Por: Blog humanismo sin credos
Donde es un deber adorar al sol, es bastante seguro que sea un crimen investigar las leyes del calor, dijo John Morley. Esta frase nos sirve de punto de partida para las reflexiones que siguen.
¿Por qué hay que apartar la educación de los niños de la credulidad? Porque educación de la razón y educación en la credulidad se repugnan mutuamente.
Entiéndase que no negamos una instrucción acerca de los contenidos, logros, realizaciones… culturales de las religiones: abominamos lo que es catequesis religiosa. Nos referimos a esas aberraciones religiosas que se inculcan como reales y verdaderas a los niños.
El niño que aprende primero el mito de la creación del mundo o el del diluvio universal durante el periodo de su infancia o no tiene capacidad posterior para entender en toda su profundidad la evolución o tendrá que sacar el clavo del mito para introducir el de la ciencia; el niño que admira la muerte de los gigantes a manos de enanos, está marcado para entender la grandeza que existe en salvar la vida de otros, descubridores la penicilina, erradicadores de plagas, investigadores de nuevos alimentos, etc.; el niño al que se le enseña que es algo natural la ascensión de un mortal a los cielos, inconscientemente desdeña proezas científicas como la de la exploración de Marte; el niño que “se acostumbra” a los milagros, difícilmente valorará la heroicidad del trabajo constante y perseverante; el niño que sabe que todo se perdona al confesarse, difícilmente entenderá el sentido de la justicia…
Ya sabemos que la vida «corrige» esas tendencias que señalamos, pero las corrige precisamente porque el niño/joven/adulto progresa en inteligencia y juicio crítico y desliga unas cosas de otras. Los que no, continuarán sumidos en ese sentimiento mágico de la vida que se prolonga hasta la senectud.
Lo verdaderamente fundante y medular es que el niño aprende a aceptar verdades “porque sí”, verdades sin evidencia racional, verdades no demostradas, lo cual insensiblemente le induce a despreciar el método científico en sus averiguaciones posteriores.
Está más predispuesto a admitir proposiciones sin fundamento que a buscar la certeza de las mismas. Está castrado mentalmente para la ciencia, algo que tardará muchos años en superar.
Publicado originalmente en: http://blogs.periodistadigital.com/humanismo.php/2015/09/06/instruccion-si-educacion-religiosa-no-