Por: Ricardo Braginski.
Especialistas en pedagogía y en tecnología avanzan en el desarrollo de nuevas herramientas educativas. La virtualidad al máximo, inteligencia artificial y el debate sobre la privacidad.
De un lado están los “tecnófilos”, aquellas personas que viven buscando la forma de introducir la tecnología en el aula a cualquier costo. Por el otro, los “tecnófobos”: quienes no quieren ni oír hablar sobre herramientas digitales. Mientras tanto, a mitad de camino, y lejos de cualquier discusión bizantina, distintos centros de investigación y desarrollo vienen avanzando con las nuevas tecnologías que, hoy por hoy, pueden colaborar con los aprendizajes. Algunas de ellas fueron presentadas la última semana en la Universidad Tecnológica de Monterrey, México, en el marco del Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE).
Parece estar presente, pero es un avatar. Así se ve a una profesora que está a distancia a través de la telepresencia con efecto de holograma.
Pero vayamos por partes. Lo del profesor “avatar” es bien sofisticado. Está pensado principalmente para universidades o grandes instituciones académicas. Para llevarlo a cabo se requiere de una sala transmisora, que cuente con las cámaras, diversos micrófonos ambientales -no son de mano ni corbateros- y la pantalla desde donde el profesor ve a los alumnos. Al mismo tiempo, en las aulas se deberá contar con la contraparte: un film holográfico -el dispositivo que representa el avatar-, más la cámara y los micrófonos que siguen a los alumnos y que son controlados desde la sala de transmisión, donde se ubica al profesor.
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“Más allá de la tecnología, lo importante es que el profesor sea bueno. Hemos hecho un análisis con la primera generación de alumnos que usó esta tecnología en el primer semestre de 2018 en la materia Física. Y los resultados académicos son casi similares al de aquellos que hicieron la misma materia en forma presencial”, dijo a Clarín Leticia Castaño, coordinadora de proyectos de innovación educativa del Tecnológico de Monterrey, donde esta tecnología empezó a implementarse en 2018. Hasta el momento, ya fue utilizada por 1.634 estudiantes y 47 profesores, en 22 materias distintas.
El dispositivo que se usa para reproduce el profe «avatar».
Para Castaño, el principal beneficio de la tecnología es poder compartir una clase de un profesor que tiene conocimientos especiales sobre una disciplina con alumnos ubicados en distintas aulas, inclusive en distintas ciudades. Y todo en forma simultánea, con preguntas y respuestas como si estuviesen todos en el mismo lugar.
“¿No es caro todo esto?”, preguntó este diario. “Un poco, pero no tanto para una universidad. Cuesta entre 6 y 10 mil dólares para cada sala. Pero se recupera, porque se evita que los profesores viajen. Y además, se lleva la calidad y el talento del profesor a lugares donde antes no se podía, igualando así los aprendizajes” responde Castaño.
Clases 360, entre un profesor que da clases y un alumno que no pudo asistir.
Lo de las “clases 360” también es sofisticado pero, a diferencia, de la telepresencia holográfica, viene un poco retrasada. Aún está en período de prueba piloto. Este desarrollo lo que busca es que si, por algún motivo, un estudiante no puede asistir a clase, el dispositivo le permita “estar allí”, aunque físicamente esté en otro lugar.
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¿Cómo? En el aula se coloca un equipo de video en 360, esos que tienen muchas cámaras que van captando todo el entorno más un software que procesa la información de modo tal que la persona a distancia puede ir moviendo las cámaras y ver el ambiente en tiempo real, y a 360 grados.
Desde el punto de vista pedagógico, lo que se busca es que ese estudiante “virtual” participe de la clase prácticamente como si estuviera de manera presencial. El alumno puede ver en todo momento lo que pasa en el aula y las reacciones de cada uno de sus compañeros de clase, e incluso puede participar en tareas de grupos. Los compañeros simplemente se acercan a la cámara e interactúan con el estudiante que está a distancia.
Realidad aumentada aplicada a la enseñanza.
Si bien la tecnología está, aún no puede usarse en forma masiva, porque todavía no hay suficiente ancho de banda para pasar las toneladas de información de ida y vuelta que se necesita para que esto funcione con fluidez, dice Irving Hidrogo, líder del laboratorio Mostla, de la Universidad de Monterrey, que desarrollan esta tecnología.
Otra que avanza, y fuerte, es la inteligencia artificial aplicada a la educación. Lo que se desarrolló en el mismo laboratorio Mostla es lo que ellos llaman un “tablero inteligente”, que obtiene información, a todo momento, de lo que va haciendo el alumno en su vida digital estudiantil. El tablero obtiene desde tiempos de entrega de las actividades, hasta calificaciones, calidad de los trabajos entregados, y más. Con todos estos datos, y usando algoritmos, va haciendo predicciones de lo que puede pasar con ese estudiante, y de este modo ayudarlo a progresar en sus estudios.
El perfil de un estudiante, de acuerdo a lo que obtiene una plataforma de inteligencia artificial sobre la base de la historia digital del alumno.
La inteligencia artificial también toma datos de la participación de los estudiantes en las redes sociales, y la usa para obtener el perfil de la “personalidad” de cada alumno. Con eso, el profesor puede planificar la metodología de enseñanza que más se adapta. José Antonio Martínez, de Mostla, aclara que esto se hace tomando en cuenta la protección de los datos personales de los alumnos. Y que solo trabajan con aquellos que acepten los términos y condiciones.
También hay aplicaciones educativas de realidad aumentada y virtual. Las de realidad aumentada descargan al celular o tableta algunos contenidos que periten reforzar, de una manera más vívida, el contenido que se está viendo en clase. Por ejemplo, se puede manipular la estructura de un átomo como si uno lo tuviera en la mano.
Realidad virtual aplicado a la enseñanza.
En cuanto a la realidad virtual hay todo tipo de aplicaciones con fines académicos que se puede usar. Como siempre, lo más importante es que los profesores hagan una buena “curación” del contenido que ya viene elaborado.
La tecnología Blockchain, en tanto, está siendo cada vez más usada para certificar títulos a nivel global, de una manera fácil, segura y que les permita a terceros tener confianza que esos títulos son reales.
Fuente del artículo: https://www.clarin.com/sociedad/educacion-futuro-profesores-avatar-clases-360-grados_0_pkttyZW_.html