Entrevista a Vicente Mañes: “Sin suficiente profesorado, va a ser imposible cumplir la normativa en ciertos sitios”

Entrevistas/10 septiembre 2020/Autor: Daniel Sánchez Caballero/eldiariolaeducacion.com

Los colegios de infantil y primaria están comenzando las clases esta semana. La situación no es precisamente la ideal. Hablamos con Vicente Mañes, presidente de Fedeip, la federación que agrupa a sus directoras y directores. Aunque en Valencia, su Comunidad, la realidad es bastante buena, en el resto del país las medidas de seguridad no parece que puedan ser viables.

Vicent Mañes no para. El presidente de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos de Educación Infantil y Primaria lleva desde que empezó la pandemia atendiendo a los medios de comunicación a diario, peleando por sacar adelante su colegio, el Bertomeu Llorens i Royo de Catarroja, en Valencia, y coordinándose con los compañeros de la Federación. Mañes está en una situación curiosa: como representante de los directivos de colegios tiene que hablar de una realidad que le cuentan y que muchas veces no se corresponde con la suya. Como explica durante la entrevista, este profesor de inglés trabaja en la Comunidad Valenciana, probablemente la administración autonómica que ha presentado un plan de vuelta al colegio con más medios y posibilidades para los colegios. En el resto, cuenta Mañes, será difícil cumplir las medidas sanitarias porque no habrá suficientes profesores. Tan sencillo como eso: sin docentes no hay seguridad. Y ese resto son la mayoría de comunidades. En el verano más atípico de su vida, Mañes ha tenido dos semanas de vacaciones y nunca llegó a desconectar de sus compañeros ni dejó de hablar con otros directores.

¿Cómo ha empezado el curso?

Los compañeros en general se quejan de la precipitación, improvisación, en algunas comunidades autónomas más que en otras. También de la falta de recursos: en Andalucía no han llegado, en Murcia que hayan hecho un plan semipresencial que parece que no convence a nadie y no está bien organizado, en el País Vasco también achacan improvisación al Gobierno y en Galicia, esto ya es el culmen, han cambiado los consejeros de Educación y Sanidad, las dos consejerías más implicadas en la gestión de la pandemia. Todo esto no ayuda a una incorporación tranquila. En la Comunidad Valenciana tenemos el profesorado ya contratado en función de los grupos creados. Tenemos el plan de contingencia hecho, aunque ahora hay que hacer modificaciones como, por ejemplo, que ahora los grupos burbuja tengan que usar mascarillas todo el día. Pero ya lo teníamos hecho. No todo es una maravilla: faltan por llegar tablets, material para afrontar posibles confinamientos totales o parciales… En general, teniendo en cuenta que hay competencias autonómicas, podemos decir que ha habido precipitación y falta de seguridad, los equipos directivos no están tranquilos. Es una situación de incertidumbre muy grande, aparte de la gestión de casos. La coordinación con los centros de salud está cogida con alfileres y hoy es el día 1, no sabemos cómo puede evolucionar esto. Incertidumbre sería la palabra clave.

¿A qué cree que se debe esta precipitación? ¿No calibraron bien la situación o intentaron ahorrar dinero hasta el último momento?

La administración tiene una excusa, entre comillas. La pandemia va evolucionando y no es fácil adelantarse. Pero por eso precisamente habría que ser precavido y más cauto. Desde el 15 de agosto me están llamando las radios y periódicos con las prisas. ¿En mayo no sabíamos que el 7 de septiembre había que volver a los colegios? En algunas comunidades el trabajo estaba hecho, pero en otras hasta la Conferencia del 27 de agosto es como si no se acordaran. Mira Madrid, por ejemplo. Una dejadez inaudita, siendo un problema que afecta a tantísima gente, no solo a los alumnos. También a las familias. Porque abrir las escuelas es movilidad, entradas, salidas, gente que va y viene… todo lo contrario a lo que se preconizaba que había que hacer para contener la pandemia. No quiero dar un mensaje de intranquilidad, los equipos directivos nos lo hemos trabajado mucho, pongo la mano en el fuego por eso, pero lo hacemos con el material que nos dan. Necesitamos los medios, y aparte del tema económico y personal, es tener seguridad jurídica, tener herramientas legislativas. El legislador nos tiene que proveer de un marco en el que nos podamos mover. Si nos dicen que hay que exigir a las familias que tomen la temperatura pero no te dan herramientas para que se cumpla… Hay un poco de descoordinación en este sentido.

Supongo que habrá muchas realidades, pero ¿cree que se va a cumplir la normativa sanitaria?

Es difícil de contestar. Pero la normativa respecto a los grupos, las distancias, etc. en algunos sitios será imposible sin profesorado. Y en otros, incluso con profesorado, porque no tendrán espacio. El problema fundamental es de profesorado. Las administraciones hacen cálculos sui generis a veces. Si un centro está funcionando el año pasado con X profesores y atendía a todo el alumnado, incluida la diversidad, habrá administraciones que caerán en la tentación de mantener ese profesorado y deshacer los desdobles y refuerzos que había, eliminando este tratamiento a la diversidad y atención al alumnado, sobre todo, al alumnado con necesidades especiales. Perjudicaríamos a un sector muy amplio del alumnado. No conozco las respuestas de todas las administraciones, pero hay algunas que no están entregando los medios.

¿Cómo van los grupos burbuja?

Son grupos de 20 y algunas comunidades han flexibilizado ese número para que pueda llegar a 25, la ratio máxima. No sé cómo afecta a nivel macro que en lugar de 20 sea de 25, creo que no demasiado. La mayoría de los colegios lo han hecho. Con los no burbuja que hay que mantener metro y medio es donde más problemas hay. Las aulas deberían tener 70 u 80 metros cuadrados para meter a esos niños. En un aula de 56-57 metros cuadrados, que ya es grande, no caben 25 niños. Luego hay cosas de sentido común, como que es más importante la distancia lateral que la frontal, si están mirando todos en el mismo sentido. Pero son muchas cosas: el uso de servicios, poder utilizar las fuentes del patio, la organización de los servicios de limpieza… Ahora tienen que utilizar el mismo servicio cinco grupos distintos. Dentro de uno pueden ir a la vez, pero luego no puede entrar uno de otro grupo hasta que no lo hayas limpiado, con lo que antes del patio, después del patio y en la sesión de la tarde tienes que organizar turnos para que pueda ir un grupo, limpiar el baño, luego otro. Después está el comedor también, la cuadratura del círculo. Es uno de los servicios más demandados por la conciliación, y tenemos que organizar también los grupos…

¿Pero van a ser estancos estos grupos?

Van a funcionar en el centro. Otra cosa es la validez que tenga eso desde el momento en el que los niños salgan. Salen al parque, juegan, van a comprar con sus padres. Luego veremos, si surgen casos, cómo tratarlos… En los centros estamos súper concienciados para ser muy estrictos con este tema. Los patios, por ejemplo. Nosotros hemos tenido hoy (por ayer) una primera prueba. Hoy estábamos solo con los grupos burbuja, pero hemos sectorizado el patio y vigilado todos los profesores para que se vayan acostumbrando. En otros colegios se han hecho turnos… Eso ya depende de cada centro. Pero diría que sí se van a cumplir, al menos en las comunidades como desde la que hablo yo, en la que nos han dado medios. En Andalucía, Murcia, Aragón me transmiten sus quejas porque no son capaces de cumplir las medidas por falta de recursos.

¿Cómo se están organizando, por ejemplo, con los servicios o los profesores especialistas que normalmente van pasando de clase en clase?

La mayoría de los especialistas son también tutores. Son tutores de grupos de distancia, que quiere decir que pueden entrar en otros grupos, que eso es clave. También con la flexibilización de las medidas ahora se permite la entrada con equipo de protección por parte del profesor con mascarilla y distancia, sin interactuar físicamente con los niños. Antes no se podía. Otra opción es dar clases semivirtuales, que el profesor dé clase en el mismo centro, pero a distancia. Que no es la solución que más nos gusta, pero…

Hablamos mucho de temas sanitarios, pero los formativos están quedando un poco olvidados. ¿El asunto educativo cómo va? ¿Alguna preocupación especial?

En infantil y primaria la situación es diferente que en secundaria. Tenemos un currículum y unos contenidos, pero lo fundamental es establecer rutinas, metodologías, hábitos de trabajo y, por supuesto. también contenidos. Lo perdido en el último trimestre no nos preocupa, se recupera fácilmente reprogramando lo que se dejó de hacer. Lo más problemático es el cambio de hábitos, llevan seis meses sin pisar el colegio. Pero son esponjas y se habituan rápido. Los niños tenían ganas de volver, lo hemos comprobado. Estaban súper contentos de volver porque esta es su vida, el colegio, los profesores.

¿Cómo llevan el tema del ‘responsable COVID’ que les han obligado a asignar?

En la mayoría de los casos el responsable será el director o directora, como es mi caso. Estamos esperando formación específica, no tenemos y deberíamos tenerla. Entendemos que en este momento nuestro papel se limita a ser el vínculo entre salud y educación para detectar casos en el centro y para recibir instrucciones de los centros de salud en caso de posibles cierres. En todas nuestras conversaciones con la administración hemos dicho que el responsable COVID debería ser personal sanitario. Llevamos tiempo dándole vueltas al tema de la enfermera escolar. Excepto Madrid, el resto de comunidades no tenemos enfermera escolar, por ejemplo. Y es un papel importante, también por la promoción de la salud en el ámbito escolar. No es solo una enfermera que ponga tiritas, pero sí para preocuparse de la promoción de hábitos sanitarios. Y ahora vendría muy bien como primer elemento de rastreo de casos, etc. Pero no nos han hecho caso porque como siempre es una cuestión de dinero.

¿Ha pesado más el asunto conciliación que el formativo a la hora de decidir abrir los centros?

Sí. El problema es que tenemos confiada la conciliación casi en exclusiva a la escuela, y eso es un error. La función de la escuela no es conciliar, es otra. Es su papel educativo. Lo otro es complementario, también permite que las familias puedan hacer otra cosa. Esto es de un debate amplio y grande. Tendríamos que pensar cómo organizamos el tiempo de nuestros niños, de los adultos que trabajan, los horarios… y entre empresas, trabajadores, ministerios y comunidades autónomas articular otros mecanismos. Ahora nos vemos con el problema de que hay que solucionar rápido qué va a pasar cuando se confine una escuela. Si el niño no es portador, los padres no tienen coberturas para quedarse en casa. Ahora nos damos cuenta de todos los problemas que supone esto. Ya nos habíamos dado cuenta durante el confinamiento, de hecho. Es un tema que no tiene una solución fácil.

Hablemos del profesorado vulnerable. Parece que les están obligando a trabajar presencialmente. ¿Qué soluciones hay para ellos?

Hoy por hoy, si no tienen baja médica y solo son vulnerables, aunque estén en situación de riesgo, a no ser que tengan un informe de los servicios de atención a los profesionales, tienen que ir a trabajar. En los centros podemos hacer pequeñas adaptaciones, como no ponerles frente a un grupo burbuja sin mascarillas. No sé si la solución son los test masivos, como han hecho en Madrid, porque mira lo que ha pasado con todos los positivos, pero está claro que si una persona es de riesgo deberíamos hacer un esfuerzo por intentar adaptar sus funciones dentro del centro y minimizar en la medida de lo posible el riesgo.

Se habló de que del confinamiento saldríamos mejores. No parece que haya acabado de cumplirse aquello. ¿Tiene esperanzas pese a todo de que esto sirva para darle un empujón a la educación, por ejemplo, en relación a las ratios?

No lo sé. Esto es una situación totalmente inesperada. Va a depender mucho de cómo evoluciona el tema clínico cuando pasen dos o tres semanas desde la apertura de los centros. Entonces pasarán cosas. Lo que me temo es que cuando descubramos la vacuna no va a dejar huella. No sé si la vuelta a la normalidad es volver a ser tan torpes como éramos antes, pero no tengo esperanzas de cambios significativos. Lo de la importancia de la educación se dice con mucha facilidad, sobre todo la clase política. Pero luego se ven los resultados. En este país ha primado que se abrieran los bares y hoteles antes del tema sanitario. Y así nos ha ido.

No sé si tendrá respuesta, pero necesito que alguien me explique esto. ¿Por qué cree que las comunidades prohíben las reuniones de más de 10 personas, pero en los colegios permiten meter a 20 personas en 50 metros cuadrados?

Solo tengo una respuesta: que crean que de verdad en el colegio vamos a cumplir las medidas. Si todo el mundo cumpliera con las medidas, perfectamente podríamos reunirnos 20 o 30 personas. Si nos reunimos con distancia, mascarilla, sin tocarnos, compartir objetos, podríamos hacerlo. Y si no lo creen es una irresponsabilidad muy grande. Pero sí, comparto el argumento.

Acabamos con una pregunta un poco más personal. ¿Ha tenido vacaciones?

Me fui del cole el 4-5 de agosto. Hasta el día 14 o 15, aunque continuaba el contacto con mis compañeros, sí tuve vacaciones. A partir de ese día fue una locura. Trabajo de coordinación, en los colegios, hablando con compañeros, intercambiando ideas. Y la última semana de agosto ya estábamos de vuelta. No es una queja, este trabajo es absorbente y sabemos dónde nos metemos. Muchas otras personas tampoco han tenido y son colectivos que no han tenido repercusión. Pero no me quejo.

No le preguntaba tampoco con esa intención. Lo decía por esto de que los profesores sois unos vagos y no queréis volver a clase para quedaros en la playa.

[Se ríe] Yo intento ir a la playa cuando puedo, viene muy bien siempre.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/09/08/sin-suficiente-profesorado-va-a-ser-imposible-cumplir-la-normativa-en-ciertos-sitios/

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