Reflexiones y certezas entre la investigación y la militancia
Por Marianicer Figueroa A
Una investigación militante o investigación activista, es una metodología cualitativa introducida por Norman K. Denzin en donde la actividad investigadora es, a su vez, una práctica política que como tal busca comprender y transformar con aquello con que nos articulamos dado que mantenemos un compromiso explícito de trabajar en colaboración, para alcanzar objetivos políticos compartidos. Parafraseando las palabras de Charles Hale (2006), la investigación militante puede ser definida como una metodología por la cual afirmamos un compromiso político con un grupo organizado en lucha y que genera conocimientos “desde, con y para” este grupo.
La investigación desde esta perspectiva se aleja de su función instrumentalista en tanto que es una investigación sin «objeto», en la cual la mirada no está puesta “sobre” un fenómeno social, sino “desde y con” los que hacen parte del mismo, de allí la concepción de coinvestigación. Por ello la trayectoria a recorrer en busca de sentidos, subjetividades, discursos heréticos y los desplazamientos de sentidos, así como el cronotopos de las acciones, se definen y realizan con los actores de estas tramas, bajo la premisa que la teoría y la práctica de aquello en lo que se es activista, no se deja en manos de externos, sino que surge del ámbito de cooperación de los que militan en aquello desde donde se investiga.
De los trayectos vividos por varios colectivos de militantes que desde la perspectiva de la coinvestigación han asumido el deseo de producir un conocimiento que beba directamente del análisis concreto del territorio de vida rebeldía para aliarlas con la acción colectiva para la transformación social son las cuestiones que se abordan en el texto “Nociones comunes experiencias y ensayos entre investigación y militancia” cuya autoría colectiva lleva la coordinación de Marta Malo . En el mismo se plantean las iniciativas, experiencias y trayectorias de investigación militante de colectivos españoles e italianos que han decidido preguntarse sobre la relación entre teoría y práctica y sobre cómo aliar el pensamiento y acción para potenciar las experiencias de transformación de las cosas en su estado presente.
Por lo tanto, este libro tiene un doble objetivo: criticar la ontología y los modos de hacer de la investigación tradicional, y avanzar hacia un modelo que se acerque desde una perspectiva interpretativa y desde la inspiración crítica del saber a dinámicas de producción de saberes que estén ligadas de manera inmediata y fructífera con procesos de autorganización y de lucha.
El libro está organizado en tres partes en las que se aborda los siguientes temas:
- En el primer bloque se discute sobre el interés de utilizar la encuesta y la coinvestigación como herramientas de trabajo político y de transformación;
- En el segundo, se describen tres experiencias actuales de investigación militante hablan sobre su propia trayectoria y sobre cómo piensan desde ahí la investigación militante;
- En el tercer bloque, se presentan tres entrevistas/conversaciones con personas o grupos que han pasado por distintas experiencias de investigación militante o investigación-acción.
Como un abreboca para conocer las tramas de sentido con las cuales están hilado este libro, Marta Malo presenta una amplio prólogo en el que se resumen referentes históricos y fuentes de inspiración de la Investigación Militante. De igual manera se presenta un resumen de las ideas bases presentes en el primer bloque del libro en el cual se hace un acercamiento al uso de la encuesta y la actividad de coinvestigación como dispositivos para el aprendizaje colectivo y la transformación de realidades.
Para ello parte su exposición haciendo referencia al recelo histórico existente en los movimientos de transformación con relación a las formas de producción y transformación del saber, identificados de la siguiente forma:
- Recelo de las ciencias que ayudan a una mejor organización del mando desde disciplinas que continúan operando dentro de una lógica humanista que se impone desde modelos eurocéntricos, que genera conocimientos atados o sujetos a esencialismos,
- Recelo de los mecanismos de captura de los “saberes menores” por parte de instancias encargadas de mantener la gobernabilidad y por ende sujetas a relaciones de poder que responden a intereses nada transparentes, ya sea por parte del Estado o de entes privados.
- De las formas ideológicas e icónicas del saber supuestamente revolucionario, que queda atrapado desde la “Arqueología del saber” y las reglas de enunciación de las Disciplinas y por ende las producciones de sentido quedan de antemano reguladas.
- De las posibles derivas intelectualistas e idealistas de saberes nacidos en los movimientos sociales y de transformación que se convierten en saberes sobre el mundo, subyugados por el ego de un investigador despolitizado, que poco se desterritorializa de los códigos dominantes y que su accionar, en nombre de los desposeídos, mantiene estática las relaciones de poder.
Frente a estas prácticas absolutistas apegadas a los preceptos modernos del establishment, se han generado nuevas maneras de enfrentar las experiencias para producir conocimientos, lenguajes e imágenes propios, a través de procedimientos también propios de articulación entre teoría y praxis, partiendo de la realidad concreta, y reconociendo las subjetividades que produce la experiencia y sus resultados, con el objeto de ir creando un horizonte teórico adecuado y operativo, muy pegado a la superficie de la vida, donde la simplicidad y concreción de los elementos de los que se ha partido, adquieren significado y potencia desde lo común, para poder intervenir en lo real y contribuir a la transformación ideológica y social del orden actual.
Muchas de estas iniciativas de búsqueda de la relación entre el pensamiento, la acción y la transformación parten de cuestionar y reflexionar su accionar sobre las siguientes interrogantes:
- ¿Cómo romper con los filtros ideológicos y los marcos heredados?
- ¿Cómo producir conocimiento que beba directamente del análisis concreto del territorio de vida y cooperación y de las experiencias de malestar y rebeldía?
- ¿Cómo poner a funcionar este conocimiento para la transformación social?
- ¿Cómo hacer operativos los saberes que ya circulan por las propias redes?
- ¿Cómo potenciarlos y articularlos con la práctica?
- En definitiva, ¿Cómo sustraer nuestras capacidades mentales, nuestro intelecto, de las dinámicas de trabajo, de producción de beneficio y/o gobernabilidad, y aliarlas con la acción colectiva (subversiva, transformadora), encaminándolas al encuentro con el acontecimiento creativo?
Como muestra de que estos planteamientos no son nuevos, Marta Malo hace un breve repaso por cuatro fuentes de inspiración que permita situar la discusión y las trayectorias actuales de investigación militante, teniendo como referentes la encuesta y la coinvestigación obrera, los grupos de autoconciencia de mujeres y la epistemología feminista, el análisis institucional y, por último, la Investigación Acción Participante o IAP.
Muchos de los conceptos abordados en esas 4 fuentes de inspiración antes son tomados en la actualidad como elementos fuerzas de iniciativas que buscan articular la investigación y la acción y la teoría y la praxis. Si bien muchas de las experiencias de hoy en día se insertan en iniciativas móviles, cambiantes y dispersas, hay aspectos en comunes que pueden distinguirse en las formas y los modos de las iniciativas de investigación de colabor:
- En primer lugar, una fuerte inspiración materialista que busca el encuentro con los elementos de la realidad concreta y, a partir de ahí, procede de lo concreto a lo abstracto, siempre para volver a lo concreto y a la posibilidad de su transformación. De ahí, la absoluta primacía otorgada en todas las experiencias a la acción, a las prácticas, en donde la interpretación del mundo va siempre asociada a algún tipo de acción o práctica.
- En segundo lugar, identifica como elemento común a la crítica de toda teoría desencarnada, que pretenda (falsamente) enunciarse desde un lugar neutro desde el que todo se ve.
- La coproducción de conocimiento crítico genera cuerpos rebeldes y prácticas comunes por lo tanto, el proceso de producción de conocimiento no es separable del proceso de producción de subjetividad. De ahí el interés de articular formas colectivas de pensamiento e investigación: las prácticas de coinvestigación, autoconciencia y transversalidad van todas en este sentido.
- Como último elemento común se identifica la prioridad concedida a los objetivos y al proceso sobre cualquier tipo de método formalizado que impida la verdadera conexión entre experiencia y pensamiento, entre análisis y práctica de transformación. Por encima de cualquier método, están las operaciones reales que el proceso de investigación militante es capaz de poner en marcha. La investigación militante es, en este sentido, siempre, un viaje abierto, que sabemos de dónde y cómo parte pero no adónde nos llevará.
Finalmente el libro plantea una cartografía de la investigación militante como trayectorias y rumbos que se están trazando en esta materia:
1) Experiencias de producción de conocimiento sobre/contra los mecanismos de dominación, que combinan la crítica del sistema de expertos, con la potenciación de saberes menores y la puesta en marcha de procesos colectivos de conocimiento, frente a la tendencia dominante a su individualización y privatización.
2) Conjunto de iniciativas que persiguen producir pensamiento desde las propias prácticas de transformación, desde su interioridad, para potenciar e impulsar esas mismas prácticas en un procedimiento virtuoso de la práctica a la teoría a la práctica, en ocasiones impulsado por el encuentro singular entre subjetividades no semejantes y en otras ocasiones puesto en marcha a partir de la iniciativa de gentes que participan de la misma práctica que se pretende pensar.
3) Iniciativas que toman la investigación como palanca de interpelación, subjetivación y recomposición política, que utilizan los mecanismos de encuesta, entrevista y grupo de discusión en busca de nociones comunes que la describan y formas de resistencia y cooperación
Estos trazos gruesos sobre la cartografía dan muestra de una composición social rica, híbrida y virtuosa que, busca reapropiarse de su capacidad de crear mundos, alejándose de la lógica académica tradicional, que generen dispositivos de inteligencia social y aprendizaje colectivo.
Desde esta mirada regalada por Malo y el resto de las y los autores, reafirmo que reconocer y asumir al hecho investigativo como un acto encarnado y situado que rompe con el halo objetivista de la ciencia, amerita por una parte presentarnos en tanto investigadores e investigadoras como seres alineados a nuestro sexo, género, raza, clase social, cultura y posicionamiento político-ideológico, a partir de los cuales creamos una racionalidad situada y una episteme encarnada desde donde contamos las historias para mirar el mundo. Por otra parte, se trata de desentrañar que el sujeto de quien se conoce, que desde la ciencia objetivada es objeto, muestra, materia prima y en el mejor de los casos informante clave, requiere ser re-conocido(a) re-afirmado(a) y des-cubierto como un(a) agente activo(a) en la construcción del conocimiento y en la interpretación, la constitución de sentido y la construcción teórica de formas otras, que sin ser ni aspirar a ser universales y absolutistas en tiempo y espacio, se convierten en contrarespuestas a aquellos significados monolíticos de la ciencia y de la historia.
Hace falta y mucho, investigadores e investigadoras militantes, con quienes sentipensar el mundo y no solo pensarlo.
Bibliografía:
Reseña realizada por: Marianicer Figueroa A. Psicóloga. Investigadora del Centro Internacional Miranda. Miembro Fundador de la Red Global/Glocal por la calidad de la educación. Coordinadora de contenidos del Portal Otras Voces en Educación. Activista por el Acceso Abierto y la Difusión Libre del Conocimiento.