Por: Pedro Rendón
Los niños y niñas son capaces de hacer investigación educativa sobre ellos mismos, por ellos mismos, y en calidad de ‘coinvestigadores’ pueden conseguir que alrededor de ellos se promuevan sus propias iniciativas, dijo la Dra. Heidi Fritz Macías, académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
El anterior fue uno de los hallazgos de Fritz en su investigación El proceso de amistad y la cultura de pares en el preescolar. Un estudio de caso donde los niños son coinvestigadores (con la cual se tituló del Doctorado Interinstitucional en Educación), en la que hizo uso del ‘método mosaico’; que consiste en el empleo de una diversidad de estrategias que permiten recuperar la voz de los niños/as, para escucharlos en su vida diaria, oír sus experiencias y ver su protagonismo como “expertos y ciudadanos activos en su realidad”.
Para no perder la riqueza del mundo en el que viven las niñas y niños (NN), desconocido para los adultos que hacen investigación educativa, quienes utilizan el método mosaico permiten a los infantes comunicarse y expresar lo que sienten y piensan, porque es más fácil preguntarles a ellas/os qué les interesa, qué les gusta y qué quieren aprender, “a estarlo tratando de identificar o interpretar nosotros como adultos”.
Después de escuchar “de viva voz” la experiencia de pequeños y pequeñas de tres y cuatro años de edad, como protagonistas de su propia realidad, para entender cómo construyen el proceso de amistad, Fritz concluyó que ésta incluye seis elementos básicos -modelo explicativo desarrollado por ella en su investigación-: autenticidad, iniciativa, cooperación, diversión, complicidad y afectividad; que se dan en un contexto de confianza, respeto, empatía y resolución de problemas.
Para conocer el sentir, pensar y experiencias de las NN, no sólo de manera oral (entrevistas y conversaciones), la investigadora también se comunicó con ellos por medio de las herramientas de las que se disponen en el método mosaico: fotografías, videos, dibujos, sociogramas, esquemas, mapas y recorridos a sus lugares de interés, que los propios pequeños le proporcionaban y a través de los cuales le demostraron que “son capaces de hablar de su realidad y de su mundo”.
Al permitirles tener iniciativa, protagonismo y proponer soluciones a sus propias vidas, las NN se comienzan a involucrar en las situaciones cotidianas que los impactan y los impelen, lo que los hace personas muy situadas en su realidad, críticas y proactivasque, por ejemplo, en la investigación de la académica de la IBERO derivó en que las niñas y niños solicitaran a sus autoridades escolares que les llevarán a conocer una agencia de noticias -lo que ocurrió-, por el interés y gusto que les despertó usar grabadoras y cámaras para hacer entrevistas durante la investigación de Fritz.
Esta democratización y “emparejamiento de poderes” en la investigación educativa que usa el método mosaico implica respetar el derecho de todos los niños y niñas a participar en las decisiones que los involucran; ser bien tratados, protegidos y a que su estado emocional sea respetado; a saber para qué sirven los datos que se están recabando; a conocer los avances y los resultados de la investigación; a estar de acuerdo o no con la interpretación del investigador/a y a que la dé a conocer; y a decidir en qué momento quieren dejar de participar.
Niños/as constructores de cultura con capacidad de agencia
Al dar un contexto, previo a la participación de Fritz, el Dr. Marco Antonio Delgado Fuentes, docente de la Universidad de Derby (Reino Unido), dijo que en el giro posmoderno la investigación cualitativa en educación fue integrando las voces étnicas, las de las mujeres, las de la diversidad sexual y las de otros grupos que se fue entendiendo que formaban parte de la sociedad y que no habían estado propiamente representadas en la investigación; empero, en esta tendencia de la investigación cualitativa no se consideró a los niños y niñas (NN).
Sin embargo, los NN son capaces de construir cultura y tienen su propia cultura infantil. Y es que los NN hablan, intercambian opiniones y logran niveles de desarrollo más altos que cuando están solos; por eso es importante recuperar sus voces, lo que se logra con el método mosaico, un enfoque que busca destacar la voz de los niños, “pero no solamente como una forma de investigar a los niños sino, sobre todo, es una forma de investigar con los niños”, como sujetos activos que están realizando investigación.
En el enfoque posmoderno de Dahlberg y Moss se concibe a los niños como capaces de tener un pensamiento crítico, y cuando se les da la oportunidad, pueden construir cosas más allá de las expectativas que los adultos tienen cuando formulan su pensamiento acerca del preescolar, de la educación inicial (primaria), “pero que normalmente cuando estamos en ambientes muy prescriptivos, como la educación formal, lo que hacemos es que coartamos la posibilidad creativa de los niños; por lo menos en las escuelas”.
Las voces de los NN son cruciales, importantes y permiten tomar decisiones que han revolucionado la forma en la que se entiende cómo aprenden. Entonces, tener la posibilidad de escuchar lo que los niños están haciendo, es reconocer “que lo que podemos ofrecerles es mucho más amplio cuando lo hacemos junto con ellos”.
Es así que la sociología, la psicología y la etnografía han colaborado en la construcción de la imagen de un niño con capacidad de agencia, constructor de cultura, que comprende, interactúa y transforma el mundo en que habita. Esta noción está ya influyendo en la forma en la que se investiga a, y con los niños, en asuntos de sus vidas cotidianas, ya sea en las escuelas o en otros espacios.
En el método mosaico, los principios para trabajar con niños en el marco investigativo incluyen una variedad de métodos, para adaptarse a sus formas comunicativas, pues mientras los adultos siguen privilegiando el lenguaje, los niños, incluso quienes están en el periodo de adquisición del lenguaje, pueden comunicar cosas a través de dibujos, de fotografías, de representaciones de diversos tipos, y eso es lo que conforma precisamente al enfoque mosaico.
Es así que, concluyó Delgado: “La participación de los niños y familias en la investigación han generado nuevos temas en la construcción de una imagen de los niños activa, capaz y comprometida con sus compañeros. Existe ya cierta evidencia de que los servicios educativos, sociales y de salud pueden mejorarse y adaptarse a las necesidades de los niños”.
Fuente e imagen: IBERO