27 de septiembre de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com
Por: Eduard Muntaner
En la actualidad vivimos un boom de iniciativas que intentan acercar la programación a los niños. Algunos ejemplos podrían ser campañas como las de code.org (respaldadas por nombres como Bill Gates o Mark Zuckerberg), grandes proyectos como Codecademy, o la reciente incorporación de la asignatura obligatoria de programación web en la Comunidad de Madrid. La aparición de entornos de programación tan intuitivos como Scratch, App Inventor, plataformas abiertas como Arduino, y kits de robótica tan fáciles de usar como los LEGO Mindstorms, han creado un entorno favorable y han vuelto a poner sobre la mesa un tema que en realidad lleva estudiándose desde finales de la década de los 70: ¿Puede la programación ayudarnos a aprender de nuevas maneras y a tomar control consciente de nuestro propio aprendizaje?
Es importante señalar que muchas de estas grandes iniciativas actuales tienen un enfoque bastante menos atrevido, y en vez de esto, más pragmático y utilitarista: “enseñemos programación a los niños porque será una competencia básica en los trabajos del futuro” o “enseñemos programación a los niños para fomentar vocaciones científico-tecnológicas”.
Estos enfoques son sin duda interesantes, porque en este mundo cada vez más digital necesitaremos muchos informáticos e ingenieros, pero a la vez, estos planteamientos son cortos de miras, porque no ahondan en los beneficios de aprender a programar durante la infancia.
Según los pioneros en el tema, como Seymour Papert (creador del lenguaje LOGO) y otros investigadores posteriores: aprender a programar cuando somos niños nos ayuda a articular y analizar nuestro conocimiento, y a tomar control de nuestro proceso de aprendizaje. De hecho existen evidencias científicas que prueban que aprender lenguajes formales durante la infancia favorece que los niños hablen y piensen de forma más precisa sobre problemas complejos. Además, la programación estimula la creatividad y las capacidades de atención y de resolución de problemas.
Teniendo en cuenta sus beneficios, parece obvio que la introducción de la programación en las escuelas puede ser interesante, pero ésta no debería tener como objetivo principal formar a futuros programadores profesionales (de la misma manera que la música en la escuela no tiene como objetivo formar a futuros músicos profesionales). Por supuesto, si con su introducción además aumentamos el número de vocaciones científico-tecnológicas, especialmente entre las niñas, pues perfecto. Pero este debería ser un efecto secundario, no el objetivo principal.
En la actualidad usamos el término Pensamiento Computacional para referirnos a todas aquellas técnicas y metodologías de resolución de problemas que aprendemos y asimilamos mediante la programación, y que no son solamente útiles para resolver problemas informáticos, sino para comprender y razonar sobre todo tipo de sistemas, procesos y problemas.
La ventaja del Pensamiento Computacional es que puede introducirse de forma transversal, a través de cualquiera de las áreas que habitualmente se estudian en las escuelas, da igual si es arte, lengua o ciencias. En cualquier asignatura los niños pueden crear (individualmente o en equipos) sus propios juegos, simulaciones, historias interactivas, robots, proyectos artísticos, etc. Además se complementa a la perfección con el aprendizaje basado en proyectos (PBL) y con la cultura maker que está resurgiendo en estos últimos años. Su introducción puede ser relativamente económica, ya que no requiere grandes equipamientos, y en la actualidad existen innumerables entornos y plataformas. Y lo más importante de todo: ¡a los niños les encanta!
Así que, ¿por dónde empezamos?
- Para aprender a programar: Scratch, App Inventor, code.org, Codecademy, Code Club, CoderDojo, Tynker.
- Para trastear: Arduino, Raspberry Pi, LEGO Mindstorms, Ollo, Makey Makey.
- Para estar al día: Codemads, Programamos.
- Grupos/gente: UdiGital.edu, EduLogix, Frank Sabaté, Citilab, Lifelong Kindergarten.
Fuente artículo: http://blog.tiching.com/deberiamos-aprender-programar-en-las-escuelas/