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Los 43: herida abierta

Por: Abelardo Carro Navas

A mi padre, con cariño.

En mi niñez, incontables fueron las ocasiones en que mi padre nos narraba infinidad de historias de la escuela en la que se formó para maestro: la Normal de Tenería “Lázaro Cárdenas” ubicada en el Estado de México. Recuerdo muy bien las charlas que, sobremesa, nos regalaba con relación a lo que hoy sé, fue una de las etapas más importantes de su existencia.

La primera vez que estuvo en esa escuela, los directivos, los maestros, la educación que recibieron, la convivencia entre compañeros, las parcelas, la siembra, las cosechas, las escapadas que ocasionalmente se daban por la noche al centro de la Ciudad de México, en fin, varias y muy diversas historias se desprendían de quien, hasta la fecha, sigue siendo mi ejemplo.

Ciertamente los tiempos han cambiado y, afortunado soy, al tener con vida a quien aún con sus años encima, sigue compartiéndome cada uno de esos deliciosos momentos que disfrutó en su querida escuela. Y es que mire usted, ¿cuántos de nosotros no tenemos una historia que contar de lo que a diario vivimos? Sin duda, las más significativas permanecen en nuestra memoria, vivas, cual retrato, de esos que fueron creados por grandes artistas.

Muchos de los hombres y mujeres que se formaron en estos centros de enseñanza y que hoy día se encuentran insertos en el Sistema Educativo Mexicano (SME), con certeza, sabrán de lo que estoy hablando. Cierto es, que las condiciones que prevalecían en el país en ese entonces, son totalmente diferentes a las que se viven en nuestros días. Sin embargo, seguro estoy, que la esencia del normalismo sigue intacta.

Quienes hemos tenido la oportunidad de laborar en este Subsistema, podremos coincidir, en que la atmósfera que envuelve a las normales – sean estas urbanas, rurales o privadas –, es única e inigualable. El humanismo sigue presente, la pedagogía y didáctica ni se diga, la formas y esquemas organizacionales que desde hace tiempo implementaron grandes maestros, continúan en un medio, escasamente comprendido y, lamentablemente, agredido en los últimos años.

¡Es que en esas escuelas normales se forman guerrilleros! – escuché decir a alguien hace unas semanas. ¡Qué desatinado comentario! – dije para mis adentros.

Como seguramente usted sabe, la educación que reciben los alumnos o alumnas en las normales, está relacionada con la formación de los seres humanos. Por ello, es que se tienen que abordar diferentes momentos históricos de la humanidad. Analizar la educación socialista que tuvo vigencia en México y en el mundo; conocer los diferentes sistemas educativos del orbe para compararlos con el nuestro, comprender la pedagogía de Paulo Freire o las teorías de Piaget, Chomsky o Vygotsky, son cuestiones que propician el análisis y reflexión sobre los distintos problemas por los que atraviesa el ser humano y la educación que el mismo ha creado. ¿Los alumnos son guerrilleros por criticar con fundamento las políticas de un gobierno desde un enfoque freiriano?, ¿son delincuentes los estudiantes por analizar la educación desde un enfoque marxista o leninista?, ¿son ladrones estos alumnos por el simple hecho de pensar, analizar y criticar tal o cual cosa?

Creo, si no me equivoco, que la incomprensión sobre este Subsistema, ha propiciado expresiones como la que líneas atrás refería. Ciertamente, y debemos reconocerlo, hay cuestiones que deben mejorarse en estas escuelas pero, ¿cómo hacerlo si la mayoría de las autoridades educativas desconocen el medio? La complicidad, en muchos de los asuntos que tienen sumidas en el abandono a las normales, ha sido entre dos actores que hoy, más que nunca, se jactan de entenderlas y apoyarlas: la SEP y el SNTE. ¿Será que estas instituciones formadoras de maestros representan un botín político para el Secretario de Educación o del Sindicato en turno dado que impide o fortalece sus aspiraciones político-personales?

Tengo claro que todos perseguimos un propósito, sea de vida o profesional – aunque el segundo se encuentra implícito en el primero –, pero, reitero, hoy más que nunca se tiene que hacer algo para mejorar las condiciones de estas escuelas, sobre todo, de los alumnos que ahí se forman.

Triste ha sido, es y será, la desaparición de los 43 estudiantes normalistas que cursaban alguno de los semestres en la Escuela Normal “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Gro. A dos años de este terrible suceso, nada se sabe de ellos. Investigaciones han ido y venido, encargados del caso, como el ex procurador Murillo Karam, han pasado sin pena ni gloria… y nada, absolutamente nada se sabe de ellos.

En los últimos días, las autoridades judiciales hablan de la utilización de nueva tecnología para localizar otras fosas clandestinas en Iguala, Gro. La idea, es dar con el paradero de los estudiantes pero, triste y desafortunadamente, volvemos y volveremos a lo mismo: nulos resultados y unos padres desesperados.

Por cierto… ¿y qué ha pasado con los paterfamilias de estos jóvenes desparecidos? Siguen buscando a sus hijos. A ellos, como padre de familia, los comprendo. Ya me imagino lo que yo haría si pasara por lo mismo.

En resumidas cuentas, desconozco si la verdad sobre este caso llegará a saberse algún día. De lo que estoy seguro, es que este miope gobierno, encabezado por Peña Nieto, pasará a la historia como el más inhumano, insensible y torpe de todos los que lo han antecedido, rebasando desde luego, a Díaz Ordaz y los lamentables hechos que conocemos.

Termino estas ideas con un profundo dolor en el alma. No sé si usted las comparta, pero en mí, sigue abierta la herida.

No obstante esta pesadumbre, ya sea en éste u otros medios, seguiré pugnando porque se haga justicia y se esclarezcan los hechos.

Sin duda, los mexicanos lo merecemos. Los padres de familia de los 43 estudiantes de Ayotzinapa necesitan saberlo.

Y yo… me quedo pensando en los grandes hombres, como mí padre, que se formaron en estas escuelas mexicanas, cuya labor, cuéstele lo que cueste a Nuño, son por excelencia, formadoras de maestros.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-43-herida-abierta/

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Movilidad académica normalista y… ¿los docentes?

Por: Abelardo Carro Nava

En días pasados, con enorme beneplácito recibimos quienes tenemos o tuvimos la oportunidad de laborar en alguna de las más de 200 escuelas normales públicas del país, la noticia de que estudiantes normalistas viajarían a diversos países de América Latina pero también, de Europa, caso concreto, Francia. Esto, derivado de las gestiones y/o acuerdos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) a través de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), logró establecer con las autoridades educativas de esos países.

Al respecto, no tengo mucho que decir, más que mi reconocimiento por esta iniciativa y por el apoyo que las autoridades de la DGESPE y el que en algunas entidades federativas han brindado para que los estudiantes de estas escuelas, salgan a enriquecer sus conocimientos, intercambiando experiencias que reditúen en mejores y mayores aprendizajes para beneficio de su carrera profesional pero, también, de los niños y adolescentes que más adelante atenderán en alguna de las aulas que integran el Sistema Educativo Mexicano (SEM).

Si bien es cierto que parte de las obligaciones de las autoridades federales y locales de la SEP, es la de gestionar este tipo de acuerdos, también es cierto, y debo reconocerlo, que sin su debido seguimiento no se hubiera logrado tal propósito; de ahí que tenga que aplaudir, el trabajo que ha realizado la Subsecretaría de Educación Superior, con el Dr. Salvador Jara, y lo que el Dr. Mario Chávez, al frente de la DGESPE, ha capitalizado. Estoy seguro que a estos países, se dirigen jóvenes entusiastas que pondrán en alto el nombre de nuestro México querido.

Ahora bien, y si usted me lo permite, quisiera hablar un poco del otro lado de la moneda. Ciertamente el logro que he mencionado merece ocupar las primeras líneas y los encabezados de los periódicos u otros medios de comunicación; sin embargo, considero que sigue habiendo varias asignaturas pendientes que deben ser atendidas con el mismo ahínco con el que se difundió esta formidable noticia. Y es que mire usted, el normalismo mexicano, después de su impresionante auge que tuvo después de la creación de la SEP por Vasconcelos, al momento en que cierro estas líneas, sigue y tal parece, seguirá en el olvido.

No, no crea que pretendo desestimar y contradecir el argumento que he planteado al inicio de estas ideas. Y mucho menos, aminorar el logro de los estudiantes de las escuelas normales que en próximos saldrán a esos países. De ninguna manera. Por el contrario, y espero que así se entienda, reconocer ambas caras de la moneda es, desde mi perspectiva, un ejercicio que debemos realizar cotidianamente para valorar los logros y fortalecer aquellos aspectos que deben ser fortalecidos. Autocrítica le llaman, sobre todo, con argumentos.

Mencionaba que este Subsistema ha quedado en el olvido, porque de no ser por los hechos ocurridos en Ayotzinapa – con la desaparición de los 43 normalistas – y por los resultados que ha arrojado la evaluación para el ingreso al servicio profesional docente o la evaluación del desempeño a cientos de profesores, muy pocos, pero muy pocos, conocían o conocíamos sobre el normalismo mexicano.

Si no me equivoco, el momento educativo – más no el político – por el que está atravesando la educación en nuestro país, requiere de una profunda transformación del Subsistema de educación normal. Una transformación pero en serio.

Está más que visto, que la formación de los millones de niños y jóvenes requiere de maestros y maestras mejor preparados, y es en las escuelas normales, donde puede lograrse esos objetivos. ¿Por qué no hacer una profunda y sustancial revisión de sus reglamentos y estructuras organizacionales que las rigen?, ¿por qué no pensar y repensar, además de revisar, el plan de estudios que ofrecen las licenciaturas en educación preescolar, primaria, secundaria, educación física, especial y demás, para que haya una adecuada vinculación con la educación básica?, ¿por qué no involucrar al personal directivo, docente y no docente en la reorganización de estas escuelas? Si la intención, como lo mencionaron las autoridades en el evento en el que se presentaron a los jóvenes normalistas que saldrían a otros países, es contar con mejores estudiantes y maestros, ¿por qué no entrarle al toro por los cuernos?

Ciertamente el clima político limita esta parte de transformación a la que me refiero, pero, ¿no es este el propósito que persigue el nuevo modelo educativo?

En días pasados, tuve la oportunidad de conocer lo que se trabajó en los foros regionales sobre la presentación del Modelo Educativo 2016, específicamente, en el rubro de la educación superior en México. Como era de esperarse, se plantea la posibilidad de encontrar un punto de coincidencia entre la formación universitaria-tecnológica y las escuelas normales, para darle sentido a lo que dicho modelo contempla, a fin de que con esta acción, se fortalezca el ingreso al servicio profesional docente. Menuda y compleja situación es ésta. Tareas a los asistentes les fueron encomendadas pero, desde mi punto de vista, no le auguro buenos resultados, sobre todo, porque son ámbitos diferentes o muy diferentes para el desarrollo humano.

Muchos hemos hablado sobre ello. Las escuelas normales son, por excelencia, formadoras de maestros. Las universidades, importantísimas para el desarrollo y crecimiento humano. ¿Pueden corresponderse? Indudablemente pero, a fuerza de ser sincero, en este sexenio o lo que resta de éste, no podrá lograrse, aunque como sabemos y conocemos, es muy probable que éste sea impuesto.

Ojalá no sea así, y que cual sueño guajiro, de esos que alimentan el alma, se fortalezca el Subsistema normalista en México. Las escuelas normales rurales lo requieren, las urbanas también. Dejemos pues, de pensar y desear y pasemos a los hechos, como el atinado viaje que varios de estos alumnos realizarán a otros países.

Por cierto, con mucha seguridad se estará preguntando, y qué pasó con el tema de los maestros que se incluye en el título de estas ideas. La propuesta que le tengo no es nada descabellada: ¿por qué no pensar en una movilidad docente a nivel nacional? Es decir, que algunos maestros de las escuelas normales realicen estadías en otras con el mismo propósito que persigue la movilidad estudiantil. ¿No cree que se fortalecerán sus conocimientos a través del intercambio de experiencias? Si tanto nos preocupa la formación de estudiantes, ¿por qué no buscar un mecanismo de movilidad asegurando las formas de contratación y promoción de los profesores?

Finalmente, y no por ello menos importante, deseo extenderle una merecida felicitación a la alumna de la Escuela Normal Preescolar “Profra. Francisca Madera Martínez”, Jessica Ingrid Roldán Ramírez, quien en próximos días viajará a Francia. Desde este espacio, le deseo todo el éxito posible en esta oportunidad. Tlaxcala manda una digna representante la Facultad de Montpellier.

Enhorabuena.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/movilidad-academica-normalista-y-los-docentes/

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El docente, entre la tensión y la incomprensión

Por: Abelardo Carro Nava

“No apruebo en absoluto que uno trate de engañarse alimentándose de falas imaginaciones. Debido a lo cual, viendo que es cosa más perfecta conocer la verdad, aun cuando resulte en contra nuestra, que ignorarla, confieso que más vale ser menos feliz y tener más conocimiento” (Pierre Bourdieu).

maestra-alumnoLa idea con la que decidí iniciar estas líneas que, pretendo, inviten a la reflexión; la retomé del libro “Aprendices de maestros, la construcción de sí”, cuyos autores, María de la Luz Jiménez Lozano y Felipe de Jesús Perales Mejía, publicaron hace unos años con la intención de abordar un tema que me parece harto pertinente retomar en estos momentos en los que el escenario educativo se encuentra en un serio conflicto del que, parece ser, poco a poco va encontrando una salida en el terreno político. Y es que mire usted, si bien es cierto que la docencia como tal está permeada por distintas dimensiones que la hacen compleja y poco comprensible para quienes no se encuentran en ella, también es cierto que quienes tenemos la fortuna de conocer un poco sobre el medio educativo, los maestros, tenemos cierta claridad en cuanto a las fortalezas y debilidades existentes en el ejercicio de nuestra labor cotidiana.

Nadie, absolutamente nadie que osé llamarse maestro, puede ignorar y desconocer los grandes problemas que enfrenta la educación en México. Vaya, tal vez estoy exagerando un poco y visualizo una “problemática” a partir de mis referentes contextuales; sin embargo, el diario trajín que vive o vivimos a diario los docentes en un aula de preescolar, primaria, secundaria, bachillerato o normal, me otorgan la razón en ello.

¿Cuántos no hemos padecido en el salón de clases los problemas económicos por los que atraviesa buena parte de la sociedad mexicana?, ¿cuántos no hemos escuchado expresar a un alumno que sus padres perdieron el empleo o que no les alcanza para comprar algunos de los útiles que son indispensables para su aprendizaje?, ¿cuántos no hemos conocido de algún estudiante que fue asaltado cuando se dirigía a su escuela?, ¿cuántos no hemos visto que se duerme algún chico en el aula porque tuvo que trabajar en la noche dado que tiene que ayudar en con economía de la casa?, ¿cuántos no hemos dialogado sobre los graves problemas familiares que padecen los niños que acuden a nuestras instituciones a formarse?

Y, si esto no fuera suficiente, ¿cuántos docentes no se sienten estrangulados por las interminables “tareas” administrativas que el director, supervisor, jefe de zona o sector, y una larga lista de etcéteras más, se suman a esa tensión que a diario se genera en su labor? Hasta hace unos años, el maestro tenía una tarea en específico que, por más compleja que ésta pudiera parecer, le significaba satisfacción y gratitud: la enseñanza. Ciertamente las cosas han cambiado y, como parece obvio, la labor se ha transformado; sin embargo, las exigencias de una institución que fue pensada por Vasconcelos para cumplir con ciertos propósitos, aunado a la demanda social creciente en y para la formación de los estudiantes, han propiciado esa asfixia que hoy prevalece en el magisterio.MAESTROS DE MAESTROS.DOS

La disyuntiva es grande. El maestro se encuentra en medio de los problemas nacionales y las exigencias locales y, para redondear el asunto, tiene que generar aprendizajes en sus alumnos conforme a una curricula que la ha sido impuesta, además de atender, los parámetros de una evaluación que por más que se diga lo contrario, fue, es y será punitiva en tanto el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) no goce de autonomía.

Que cosas tiene la vida; el docente que debe conocer al dedillo cada una de las materias que enseña, dominando desde luego las disciplinas; actualmente es prisionero de la burocracia aberrante que impera en el Sistema Educativo Mexicano (SEM). De la manifestación de ideas y formas de expresión en cuanto a la aceptación y/o rechazo de lo que se ha conocido como “Reforma Educativa”, mejor ni hablamos, ese es un tema que para el Secretario Nuño no es trascendental, no importa, su razón, es la que cuenta y punto. ¿Para qué pedir que los alumnos sean críticos, reflexivos y analíticos si el maestro, su maestro, no puede serlo?

Ahí tenemos los “foros” de consulta del nuevo Modelo Educativo. Una falacia que pretende legitimar lo establecido por los “genios” que construyeron dicho modelo. Si esto no fuera cierto, por qué no revisar las convocatorias estatales que pretenden obtener “propuestas” de los miles de maestros de México. Tres minutos para exponer ideas que lleven a fortalecer el documento, simple y llanamente, es una tomada de pelo.

Conocer no es pecado, al menos así lo entiendo; pero en estos días, tal parece que leer un poco más de la cuenta, criticar un modelo que no modela, manifestar ciertas ideas – con argumentos – contrarias a lo que piensa el Secretario, expresar lo que haya que expresar, importa un bledo.

Es claro que alguien trata engañarnos con falsas imaginaciones pero, en mi caso, prefiero ser menos feliz, y buscar la verdad estudiando lo que haya que estudiar, que quedarme cruzado de brazos esperando a que alguien se le ocurra descubrir el hilo negro, me refiero, a quien despacha en la calle de República de Argentina en la Ciudad de México.

De por ahí:

El lunes pasado Aurelio Nuño se presentó en programa de televisión cuyo conductor Arath de la Torre, le invitó unos taquitos al pastor para que acompañaran la charla. Si ésta no es una forma de posicionar su imagen con miras al 2018, entonces no sé qué cosa puede ser. Ojalá, que así como tiene el tiempo de visitar estos programas, acuda a las escuelas de las zonas rurales e indígenas, a conocer de viva voz los problemas que enfrentan y cómo lo están solucionando los maestros. Salir en la televisión está bien y debe ser bonito, atender los problemas, es enfrentar una realidad que, lamentablemente, no se difunden a través de un aparato televisivo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-docente-entre-la-tension-y-la-incomprension/

Imagen: ochoregiones.com/online/wp-content/uploads/2013/11/037n1soc-1.jpg

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La LSPD y su ineficacia: los gobernadores

Por: Abelardo Carro Nava

En estos días, en los que la arena política se encuentra más que caldeada por los sucesos en lo que se ha visto envuelto el Presidente de México, el escenario educativo no podía quedarse atrás, resultado, como parece obvio, de la desmedida insistencia de un Secretario de Educación que busca posicionarse, a toda costa, en la carrera por la Presidencia de la República, no obstante que varios políticos le llevan la delantera.

Con su fiel aliado, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Aurelio Nuño, ha emprendido una férrea lucha para hacer creer a propios y extraños, que el nuevo Modelo Educativo y las exigencias que plantea la misma evaluación, serán los elementos que vendrán a mejorar la vida de millones y millones de seres humanos que habitan mi México querido.

Falsa idea es ésta, y no me refiero precisamente a que la evaluación y el modelo propuesto – con todas sus inconsistencias e imperfecciones – sean los que permitan mejorar las condiciones de vida de las personas. No, el asunto no va por ahí. Me refiero a la falta de eficacia que ha encontrado lo que a través del Pacto por México, conocimos como “Reforma Educativa”, mal llamada por cierto, y que fue aprobada por los legisladores de la mayoría de los partidos políticos, consumándose tal hecho, en lo que conocemos como Ley General del Servicio Profesional Docente. Me explico.

En esta Ley, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de septiembre de 2013, en su Título primero, Capítulo I, Artículo 1, párrafo tercero, se lee: “El marco normativo aplicable en las entidades federativas se ajustará a las previsiones de esta Ley. Los servicios de Educación Básica y Media Superior que, en su caso, impartan los ayuntamientos se sujetarán a la presente Ley. Las autoridades educativas locales deberán realizar las acciones necesarias con los ayuntamientos. En el mismo apartado pero en el Artículo 4, sobre las definiciones que incluye el documento, en la fracción IV se menciona que por Autoridad Educativa Local se entenderá: “Al ejecutivo de cada uno de los estados de la Federación y del Distrito Federal, así como a las entidades que, en su caso, establezcan para la prestación del servicio público”. Y si esto no fuera suficiente, en el Capítulo II de dicha ley, sobre la Distribución de Competencias, artículo 8, se refieren las acciones que les corresponden a las Autoridades Educativas Locales; de hecho, en todas sus fracciones se específica, las competencias que habrán de poner en marcha para lograr los propósitos normativos y educaciones en sus respectivas localidades.

Como podemos darnos cuenta, a los gobiernos de los estados, en el papel, les fue conferida una gran responsabilidad en la aplicación de la normal como tal; sin embargo, la realidad ha sido otra, porque si algo carece precisamente estos aspectos normativos, es de su aplicación y/o funcionamiento. Como es de pensarse, éste, más que ser un problema de naturaleza educativa, tienen que ver con un asunto eminentemente político dados los costos que de su ejecución pueden desprenderse. El asunto, vaya, es claro, ni los gobernadores quieren asumir el compromiso de aplicarla, ni el Secretario de Educación pretende echarse un round con éstos.

¿Por qué amedrentar y estigmatizar a los docentes cuando hemos hablado hasta el cansancio que el gran problema educativo no radica del todo en ellos? Desde mi punto de vista, es una salida fácil y simplista culpar al magisterio de los problemas sin que haya un serio y fuerte llamado de atención a quienes integran la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), por ejemplo.nuño-computo-yucatan

Ahí es en donde me gustaría – y créame que a muchos nos gustaría –, que el Secretario Nuño apretara las tuercas y se pusiera rudo como lo hace con el magisterio ¿Por qué no exigirles a los mandatarios locales que cumplan y brinden los cursos gratuitos, idóneos, pertinentes y congruentes con los niveles de desempeño que se desea alcanzar para la formación continua, actualización de conocimientos y desarrollo profesional del personal docente y personal con funciones de dirección o de supervisión que se encuentren en servicio? (LSPD: 6). La respuesta es simple, no desea hacerlo y, si lo ha hecho, éstos no le han hecho caso. Peor aún, ¿por qué no exigirles a los gobernadores cumplan y brinden las tutorías que corresponden a cada uno de los profesores que no obtuvieron un resultado satisfactorio en la evaluación de su desempeño? Sería bueno que en este sentido, explicara qué pasa con estos aspectos en cada una de las entidades, pero también, que revisara cada una de los presupuestos, porque bien a bien, no se sabe a dónde va a parar el dinero que se destina para cada caso en específico.

Ciertamente la tarea educativa es inmensa. Mover al Sistema Educativo Mexicano, va más allá de un ataque frontal contra el magisterio. Varios investigadores, intelectuales, académicos, profesores y colegas de la pluma y las letras, lo hemos afirmado y constatado. ¿Será que en la calle de República de Argentina de la Ciudad de México no hay personas con la capacidad suficiente para tomar las riendas de una educación tan necesaria en un país tan vapuleado como el nuestro?

Me gustaría ver, ese choque con los gobernadores. Con seguridad, los costos políticos serían altos o altísimos pero… ¿acaso no es la educación una prioridad en el gobierno de Peña Nieto?

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-lspd-y-su-ineficacia-los-gobernadores/

Imagen: kaosenlared.net/wp-content/uploads/2016/04/aurelio_nuno_1.jpg

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Nuevo Modelo Educativo y… ¿las normales?

Por: Abelardo Carro Navas

En reiteradas ocasiones, en éste y otros espacios en los que amablemente me han abierto las puertas para que difunda mis ideas, he mencionado que las escuelas normales son fundamentales para lograr los propósitos educacionales del Estado Mexicano. Así fue por muchos años y, desde mi punto de vista, así tendría que serlo.

Quienes hemos tenido la fortuna de estudiar un poco sobre estas instituciones formadoras de docentes, sabemos de lo que estamos hablando pero, quienes en algún momento de nuestra trayectoria profesional hemos laborado en alguna de ellas, lo aprobaremos sin miramiento. Y es que mire usted, ser parte de este Subsistema es algo incomparable. De hecho en alguna ocasión, llegué a realizar una analogía de éste con aquella novela que tan famoso escritor publicó hace varios años, “Viaje al centro de la Tierra”, puesto que como tal, en el camino pueden encontrarse lugares inimaginables y a seres verdaderamente dignos de una trama de esta naturaleza, mismos que le dan vida precisamente a estas normales.

Como sabemos, después de la Revolución Mexicana, el auge del normallismo mexicano fue considerable pero, con el paso del tiempo, y derivado de las políticas educativas que han impulsado Presidentes de la República y Secretarios de Educación Pública, éste ha ido a menos, tan es así, que para el actual Secretario, Aurelio Nuño, ni siquiera figura dentro de sus prioridades. Veamos por qué afirmo esto.

En días pasados, se difundió el nuevo Modelo Educativo; modelo que a decir de los discursos y los mecanismos que fueron diseñados por quienes laboran en la calle de República de Argentina en la Ciudad de México, previa consulta y una serie de foros en los que habrá de debatirse su contenido, entrará en vigor a partir del ciclo escolar 2018-2019.

No discutiré ni entraré en un debate sobre su contenido, salvo para mencionar lo que en el documento “El Modelo Educativo 2016”, apartado “La Formación Inicial”, se menciona: “El modelo educativo a implementar requiere de la participación y compromiso de las escuelas formadoras de maestros. La autoridad educativa deberá asegurar que desempeñen el papel que a ellas corresponde. Es necesario que las escuelas normales impulsen los cambios necesarios para actualizarse y seguir siendo el pilar de la formación inicial de los maestros de Educación Básica(El modelo educativo 2016, pág. 60).

Como puede darse cuenta, en su lectura, puede percibirse una seria preocupación e interés porque el normalismo mexicano sea lo que muchos pero muchos hubiéramos querido desde hace unos años: el pilar de la educación en México; sin embargo, en los hechos, la realidad es otra.

Pregunto: ¿cómo se espera que las escuelas normales participen en la formación de maestros si no gozan de autonomía y tampoco son tomadas en cuenta para el diseño del currículo que ha de permear la educación básica, por ejemplo?, ¿cómo pueden impulsar cambios si dependen de los designios del Secretario de Educación en turno y de las políticas educativas de un sexenio?, ¿cómo pueden ser la piedra angular de la formación inicial de maestros si está más que comprobado que mientras en educación básica suceden cambios curriculares, las escuelas normales se encuentran rezagadas en capacitación y actualización con relación a este nivel educativo?, ¿cómo se espera que formen maestros que respondan a las demandas educativas actuales si su plan de estudios – recientemente implementado en el 2012 – responde parcialmente a esa demanda que la sociedad requiere pero ya se ha dado a conocer un “nuevo modelo”?, ¿cómo se espera que cumplan con su función si por años han estado olvidadas por el gobierno mexicano?TIC EN LAS NORMALES

Si usted, que por alguna razón está leyendo estas ideas, está integrado al medio educativo, sabrá de lo que estoy hablando. Mis dichos no son nada aventurados pero si con fundamento. Le pongo un ejemplo: es claro que desde que se separó la educación normal de la Educación Básica (EB) y se constituyó la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) las cosas no han ido muy bien que digamos. Es normal y lógico pensar que la EB y la DGESPE cumplen con funciones en específico pero, como usted podrá percibir, si las normales forman maestros que se insertan a laborar en el nivel básico, ¿por qué se separaron áreas de la Secretaría que son fundamentales para la educación en su conjunto?

Por ahí dicen que si la cabeza está mal todo lo demás también lo estará, y es cierto. Comento esto porque en nuestros días, la coordinación y debida organización entre Subsistemas es por demás indispensable para mejorar la educación que reciben los niños y jóvenes en México. Reconocer – en el papel – que las escuelas normales son un pilar para la formación inicial de maestros, no basta. Se requieren hechos, acciones, decisiones, que les permitan fortalecer su planta docente y mejorar el servicio que ofrecen. ¿Por qué no hacerlo?, ¿cuál es el problema en ello?

Tengo claro que muchas de ellas, sobre todo, las rurales, tienen en sus estructuras formas de organización e ideologías que suelen llevar críticas al capitalismo y formas de concebir el Estado (mexicano) pero, ¿no acaso el nuevo Modelo Educativo tiene ese propósito: “formar ciudadanos críticos y reflexivos”?

Años han pasado desde que tuve la oportunidad de trabajar en este medio. Me tocó la reforma al plan de estudios de 1997 a las licenciaturas en educación primaria y, posteriormente, la de 1999 para educación preescolar. Hace unos años viví la reforma e implementación del plan de estudios 2012. Sé de lo que estoy hablando y por ello puedo argumentar al respecto.

Para nadie es un secreto que en estas escuelas permean ciertas prácticas corporativas y de simulación en varios rubros. Mexicanos Primero hace unos meses dio cuenta a través de su estudio. Es momento pues, de meterle mano a las mismas, impulsar aquello que se viene trabajando muy bien en cada una de éstas y desterrar aquello que sabemos bien les afecta. Necesario es contar con escuelas y docentes mejor preparados como lo es también, el que las autoridades de una buena vez por todas las volteen a ver como lo que son: el pilar de la educación en México.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/nuevo-modelo-educativo-y-las-normales/

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La arena estaba de bote en bote: abucheos para Nuño

Por: Abelardo Carro Nava

“La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción… en el ring luchaban los cuatro rudos, ídolos de la afición… el Santo, el Cavernario, Blue Demon y el Bulldog…”.

Hace años, en la radio sonaba con singular alegría la canción que da entrada a esta serie de reflexiones que he querido compartir con ustedes. Pedro Ocádiz fue su autor – y “Los luchadores” el título de la misma – quien conjuntamente con el grupo “África”, aportaron una pieza musical sin igual, que ha formado y forma parte de nuestra cultura y nuestra idiosincrasia.

nuño-supervisores2Viene a colación esta breve “aportación artística” porque a partir de ésta, pretendo hacer una analogía con lo que acontece en estos días en el medio educativo: la pugna por el control de la educación en México. Y es que mire usted, desde mi perspectiva y como están las cosas, no creo que se trate de buscar lo mejor para los millones y millones de niños y jóvenes que acuden a cientos de escuelas a recibir una “educación de calidad”. No, esa no es la finalidad, por el contrario, se trata de vencer de dos a tres caídas sin límites de tiempo, al contrincante que puede perfilarse rumbo a Los Pinos para el 2018. Me explico – siguiendo desde luego, la analogía que planteo –.

En el cuadrilátero – la arena política – tenemos a un Secretario de Educación que intenta, desde que ocupó el cargo, hacerse pasar por el luchador técnico de la contienda, sin embargo, por más que lo ha intentado no lo ha logrado. Su insensibilidad, insensatez, arrogancia, cerrazón y demás “linduras” que lo han caracterizado en el ejercicio de su función, lo han llevado a ser el rudo número uno de México. Si esto no fuera cierto, preguntémosle a los más de un millón y medio de maestros qué opinan al respecto. De los que se identifican con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) mejor ni hablamos o les preguntamos, para ellos es claro: Nuño es el más rudo de los rudos o, como alguien diría, el “rudísimo” de México.

Ahora bien en la otra esquina, aparece un Secretario de Gobernación, que por más que haya querido hacerse pasar por el rudo del cuento, los mismos acontecimientos – como el de Nochixtlán por ejemplo –, lo han llevado a ser el técnico de la pelea. Dese cuenta, sentarse a negociar con el ala disidente del magisterio, le llevó a ganar la primera caída a quien despecha en la calle de República de Argentina, dado que logró apaciguar momentáneamente lo que era evidente: la crispación y rechazo en contra del gobierno de su jefe, de su contrincante y de su famosa “reforma educativa”.

Es claro que el pleito lo sostienen estos dos luchadores. A ojos cerrados, cualquier conocedor y no conocedor de la política lo podría deducir. No obstante, algo que no debemos pasar por desapercibido, son otros tres actores importantes en esta disputa. Me refiero al réferi, a los entrenadores o cuerpo técnico, y al público.

Pues bien, tal parece que en medio de este meollo, bastante complejo por cierto, quien funge como árbitro de la pelea es el mismo Presidente de México.

El cuerpo técnico lo integra por un lado, Videgaray y anexas pero, por el otro, a cierto grupo de priistas que desean recuperar La Presidencia arrebatándoselas al Grupo Atlacomulco.

¿El público?, ya sabemos quiénes lo conforman, todos aquellos actores que desde lejos están o estamos viendo el conflicto: investigadores, académicos, profesores, comunicadores, políticos, en fin, todos los que desde “lejitos” le echamos el ojo a la riña que unos cuantos “protagonistas” disputan.

¿Y la educación dónde queda? Pareciera ser que la presentación del Nuevo Modelo Educativo y las supuestas oportunidades que les brindan a los diferentes actores de participar en su análisis y posible reconstrucción, es el trofeo que habrá de ser ganado por uno u otro bando. Éste es un buen ejercicio, no lo dudo; sin embargo en los hechos, tal acción se asemeja a una telenovela mal diseñada que busca legitimar el actuar de un Secretario de Educación que no ha aportado mucho que digamos, pero que si ha intentado llevarse el triunfo y posible candidatura para el próximo año.

Ahora bien, ha sido bastante interesante como es que los respectivos cuerpos técnicos se han manejado en este asunto. Calladitos, calladitos, pero bien que les han pasado unos cuantos tip’s a sus respectivos contendientes. Es más, alguno que otro golpe o maña han aplicado para derrotar a su enemigo. Obviamente, desde sus respectivas esquinas y, si no me equivoco, han conseguido su objetivo: menguar las posibilidades de levantar la mano en señal de triunfo tanto de uno como de otro.

Hecho que me lleva precisamente a preguntarme si en medio de este asunto, el réferi levantará la mano a alguno de estos luchadores o bien, declarará empate técnico. En todo caso y como público que observo el espectáculo, preferiría que ninguno de los ganará o bien que el árbitro los expulsara y compusiera el camino para beneficio de millones y millones de mexicanos quienes, al grito de: ¡fuera!, ¡fuera!, ¡vendido!, han manifestado su sentir dado que no les agrada el espectáculo ni los luchadores que en el cuadrilátero se pelean. Ya comenzaron por quien se dice el técnico en este asunto.

¿Usted cree que el réferi lo haga? Tiempo al tiempo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-arena-estaba-de-bote-en-bote-abucheos-para-nuno/

Imagen: www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2015/10/nuño-12oct2-e1444702498910.jpg

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La planeación didáctica argumentada: ¿estrés y desaliento?

América del Norte/México/26 de Agosto de 2016/Autor: Abelardo Carro Nava/Fuente: Educación Futura.org

¿Por qué una herramienta de trabajo que supuestamente me permitirá realizar mi labor, organizada y sistemáticamente, me causa tanto estrés y desaliento? Fue una pregunta que escuché expresar a una docente durante estos días en los que cientos de maestros abordaron diversos temas educativos en los Consejos Técnicos Escolares en las miles de escuelas públicas y privadas existentes en mi México querido. Y es que mire usted, lo que he percibido sobre la planeación didáctica argumentada, es precisamente eso: estrés, angustia y desaliento.

Si revisamos con detenimiento algunos de los materiales sobre este tema, encontraremos que su finalidad radica en el análisis, justificación, sustento y sentido a las estrategias que utiliza el maestro y maestra para intervenir en el aula. El problema, desde mi punto de vista, no radica ahí, porque los docentes conocen su trabajo, lo desarrollan y lo evalúan con el conocimiento que se requiere. El problema en sí, se encuentra en la falta de información y asesoramiento que existe al respecto. Me explico.

Tomaré de ejemplo la Guía para la Elaboración de la Planeación Didáctica Argumentada para la Educación Preescolar, que difundió la Secretaría de Educación Pública y la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente para el ciclo escolar 2015-2016. El contenido de ésta, además de la presentación, aborda 5 puntos relacionados con la evaluación del desempeño, tales como: la evaluación del desempeño docente; aspectos a evaluar en la planeación didáctica argumentada; planeación didáctica argumentada; bibliografía; y, sitios de interés. Cada uno con sus propias características y particularidades.

Por lo que respecta al punto 3, “Planeación Didáctica Argumentada”, éste brinda 5 rubros para su elaboración: contexto interno y externo; diagnóstico del grupo; plan de clase; estrategias de intervención didáctica; y, estrategias de evaluación. Cabe señalar que este mismo punto – el tercero – se divide en 2: la elaboración de la planeación didáctica – que no es la argumentación – y la elaboración de la argumentación de la planeación didáctica; considerando para su realización, los 5 rubros que he referido.

Sin entrar a detalle – más por falta de espacio que de ganas –, considero que cada uno de los rubros que he señalado los considera y ha considerado el docente en la elaboración de su planeación didáctica – con o sin la guía referida –. En muchos casos sin saberlo, en otros, con conocimiento de causa, porque de alguna forma diagnóstica, formula un plan de clase, diseña estrategias de intervención y de evaluación, en fin, considera en su planeación los rubros señalados.

El requerimiento que, a decir de las autoridades educativas se hace indispensable en estos momentos es: la argumentación sobre la misma; es decir, la expresión de manera escrita – en prosa – del porqué de las decisiones que en un momento dado toma el docente para generar aprendizajes en sus alumnos. Argumentación que causa un poco de dificultad porque tal ejercicio implica eliminar de facto algunos juicios de valor que han sedimentado en los profesores como parte de su labor cotidiana y que salen a la luz en el momento en que se redacta el documento. Teorías, autores, planes de estudios, diarios de trabajo, en fin, varios elementos que pueden ser utilizados para tal propósito, son conocidos por los mentores que laboran en los diferentes niveles educativos. Insisto, y disculpe que sea reiterativo, el problema no radica ahí. El problema como lo he afirmado, se halla en la falta de información y asesoramiento que existe al respecto.

¡Es que en el diplomado sobre planeación didáctica los facilitadores nos dijeron que para el diseño de mi planeación didáctica debo considerar más de 20 elementos que contiene el plan de estudios 2011! – Expresó una docente. Y remató: ¡pero luego, en otro curso que nos dieron por parte de la supervisión, se nos dijo que tendrían que ser menos de 15… yo ya no entiendo y no sé a quién hacerle caso!

Mucho se ha dicho que la planeación como tal, debe ser una herramienta para que el maestro, en base a ese contexto, ese diagnóstico, ese plan de clases, diseñe estrategias que le permitan generar aprendizajes en sus alumnos y evaluarlos de la mejor manera posible; sin embargo, desde mi perspectiva, cuando no le encuentra sentido a ésta y la observa como un requisito o mero trámite administrativo que debe cumplir para satisfacer los requerimientos de tal o cual autoridad educativa, pierde su esencia.

Cierto es que en los documentos o guías – como la que he referido – se encuentra el qué para su elaboración, no obstante el cómo es lo que genera esa confusión, estrés y desaliento que menciono, y que muchos maestros, viven cotidianamente en cada uno de sus centros de trabajo.

Ojalá, y en las altas esferas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), se ponga atención en ello. Hace falta capacitar a facilitadores – asesores técnicos pedagógicos – para que dominen el tema y para que manejen el mismo lenguaje. De nada sirven propuestas cuya intención, en el papel, son buenas, pero que en la práctica, lo único que generan es desasosiego y confusión en un sector donde lo que prevalece en estos momentos, es eso, confusión e incertidumbre sobre el ejercicio de su labor tan necesaria e indispensable para el desarrollo de México.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-planeacion-didactica-argumentada-estres-y-desaliento/

Fuente de la imagen: http://acogidayel2.blogspot.com/2014/09/aulas-monocromaticas-consejos-para.html

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