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Entrevista a Miguel Barrero: “Saber aprender toda la vida es más importante que saber matemáticas”

Entrevista/26 Septiembre 2019/Autora: Ana Torres Menárguez/Fuente: El país

La Fundación Santillana presentó ayer Ed21, un programa para proponer nuevos métodos de enseñanza de la mano de expertos

Siempre que acude a una conferencia educativa, Miguel Barrero (Madrid, 1960) lanza una pregunta a los asistentes: «¿Para qué sirve una raíz cuadrada?». En los más de 35 años que lleva dedicados al mundo educativo, todavía no ha conseguido una respuesta convincente. Para él, es una prueba irrefutable de que el modelo tradicional de escuela está en crisis. En abril de 2018, le nombraron nuevo director de Educación de la Fundación Santillana —ya dirigía el departamento de I+D dentro del grupo—, y desde entonces quiso crear un gran laboratorio de ideas para reinventarla, para reflexionar sobre lo que debe saber un ciudadano del siglo XXI.

Le procupaba que detrás de algunos proyectos de innovación pedagógica no hubiese una «base sólida». Tras un año y medio de trabajo, su fundación presentó ayer el proyecto Ed21, un programa  que persigue proponer nuevos métodos de enseñanza de la mano de expertos de diferentes partes del planeta, especialmente de España y América Latina —donde la Fundación Santillana tiene seis sedes: Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago, Lima, Bogotá y México DF—.

Pregunta. En España, muchas escuelas se han lanzado a la innovación con nuevas metodologías de enseñanza. ¿Qué está fallando?

Respuesta. En muchos centros, hay una idea errónea de lo que es innovar. No se trata de hacer cosas nuevas o de improvisar sin normas en el aula. Es más complejo. Detrás de toda innovación hay un método, hay que seguir una secuencia de trabajo. Innovar requiere planificación y evaluación, para tener una visión clara de en qué se ha mejorado. Uno de los peligros es que no haya ningún resultado visible; entonces el profesor tiene que preguntarse si es útil el cambio que está introduciendo. Es imprescindible tener una visión previa de dónde se quiere llegar y qué se quiere conseguir.

P. ¿Cuál es el síntoma más claro de que la escuela ha quedado obsoleta?

R. En este momento la escuela sufre una crisis profunda. Hasta ahora ha cumplido dos funciones fundamentales: transmitir un conocimiento estanco, ahora la realidad cambia todos los días, y socializar a los niños. No hay suficientes horas lectivas y, por eso, hay que hacer una selección de cuáles son las grandes ideas sobre las que se quiere trabajar y dejar más tiempo para practicar las habilidades competenciales. Transmitir la verdad ya no corresponde a la escuela. Nada es inmutable.

P. El programa Ed21, ¿busca encontrar nuevas metologías de aprendizaje sólidas?

R. Hace unos tres años, cuando se hablaba del nuevo paradigma de la educación, se colocaba en el centro del debate la tecnología y cómo los centros tenían que incoporarla a las aulas. Lo que nosotros hicimos fue ir más allá, ampliar la mirada para ver en qué situación estaba la educación, en su conjunto. Nos dimos cuenta de que dentro de los colegios, la inquietud no era tanto cómo encajar la tecnología, sino las nuevas formas de aprendizaje. La preocupación estaba más relacionada con la pedagogía. Por eso decidimos crear este laboratorio, para investigar qué necesita el ciudadano de la sociedad 4.0. El sentido de la fundación es provocar reflexión y debate para una mejora educativa.

P. ¿Pretenden definir la escuela del futuro?

R. No. Nuestro foco no está en el tipo de escuela, sino en qué contenidos y habilidades hay que enseñar. Este enfoque tiene truco. Si plasmas lo que debe aprender el alumno, provocas que todo el sistema educativo caiga detrás, es un efecto dominó.Pongo un ejemplo. Si quieres enseñar a programar, ya no te valdrá con un libro de texto, tendrás que usar otras herramientas. Tampoco podrás evaluar con un examen tipo de test. Igualmente, transformará la duración de las clases; 50 minutos no serán suficientes para programar un robot. En Finlandia, que es el gran icono de la educación, son muy habituales las sesiones de 120 minutos. Cada asignatura requerirá unos tiempos y dinámicas de trabajo. Ya no habrá un único modelo de enseñanza y evaluación, sino un mestizaje metodológico. Ese es el futuro.

P. ¿Quiénes están llamados a participar en esa reflexión?

R. La educación es un mundo muy endogámico, y esa es una de las razones por las que ha sido tan poco innovador. La dinámica del aula no deja tiempo para la autocrítica. No hay tiempo para la reflexión. Todos los días surge un problema nuevo: hoy los chavales han venido alterados, hay un profesor cuya plaza no se cubre… estás siempre condenado al día a día. En Ed21 queremos conseguir pausa y sosiego. Dedicarnos a pensar, a discutir. Es un proyecto colaborativo, en red, no queremos sentar cátedra sobre cómo tiene que ser la educación del siglo XXI, pero sí propiciar los espacios para el debate. No nos queremos centrar tanto en lo que piensan los directores de centro, profesores y políticos, sino escuchar más a las familias y su idea de centro y a los jóvenes que ya están fuera, que nos digan qué echaron en falta. Esperamos presentar un primer documento con propuestas a finales de 2021.

P. ¿Cree que hay una preocupación excesiva en trasladar a la escuela las habilidades que demanda el mercado laboral?

R. El primer sector que se ha encargado de definir qué habilidades se requieren en el siglo XXI ha sido el empresarial. El World Economic Forum trasladó el retrato robot del ciudadano al que quieren emplear. No hay que poner el foco de la reforma del sistema educativo en lo que piden las multinacionales, no pueden monopolizar el debate. Por eso, nosotros queremos definir otras dos patas que son igualmente importantes: la personal y la comunitaria. Tener las aptitudes y el conocimiento para seguir aprendiendo a lo largo de la vida es más importante que saber matemáticas.

P. ¿Qué papel debe jugar la neuroeducación en la redefinición del sistema educativo?

R. Los experimentos están mostrando que el cerebro necesita emocionarse para aprender. Uno de los grandes problemas es la falta de motivación. Habría que preguntarse qué porcentaje de los alumnos que abandonan la escuela  —en España, la tasa de abandono escolar temprano es el 17,9% frente al 10% de media de la OCDE— se debe a que no encuentran ningún motivo para ir cada día a clase. Los profesores tienen que explicarles para qué sirven los estudios, a dónde pueden conducirles, qué pueden hacer. La neurociencia está sirviendo para acabar con la excusas y reaccionar.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/09/23/actualidad/1569255253_269950.html

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“Un niño que escucha cuentos se convierte en un lector voraz”

Por: Laura Román. 

Beatriz Montero es cuentacuentos profesional y coordina la Red Internacional de Cuentacuentos. También es escritora y ‘youtuber’ gracias a la narración de historias. Nos explica los beneficios del ‘storytelling’ para los estudiantes y cómo los docentes pueden contar sus propios cuentos en clase.

Beatriz Montero es cuentacuentos y ha escrito multitud de libros en los que explica las claves para contar una buena historia, tanto a pequeños como a mayores. También dispone de un canal en YouTube en el que narra cuentos de diferentes temáticas, además de otros elementos de narración oral, como las adivinanzas o las canciones infantiles. En esta entrevista, muestra cuáles son las facetas de un cuentacuentos profesional y cómo aplicar la técnica, también conocida como ‘Storytelling’, entre los estudiantes.

Pregunta: ¿Qué significa el ‘Storytelling’ o el arte de contar historias? ¿Es diferente si se hace en el ámbito de la escuela?

Respuesta: Tengo un canal en YouTube que se llama Cuentacuentos Beatriz Montero. Decidí darle ese nombre porque la palabra ‘Storytelling’ no existe en español. La Real Academia Española incorpora el nombre común ‘cuentacuentos’ con el significado único e inequívoco de “persona que narra cuentos en público.” Y eso es lo que yo hago. Esta definición es clara porque en apenas siete palabras incluye al narrador, al cuento y al público: los tres pilares esenciales e imprescindibles en el arte de contar cuentos.

En dicha definición, no se especifica si los cuentos que se narran han de ser infantiles o de adultos, porque todos valen. Lo cierto es que los cuentos siempre se han contado en escuelas, teatros, reuniones familiares y junto a la cama de los niños y niñas. Y en cada uno de esos lugares la intención puede ser diferente: educativa, entretenimiento, emotiva y afectiva. Lo normal es que todas esas funciones se mezclen en un mismo proceso de contar cuentos.

P: ¿Qué consejos daría a los docentes que quieran incluirlo en el aula?

R: Que lo hagan, sin miedo. Que cuenten cuentos que les entusiasmen y que al narrarlos se emocionen. Cuando algo se cuenta con entusiasmo, la voz se transforma: pasa a ser más alegre y fuerte, además de que hablamos con más seguridad y convicción.

Les animo a que lean libros a los niños y adolescentes. Que animen a sus alumnos y alumnas a contar cuentos entre ellos y a los más pequeños. Que les pongan vídeos de cuentacuentos. Que todos, docentes y alumnos, aprendan y practiquen el arte de narrar historias. Todo ello mejorará claramente la capacidad de concentración, memoria, autoestima, fluidez verbal, vocabulario y comprensión lectora. Pocas actividades producen tal cantidad de afectos transversales positivos en la educación.

Cuentacuentos Beatriz Montero

P: ¿La narración oral fomenta la lectura?

R: Es evidente. La lengua y el conocimiento, y su transmisión, primero es oral, y luego escrito, y eso incluye tanto a las civilizaciones como a los individuos. Un niño que escucha cuentos y aprende a disfrutar con las historias, se convierte en un lector voraz. Eso está comprobado.

En una ocasión, el escritor Enrique Páez me dijo que los cuentos hacen que el cerebro crezca y amplía sus posibilidades a través de la ruptura de fronteras y de la imaginación. Por eso, desde que son bebés, hay que contarles cuentos aunque no entiendan la literalidad de todas las palabras. Contar cuentos a tu bebé es tan vital y necesario como dormir, comer, reír o llorar. Los primeros años son esenciales para el aprendizaje emocional y cognitivo, porque es cuando tu hijo o hija comienza a hablar y a comprender las palabras. Los bebés a los que se les ha contado cuentos, cantado nanas y canciones infantiles, se convierten en niños más despiertos, más seguros afectivamente y más inteligentes.

Fomentar la escritura es muy parecido a fomentar la lectura. Ambas son habilidades que mejoran con la práctica”

P: ¿Qué beneficios aporta contar un cuento al alumnado? ¿Hay diferencias según su edad?

R: Todo lo que aprendan a través de los cuentos, sea de historia, convivencia, geografía, higiene, biología, lengua, urbanidad, matemáticas u otros idiomas, quedará grabado en su memoria de modo mucho más indeleble que lo aprendido de modo tradicional. Según los ciclos y edades de los niños, y atendiendo a las necesidades especiales del grupo, podrán encontrarse historias para compartir y mejorar el aprendizaje y la convivencia. Y el repertorio es casi infinito.

Cuando veo a un padre o madre agarrar el primer cuento que ve en la librería para regalárselo a su hijo sin reparar si la temática va acorde a la edad del niño, me da pena y me entristece. Los cuentos ayudan a crecer si se saben seleccionar bien. No todos sirven para todas las edades (entiéndase por cuento toda narración fantástica, ya sea relato, romance, mito, leyenda o fábula).

En cada etapa de desarrollo hay distintas preocupaciones y gustos. Para un niño de dos años su universo se reduce a su entorno más inmediato: sus padres o la guardería. Y lo que les preocupa es perderse, tener hambre o la oscuridad. Y según va creciendo es necesario seleccionar un cuento u otro para ayudarle a resolver traumas: dormir solo, los celos por un nuevo hermano, la aceptación del colegio, la separación de los padres o un sinfín de situaciones que el niño vive con miedo. De cuatro a seis años les fascinan los cuentos acumulativos; entre los siete y los nueve les encantan las leyendas y cuentos populares. En cambio, a los diez años sueñan con encontrar un gran tesoro, se interesan por el misterio o las aventuras.

P: ¿Las historias ayudan a canalizar las emociones? ¿Influyen en la actitud y carácter del estudiante?

R: Desde luego que sí. Las emociones pueden identificarse, canalizarse, y controlarse a través del aprendizaje suministrado por los cuentos. Es una de las herramientas más potentes.

Así que si un niño o niña se te acerca y te pregunta: “¿Verdad que los monstruos no se comen a los niños?”, lo que quiere oír es una confirmación de que no le va a devorar un monstruo a la vuelta de la esquina. Pero si lo que te pregunta es si de verdad la varita mágica que guardas hace magia, su deseo es vivir la fantasía, alargar la ilusión, y querrá escuchar que esa varita que sujetas entre tus manos pertenece a la maga Gertrudis. Me encanta saber que el cuento es el trampolín por el que los niños se deslizan a soñar.

“El arte de narrar historias mejora la capacidad de concentración, memoria, autoestima, fluidez verbal, vocabulario y comprensión lectora”

El psicólogo Bruno Bettelheim opinaba que “para responder a la pregunta de si el cuento de hadas dice la verdad, nuestra respuesta debería dirigirse no a la verdad en términos reales, sino a lo que preocupa al niño en ese momento, tanto si se trata del miedo a ser hechizado como de los sentimientos de rivalidad edípica. Por lo demás, casi siempre basta la explicación de que estas narraciones no tienen lugar aquí y ahora sino en un país muy lejano del nunca-jamás»”. Así, tanto los niños como los adultos se dejan involucrar con los cuentos, les gusta soñar y pensar que lo que narras pudo haber ocurrido alguna vez, porque eso es lo que de verdad desean en ese momento.

P: Ha escrito numerosos cuentos, ¿existe alguna fórmula para que los estudiantes se conviertan en buenos escritores?

R: Lo más importante es que le echen imaginación al cuento. Que describan escenas, detalles del lugar, de cómo son físicamente los personajes, y de lo que sienten. Que no olviden los sentidos aunque no es necesario que los utilicen todos a la vez. Será suficiente con contar lo que se ve desde la torre del palacio de cristal, o describir a qué sabe la casa de la bruja de Hansel y Gretel.

Fomentar la escritura es muy parecido a fomentar la lectura. Ambas son habilidades que mejoran con la práctica, con la valoración positiva, y con el ejemplo. Si a los docentes o a los padres no les gusta leer ni escribir, va a ser muy difícil que transmitan esa pasión inexistente a sus hijos. El aprendizaje realizado a través del ejemplo y la imitación es mucho más intenso que el de las palabras.

P: ¿Cuáles son las claves para que un docente se convierta en un buen contador de historias?

R:  Para mí hay diez puntos importantes para ser un buen cuentacuentos:

  1. Tener confianza en uno mismo.
  2. Leer mucho.
  3. Dejar atrás la vergüenza.
  4. Disfrutar el cuento.
  5. Hacer uso de la expresión corporal.
  6. Utilizar un lenguaje sencillo y coloquial.
  7. Crear imágenes con descripciones.
  8. Vocalizar bien.
  9. Contar solo aquellos cuentos que nos emocionen.
  10. Fantasear e imaginar.

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/beatriz-montero-es-cuentacuentos-lector-voraz/114334.html

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Vernor Muñoz: “Un Estado que elimina la perspectiva de género en la educación ni de lejos puede considerarse un Estado inclusivo”

Por: CLADE. 

Durante foro internacional sobre inclusión y equidad, el ex Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Educación y director de Políticas e Incidencia de la Campaña Mundial por la Educación, abordó elementos que los marcos normativos y políticas públicas deben tomar en cuenta para que puedan contribuir con la inclusión educativa

“No debemos pensar en un modelo inclusivo dentro de una comunidad excluyente, de manera tal que la inclusión debe ser una política de Estado. La exclusión social no puede ser resuelta de manera incidental. No podemos avanzar en la educación inclusiva con una reformita por aquí, una reformita por allá. Hay que tener un abordaje integral”, destacó Vernor Muñoz, ex relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Educación y director de Políticas e Incidencia de la Campaña Mundial por la Educación (CME). 

Su intervención tuvo lugar en el marco del “Foro internacional sobre inclusión y equidad en la educación: todas y todos los estudiantes cuentan”, evento organizado por la UNESCO que reunió a autoridades, especialistas, activistas, educadoras y educadores, para discutir los desafíos y estrategias para superar las barreras de acceso y permanencia escolar que persisten para los grupos discriminados.

La participación de Vernor Muñoz se dió durante la sesión plenaria del 12 de septiembre, que tuvo como tema la “Elaboración y aprobación de marcos legislativos, de planificación y de políticas que sienten las bases para la inclusión y la equidad”.

Mediada por la ministra de Educación Nacional de Colombia, María Victoria  Angulo, la sesión también contó con la presencia de Esther Anna Nghipondoka, viceministra de Educación, Arte y Cultura de Namibia, y Rasmata Ouattara, inspectora de educación secundaria de Burkina Faso.

En su intervención durante la mesa, Esther Anna Nghipondoka, afirmó que, para que las políticas sociales inclusivas sean implementadas, es necesario ampliar su concepto. “Cuando se implementa la educación inclusiva, es importante antes preguntarnos si logramos salir del enfoque apenas de las personas con discapacidad, y ver que el concepto es más amplio y tiene que ver con el contexto sociopolítico, la cultura, los grupos marginados”, explicó.

5 características de la Educación Inclusiva: formal, conceptual, integral y multisectorial, con progresividad 

Durante su participación, el director de Políticas e Incidencia de la CME presentó cinco características que los marcos normativos y las políticas públicas inclusivas deberían tener. La primera es su aspecto más formal. Explicó que, tanto los marcos como las políticas públicas, deben pensarse desde la perspectiva de que la educación “es un derecho humano en sí mismo, pero también es un derecho habilitante, que aporta a la realización de todos los otros derechos humanos”.

“La Educación es un derecho humano en sí mismo, pero también es un derecho habilitante”

La segunda característica es la conceptual. “La educación inclusiva no es una moda, tampoco es una modalidad. Es más bien un enfoque que abarca toda la educación: en tanto teoría, en tanto política pública, en tanto sistema, en tanto práctica. (…)  Los derechos humanos son la camino por donde avanza la educación, y la inclusión es el vehículo”, dijo.

El tercer aspecto se refiere a la integralidad y multisectorialidad de las políticas para la inclusión. “No debemos pensar en un modelo inclusivo dentro de una comunidad excluyente, de manera que la inclusión debe ser una política de Estado”, explicó.

“No podemos pretender enseñar a vivir en comunidad ante un sistema educativo que fue pensado exactamente para lo contrario, para estandarizar, para homogeneizar, para segregar, para disciplinar”

La cuarta característica es la progresividad. Según Vernor Muñoz, las políticas públicas y la legislación deben estar relacionadas, para nivelar las asimetrías y deben expresarse en acciones afirmativas para poder transformar los escenarios de discriminación. “Tenemos derecho no a cualquier educación, sino a una educación que nos permita desaprender la violencia y el odio. Para ser inclusiva, la escuela también debe cambiar. No podemos pretender enseñar a vivir en comunidad mediante un sistema educativo que fue pensado exactamente para lo contrario, para estandarizar, para homogeneizar, para segregar, para disciplinar. Tenemos que repensar la escuela como un asunto de Estado y de manera urgente”, subrayó.

“La convivencia en la diversidad es lo que hace posible los aprendizajes significativos”

La última característica destacada es el sentido la educación. Según Vernor Muñoz, las educadoras y los educadores, las políticas públicas, deben dotar de sentido a la educación. “Ellos deben marcar un camino de defensa y de protección de la diversidad, porque la convivencia en la diversidad es lo que hace posible los aprendizajes significativos” dijo.

A continuación, compartimos su ponencia completa:

5 características que los marcos normativos y de políticas públicas deberían tener 

1. Formal – los marcos normativos y las políticas públicas están evidentemente en una correspondencia dinámica, en una relación dinámica. Normalmente, las políticas públicas desarrollan los principios establecidos en los marcos normativos y por supuesto los marcos normativos y las políticas públicas deben responder a las obligaciones de los Estados, en materia de derechos humanos en general. Deben respetar, proteger y realizar el derecho humano a la educación. Deben recordar que la educación es un derecho humano en sí mismo, pero también es un derecho habilitante, es decir, aporta a la realización de todos los demás derechos humanos.

“Los derechos humanos son el camino por donde avanza la educación, y la inclusión es el vehículo”

2. Conceptual – la educación inclusiva no es una moda, tampoco es una modalidad. Es más bien un enfoque que abarca toda la educación: teoría, política pública, sistema, práctica. Por supuesto es una obligación para los Estados, derivada a los principios de igualdad, justicia y no discriminación, que son las columnas de toda la arquitectura de los derechos humanos. Para explicarlo mejor les voy a contar una metáfora: los derechos humanos son el camino por donde avanza la educación, y la inclusión es el vehículo.

“Un Estado que criminaliza la población LGBTI fallará también en sus intentos de educación inclusiva”

3. Integralidad y multisectorialidad – la educación inclusiva debe responder a un modelo de Estado. No debemos pensar un modelo inclusivo dentro de una comunidad excluyente, de manera que la inclusión debe ser una política de Estado, pues la exclusión social no se puede resolver de manera incidental. Es decir, no podemos avanzar en la educación inclusiva con una reformita por aquí, una reformita por allá. Hay que tener un abordaje integral, de manera que un Estado que no defienda los derechos de las mujeres y que elimina la perspectiva de género en la educación ni de lejos puede considerarse un Estado inclusivo. Un Estado que criminaliza la población LGBTI fallará también en sus intentos de educación inclusiva.

“De las personas con discapacidad y sus familiares hemos entendido que la principal causa de exclusión sigue siendo los prejuicios y los estigmas que pesan a las personas con discapacidad”

Evidentemente, la educación tampoco es compatible con los muros que se ponen a la infancia, a la adolescencia. La inclusión tampoco es compatible con el mar mediterráneo teñido de sangre. De las personas con discapacidad y sus familiares, hemos entendido que la principal causa de exclusión sigue siendo los prejuicios y los estigmas que pesan a las personas con discapacidad.

Esto nos permite entender también que muchos de los problemas educativos en materia de inclusión no provienen de la educación misma, sino que provienen de un entorno social, político y económico discriminatorio. Por lo tanto, es injusto pretender que la educación pueda resolver problemas que muchas veces los políticos no quieren resolver.

4. Progresividad – Tenemos que recordar que las leyes y las políticas públicas en materia de inclusión no pueden ser neutras. Estas políticas públicas y esta legislación tienen que estar políticamente relacionadas para nivelar las asimetrías distintas y deben expresarse en acciones afirmativas, para poder transformar los escenarios de discriminación. Es decir, estas políticas públicas son un mecanismo para avanzar en los objetivos de desarrollo sostenible, y de alguna manera aspiran también a la utopía. Como alguna vez pintaron en las paredes parisinas, en aquel mayo de 1969: hay que ser realistas, pidamos lo imposible.  Tenemos que soñar con un mundo diferente.

“Nunca antes tanta gente educada había matado a tantas otras, entonces la pregunta urgente que debemos hacer es ¿educación para qué?”

Tenemos derecho no a cualquier educación, sino una educación que nos permita desaprender la violencia y el odio. Para ser inclusiva, la escuela también debe cambiar. No podemos pretender enseñar a vivir en comunidad mediante de un sistema educativo que fue pensado exactamente para lo contrario, para estandarizar, para homogeneizar, para segregar, para disciplinar. Tenemos que repensar la escuela como un asunto de Estado y de manera urgente.

Por supuesto, hemos avanzado en  la escolarización, pero también hemos retrocedido en el sentido de la educación. Nunca antes tanta gente educada había matado a tantas otras, entonces la pregunta urgente que debemos hacernos es ¿educación para qué?

5. Dotar de sentido la educación – los educadores, las políticas públicas tienen que dotar de sentido a la educación, deben marcar un camino de defensa y de protección de la diversidad, pues la convivencia en la diversidad es lo que hace posible los aprendizajes significativos.

“A quien se le impide aprender se le niega el mundo, y lo que es quizá más grave es que el mundo tampoco puede cambiar si todas las personas no están incluídas”

Si hacemos un repaso histórico de los grandes cambios que se han producido en la humanidad, en cualquier área que ustedes quieran escoger, vamos a notar que los grandes cambios siempre han provenido de aquellos que son diferentes, de manera que garantizar el derecho a la educación a quienes son distintos, a las personas con discapacidad, a quienes han sido históricamente discriminadas/os, no sólo es un imperativo ético, sino que es la principal garantía para sobrevivir.

Debemos recordar las palabras del educador Paulo Freire: aprendemos siempre con los otros y las otras, de manera tal que lo contrario del aprendizaje no es la ignorancia, sino la soledad: a quien se le impide aprender se le niega el mundo, y lo que es quizá más grave es que el mundo tampoco puede cambiar si todas las personas no están incluídas

Fuente de la entrevista: https://redclade.org/noticias/vernor-munoz-un-estado-que-elimina-la-perspectiva-de-genero-en-la-educacion-ni-de-lejos-puede-considerarse-un-estado-inclusivo/

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Ignacio Cobeta : “La colaboración entre profesor y logopeda en el aula es muy efectiva”

Otorrinolaringólogo especializado en patologías de la voz y voz profesional (hablada y escrita), el doctor Ignacio Cobeta lleva dedicándose a este instrumento de comunicación casi toda su vida profesional. Con él hemos hablado de los beneficios que aportan los logopedas a los estudiantes y de cómo es posible adquirir buenos hábitos vocales desde la infancia.

El doctor Cobeta, que dirige el servicio de Otorrinolaringología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid así como el Grado de Logopedia de CUNIMAD, conoce muy bien el instrumento que todos utilizamos para expresarnos y comunicarnos (la voz) y que los problemas asociados a ésta pueden presentarse desde edades tempranas. Tampoco se olvida de las personas que la emplean en su trabajo diario, como es el caso de los docentes. “Los profesores son los profesionales que presentan una mayor incidencia de patología vocal, llegando al 22%. Uno de cada cuatro o cinco tiene problemas de voz. Los responsables de los centros debieran facilitar cursos o charlas de sus profesores con logopedas que les ayuden a mejorar la emisión vocal”, señala.

Partiendo de que el buen uso de la voz es fundamental para este colectivo, y que ayudar a que los alumnos mejoren sus alteraciones vocales es importante para su bienestar, Cobeta nos habla de la ayuda que proporciona la logopedia en el ámbito de la educación.

Pregunta: ¿Qué puede hacer un logopeda para ayudar a los estudiantes con patologías de la voz o retrasos en el lenguaje?

Respuesta: Los logopedas son profesionales involucrados en las alteraciones de la comunicación, y su relación con los profesores es muy próxima ya que estos son quienes detectan (en muchos casos) la existencia de alguna patología.

Los retrasos y las alteraciones del lenguaje se suelen percibir a edades tempranas, así que son los profesores de las primeras etapas quienes mejor podrán aconsejar a los padres sobre la necesidad de que un logopeda y un médico (generalmente es el otorrinolaringólogo el que diagnostica que no haya patología auditiva o laríngea) intervengan.

logopeda en el aula

El logopeda puede detectar con facilidad el grado de retraso del lenguaje que presenta un alumno y ofrecer los medios necesarios a través de programas de rehabilitación. Afortunadamente, en la mayoría de los casos se trata de alteraciones leves de fácil solución que permitirán al docente continuar con su labor educativa; los casos severos de las alteraciones del lenguaje suelen ser conocidos por los padres, que han orientado a sus hijos hacia programas específicos.

Las alteraciones de la voz pueden manifestarse a cualquier edad. No obstante, es interesante para los profesores detectar la disfonía (voz no normal) del niño lo antes posible ya que puede corresponder a pequeñas lesiones congénitas de las cuerdas vocales. Los estudiantes, por lo general, tienen ronqueras mantenidas en el tiempo debido a ciertos comportamientos de liderazgo impulsivos. En esos casos, que son la mayoría, la colaboración entre el profesor y el logopeda es muy efectiva para conseguir comportamientos adecuados (corregidos) que mejoren las alteraciones por el sobreesfuerzo de la voz.

P: ¿Cómo puede detectar un profesor cuando un alumno necesita el tratamiento de un logopeda?

Los buenos hábitos vocales son imprescindibles para evitar disfonías (ronqueras) y corregirlas si ya se han producido.

Si dentro de esos parámetros reconoce niños con problemas de comunicación y/o socialización, es muy posible que haya detectado la necesidad de apoyo logopédico. El docente durante su trabajo podrá percatarse de las dificultades en la pronunciación de nuevos sonidos, en los cambios en el orden de las sílabas o las palabras y en la incapacidad para la repetición de palabras o frases. Ese sería el momento de buscar ayuda con un profesional.

P: ¿Cuáles son los beneficios que aporta la logopedia en los niños?

R: Si bien el logopeda puede actuar en cualquier etapa del desarrollo, es en la infancia donde juega un papel más importante pues condiciona buena parte de su desarrollo posterior y del resto de su vida. Los beneficios, como hemos dicho, se dan en la mejora y normalización de la comunicación y la socialización. En este sentido, son un complemento excelente para la labor llevada a cabo por los profesores.

R: Los buenos hábitos vocales son imprescindibles para evitar disfonías (ronqueras) y corregirlas si ya se han producido. El ejemplo del habla familiar es importante para implementar desde el origen los buenos hábitos vocales: evitar los gritos, respetar los turnos de palabra y, sobre todo, no hablar elevando la voz sobre el ruido ambiente.

logopeda en el aula

También el carácter de los niños es clave, pues cuando no hay lesiones orgánicas iniciales en las cuerdas vocales, los más extrovertidos o impulsivos son los que tienen más lesiones vocales, especialmente nódulos. El profesor puede ayudar modulando los comportamientos impulsivos: también dando ejemplo hablando de forma sosegada (aunque esto es difícil con niños muy pequeños) y haciendo que se hable respetando un turno.

P: Por otra parte, además de la educación, ¿en qué otros sectores puede trabajar un logopeda?

Entre el 5% y el 7% de la población padece alguna patología logopédica. Así, la logopedia presta su atención a las personas con problemas comunicativos a lo largo de todo su ciclo vital, desde la atención infantil a la geriátrica. Además de la educación, la logopedia, no debemos olvidarlo, pertenece a las ciencias sanitarias.

La sociedad actual está muy sensibilizada con los problemas de la comunicación, y esto hace que hace que los logopedas tengan nuevos y más extensos campos para la actuación profesional.

Esto hace que los hospitales y otros centros sanitarios dispongan de puestos profesionales para ellos: hospitales (otorrinolaringología, foniatría, rehabilitación, cirugía maxilofacial, neurología, neuropediatría, psiquiatría, psicología, rehabilitación en daño cerebral, etc.), centros de atención primaria, servicios socio-sanitarios, atención domiciliaria, centros de logopedia (centros CAT, centros multidisciplinares…), centros de atención precoz, centros geriátricos… No hay que olvidar que los logopedas también pueden desarrollar su actividad en gabinetes y centros privados, por lo general en centros con compañeros especializados en diversos campos de actuación.

R: Cuando diseñamos el Grado teníamos en mente la idea integradora de la formación que queríamos que recibiesen los alumnos. Es cierto que los estudios de Logopedia están muy bien perfilados en la orden CIN/726/2009, pero dentro de esta regulación la experiencia acumulada y la idea integradora nos ha llevado a un diseño capaz de dar respuesta a los retos que tiene actualmente la logopedia.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/colaboracion-entre-profesor-y-logopeda-en-el-aula-es-muy-efectiva/113129.html

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Beatriz Montero: “Un niño que escucha cuentos se convierte en un lector voraz”

Beatriz Montero es cuentacuentos profesional y coordina la Red Internacional de Cuentacuentos. También es escritora y ‘youtuber’ gracias a la narración de historias. Nos explica los beneficios del ‘storytelling’ para los estudiantes y cómo los docentes pueden contar sus propios cuentos en clase.

Beatriz Montero es cuentacuentos y ha escrito multitud de libros en los que explica las claves para contar una buena historia, tanto a pequeños como a mayores. También dispone de un canal en YouTube en el que narra cuentos de diferentes temáticas, además de otros elementos de narración oral, como las adivinanzas o las canciones infantiles. En esta entrevista, muestra cuáles son las facetas de un cuentacuentos profesional y cómo aplicar la técnica, también conocida como ‘Storytelling’, entre los estudiantes.

Pregunta: ¿Qué significa el ‘Storytelling’ o el arte de contar historias? ¿Es diferente si se hace en el ámbito de la escuela?

Respuesta: Tengo un canal en YouTube que se llama Cuentacuentos Beatriz Montero. Decidí darle ese nombre porque la palabra ‘Storytelling’ no existe en español. La Real Academia Española incorpora el nombre común ‘cuentacuentos’ con el significado único e inequívoco de “persona que narra cuentos en público.” Y eso es lo que yo hago. Esta definición es clara porque en apenas siete palabras incluye al narrador, al cuento y al público: los tres pilares esenciales e imprescindibles en el arte de contar cuentos.

En dicha definición, no se especifica si los cuentos que se narran han de ser infantiles o de adultos, porque todos valen. Lo cierto es que los cuentos siempre se han contado en escuelas, teatros, reuniones familiares y junto a la cama de los niños y niñas. Y en cada uno de esos lugares la intención puede ser diferente: educativa, entretenimiento, emotiva y afectiva. Lo normal es que todas esas funciones se mezclen en un mismo proceso de contar cuentos.

R: Que lo hagan, sin miedo. Que cuenten cuentos que les entusiasmen y que al narrarlos se emocionen. Cuando algo se cuenta con entusiasmo, la voz se transforma: pasa a ser más alegre y fuerte, además de que hablamos con más seguridad y convicción.

Les animo a que lean libros a los niños y adolescentes. Que animen a sus alumnos y alumnas a contar cuentos entre ellos y a los más pequeños. Que les pongan vídeos de cuentacuentos. Que todos, docentes y alumnos, aprendan y practiquen el arte de narrar historias. Todo ello mejorará claramente la capacidad de concentración, memoria, autoestima, fluidez verbal, vocabulario y comprensión lectora. Pocas actividades producen tal cantidad de afectos transversales positivos en la educación.

Cuentacuentos Beatriz Montero

P: ¿La narración oral fomenta la lectura?

R: Es evidente. La lengua y el conocimiento, y su transmisión, primero es oral, y luego escrito, y eso incluye tanto a las civilizaciones como a los individuos. Un niño que escucha cuentos y aprende a disfrutar con las historias, se convierte en un lector voraz. Eso está comprobado.

Fomentar la escritura es muy parecido a fomentar la lectura. Ambas son habilidades que mejoran con la práctica”

P: ¿Qué beneficios aporta contar un cuento al alumnado? ¿Hay diferencias según su edad?

R: Todo lo que aprendan a través de los cuentos, sea de historia, convivencia, geografía, higiene, biología, lengua, urbanidad, matemáticas u otros idiomas, quedará grabado en su memoria de modo mucho más indeleble que lo aprendido de modo tradicional. Según los ciclos y edades de los niños, y atendiendo a las necesidades especiales del grupo, podrán encontrarse historias para compartir y mejorar el aprendizaje y la convivencia. Y el repertorio es casi infinito.

En cada etapa de desarrollo hay distintas preocupaciones y gustos. Para un niño de dos años su universo se reduce a su entorno más inmediato: sus padres o la guardería. Y lo que les preocupa es perderse, tener hambre o la oscuridad. Y según va creciendo es necesario seleccionar un cuento u otro para ayudarle a resolver traumas: dormir solo, los celos por un nuevo hermano, la aceptación del colegio, la separación de los padres o un sinfín de situaciones que el niño vive con miedo. De cuatro a seis años les fascinan los cuentos acumulativos; entre los siete y los nueve les encantan las leyendas y cuentos populares. En cambio, a los diez años sueñan con encontrar un gran tesoro, se interesan por el misterio o las aventuras.

P: ¿Las historias ayudan a canalizar las emociones? ¿Influyen en la actitud y carácter del estudiante?

R: Desde luego que sí. Las emociones pueden identificarse, canalizarse, y controlarse a través del aprendizaje suministrado por los cuentos. Es una de las herramientas más potentes.

“El arte de narrar historias mejora la capacidad de concentración, memoria, autoestima, fluidez verbal, vocabulario y comprensión lectora”

El psicólogo Bruno Bettelheim opinaba que “para responder a la pregunta de si el cuento de hadas dice la verdad, nuestra respuesta debería dirigirse no a la verdad en términos reales, sino a lo que preocupa al niño en ese momento, tanto si se trata del miedo a ser hechizado como de los sentimientos de rivalidad edípica. Por lo demás, casi siempre basta la explicación de que estas narraciones no tienen lugar aquí y ahora sino en un país muy lejano del nunca-jamás»”. Así, tanto los niños como los adultos se dejan involucrar con los cuentos, les gusta soñar y pensar que lo que narras pudo haber ocurrido alguna vez, porque eso es lo que de verdad desean en ese momento.

P: Ha escrito numerosos cuentos, ¿existe alguna fórmula para que los estudiantes se conviertan en buenos escritores?

Fomentar la escritura es muy parecido a fomentar la lectura. Ambas son habilidades que mejoran con la práctica, con la valoración positiva, y con el ejemplo. Si a los docentes o a los padres no les gusta leer ni escribir, va a ser muy difícil que transmitan esa pasión inexistente a sus hijos. El aprendizaje realizado a través del ejemplo y la imitación es mucho más intenso que el de las palabras.

P: ¿Cuáles son las claves para que un docente se convierta en un buen contador de historias?

R:  Para mí hay diez puntos importantes para ser un buen cuentacuentos:

  1. Tener confianza en uno mismo.
  2. Leer mucho.
  3. Dejar atrás la vergüenza.
  4. Disfrutar el cuento.
  5. Hacer uso de la expresión corporal.
  6. Utilizar un lenguaje sencillo y coloquial.
  7. Crear imágenes con descripciones.
  8. Vocalizar bien.
  9. Contar solo aquellos cuentos que nos emocionen.
  10. Fantasear e imaginar.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/beatriz-montero-es-cuentacuentos-lector-voraz/114334.html

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Entrevista a Andreu Navarra: “Estamos creando una nueva Edad Media en las aulas”

Entrevista/19 Septiembre 2019/Autora: Berna González/El país

Andreu Navarra, profesor de Secundaria, denuncia el “ciberproletariado” extendido en una generación sin léxico y con escasa capacidad de atención

El mundo educativo debate sobre las horas de clase, la evaluación del profesor y los malos resultados de España en las pruebas de PISA, pero todo eso es bastante secundario en el universo de Andreu Navarra, un profesor de Lengua y Literatura de Secundaria que retrata desde las tripas de la enseñanza, a pie de aula, una realidad de urgencias más acuciantes: desde la desnutrición de un buen porcentaje de alumnos a la incapacidad de concentrarse de la nueva generación de “ciberproletariado” o la ausencia de debate sobre el futuro al que esta sociedad quiere conducir a sus jóvenes. Navarra no es un teórico, pero sí un torrente de verdades que acaba de publicar Devaluación continua (Tusquets), un latigazo contra la ceguera, una llamada de emergencia ante la degradación del modelo educativo.

“Los profesores queremos crear ciudadanos autónomos y críticos, y en su lugar estamos creando ciberproletariado, una generación sin datos, sin conocimiento, sin léxico. Estamos viendo el triunfo de una religión tecnocrática que evoluciona hacia menos contenidos y alumnos más idiotas. Estamos sirviendo a la tecnología y no la tecnología a nosotros”, afirma Navarra. “El profesor está exhausto, devorado por una burocracia para generar estadísticas que le quita energía mental para dar clase”.

El testimonio de Andreu Navarra (Barcelona, 1981), historiador, tiene el valor de quien ha impartido clase durante seis años en colegios concertados y públicos, en zonas ricas y castigadas, donde encuentra por igual “profesores heroicos” en un sistema educativo estresado por la propia sociedad de la que es espejo: hay padres ausentes porque trabajan demasiado; hay violencia; hay chicos sin comer o desayunar; hay muchos problemas mentales; y hay una generación ausente por su concentración en las redes y su identidad virtual.

“Lo audiovisual está creando una nueva Edad Media de personas dependientes de satisfacer el placer aquí y ahora, cuando la vida es muy diferente. En la vida hay que saber leer contratos, alquilar pisos, cuidar a tus mayores, criar hijos. Pero el ciberproletariado se viene abajo ante cualquier problema. Son personas que no serán capaces de trabajar porque tienen la concentración secuestrada por las redes”, dice. No es que todos los jóvenes encajen en su mirada crítica, pero sí ve el riesgo de exclusión de una cuarta parte de los alumnos en una tormenta perfecta de precariedad y vida virtual.

Describe Navarra, por ejemplo, una clase de desdoblamiento de 20 alumnos con dificultades en la que, tras preguntar, descubrió que ninguno había desayunado. “Están pálidos y se marean. Hay alumnos que no comen por trastornos alimentarios, otros por desidia de sus familias, otros por pura miseria”. Pero, a falta de profesores de apoyo y de especialistas, las patologías (ha tenido clases con un 30% con algún diagnóstico) concentran la atención de los profesores en las reuniones de evaluación e impiden pensar en los contenidos. Se ha confundido al pedagogo con el terapeuta, asegura. Y en el debate de la inclusión se ha olvidado, dice, que “lo que de verdad falta incluir es la academia”. Navarra narra cómo él o sus compañeros se alegran cuando encuentran algún libro de texto de segunda mano de los noventa y lo compran “como si fuera oro”. “En los libros de Lázaro Carreter hay explicaciones, ahora tenemos retales, flipped classroom [un método participativo que considera inaplicable con exceso de alumnos]. ¡Explica Quevedo con una flipped classroom! Lo que no puede haber es una pedagogía indecente. Tenemos a personas inteligentes, queremos una sociedad inteligente, no la rebajemos. Debemos distinguir el tiempo de la academia del tiempo de fuera, no rebajarlo. Ser alumno es importante. Ser profesor es importante. ¡Expliquemos quién es Quevedo! Quitamos la literatura del currículum y luego nos preguntamos por qué la nación es débil. ¡Es que la nación es eso! Hay que darles la oportunidad de un debate crítico”.

No todo es negativo, por supuesto. Su libro tiene tantos sumideros de problemas como signos de esperanza en experiencias posibles, dice, cuando la autonomía del profesor es respetada: talleres de poesía, microrrelatos, el recreo dedicado a tiempo de lectura como en su instituto actual, en Collbató, donde los alumnos leen y luego cuentan lo que han leído con éxito. “La clave es la autonomía del centro frente al pensamiento único, frente a las teorías panacea. En cuanto Portugal ha dado el 25% de autonomía a los centros, ha mejorado”.

El libro de Navarra recurre a Ortega y Gasset para apelar a un debate necesario antes de todo lo demás: a dónde vamos. “Si sabes a dónde vas, si abrimos un debate sobre el modelo de futuro al que queremos avanzar, después regularás la tecnología, los horarios o lo que sea, pero antes de aumentar o disminuir las horas tienes que pensar qué quieres hacer con ellas”, sostiene. Y el modelo de sociedad que convierte en héroes carismáticos a Pablo Escobar o Jesús Gil en las series; la falta de ejemplaridad de unos políticos “pillos, de ahora no te hablo, de quién la tiene más larga”; la mentalidad Fraga de “turismo y populismo que prosigue en Salou, en Magaluf, en que destrocen Barcelona” no ayuda. “Falta reflexión sobre la sociedad que queremos, por qué no apostamos por un MIT español, por exportar literatura, ingeniería patentada aquí y no exportar ingenieros”.

Pero “el papel de ascensor social de la educación está fracasando y estamos creando bolsas de guetos, de personas sin futuro”. Menciona también el maquillaje de la ignorancia que practican los colegios para mejorar la estadística. E insiste una y otra vez en la incapacidad de fijar la atención, gran carencia de una nueva generación con fotos en las redes, pero sin memoria. “Hemos conocido varios capitalismos y ahora mismo estamos en el capitalismo de la atención, en una economía de plataformas que mercantilizan tu atención. Si estás viendo unos mensajes, alguien gana dinero y si ves otros, lo gana otro alguien. No podemos repensar la educación si no pensamos cómo devolver la atención a las aulas, el regreso del mundo virtual. Ahora no podemos ensimismarnos, como defendía Ortega, porque todo es ruido, la política es gritos, eslóganes, nadie piensa, nadie escribe, todo es tontería y eslogan y eso ha llegado a las aulas: lo simplista, lo binario, el bien y el mal”. Los Steve Jobs o Zuckerberg, recuerda, recibieron educación analógica. Y los gurúes tecnológicos mandan a sus hijos a colegios analógicos. Es por ello por lo que, concluye, “hasta que arreglemos la sociedad, no podremos arreglar el sistema educativo”.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/09/13/actualidad/1568391777_889106.html

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Entrevista a Vernor Muñoz: «En muchos casos la escuela es un espacio discriminatorio»

Entrevista/19 Septiembre 2019/Autor: Tatiana Rojas/Fuente: Semana Educación

Semana Educación habló con Vernor Muñoz, coordinador de Políticas e Incidencia de la Campaña Mundial por la Educación, sobre el papel de la escuela en los procesos de inclusión y equidad. Asegura que el problema de la discriminación se ha simplificado.

En el marco del Foro Internacional de Inclusión y Equidad en Educación. Todas y todos los estudiantes cuentan, organizado por la Unesco, en alianza con el Ministerio de Educación y la Alcaldía de Cali, diferentes expertos nacionales e internacionales intercambiaron experiencias y discutieron las políticas, los retos y los logros de la educación inclusiva y equitativa en el mundo.

Entre los invitados estuvo Vernor Muñozexrelator especial de la ONU sobre el Derecho a la Educación y actual coordinador de Políticas e Incidencia de la Campaña Mundial por la Educación. Él conversó con Semana Educación sobre el papel de la escuela, los estudiantes y los docentes en la construcción de una sociedad libre de prejuicios.

Semana Educación: Usted aseguró que muchos países se han quedado con una definición simplista de lo que significa la inclusión. ¿A qué se refiere? 

Vernor Muñoz: La inclusión está basada en la igualdad, que es la base de la arquitectura de los derechos humanos. Lo que pretende es que todas las personas tengan las mismas oportunidades educativas. Eso significa que todas las personas puedan aprender juntos y juntas. Sin embargo, la tendencia es reduccionista y pensamos que en la educación inclusiva únicamente se piensa en las necesidades de las personas en condición de discapacidad. Pero en realidad, la inclusión es una dimensión global que invita a garantizar, en este caso educación, a las personas y a los grupos que han sido históricamente discriminados.

S.E.: ¿Cómo ve a las escuelas en este proceso de abordar temas como la homofobia, el bullying, la xenofobia? 

 

V.M.: Los sistemas educativos son producto de la modernidad industrial. Fueron pensados para disciplinar, para estandarizar. Y esos modelos educativos los hemos heredado en la actualidad. Tenemos sistemas educativos maquillados y en algunos casos avanzados, pero en lo esencial conservan las estructuras de hace 250 años. Entonces, es muy difícil avanzar en la inclusión, en las condiciones de igualdad y de equidad mediante un sistema educativo que fue pensado para los fines contrarios. Esto es algo así como pretender enseñar a jugar fútbol dentro de un ascensor. Tenemos que pensar cómo transformar el sistema educativo y cómo transformar la escuela, de manera que tenga adaptabilidad suficiente para poder responder a las necesidades de esos grupos que han sido históricamente discriminados.

S.E.: ¿Usted cree que hoy la escuela es un espacio discriminatorio?

V.M.: Sí, en muchos casos son espacios discriminatorios. La escuela puede ser un espacio de cambio social y de liberación, o puede ser todo lo contrario. La escuela debe ser dotada de una intencionalidad política que permita luchar contra la desigualdad y la discriminación y de opresión. Tenemos que luchar por una escuela que enseñe a vivir en libertad.

S.E.: ¿Y esa escuela que tenemos actualmente es producto de las malas prácticas docentes o de la sociedad en general? 

V.M.: Muchas veces lo más fácil es culpar al maestro y a los estudiantes de los fracasos de un sistema que no funciona. También hay una gran injusticia con eso, no podemos exigir a un maestro que atienda la diversidad si no tiene los recursos para hacerlo, sino ha tenido la formación necesaria, sino está bien pagado. De manera tal que las necesidades de los maestros y maestras deben ser atendidas en el marco de una política de inclusión y de igualdad.

S.E.:¿Cómo ve el desarrollo de la educación inclusiva en América Latina?

V.M.: Hay dos fenómenos. Primero, existe una falta de marco normativo y de políticas públicas en materia de inclusión en la educación, que abarque todas las dimensiones en las que las personas históricamente se encuentran. Y segundo, tenemos marcos políticos que si bien existen, no se aplican en la práctica. Es decir, hay un profundo abismo entre la retórica jurídica y la práctica concreta. Esos fenómenos son característicos de la región.

Fuente e imagen: https://www.semana.com/educacion/articulo/en-muchos-casos-la-escuela-es-un-espacio-discriminatorio-vernor-munoz/632166

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