Por: Carmelo Marcén
A lo largo de los próximos días y semanas os queremos ir presentando diferentes herramientas con las que poder «salir de casa» y respetar el confinamiento al mismo tiempo. Vamos a ir empezando poco a poco y cada ciertos días iremos añadiendo más y más propuestas que irán, desde pasear por Parques Nacionales a escuchar e identificar pájaros por su canto o conocer el principio de las cosas. ¡Comenzamos!
Un diario muy resumido del medioambiente doméstico
En estos días que no podemos salir hemos de aprovechar el tiempo para hacer cosas diferentes a las habituales. Algo nos ocuparán las actividades, jugaremos con modelos clásicos o a inventarnos juegos, nos responsabilizaremos de ciertas tareas de la casa, veremos un poco la tele o nos engancharemos un rato a los dispositivos electrónicos. Pero hay tiempo para todo; por eso recomendamos pararse a pensar unos minutos en todo eso que hacemos cotidianamente en casa que tiene que ver mucho con nuestra relación con el medioambiente. Aquí caben cantidad de cosas, si bien vamos a indicar algunos caminos para no perderse. Hace falta ponerse las gafas de explorar y tomar notas, pues en muchas ocasiones nuestras rutinas nos impiden sacar partido de lo que hacemos bien, o menos bien. Por eso, mejor si lo vamos escribiendo; así nos servirá a nosotros e incluso podremos enseñarlo, o enviarlo en un whatsapp a nuestras amistades.
Esta es una propuesta para hacer en equipo; estaría bien ensayarla en familia. Después podemos llevarla al grupo de WhatsApp u otras redes que tenemos con los compañeros y compañeras de clase. Seguro que cada cual tendrá su visión de las cosas que hace, aunque si se piensa con un poco de detenimiento se verá que poco a poco surgen coincidencias. Se trata de ir anotando en una tabla pequeñas o grandes acciones que tienen que ver con una parte del medioambiente; el real, no ese que estudiamos en aquella lección en el colegio o el instituto. Esta actividad se podría titular “Una gincana por el medioambiente casero”. Avisamos ya de que nos dará una visión incompleta, hay otras muchas más cosas que podríamos revisar.
Vamos a fijarnos solamente en cada actuación que tiene que ver con el consumo de agua, energía y otros materiales que tienen que ver con la producción de residuos; no tratamos aquí de los alimentos pero habría mucho que hablar. Repasar ciertos hábitos cotidianos es como abrir una ventana de casa y lanzar una mirada a la naturaleza, ahora que está más lejos. Nadie negará que el agua y la energía son parte de ella, como la tierra y el aire. Solo es necesario recordar que en la cultura occidental, desde los griegos, los cuatro elementos motores de todo fueron agua, fuego, aire y tierra; de hecho, están incorporados a las ideas de varias religiones. Quiénes tengan interés lo pueden buscar en Internet y lo comprobarán.
Una cuestión básica para entender cómo funciona una casa, que ahora se asemeja un poco a la naturaleza de la que estamos distanciados, es conocer cómo cada persona se relaciona con ella. Para facilitar esta tarea hemos preparado una tabla, para anotar. Reproducir esa hoja de la ilustración y colocarla en un lugar visible de casa. Enviadla al grupo si esto lo hacéis con la gente de clase. Se trata de que cada miembro de la familia, o del grupo, vaya anotando con una rayita las veces que hace tal o cual cosa. Aquí ponemos un número para identificar a los miembros de la familia: yo mismo, hermanos, madres o padres, otras personas que están en nuestro domicilio. Aunque es mejor que cada cual escriba su nombre. Al final del día, después de la cena, se puede comentar cómo ha ido la cosa. Lo mismo han de hacer quienes están en el grupo de clase. Si resulta complicado dedicar un tiempo diario a la reflexión se puede hacer el recuento semanal; no os olvidéis de hacer los totales de cada persona y los de la familia o grupo.
Convendría guardar los datos de días sucesivos, mientras dure el confinamiento en casa, para comentar entre todos los miembros de la familia, o del grupo, lo que supone tener o no una serie de servicios que nos procura la gente que trabaja para nosotros. Quizás, llegado el momento, se puede hacer un plan general de comportamientos familiares, o colectivos, y ajustar los consumos de algunas cosas; mejorar los hábitos personales ayuda al medioambiente que aquí se limita a agua, electricidad y producción de residuos únicamente.
Convendría resumir los hábitos, a la vista de los datos, referidos a los distintos días o semanas. Habría que jugar también con las cifras de, al menos, tres de semanas; los fines de semana también cuentan, no cabe el relajamiento. Así se podría valorar si los hábitos/usos parecen muchos o pocos, si son necesarios. Incluso distinguir con algún reconocimiento, a los más pequeños les reconforta, aquellos comportamientos que merecen un premio. Se puede hablar igualmente sobre si alguna persona en especial se ha responsabilizado de determinada tarea, y si en los días normales también sucede así, lo cual permitiría organizar la vida posterior y repartir esas ocupaciones fundamentales.
Volviendo al principio. Habíamos comentado que muchas de estas acciones tienen que ver con aquellos cuatro principios de los que hablaban los griegos: agua, fuego/energía, aire y tierra. La tabla que sigue recoge un poco de lo que estamos hablando. Esta sí que hay que completarla en grupo. Se trata de encontrar señales de esos principios de vida en cada una de las acciones y decir en qué parte del proceso es más visible, y cómo. Rellenamos un par de casos a modo de ejemplo. Es posible que los más pequeños necesiten alguna ayuda para la interpretación. Puede quedar alguna casilla en blanco.
También conviene jugar con el tiempo. Hay que estimar las horas que diariamente dedicamos a satisfacer estas necesidades, contemplarlas también en relación con los trabajos que muchas personas habrán tenido que realizar para que disfrutemos de ellas
Por fin, hay que apuntar:
- Lo que mejor hemos hecho y cómo están de repartidos los compromisos:
- Aquello en lo que debemos mejorar, ahora y para siempre:
No estaría de más poner nota a cada una de las tareas:
- Puntuad entre 1 (apropiado) y 10 (imprescindible) cada una de las acciones:
- Separad aquellas acciones en las que su riguroso cumplimiento es solamente ahora en esta crisis o siempre.
Es interesante llevar a cabo una valoración familiar de nuestra dependencia con el exterior, lo que en forma resumida podríamos llamar medioambiente. Hay que ser sinceros y decir si alguien no ha cuidado mucho a la hora de apuntar y se ha olvidado alguna vez. Aunque ya lo decíamos antes, habrá que hablar de los servicios públicos, de las personas que permiten que en estos días de confinamiento nos resulte un poco menos complicado pasar cada jornada y poder hacer las cosas necesarias. Al final, como síntesis cada cual puede resumir en una frase lo que ha supuesto esta experiencia.
El sueño de repartir el agua como respuesta al Covid-19
Para empezar a repartir afectos hacia el agua un poema. “Toda el agua del mundo es una abuela/ que nos cuenta naufragios y regatas/ que nos moja la sed y da permiso/ para seguir viviendo otro semestre”, al decir de Mario Benedetti.
El agua de la que disponemos para la vida, la dulce, escasea en muchos lugares. ¡Qué paradoja llamar a la Tierra “el Planeta Agua” y decir que escasea! El hecho es que en ocasiones es muy difícil repartirla para todos los seres vivos, ni siquiera mucha gente puede conseguirla cuando más la necesita. ¡Sueña con el agua! Normal que esto suceda. A periodos largos de sequía le siguen aguas torrenciales en algunos lugares. En otros nunca llueve. Además, ahora ya no cae con el ritmo de antes, por lo del cambio climático. Ya lo dice el refrán: si alguna vez el agua moja, no lo hace a gusto de todos.
Cuando la ONU propuso la celebración de la Década del Agua 2005-2015 elaboró un material sumamente interesante: El agua fuente de vida. En él se habla del agua y las mujeres, el agua y salud con saneamiento, el agua y la producción de alimentos y bienes, y muchas cosas de sumo interés a escala mundial. Porque hay que conocer que aunque hay agua en cantidad suficiente para toda la gente en todo el mundo, muchas personas carecen de ella. Lo saben bien esas tres mujeres cuyas vidas fueron transformadas gracias al acceso de agua para beber que relata el documental El poder del agua limpia producido por National Geographic, en el cual se expresan muchas ilusiones y deseos, necesarios para descubrir el sueño que disponer de agua representa para todos. Porque en muchos lugares, en especial en África, el agua y el saneamiento se han convertido en una especie de violencia de género.
¿Pero por qué un llueve si hay agua en las nubes que tanto se mueven? Se cuenta por algunos lugares una leyenda que dice que cuando los grillos estridulan (el cri-cri repetido) es que barruntan la humedad; o sea que va a llover. En tiempos, la gente hacía romerías para llamar a la lluvia, cantaba letanías a los santos. Los grillos parece que no recitan cosas religiosas y desconocemos si sueñan con el agua. Sabemos que el ruidoso movimiento de las alas de los machos es para llamar la atención de las hembras y convencerlas para que se apareen. Recuerdo que de ellos se hablaba en la sedienta estepa monegrina -una zona semi desértica que hay en Aragón de la cual se pueden capturar bellas imágenes asomándose a Internet- donde pasé la niñez; se confiaba en el buen hacer de los grillos (algunos los confunden con las cigarras). También se estima su poder llovedor en Sudamérica.
Hay un pueblo nativo de Bolivia, los Ayoreos –gente que vive de la caza y de la recolección- que tenía una abuela Direjna que era la dueña del agua. Así, dónde sea que ella fuere llovía. Parece ser que hubo un tiempo en el que la gente no la quería. La abuela Grillo se marchó ofendida. A partir de entonces aumentaron los días de calor y sequía. Dice la leyenda que marchó al segundo cielo y desde ahí es capaz de enviar lluvia cada vez que alguien cuenta su historia con un buen deseo. ¿Conocería la leyenda Benedetti que acaba su poema agua que encabeza este artículo diciendo que la abuela da seis meses más de vida? A partir de esta trama, inventada o no, se hizo el guión de La abuela Grillo, un corto de animación precioso. Durante su narración nos hace ver los problemas que generan la distribución y el hecho de compartir el agua. También nos ilustra sobre las guerras del agua, acerca de la codicia de unos frente a la pobreza de otros. Merece la pena verlo en familia, grandes y pequeños, y comentar lo que expresa. Sobre el mismo tema trata También la lluvia, la película de Icíar Bolláin. Seguro que la encuentran en alguna plataforma de tele. Lo más interesante sería comentar/comparar los lenguajes fílmicos que una y otra traen, si abordan o no la misma cuestión, si aparecen en la historia buenos y malos, etc.
Soñar con el agua conduce a espejismos. Para conocer lo que suponen estos en algunos lugares, invitamos a todos a realizar un viaje a la India en busca de “Los sueños del agua”, expresados en el material que la ONU preparó para la exposición internacional “Agua y Sostenibilidad” celebrada en Zaragoza en el año 2008. Soñar con el agua en Mumbay es lo que hace una niña, Nandini, cada día. En un país de tantos contrastes sobra el agua para unos pocos y falta para otros muchos. Repartir el agua no resulta fácil.
Agua que se ha convertido en un sueño debido al COVID-19. En estos momentos, disponer de agua suficiente y de calidad es todavía un ilusión mayor, pero en este caso también está mal repartida. Leímos en una Web americana que millones de personas no tienen agua para combatir el coronavirus. Dicen las cifras del Banco Mundial que por más que Latinoamérica disponga de casi un 31% de las fuentes de agua dulce del mundo, casi 37 millones de personas no tienen acceso al servicio de agua potable. ¿Qué puede suponer eso si allí llega la pandemia? Ahora, según UNICEF-OMS alrededor del 82% de la población de Latinoamérica tiene acceso a agua potable segura, mientras que solo el 37% a un saneamiento seguro; qué decir de lo que está ocurriendo ahora mismo en África, en donde si la pobreza se alía con la pandemia puede componer un aterrador escenario. Tendrán que apelar muy fuerte a Yemayá reparta agua por Nigeria o que el dios Anzar haga lo mismo en el norte. Agua suficiente para mejorar la economía pero también la salud. Por eso, el lavado de manos varias veces al día es fundamental. Si alguien tiene alguna duda, solamente debe mirar la página de Unicef, que habla de lo importante que es el lavado de manos y otras cosas que relacionan agua con higiene y salud.
El agua es un vehículo en donde viaja la salud, se ha convertido en una de nuestras mejores aliadas contra el coronavirus. En nuestros países ricos la potabilizan añadiéndole el hipoclorito –lejía- y otros desinfectantes para destruir los posibles patógenos que pudiera tener en origen. También dentro de ella viajan los desinfectantes que lanzan los equipos que limpian ahora más que nunca nuestras calles, ciudades y estancias –como hospitales, residencias de mayores y lugares de tránsito-. En ella se disuelve el jabón (con sus sales y triglicéridos) que protege nuestras manos una y otra vez de las posibles trazas del coronavirus. Con ella, convenientemente calentada y con los aditivos necesarios, se lavan buena parte de los materiales reutilizables para luchar contra la pandemia. Seguro que el personal sanitario se acuerda de ella cada vez que se prepara para su trabajo, cuando se ducha en casa tras una jornada agotadora, porque le transfiere antisépticos o desinfectantes útiles. Así se lleva los patógenos víricos no se sabe dónde; tampoco nos importa mucho ahora. Bastantes cosas aprenderemos de esta pandemia, seguro que un nuevo sueño de todos será valorar el agua cada día más, para usarla mejor y querer repartirla. Ahora mismo, merece el mismo aplauso, al menos con el pensamiento, que la ciudadanía confinada lanza en España al personal sanitario y de otros servicios esenciales. Porque el agua también será sensible a los afectos, imaginamos.
No debemos despertar del sueño de Nandini hasta que consigamos que llegue a todo el mundo, que dé salud a la gente.
Disfrutar del canto de los pájaros
Un paseo por la orilla de un río reconforta. Solamente mirando con atención se despiertan los sentidos. Nos inundan colores que nos amplían los horizontes buscados, que son distintos a la llegada y cuando nos vamos, porque depende de cómo reciben y reflejan los rayos del sol, imágenes nada estáticas que cambian casi cada metro que recorremos. Qué decir si volvemos pasados unos días. La vegetación es una y muchas a la vez; la del suelo, distinta a todas, no se molesta en competir con esos árboles cercanos de portes tan diferentes. No conocemos sus nombres, da lo mismo. Son singulares y forman conjunto, no sabemos si obedecen reglas o no, tampoco importa demasiado. Si lo pensamos bien, pasear por la orilla del río es algo así como mirar un cuadro; cada uno vemos algo distinto por mucho que te lo expliquen. Sabido es que nadie pasea con la mente vacía, por ellas fluyen recuerdos de otras experiencias. ¡Cuánto nos acordamos de Machado y sus paseos por la orilla del Duero, de aquel poema al olmo herido!
También cambian mucho los sonidos del río. Nos gusta escuchar cómo se expresa el agua. Observemos esas imágenes de la ribera e intentemos ver si nos sugieren algo con claridad o solamente susurran. Imaginemos qué querrá decirnos el agua que fluye por el río. Seguro que emitirá señales, acaso desea explicar temores o hablarnos un poco de su historia. Escuchemos una parte de las grabaciones de dos ríos distintos; no hace falta identificarlos. Serán simplemente el A y el B. Anotemos impresiones y emociones que nos provocan, si nos indican algo. En este otro ejemplo, lo identificaremos como C, ya se mezclan lenguajes diferentes. Suponemos que evocan algo más a quienes quieren escuchar.
Es difícil encontrar algo más bello que el poema Pájaro del agua de Juan Ramón Jiménez, que no resistimos a reproducir aquí: Pájaro del agua/ ¿qué cantas, qué encantas?/ A la tarde nueva/ das una nostalgia/ de eternidad fresca,/ de gloria mojada./ El sol se desnuda/ sobre tu cantata./ ¡Pájaro del agua!/ Desde los rosales/ de mi jardín llama/ a esas nubes bellas,/ cargadas de lágrima./ Quisiera en las rosas/ ver gotas de plata./ ¡Pájaro del agua!/ Mi canto también/ es canto de agua./ En mi primavera,/ la nube gris baja/ hasta los rosales
de mis esperanzas./ ¡Pájaro del agua!/ Amo el son errante/ y azul que desgranas/ en las hojas verdes,/ en la fuente blanca./ ¡No te vayas tú,/ corazón con alas!/ Pájaro del agua/ ¿qué encantas, qué cantas?
Todos sabemos que en una ribera nunca faltan los sonidos de los pájaros. Se puede oír sin más o realizar una escucha atenta. Incluso hay alguien que logrará identificarlos. Quien lo desee puede viajar sin moverse de casa hasta el Museu del Ter para conocer a los pájaros del río, para identificar alguno, para disfrutar de sus cantos e incluso competir con quienes nos acompañan en casa para identificarlos. Pero la riqueza interactiva de este museo no acaba ahí. Los ríos son como la paleta de una artista llamada naturaleza. Al Ter también le pintó una variada vegetación de ribera, en la que colocó múltiples macroinvertebrados, bastantes peces, varios anfibios y algunos mamíferos. Esta Web es muy interesante. Hay que detenerse a mirar. Habla de los pájaros invernantes, estivales, residentes todo el año. Por cierto, se puede descargar el contenido en PDF.
Hay mucha gente por ahí aficionada a la ornitología. Es la que nunca se pierde lo que nos cuentan los de SEO/Bird Life. Permiten observar las aves en directo, una maravilla lograda mediante una instalación de cámaras que no provoca ninguna molestia a las aves –en este caso cernícalo primilla, lechuza común, buitre negro o halcón peregrino- ni cuando están criando. Se empeñan en llevar la naturaleza a las ciudades. Además, tienen una Guía de aves extraordinaria, para disfrutar de su belleza y muy útil cuando toque hacer algún trabajo en clase. Incluye dibujos, características de cada especie, lugares de España en dónde se pueden avistar, etc. Todo un lujo del que hay que disfrutar muchas veces, también elaborar fichas con los pájaros preferidos, los que hay que proteger, los invernantes o veraneantes, etc. Por cierto, el 20 de marzo fue el Día Mundial del gorrión, cuya población está descendiendo de forma alarmante en todo el mundo.
Por si no se sabía, ya está digitalizado el mayor archivo científico de animales del mundo Macaulay Library; nada más ni menos que 150.000 audios. Digamos que unas 9.000 especies (muchos pájaros pero también ballenas, elefantes, ranas y primates entre otros nos mandan sus sonidos).
Más de una vez nos habremos preguntado qué querrán decir los pájaros con sus cantos. Imaginémoslo: se contarán lo que hicieron el día de antes, o los planes que tienen para ese día. Otras veces emitirán llamadas de aviso, de búsqueda, o se sentirán contentos simplemente y querrán que el resto lo sepan. En más de una ocasión advierten a otros colegas de que están en territorio privado, o eso creen, pues en la naturaleza no hay fronteras. Escucha el canto de algunos de estos pájaros; y jugar en familia a adivinar lo que quieren decir es un placer que nadie se debería perder. Con ellos se podría componer una bella sinfonía que titularíamos “La naturaleza alada habla”. Para quien no lo sepa, los pájaros son protagonistas en la música clásica como se explica Julio Andrade en este artículo; quién lo desee, seguro que enlazará fácilmente con las obras citadas. Por ahora facilitamos la entrada a la soberbia interpretación de Emmanuelle Bertrand de El canto de los pájaros de Pau Casals, símbolo de la paz y libertad en todo el mundo, de la cual también se puede disfrutar en otras versiones orquestadas. También a El lenguaje de los pájaros de Jean Sibelius por la NHK Shympony Orchestra.
Quienes amen la literatura no pueden perderse el poema El vuelo de Pablo Neruda, y el relato El príncipe feliz de Oscar Wilde. El multiforme canto de los pájaros, que sin duda expresa tanto esperanzas como temores, se expresa de muchas maneras.
Disfrutar de los pájaros sin salir de casa, por ahora. Todo un lujo que nadie debería perderse. Después, habrá que buscarlos en la naturaleza real.
Visita virtual al Parque Natural o Espacio Singular
Sin salir de casa se puede disfrutar de la naturaleza y ampliar la dimensión de nuestra reducida habitación. La imaginación nos lleva a lugares desconocidos. Si no que se lo pregunten a Julio Verne, que sin viajar fue capaz de viajar por el fondo del mar, dar la vuelta a la tierra y hasta llegar a la Luna.
Nuestra propuesta de viaje es más sencilla. No hay que buscar lo extraordinario sino disfrutar de lo sencillo. Se puede ir cerca o lejos, aquí vamos a sugerir algunas visitas, pero cabe disfrutar de muchas más. Simplemente hay que indagar si cerca tenemos algún enclave natural para que la familia al complejo viaje en estos días que no puede salir de casa. Interesa que cada miembro diga qué quiere ver, qué le parece que va a encontrar. Si hay pequeños en casa, habrá que guiarlos en el descubrimiento de cosas o irles contando historias sobre el sitio elegido. Estaría bien guardar algo sobre los lugares visitados en una carpeta del escritorio del ordenador para que quienes no nos hayan acompañado esta vez puedan verlo, o para volver nosotros mismos a disfrutar de los paisajes. Vayamos con ello.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido dispone de una completa visita virtual. No costará mucho localizarlo en un mapa. Sí, se enclava en los Pirineos españoles. Una vez allí, hay varios itinerarios para descubrir. Se puede mirar el cielo desde el Bosque de las hayas –qué tienen esos áboles para atraernos tanto–, viajar con el agua por las Gradas de Soaso –quién sería la persona afortunada que le pondría el nombre de gradas–, disfrutar de una vista aérea del parque desde una altura de 5.000 metros –hay pájaros que lo hacen–, maravillarse del Cañón de Añisclo –ese tajo a la roca caliza que parece hecho de artesanía- que ha excavado durante siglos el río Vellos. La posibilidad de ver fotos o acercar otros rincones permite maravillarse de la acción de las aguas a la hora de esculpir estos espacios, o de ascender a las cumbres como el Monte Perdido sin moverse de casa. Quienes quieran volar mucho más, como si fueran pájaros pueden realizar otras visitas virtuales. Hay varios enlaces en Youtube que pueden servir.
La visita sirve para reconocer el valor de los espacios naturales protegidos, para interrogarse, jóvenes y adultos, sobre las ventajas e inconvenientes de hacerlas así. Por cierto, existe una red española de espacios protegidos bajo la figura de Parques Nacionales, pero cada Comunudad Autónoma tiene su propia red de espacios protegidos. También una red internacional Natura 2000, que guarda la naturaleza y la biodiversidad europea. Se puede consultar los espacios de tu provincia poniendo simplemente el nombre detrás del identificador general.
Pero como hay también gente aventurera pueden viajar más lejos, sin necesidad de tomar un avión. Por ejemplo, hasta Yosemite. En una visita virtual se aprecia la majestuosidad de Mariposa Grove of Giant Sequoias; quedarse extasiado sin haberse cansado viendo las cimas de Half Dome, la aventura de Yosemite Falls y la espectacularidad del Glacier Point; explorar zonas tan bellas como Tuolumne Meadows , Hetch Hetchy, Foresta y Wawona. Habrá que comentar qué sensaciones produce llevar a cabo esa visita virtual, si se conocía algo del parque, si se sabía dónde está enclavado. Sobre todo, interesa ver de lo que es capaz la naturaleza cuando la dejan sola y le dan tiempo.
Como tras cualquier visita surgen curiosidades, cabe indagar mucho más. Así mayores y pequeños pueden apreciar la riqueza de los ecosistemas. Nada se ha dicho hasta ahora de los animales o plantas que pueden albergar estos santuarios, cofres o reservas de la biodiversidad. Existen webs que informan de quiénes viven allí. También se pueden guardar fichas de ellas en esa carpeta. No hay que escribir mucho de esas plantas o animales: por qué nos atraen, qué tienen de particular, etc. Alguna de ellas se puede adoptar como mascota virtual; seguro que apetece conocer más de ella y contarlo a quien quiera escuchar. Cuando regresemos a clase, que esperemos que sea pronto, hay que contar en el aula lo que hemos aprendido. Incluso ahora mismo podemos invitar a nuestras y nuestros compañeros.
No hay que olvidarse del espacio protegido que tenemos cerca. Hay que indagar en la Web y acudir a disfrutar de los enclaves una vez que ya podamos salir de casa. Puedes consultarlos en poniendo Red Natura 2000 añadiendo detrás el nombre de tu comunidad autónoma.
¡A disfrutar sin salir de casa!
Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/05/07/actividades-para-vivir-el-medioambiente-desde-casa/