El término cultura ciudadana no es novedoso en el país, tampoco su aplicación. Por ello, cuando hablamos de cultura nos referimos Conjunto de valores, creencias, ideologías, hábitos, costumbres y normas, que comparten los individuos en la organización y que surgen de la interrelación social, los cuales generan patrones de comportamiento colectivos que establece una identidad entre sus miembros y los identifica de otra. Es el conjunto de manifestaciones y tradiciones que ha tenido el ser humano a través de todo su tiempo y su escala de valoración hasta nuestros días.
Por ello, valorar la conducta del ser humano expresadas en sus normas de comportamiento en sociedad es lo que precisa el grado de compromiso en ella.
La ciudadanía se refiere a las prácticas sociales y culturales que dan sentido de pertenencia. Y lo que da sentido de pertenencia es la posibilidad de tener derechos propios y derechos colectivos. Pero corresponde decir que la ciudadanía en su concepción plena ampara derechos, pero presupone también obligación y responsabilidades.
En consecuencia, cultura ciudadana Cultura ciudadana es el conjunto de costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas que generan sentido de partencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos. Su propósito es desencadenar y coordinar acciones públicas y privadas que inciden directamente sobre la manera como los ciudadanos perciben, reconocen y usan los entornos sociales y urbanos y cómo se relacionan entre ellos en cada entorno. Pertenecer a una ciudad es reconocer contextos y en cada contexto respetar las reglas correspondientes. Apropiarse de la ciudad es aprender a usarla valorando y respetando su ordenamiento y su carácter de patrimonio común.
Un elemento importante es tener en cuenta la noción de territorio y todos los procesos que se dan y son inherentes a él. En efecto, para su estudio, hemos coincidido con la Tesis Doctoral denominada: Trabajo social comunitario: Perspectivas teóricas, metodológicas, éticas y políticas, cuya autora Duarte, C. (2015, p.163) plante que “el territorio permite comprender las relaciones sociales en un determinado espacio, en el que se encuentran contenidas prácticas sociales y sentidos simbólicos”; se hace necesario que los estudiantes desarrollen desempeños académicos, donde deban adentrarse al territorio conocido por ellos como ciudad. Y es en ella, donde desarrollarán el sentido de pertenencia por los aspectos de índole simbólica que encontramos en ese espacio geográfico-cultural.
De otro lado, se hace necesario, para la construcción de Cultura Ciudadana, tener en cuenta la tesis de la pedagogía urbana desarrollada por Burbano, M. (2014), la cual sintetiza de la siguiente manera:
Desde la perspectiva de la pedagogía urbana, los interrogantes que han orientado la exploración del espacio público son: ¿cuál es el papel que juega el espacio público en la formación del ciudadano? (…) ¿Qué papel ha jugado el espacio público en el sostenimiento de las prácticas sociales que han caracterizado la vida en público a lo largo de la historia? ¿Qué prácticas sociales han estado asociadas al espacio público de la ciudad? ¿Qué transmiten las obras de arte a los ciudadanos en el espacio público? (p. 193)
El antecedente inmediato en la construcción de cultura ciudadana en Barranquilla, fue la elaboración, en 2012, del “Manual de Convivencia del Distrito de Barranquilla”. Este manual contempla las más importantes normas de comportamiento y cultura ciudadana. Particularmente, en el Libro Primero, título III: Cultura Ciudadana para la Convivencia”; y el libro segundo, Comportamientos orientados a la Cultura Ciudadana para la Convivencia”. El Manual de Convivencia (p.28) caracteriza la cultura ciudadana como “la construcción colectiva en la que ciudadanos y las ciudadanas, conjuntamente con las autoridades, comparten valores, actitudes, comportamientos y reglas mínimas para un mejor vivir en comunidad”. Este referente fue importante, dado que ciudadanos y autoridades podían aunar los esfuerzos necesarios para compartir normas y valores para generar un control social, cambio cultural en el ciudadano para desarrollar los programas de integración tendientes a proteger el patrimonio colectivo, y generar en sí, cultura ciudadana.
A pesar de estos esfuerzos que viene realizando el Distrito de Barranquilla, hoy seguimos observando a un individuo (un citadino) totalmente opuesto al ideal de ser de tener y practicar cultura ciudadana. La ciudad pasa diariamente por las mezquindades más bajas del ser humano, aunque no sean todos.
Lo que observamos, en ciernes, es un conjunto de citadinos que viven en la ciudad, utilizan sus calles, servicios públicos, sus casas, pero no se interesan por ella, no respetan el deber, cuidado y obligaciones para con la ciudad misma. Podemos concluir que, en nuestra ciudad aún no hemos construido, de manera suficiente, ciudadanos que sientan amor por la ciudad en que vive, la cuiden y respeten su entorno.
Se proyecta la ciudad a futuro, pruebe de ello son las grandes obras de infraestructura, tales como los estadios construidos para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, la Terminal de Transportes, Plaza de la concordia,; redesarrollo del Paseo de Bolívar; pasando por las obras actuales como Transmetro, construcción de hospitales y Megacolegios y embellecimiento de los parques, Malecón del Río, escenarios para eventos culturales nacionales e internacionales, canalización de arroyos, entre otras obras de infraestructura. Consideramos que la escuela debe ser el centro piloto del desarrollo motor de toda iniciativa. Las administraciones no han dado crédito a que es la escuela la que puede generar un proyecto a largo plazo para la consecución de un ciudadano, de una cultura ciudadana que vele por los inmuebles, por las obras de desarrollo futuristas que se ejecuten en la ciudad.
Entonces, ¿cómo y por qué no articular un Proyecto de construcción de cultura ciudadana que integre los mismos propósitos, y parta desde la escuela misma? Para ello nos formulamos las siguientes problemáticas: ¿Qué Institución queremos? ¿Cómo articular el sistema educativo nacional, regional y local en la escuela? ¿Qué saberes y haceres son los pertinentes para los educandos? ¿Qué contenidos escolares privilegiar? ¿Cómo integrar los campos de conocimientos? ¿Cómo considerar el espacio y el tiempo escolar para bien de los educandos? ¿Cuáles teorías y paradigmas pedagógicos asimilar? ¿Qué teorías curriculares utilizar? ¿Cómo estimular el interés y el conocimiento emancipatorio? Estas y otras preguntas son las que orientan la reconstrucción y rediseño curricular.
Se tienen calles, alcantarillados, traza urbana, pero no existe ciudadanía, no tenemos ciudadanos. Ciudadanos en el sentido de sujetos conscientes de sus derechos y deberes para con la ciudad. Las ciudades no pueden hacerse sin ciudadanos, sin ciudadanía, sin proyectos de cultura ciudadana.
Aquí debe entrar a jugar un papel preponderante la pedagogía y, desde luego, la escuela. Su finalidad, que es la enseñabilidad, es contribuir a la formación de sujetos sociales autónomos y críticos de la realidad social.
Igualmente, es importante la inserción dentro del Currículo (en rediseño permanente), de un Plan de Estudios transversal e interciencial (o interdisciplinario) e intercultural para formar en cultura ciudadana.
Finalmente, es importante mirar con óptica diferente a este ciudadano que concibe a la ciudad como un enfoque de participación, de ciudadanía, donde se considera como ciudadano a los adultos, ancianos, niños y jóvenes que vivan la ciudad, comprendan sus derechos y deberes en ella, eliminando la versión del ciudadano que solo vota y elige a sus representantes, del ciudadano que solo va y viene de su trabajo o centro de estudio.
¿Cuál es el ciudadano que nos proponemos formar desde la escuela, para el presente y futuro de nuestra ciudad? Un ciudadano que quiera a su ciudad; que aprenda a cuidar su entorno barrio y ciudad, lo que es de él, de nosotros, de todos; que tenga sentido de pertenencia por ella. Un ciudadano que muestre sensibilidad social como gobernante y priorice las necesidades más sentidas de sus gobernados. Con cultura vial, de pago, que cuide la estética de su ciudad, de su patrimonio, de su amoblamiento urbano.
Fuente: https://diariolalibertad.com/sitio/2019/09/25/cultura-ciudadana-desde-la-escuela-una-propuesta-desde-la-practica-pedagogica/
Imagen tomada de http://www.80grados.net/wp-content/uploads/2016/06/escuela-ciudad.jpg