Neuroeducación: Calidad de la educación y el PIB

Por: Carlisle González Tapia

Uno de los mitos que constituyen la creencia generalizada en la gente que desconoce todo el proceso que implica el desarrollo educativo consiste en relacionar la riqueza con la calidad educativa: si un país es rico tiene buena educación, tiene calidad educativa. Es un mito, una creencia falsa, porque no existe, necesariamente, una relación biunívoca entre ambos factores. Es cierto que en cualquier país la educación cuesta y la calidad de la educación cuesta un poco más, pero no es cierto que la alta inversión económica y financiera en educación, automáticamente, garantiza una buena educación, una educación de calidad. El mejor referente, por ahora, está representado por las evaluaciones de PISA. Los países que sistemáticamente han estado ocupando los primeros lugares no son los más ricos, sino los que han asumido con mayor seriedad, planificación y organización el proceso educativo.

Si revisamos el % del PIB de los países que sistemáticamente han estado ocupando los primeros lugares en las Evaluaciones de PISA, nos encontramos con la siguiente relación: Finlandia 6.8%, Hong Kong 4.4%, Singapur 3.3%, Japón 3.8%, Corea del Sur 5.0%, Canadá 5.0%, Suiza 5.4%, Australia 5.1%, Liechtenstein 2.1%, Bélgica 6.4%, Países Bajos 5.9% y Noruega 7.3%.

Si bien Finlandia, que no es un país rico, ha ocupado los primeros lugares y dedica un alto 6.8% de su PIB a Educación, otros países como Singapur con 3.3% y Japón con 3.8%, es decir, con la mitad o menos, han exhibido el mismo privilegio. No incluimos aquí el caso de Lichtenstein, que solo dedica 2.1% de su PIB a Educación, porque se trata de un país en condiciones muy especiales. Sin embargo, califica porque tiene una sana administración educativa.

El Estado, responsable de servir y garantizar educación de calidad, se nutre de los tributos que forzosamente pagan los ciudadanos de cada nación para que se les brinden, entre otros, los servicios de Educación, Salud y Alimentación que cada individuo por sí solo no puede agenciarse. Pero los gobiernos, que representan al Estado, son en última instancia los responsables directos de cumplir con estas obligaciones porque son quienes administran las finanzas públicas, los dineros que genera el Estado a través de los impuestos. Si esto no se hace con seriedad y respeto a la sociedad, para nada sirven los gobiernos
La calidad de la educación cuesta dinero, pero no todo se reduce a ello. También cuesta esfuerzo, seriedad, entereza, entrega, pasión, y estos componentes no se compran con oro ni plata. Se crean, con ejemplos, en la consciencia de los pueblos

Los estándares internacionales establecen un % del PIB (por ejemplo, en la OCDE es de 6.3) de cada país como base para la consecución de una educación de calidad, aunque ello implica también la cantidad educativa. En el interregno que ha abarcado la “crisis mundial de la educación”, crisis fundamentalmente de la calidad de la educación, ni los países más ricos (desarrollados) ni los que dedican mayor % de su PIB a Educación son quienes muestran, necesariamente, mayor calidad educativa. Tres variables: Calidad de la Inversión, % del PIB Nominal vs % del PIB Real y Relación Proporcional de los diferentes PIB. Para los países “presidencialistas”, es decir, donde los Presidentes son colocados por encima de las Instituciones, es muy importante establecer la oposición que se expresa en la segunda variable. En estos casos, pesa mucho lo que decida el Presidente: el Congreso vota la Ley donde se Consigna el % del PIB y el Presidente decide qué se asigna y de eso que asigna, qué se ejecuta. Una cosa es lo que figura en las estadísticas y otra es lo que realmente llega a la educación. No hay forma de lograr calidad educativa donde hay corrupción, corrupción política, económica y financiera dirigida por los gobiernos que administran el Estado.

La calidad de la inversión viene aparejada con la calidad de la formación de los docentes. Pero también implica eliminar los gastos superfluos; el personal administrativo no debe superar el promedio de 8 a 11 por cada 1,000 alumnos; prioridad y calidad de las adquisiciones por su alta y justa pertinencia; actualización científica permanente del personal docente.

Fuente: http://hoy.com.do/neuroeducacion-calidad-de-la-educacion-y-el-pib/

 

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Neuroeducación: El aspaviento de PISA y calidad educativa

Por: Carlisle González Tapia

La propuesta del Modelo Neuroeducativo gira en torno a la calidad de la educación. En un período muy corto de apenas unos 15 años, científicos y educadores han abarrotado el espectro de la Educación Mundial con los resultados de los descubrimientos del cerebro aplicados al proceso enseñanza-aprendizaje. Las afirmaciones comprobadas de la necesidad de unir el cerebro con la educación para garantizar la calidad de ésta, han copado las agendas de Congresos, Conferencias, Entrevistas, Cursos, Libros y otras prótesis memorísticas. Es mucho lo que las Neurociencias han descubierto y han divulgado sobre la gran ventaja que implica aplicar el cerebro a la educación. A pesar de ello, la indiferencia de Gobiernos y autoridades educativas es pasmosa. Jensen (2004 y 2010) ha insistido en que constituye una irresponsabilidad seguir ignorando lo que significa el cerebro para la calidad de la educación.

La UNESCO, como rama cultural de la ONU, y otras instituciones internacionales que huelen a geopolítica, no se cansan de proponer Proyectos, Planes y Programas que solo se ocupan de la cobertura educativa y aun ésta se queda inconclusa porque los gobiernos que le dan sustento a estas entidades parasitarias firman y se comprometen con todo lo que les proponen, pero solo firman y se comprometen.

Las dos instituciones internacionales más visibles y abarcadoras que han asumido como misión la evaluación de la calidad de la educación en el mundo son la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA, sigla en inglés), en Amsterdan, Países Bajos, y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en París, con sus respectivos Programas denominados TIMSS y PISA, siglas en inglés de Trends in International Mathematics and Science Study (Tendencias Internacionales de Estudios de Matemáticas y Ciencias) y Programme International Student Assessment (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), respectivamente.

La Evaluación de la Calidad Educativa en el mundo que lleva a cabo la OCDE y que denomina PISA es la que, en los últimos 15 años, ha tenido mayor repercusión y producido mayor número de reacciones adversas, fundamentalmente en aquellos países como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y Francia que se tenían como los poseedores de la mejor educación y que se creen que deben ocupar los primeros lugares en todo lo que se considera “bueno”. Pues sucede que PISA ha venido a demostrar que en materia de educación las cosas no son tan “buenas” como se pensaba.

Subjetivamente siempre se creyó que los países con mejor sistema educativo eran aquellos países ricos que podían invertir más dinero en lujosas instalaciones y en contratar mayor número de maestros. PISA colocó su atención evaluativa en la calidad de la educación, es decir, no evalúa “conocimientos” sino “las habilidades” adquiridas con sus estudios en tres áreas del conocimiento que son vitales para la vida adulta: Comprensión y manejo de textos escritos (Lectura), Solución de problemas de la vida cotidiana (Matemáticas) y Solución de problemas de Salud y Alimentación (Ciencias Naturales).

Las evaluaciones de PISA se aplican cada tres años a jóvenes de 15 años y la primera se efectuó en el año 2000. Participaron 32 países y, para sorpresa de todos, la evaluación más alta correspondió a un pequeño país de unos cinco millones de habitantes del norte de Europa llamado Finlandia, que siguió liderando las evaluaciones hasta el 2006, quedando en las siguientes evaluaciones en lugares muy cercanos al primero, solo desplazada por países asiáticos (China, Singapur, Corea).

Desde el 2001 se ha sabido que los países de América Latina que han estado participando de estas evaluaciones (México, Chile, Uruguay, Argentina, Perú) sistemáticamente han estado tomando los últimos lugares y que Alemania, Estados Unidos, Inglaterra, Francia y España han estado muy lejos de los primeros lugares. Conociendo esta realidad, por qué aspavientarse por el hecho natural de que la República Dominicana ocupara, de los 70 países que participaron en la evaluación del 2015, el lugar número 70 en Matemáticas, el número 70 en Ciencias y el número 66 en Lectura? Es natural porque entre Finlandia y República Dominicana la distancia que las separa geográficamente es exactamente la misma que las separa en sus respectivos sistemas educativos.

Fuente: http://hoy.com.do/neuroeducacion-el-aspaviento-de-pisa-y-calidad-educativa/

Imagen: hoy.com.do/wp-content/uploads/2017/01/o1-24-622×450.jpg

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Neuroeducación y la enseñanza primaria

Por: Carlisle González Tapia

La Neuroeducación como nuevo modelo de enseñanza y aprendizaje atraviesa todos los niveles de la educación. Su rendimiento académico es incuestionable porque su base científica ha sido establecida sobre el cerebro, órgano natural del aprendizaje, en cuyo estudio se ha desplegado todo el poder de descubrimiento y análisis de todas las Neurociencias. Es decir, aquí no puede haber improvisación por cuanto los datos que proceden de descubrimientos experimentados están ahí y los datos son tozudos.

La alfabetización y la enseñanza primaria constituyen la base de toda la educación académica que se recibirá a lo largo de la vida del ser humano. Y en esta etapa, la del aprendizaje infantil, es donde la exigencia del conocimiento de qué es, cómo funciona y cómo aprende el cerebro, se hace mayormente crítica. Es donde se demanda de maestras y maestros, mayor comprensión de la conducta que dimana de estos cerebros conjugados con el medio o ambiente en que se están desarrollando y están adquiriendo conocimientos. La niñez es el período de la formación biointelectual en el cual se están formando y están fijando patrones de conducta, muchos de los cuales se extenderán por toda la vida. De ahí la importancia de proporcionarle las informaciones más precisas para su nivel de desarrollo y los criterios más definidos para consolidar la evolución de su desarrollo emocional, lúdico y cultural.

La crisis mundial de la educación no es un problema simple, por contra, sabemos que es un problema sumamente complejo. Y uno de sus componentes esenciales ha sido el descuido enfermizo, sistemático, tradicional y generalizado de la educación primaria.

Los gobiernos de todas partes, históricamente, han descuidado la educación primaria, no tanto en su cantidad o cobertura como en su calidad. Sabemos que por lo menos en Latinoamérica los profesores que cubren la educación primaria son los que tienen formación académica y cultural más baja y deficiente y constituye, todavía hoy, una vergüenza ser maestra o maestro de primaria. Tanto es así que la maestra de primaria siempre ha querido “ascender” a maestra de secundaria y la de secundaria desea fervientemente “ascender” a la terciaria o universitaria, porque implica devengar un sueldo más elevado y, además, se tiene la idea de que también eleva su “categoría” socio-educativa.

Sin embargo, para garantizar el desarrollo sólido e integral de la persona, de la niña y del niño, la educación primaria es el fundamento, es la base (y de ahí se deriva <educación básica>), de los demás estadios educativos.

La conocida Declaración de Albacete (2007) con relación a la atención educativa de la niñez, refuerza lo dicho:

“La clave de la transformación integral de un país está no tanto en los posgrados universitarios (muy necesarios, por cierto), como en la educación temprana, en el grado de capacitación de sus maestros, en la importancia que un país le dé a la escuela inicial. Se dice acertadamente que si se quiere saber cómo será un país en el futuro, basta con ver cómo son hoy sus escuelas infantiles y, convencidos de ello, ya en algunos de los países del llamado Primer Mundo, los gobiernos invierten porcentualmente más recursos para la educación infantil que para el resto de tramos del sistema educativo”.

Si se quiere que los adultos de las próximas generaciones tengan buena ortografía, riqueza en las expresiones, juicio crítico, un nivel cultural acorde con las exigencias de hoy, todo eso debe enseñarse y enseñarse bien, por docentes bien preparados en estos órdenes, de modo que se aproveche el potencial de asimilación y de variación conductual que todavía en la niñez se conserva. Pero en todo esto, el problema mayor lo constituyen los maestros y las maestras, porque sucede que para enseñar en primaria, la mejor época para el aprendizaje escolar, los sistemas educativos tradicionales no requieren mayores aptitudes que saber “leer” y “escribir”. Hasta que se rompa ese círculo vicioso, no habrá mejoría en la calidad de la educación.

Los modelos educativos de Finlandia, Singapur, Shanghai, Corea, donde se ha aplicado el Programa PISA y han ocupado los primeros puestos, también ocurre que han colocado sus mejores maestros en la educación primaria. Mutatis mutandi estos modelos deben ser observados.

Fuente: http://hoy.com.do/neuroeducacion-y-la-ensenanza-primaria/autor/hoy/

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