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¿Cómo debe ser la educación del futuro? Los expertos opinan

Por: Educación 3.0

Estos docentes, pedagogos, sociólogos y psicólogos tienen algo en común: son expertos que buscan las claves para desarrollar una educación y un aprendizaje eficaz, incluyente y motivador para los estudiantes en el aula.

Estas entrevistas publicadas en nuestra página web recogen los testimonios de distintos profesionales de la Educación, cuyo principal propósito es mejorar el sistema educativo y las condiciones de los centros. Para ello, señalan distintos modelos pedagógicos, patrones claves y cambios urgentes para lograrlo de cara al futuro.

“Un cambio educativo rápido y eficaz”

Educación del futuro

El sociólogo y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Mariano Fernández Enguita, habla sobre la situación actual de la educación teniendo en cuenta los cambios tecnológicos y sociales. ¿Qué necesitan las escuelas actuales? Además, da detalles más profundos sobre los retos a los que se enfrentan los docentes de cara al futuro y en qué consiste el concepto de hiperaula, un espacio creado para el aprendizaje.

“El cerebro sólo aprende si hay emoción”

Francisco Mora

Para Francisco Mora, divulgador, docente, doctor en Medicina y Neurociencia, y catedrático de Fisiología, la clave no está en fomentar las emociones en el aula, sino en enseñar con emoción. Su objetivo se centra, sobre todo, en el funcionamiento del cerebro y en cómo influyen las emociones en el proceso de enseñanza. Por eso, cree que un “profesor excelente es capaz de convertir cualquier concepto, incluso de apariencia ‘sosa’, en algo siempre interesante”.

“El aprendizaje cooperativo es clave para el éxito de docentes y alumnado”

Educación del futuro

La innovación pedagógica en el ámbito de la enseñanza debe fluir en el seno de la comunidad; tejer redes es clave en el contexto educativo. Con este objetivo nació en 2015 el proyecto MIAC, del que Roberto Busquiel es fundador y coordinador. Su propósito es abordar la inclusión mediante el aprendizaje cooperativo, desde una mirada holística centrada en las capacidades de todas las personas y su desarrollo integral.

“Las máquinas inteligentes reemplazarán a los maestros”

Marc Vidal

Marc Vidal tiene la mente puesta en el futuro, tanto en el más cercano como el que se divisa en la lejanía. Y en los dos ve un protagonista claro: la tecnología. El divulgador y conferenciante expone los cambios que afectarán al ámbito educativo, analizando el papel de los robots en el rol de docente y el protagonismo de la educación emocional para evitar esa posible sustitución. Además, detalla las claves sobre algunos de los cambios e innovaciones que, en su opinión, se vivirán en los próximos años y cómo éstos afectarán al día a día.

“Nos tienen que educar como personas, no como hombres y mujeres”

educación del futuro

La educación juega un papel muy importante en materia de igualdad de género, algo que es necesario inculcar desde la infancia. Tanto dentro como fuera de las aulas se puede fomentar y trabajar hacia la igualdad real. Ana Fernández De Vega De Miguel, consultora de género y secretaria de la Asociación Profesional de Consultoría de Género de España, habla sobre cómo lograrlo con la implicación necesaria de todos los miembros de la comunidad educativa.

“La atención del estudiante se capta y la concentración se entrena”

Chema Lázaro

Chema Lázaro, maestro de Primaria, le apasiona la neurociencia y por ello se ha especializado en neurodidáctica, una disciplina que además de estudiar el funcionamiento del cerebro también se centra en los entornos de aprendizaje o en la psicología. Su objetivo es llegar a entender cómo funciona el cerebro para captar la motivación y la atención del estudiante, capacidades que tanto anhelan los propios docentes en sus clases.

“Saber escuchar a los estudiantes es vital para el avance educativo”

CEMA

A menudo nos referimos a la importancia de que los estudiantes aprendan a escuchar activamente pero, ¿qué pasa con el docente? José Antonio Fernández Bravo, maestro, investigador educativo y autor de ‘La sonrisa del conocimiento’, propone ‘CEMA’, un método de aprendizaje que describe los pasos que debe dar el docente para provocar saber en el que aprende. Para ello, hace especial hincapié en la importancia de la escucha activa por parte del profesor y describe diferentes beneficios y herramientas para poder llevarlo a cabo dentro del aula.

“El DUA propone diseñar para la diversidad”

Educación del futuro

Antonio Márquez explica cómo incorporar el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) al aula, de forma que incluya a todo el alumnado. “Garantizar una escuela inclusiva que entiende que es el currículo el que debe adaptarse al alumnado y no al revés es el objetivo del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA)”, afirma Márquez. Mediante su implementación en el aula, el docente es capaz de realizar programaciones que incluyan alternativas para todo el alumnado.

“Si queremos fomentar la lectura, los libros no pueden ser un castigo”

Pedro Mañas

Para que los estudiantes sientan que leer es una actividad atractiva y disfruten de ella al máximo, es necesario fomentar la lectura en casa y que vean que sus familias también disfrutan leyendo. “Si queremos fomentar la lectura, los libros no pueden ser un castigo”, de esta forma opina Pedro Mañas, escritor de Literatura Infantil y Juvenil.

“Debemos educar para prevenir la dependencia emocional en los jóvenes”

Silvia Congost

Silvia Congost, experta en dependencia emocional y autoestima, defiende la necesidad de un cambio en la forma actual de la educación de los jóvenes para “enseñar más en emociones y menos en memorizar datos que están a un sólo clic”. Congost habla sobre la dependencia emocional, cómo prevenirla y contribuir así a que los menores se conviertan en adultos emocionalmente independientes. Además, explica cómo la baja autoestima y el mal uso de la tecnología influyen en cómo se relacionan con los demás.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/educacion-del-futuro/

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Estos son los mitos relacionados con los estudiantes con altas capacidades

Por: Educación 3.0

María Caballero, psicóloga experta en Neurociencia y profesora de Secundaria, cree que creencias como que los estudiantes con alta capacidad no necesitan ayuda o sacan las mejores notas tienen como consecuencia que no se detecten sus casos. Y eso, a su vez, hace que no se desarrollen programas adecuados a sus necesidades. Estos son los mitos que hay que desestimar.

La Organización Mundial de la Salud afirma que el 2,3% de la población mundial tiene altas capacidades intelectuales. Esto implica que en España, con 47 millones de habitantes, debería haber 1.081.000 personas evaluadas con alta capacidad. Sin embargo, los datos del último informe PISA (2018) asegura que el número de alumnos con alto rendimiento en nuestro país es realmente muy bajo (5%) mientras que, por el contrario, en los países con mejores puntuaciones en PISA (Singapur, Finlandia) entre el 14 y 25% se sitúa en los niveles más altos de la escala.

Parte del problema se halla en la deficiente detección inicial influida por una serie de mitos en torno a las altas capacidades. Y, es que en torno a las altas capacidades giran un buen número de mitos o ideas erróneas, más bien relacionadas con la imagen del típico genio loco que no tiene amigos y que es un poco raro. Eso, junto con su intensa personalidad, hace que su simple detección sea complicada y que en muchos casos pasen totalmente desapercibidos, sencillamente porque no les vemos. Por lo tanto, el primer paso es conocer y detectar esas ideas erróneas que pueden estar interfiriendo con la realidad. Veamos algunas de ellas:

¿Es la alta capacidad innata?

El punto de partida es nuestra herencia genética o capacidad innata, pero ésta no puede desarrollar todo su potencial sin la adecuada educación, reto y oportunidades. Nadie se convertirá en un deportista de élite o músico o bailarín, si no recibe la adecuada formación por parte de sus maestros, el apoyo de su familia, y diversas oportunidades y reto.

¿Alto cociente intelectual?

Los niños superdotados se definen exclusivamente por tener un alto cociente intelectual. Cuando la realidad es que además son diferentes en otros muchos aspectos, por ejemplo, en la forma de procesar la información, en relación a la creatividad o por tener una imaginación muy activa.

Diversidad

Existe la creencia de que son un grupo de alumnos con unas características bastante homogéneas entre sí y lo que más los define es un CI por encima de 130. Pero la diversidad es igual de alta que en cualquier grupo. Podemos encontrar desde un CI por encima de 130, hasta alumnos con un CI alrededor de 120 con algún talento especial. Sin embargo, la mayoría tiene además una alta creatividad.

Notas

“Son los que mejores notas sacan”. Tener un alto cociente intelectual no es sinónimo de ventaja y triunfo seguro, y en numerosos casos muestran un historial de fracaso repetido. De hecho, la sobredotación no siempre se refleja en las calificaciones, aunque si estamos atentos, podemos detectar otros muchos indicios que nos den pistas sobre sus capacidades.

Un ejemplo: Ana, una niña de 8 años que mucho más tarde fue evaluada con altas capacidades y que nunca destacó por sus calificaciones, un día preguntó a su padre sobre las hipotecas. Tras la explicación de éste sobre el esfuerzo que suponía pagar un dinero al banco a lo largo de muchos años, la respuesta de la niña fue todo un análisis de riesgos de futuro: ¿Y si os pasara algo, tendría yo que pagar lo que queda?

Motivados y responsables

“Son niños con una alta motivación por las tareas escolares y por hacer todo lo que el profesor pide”. No siempre es así, porque muchas veces sus intereses no tienen nada que ver con el entorno escolar, y no prestan la menor atención en clase sencillamente porque no les interesa.

una madre o una profesora ayuda a un niño a hacer la tarea - personas con altas capacidades

No necesitan ayuda

Nada más lejos de la realidad, estos niños necesitan ser guiados en su aprendizaje, de la misma manera que el resto. Tener un alto CI puede ser comparado a tener en nuestro ordenador un disco duro muy potente, pero eso no implica que los datos ya estén instalados. Es cierto que los niños con alta capacidad aprenden más rápido, pero también lo es que necesitan a una persona que los guíe en el proceso, y aunque pueden ser más autónomos, igualmente necesitan ser corregidos o premiados y que se valoren sus logros.

Socialmente inadaptados o torpes

Otro mito sobre las personas con alta capacidad es que son más propensos a los desequilibrios psicológicos. Son insociables y en definitiva inadaptados socialmente.

Pero no tienen más problemas psicológicos que el resto de la población y la probabilidad de que tengan problemas psicológicos es la misma que en el caso de una capacidad intelectual normal. De hecho, sus habilidades sociales y su vida social pueden ser tan buenas como las del resto de sus compañeros. Además, se cree que son torpes y habitualmente poco capacitados físicamente. Aunque a priori no hay ninguna razón para que los niños superdotados posean unas dificultades motoras específicas, se ha observado que algunos se han saltado alguna etapa, como por ejemplo el gateo, pudiendo acarrear una serie de problemas que se han de tener en cuenta a la hora de preparar una acción psicomotriz. Sin embargo, en general, no aparecen problemas en este sentido.

Saben que son diferentes

El niño superdotado a menudo se siente diferente, pero no sabe por qué y en muchas ocasiones no entiende lo que le pasa, pudiendo incluso llegar a tener un acusado sentido de inferioridad e incomprensión. De hecho, con frecuencia el diagnóstico supone un alivio ya que va a dar explicación a sus dificultades. Sin embargo, que el niño considere que esa cualidad sea un problema para él está más relacionado con lo que su entorno le haga saber. Es positivo que entienda que esa diferencia es una buena cualidad y que debe disfrutarla y encauzarla.

La cuestión es que cometemos una serie de errores que hacen que su identificación sea realmente uno de los problemas principales, sencillamente porque no los vemos. Por eso, eliminar los mitos en torno a las altas capacidades es el primer paso para poder detectarlas. Una vez detectados, llevar a cabo una evaluación correcta, partiendo conocimiento de su cerebro, nos ayudará a definir un perfil individual que incluya tanto fortalezas como debilidades, como paso previo al desarrollo de programas que nos permitan acompañarlos de forma eficaz en casa y en su educación.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/estudiantes-con-altas-capacidades/

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Cómo ser mejor docente gracias a la neurociencia

Por: Educación 3.0.

Justificar y fundamentar de forma científica un cambio en la pedagogía tradicional es posible gracias a la neurociencia aplicada al ámbito educativo. El curso de Neurociencia y Educación que ofrece International Montessori Institute ayuda a maestros y profesionales relacionados con la educación a trabajar por el bienestar de niños, adolescentes y adultos.

La neurociencia estudia el comportamiento humano desde su base biológica, así como la propia cognición. Su propósito es investigar el funcionamiento del cerebro y ayudar a justificar y fundamentar de forma científica un cambio en la pedagogía tradicional.

Objetivos de la neurociencia educativa

La función de la neurociencia aplicada a la educación es que los docentes sean capaces de implementar un programa de enseñanza con la intención de favorecer un aprendizaje que responda a las siguientes preguntas sobre el cerebro y la memoria: ¿cómo funciona el cerebro? ¿la memoria se puede trabajar? ¿cómo procesamos la información que escuchamos o leemos? ¿cómo interfieren nuestros sentimientos y emociones al cerebro?

También es capaz de responder a preguntas de otros ámbitos, pero estrechamente relacionadas: ¿cuándo y por qué prestamos atención? ¿cuál es el papel de la motivación en proceso de aprendizaje? ¿cuánto de importante es el entorno? ¿cuáles son los alimentos neurosaludables?

Beneficios de la neurociencia en el entorno educativo

Basándonos en la evidencia científica, la neurociencia aporta múltiplesbeneficios en las aulas, sea cual sea la edad de los estudiantes:

  1. Ayuda a favorecer la inclusiónde los alumnos a su entorno: con sus compañeros y profesorado, mejorando así la absorción de los conocimientos, ya que respeta los distintos ritmos de aprendizaje.
  2. Promueve el desarrollo social y emocional de los niños o adolescentes.
  3. Aumenta el nivel de atención, así como el desarrollo de actividades y participación activa en las aulas.
  4. Apoya un espacio para el aprendizaje y un ambiente que favorezca los procesos cognitivos de los alumnos.
  5. Fomenta el bienestar y salud mental y físicade todos los alumnos y comunidad educativa.
  6. Mejorará la labor de los docentes, ya que aumentará su capacidad para encontrar indicios de irregularidades en el desarrollo de su alumnado.

 ¿Cómo estudiar neurociencia enfocada a la educación?

Existen diversos cursos y formaciones específicas, entre ellos destaca el curso de Neurociencia y Educación que ofrece International Montessori Institute. En este caso, la formación está enfocada tanto para maestros, terapeutas y en general cualquier profesional que esté relacionado con el mundo de la educación.

Su objetivo es trabajar por el bienestar de los niños, adolescentes y adultos, teniendo en cuenta las características de conducta de cada etapa de desarrollo. Contar con estos conocimientos les dotará de las herramientas que favorezcan el proceso de enseñanza-aprendizaje.

¿De dónde surge la neurociencia?

La neurociencia como concepto imprescindible en el aprendizaje surge de varios campos:

●     La psicología: como ciencia que estudia los procesos mentales. A través de ella comprendemos el comportamiento humano, así como sus percepciones y sensaciones con el entorno.

●     La educación: tanto desde el punto de vista de transmitir conocimientos, como el desarrollo de la capacidad intelectual y afectiva en base a la cultura, moralidad y demás normas del entorno social, que influyen de forma directa en nuestro comportamiento.

●     La neurobiología: estudia el sistema nervioso central. Tanto sus células como su organización son fundamentales en el momento de procesar la información y reaccionar ante ella.

Fuente del artículo: educaciontrespuntocero.com/noticias/docente-neurociencia/

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La necesidad de las redes colaborativas en educación

Por: Educación 3.0

En el ámbito educativo, las redes colaborativas amplían el aprendizaje y coordinación de los integrantes, además de proporcionar apoyo emocional dentro del grupo. Alexis Moreira Arenas, docente de Psicología Educacional en la Universidad de O’ Higgins en Rancagua (Chile), ofrece algunas claves para ponerlas en marcha con el alumnado tras la crisis sanitaria.

Cuando hablamos de red no estamos hablando necesariamente de colaboración, por lo que es importante hacer la distinción. Una red es un conjunto de personas o instituciones que se conectan directa e indirectamente, mientras que la colaboración consiste en trabajar en conjunto por un propósito común (Rincón-Gallardo & Fullan, 2016). Lograr aprendizajes colectivos es uno de los principales objetivos de las redes colaborativas. En estas redes los integrantes se transforman en los enlaces del conocimiento, resolviendo problemas de práctica en función de avanzar hacia un objetivo común.

Cuando las redes trabajan colaborativamente, el verdadero desafío radica en establecer relaciones y sistemas sostenibles que perduren al margen de los proyectos que hicieron posible el comienzo de la colaboración (Azorín & Muijs, 2018).

Las redes en educación: claves para la situación actual

Para lograr redes educativas que se enfoquen en la colaboración y que sean sostenibles se deben considerar los siguientes aspectos:

redes colaborativas educación

·   La definición de una estructura que entregue un marco de acción claro a los integrantes.

·   Un propósito común definido de manera consensuada.

·   Las condiciones y recursos necesarios para el funcionamiento de la red.

·   Un liderazgo horizontal que oriente los elementos centrales de la red.

Pero, ¿en qué aspectos pueden ser útiles las redes colaborativas en la actual situación de crisis sanitaria?

La experiencia demuestra que un país afectado por un conflicto puede tardar hasta dos décadas en pasar de la fase inicial de ayuda humanitaria a la de reconstrucción y desarrollo. Si la educación no es una prioridad desde el principio, las probabilidades de una recuperación temprana y sostenible se ven drásticamente reducidas (UNICEF, 2010).

En estas situaciones de crisis, las redes cobran mayor relevancia frente a los obstáculos que dificultan los procesos educativos cotidianos, pues poseen un mayor alcance y, con ello, más posibilidades de expandir los aprendizajes, de generar nuevas redes y, sobre todo, de generar un apoyo que disminuya la sensación de vulnerabilidad de los integrantes.

Aspectos claves para la colaboración

A continuación, menciono algunos aspectos claves que hacen necesario el trabajo en redes colaborativas en la situación actual:

1)  Contención emocional: especialmente en la situación actual, los integrantes de las redes pueden compartir distintas realidades, romper el aislamiento y generar un tejido de apoyo de forma colectiva.

2)  Coordinación eficiente: las redes permiten definiciones consensuadas de manera más rápida, lo que alinea criterios para avanzar y responder de manera eficiente en el contexto de una crisis.

colaboración

3)  Mayor alcance: en situaciones de crisis es necesario amplificar información y aprendizajes para, por un lado, resolver temas operativos emergentes y, por otro, cimentar prácticas que permitan avanzar en temas estratégicos.

4)  Desarrollo profesional: la instancia que genera el trabajo en red es una oportunidad para enriquecer las prácticas y expandir los aprendizajes, generando un capital que pueda dar respuesta a la situación de crisis y, a la vez, hacer sostenible el trabajo de la red para continuar aportando al mejoramiento educativo.

En resumen, potenciar las redes educativas enfocadas en la colaboración es y será una estrategia clave para enfrentar de la mejor manera la actual pandemia y sus efectos en la educación del mañana.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/necesidad-redes-colaborativas-educacion/

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La conexión online: más fatiga visual y emocional y menos vínculo

Por:  Educación 3.0

Fatiga visual y emocional, menor vínculo con el grupo y una relación diferente entre estudiante y docente han sido algunas de las cuestiones que tres expertas de la Universitat Oberta de Catalunya, Alba Pérez, Eulàlia Hernández y Cristina Mumbardó, han analizado sobre el uso de las pantallas y la conexión online en el ámbito educativo durante la crisis sanitaria.

La crisis sanitaria y las limitaciones derivadas del estado de alarma aceleraron el uso de las nuevas tecnologías haciendo que nos abracemos a la pantalla como solución para poder continuar con nuestras funciones laborales, educativas e incluso sociales. Sin embargo, este cambio en nuestra forma de funcionar requiere, como todo, una adaptación por nuestra parte haciendo frente a nuevas exigencias para evitar la fatiga visual y emocional.

No hay que olvidar que las condiciones en las que se ha dado este incremento en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) no ha sido en condiciones normales ni en las más deseadas, sino que se ha dado en un momento de mayor estrés e incertidumbre en todos nosotros (cuarentena, distancia física, todos los miembros de la familia en casa trabajando a la vez, nuevas rutinas y necesidades).

‘Pegados a una pantalla’

A todo esto hay que añadir que no hemos podido planificar con antelación cómo gestionar este aumento en la exposición a las pantallas, haciendo imposible la prevención y anticipación de las posibles consecuencias.

Estos factores han conllevado la sensación de una mayor sobrecarga tanto cuantitativa (percepción de mayor trabajo o necesidad de dedicar más horas) como cualitativa (dificultades sobre cómo hacerlo, percepción de falta de competencias y falta de apoyo por parte del entorno, tanto laboral como social). De hecho, opciones como el teletrabajo, diversos trámites digitales o la educación online que en algunos contextos se planteaban todavía como lejanas, no del todo viables, e incluso se enfrentaban a una actitud negativa hacia ellas, se han adoptado muy rápidamente, a contrarreloj y de forma poco planificada.

A las pocas semanas de teletrabajo, algunos profesionales empezaron a manifestar que en su desempeño laboral se encontraban más cansados, especialmente después de cada videollamada o videoconferencia. A este efecto se le ha empezado a llamar ‘fatiga zoom’ o ‘fatiga visual’, causada por la falta de habituación y mayor carga atencional que nos exige, puesto que a menudo, durante estas videollamadas dividimos la atención hacia otros estímulos que en los contextos habituales de trabajo (incluso en una situación normal de teletrabajo) no se darían: una hija pasando por delante o llamando la atención, el cartero llamando al interfono…

Fatiga visual y emocional

Muchos nos sorprendemos de la habilidad que hemos desarrollado en el conocimiento y uso de diferentes plataformas de comunicación (Hangout, Zoom, Facetime, Whatsapp, Jitsi, Teams, Skype…), algunas de ellas nuevas para nosotros hasta este momento. Hemos sido capaces de participar en reuniones con un gran volumen de participantes, desarrollando estrategias para no interrumpirnos en nuestros turnos de palabra y poder entendernos, y aunque las plataformas de comunicación nos han facilitado la tarea, no están libres de limitaciones.

Por ejemplo, la expresión no verbal no se identifica igual de bien a través de la pantalla como de forma presencial y ello requiere mayor atención por nuestra parte, la posibilidad de ver los gestos de las manos u otro tipo de lenguaje corporal se suprime directamente y en nosotros mismos identificamos una mayor externalización de nuestras emociones para hacerlas perceptibles para los demás. Tampoco ayuda que frecuentemente, el vídeo o el audio ‘se congelen’ y se pierda el hilo de la explicación que nuestro interlocutor estaba desarrollando, derivando en una sucesión de repeticiones y preguntas para volver a seguir de forma eficiente el hilo de la argumentación. En definitiva, más allá de la fatiga visual evidente que provoca la pantalla vs ‘el cara a cara’, estamos más fatigados porque realmente las exigencias a nivel atencional son mayores.

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fatiga visual y emocional pantallas pandemia

Por el contrario, el cambio a la interacción a través de videollamada ha sido una ayuda para las personas con dificultades en las relaciones sociales, que por cuestiones de timidez, ansiedad o sobreestimulación tienen dificultades en mantener un encuentro social presencial. Para estas personas, las videollamadas son interacciones menos exigentes, en las que hablan menos personas, hay menos conversaciones paralelas y se pueden ver menos expuestos a los demás. Sin embargo, es evidente que han sido los estudiantes y docentes con un rasgo de personalidad extrovertida y que previamente tenían una red social más densa los que mejor se han adaptado al uso intensivo de la tecnología para las distintas actividades de la vida.

Relación del docente con el grupo más allá de la pantalla

Uno de los aspectos que más preocupa tanto a profesorado como a alumnado es poder orientar la acción educativa a la clase como grupo. La mayoría de las iniciativas online que se han puesto en marcha, más allá de la convocatoria mínima de intercambio de todo el aula, han sido estrategias para trabajar a nivel individual de profesor a alumno, en la detección de necesidades individuales y en la acomodación a las cuestiones que se plantean.

docente y estudiante conexión online uso pantallas crisis sanitaria

Sin embargo, se detectan limitaciones en la gestión del grupo como tal, se hace menos seguimiento de los estudiantes menos participativos, o que trabajan mejor ‘off-line’, o que tienen menos oportunidades de acceso a estos entornos digitales. De este modo, se pierde la percepción grupal y los indicadores que proporcionaban ‘feedback’ al docente ya que no están presentes. Todo ello conlleva, en algunos casos, insatisfacción y poca percepción de autoeficacia en el profesorado y, asimismo, puede afectar al nivel de inclusión y participación de los estudiantes y su sentido de pertenencia al grupo.

¿Y con la familia?

A nivel familiar, el aumento del uso de la tecnología también ha conllevado múltiples cambios. Si bien tanto niños y niñas como adolescentes pueden estar más acostumbrados a hacer uso de según qué plataformas de comunicación, el uso intensivo de las pantallas que se ha estado dando a lo largo de estos dos últimos meses ha difuminado cualquier límite que se hubiera establecido en un contexto familiar en relación con el uso de las mismas.

En muchos casos, su uso se limitaba a un espacio de ocio con una frecuencia y duración muy concreta, que ha perdido todo su sentido tras decretarse la alerta sanitaria. La utilización de la tableta, el smartphone o el ordenador ya no se limita mayoritariamente a espacios de ocio o a actividades educativas concretas, sino que ha pasado a constituir el único vínculo con el entorno escolar y social de niños, niñas y adolescentes. Cabe también tener en cuenta que, una vez acabada la conexión con el profesorado o con los compañeros y compañeras, las pantallas han seguido constituyendo un espacio de ocio (juegos, aplicaciones…), difuminando, como decíamos anteriormente, los límites de uso, tanto cuantitativo como cualitativo, pactados con la familia antes del confinamiento.

pantallas familia uso pantallas Fatiga visual

La negociación en relación con el uso de las pantallas entre familias y niños, niñas y adolescentes debe así volver a definirse teniendo en cuenta las peculiaridades del momento que hemos vivido y estamos viviendo, aunque todo hace pensar que no será tan fácil establecer y justificar nuevos límites, al menos de cara a los adolescentes.

Incremento de la ansiedad entre los adolescentes

Si bien se habla mucho del aumento de la cantidad de horas de uso de una pantalla en niños y adolescentes, no se ha hecho hincapié en la calidad de este uso. En algunos casos no se disponía de estrategias, pero en contrapartida ha habido una gran conciencia parental al respecto en relación con los más pequeños. En lo relativo a los adolescentes, y especialmente relacionado con la búsqueda de información sobre aspectos de salud y sus efectos a nivel físico y mental, se observa un aumento de casos de ansiedad en los jóvenes.

Y esto se ha visto acrecentado porque ni las familias ni los docentes (que en la mayoría de los casos no tuvieron contacto con los adolescentes hasta pasadas unas semanas después del confinamiento) tampoco disponían de la información y certezas necesarias para acompañarlos en búsquedas seguras y efectivas de información. En este contexto, la incertidumbre ha sido un aspecto clave que ha abocado, en muchos casos, al mal uso de la tecnología.

Fatiga visual

Otro aspecto que preocupa en el caso de niños, niñas y adolescentes es la poca exposición a otros estímulos a lo largo de estos meses, así como la falta de práctica en todas las habilidades de adaptación al entorno. Son los más pequeños los que deberán hacer un sobreesfuerzo para retomar todas las habilidades que estaban en proceso de desarrollo, para afrontar de nuevo las exigencias que formaban parte de su día a día y para establecer rutinas completamente nuevas.

¿Dependencia de las pantallas?

Finalmente, podemos preguntarnos si durante los últimos meses no habremos establecido una dependencia de las pantallas. Es cierto que la tecnología ha permitido mantener la comunicación y el intercambio necesarios para desarrollar la actividad educativa. Y ha permitido también mantener ciertas rutinas escolares, suponiendo un elemento estabilizador.

Sin embargo, también es cierto que algunos lo han vivido de forma estresante, e incluso algunos adolescentes lo han considerado como una nueva forma de control por parte de los docentes, una invasión de su espacio privado (porque hasta ahora su actividad online así lo era). Respecto a la relación educativa, el aumento del uso de pantallas se ha considerado una medida provisional (al menos de momento), con lo que es posible que incluso se produzca cierto rechazo a los procesos educativos a distancia e incluso se aumente la presencialidad si ello es posible.

Cuando se generalizó el uso del smartphone en los adolescentes (y en general en la población) se habló mucho de la ‘nomofobia’ (el miedo irracional a estar sin conexión), sin embargo en un contexto post confinamiento y de vuelta a la normalidad no está claro que vaya a aparecer esta dependencia. En cualquier caso, se plantea también la posibilidad de vivir un escenario diferente a largo plazo, en el que se planteen los modelos educativos que compatibilicen la presencialidad con el online como una modalidad educativa que ha llegado (de forma quizá forzada en algunos casos) para quedarse.

No tenemos ninguna duda de que uno de los parámetros más importantes de cambio derivado de la actual crisis sanitaria habrá sido el entorno educativo. Es por ello por lo que debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿qué hemos aprendido sobre el uso intensivo de la tecnología en la relación alumnado-profesorado durante la emergencia sanitaria? y ¿cómo debe ser el futuro educativo a partir de ahora?

Fuente e imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/conexion-online-fatiga-visual/

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Acoso escolar en tiempos de confinamiento

Por: Educación 3.0

¿De qué manera ha afectado el confinamiento a las víctimas del acoso escolar? Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez, directora y profesora, respectivamente, del Máster Universitario en Acoso escolar y mediación en la Universidad Internacional de Valencia, reflexionan sobre cómo han influido las nuevas tecnologías en el bullying y señalan la necesidad de que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para acabar con este problema.

La situación de pandemia y de crisis sanitaria nos ha llevado a un proceso de confinamiento generalizado que ha durado meses. Esta inesperada situación de aislamiento social repentino ha supuesto un reto emocional para toda la población, pero, en especial, para los menores. Para la mayoría de ellos, vivir confinados y sin poder compartir momentos lúdicos y escolares con sus compañeros les ha generado estados de ansiedad y frustración que los padres han debido gestionar en función de sus propios recursos y habilidades personales.

Ante esta situación, hemos detectado un grupo de alumnos a los que la no asistencia a los centros escolares ha supuesto una tregua a su sufrimiento. Nos referimos a los alumnos que diariamente son acosados en las aulas y fuera de ellas, víctimas del bullying. Constantemente deben afrontar, la mayor parte de las veces en silencio, agresiones físicas y psicológicas.

Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez

Acoso escolar online

Otra parte de estos alumnos víctimas de agresión han visto incrementadas las conductas de acoso escolar fuera de los centros a través de las nuevas tecnologías. Si hay algo que se ha dado durante este periodo de confinamiento, ha sido una mayor conectividad a redes sociales e Internet, viéndose incrementadas las agresiones y vejaciones morales y emocionales.

Como hemos recogido, el uso, que en tiempo de confinamiento se ha convertido en un abuso, de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son muy habituales en la adolescencia y preadolescencia, tanto en el ámbito personal y social, como en nuestras aulas escolares. Las nuevas tecnologías están provocando cambios profundos en la forma de relacionarse con los demás y, con ello surgen fenómenos peligrosos como el cyberbullying: una forma de intimidación, a través del teléfono móvil y de Internet. Se desencadena junto con la expansión tecnológica propia de esta era y no deja de ser una extensión del acoso offline que sufren los menores en el ámbito escolar y que traspasa las aulas, provocando consecuencias emocionales y psicológicas mucho más profundas y difíciles de resolver como la baja autoestima, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad o pensamientos suicidas, pérdida de interés en actividades que antes le resultaban placenteras, aislamiento social, trastornos fóbicos, entre otras. Todas son las secuelas que la violencia en la red puede generar en menores con estrategias de afrontamiento que aún están pleno desarrollo.

Compañeros señalan a una niña, haciéndole acoso escolar.

Es fundamental que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para poder poner fin a la alta prevalencia de este fenómeno en nuestra población adolescente, además, desde un contexto multidisciplinar: desde la escuela, con la formación e información de toda la comunidad educativa trabajando desde la prevención a edades muy tempranas, fortaleciendo así valores e intereses contrarios a la violencia y haciendo énfasis en la inteligencia emocional. Por otro lado, las familias deben ser formadas y atendidas, la brecha digital es un gran factor de riesgo para la perpetuación de tales conductas, además de la falta de supervisión parental o la comunicación negativa dentro del seno familiar. Y desde la comunidad: a nivel social y cultural, con tolerancia cero a la violencia, la sanción de conductas de acoso y la existencia y promoción de campañas de sensibilización y actuación frente al acoso y ciberacoso son fundamentales.

Por último, la atención y tratamiento psicológico de las víctimas y agresores y sus familias por equipos de especialistas multidisciplinares accesibles, es fundamental para su recuperación y evitar reincidencias.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/acoso-escolar-en-tiempos-de-confinamiento/

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Aprendizaje cooperativo: pedagogías emergentes para tiempos de confinamiento (XIV)

Por: Educación 3.0

La probable situación de formación semi-presencial que se vislumbra para el próximo curso puede tener un efecto positivo en el desarrollo de la pedagogía. Así lo piensa la docente Susana Gala, que invita a explorar el potencial del trabajo cooperativo para mitigar la sensación de soledad derivada de la actual crisis sociosanitaria. Estas son sus razones.

Los acontecimientos acaecidos como consecuencia de la COVID-19, la condición de aislamiento a la que nos hemos visto sometidos y la más que probable situación de educación semi-presencial que se vislumbra para el próximo curso podrían tener un efecto positivo para el desarrollo de la pedagogía: la falta de experiencia previa para afrontar esta situación excepcional nos invita a ensayar nuevas estrategias docentes que, a la larga, contribuirán a la mejora de la calidad de la enseñanza.

La ocasión invita a explorar las posibilidades pedagógicas del trabajo cooperativo que, además de constituir un recurso didáctico eficaz, podrá ser aprovechado por el docente como estrategia para mitigar la sensación de soledad derivada de la presente circunstancia (en este sentido, se recomienda la lectura del trabajo de Sara Onsurbe Belló, Comunidades Virtuales de Aprendizaje, publicado en esta misma revista).

Cabe considerar, asimismo, su utilidad para facilitar la labor del profesor, cuyo trabajo se ve con frecuencia intensificado en contextos virtuales o semi-presenciales de docencia. Al esfuerzo de adaptación de las metodologías y de transformación de los materiales, se suma la multiplicación de las horas dedicadas a la corrección de las tareas y otras labores propias de la enseñanza virtual. En este sentido, la organización del alumnado en grupos permite aliviar esta carga y, si se implementa de forma adecuada, puede dar excelentes resultados de aprendizaje.

El Aprendizaje Cooperativo

De entre las diversas metodologías existentes, el Aprendizaje Cooperativo (en adelante AC) ofrece ventajas significativas. Al contrario que los grupos de trabajo al uso, su funcionamiento no es espontáneo, sino que requiere de un cierto grado de planificación: es necesario que el profesor invierta tiempo en la programación del ejercicio y en la preparación de sus estudiantes para conformar una estructura cooperativa que garantice la participación y el aprendizaje de todos los integrantes del equipo.

Se pretende, en último término, alcanzar la interdependencia positiva; es decir, se invita al estudiante a tomar conciencia de que su aprendizaje puede contribuir a la mejora del grupo de compañeros y compañeras que le acompañan en la tarea. De este modo, se creará una relación interdependiente entre los participantes: el resultado de cada uno depende del trabajo del conjunto y, a su vez, el trabajo del conjunto depende de los aciertos de cada individuo.

Guía para la implementación

Aprendizaje cooperativo confinamiento

Es característica del AC la gran cantidad de posibilidades de aplicación que ofrece pero, a modo de orientación, pueden destacarse las siguientes pautas para su implementación:

· Organización de los grupos. Si bien esta metodología admite estructuras grupales diversas, para esta circunstancia recomendamos la formación de grupos de entre 2 y 6 alumnos. Como norma general, los equipos deben ser heterogéneos – aunque en algunas propuestas concretas se utilicen de manera puntual grupos homogéneos de rendimiento. Así pues, cabe reunir a los estudiantes combinando grados de habilidad diferentes, origen cultural diverso o cualquier otro rasgo diferenciador que potencie la cooperación.

· Programación de la actividad. Para cumplir con la condición de cooperatividad, se establecerá un objetivo o meta conjunta y, además, se asignará un cometido individual a cada participante.  De este modo, el conjunto del trabajo no se podrá completar sin la colaboración activa de cada uno de los integrantes del grupo.

· Comunicación. En docencia virtual o semi-presencial, la adecuada elección de los canales de comunicación constituye, en sí misma, una oportunidad de aprendizaje. Aquí se plantean dos alternativas: el profesor puede proponer una herramienta predefinida para el diálogo, o puede dejar que el grupo elija libremente. En este segundo caso, la propia elección del sistema de comunicación puede ser aprovechado como ingrediente didáctico para destacar el funcionamiento de las dinámicas cooperativas.

· Evaluación. Es requisito del aprendizaje cooperativo que se den las condiciones necesarias para la evaluación individual ya que de ella se deriva, a su vez, el estímulo necesario para la participación activa. Una valoración positiva del esfuerzo personal hará que el estudiante se sienta orgulloso de haber contribuido a la mejora de todo el equipo y, de esta forma, se estimulará su motivación. Además, se puede también considerar la aportación del estudiante al grupo y el impacto del trabajo del grupo en el aprendizaje del estudiante.

Oportunidades de aprendizaje

Son muchas las ventajas formativas que se derivan de esta modalidad pedagógica. Señalaremos algunas de ellas:

· Invita a los estudiantes a comunicarse entre ellos.

· Fomenta la implicación del estudiante con su comunidad de aprendizaje.

· Favorece la autorregulación del grupo.

· Permite la creación de un ambiente de trabajo gratificante.

· Promueve el uso de herramientas tecnológicas.

· Aumenta el grado de rendimiento y mejora la autoestima.

Sin lugar a dudas, una de las mayores ventajas del Aprendizaje Cooperativo es la gran cantidad de posibilidades de aplicación que ofrece. Os recomendamos la consulta de los siguientes espacios:

· El programa CA/AC (Cooperar para aprender/Aprender a cooperar), especializado en actuaciones diseñadas para enseñar al alumnado a trabajar en equipo, proporciona, además, modelos de aplicación.

· Igualmente, diversos centros educativos desarrollan programas de AC de interés: así, el IES Ítaca, ubicado en Tomares  (Sevilla), cuenta con un canal de Youtube propio con ejemplos prácticos de interés.

Para saber más

Gillies, R. M. (2016). Cooperative Learning: Review of Research and Practice. Australian Journal of Teacher Education, 41(3), 38-54. Pujolás, P. (2005). El cómo, el por qué y el para qué del aprendizaje cooperativo. Cuadernos de pedagogía, 345, 50-54. Trujillo, F. y M. A. Ariza (eds.). (2005). Experiencias educativas en aprendizaje cooperativo. Grupo Editorial Universitario.

Susana Gala Pellicer es profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación, área de Didáctica de la Lengua y la Literatura, de la Universidad de Córdoba. Este artículo forma parte de un proyecto de aprendizaje-servicio coordinado por el profesor Fernando Trujillo Sáez y Conecta13 dentro del Máster en Innovación Educativa de la Universidad Carlos III, la Fundación Estudio y la Institución Libre de Enseñanza.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/aprendizaje-cooperativo-confinamiento/
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