El macrismo, víctima de su propia trampa.

Por: Eduardo López .

El Gobierno de la Ciudad, fanático como todo defensor del neoliberalismo de las evaluaciones estandarizadas, acaba de caer en su propia trampa. Los resultados de las pruebas Prils –se dieron a conocer en los últimos días– indican que los niños y niñas de la Ciudad obtuvieron “un promedio significativamente menor que la media” en los niveles de comprensión lectora. En este distrito, el PRO decide la política educativa desde hace 10 años. Por lo tanto sus funcionarios debieron salir a dar explicaciones. Aquí es donde aparece la celada de la que no pueden escapar las autoridades pedagógicas de la CABA. La respuesta de la licenciada Tamara Vinacur, directora de la Unidad de Evaluación del Ministerio de Educación porteño, argumentó que el bajo resultado y la mala ubicación en el ranking, 46 sobre 61 participantes, se debe a que en nuestros planes de estudios los contenidos vinculados a la lectura crítica que evalúan las Prils se enseñan a años posteriores a 4º grado, que es en el que tomaron las evaluaciones.

Como las pruebas son estandarizadas no tienen en cuenta los diferentes planes de estudios ni objetivos de cada país. Es decir, lo que cuestiona Vinacur es el carácter de la prueba, ya que eso justificaría el mal desempeño. Pero se trata del tipo de pruebas estandarizadas que desde la Unión de Trabajadores de la Educación venimos sosteniendo que no sirven para evaluar integralmente a nuestro sistema educativo.

En síntesis, si las evaluaciones estandarizadas fuesen la herramienta correcta, 10 años de política educativa de Macri y Larreta en la Ciudad han demostrado un rotundo fracaso. Si, por el contrario, las evaluaciones estandarizadas no son el mecanismo adecuado para advertir nuestros problemas, las y los docentes teníamos razón en nuestros cuestionamientos y deberíamos usar otro tipo de evaluaciones. Esta es la trampa en la que caen los mismos que defienden este tipo de pruebas.

Lo mismo había ocurrido el año pasado con la evaluación estandarizada  sobre contenidos de matemática que se tomaban en años distintos a los que se enseñaban en la Ciudad. La pregunta es por qué seguimos comprando estas pruebas enlatadas a empresas privadas internacionales en vez de crear nuestras propias evaluaciones. Las que queremos los docentes y también la mayoría de los pedagogos e investigadores en educación debe ser integral, participativa, contextualizada y no una excusa para atacar a la escuela pública y sus trabajadores. Estas características no están presentes en ninguna de las mediciones estandarizadas que fascinan a los gobiernos neoliberales.

Si queremos avanzar hacia niveles más críticos de lectoescritura en nuestros estudiantes, en lugar de medir con instrumentos diseñados para otros sistemas educativos, deberíamos preguntarnos por la incidencia que tiene la posibilidad de entrar en contacto con el mundo de lo escrito en el jardín de infantes, es decir desde los 3 años. Para esto es una condición fundamental que los niños y las niñas tengan vacantes en escuelas infantiles públicas como las que año tras año niega el Gobierno porteño a las familias que se inscriben. Ese contacto temprano con la lectoescritura no puede reemplazarse por ese circuito extra educativo de Centros de cuidado de la Primera Infancia que el Ministerio de Educación de la Ciudad delegó a organizaciones no gubernamentales.

Si el macrismo luego de 10 años de gobierno en CABA no cambia esta forma de mirar la educación, no sólo caerán en la trampa los funcionarios de gobierno, sino que arrastrarán a ella a toda la opinión pública y al sistema educativo de la Ciudad.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/80950-el-macrismo-victima-de-su-propia-trampa

Imagen: http://ute.org.ar/wp-content/uploads/2016/11/multipletest-780x400_c.jpg

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Repensar el aula.

Por:  Eduardo López H.

En la sociedad del conocimiento y de la información en que vivimos, la educación requiere un replanteamiento serio, dado que el conocimiento está entrando  en la obsolescencia de forma vertiginosa, pero también los educandos del siglo XXI son una generación digital que depende mucho de lo virtual. En ese sentido, se vuelve una imperiosa necesidad el acompañarlos para facilitarles los aprendizajes con significatividad  y pertinencia, de forma tal que la praxis educativa no se vuelva un círculo vicioso, sino más bien de carácter sustancial con resultados cualitativos y que por el contexto en que se desenvuelve, forme para la vida, tal y como dice Paulo Freire: “por medio de la misma vida”.

El espacio inmediato formal donde se practica el ejercicio educativo es el aula. Ahí se da el encuentro cotidiano de maestros y alumnos para desarrollar el aprendizaje, que como un proceso dialéctico del conocimiento, deberá estar siempre en permanente construcción, apuntando a lo epistémico-ontológico, pero sin desconectarse de la realidad.  De ese modo, juntos, maestros y alumnos, construyan propuestas novedosas y que el aula sea un círculo virtuoso como lo demanda el contexto contemporáneo.

¿Está el aula en crisis? Depende como la gestionemos los docentes, pero uno de los factores que hoy complejiza la acción educativa es la sociedad del conocimiento en que vivimos en la actualidad, y en particular del mundo virtual que forma parte de los útiles escolares de los estudiantes. Estos están enfrentando  un proceso de transición inevitable entre  la enciclopedia y la información global, empoderándose de esta última sin ningún obstáculo, incluso, este tipo de ventaja cognoscitiva, los puede llevar a romper  con el conocimiento, fragmentado antes que los docentes, que seguimos -en el caso de la educación superior- sumergidos en compartimientos estancos, es decir, desde nuestros departamentos como pozos tiradores, en una tercia académica y “científica”, de dolorosas consecuencias presentes y futuras para la educación.

En todos los niveles de educación se debe repensar el aula, desde el preescolar, donde se sientan las bases de la formación, hasta la universidad, que es el producto final, en este sentido, los esfuerzos que se realizan en materia educativa en nuestro país, para establecer un vínculo orgánico entre los diferentes subsistemas, constituye un paso estratégico de invaluable importancia, encaminado a dar esos saltos de calidad que tanto necesitamos, además repensar el aula pasa necesariamente por desarrollar procesos de innovación y emprendimiento desde la infancia, hasta la formación técnica y profesional.

En definitiva, es una necesidad apremiante reflexionar y actuar ante los retos presentes y futuros que debe enfrentar la educación a todos los niveles y repensar el aula implica en términos estratégicos, el desarrollo de  aprendizajes de calidad a lo largo de toda la vida, como indica la declaración de Incheon, solo de esa manera nos encaminaremos por la senda del crecimiento y del desarrollo integral tanto humano como nacional.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/420776-repensar-aula/

Imagen: http://cátedrafuturo.nariño.gov.co/wp-content/uploads/2016/09/IMG_8838-1024×575.jpg

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