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PISA, entre la teoría y la práctica

18 de enero de 2017 / Fuente: http://www.educacionfutura.org/

Por: Abelardo Carro Nava

Interesantes han sido los análisis sobre los resultados que arrojó la prueba PISA (Programa para la Evaluación de Estudiantes Internacionales) que en días pasados la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer en México. Varios investigadores, académicos, profesores, columnistas, y demás actores que conocen del medio educativo – me incluyo –, de brote pronto, se le fueron a la yugular a las pasadas administraciones federales, caso concreto, a la de Felipe Calderón Hinojosa, dado que la aplicación de dicho examen, se realizó a los estudiantes de 15 años que cursaban al menos el primer grado de secundaria en 2015. Como es de suponerse, estos jóvenes, ingresaron al Sistema Educativo Mexicano (SEM) en el 2006 y, por obvias razones, la valoración dio cuenta del avance o retroceso que se ha tenido en esta materia.

No obstante lo anterior, y la dura crítica de que fueron objeto ciertos funcionarios públicos – de antaño y los actuales –. Llamó mi atención, algunas ideas que su página de Facebook, Laura Frade (13/12/2016), difundió con el propósito de presentar un análisis sobre los resultados a los que hago referencia. El título que le dio a tales ideas, no pudo ser menos provocador e interesante: “La visión reduccionista de los resultados de PISA” y, bueno, entre otras cuestiones de singular importancia, resaltó el hecho de analizar el problema desde lo que Morín (2004) denominó “el complexus”, que no es otra cosa que profundizar en el tema a partir de las partes que interactúan con éste.

Pues bien, siguiendo con esta línea de análisis, Frade argumentó que la visión reduccionista se limitó (valga la redundancia) a observar la problemática responsabilizando al gobierno; a los docentes – a partir de la de la mirada de las ONG y algunos empresarios –; y a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), por la corrupción que han permitido prive en el SEM; y bueno, a partir de tales consideraciones, planteó la imperiosa necesidad de observar el complexus educativo para generar propuestas de solución que favorezcan a la educación en su conjunto. Es decir, que a partir de cuestionar: el contexto globalizante y localizante; la estructura operativa que está conformada por una hiperestructura en la que no solo participa la nación sino también la OCDE, el FMI, el Banco Mundial, la Unesco, y demás; y, la estructura conceptual, que implica observar qué se enseña y cómo se aprende; estaríamos en la posibilidad de mejorar los resultados educativos en México.

Repito e insisto, cosa más interesante fue ésta, dado que como puede verse, la realidad se explica a partir de la teoría que circunda en el medio. No obstante esta afirmación, dicha realidad nos enfrenta precisamente a ese nivel reduccionista a la que Frade hace referencia. ¿Por qué? Porque lamentablemente, las teorías, los estudios, las investigaciones y las propuestas, son ante unos oídos sordos: nada. ¿Visión reduccionista? – con seguridad Laura Frade me preguntaría –; y mi respuesta no podría ser de otra manera: afirmativa. Me explico.

Desde que ingresé hace algunos años al magisterio – casi dos décadas –, he dedicado buena parte de mi tiempo a analizar el SEM. De hecho, algunas investigaciones he realizado con el propósito de comprender los distintos fenómenos que ocurren en dicho Sistema. Ello me ha permitido, tener un panorama amplio sobre los temas educativos que son parte del gremio. Obviamente, el mejorar mi práctica docente ha sido uno de los propósitos que he conseguido. No sé hasta qué punto he avanzado, pero de algo estoy seguro: la reflexión en, para y sobre mi práctica docente, ha sido permanente y que puedo constatar en la formación de mis alumnos.

Así pues, la incesante interacción que he tenido con cientos de estudiantes y colegas en las diversas instituciones educativas en que he laborado; me ha permitido, constatar que tales teorías, tales investigaciones, tales argumentos, tales explicaciones, que buscan mejorar la educación de mi México querido, carecen de significado y sentido por todo lo que permea en el medio. Y no me refiero a aquellos agentes o factores externos a la nación que influyen en el SEM; como parece obvio, lo local es lo que cobra importancia en este sentido.

¿Cómo se explica que tanto las escuelas públicas y particulares hayan obtenidos pobres resultados si ambas son parte de un Sistema?, ¿dichos resultados se explican a partir del contexto internacional?, ¿nacional? o ¿de ambos? Es indiscutible, tales explicaciones se encuadran en ambos pero, ¿cuáles pueden controlarse? Las primeras, son prácticamente imposibles pero, las segundas, son lo que nos ocupa o debiera ocupar.

Si analizamos con detenimiento las políticas educativas que han permeado en México desde que la SEP fue fundada por Vasconcelos (para qué ir más lejos), podríamos comprender que la educación no ha avanzado lo suficiente como para sentirnos contentos. La política, esa mala política que en cada sexenio se observa a plenitud, lo ha impedido.

No olvidemos que el mundo gira y el hombre, por más increíble que pudiera parecer, también lo ha hecho. De ahí que podamos comprender que lo global y lo local, han cambiado de significado conforme el tiempo ha avanzado.

México, está estancado. Comenzar con serios cuestionamientos hacia el gobierno, la SEP, el SNTE, las ONG, y demás actores que influyen con sus acciones en el medio educativo, valga la redundancia, es un buen comienzo. En todo caso, exigir una transformación como la que la misma teoría propone, es fundamental y de vital importancia para que no solo se mejoren los resultados en “x” o “y” prueba. Se trata pues, de formar ciudadanos en el más amplio sentido de la palabra y, discúlpeme usted si en estos momentos soy reduccionista, pero esa limitante, me permite demandar para mis compañeros docentes: una mayor participación en la formulación de los planes y programas de estudio; transparencia en el ejercicio de los recursos públicos destinados al ámbito educativo; y una mejor educación para los millones de niños y jóvenes que asisten a las escuelas de mi México querido…solo por citar algunos ejemplos, insisto, reduccionistas si usted quiere, pero tan necesarios en un país en el que el pedir, es mendigar lo que por propio derecho debe otorgarse.

En este sentido la pregunta sería, si ante tal reto, el gobierno le entraría al toro por los cuernos. He ahí el dilema, he ahí la cuestión, he ahí el problema.

Tiempo al tiempo.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/pisa-entre-la-teoria-y-la-practica/

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La reforma pendiente… las normales

Por: Abelardo Carro Nava

Una de las asignaturas que tiene pendiente la Secretaría de Educación Pública (SEP), es la reforma a la educación normal en nuestro país. Si bien es cierto que en los últimos tres años se ha hablado de la inminente transformación de las escuelas normales, también es cierto que, hasta el día en que cierro estas líneas, no se ha hecho mucho que digamos, y eso que el actual Secretario de Educación, Aurelio Nuño, había prometido que este tema sería uno de los que estaría en la mesa de la discusión al inicio de este año pero, ¿esto es y será así?, porque como están las cosas en mi México querido, dudo mucho que en los próximos meses se toque el Subsistema normalista. Me explico.

Para entrar en materia, comenzaré por el lado político. Como bien sabemos, este año será crucial para el 2018. Las elecciones en el Estado de México, hacen suponer que varias de las iniciativas que pudieran presentarse en el escenario educativo, no serán tocadas en demasía por quien dirige la SEP en estos momentos. ¿Quién pensaría en alborotar el medio si lo que se quieren son votos y no marchas y plantones por parte del magisterio? Hacerlo, como parece obvio, traería “costos políticos” de relevancia y, para Aurelio Nuño, significaría poner en riesgo su probable elección como candidato a la gubernatura de esa entidad, o bien, su candidatura a la Presidencia de la República. ¿Le dijo a usted algo el que en estos días tan flamante Secretario haya develado un cuadro para homenajear a su antecesor Emilio Chuayffet haciéndose acompañar del Secretario General del SNTE, Juan Díaz de la Torre? En lo personal, tal acción se asemejo a una frase que utilizamos en mi pueblo cuando alguien pretende conseguir algo pero sin expresarlo de frente: “algo quiere y dinero no es”.

Por lo que respecta al ámbito económico. Pensar en reformar la estructura organizacional de las escuelas normales, se antoja harto complicado. Las condiciones presupuestales, como se ha visto, no auguran la pertinencia de dicha reforma. Es cierto que, derivado del programa Escuelas Al Cien, el año pasado se destinaron varios millones de pesos para fortalecer a las normales, sobre todo, a las rurales; pero también es cierto que el recorte presupuestal le pega y le pegará, no solo al Subsistema normalista, sino a todos los niveles que conforman el Sistema Educativo Mexicano (SME) – aun y cuando se diga lo contrario –. Necesidades o requerimientos hay muchos en estas instituciones; desde infraestructura y equipamiento adecuado para su funcionamiento, hasta las formas de organización y reglamentación que por años han mantenido a estas escuelas formadoras de docentes.

En la parte social. Es impensable que éstas puedan desaparecer. Su tradición pero, sobre todo, su relevancia e impacto social, parecen descartar su eliminación. Por años, estas escuelas han formado a miles de maestros y maestras que se han incorporado al SEM con el propósito de cumplir con esa función que contempla el Estado Mexicano y que ha sido plasmada en la Constitución Política de nuestra nación: desarrollar armónicamente las facultades de los seres humanos. Nadie, en estos momentos, dudaría que en las escuelas hace falta un maestro que oriente y facilite la generación de aprendizajes en los niños, jóvenes y adultos de México.

Por lo que toca a la parte cultural, debo señalar que estas escuelas son parte importante y trascendental de la cultura mexicana. Muchas de las costumbres y tradiciones que se viven en cada una de las regiones del país, han sido fomentadas y preservadas por los maestros. ¿Y dónde se aprende todo ello? Como parece obvio, en las normales. Pese a quien le pese, en estas escuelas se genera ese aprendizaje que a la postre se desarrolla en los diferentes niveles en los que se insertan los egresados de estas instituciones. Bien se dice que cultura es una forma de vida, y no es errado pensarlo de esta manera. Dese cuenta, ¿cuántos y cuántos mexicanos no han sido formados por un maestro?, ¿cuántos y cuántos no hemos aprendido algo de ellos?, ¿cuántos y cuántos no hemos realizado una convivencia en razón de lo expuesto? Millones… millones de mexicanos.

Tengo claro que muchas de estas escuelas, por su misma condición regulatoria – sin autonomía y apegada a lo que mandata la Constitución –, han construido prácticas que a la fecha, no son las mejores. El diagnóstico que hace años realizó  la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), dio cuenta del rezago en el que se encuentran, pero también, de esas prácticas bajo las cuales se mueven los miembros de este Subsistema. De hecho, hace un año precisamente, Mexicanos Primero, difundió un informe – con el que no estuve del todo de acuerdo –  en el que se plantearon varias debilidades y fortalezas que no del todo son ciertas pero que hay cierta razón en ellas.

Reformar las escuelas normales, desde mi perspectiva, es fundamental si en realidad queremos mejorar la educación en nuestro país. Con seguridad resistencias gremiales y corporativas habrá. Es lógico pensar que existirán, y más por la serie de torpezas que ha cometido y viene cometiendo el gobierno federal en manos de Peña Nieto; sin embargo, el paso tiene que darse, sin prisa pero sin pausa. ¿Por qué? Porque estas escuelas formadoras de docentes, merecen ocupar el lugar que en 1984, por decreto presidencial, les fue asignado: instituciones de educación superior.

En este sentido, debo reconocer el trabajo que recientemente ha emprendido la DGESPE, en cuanto a la realización del Primer Congreso de Investigación de Educación Normal a celebrarse en la Ciudad de Mérida, Yucatán, el próximo mes de marzo (por allá nos veremos). Lejos del tema político que éste pudiera tener, me congratula el que finalmente, se tomé en cuenta a este Subsistema como parte de la educación de mi querido país.

En fin, considero que tiene que hablarse de las escuelas normales, y tiene que hablarse bien o mal, pero con sustento. Hechos lamentables como los de Ayotzinapa, por ejemplo, que siguen doliendo en el alma, deben ser atendidos y también expuestos para que, de una vez por todas, se den pasos firmes y sólidos hacia una mejora substancial en la formación de maestros.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reforma-pendiente-las-normales/

Imagen: elfederalista.mx/f/jalisco_escuelas.jpg

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El gasolinazo y la educación

Por: Abelardo Carro Nava

No había pasado mucho tiempo desde que decidí tomarme un merecido descanso, cuando de repente, alguna de las noticias que se difunden por la televisión llamó mi atención: el Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio Meade, dio a conocer en los últimos días de diciembre, el aumento a las gasolinas y diésel para el mes de enero de este año, dada la liberación de los precios en varias partes del país; esto, derivado de la reforma energética que fue aprobada por las cámaras de representantes de mi México querido.

Reflexiones más, reflexiones menos, llegaron a mi mente infinidad de ideas relacionadas con el medio en el que me muevo constantemente: el educativo. De pronto me pregunté: ¿tendrá algún impacto el aumento del combustible en el sector educativo?, si así fuera, ¿cuáles serían las consecuencias que padecería dicho sector?, ¿en qué medida las escuelas, los maestros, los alumnos y los padres de familia se verían afectados por tal aumento? En fin, una serie de cavilaciones que por más que quise evitarlas – porque en serio pretendía descansar – rondaron por mi cabeza en más de una ocasión.

Así las cosas, y pasadas las festividades que, espero haya disfrutado usted, mi apreciable lector; el primer día de este año se concretó lo que se había anunciado: la liberación de los precios de las gasolinas y el diésel. En pocas y resumidas palabras: se hizo efectivo el gasolinazo.

Hasta el momento, sobre este asunto, hemos visto de todo en la arena política. Partidos políticos y políticos que se desdicen y quieren dar marcha atrás a una ley que ellos mismos aprobaron. Medios de comunicación que intentan desviar la atención y enfocarla a los bloqueos y marchas mediante los cuales se afectan en cierta medida a una población que tiene que cumplir con sus actividades, sean laborales o no. Un Presidente que no aparece ni da una explicación sobre esta situación porque anda de vacaciones. Cientos de miles de ciudadanos inconformes con la medida anunciada y que se han manifestado en varias entidades de mi querida República Mexicana. Robos y venta de combustible a menor precio por los llamados “tlachicoleros”. Congresos en los estados que fijan una postura sobre el alza a los precios pero se les ha olvidado que ellos mismos aprobaron la reforma hace unos años. Gobernadores que ya no saben ni para donde hacerse porque corren el riesgo de ser vapulados por la ciudadanía si es que apoyan la medida tomada por la gestión de Peña Nieto. Con este panorama, dígame si el país no está más que “caldeado”.

Para quienes tenemos un poco de conocimiento sobre estas cuestiones, sabemos que el escenario internacional juega un papel preponderante en cada uno de los países que producen o no petróleo. Las explicaciones que han dado los funcionarios de la SHCP son reales y creíbles. Muchas de ellas las he leído y, otras tantas, las he escuchado. El precio del petróleo a nivel mundial, la volatilidad del dólar, los mercados internacionales, en fin, todas aquellas cuestiones que inciden en la economía a nivel mundial, impactan en el plano nacional. Señores, eso lo sabemos. Pero también sabemos, que se han tomado decisiones equivocadas, a la ligera, sin análisis ni fundamento, solo han considerado aquellas que traen consigo la demagogia y el populismo. ¿Recuerda cuando el presidente Peña anunció que con la reforma energética no habría aumento en las gasolinas? Ese, señores, es el más claro ejemplo de la demagogia y populismo. Obviamente, las consecuencias de esa falacia, la estamos pagando en estos momentos.

Y a todo esto, con seguridad usted se preguntará, ¿y estas ideas que tienen que ver con el medio educativo? La respuesta es simple: todo. Las políticas económicas impactan en las educativas y, en razón de las primeras, es como las segundas logran concretarse.

El ser humano, por instinto básico, tiene que alimentarse… ¿cómo le harán los más de 60 millones de mexicanos que viven en pobreza y pobreza extrema para llevarse un alimento a la boca?, ¿cree usted que con el paupérrimo aumento al salario mínimo les alcanzará para desayunar, comer y cenar, además de trasladarse y comprar los materiales que son indispensables en el proceso de enseñanza y aprendizaje? No nos hagamos, las condiciones del país no son las mismas para todos los sectores. Se nos olvida que hay un sector de la población que vive en zonas rurales e indígenas, aunque esto no significa que en las urbanas no haya necesidades.

Por sentido común, si se incrementa el precio de los combustibles se incrementará prácticamente el precio de todo y en todo, incluyendo la comida. ¿Se ha puesto a pensar lo que significa comprar una canasta básica en estos tiempos? Créame, 80 pesos no sirven de mucho.

Considero pues, que demagogia y populismo estamos cansados. Ahí tenemos la aprobación de la reforma educativa, una iniciativa que fue en el mismo paquete de la energética, en algo que se conoce o conoció como “Reformas Estructurales”. Los resultados de la primera se vienen dando, no por la reforma en sí sino por lo que existe o existía sin esa llamada “reforma”, por ejemplo, cuando se demostró que más del 80 por ciento de los maestros evaluados alcanzaron niveles satisfactorios y destacados. ¿Qué paso entonces? Que se evidenció que los docentes hacen su trabajo con conocimiento de causa. Así, sin más ni más: y sin “reformas”.

Por lo que respecta a la “reforma energética”, supongo, en los próximos días ésta será modificada. Es de sabios reconocer los errores y, si no me equivoco, por las decisiones tan apresuradas que se tomaron en este sentido, se aprobó una reforma que no reforma nada.

Finalmente, quiero expresarle a usted, mi siempre apreciable lector que el año pasado me obsequio unos minutos de su tiempo para leer alguna de mis columnas; mis mejores deseos en este 2017. Creo que a pesar de los pesares y los infortunios, en los seres humanos vive ese pedacito de amor que la humanidad requiere para seguir adelante. Enhorabuena y que tenga salud y muchos éxitos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-gasolinazo-y-la-educacion/

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De la niña Andrea, a los resultados de la prueba Pisa

Por: Abelardo Carro Navas

Tremendo revuelo causaron en los medios de comunicación, los datos que el martes pasado, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer con relación a la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos) que se aplicó a cerca de 540 mil estudiantes de más de 70 países. México, como hace más de diez años, se colocó en los últimos lugares. Asunto nada menor y del cual se despenden varias cuestiones, pero vayamos por partes porque de éste y otros temas, hay mucha tela de donde cortar. Veamos.

Hace unos días, millones de mexicanos fuimos testigos de un hecho que, hasta el momento en que cierro estas líneas, sigue causando polémica. Se trató de la niña Andrea, estudiante de educación básica que en la 36 Feria Internacional del Libro, corrigió al Secretario de Educación, Aurelio Nuño. “No se dice ler, se dice leer”, fue una frase que – quizá – se convirtió en un grito de rebeldía. Como era de esperarse, los memes no tardaron de aparecer e inundaron las redes sociales. El hecho, plasmado así como lo fue y es, se antoja chusco a más no poder. Sin embargo, y permítame ser un tanto crudo al respecto, este tipo de cuestiones, son el reflejo de la realidad que estamos vivimos los mexicanos: tenemos a un Secretario de Educación que se preocupa más por su popularidad y por hacer política con miras a ocupar una gubernatura o presidencia de la república, que por corregir sus problemas de dicción. Si ésta es la realidad que vivimos en nuestros días, imagínese cómo estarán las demás cosas.

Bien se dice que cuando la cabeza está mal, lo demás esta igual, y hay razón en ello. En este caso, y para el momento que estamos viviendo, desafortunadamente le tocó a Nuño ser objeto de burlas y comentarios más que soeces por quienes nos encontramos dentro del Sistema Educativo, pero también, por quienes se hallan fuera de éste. Y es que mire usted, el problema como tal no radica, como una y otra vez lo he reiterado en este y otros espacios, en los maestros, sino en los funcionarios que han estado al frente de áreas tan importantes para el desarrollo cognoscitivo de los mexicanos. Dese cuenta, los datos que ofreció la OCDE nos hacen pensar en ese rezago en el que nos encontramos insertos desde el 2000 a la fecha. Obviamente que este problema viene arrastrándose de años anteriores al que señaló líneas arriba pero, en este caso, los tomó para ejemplificar la idea que pretendo aterrizar.

Recordemos que con la alternancia, producto de la victoria en las urnas que obtuvo Vicente Fox en el 2000, muchos pensamos que las cosas iban a cambiar. Recuerdo que en ese tiempo, el Secretario de Educación, Reyes Tamez Guerra, estuvo subordinado a los designios de la maestra Elba Esther Gordillo quien, ávidamente, estableció una mancuerna con la primera dama, Martha Sahagún, para el logro de sus propósitos. Posteriormente con Calderón, algo similar pasó, solo que el asunto empeoró para el sector educativo, específicamente, para el nivel básico de enseñanza, dado que Josefina Vázquez Mota, cedió la Subsecretaría de Educación Básica al yerno de la profesora Gordillo, Fernando González.

Culminada esta triste y lamentable etapa de gobiernos panistas, llegó a la Secretaría de Educación Pública, Emilio Chuayffet, abogado y político mexicano que, gracias a la victoria que obtuvo Peña Nieto, fue colocado por tres años en tal puesto. Si, así como lo leyó: tres años; y bueno, a la salida de éste llegó Nuño, jefe de la oficina del Presidente y hombre cercano al mismo.

¿Qué le parecen estos datos?, ¿le dicen algo? Si nos preguntamos por qué México se encuentra en niveles deplorables en comparación con otros países del orbe, tal y como lo mostró la prueba PISA, aquí tiene una respuesta, misma que se complementa con la serie de factores que inciden en la escuela pública mexicana. ¿Cuáles son éstos? En reiteradas ocasiones, muchos investigadores, académicos, maestros, columnistas y colegas, nos hemos referido a ellos de manera particular, aunque pueden englobarse en cuatro grandes rubros: economía, cultura, política y sociedad. Cada uno con sus propias particularidades pero que, de manera directa e indirecta, han influido e influyen en la educación de mi México querido.

Ciertamente, la tarea educativa es de todos los mexicanos, de eso no tengo duda. Todos los que habitamos este bello país, tenemos la enorme responsabilidad de participar en la formación de los millones de niños, jóvenes y adultos. Comenzar en casa, con nuestros hijos y familiares, es una buena opción, y podemos hacerlo. Sin embargo, y con todo el respeto lo digo, debemos y tenemos que exigir a los gobiernos y gobernantes que hagan su chamba. Cansados estamos de que tiren culpas a los menos culpables y eludan sus responsabilidades.

Si el Sistema Educativo Mexicano (SEM) está como está, es porque quienes han tenido la posibilidad de mejorar las condiciones de quienes asisten o asistimos a formarnos a una escuela, no lo han hecho. Lamentablemente la SEP, ha sido vista como un trampolín político para llegar a una gubernatura o presidencia de la república, mientras que la educación… ha sido relegada a un segundo plano.

Requerimos pues, menos discursos como los que en días pasados ofreció tan flamante Secretario – Nuño – quien, en su intento de legitimar su actuar en razón de los resultados que dio a conocer la OCDE, pretende agarrarse de su “reforma educativa” que, como se ha dicho, no traerá beneficios y mejoras al Sistema en tanto no destierren la corrupción que priva al interior del medio y se proponga un modelo apegado a la realidad y con sentido.

Por cierto, ¿pensará Nuño culpar a los maestros y maestras de México cuando en las recientes evaluaciones más del 85% obtuvo resultados satisfactorios? Hacerlo, sería cínico y harto ofensivo. Ya veremos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/de-la-nina-andrea-a-los-resultados-de-la-prueba-pisa/

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¿Y las conquistas sindicales?

Por: Abelardo Carro Navas

El primer día que ingresé al magisterio, todo un cúmulo de sucesos se hicieron manifiestos: la presentación con los directivos de la escuela, con los que serían mis compañeros de trabajo, con la delegación sindical que representaba a éstos, con mis fututos alumnos; en fin, todo un nuevo escenario que, a más de uno, podría dejar perplejo. ¿Quiénes no hemos pasado por esto? Indudablemente, quienes tenemos la oportunidad de pertenecer al Sistema Educativo Mexicano (SME), sabrá de lo que estoy hablando.

El lenguaje que permea este medio, es particular y propio de quienes nos formamos para ello. Educación, planeación, evaluación, material didáctico, son algunos de los conceptos que de manera reiterada se expresan en cada uno de las escuelas. Sin embargo, y como parte de esa “jerga” que envuelve a dicho medio, existen otros tantos que, indiscutiblemente, forman parte del hecho educativo, me refiero, como parece obvio, al sindical, y lo que éste trae consigo.

Recuerdo muy bien que en ese primer día, hubo una reunión convocada por la representación sindical. El motivo, dar a conocer la serie de “conquistas” que hasta ese momento se habían conseguido. Confundido, como era de esperarse, me atreví a preguntarle al compañero que tenía a mi lado sobre el significado de ese término: “son los logros que se han obtenido como parte de las negociaciones que establece el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) con la Secretaría de Educación Pública” – me dijo –.

Siguiendo un protocolo, ortodoxo por cierto, se fueron abordando cada uno de los puntos que la agenda de trabajo contenía. Bono para fin de año, lentes, servicios médicos, festejos para el día del maestro y la madre trabajadora y varios etcéteras más, se agotaron pero siempre, en todos, quien hacía uso de la palabra, enfatizaba el hecho de que tales logros eran resultado de las “conquistas” que el Sindicato, a través de su dirigente, había conseguido.

Bien a bien no entendí tales “conquistas”, pero indiscutiblemente que tal evento llamó mi atención, así como también, el que con el paso del tiempo, en las reuniones a las que convocaban las representaciones sindicales – que difícilmente eran cambiadas –, se aludía tal concepto hasta el hartazgo; no obstante esta situación, mi inquietud, natural en los seres humanos, me llevó a realizar un análisis de aquello que reiteradamente se repetía.

Reflexionar sobre las prestaciones que, como trabajadores al servicio del estado, tenemos derecho; hacer cuentas y analizar los rubros que cada año se daban a conocer pomposamente sobre los incrementos salariales; observar que en los festejos no se festejaba a quien debía festejarse; comprobar que en los ascensos y promociones se veían afectados, injustamente, compañeros que deberían ser promovidos; fueron algunos de los asuntos que me llevaron a preguntarme – como ahora lo hago – a qué tipo de “conquistas” se referían cuando se hablaba al respecto.

Si por “conquistas” se entiende cada uno de los “logros” que se obtienen de una negociación entre el patrón y los trabajadores – a través de su representación sindical – pues habría que pensarlas en esos términos y no como algo “utópico” que implica una victoria sobre algo o alguien.

Ciertamente, los puntos de acuerdo a los que llegan las partes, conforman esos “logros” a los que hago referencia. Léase bien, “puntos de acuerdo”, que emanan de un análisis de la situación por la que atraviesa, en este caso, el sector educativo. ¿Por qué llamarlos “conquistas” entonces? Sencillo, la representación sindical, optó por esa “idea” para referir que había obtenido una victoria resultado de la lucha encarnizada que había sostenido con su contrincante. Tal vez por esta razón es que Carlos Ornelas ha afirmado – y afirma – que la Secretaría de Educación Pública (SEP) fue colonizada por el SNTE. No obstante ello, como puede verse, esta idea parece derrumbarse, cuando en los hechos o en las negociaciones, han intervenido las dos partes: una que pide y otra que otorga. Argumento que me permite darle la razón a Manuel Gil Antón cuando plantea que la SEP no fue colonizada por el SNTE, sino que fue cedida por la misma autoridad para que tal Sindicato, hiciera de las suyas.snte-origenes

Años han pasado y, si no me equivoco, el término ha desaparecido del lenguaje de quienes tienen la representación de los trabajadores de la educación. Supongo, es algo normal y hasta lógico pensarse. Los años han transcurrido y esa lucha sindical que suponía la obtención de una victoria, prácticamente ha quedado en el anecdotario. Dese cuenta, en la misma organización sindical ya no se habla de ello, por el contrario, se aplaude y reconoce una reforma educativa que ha impulsado el gobierno de Peña Nieto. De hecho, en los primeros meses de este sexenio, cuando se reformó la Constitución y surgió la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD), si no mal recuerdo, cual estribillo de una canción que escribió hace tiempo el gran José Alfredo Jiménez: el sindicato calló. Así, sin más ni más: calló.

En suma, considero que si de conquistas a conquistas estamos hablando, la SEP, con Aurelio Nuño al frente, ha ganado, y eso que ésta y él no representan a los trabajadores a través de un Sindicato.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/y-las-conquistas-sindicales/

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De mediocres a mediocres: ¿el SNTE?

Abelardo Carro Nava

Las palabras que el Secretario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, pronunció durante la presentación de las “Estrategias didácticas, guía para docentes de educación indígena” (Educación Futura 11/11/2016), en cuanto a que “en el magisterio nacional no hay lugar para la mediocridad, la incompetencia, ni la desazón”; retumbaron en su gremio, conformado por miles de trabajadores adheridos a esa organización sindical.

Como era de esperarse, las expresiones que éstos últimos escribieron (ver la página de Facebook: Educación Futura), fueron de rechazo y antipatía hacia esas declaraciones. Obviamente, el descontento que prevalece en buena parte del gremio es más que evidente. No obstante lo anterior, es que cabe preguntarse, ¿cuáles son las razones que motiva a los trabajadores a manifestarse de esta forma?, ¿por qué el líder sindical no goza del respaldo unánime sobre los asuntos que en su materia le corresponde realizar?, ¿cuáles son los argumentos que son utilizados para denostar el trabajo que realiza el Secretario General de tal sindicato? Pues bien, le invito a que vayamos por partes porque de este asunto, hay mucha tela de donde cortar.

Como sabemos, la llegada de Juan Díaz de la Torre al frente del SNTE, se dio después de que fuera detenida la maestra Elba Esther Gordillo, líder vitalicia – hasta ese momento – de la misma organización sindical. En la designación como tal, desde mi punto de vista, no está el problema, sino en lo que se destapó con la aprehensión de la profesora Gordillo y que redunda en un solo aspecto: malversación de recursos económicos de los trabajadores adheridos al sindicato más grande de América.

El fenómeno de la corrupción al interior de la estructura sindical le pegó, y le sigue pegando al profesor Díaz de la Torre. Obviamente, éste trae sobre su espalda este penoso y lamentable incidente que, difícilmente, podrá eliminar dado que hasta la fecha, sigue sin existir una transparencia en el manejo de las cuotas que se les descuentan a los trabajadores cada quincena. Punto nada sencillo de tratar, dado que el esquema de transparencia que ha “propuesto” no es transparente ni clarifica el destino de los dineros de los mentores, administrativos y del personal de asistencia la educación.

En segundo lugar, considero que en lo que va de su gestión, este profesor, se ha dedicado a “capotear” las aguas turbulentas que el mismo Sistema Educativo Mexicano (SME) genera como parte de un proceso de formación de los mexicanos. Es cierto, ha impulsado – como no se había visto – su programa de capacitación del magisterio a través de lo que se conoce como el Sistema Nacional de Desarrollo Profesional (SINADEP), lo cual es aplaudible; sin embargo, la naturaleza de su organización no estriba en este asunto, dado que le corresponde a su patrón realizarlo, quien, hasta la fecha, no ha logrado capitalizar esta plataforma capacitadora de los maestros en cuanto al modelo pedagógico que emana de la mal llamada Reforma Educativa. De hecho, si analizamos el carácter defensor de los derechos de los trabajadores del organismo sindical, nos daremos cuenta que de las negociaciones que ha mantenido con la Secretaría de Educación Pública (SEP), solo ha obtenido magros resultados, consecuencia lógica de las circunstancias económicas del país, mismas que no permiten generar las condiciones para una educación de calidad.

En tercer lugar, ha sido claro el apoyo que este líder le ha dado a la Reforma Educativa. Los discursos, las expresiones y las declaraciones ahí están y, si usted gusta, puede analizarlas. A todas luces, con las acciones que hasta la fecha ha emprendido, se hace manifiesto este asunto. Nada menor por cierto, pero que me permite argumentar sobre la existencia de un pacto “en las alturas” para que la “transformación” educativa a la que reiteradamente alude Aurelio Nuño y el Presidente Peña Nieto, pase planchadita, con la finalidad de atender los requerimientos internacionales que emanan de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) – solo por citar un ejemplo –. Se imagina lo que pasaría su posición fuera contraria a ésta y se exigiera las condiciones para que los maestros realizaran mejor su trabajo. Ojo, no me refiero únicamente al pago de salarios, sino a todos aquellos elementos que son indispensables para la realización de un trabajo eminentemente pedagógico y didáctico.

Hablar de mediocridad en un contexto en el que el descontento y polarización magisterial y social es más que evidente, corre sus riesgos y, seguro estoy, que el maestro Juan Díaz de la Torre los conoce. ¿Será que estemos ante el declive de una organización que por más que se siga lo contrario ha perdido fuerza, legitimidad y credibilidad? Es posible.

Cosas por hacer puede haber y muchas, por ejemplo, el que se realice un ejercicio de transparencia y acceso a la información sobre los recursos que maneja dicha organización sindical. Conocer el destino de tales recursos, es un imperativo básico y primordial si es que desea obtener esa parte de credibilidad a la que hago referencia pero, ¿lo hará?

Ahora bien, es cierto que este Sindicato ha sido mayormente conocido por sus prietitos en el arroz, ¿será posible relanzar una imagen en la que la honestidad, transparencia y cumplimiento de sus fines sean la punta de lanza para posicionarse de nuevo ante su gremio y la opinión pública? También es posible pero la pregunta sigue siendo la misma, ¿lo hará?

Sobre este asunto, recuerdo un texto de Rosa María Zuñiga, “La institución escolar, lugar de deseos y lucha de poderes” (1990), en el que se plantea que no puede existir en una institución, un objetivo superior que el que la misma organización establece, ¿cuál sería el objetivo de este Sindicato?, ¿lo pondrán en marcha para beneficio y respaldo de toda la base trabajadora? Tiempo al tiempo.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/de-mediocres-a-mediocres-el-snte/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/08/CqejwUfUIAAFqSa-1.jpg

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A dos meses de que concluya el año: puro cuento

Abelardo Carro Nava

Prácticamente a un par de meses de que concluya este convulsionado 2016, el escenario educativo en México, parece haber entrado en un impasse que ha llevado al gobierno federal, lanzar campanas al vuelo afirmando que la “reforma educativa” es una realidad. Hechos para sustentar mi dicho hay muchos y muy variados, por ejemplo: el apaciguamiento de una aguerrida Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), o la aplicación de la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) en Chiapas y Michoacán – entidades donde su ejecución no se había dado por completo – para el ingreso de personal docente al Sistema Educativo Mexicano (SME).

Asuntos nada menores que, como decía, han llevado al mismo Presidente de la República, a afirmar que dicha reforma es una realidad en mi México querido. ¿Lo duda? Le invito a que revise parte del discurso que emitió en Colombia Peña Nieto durante la XXV Cumbre de Jefes de Estado de Iberoamérica (Excelsior, 29/10/2016).

No obstante lo anterior, es que cabe preguntarse: ¿esto es así? Veamos. Indiscutible es, el que la CNTE ha bajado la guardia en estos meses, producto de las negociaciones que tuvo con la Secretaría de Gobernación, de las cuales, poco o nada se sabe, y eso que en días pasados el propio Secretario, Osorio Chong, ventiló a los medios de comunicación, que serían públicos los acuerdos a los que se llegaron en las “mesas de negociación”. Indiscutible es, el que los foros de consulta que se organizaron con el propósito de “recabar” propuestas con relación al modelo educativo planteado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), en voz de su Secretario, Aurelio Nuño, se hayan llevado a cabo en las entidades federativas y con la participación de diversos actores. Indiscutible es, el que la LGSPD se haya aplicado en el territorio mexicano para “asegurar” el ingreso de los mejores maestros al SEM. Indiscutible es, el que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), esté sometido a los designios del propio Presidente y del Secretario Nuño. Todo esto es indiscutible. Sin embargo, sobre éstas cuestiones, hay varias consideraciones que hacer al respecto.

Hace unos días en este mismo espacio, Carlos Ornelas, planteó algunas ideas con relación a la CNTE y su probable desistimiento a la lucha y confrontación por la aplicación de lo que ellos han nombrado “la mal llamada” reforma educativa. Y es cierto. Tal parece que las negociaciones que hace meses tuvieron lugar en la Ciudad de México entre la Coordinadora y el Secretario Chong, les trajo buenos dividendos. Coincido, las aguas están calmadas pero dudo que sea por mucho tiempo. ¿Por qué? No olvidemos que en el 2017 comienza la carrera por la silla grande – si no es que ya inicio desde el 2012 – y, como grupo antagónico, será una pieza importante a considerar por los candidatos a la Presidencia de la República o… ¿cree usted que no será así?

Por lo que respecta a los “foros” que se realizaron en varios estados de la República, sigo creyendo que éstos fueron utilizados para legitimar lo que desde la calle de República de Argentina se planteó en su momento: un modelo educativo que carece de elementos pedagógicos y que varios especialistas, académicos, investigadores, columnistas, entre otros, nos hemos encargado de señalar en reiteradas ocasiones. ¿Serán públicos los resultados que se obtuvieron en dichos foros?, ¿se harán modificaciones al modelo propuesto por la SEP?, ¿se integrarán las “propuestas” que formularon los profesores y ciudadanos participantes? Si así fuera, ¿cuál sería el sustento pedagógico que se emplearía para sustentar dichos cambios a la curricula, por ejemplo? La realidad dista mucho de la retórica y, hasta el momento, solo hemos escuchado un discurso, por parte del Secretario, plagado de buenas intenciones, pero que no acaba de aterrizar por completo.

Por lo que respecta a la LGSPD, considero que difícilmente veremos un cambio. El mismo Secretario Nuño ha dicho en reiteradas ocasiones que no está en sus manos realizar modificaciones, y es cierto. Como ordenamiento legal que emana de la Constitución Política, les corresponde a los “representantes” del pueblo hacer los ajustes necesarios. Por este motivo, dudo mucho que en lo sucesivo seamos testigos de una reforma a la reforma educativa, tal y como Gil Antón lo ha planteado. Obviamente algún partido político, cuya intención sea la de apoyar fuertemente a su candidato, intentará vender la idea de que se harán algunas modificaciones pero… puro cuento.

Finalmente, quiero pensar que el SNTE despertará del letargo en el que se encuentra – obligado quizá –. El momento electoral lo obligará a ello. La pregunta en todo caso sería si seguirá apoyando al régimen que ha trastocado al magisterio. El control de los maestros no lo tiene y, como pintan las cosas, dudo que lo tenga en el 2017 y 2018. Juan Díaz de la Torre no es Elba Esther, y los tiempos que le ha tocado vivir al primer aludido, son totalmente diferentes a los que vivió la profesora Gordillo. ¿Será el fin del Sindicato más grande de América Latina? Es posible. La polarización y encono que se vislumbra en los próximos años, dada la contienda electoral, aseguran esta idea. ¿Sumisión o rebeldía? Ahí está el dilema.

En suma, pareciera ser que el impasse que refería al inicio de estas ideas, es una vaga ilusión veraniega. Como podemos darnos cuenta, las cosas se están moviendo por debajo de la mesa. Tristemente, la mejora educativa ha pasado, pasa y pasará a un segundo plano cuando de elecciones estamos hablando y eso, lejos del discurso y de la presunción que el propio Presidente haga en diversos eventos, jode y jode al pueblo de México.

No, no es pesimismo de mi parte. Ojalá lo fuera. La educación, como proceso de formación de los seres humanos, les corresponde a los diversos agentes que se ven inmersos en ella. Los maestros, estoy convencido, están trabajando en ello pero dudo que muchos otros actores estén haciendo y cumpliendo su parte.

Tiempo al tiempo.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/a-dos-meses-de-que-concluya-el-ano-puro-cuento/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/08/CqfCNGmUAAA2bMd-300×190.jpg

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