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Viktor Naqill : “No he visto otros movimientos en el continente que utilicen la calle para reivindicar su lengua”

FELIPE MONTALVA / 04 Abril 2016 / El Ciudadano

El Ciudadano entrevistó al académico Victor Naqill acerca de la futura oficialización del mapudungun, anunciada por el intendente regional Andrés Jouannet, en febrero pasado, y reclamada desde hace tiempo por diversas organizaciones mapuche. Las preguntas y respuestas indagan en las claves políticas, históricas y educativas implicadas en este interesante proceso.

Viktor Naqill

Nacido en Agkü (Ancud), Chillwe (Chiloé), en 1967, Viktor Naqill cuenta que si bien no fue un hablante nativo de mapudungun, hoy puede hablarlo y leerlo a nivel básico, que es también uno de sus temas de cabecera. Es así como durante este año comenzará a trabajar en su libro “Mapuzugun, la lengua del País Mapuche: Su historia y su futuro”, donde analiza las causas de la paulatina disminución de la lengua mapuche y plantea algunas estrategias para su revitalización. Por otro lado, está por concluir su Doctorado en Ciencias Políticas en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) con la tesis “De la Raza a la Nación, de la Tierra al País: Comunitarismo y nacionalismo en el movimiento mapuche, 1910-2010”. Viktor Naqill es, además, militante del partido Wallmapuwen.

 

– Antes que todo ¿Cuál sería la manera correcta de escribir el nombre de la lengua: Mapudungun o mapuzungun?

“Ambas son correctas dependiendo de la forma de escritura. Mapudungun con “d” es la forma que utiliza el alfabeto Unificado. Mapuzungun, por su parte, incorpora la “z” del alfabeto Ragilew, pero conserva la “ng” del Unificado, que en el Alfabeto Ragilew se representa solo con «g» y que corresponde al sonido nasal-velar /ŋ/característico del mapuzugun. Estos usos que provocan confusión y duda a quienes comienzan a acercarse a la lengua, es lo que tiene que resolverse a través de la estandarización, con una forma de escritura”.

– Ud. señala en su columna “Lengua y Emancipación Nacional”, publicada en  Mapuexpress, en febrero pasado  que el mapuzungun vive una “situación crítica” ¿Por qué?

“Desde el punto de vista cuantitativo todas las investigaciones y encuestas muestran, con algunas variaciones, que el mapuzugun es una lengua en retroceso. Una encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), de 2006, estableció que solo el 24% de la población mapuche habla la lengua. Los datos de la Casen del mismo año, indican 22,8%. Todos estos datos deben ser tomados con mucha cautela. Lo que nadie tiene duda es que el mapuzugun es hoy una lengua en peligro de desaparición.

Desde el punto de vista cualitativo hay una situación de diglosia entre el mapuzugun y el castellano, derivada de la subordinación política que vivimos como pueblo. Mientras el castellano es la lengua de la escuela, de la administración y de los medios de comunicación, el mapuzugun es usado en estos espacios en niveles mínimos o no existe. Si encendemos la radio y la televisión en Wallmapu, nos encontraremos con castellano y no mapuzugun. Si el mapuzugun fuera una lengua vigorosa, estaría en la misma situación del castellano y no es así.

Es cierto que el mapuzugun despierta hoy un gran interés, sobre todo entre la gente joven de nuestro pueblo y también entre chilenos. Esto tiene una gran importancia pero hay que diferenciar entre el valor simbólico de la lengua y el valor de uso. El interés refleja el valor simbólico que ejerce el mapuzugun para las nuevas generaciones y es un pilar importante para el proceso de recuperación o aprendizaje de cualquier lengua. Sin motivación esto sería imposible. De hecho las experiencias de movilización política por la lengua muestran una constante: son los sectores desposeídos del idioma los que impulsan con mayor fuerza el proceso. Son los sectores más motivados justamente por querer adquirir también la lengua propia de su pueblo y país. El éxito de convocatoria que han tenido los Internados Lingüísticos organizados por la FEMAE y la Inarumen Mapuzugun Wallmapu mew (Academia Nacional de la Lengua Mapuche) se fundan en esa motivación. Que la adquisición del idioma sea efectiva depende de las estrategias de enseñanza, y que su uso sea real dependerá de la voluntad y de los estímulos del ambiente. Todo esto está en construcción, el movimiento seguirá creciendo”.

-¿Considera que la lucha por la defensa y revitalización de la lengua ha llevado a la Intendencia a la futura declaración de oficialización del mapudungun? ¿Es decir, se trata de una demanda “desde abajo”, por parte de organizaciones, comunidades y personas individuales que es recogido por el Estado en un contexto determinado?

“Efectivamente, en este caso ha sido así. La oficialización está en la agenda porque nuestro pueblo ha llevado la reivindicación a la calle. Esto no es banal, no es una acción más. Durante décadas ha existido interés en que el mapuzugun mejore su estatus en el Wallmapu y sobre todo se incorpore en la educación. Para ello el repertorio de acción eran seminarios y talleres, orientados a grupos reducidos, por lo general académicos y profesores. Pero ahora la gente ha salido a marchar por la lengua y cada vez lo hace en mayor número. Ello expresa un alto grado de conciencia lingüística. Se asume que el mapuzugun es una cuestión vital. Hasta aquí no he visto otros movimientos en el continente que utilicen la calle para reivindicar su lengua”.

– El intendente Andrés Jouannet señaló que la oficialización se llevaría a efecto siguiendo una reglamentación de acuerdo al Convenio 169.  ¿Qué significaría esto, a su juicio?

“El intendente ha partido con una definición importante: está de acuerdo con la oficialización. Debe entonces actuar en consecuencia. Me parece bien que postule la necesidad de la consulta por exigirlo el Convenio 169. A las autoridades chilenas se les olvida, sin embargo, consultar al pueblo mapuche cuando imponen los megaproyectos en Wallmapu. En algunos casos también el gobierno se desentiende de la consulta o bien se hacen consultas amañadas. En este caso cualquier proceso sin la participación desde el inicio de los actores que han impulsado la demanda de la oficialización carecerá de legitimidad.

Dicho esto, la consulta no debe girar en torno a si la lengua debe ser oficializada o no. La situación crítica del mapuzugun no admite esta disyuntiva. La oficialización debe producirse. Sería iluso pretender revitalizar el mapuzugun sin un marco permanente de protección legal. Todo quedaría a manos de la voluntad de las autoridades de turno, que en ciertas circunstancias podrían utilizar el mapuzugun de acuerdo a sus intereses políticos. El mapuzugun jamás debe quedar condicionado a la contingencia. El mapuzugun está por sobre todos nosotros.

En mi opinión la consulta debe enfocarse a establecer las bases de la planificación lingüística en Wallmapu. Junto a la oficialización hay que implementar un plan de acción a varios años plazo. Doy solo un ejemplo para comprender la extensión de nuestras acciones: Para enseñar mapuzugun en las escuelas requerimos profesores de mapuzugun. Para formar estos profesores necesitamos una carrera de Pedagogía en Mapuzugun, que actualmente no existe. Siendo optimistas, los primeros profesores no los tendríamos antes de 10 años o más, dependiendo de lo que hagamos ahora. Primero tenemos que hacer el lobby para crear la carrera. De lograrlo necesitamos unos dos años o más para organizar la carrera (hablantes de mapuzugun formados en postgrados en el extranjero). Tratándose de una carrera de cinco años, podríamos contar con una primera promoción de profesores en 2026. Luego hay que imaginarse el número de profesores en proporción al número de escuelas en las que se impartirá la asignatura. Y aquí estoy tocando solo una pequeña parte de toda la planificación que es la enseñanza de la lengua en las escuelas”.

– Pensando en los límites históricos, por lo menos del Ngulumapu, ¿Qué le parecería una posible extensión de la oficialización a otras regiones (Bío Bío, Los Ríos, Los Lagos) o incluso las comunas de Santiago con gran presencia mapuche?

“En primer lugar quisiera recordar que existen dos pronunciamientos favorables desde Contraloría respecto a la oficialización del mapuzugun. Uno por solicitud de la comuna de Galvarino, que da pie para que otras comunas puedan oficializar igualmente nuestra lengua. Y otro derivado de la demanda de oficialización en la Región de la Araucanía. Existe por lo tanto piso jurídico para otras oficializaciones.

Sin embargo, creo que es importante tener en cuenta ciertos criterios en torno a la oficialización, la que debe ajustarse a la realidad lingüística y a la demanda. Tiene que entenderse, además, qué significa, en la práctica, la oficialidad de una lengua. El valor jurídico que adquiere la lengua implica el deber y el de derecho de que esta sea utilizada en todos los ámbitos sociales y administrativos. Esto no es algo abstracto, es concreto. Se requiere funcionarios bilingües, traductores, profesores de la lengua, etc. Entonces ¿Es razonable la oficialización fuera del territorio histórico mapuche?

Creo que a veces la gente se entusiasma en pedir oficialización en todo Chile porque no conoce sus implicancias. Por otro lado, no hay ningún motivo válido para ello: ni histórico, ni lingüístico ni tampoco de presencia mapuche. El mapuzugun es la lengua del pueblo mapuche y del Wallmapu, no aspiramos en ningún caso a que se convierta en la lengua del Estado chileno ni de todos los chilenos. Aunque suene mal, la oficialización del mapuzugun a nivel de todo Chile sería «desparramar el trigo», para contentar simbólicamente a más gente pero sin ninguna realidad concreta, quitándole eficacia (y recursos) a la revitalización allí donde realmente se puede hacer. Prefiero un millón de personas sabiendo mapuzugun en el Wallmapu, que 17.000.000 en Chile solo valorándolo. La valoración de nuestra lengua en la sociedad es importante pero lo fundamental es que nuestra lengua se use efectivamente.

El primer criterio para la oficialización del mapuzugun, es su territorialidad. Esta no es una reivindicación para todo el territorio de Chile sino para el Wallmapu, es decir el territorio que mantuvo su independencia hasta la invasión chilena, de la segunda mitad del siglo XIX. Es aquí donde deben impulsarse las medidas más decididas respecto al mapuzugun. Si hoy está planteada la oficialización para la Región de La Araucanía no es por casualidad sino porque esta región abarca la mayor parte del Wallmapu y es donde el mapuzugun se habla habitualmente.

En el caso de la Región del Biobío, no tiene sentido una oficialización regional. En rigor la oficialización podría plantearse en la provincia de Arauco y para las comunas de Alto Biobío, Külako, Mulchen, Negrete y Nacimiento en la provincia de Biobío. En cuanto a la Región de Los Ríos, algunas comunas estarían concernidas, entre ellas Mariküga, Pagipülli y Lanko, pero no necesariamente toda la región.

Es en este espacio territorial, como una totalidad, que puede y debe desarrollarse el mapuzugun. Más allá, en el Wallmapu en un sentido amplio, allí donde hay tierras mapuche, es decir el Willimapu y Chillwe, la oficialización sería posible en ciertas comunas, como por ejemplo San Juan de la Costa pero con todas las limitaciones objetivas de un espacio territorial aislado y restringido desde el punto de vista lingüístico. En cuanto a la diáspora, vemos difícil que alguna comuna oficialice, realmente y no solo simbólicamente, el mapuzugun. No está claro cuál podría ser la eficacia de una tal medida, al menos en lo que concierne la revitalización de la lengua, en tales condiciones de aislamiento y reducido ámbito territorial”.

Profesores para producir hablantes

– Ya existe un sistema de Educación Intercultural Bilingüe a escala regional (EIB). Además, hasta 2012, se estaba realizando una consulta a nivel regional para extender la EIB, de carácter obligatorio, a todas las escuelas básicas. ¿Qué mirada tiene sobre este sistema?

“En primer lugar, me parece muy importante que hoy se imparta la asignatura de lengua mapuche en las escuelas, puesto que rompe con décadas de exclusión. Sin embargo, debemos estar conscientes que entre la etiqueta “bilingüe” de este sistema y lo que se ofrece no hay relación. Para que un sistema sea cualificado de bilingüe, el castellano y el mapuzugun deben ser utilizadas como lenguas de enseñanza y de modo equilibrado. No es el caso del mapuzugun. En cuanto a los objetivos lingüísticos, lo que los estudiantes aprenden son palabras o frases de uso habitual. No conozco evaluaciones que permitan indicar cuál es nivel de mapuzugun que los niños y jóvenes aprenden, dudo que su competencia sea bilingüe en estricto sentido.

Si bien se comprende que lo que se ha hecho hasta el momento es para enfrentar una urgencia ante el proceso de pérdida de las lenguas indígenas, desde el punto de vista de la enseñanza de lenguas no todo lo que se hace lleva a la adquisición de un idioma. Por ello, se requiere fijar los objetivos lingüísticos y a partir de allí diseñar las estrategias y aplicar los métodos en coherencia. Si nuestro objetivo es efectivamente el bilingüismo entonces el sistema debe experimentar cambios profundos. Para ello se requieren capacidades técnicas y políticas que lo rediseñen. Según algunos informes que he podido leer desde el mismo Programa de EIB del Ministerio de Educación están conscientes de la falta de profesores idóneos y material didáctico adecuado. La EIB puede contribuir a una mayor valoración de la lengua pero no está en condiciones de «producir» hablantes completos, es decir que además de hablar y comprender, escriban y lean en mapuzugun. Por ello se requieren profesores de mapuzugun, como ocurre con la enseñanza de cualquier otra lengua”.

– Ud. señala que un objetivo a lograr es que, en un futuro sistema educacional regional, el mapuzungun sea lengua de enseñanza ¿Cuál es el valor de esto?

“En la actualidad el mapuzugun es solo una asignatura, una lengua que se enseña, además, como he descrito, de modo insuficiente. Que sea lengua de enseñanza significa que todas las materias sean vehiculizadas por medio del mapuzugun, la biología, la matemática, la historia etc. Ello implica que los profesores o docentes de las asignaturas tendrán que saber mapuzugun. Implica, además, la creación de palabras para cada una de las asignaturas. Esto te muestra que la planificación lingüística es integral. La lengua no vivirá en compartimentos, ocupando solo algunos espacios, sino que desarrollándose en todo el sistema social del Wallmapu”.

– Es sabida la presencia de 3 formas escritas de mapuzugun, Alfabetos Unificado, Raguileo y Azümchefe.  Ud. señala como necesaria la estandarización de la lengua y la concordancia en una (1) forma de escritura ¿Por qué?

“No se trata solo de tres alfabetos, lamentablemente. A mediados de los 90, cuando se hizo un intento por la estandarización desde el propio movimiento mapuche, existían con más o menos peso, seis alfabetos. Finalmente, un congreso realizado en 1996 adoptó el azümchefe, que es el que hoy utiliza Conadi y que el Ministerio de Educación adoptó como «oficial» para todos sus efectos. La decisión no generó consenso y seguimos en un mismo escenario de dispersión. Existe además un alfabeto que se utiliza en la carrera de Pedagogía Básica intercultural en Contexto Mapuche de la Universidad Católica de Temuko.

En todas las experiencias de pleno desarrollo lingüístico la estandarización de la lengua es un paso fundamental. Los albaneses, a principios del siglo XX, tenían también varios tipos de escritura, con el agravante que se basaban unas en el cirílico, otras en el árabe y otras en el latino. En 1908, en un congreso realizado en Monastir, se adoptó una escritura en base al alfabeto latino y a partir de ahí la lengua alcanzó un gran desarrollo.

La estandarización es imprescindible si queremos que la planificación lingüística cumpla sus objetivos. Basta imaginarse a estudiantes de distintas escuelas estudiando con escrituras distintas. Los documentos oficiales publicados con dos o tres formas de escritura. Sería una confusión permanente. Solo para ilustrar a los lectores. En el alfabeto Ragilew «llamar» se escribe mvxvmvn, en Unificado mütrümün, y en el «alfabeto Conadi» mütxümün. En Ragilew, «mar» o «lago» se escribe bafkeh; en unificado lafken y en el Conadi, Lhafkenh. Imaginemos lo que sería estar confrontado diariamente a textos completos con dos o más formas de escrituras.

Si bien se habla de divergencia de propuestas, desde el punto de vista de la representación de los sonidos estas se reducen a nueve de los 26 sonidos en mapuzugun. Una buena metodología podría ser sentarnos a consensuar en torno a los 9 grafemas del disenso y no contraponer los alfabetos. Creo que lo que ha retardado el proceso es una sobreideologización del tema, una falta de consciencia de la importancia de la estandarización. Confío en que los hechos imponga la necesidad. No sacamos mucho de debatir sobre la forma de escritura si el mapuzugun escrito es mínimo. Tras la voluntad de escribir de modo masivo y constante surgirá la necesidad imperiosa de la estandarización. Creo que la búsqueda de un consenso por parte de los actores embarcados en el proceso de movilización por el mapuzugun contribuiría enormemente”.

Reconstruir una historia

– En la columna que le aludía, en Mapuexpress, Ud. indica que el mapuzugun se usó como lengua franca en una amplia zona de este continente. ¿Existen datos históricos de aquello?

“El carácter de lengua franca del mapuzugun es uno de los temas del libro que estoy preparando que lleva como título “Mapuzugun, la lengua del País Mapuche: Su historia y su futuro”. Parte de las fuentes que utilizo son lo que yo denomino «microdatos sociolingüísticos», que se refieren a pequeñas descripciones sobre el uso de la lengua, dichas casi al pasar. Hay muchas que evidencian el carácter de lengua franca de la lengua mapuche. Por ejemplo, Alonso de Ovalle refiriéndose a los Huarpes señala a mediados del siglo XVII que él jamás vio un “indio de Chile” que hable la lengua de Cuyo pero sí vio muchos de Cuyo que tienen muy familiar la “lengua de Chile”, expresión que se utilizaba en la época para referirse al mapuzugun. En la misma época Diego de Rosales narra un parlamento realizado el año 1654 en la cordillera, donde el jefe puelche Malopara se dirigió en dos lenguas, primero en la lengua de Chile, respondiéndole a él mismo y a un logko que lo acompañaba de nombre Catinaguel (Katrünawel), y luego en lengua puelche para que entiendan los suyos que no sabían la lengua mapuche.

En otras regiones la lengua franca fue el kechwa o el guaraní. Hoy la lengua franca entre pueblos indígenas es el castellano, el portugués o el inglés. Esa es la magnitud del cambio”.

La expansión mapuche en las pampas llevó al mapuzugun hasta las costas del Atlántico. El jesuita de origen británico Thomas Falkner residió en la misión de Nuestra Señora del Pilar de Puelches (en la periferia de la actual Mar del Plata) durante la breve existencia de la misma, de 1746 a 1751. En la región se encuentran poblaciones pampas, puelche, tewelche y mapuche: «Son diferentes las lenguas de estos indios. Yo solamente aprendí la de los moluches, por ser la más cultivada y la más universal…», escribe más tarde el jesuita. Quien, además, compone una descripción de la lengua mapuche titulada «Razón del idioma de los moradores de éste», que incluye en su libro A Description of Patagonia and the adjoining parts of South America (1774). El intendente de la Provincia de Concepción, Luis de la Cruz, viajó en 1806 desde el fuerte de Ballenar, que controlaba en paso de Antüko, hasta el fuerte de Melíncue, en la provincia de Santa Fe. En todo el trayecto, que cruza territorios pewenche y ragkülche, solo oyó hablar mapuzugun. Incluso anotó una estrofa, muy poética, de una canción en mapuzugun.

En Chillwe, los primeros jesuitas a principios del siglo XVII contactaron con un jefe chono, ya cristiano, que por su constante comercio con los williche de Chillwe manejaba la «lengua general del Reino», otra expresión para referirse al mapuzugun. En la isla, la población española enclavada allí fue asimilada a la lengua mapuche. Un informe del gobernador Antonio Narciso de Santamaría de 1756 da una descripción, aunque corta, muy ilustrativa sobre los españoles de la isla, señalando que usan dos lenguas, la castellana, muy mal hablada, y la “veliche”, refiriéndose a la variante williche, muy bien. Esta todos la practicaban más que el castellano, tanto los nobles como la gente común. La lengua mapuche se extendió también por los toldos tewelche. A fines del siglo XIX Hans Steffen, explorador de la Patagonia occidental por encargo del gobierno chileno, se encontró con una partida del jefe Juan Shaemata que estaba regresando a sus toldos, situados en el valle del río Genoa (actual provincia de Chubut). Allí Steffen describe la alocución que el jefe dirige a su gente en «araucano”.

En otras regiones la lengua franca fue el kechwa o el guaraní. Hoy la lengua franca entre pueblos indígenas es el castellano, el portugués o el inglés. Esa es la magnitud del cambio”.

– En tiempos pasados ¿ha habido demandas desde organizaciones mapuche en pos de oficializar la lengua o por lo menos reivindicarla frente al Estado chileno y argentino?

“La lengua mapuche ha tenido un lugar importante en las reivindicaciones desde los orígenes mismos del movimiento en 1910. La política mapuche en gran parte se hacía en mapuzugun. Entre las exigencias de las organizaciones se destacaba la petición de que existan “profesores de la raza” que hablando la lengua ayudaran a los estudiantes mapuche a adquirir el castellano, utilizando el mapuzugun en los primeros años de enseñanza. En esta línea se planteó la Federación Araucana, de Manuel Aburto Pagilef, en las década del veinte. En 1938 el Consejo General de Caciques de la Fütawillimapu planteó en su memorial presentado al presidente de la República Arturo Alessandri que se estudie el ”idioma indio mapuche” y que se elaboren textos que puedan ser distribuidos gratuitamente en los colegios. Una Comisión de la enseñanza indígena, dirigida por José Inalaf en el Congreso de los Profesores Radicales, en 1939, plantea que la enseñanza de los niños en los primeros años sea impartida tanto en “araucano” como en español de acuerdo a un programa especial. Un año después, Venancio Koñwepag y Cesar Kolima, durante su participación en el Primer Congreso Indigenista realizado en Patzcuaro, México, suscriben un documento en que plantean, en lo referente a educación, que en los primeros años se use el idioma mapuche, que luego se desplazará cuando los alumnos ya puedan hacer uso provechoso del “idioma nacional”. Se trata de una perspectiva más integracionista, dominante en la época.

Rosendo Huenuman, militante comunista, y que fue electo diputado en 1973, reivindicaba en el XIV Congreso del partido, en 1969, la construcción de escuelas en las reducciones en las que se respeten y se cultiven las tradiciones, costumbres y la lengua de la “raza mapuche”. Durante la dictadura, surgió al alero de Ad Mapu el Taller Cultural, grupo de teatro cuyas obras eran principalmente en mapuzugun. Esta iniciativa no ha tenido símil en el movimiento mapuche. Igualmente desde las organizaciones de la época surgieron las primeras exigencias de Educación Intercultural Bilingüe, adhiriéndose a las corrientes educativas en la región respecto de los pueblos indígenas.

En los inicios de la transición se planteó el tema de la oficialización. El Centro de Estudio y Documentación Mapuche Liwen mediante el documento «Cuestión mapuche, descentralización del Estado y autonomía regional», consignaba en 1990, la oficialidad del mapuzugun en una futura región mapuche autónoma constituida por la región de la Araucanía más algunas zonas adyacentes. La organización Awkiñ Wallmapu Ngülam (Consejo de Todas Las Tierras), en su «Proyecto de Ley de nuestras autoridades originarias», de 1991, plantea por su parte el reconocimiento del mapuzugun como un idioma oficial del territorio mapuche; y en las resoluciones del Congreso de Pueblos Indígenas en Temuko, realizado el mismo año, se resuelve que los idiomas indígenas sean oficiales en los territorios de desarrollo indígena. Más allá del contenido específico de estas propuestas, lo relevante es que el tema de la oficialización no es nuevo. Lo significativo de los últimos años es que esta reivindicación se hace en la calle, y en el marco de una lucha de emancipación nacional.

Frente a la modernidad

– ¿Qué relevancia que le da al hecho de la creación de nuevas palabras desde el mapuzugun para denominar nuevos hechos, objetos, asociados a la modernidad?

“Primero, quiero precisar que una lengua muestra signos de revitalización cuando se dota de nuevos hablantes, es decir, no solo ha frenado el proceso de pérdida sino que comienza la suma positiva. Pero, además, una lengua se revitaliza porque comienza a ocupar todos los espacios y no está restringida solo a algunos, que en condiciones de debilitamiento suelen ser la familia y los espacios comunitarios. Para que el mapuzugun esté en todo los espacios se requiere que pueda significar todas las ideas y objetos que hasta ahora no lo han sido en mapuzugun. Por ello la creación de nuevas palabras es crucial para la revitalización, sin ellas no es posible. No se puede funcionar plenamente en el siglo XXI con un mapuzugun del siglo XIX. La revitalización será sobre todo creación y no reproducción de lo que ya está. Los nuevos hablantes lo serán en el siglo XXI, personas que nacen y conviven con la televisión, los computadores, móviles, internet, se informan sobre exploraciones espaciales, futbol, colusiones financieras, etc. ¿Cómo podemos nombrar y comunicar todo esto que por ahora no está en el mapuzugun? De paso, debo decir que hasta unas décadas o años atrás tampoco estaban en el castellano.

La creación de nuevas palabras debe ser impulsada por la Academia de la Lengua Mapuche. Obviamente nadie está vetado para proponer nuevas palabras y probablemente sea así. En otros casos, como en el renacimiento del hebreo, muchas de las nuevas palabras fueron creadas en círculos pequeños, como por ejemplo en un comité editorial de un periódico y no por una estructura central. Pero sería importante que la Academia de la Lengua Mapuche pudiera centralizar lo que se vaya creando.

No hay nada desde el punto de vista lingüístico que nos impida comunicar todo esto desde el mapuzugun pero hay que hacer el esfuerzo de construir estas palabras. El proceso en todo caso no es antojadizo. Para la renovación lexical se deben usar criterios básicos. A modo de ilustración indico algunos. En primer lugar utilizar los propios mecanismos del mapuzugun para formar palabras. Por ejemplo, el uso del sufijo –fe que indica la función de una persona o el hábito. Andreu Febrès trae en su vocabulario de 1764 la palabra akulchillkafe “cartero”. A la acción akulchillka, “hacer llegar carta”, se le agrega -fe, que en este caso es la persona que ejerce la acción habitual, literalmente “el que hace llegar las cartas”. Si bien es un término probablemente más usado por los españoles coloniales que los mapuche de la época, no quita que en principio está correctamente formado que es el punto aquí. Otros criterios son el cambio semántico y la adaptación fonológica. Por ejemplo, cuando los españoles trajeron el arcabuz los mapuche antiguos le denominaron tralka, “trueno”, por el estampido que provocaba su percusión. Esto corresponde a un cambio semántico. Luego se incorporó el tralka karita para referirse a los cañones, ya que estos eran trasladados con ruedas que asemejaban a las carretas que el mapuche denominó karita, en una adaptación fonológica.

Traigo a colación ejemplos “antiguos” cuando la lengua tenía una gran vitalidad, puesto que un signo de debilitamiento de una lengua está en la perdida de la capacidad de los hablantes para crear nuevas palabras. El mapuzugun ha perdido esa capacidad y debemos recuperarla. El mapuzugun está atrofiado y debemos hacer que recupere su capacidad de adaptación a lo nuevo. Además, nada lo impide.

La creación de nuevas palabras debe ser impulsada por la Academia de la Lengua Mapuche. Obviamente nadie está vetado para proponer nuevas palabras y probablemente sea así. En otros casos, como en el renacimiento del hebreo, muchas de las nuevas palabras fueron creadas en círculos pequeños, como por ejemplo en un comité editorial de un periódico y no por una estructura central. Pero sería importante que la Academia de la Lengua Mapuche pudiera centralizar lo que se vaya creando. En particular que constituya un banco terminológico. Aquí es importante contar con lingüistas hablantes de mapuzugun que puedan “intelectualizar” la lengua. Sería deseable que, además, sea un proceso participativo, que se acuda a los hablantes mapuche. Sería la oportunidad de dotar de un espacio a las personas mayores que hablan un “mejor” mapuzugun y tiene menos interferencias castellanas. Con ellos se podría hacer un trabajo técnico y social de enorme importancia”.

– Advierto también una defensa que Ud. realiza de la escritura del mapuzugun frente a tentaciones de mantenerla oral, quizás más inmanejable pero reducida, quizás hasta ghettizada y proclive a su desaparición. ¿Es así?

“Lo que ocurre es que se ha construido una falsa contradicción, afortunadamente en retiro, entre lengua escrita y lengua hablada. La “esencia oral” del mapuzugun es un discurso ideológico que parece que enaltece a la lengua pero en realidad la liquida. En este caso hay que tener una mirada más histórica. El mapuzugun se mantuvo en la oralidad simplemente porque la gente antiguamente no requirió de la escritura para vivir ni para que funcione el sistema social. A medida que se iba instalando el Estado colonial español o después el Estado chileno en el Wallmapu, el mapuzugun fue siendo excluido del proceso de modernización. La enseñanza, la administración y las comunicaciones fueron en lengua castellana. Esta exclusión de la modernidad la han vivido miles de lenguas en el mundo, y todas están en mayor o menor grado en riesgo de desaparecer.

Hoy requerimos enganchar al mapuzugun a la modernidad, y la escritura es fundamental. Probablemente la comunicación oral tiene mayor recurrencia que la escrita pero no cabe duda que, en el mundo moderno, la escritura tiene un papel de suma importancia. Yo razono de manera muy simple: donde no esté el mapuzugun estará el castellano. Las web mapuche muestran esta evidencia. Somos nosotros los que más promovemos el castellano escrito. Ahora, hacer pasar las web mapuche del castellano al mapuzugun requiere obviamente equipos de personas que hablen y escriban en mapuzugun. Pero sobre todo la decisión. Debemos promover que las organizaciones tengan su propia planificación lingüística interna.

Por lo demás todas las lenguas fuertes son escritas. Sabemos que su fuerza obedece a razones no lingüísticas sino políticas y económicas, pero no podemos obviar el papel que juegan las lenguas en los procesos de expansión de la influencia de algunos países. Interesante en este sentido sería evaluar la expansión de la enseñanza del chino en las últimas décadas.

También las lenguas que han vivido procesos de revitalización exitosos como el hebreo, el euskera o el galés, han tenido que pasar por su escritura. No puede ser que los mapuche seamos el único pueblo del mundo que hemos descubierto que manteniendo la oralidad del mapuzugun, este sobrevivirá. Por lo demás la realidad muestra lo contrario”.

El largo combate

– ¿La oficialización del mapuzugun puede quedar como un gesto bajo la mirada multicultural o intercultural, cooptable por el neoliberalismo y no una herramienta en pos de la autodeterminación?

“Ese es un riesgo latente. Solo la movilización del pueblo mapuche puede garantizar que la oficialización no sea simbólica. Se debe exigir la adopción de un plan construido por todos los actores mapuche que hoy luchan por la oficialización. Deben existir los recursos necesarios para implementar un verdadero proceso de revitalización. Se requiere la creación de las estructuras técnicas y políticas que permitan el diseño de una planificación efectiva. Sin estas condiciones la oficialización será un nuevo hito en la lucha mapuche, pero no le servirá al mapuzugun.

La oficialización además de ser solo simbólica, puede ser utilizada por el Estado para «compensar» otras reivindicaciones, por ejemplo la restitución de tierras. Hay sectores que visualizan esto. En un editorial de La Tercera del 25 de febrero se plantea esta tesis. Allí se sostiene que la oficialización del mapuzugun puede ayudar a descomprimir otras reivindicaciones como la demanda de tierras. También La Tercera aprovecha el carácter festivo de la última movilización por la lengua en Temuko para tratar de provocar fisuras en el movimiento, sosteniendo que esta se aleja de las estrategias violentas. Se trata de una cuña no tan solapada entre «buenos» y «malos». Pero se equivocan, la lengua y la tierra, independiente de que estrategias de acción se utilice, son dos reivindicaciones nacionales mapuche, con las cuales está comprometido todo el pueblo mapuche”.

– ¿Colabora esta oficialización (desde el Estado chileno) a un proyecto societal mapuche, desde sus bases?

“Eso dependerá del “uso” que le demos a esta herramienta que será la oficialización. Esta medida constituirá un marco legal importante para exigir los derechos lingüísticos, pero por sí sola no impulsa la revitalización. Además, la voluntad del Estado será siempre limitada. Habrá que estar alerta y exigir al Estado a que cumpla sus compromisos y el marco jurídico que se establecerá. La oficialización ahora es un objetivo, pero en realidad es un medio para la revitalización. El combate por la lengua es a largo plazo y no tiene fin.

Lo importante es que nosotros construyamos nuestro plan estratégico y sobre todo definamos el escenario sociolingüístico al que aspiramos. Por ejemplo, es muy distinto decir “el mapuzugun para el pueblo mapuche”, que decir “el mapuzugun para el Wallmapu”. En el primer caso se considera que la lengua solo debe ser para la población mapuche; en el segundo el mapuzugun es para todos en el País Mapuche, mapuche y chilenos. El movimiento por la oficialización tiene esta línea y a mí me parece la más acertada, tanto por un razonamiento de principios como de interés del propio mapuzugun. Por principio, porque ningún ciudadano debe ser privado de acceder a la lengua del país en que vive; el mapuzugun es la lengua propia del País Mapuche y todos tenemos el derecho de acceder a ella. Desde el propio interés del mapuzugun, pues si solo una parte de la población maneja el mapuzugun, la lengua de cohesión social será el castellano”.

– ¿Qué rol le cabría al mapuzungun en un futuro autogobierno mapuche en una región autónoma mapuche dentro del Estado chileno?

“El mapuzugun tiene un rol central. La lengua le da el un carácter propio al País Mapuche. Todo movimiento nacional crea su propia definición de nación, determina que elementos la componen pero la base son el territorio y la lengua los que dotan a un pueblo de su carácter de nación. En nuestro caso, estos dos elementos han ido ganando un rol cada vez más central  en el movimiento mapuche y son los que deben consolidarse en un futuro Wallmapu autónomo. El estatus de la lengua será, en parte, la medida de la capacidad de ese autogobierno. Si las instituciones políticas de un futuro Wallmapu autónomo no son capaces de defender y desarrollar el mapuzugun ¿quién lo hará? Si bien he dicho que la revitalización depende de nuestra propia movilización, no es menos cierto que en torno a la lengua se toman decisiones políticas y estas estarán fundamentalmente en manos de las instituciones del futuro autogobierno. Pero si bien la revitalización lingüística depende también del ejercicio del poder político, un poder propio no garantiza en sí la revitalización. El caso irlandés es ilustrativo en este sentido. Tras la independencia de Irlanda en 1922 el gaélico fue declarado oficial. Sin embargo, pese a todos los esfuerzos, en casi cien años de vida independiente, sólo un 40% de la población de la República de Irlanda tiene algún grado de competencia en gaélico y el inglés sigue siendo la lengua predominante”.

– Entiendo que Ud. relaciona el caso lingüístico mapuche al de Euskal Herria y Kurdistán, donde nacionalismo y lucha por la lengua han ido permanentemente de la mano. ¿Es lo que existe hoy en el Estado español, en las comunidades autónomas (Catalunya, Galiza, Comunitat Valenciana, por ejemplo) un modelo a seguir en términos de implementación de una lengua co-oficial?

“Desde el punto de vista político nuestras referencias deben ser los movimientos nacionales, aquellos movimientos que ligan la lengua a la reivindicación de autogobierno o la creación de un Estado propio. El caso kurdo es un buen ejemplo. En el Kurdistán sirio las fuerzas armadas y políticas kurdas controlan el territorio, y una de las cuestiones principales ha sido la creación en Efrîn, la capital de la región, de un instituto de maestros de lengua kurda. La lengua kurda había estado excluida de las escuelas donde solo se enseñaba árabe. Incluso en algunas universidades se enseñaba hebreo, la lengua del “enemigo” pero no se admitía el kurdo, la lengua de 2,5 millones de personas en esta región. Para el movimiento nacional kurdo la lengua tiene un lugar predominante.

Como “modelo” de enseñanza futuro a seguir, con cautela tomaría el caso vasco. En Catalunya y Galiza las lenguas propias muestran un mayor vigor social y son cercanas al castellano, la lengua dominante, lo que facilita el paso al catalán o al gallego. No es lo mismo en Eukal Herria, donde el euskera es menos hablado y su aprendizaje a partir del castellano mucho más difícil. Si bien la revitalización de la lengua ha sido exitosa, las amenazas siguen latentes. Cuando se instaura la autonomía en 1979, solo el 15% de la población hablaba euskera, hoy lo hace un 30%. Esto es significativo pero tenemos que un 70% no lo habla o lo hace de manera parcial. Estos porcentajes evidencian la magnitud de la labor que representa la revitalización de una lengua. Agreguemos que en el caso vasco existe una formación estatal autónoma, proclive a la defensa del euskera y por lo tanto a invertir los recursos necesarios para ese objetivo. Nosotros carecemos de esa institucionalidad y de esos recursos.

Considerando todo esto, y dado que el euskera ha vivido un proceso de minorización extremo similar al del mapuzugun, me parece que el sistema educativo de Euskadi, donde existen tres modelos, entre los cuales los padres optan para escolarizar a sus hijos, podría ser interesante a explorar. El modelo A tiene como lengua vehicular el castellano con una asignatura de lengua y literatura vasca. El modelo B distribuye el uso del euskera y el castellano entre las asignaturas. Y en el modelo C, el idioma de enseñanza es el euskera y el castellano como asignatura. Las evaluaciones al sistema muestran claramente que el modelo que garantiza efectivamente la adquisición del euskera es el modelo C, y el castellano que se alcanza en grados suficientes se ve fortalecido por el medio social, que sigue siendo en gran medida castellano.

Como hemos referido más arriba, las realidades lingüísticas del Wallmapu son diversas y por ello pensar en diferentes modelos de enseñanza del mapuzugun puede ser pertinente. En la comuna del Alto Biobío, el 77% de los seis mil habitantes es mapuche pewenche. La lengua muestra todavía una fuerte vitalidad, y un número de niños inician la escuela con el mapuzugun como lengua materna. Esto no ocurre en otras comunas, también con alto porcentaje de población pero cuya realidad lingüística es opuesta. Por ejemplo San juan de la Costa, en la Región de Los Lagos, comuna de unos siete mil habitantes, de los cuales un 75% es mapuche williche pero donde la lengua es hablada solo por un pequeño número de adultos mayores”.

Fuente: http://www.elciudadano.cl/2016/04/01/270836/no-he-visto-otros-movimientos-en-el-continente-que-utilicen-la-calle-para-reivindicar-su-lengua/

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Cecilia Pérez «Me decían que las ingenierías eran para hombres»

27 de marzo de 2016/ Por Israel Pérez Santiago de Querétaro, Querétaro. (Agencia Informativa Conacyt).-

Cecilia Pérez Zárate es una estudiante de la carrera de nanotecnología en la Universidad Tecnológica de Querétaro (Uteq). Su interés por investigar e innovar le ha representado superar numerosos retos tanto en lo académico como en lo familiar y social, en especial por los estigmas todavía existentes en México que llegan a limitar la integración de las mujeres en el desarrollo de ciencia y tecnología.

En el marco del Mes de la Mujer, Pérez Zárate compartió sus experiencias a la Agencia Informativa Conacyt, y expuso su inquietud por generar un cambio de paradigma que permita a las mujeres una mayor inserción en los ámbitos científicos y tecnológicos en todos los niveles.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo se generó tu interés por la ciencia y la tecnología?

Cecilia Pérez Zárate (CPZ): Estudié el bachillerato técnico en puericultura en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios 118; mi idea era después entrar a medicina, pero una maestra de matemáticas me dejó la inquietud de estudiar una ingeniería. Fue cuando conocí la carrera de nanotecnología y me llamó mucho la atención porque es interdisciplinaria, puedes innovar, desarrollar tecnología, participar en proyectos nacionales e internacionales y, sobre todo, te da la posibilidad de ofrecer alternativas para solucionar problemas; todo eso me llamó mucho la atención .Cuando le compartí a mi familia que quería estudiar nanotecnología me dijeron: “¡Te vas a morir de hambre!”. Por ser mujer y por tradición familiar, me trataron de convencer de que estudiara para maestra, afortunadamente mi papá me apoyó en todo momento y me impulsó a dedicarme a lo que yo quisiera. Aun así era complicado, porque al resto de mi familia le parecía extraño que buscara ser ingeniera, por ese prejuicio que se tiene todavía de que las ingenierías son carreras “para hombres”.

AIC: En ese contexto, ¿cómo ha sido tu desarrollo en la carrera?

CPZ: Tuve la oportunidad de asistir al Verano de Física Avanzada del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) donde conocí al doctor Rafael Baquero, que nos habló acerca de la superconductividad y su relación con la nanotecnología; fue ahí cuando me enamoré de mi carrera y de la investigación.En segundo cuatrimestre me integré con un grupo de estudiantes para desarrollar un proyecto de celdas fotovoltaicas, participando en la convocatoria de Jóvenes Talentos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para poder atraer recursos. Lo que queríamos lograr era imprimir, mediante métodos comunes como el láser o inyección de tinta, celdas fotovoltaicas flexibles fabricadas con pigmentos naturales (provenientes de la zarzamora, frambuesas y betabeles), con el fin de desarrollar un dispositivo que se pudiera adherir a los teléfonos celulares para sustituir el trinitrotolueno.Siempre he buscado profundizar mis conocimientos, asistiendo a congresos e involucrándome directamente con desarrolladores de tecnología, como los doctores Minerva Robles Agudo, que es una catedrática Conacyt en la Uteq, e Ignacio Rojas Rodríguez, con ellos pude trabajar en un proyecto en el área de materiales con el que se desarrolló una mesa para radiometría térmica, que se trabajó junto con el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Gracias a ese proyecto tuve la oportunidad de hacer mi estadía en el extranjero, en el Ivy Tech Community College que está ubicado en Indiana, Estados Unidos, donde estuve cuatro meses, para realizar pruebas tipo Charpy a diferentes temperaturas en acero y conocer la transición del material a diferentes temperaturas. Esa fue solo una pequeña parte de la investigación.

AIC: De acuerdo con el contexto que nos mencionaste, ¿cómo tomó tu familia la noticia de que ibas a viajar al extranjero?

CPZ: Cuando le informé a la familia mi inquietud de irme al extranjero no estuvieron muy de acuerdo pero, nuevamente, mi papá me apoyó, como siempre en todas mis decisiones. Mis abuelos aseguraban que por ser mujer no debía viajar sola y mucho menos a otro país; había una resistencia de su parte por dejarme ir que incluso me hizo dudar en el último momento y me generó cierto temor, pero logré superarlo.Llegando allá me di cuenta que estaba sola y que así debía enfrentar cosas, como el choque cultural y la interacción con personas de diferentes países. Yo me fui de México con otros compañeros, puros hombres, lo que en un principio resultó complicado porque en el entorno tradicional son los hombres los que viajan al extranjero a estudiar y no las mujeres, pero afortunadamente nos adaptamos muy bien. Allá me di cuenta también que en otros países es más común la mentalidad de que las mujeres se involucren en el trabajo científico y buscan que te adaptes lo más rápido posible para que no te deprimas, porque han visto que eso es algo muy común en las mujeres mexicanas, principalmente por el tradicional apego que tienen al hogar.Tras mi regreso a México me integré a la Uteq en la Dirección de Innovación y Desarrollo Tecnológico (Didet). Actualmente trabajo en una propuesta para organizar un concurso de ciencias que genere proyectos para que estudiantes de nivel básico, medio superior y superior participen en la ExpoCiencias Bajío.

AIC: Con tu experiencia personal y profesional, ¿qué crees se debe hacer para promover la inserción de las mujeres en la ciencia y tecnología?

CPZ: En México es necesario que se implementen proyectos y programas enfocados en el nivel básico, incluso desde preescolar, para generar un cambio de paradigma y en la mentalidad, sobre todo de las niñas, para generarles el interés por la ciencia y tecnología y que busquen impactar en su entorno. La inserción de las mujeres en la ciencia debe ser una pauta para el desarrollo en nuestro país. Tenemos la misma capacidad que los hombres para realizar proyectos e innovar. También es importante que las mujeres por sí mismas rompan sus propios paradigmas; podemos combinar la profesión científica con aspectos personales como el matrimonio o la maternidad; cuesta trabajo porque se rompen estructuras, pero desde el momento en que decides estudiar un área del conocimiento, donde de entrada no se cumple con los estándares sociales, te planteas un nuevo reto. Es cierto que los ambientes culturales y socioeconómicos influyen, pero querer es poder; si una persona tiene bien claros sus objetivos, los va a cumplir. A futuro yo me visualizo en un posdoctorado en el extranjero, y después, terminando esa etapa, tener familia para consolidar un nuevo pilar en mi vida. También he tratado de fomentar que las jóvenes de mi entorno se interesen en convocatorias que les permitan vivir esa experiencia. Lo he visto con mis primas más pequeñas, que al verme ya se interesan en estudiar y viajar al extranjero, donde todavía se observa el estigma de que el mexicano solo come tacos y toma alcohol, y que las mujeres mexicanas solo están en su casa, haciendo los tacos y teniendo hijos.

Fuente de la entrevista: http://oei.es/divulgacioncientifica/?Me-decian-que-las-ingenierias-eran-para-hombres-Cecilia-Perez

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Juan Eduardo Nápoles Valdés explica por qué aprender matemática suele ser difícil y traumático

26 de marzo de 2016 Agencia CyTA – Instituto Leloir/UNNE. Por Juan Monzón Gramajo.

Juan Eduardo Nápoles Valdés, doctor en Matemática y docente titular de la cátedra Cálculo I en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la Universidad Nacional del Nordeste, Argentina, explica por qué el aprendizaje de las matemáticas suele ser tan complicado para muchos alumnos.

Las matemáticas deben ser una de las áreas del conocimiento menos populares en el común de la gente. En el banco de una plaza, en el café o en el tiempo libre, es más usual ver a las personas tratando de desentrañar un tratado de filosofía, interesarse por un relato histórico o dar una mirada a las últimas noticias; que despuntar el vicio en la resolución de un problema de aritmética o de trigonometría.

Esta separación voluntaria que se da con la Matemática, tiene un solo origen: el conflictivo y traumático proceso de enseñanza al que varias generaciones se vieron sometidas. Se la mira con respeto, pero de costado.

Desde hace varios años, referentes de esta ciencia-algunos más populares que otros- intentan a través de la divulgación acercar la matemática con resultados más que sorprendentes. Juan Eduardo Nápoles Valdés, cubano, doctor en Matemática, forma parte de este grupo de divulgadores.

Residente en el país desde fines de la década del 90, en la actualidad se desempeña como docente titular de la cátedra Cálculo I y adjunto de la cátedra Cálculo II en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE. Con formación de grado y posgrado en la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba, Nápoles Valdés colabora semanalmente con artículos en el Diario La República de la ciudad de Corrientes, entre otros espacios.

De esta manera temas como “El juego del 15”; “El secreto de los mensajes encriptados” o “Acertijos Ariméticos”, se transforman en instrumentos para someter a prueba el razonamiento del lector.

En entrevista concedida a la Revista CyT de la UNNE analiza los errores más frecuentes cometidos en el proceso de enseñanza de la matemática.

-¿Cómo se tiene que enseñar la matemática para hacerla más amena y evitar que se vuelva la menos popular de las asignaturas?

En primer lugar, el problema de la enseñanza y el aprendizaje de la matemática que tenemos en la Argentina también lo tienen otros países. En segundo lugar, no hay recetas universales. En toda América Latina cometimos un grave error y fue hacer lugar al movimiento que introdujo la “Matemática Moderna”. Se sustituyó “nuestra matemática” por otra importada de Europa.

 -¿Cómo era nuestra matemática?

Era producto de la herencia que teníamos en cada uno de nuestros países, en los cuales había Escuelas de Formación de Maestros Normales, con una tradición de más de 80 años como tiene la Argentina. Esa matemática hacía hincapié en procesos destinados a la formación básica del chico, que después podría llegar a ser o no un matemático. Personas que recibieron esa formación, recuerdan estar perfectamente preparados en aspectos básicos de la matemática, pero también de otras asignaturas.

Esto fue eclipsado de a poco por el Movimiento de la Matemática Moderna. Su primer atisbo fue en un seminario muy famoso que se realizó en 1957 en Francia que se denominó “Seminario de Royaumont” donde, teniendo en cuenta el estudio de la situación de Francia, se decidió cambiar la enseñanza de la matemática en Europa occidental. Por supuesto, luego eso se extendió a toda Europa y nos llegó a nosotros por reflujo.

 -¿En qué consistía esa nueva propuesta?

Se partió de un diagnóstico: la formación de los chicos desde el jardín maternal hasta la formación de maestros de matemática era muy estática, muy formal. La única exigencia-según el diagnóstico- estaba en la resolución de cálculos y de ejercicios, sin contar con un pensamiento abstracto. Consecuentemente, la matemática moderna se enfiló al desarrollo del pensamiento abstracto, utilizando en particular una formulación teórico-conjuntista en la cual todas las cuestiones estaban reducidas a conjuntos, pertenencias, relaciones, etc. Con este modelo empezó la debacle.

-¿Qué grandes perjuicios ocasionó la Matemática Moderna?

En primer lugar y como es sabido, ese movimiento no resolvió el problema de enseñanza de la matemática. Los chicos no desarrollaron el pensamiento abstracto, y perdieron lo que mejor desarrollaron en la otra etapa: operatoria aritmética, tecnicismo algebraico, etc.

¿Cuándo nos dimos cuenta en América Latina de esto?, veinte años después que Europa abandonó este modelo de enseñanza. En los años ´70 en América del Norte y Europa, se toma la resolución de problemas como la salvación. Nosotros recién nos dimos cuenta en la segunda mitad de la década del 90. Hoy cuando volvemos a aplicar este modelo de resolución de problemas, ya se está hablando de otro sistema de actividades que plantea estimular el razonamiento con actividades que supongan un reto intelectual al chico.

-Retomando la pregunta inicial y en función a lo que comentó ¿Cómo se debe enseñar matemática?

Hay que enseñarla teniendo en cuenta el lugar donde lo hago. Es decir, en Itatí no se debe enseñar matemática igual que en Belgrano (Capital Federal). Son dos contextos distintos. Hay una corriente que surge en el Brasil de la mano de un profesor muy reconocido, Ubiratan D`Ambrosio que se denomina la “Etnomatemática”. Tenemos que enseñar matemática en el contexto cultural en el que estamos. No podemos olvidar eso. A partir de allí todo lo que podamos realizar hay que hacerlo, eso incluye esfuerzo. Mucho esfuerzo, no solo del maestro, también de la familia y fundamentalmente del chico.

La matemática moderna probablemente funcionó bien en Europa y América del Norte, pero no acá. Tenemos otra idiosincrasia que soporta nuestra educación. No podemos imponer una corriente de educación importada cuando la base cultural es totalmente diferente.

Dar una clase de matemática, también supone un poco de arte. En un contexto como el argentino es imprescindible saber de fútbol. No digo a la altura de Bilardo y Menotti pero hay que saber. Este deporte tan popular debe ser una herramienta para la enseñanza de la matemática.

– ¿Porqué es importante saber matemática?

Hay un libro “Cartas a una joven matemática” del matemático inglés Ian Stewart. En la primer carta, y basándose de un ejemplo muy bueno, explica porqué es importante la matemática. El dice: pon una marca roja a todo lo que veas a tu alrededor que esté relacionado con la matemática, te darás cuenta que prácticamente todo estará marcado de rojo. Desde el celular, el microondas y hasta lo que ingerimos. ¿Por qué? La soja es transgénica, y en ingeniería genética se usa mucha matemática. Es importante saber que la matemática está presente en todos lados, pero como un actor de reparto, no necesariamente es protagonista.

-¿Qué es más importante en ese proceso de aprendizaje de la matemática, la capacidad del chico de razonar o los conceptos?

Hay que partir de un hecho, la matemática no es la única asignatura que enseña a razonar a un chico. Pensamos que solo deben razonar o pensar problemas en matemáticas. No es así. Todas las materias tienen que tributar al desarrollo del razonamiento. Se puede enseñar a pensar correctamente en cualquier materia.

-¿Qué opina del trabajo de Adrián Paenza y de muchos otros que están abocados a la tarea de divulgación para desmitificar un poco a la matemática como una ciencia dura y complicada?

La matemática no es ni más dura y ni más exacta que las otras ciencias. Todo el mundo cree que 1+ 1 es igual a 2 y que a x b=b x a. En matemática no siempre se cumplen con estas reglas: dependen qué cosas sean a y b, como también los “1” de la suma. Hay un libro “La pérdida de la certidumbre” de Morris Klain, y una de las cosas que dice es que todas las ciencias tienen un rango determinado de exactitud y de dureza. Lamentablemente por ciertos motivos, las Ciencias Sociales siempre han sido consideradas blandas, inexactas o sus resultados están condicionados a factores. Es un pensamiento extendido en todos los países de Latinoamérica y en algunos de Europa como en Francia.

-Cuando un joven llega a la universidad y viene arrastrando todas las complicaciones en el proceso de aprendizaje de la matemática. ¿Está a tiempo de aprender a estudiar la materia?

Cuando un joven llega a la universidad y su problema es de déficit de contenido, eso se puede arreglar fácilmente. El problema grave es cuando a la falta de contenido, se le suma, que no tiene hábitos de estudio, porque los retos intelectuales a los que estuvo sometido durante la enseñanza media fueron bajos.

-¿Cómo se estudia matemática?

Una de las diferencias con las demás ciencias es la manera de estudiar. En literatura usted puede estudiar prácticamente en cualquier lugar, porque requiere menos esfuerzo seguir el hilo conductor de una prosa. En matemática y otras ciencias, cuando se está frente a un proceso deductivo y lo interrumpe, al retornar casi nunca retoma desde el mismo lugar. Se tiene que volver necesariamente al principio, porque el camino de varios pasos, a veces requiere que se tenga en claro lo que ocurrió en determinado punto para llegar al paso siguiente. Esto es fundamental. Requiere completar determinadas etapas, para luego interrumpir si es necesario.

A veces en matemática es más útil una hora de estudio, que tres como en otros tipos de asignaturas, utilizados para consultar más bibliografías, más horas de lectura. Comprender la demostración de un teorema es lo básico para determinado aspecto. Esa comprensión requiere 1 hora o más.

Es muy importante el hábito de la lectura para el aprendizaje de las matemáticas. Si no sabes leer cómo puedes aprender e interpretar matemática, la lecto-comprensión es básica, cómo puedes interpretar un teorema, si no sabes lo que lees, Lo mismo con una definición.

-¿Qué desafíos tiene el mundo de las matemáticas para los próximos años?

El desafío fundamental en la enseñanza, desde lo académico, es plantearse cómo enseñar matemáticas en el siglo XXI. Debemos incorporar la tecnología a la educación, cómo usar la computadora, Internet como fuente de información, hasta los celulares. La divulgación científica es fundamental, me hablabas de Paenza, no es el único, Pablo Amster también es un muy buen divulgador de la matemática. Creo que la divulgación científica en el mundo entero es una actividad escasa pero muy útil. Por eso se ve que en una feria del libro, cuando sale un texto de divulgación se agota en minutos. Demuestra que la gente está ávida de este tipo de lectura. Ver la ciencia con objetividad y sin perder la cientificidad, cómo se lo explicamos a los demás, es un reto fundamental. Si un padre no comprende determinados aspectos, quizás no pueda ayudar al hijo en la escuela.

Desde el punto de vista del matemático profesional, existen muchos retos, desde la lista de problemas dada por Hilbert en 1900, hasta los 7 problemas del milenio del Instituto Clay, ofrecen como recompensa un millón por la solución de cada uno de ellos. A éstos hay que agregarles los propios de cada especialidad y otros que trascienden varias áreas, por ejemplo, existe un problema, el llamado “Problema del Cartero Chino” que tiene más de 3 mil años de antigüedad, que ha derivado en otros muchos más complejos e insolubles como el “Problema del Viajante”.

Fuente de la noticia: http://oei.es/divulgacioncientifica/?Juan-Eduardo-Napoles-Valdes-explica-por-que-aprender-matematica-suele-ser

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Monique Evelle: «las herramientas digitales pueden usarse para la construcción política o el pacto social o como fuerza para desestabilizar «

24 febrero, 2016 |Antonella Perini | Asuntos del Sur

* Por Antonella Perini

No tengo dinero para comprar Facebook, ¡pero la capacidad que me dan las nuevas tecnologías me permiten crear una! Eso es empoderamiento. Monique Evelle es nativa digital, activista de derechos humanos y fundadora de Desabafo Social, una organización que busca empoderar a los jóvenes en la vida pública mediante acciones educativas y de comunicación. Interesados en conocer su experiencia y visión sobre las transformaciones que están hackeando la política, hablamos con ella sobre los resabios históricos en Brasil, la utilización de las herramientas digitales en la vida pública, el rol de los jóvenes en la construcción democrática de la región y la manera de abordar los derechos humanos en la era digital.

Resabios excluyentes en Brasil

Brasil tiene hoy 515 años. Pero fueron más de 400 años de esclavitud y 21 años de dictadura militar. Como sostiene Monique, por cuestiones históricas, las personas reproducen el racismo, la xenofobia y el machismo de forma natural. Estos son los resquicios de los años de esclavitud, dictadura y patriarcado.

En 2015 se eligió en Brasil al Congreso más conservador después de la dictadura militar. Para Monique, esta ola conservadora que está teniendo lugar también en otros países de América Latina, está dando a la democracia un trabajo doble: por un lado, luchar por los derechos ya garantizados -y que en el caso de Brasil están retrocediendo-; y por el otro lado, intentar cambiar las desigualdades existentes, tanto las sociales y de clase, como las raciales y de género.

Todo esto se da en un contexto en el cual el modelo escolar, un modelo que data del siglo XVIII, y el modelo partidario, tampoco cambiaron. Ambos modelos están quebrados y no tienen en cuenta las demandas de los jóvenes. El sistema de partidos no acompaña en el espacio y en el tiempo a las nuevas generaciones que están insatisfechas con los modelos quebrados de democracia. Como aclara Monique, “no queremos sólo hablar de derechos civiles, queremos hablar de derechos difusos; quiero hablar de libertad de la comunicación, quiero hablar del derecho a la libertad sexual”.  Para la generación Y, la generación Z y las generaciones que vienen, “los modelos democráticos necesitan ser diferentes”.

Herramientas digitales como megáfonos y termómetros

En contraposición a los modelos institucionales tradicionales, las herramientas digitales abren nuevas posibilidades. Monique ve las herramientas digitales como una suerte de megáfonos y termómetros. Por un lado, porque la popularización de internet posibilitó que ésta se convierta en una caja de resonancia, en un espacio abierto de demanda social, tal como se observó durante las manifestaciones de 2013 y 2014 en Brasil.

Por el otro lado, las herramientas digitales sirven de termómetro de las políticas de gobierno y la democracia actual.  De hecho, en los últimos años, el gobierno federal de Brasil lanzó tres plataformas de software libre para acompañar y controlar las políticas que están siendo construidas conjuntamente con la sociedad. No obstante, la participación de la sociedad no deja de tener sus obstáculos: cuando se intentó ampliar las participaciones directas dentro del legislativo, éste limitó la participación.

Como sostiene Monique, las herramientas digitales pueden usarse para la construcción política o el pacto social o bien como fuerza para desestabilizar o hacer un control social. “A pesar de que tenemos hoy mayor acceso a las plataformas digitales, todavía tenemos que pensarcómo esas herramientas son utilizadas“.

Valorización de las nuevas generaciones

Las nuevas estrategias políticas pensadas por los jóvenes se articulan no sólo en el espacio físico sino también en el ciberespacio. Monique sostiene que cuando uno vea que, por ejemplo, una persona está conectada y la otra no, y a pesar de eso, el diálogo fluye y el partido respeta las opiniones, podremos decir que estamos en un estado democrático, de derecho y de bienestar social. “En cuanto veamos eso, no vamos a estar discutiendo si en Brasil y otros países de América Latina existe una democracia real”.

Monique asegura que en Brasil las diferentes generaciones desvalorizan a las generaciones que están llegando. Dado que la convivencia intergeneracional alimenta el principio democrático, hace un llamado a la acción, “precisamos respetar la opinión del otro sin eliminarlo”.

En Brasil, nos cuenta Monique, existen leyes que obligan a las escuelas a hablar sobre racismo y género. Sin embargo, los educadores no tienen la formación suficiente para hablar sobre esto o el lenguaje utilizado no da cuenta del contexto, -”cuando quieres hablar de derechos humanos con un niño, tienes que tener el lenguaje del niño”-.

En respuesta a esta problemática, Ubuntu, la plataforma de software libre y código abierto creada por Desabafo Social, tiene por objetivo debatir los derechos humanos con un lenguaje que todos entiendan y que facilite la fuerza de diálogo y construcción. ¿Por qué una nueva red social? Porque “hay que hablar sobre un asunto y un medio que no sea de mercado, que no sea neoliberal”.

Abrir el debate sobre los derechos humanos en internet

Las movilizaciones que tuvieron lugar en Brasil en los últimos años aumentaron la difusión de las demandas sociales, pero al mismo tiempo también aumentaron los números de violaciones de derechos en internet. Lo que preocupa a Monique es que estas articulaciones políticas tienen lugar en las redes sociales controladas por empresas privadas que venden nuestros datos a otras empresas con fines comerciales.

Las personas no están discutiendo la propia internet. Esta cuestión todavía se está desarrollando como un debate académico, todavía no es un debate abierto para toda la sociedad. Monique reconoce que el problema recae en la forma y el lenguaje con el que se habla sobre los derechos humanos en internet. “Si fuese abierto las personas tendrían más curiosidad de, por lo menos, leer los términos de uso de las redes sociales antes de cliquear el ‘ok, estoy de acuerdo’”. Además, sostiene Monique, el sistema capitalista te dice que si no formas parte de la mayor red social, no sos nadie, y es difícil luchar contra esto. “Yo no tengo 5 millones de dólares para comprar Facebook y hacerla una red social libre, por eso creé otra [Ubuntu]“.

* Colaboradora de #InnovaPolíticaLatam

Fuente de la Entrevista y de la foto: http://www.asuntosdelsur.org/blog/2016/02/24/como-abordar-los-derechos-humanos-en-la-era-digital-entrevista-a-monique-evelle/

Fuente de la foto del encabezado: http://www.asuntosdelsur.org/innovapolitica/wp-content/uploads/sites/4/2016/02/monique-ds.jpg

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