una incertidumbre política. Ecuador y Guatemala con los derechos y garantías constitucionales restringidos, sea por Estado de Excepción o Estado de Sitio. En el caso de Perú, con un Congreso de la República disuelto que ya casi es una tradición política.
Los tres gobiernos neoliberales aplican dichas medidas extremas con la finalidad de desactivar, frenar o intimidar los procesos de “revueltas sociales” y preservar el “orden” para la vigencia o afianzamiento del sistema neoliberal. Todo en obediencia o con el beneplácito de la OEA-EEUU.
Ecuador dictó Estado de Excepción para intentar frenar las protestas sociales frente al “paquetazo” neoliberal impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que obligó al Estado a elevar los precios de los combustibles casi en un 100%.
En Perú, el neoliberalismo corrompió la administración pública al grado que la oligarquía y sus partidos políticos corruptos se enfrascaron en una batalla política campal sin salida, y uno de los bandos, desde el Ejecutivo, terminó “derrotando” al otro bando con el cierre del Congreso. Pero ningún bando corrupto está aún vencido. En 1992, Fujimori con un “cierre del Congreso” instauró el sistema neoliberal. En 2019, Vizcarra cierra el congreso para dirimir la trifulca neoliberal y posibilitar su continuidad.
En Guatemala, al igual que en el Perú, Ecuador, Colombia…, el sistema neoliberal desordenado corrompió y enemistó a los clanes dentro de la oligarquía nacional. Dicho enfrentamiento de clanes, después del cierre del show de la “lucha contra la corrupción” made in USA (2019), terminó favoreciendo al bando dedicado al narcoextractivismo. Y, para intentar frenar/intimidar los procesos de resistencias comunitarias anti neoliberales, el gobierno (con múltiples denuncias por sus nexos con el narcotráfico) dictó Estado de Sitio en varios municipios y departamentos del país, disque para capturar a los narcos. Quizás porque esta industria no admite competencia.
Estos tres estados predadores de derechos son miembros impulsores del llamado Grupo de Lima y del espacio PROSUR. Con gobiernos serviles a los intereses geopolíticos norteamericanos. Gobiernos abiertamente contrarios a los procesos de integración y emancipación latinoamericana.
En los últimos años, Guatemala fue utilizado por el gobierno norteamericano como “conejillo de indias” para instalar en el imaginario colectivo latinoamericano la idea de la “lucha contra la corrupción” como una política sublime proveniente del Norte. Pero, la finalidad de dicho teatro gringo no era más que para “desprestigiar y perseguir” a los gobernantes y ex gobernantes progresistas (anti neoliberales) del Sur que en años recientes lograron sacar más de 70 millones de latinoamericanos de la situación de pobreza.
Conseguido sus objetivos, los gringos cerraron su teatro anti corrupción en Guatemala, y no les importa si hay o no Estado de Sitio en el “Tercer País Seguro”. Mucho menos si los ex funcionarios corruptos preventivamente encarcelados, ahora, salen libres para seguir disputando el banquete neoliberal en un país despojado.
Ecuador también es utilizado como “conejillo de indias”, para experimentar el óptimo “retorno democrático” de todo un país a las garras del sistema neoliberal, y mostrar de cómo se “castiga con cárcel” a los ex gobernantes anti neoliberales.
Perú es un experimento para demostrar a los peruanos, y convencer a toda Latinoamérica de que los bicentenarios estados neoliberales sí funcionan, y no son necesarios los procesos de cambios estructurales como exige más de alguna voz.
El cierre del Congreso fue para distraer las luchas territoriales contra el sistema hegemónico, y fijar en el imaginario peruano el mensaje de: “Nuestro Estado y sistema neoliberal sí funcionan. No nos aventuremos en “rebeliones” tipo bolivianazos o caracazos”.
En estos tres países neoliberales, intervenidos por el gobierno norteamericano, nada está concluido aún. Existen diferentes procesos de resistencias populares activadas/abonadas por los impactos negativos del neoliberalismo.
Al parecer, el próximo campo de acción para la auto redención de estos países serán las calles y las urnas. Ojalá con propuestas de cambios estructurales y profundos que expresen la visión plurinacional de estos pueblos.