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Entrevista a Juan Carlos Tedesco sobre la Integración de TIC en la Educación Argentina.

Argentina/09 abril 2016/ Autor: Gabriel Latorre. Fundación Lúminis/ Fuente: Insurgencia Magisterial

A fines del año 2015 se publicaron los resultados de la primera encuesta Nacional de la integración de Tic en la educación básica argentina. Ese proyecto fue dirigido por el ex ministro de educación nacional Juan Carlos Tedesco. En esta entrevista indagamos sobre algunos aspectos y conclusiones producto de los resultados de ese trabajo, vinculados a situaciones y problemáticas de las políticas de integración de Tic en el sistema educativo argentino.

Entre 1982 y 1986 se desempeñó como Director del CRESALC (Centro Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe)tedesco, en Caracas. A partir de 1986 fue nombrado Director de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC), en Santiago de Chile, cargo que ejerció hasta 1992.

Desde 1992 hasta 1997 se desempeñó como Director de la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, en Ginebra. Fue Director de la sede regional del Instituto Internacional de Planificación de la Educación de la UNESCO, en Buenos Aires desde su creación en 1997, hasta el año 2005.

Fue Secretario de Educación del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología entre abril de 2006 y diciembre de 2007 y luego Ministro de Educación hasta julio de 2009.  Posteriromente se desempeñó como Director Ejecutivo de la Unidad de Planeamiento Estratégico y Evaluación de la Educación Argentina, hasta octubre de 2010. En la actualidad, es el Director del Programa para la Mejora de la Enseñanza de la UNSAM. Fuente Wikipedia. Disponible en:https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Carlos_Tedesco

Información técnica sobre la Encuesta:

La encuesta se llevó a cabo durante el segundo semestre del año 2013 y tomó como universo de análisis a todas las unidades educativas de nivel primario y secundario, de gestión estatal y privada, de las 24 jurisdicciones del país.

El diseño muestral se elaboró con criterios de representatividad a nivel nacional, por nivel educativo y sector de gestión. Participaron un total de 1.446 escuelas de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En las escuelas de la muestra elegidas aleatoriamente, se aplicaron cuestionarios específicos para directivos, docentes de materias troncales del currículum y estudiantes del 10° año de la escolaridad obligatoria.

Se entrevistaron a un total de 1.446 directivos, 4.135 docentes y 9.321 estudiantes de nivel secundario. Del total de establecimientos relevados, el 93% pertenece al ámbito urbano y periurbano (localidades de más de 2.000 habitantes) y el 7% restante se emplaza en zonas rurales. El 83% de las unidades educativas de nivel primario son de jornada simple y el 17% a formatos institucionales de jornada extendida o completa, cifra muy cercana al parámetro poblacional de 17,4%, según datos oficiales (DINIECE, 2013).

En el nivel primario se buscó garantizar la representatividad a nivel nacional para los dos subuniversos considerados: escuelas primarias estatales y escuelas primarias privadas. De este modo, el tamaño final de la muestra (724 casos-escuelas) surge de la adición de las dos muestras individuales que se calcularon para cada subuniverso. En cada caso, se propuso un margen de error máximo de ±5%, una dispersión amplia (p=50) y un nivel de confianza del 95%.

 Entrevista:

-Gabriel Latorre:- En cuanto a la formación docente y las propuestas formativas respecto al manejo de las Tic y a los modelos pedagógicos ¿Qué aspectos observaron que hayan tenido mayor incidencia en la práctica dentro de las aulas?

– Juan Carlos Tedesco:- La encuesta obviamente es un método de investigación que tiene sus posibilidades y también sus limitaciones. La encuesta nos da evidencia de que es lo que los docentes dicen, y muchas veces lo que dicen no es lo que hacen, porque hay un efecto derivado del debiera decir, lo que culturalmente está más admitido como el deber ser de lo que se hace. Entonces, los docentes dicen que adhieren al uso de las tecnologías en el proceso de enseñanza y aprendizaje, y esta adhesión hoy en día es casi universal. Es un hecho nuevo porque en encuestas de este mismo tipo, hace 10 o 15 años, encontrábamos que había un sector importante, de un 20 a un 25 % de los docentes, que decían que las tecnologías eran una amenaza, y las perseguían casi como a un enemigo de la tarea profesional docente. Este cambio cultural no es banal, porque implica que ya por lo menos no tenemos que superar esa resistencia al uso de las tecnologías. También adhieren a las políticas que se están aplicando en este terreno, especialmente a las políticas de universalización al acceso a las tecnologías. Cuando se les pregunta sobre estos temas, programas como el Conectar Igualdad, e incluso programas en el nivel de las jurisdicciones (provincias) se encuentra un nivel de adhesión muy grande. Es decir, que estamos en un escenario en el que sea por estrategias dedicadas a esto o por efecto un poco espontáneo de la expansión de las tecnologías en la vida cotidiana, todo el mundo hoy las usa. Probablemente ese haya sido el factor que produjo este cambio cultural y no tanto porque haya habido políticas específicas para esto. Pero sea por lo que sea, el hecho es que estamos en un contexto favorable a la introducción de las TICs en el proceso de enseñanza. El problema ahora deriva del uso, porque si bien todos adhieren, cuando la encuesta pregunta ¿pero usted las usó el último año? los porcentajes de respuesta positiva descienden casi a la mitad. Todos adhieren pero la mitad no la usa. Cuando preguntamos sobre qué tipo de uso se está haciendo de las tecnologías también se advierte que el uso es bastante superficial, se usan para pasar un video o para mandar a los alumnos a Wikipedia a copiar y a pegar un texto.

En la encuesta les preguntamos a los estudiantes de escuela secundaria si los profesores usaban las Tic. En ese sentido los estudiantes dieron una respuesta mucho más confiable que los propios profesores. De acuerdo con la evaluación de los estudiantes los que menos la usan son los profesores de ciencias, de ciencias exactas y naturales (física, biología, química).

Es notable que os que menos las usan sean los docentes de estas asignaturas.

-GL:- Dado que particularmente en el área de ciencias naturales hay toda una serie de software específicos, como por ejemplo, el caso de los simuladores, para poder utilizarlos desde la geometría hasta la astronomía.                            

– JCT:- Sí, efectivamente, pero los profesores no los conocen y no los usan.

-GL:- ¿Teniéndolos en la propia netbook que reciben en el programa Conectar Igualdad?

– JCT:- Sí. A veces tampoco conocen su manejo. Pero es una situación diferente, porque por ejemplo el profesor de historia no necesita ningún software específico, los manda a Wikipedia y dice que usa las tecnologías. El docente de física o de química en cambio, no tiene este recurso más simple, sino que tiene que manejar ese software, tiene que dominarlo y utilizarlo en clase. Esto es muy preocupante porque implica que hay una muy baja renovación de las didácticas de la enseñanza de la ciencia, que tiene un efecto no sólo pedagógico sino social y cultural.

-GL:- Y estratégico en cuanto a un aspecto de las condiciones de desarrollo.

– JCT:- Claro, por eso, nuestros egresados de la escuela secundaria son, exagerando un poco, analfabetos científicos. La ciencia no forma parte de la cultura juvenil, y eso termina provocando que tengamos problemas para que elijan carreras científico-técnicas en la universidad, para que se orienten en un sentido que para el país desde el punto de vista económico y social es muy importante. Hay algunos cambios en esa situación, pero insisto, ahí tenemos un problema muy serio.

Cuando le preguntamos a los docentes, ¿Dónde aprendió lo que efectivamente usa?Todos responden que han hechos cursos de capacitación. Sin embargo, los cursos de capacitación no son la fuente más importante de la cual se nutren los docentes para explicar por qué hacen lo que hacen y dónde lo aprendieron. Son instancias no formales de capacitación en las que se da ese aprendizaje; por ejemplo: en la sala de profesores, hablando con los colegas, por cuenta propia. Son todas formas de aprendizaje que no dependen de las estrategias políticas de capacitación en servicio que se implementan desde los ministerios de educación.

-GL:- Es decir que lo que se evidencia es que las instancias más horizontales, entre pares, han sido las más útiles en el aprendizaje de tipo práctico.

– JCT:- Efectivamente. Eso no es una novedad porque no solo sucede con las TIC. Cuando uno le pregunta a los docentes sobre cualquier otra dimensión de su desempeño, sea la enseñanza de las matemáticas, de su disciplina, o en donde aprendió actividades no estrictamente disciplinarias como la evaluación, manejo de temas de disciplina o contacto con los padres, en todas esas dimensiones siempre los datos disponibles indican que los cursos de capacitación no son la fuente primordial de aprendizaje de los docentes.

-GL:- ¿Sean estos cursos presenciales o en modalidad virtual?

– JCT:- Sí, ambas modalidades.

 -GL:- ¿En ambos casos, las dos modalidades no han tenido ese nivel de incidencia en el aprendizaje de los docentes que tienen los aprendizajes entre pares

– JCT:- No. Eso es lo dicen los profesores. Este es un dato revelador de la necesidad que tenemos de salir de la idea de que formación en servicio es dar cursos de capacitación. Ese tipo de cursos son la modalidad dominante en la capacitación en servicio. Generalmente es un curso individual y fuera del lugar de trabajo, cuando toda la evidencia, tanto nacional como internacional, indica que las formas de capacitación en servicio más efectivas son las que se dan en el lugar de trabajo, con el equipo, y en el caso de las TIC, con los alumnos. Lo importante es que el docente vea el impacto que tiene el uso de las TIC con el alumno. Esas instancias de capacitación han demostrado ser mucho más efectivas: la idea de la demostración, de ver cómo lo hace el otro, pero con el alumno involucrado, no sólo entre adultos o entre docentes.

 -GL:- Es decir, que el modelo podría ser una formación práctica dentro del aula.

– JCT:- Efectivamente.

-GL:- ¿Las propuestas de formación en formato de cursos presenciales y virtuales no serían complementarias a la formación en el aula?

– JCT:- Depende de lo que queremos formar en el docente. Si uno lo quiere formar en la actualización de los contenidos de su disciplina, probablemente el curso sea una forma eficaz. Pero si queremos formarlos en aspectos como el uso de TIC en una modalidad nueva necesitamos de cierto cambio de representaciones, de mentalidad. En ese caso, el curso individual y por fuera de la escuela no parece ser lo más efectivo, porque normalmente si el docente después vuelve a la escuela y si el otro docente que va a estar en la materia siguiente o al mismo tiempo que él en el aula, o el director de la escuela, no comparte esa visión o no ha tenido esa experiencia de capacitación, él queda como un actor aislado en el cual su trabajo y el impacto que genere se neutralizan rápidamente.

Tenemos que apuntar a esta idea de integralidad en la institución. Una idea que además se asocia con una categoría más global del profesionalismo docente como profesionalismo colectivo. El trabajo docente no puede seguir siendo entendido como un trabajo donde la unidad de desempeño es el aula. Así fuimos formados todos en la carrera docente. Entro al aula, cierro la puerta y tengo autonomía para hacer lo que quiero, casi es una autonomía personal. La unidad de desempeño tiene que ser por lo menos la escuela. 

-GL:- La puesta en práctica de esa representación del trabajo docente, particularmente en el caso de la escuela secundaria, ¿no implicaría también un cambio de organización que signifique otro tipo de espacios y tiempos de interacción entre docentes, incluso siendo de diferentes áreas curriculares?

 – JCT:- Sin duda. Hace tiempo que sabemos que la escuela secundaria no puede seguir siendo organizada sobre la base de la materia y el profesor que la da.

 -GL:- ¿Por qué considera que sigue igual esa situación? Es algo de lo que se habla, hay bibliografía al respecto, congresos en los que se expone y no se concreta ningún cambio.

 – JCT:- Porque las transformaciones de ese tipo son transformaciones que involucran otras dimensiones además de la pedagógica. Me refiero a transformaciones desde el punto de vista de la estructura de poder en las instituciones, ya que se rompe con ciertas situaciones de la corporación profesoral. De hecho ser profesor por establecimiento implicaría también recursos y financiación, porque habría que pagar horas institucionales para que los docentes estén trabajando en una escuela y no sólo por la hora cátedra. Eso supone también un cambio en la estructura salarial. De hecho, yo creo que uno de los factores que interviene para que estas trasformaciones no se logren, es que se necesitan tiempos medianos o largos.

 -GL:- Tiempos que exceden el de un gobierno…

 – JCT:- Exceden los tiempos de un gobierno y exigen modalidades que incluso puedan ser hechas de forma gradual para que simultáneamente puedan coincidir estructuras diferentes. La provincia de Córdoba, por ejemplo, empezó hace un par de años con un proyecto en las escuelas Proa donde tienen todas estas características. Esto que todo el mundo dice que hay que hacer lo están haciendo en 20 escuelas. En esta etapa el plan es llevarlo a 50. Pero para que de 20 se pase a 50, y que de 50 se pase a 100 necesitan continuidad en la gestión política, porque si cambia el gobierno y viene otro y dice “no, como este plan era del gobierno anterior no lo vamos a continuar” todo ese esfuerzo se pierde.

 -GL:- Esas transformaciones tienen que ser tomadas como una política de estado.

 – JCT:- Políticas de estado, políticas que necesitan ciertos consensos y de una gradualidad, porque no es posible de un día para otro pasar de una modalidad de profesor por disciplina a profesor por establecimiento.

 -GL:- ¿Cuánto hace que Córdoba está llevando adelante ese proyecto?

 – JCT:- Hace 4 años.

 – ¿Hay un relevamiento de resultados? ¿Cómo está funcionando?

 – JCT:- Sí. Los resultados son muy buenos. Por eso es que están decidiendo expandirla. Pero también la expansión es gradual, porque además necesitamos directores de estas escuelas que sean directores capaces de manejar un proyecto por establecimiento. Y eso no se improvisa. No se puede transformar de un día para el otro un director de una escuela secundaria con una modalidad tradicional en un director de una escuela que tiene que tener un proyecto institucional, manejar al equipo y coordinar las áreas entre los profesores. Eso exige competencias que normalmente los directores de las escuelas pueden tener o no tener. Hay que formarlos en ese sentido.

Todo el mundo está de acuerdo en los pactos educativos cuando no tiene el poder. Cuando tiene el poder la situación cambia y no está dispuesto a dialogar tanto con el otro. Esto es una dinámica política más o menos conocida.

 -GL:- Que estaría vinculada a la dinámica de los espacios de poder. Por ejemplo cuando mencionaba al docente como parte de una institución, su representación como parte de un colectivo a veces se plantea de manera corporativa también.

 – JCT:- Efectivamente, los profesores han sido formados en lealtad hacia su disciplina, no hacia la escuela en la cual trabajan.

 -GL:- Tener una lealtad hacia la escuela implicaría una forma de lealtad hacia a la comunidad donde está afincada esa institución.

 – JCT:- Y hacia el estudiante. El estudiante es una unidad, no está fragmentado en una hora de matemáticas, en una hora de historia, en una hora de literatura. Para ubicarse en ese ámbito de lo institucional también es necesario cambiar representaciones de los profesores, como por ejemplo pautas culturales y pautas de prestigio. El profesor de matemáticas normalmente asienta su prestigio en el hecho de que sus estudiantes no aprenden matemáticas, y eso es una pauta cultural. De esa manera esa materia se transforma en un filtro.

 -GL:– La representación de la dificultad asociada a la exigencia y la exigencia a la excelencia del profesor.

– JCT:- Eso hay que cambiarlo y no se lo cambia con discursos.

 -GL:– Retomo la idea que mencionó respecto a que el alumno no es un sujeto segmentado en cada área curricular, sino que es un sujeto particular que tiene que ser parte de una integralidad institucional de aprendizaje. Eso implicaría la necesidad de articular y complementar los conocimientos de cada área en un proyecto institucional.

– JCT:- En un proyecto institucional que además tiene que tener como gran función la orientación, porque nuestro país ha declarado obligatoria la escuela secundaria, es decir que tenemos un ciclo de educación obligatoria que parte de los 3-4 años hasta al final de la secundaria (17- 18 años). Obligatoriedad significa universalidad, es decir que lo que es obligatorio es común, y esto supone que un muchacho o una muchacha, al final de la escuela secundaria pueda definir su proyecto de vida: qué le gusta, qué no le gusta. Es por ello que el currículum de esta educación obligatoria necesariamente tiene que ser integral y no enciclopédico. Le tenemos que permitir al alumno que haga experiencias de aprendizaje en todas las dimensiones: en lo científico, en lo estético, en lo físico, en lo cognitivo, en lo emocional, porque solo puedo saber si soy bueno para algo o no si realicé experiencias de aprendizaje en ese dominio. Entonces, la escuela secundaria o la escuela obligatoria tiene está gran función, que al final de la escuela de un ciclo obligatorio de 13-14 años una persona diga“bueno, yo quiero seguir la universidad en tal o cual campo disciplinar; no quiero seguir la universidad, quiero ir a trabajar; desempeñarme como ciudadano”.

La gran función es la orientación. Para eso todos los profesores tienen que trabajar en equipo y tienen que discutir la performance de sus alumnos, exigir obviamente lo básico, los mínimos rendimientos de cada una de las materias, porque no vamos a poder exigir que todos sean excelentes en todo. Algunos pueden ser excelentes en una dimensión y otros en otra. Ese es un trabajo institucional. Insisto, no es fácil formar a este equipo de docentes y directivos.

 -GL:– ¿Y cómo se lo trabaja? Porque el docente está formado en otro modelo, ¿cómo se abordaría ese trabajo formativo?

 – JCT:- Normalmente aquí es donde se articula formación inicial con formación en servicio. Mucho de esto debería estar en la formación inicial, para que los futuros docentes egresen ya con estas competencias. La formación en servicio hay que hacerla, insisto, con modalidades que apunten a ese objetivo de integralidad. Un primer paso es que la formación en servicio sea en la escuela y en equipo para que estas cuestiones se discutan entre todos. En esas instancias debería haber asesores, personal capacitador que vaya con este tipo de propuestas, porque espontáneamente no van a surgir.

Hay mucha heterogeneidad, hay escuelas donde esto ya se está desarrollando, tanto escuelas privadas y públicas donde esto sucede. Sucede porque el director por casualidad o el equipo de dirección tienen está impronta y la desarrollan. Y como es por casualidad, el día que el director se jubila la misma escuela que antes tenía una performance más o menos en esta línea al año siguiente puede cambiar. Por eso digo que hay que transformar esto que hoy sucede espontáneamente en una política. Y hay que comenzar, hay que aprender, no sabemos hacerlo con todas las certezas, pero si no empezamos…

– GL:– ¿Se pueden tomar referencias de otros contextos en otros países?

– JCT:- Seguramente.

– GL:– ¿Las hay en ese sentido? Incluso cercanas culturalmente.

– JCT:- Las hay, y como en todo uno puede inspirarse. A veces lo que pasa con las miradas comparativas es que uno quiere trasladar el producto, no el proceso, y en este sentido lo que importa es el proceso. En las políticas de innovaciones muchas veces se discute cómo llevar a escala una innovación, y lo que hay que llevar a escala es la capacidad de innovar, no la innovación en sí, porque si uno toma una innovación que dio muy buen resultado y la quiere llevar a otro ámbito y no hizo el proceso por el cual se diseñó esa innovación y se pudo avanzar, lleva solo el producto terminando. Esas políticas no han funcionado. Lo que hay que estimular son procesos de innovación que se adecuen a la heterogeneidad. Nosotros tenemos entre primaria y secundaria 45.000 escuelas en este país, y con contextos completamente diferentes, pretender que todos tengan la misma secuencia de cambio es una ilusión y además es falso. Lo que hacemos apuntando a eso es provocar el fracaso de la innovación. Por eso digo, también en esto hay que asociarlo con políticas que vayan en la línea de dar más autonomía en las escuelas, tanto en las secuencias como en los procesos, no en el resultado final. Lo que tiene que ser homogéneo es el resultado final, que es que todos terminen la escuela secundaria. Posiblemente para lograr eso en el Chaco no sucederá lo mismo que en la Ciudad de Buenos Aires. Todos queremos que tengan ciertos estándares de rendimiento, estén donde estén, tengan el origen social que tengan: que tengan igualdad en los logros de aprendizaje. Para lograr eso no puedo hacer lo mismo en un lado que en otro, y para dar autonomía hay que fortalecer competencias profesionales. Insisto, creo que es importante admitir que los problemas educativos son complejos, no hay balas de plata al estilo de “en realidad hay que hacer esto y con esto lo resolvemos”. La formación, la capacitación docente es una estrategia indispensable, pero tampoco es que solo la formación y la capacitación docente van a resolver los problemas. Si no hacemos cambios institucionales por más que se forme a los docentes seguimos con el mismo diseño institucional y no va a dar resultado. Si no mejoramos las condiciones de trabajo de los docentes, por más que se los forme mejor no van a mejorar. Si no creamos la carrera docente, que es otro desafío muy importante para con la docencia. Está la ley y no hemos logrado avanzar con eso.

 – GL:– ¿Cómo sería la propuesta en sí?

– JCT:- La ley establece el principio de que para ascender en la docencia tiene que haber dos vías: una la vía tradicional, un docente que quiere ascender pasa a funciones directivas, que eso es lo que hay hoy.

– GL:– Y no todos aspiran a ese puesto, ni tampoco todos lo que quieren ser directivos son idóneos para esa función.

– JCT:- Y nunca va a haber tantos puestos de dirección como docentes que quieren progresar, es decir que ahí se está creando siempre un espacio de frustración muy grande.

Entonces, en la ley está esa idea que hay que dejar esa vía de ascenso, pero hay que crear otra vía de ascenso sin dejar la docencia, que se pueda ascender en el ejercicio de la docencia en sí. Hoy en el único nivel donde eso existe es en la universidad. En la universidad uno tiene un ayudante de segunda, un ayudante de primera, jefe de trabajos prácticos, profesor adjunto, profesor titular. Son escalones que en la trayectoria de un profesor se van haciendo siempre en el ejercicio de la profesión. En el caso de la escuela primaria y secundaria no tenemos eso. Se pasa a ser director o sino la otra vía que se tiene de mejora es la antigüedad: más años, si se tienen más años trabajando se cobra más. No es ninguna garantía que por tener más años de ejercicio en la docencia uno sea mejor docente.

La ley define la necesidad de diseñar una carrera docente, que sería la segunda vía de ascenso, y en eso hasta ahora ha sido imposible de avanzar.

 -GL:– ¿Por qué?

 – JCT:- Porque se dan obstáculos con los sindicatos, porque esto hay que discutirlo con esas organizaciones y los sindicatos tienen una posición en este sentido bastante, a mi juicio, criticable, porque se oponen a la profesionalización del ejercicio de la docencia. Para ellos, igual trabajo igual salario, lo que quieren son puestos, es decir que el ascenso signifique un puesto diferente, pero la profesionalización implica que sigan siendo docentes. En esto no se ha podido avanzar, porque siempre en las paritarias se termina discutiendo salario y piso salarial, y nunca hay tiempo, ni oportunidad, ni condiciones para discutir estos otros temas que son fundamentales.

 -GL:– Pero las paritarias no tienen porque ser la última instancia de diálogo con el sindicato ni con el ministro.

 – JCT:- No, no necesariamente.

 – GL:– ¿O suele terminar todo ahí? Le pregunto desde su experiencia como ministro de educación nacional.

 – JCT:- Termina ahí.

 – GL:– ¿Siguen hablando después, se sienta el ministro de tal provincia con el sindicato a decir “bueno, cerramos el tema números de los sueldos y ahora hablemos de esta otra cuestión”? Me refiero a avanzar sobre cuestiones que también aporten a que no explote todo después en la próxima paritaria.

– JCT:- Muy poco. La verdad es que en muy pocos casos.

-GL:– ¿Por qué sucede eso?

 – JCT: – Eso implicaría hacer un estudio sobre el sindicalismo docente. El sindicalismo docente en Argentina nació como un sindicalismo defensivo, un sindicalismo que resistía políticas de ajuste salarial. Yo soy maestro y durante buena parte de mi carrera como maestro en la escuela primaria y en la escuela secundaria no había sindicatos docentes. Los sindicatos docentes son organizaciones que surgieron en los años 70 y se fueron consolidando para resistir políticas de ajuste salarial. Nacieron con esa impronta. Además es un sindicalismo muy diversificado. Si uno quiere discutir el sueldo de los metalúrgicos tiene a la Unión Obrero Metalúrgica, y ahí están todos los metalúrgicos. Uno se pone de acuerdo con el secretario general de UOM y lo resuelve. Esto es igual si es con el secretario de los camioneros o de la construcción. Con los docentes no pasa esto. En la Ciudad de Buenos Aires hay 14 sindicatos. En la paritaria nacional se reúnen 5 federaciones de sindicatos que después tienen sus ramas en las provincias. Entonces, la diversificación, junto con cierta concepción que tiende más a la resistencia, hace que el diálogo sea más difícil. Otros países no tienen esta situación. Uno va a México, y con todo lo que uno tenga para criticar del sindicato de docentes mexicanos, el sindicato general del trabajador de educación de México es un sindicato poderosísimo política y económicamente también, pero es uno y las cuestiones se resuelven.  Es un sindicato único, tienen filiales internas, discuten, pero hay un aparato sindical por el cual si uno llega a un acuerdo, más o menos ese acuerdo funciona. De hecho, México pudo avanzar en la línea de definir una carrera docente, con evaluación de los docentes y con acuerdo de los sindicatos. Acá es más complicado. Puede que en el futuro si logramos de alguna manera sacar el tema salarial del debate y establecer un salario digno y adecuado, logremos que el dialogo no esté sujeto todos los años a discusiones tan intensas que tienen que ver con la marcha de la economía, lo que no es un problema de los docentes. Pero lo cierto es que en la profesionalización docente estamos en deuda. Y eso hace al tema sobre la integralidad de la política. Por ejemplo con el caso de la formación inicial docente en la que hay 1.200 o 1.300 institutos de formación docente en este país. Cuando uno entra en ese mundo está ingresando en el nivel de una escala que hace complejo introducir pautas de funcionamiento que permitan una formación profesional adecuada.

-GL:– A veces se discute también si son necesarios tantos institutos.En esa discusión se abren diferentes temas, como por ejemplo los institutos que tienen muy baja matrícula y egresan cuatro alumnos de un profesorado de primaria, lo que lleva a plantear si se justifica el financiamiento de toda esa estructura; y por otro lado que esos estudiantes y futuros docentes (que en muchos casos son madres) la única opción que tienen de estudiar en 300 kilómetros a la redonda sea sólo ese instituto.

 – JCT: – Sí, claro. Esa es una discusión pendiente. Hay estudios sobre el tema y el diagnóstico lo tenemos.

 -GL:– ¿Cuál es?

 – JCT: – El diagnóstico es que tenemos una súper población de institutos de formación docente, y que en muchos casos hay más profesores que estudiantes. Transformar un instituto de formación docente en otra cosa es un tema complejo de política educativa, porque si se lo cierra, en muchos casos, se está cerrando en la única opción de educación post secundaria que existe en esa localidad. Entonces, tampoco la idea de cerrarlo es adecuada porque se está privando de una opción de continuidad de estudios a importantes sectores de la juventud que viven en ese pueblo. Se puede plantear que en lugar de un instituto de formación docente quizá sea mucho mejor un instituto superior técnico. Sí, pero no se puede llevar un instituto superior docente a un instituto técnico muy fácilmente porque los profesores y el equipamiento son otros. Hay que tener entonces estrategias de cambio que llevan tiempo. Uno podría decir, en una primera etapa hagamos un mapa exhaustivo y confiable respecto a dónde estamos parados, y empecemos a actuar casi caso por caso. Si en algunos lugares evaluamos que ese instituto se puede transformar en otra institución educativa definimos cómo lo hacemos, qué hacemos con los profesores, cómo los capacitamos. En otro caso puede ser que no haya que transformar el instituto, sino que haya que mejorarlo, por lo que se diseñan y apliquen planes de mejora.

Todas estas estrategias exigen, por un lado, un muy buen diagnóstico que nos defina el punto de partida, y por el otro diseñar después estrategias de transformación que seguramente van a llevar tiempo, para lo cual hay que darle garantía de continuidad a la política, porque nadie puede empezar a hacer un proyecto de transformación sino sabe si eso después va a ser sostenible en el tiempo. El tema de la formación inicial docente tiene esas características. Tenemos el Instituto Nacional de Formación Docente (INFD), que es un dispositivo institucional con el cual se puede contar para todo esto, pero creo que hay dotarlo de instrumentos de transformación más efectivos.

 -GL:– ¿Por ejemplo?

– JCT: – Por ejemplo disponer de un fondo de financiamiento. El Instituto nacional de educación Tecnológica (INET), en la enseñanza técnica lo tiene garantizado por la ley de educación de formación profesional. Entonces, si se quiere trasformar a las escuelas técnicas se cuenta con un dispositivo muy importante que permite pedirles el proyecto de mejora y financiárselos. Un dispositivo parecido podría utilizarse para los institutos de formación docente.

-GL:-¿Con el programa Nuestra Escuela, donde se presentaban propuestas de formación de los propios docentes del instituto y se las financiaba desde el INFD no se estaría en una situación cercana?

 – JCT: – Es un proyecto un poco más híbrido que tiene que ver con la formación en servicio, no solo con la formación inicial. Sería bueno conocer la evaluación de algunos resultados de ese programa.

Se invirtió mucho dinero y no se sabe que está pasando con eso. En algunos casos tengo la impresión de que los resultados forman un poco parte de esto que hablábamos antes: capacitaciones en servicio que no impactan porque no tienen que ver con las necesidades que los docentes tienen de resolver los problemas de aprendizaje de sus alumnos.

Respecto a esto siempre propongo leer un libro que salió hace unos años; un diálogo de George Steiner con una profesora de literatura de los barrios más marginales de París. En el libro ella confiesa algo que podría confesar cualquier profesor nuestro, que nunca hubieron tantos cursos de capacitación, que nunca tuvo tantos manuales, instrumentos y cuestión a su disposición, y al mismo tiempo nunca tuvo tantas dificultades para resolver los problemas de aprendizaje que les plantean sus estudiantes; por ejemplo: problemas con drogas, con ambientes familiares que son distintos a los tradicionales, ausencia de adultos, anomia. Para todo eso las respuestas que tienen los profesores son muy precarias. No han sido formados para resolver ese tipo de problemas. Insisto, eso no se arregla con un curso de extensión a distancia.

 -GL:– Usted mencionaba la cuestión de que para generar un cambio es necesario tener un buen diagnóstico. Con esta encuesta que realizaron en UNICEF han elaborado un mapeo de un estado de situación del uso de las TICs en educación. Desde esa base: ¿Qué tipo de decisiones podrían tomarse en base a los datos generados?

– JCT: – Primero prestarle mucha atención al tema de la capacitación docente. Hay también problemas de infraestructura tecnológica, porque dotar a todos de las computadoras es un paso muy importante, pero en muchos casos lo que se advierte es que el bajo uso también tiene que ver que no hay una infraestructura tecnológica que permita ese uso.

-GL:– ¿Conexión a Internet, por ejemplo?

-JCT: – Conexión a Internet.

-GL:– Eso sería un filtro de posibilidades de hacer un mejor uso pedagógico. Más allá del docente que no sabe que tiene un software para su materia.

 – JCT: – Sí, claro.

Si el profesor a veces no tiene enchufes, o si los tiene pero tarda la conexión a internet es lógico que se replantee que la clase tiene 45 minutos y que si se tarda 15 minutos en que esté todo conectado piense “no, me vuelvo a la tiza y el pizarrón”.

Son problemas que parecen banales pero sin embargo son problemas muy importantes. Hay que tener una línea de acción en ese sentido.

 -GL:– ¿Eso implica dinero, es decir, presupuesto en cada escuela?

 – JCT: – Dinero y gestión, porque lo que tienen estos programas de universalización del acceso es que son programas masivos que no tienen en cuenta los puntos de partida de cada institución. Entonces, las computadoras llegan a todos, tengan conexión o no en la escuela, las sepan usar o no.

 -GL:– ¿Como una dotación individual, de alguna manera sin ver el contexto?

 – JCT: – Y todo centralizado. Yo creo que hay que pasar a una segunda fase de implementación de estos programas, pasar a estrategias de implementación que permitan adecuarse a la diversidad de situaciones.

-GL:– ¿Usted cree que se deben continuar esos programas?

– JCT: – Sí, sin duda.

-GL:– Porque si no, no tendría sentido todo lo que se hizo hasta ahora, todas las inversiones.

 – JCT: – No, por supuesto. Yo habría sido partidario de otras estrategias.

  -GL:– ¿Por ejemplo?

 – JCT: – Cuando era ministro y decidimos empezar con el modelo 1 a 1 (una computadora por alumno) decidimos empezar por el lugar donde si uno le da una computadora a cada alumno está resolviendo un problema y satisfaciendo una necesidad. Por ese motivo apuntamos al ciclo superior de las escuelas técnicas. La primera licitación de compra de computadoras con el modelo 1 a 1 fue para el ciclo superior de las escuelas técnicas con un total de 250.000.

Mi idea era que debíamos partir de las escuelas técnicas porque es donde hay equipamiento y donde hay mayor capacidad de uso por parte de los profesores, y de a poco ir expandiendo el programa. Bueno, se dio el salto del ciclo superior de escuelas técnicas a toda la escuela secundaria. Ese salto tenía y tiene riesgos muy altos como los que estamos viendo, y también riesgos de sustentabilidad porque en proyectos de este tipo el financiamiento es muy costoso.

 -GL:– Sostener la reparación técnica y el mantenimiento, por ejemplo

 – JCT: – Sostener el proyecto, porque la vida útil de estos aparatos son tres años, es decir que hay que ir renovándolos. Los chilenos tienen el modelo 1 a 1 con una modalidad mucho más austera, tienen carritos donde hay 20 o 30 computadoras y van a la sala del profesor que las va a utilizar. Si el profesor de física las va a usar te traen el carrito con las 30 computadoras. Cuando termina la clase el carrito queda en la escuela, no se llevan las computadoras a la casa. Esa es una modalidad de uso más sustentable financieramente y desde el punto de vista pedagógico cumple con las mismas funciones.

 -GL:– La dimensión de aprendizaje en la casa y/o social no está en esa modalidad.

 – JCT: – Eso es cierto, pero insisto, no somos un país rico como para poder tener ese modelo. Entonces, si se quiere extender el modelo 1 a 1 a la primaria no habría que hacerlo con la modalidad con que se hizo en la escuela secundaria, sino tener alguna modalidad un poco más sustentable financieramente y que resuelva los problemas desde un punto de vista pedagógico. Yo creo que atendiendo estos puntos se puede continuar. La otra dimensión sobre la cual me parece fundamental avanzar es sobre la experimentación, la innovación en el uso de las tecnologías.

 -GL:– ¿Y cómo piensa eso línea de trabajo? ¿Con qué tipo modelo?

 – JCT: – El Estado debería crear un instituto de investigaciones y de innovaciones pedagógicas en el uso de las tecnologías, porque si no dependemos de la innovación de las empresas. Hoy son las empresas las que nos dicen por dónde y para dónde ir. Las empresas deciden no fabricar más las netbook y pasar a las tablets. ¿Por qué? ¿Quién dice que las tablets son mejores que las netbooks desde un punto de vista pedagógico, desde un punto de vista de necesidades del aprendizaje? Al contrario, muchos dicen que son peores.

 -GL:– Por ejemplo: con las tablets no se puede aprender a programar.

 – JCT: – Efectivamente, no se pueden escribir textos largos. ¿Por qué tenemos que hacer eso? Porque la empresa lo decidió, y la empresa lo decide en función del lucro. La obsolescencia rápida de los productos tecnológicos es una necesidad de lucro de las empresas, pero no es una necesidad social. Pienso: el Estado, que es el principal comprador, ¿no puede imponer pautas de innovación tecnológica que respondan a las necesidades de aprendizaje de los alumnos?

  -GL:– Lo que plantea es que el Estado apunte a demandar un producto más a medida de esas necesidades.

 – JCT: – Claro. Para hacer eso el estado tiene que fortalecer su capacidad de demanda, tiene que decir “queremos esto, por tal y tal razón, porque nuestras investigaciones nos demuestran que este es el camino.”

Hay que hacer un centro de innovación tecnológica. Quizás podremos hacerlo no necesariamente como una institución dependiente directamente del Estado, muchas universidades pueden tener centros de este tipo. Ya hay grupos trabajando. Eso implica tener una política de investigación, de experimentación que le dé al Estado mayor calidad de demanda para fortalecer su capacidad de negociación con los sectores privados. Esto incluso hasta puede ser una dimensión no solo nacional, porque las empresas todas las decisiones que toman, no las toman acá, no son decisiones nacionales, son decisiones globales. No tenemos un sector público que negocie a ese nivel. Pero sí podemos fortalecerlo por lo menos al nivel de la región, Brasil, Argentina, Chile, etc. En este ámbito no hay especificidades nacionales, los problemas son bastantes comunes.

 -GL:– ¿Esos centros de investigación e innovación también trabajarían en estrategias pedagógicas y en diseño de recursos educativos?

 – JCT: – Sí. Incluso hasta en la propia formación docente se puede investigar qué estrategias de formación son más efectivas. Sobre eso a veces actuamos intuitivamente o por alguna experiencia de casos, pero no tenemos investigaciones así.

Insisto, estamos en una situación de dependencia muy fuerte de las empresas.

 -GL:– ¿Aún teniendo organismos como Educar o como Escuelas de Innovación?

 – JCT: – Sí, esa base está. Esos organismos y programas creo que hay fortalecerlos. Además hay que tener una política para que puedan transferir los resultados de sus trabajos a los institutos de formación docente, ya que muchas veces no tienen esa posibilidad.

 -GL:– ¿El INFD podría ser un organismo que genere ese espacio?

 – JCT: – Podría ser, pero en el marco de una política que tenga metas a mediano y a largo plazo que podamos evaluar. Yo estoy personalmente frustrado en ese sentido. Cuando la ley de Financiamiento Educativo cumplió su meta en el 2010 se discutió, y se sigue discutiendo hasta el día de hoy, si no hay que hacer una nueva ley de Financiamiento Educativo.

¿Por qué la ley de financiamiento educativo? El financiamiento, el 6% de PBI para educación ya está en la Ley Nacional de Educación. Lo que tenemos es que tener un plan nacional de educación por ley, en ese plan deberían estar consignadas las metas y el financiamiento de cada meta. Porque si no caemos en el mismo riesgo que con la Ley de Financiamiento Educativo: la meta de financiamiento del 6% se cumplió, pero después todas las metas específicas no, porque el aumento de los recursos se destinó fundamentalmente al salario.

Supongamos que se establece el financiamiento para el equipamiento tecnológico en 5 años o 10 años, como meta. ¿Quién es responsable de ese financiamiento, cuánto el Estado nacional y cuánto la provincia? ¿Qué es lo que nos pasa con la meta de la jornada extendida?  Si ponemos la meta en la jornada extendida hay que hacer un gran esfuerzo colectivo en infraestructura, porque si queremos tener una escuela que sea de jornada completa tenemos que construir otra escuela para los que asisten en el turno tarde. Esa parte, no digo que sea fácil, pero es relativamente sencilla y el Estado nacional cubre buena parte de eso con el plan de infraestructura escolar. Pero después hay que nombrar a los docentes, y los docentes son nombrados por las provincias, que son las que pagan los salarios. Uno de los obstáculos más serios para avanzar en la jornada extendida y completa es que en las provincias, los gobernadores, no ven con mucha simpatía todo esto porque el peso fundamental del presupuesto cae sobre ellos sostenidamente en el tiempo, porque la construcción de la escuela se hace una vez, pero después está el mantenimiento. Si queremos lanzar la meta de la jornada extendida hagamos una estimación de costos y veamos si no es que la Nación no tendría que intervenir, quizás más activamente, en el tema salario de los docentes de la provincia, porque si eso no cambia no vamos a avanzar en esa meta. No es que no avanzamos porque algún perverso no quiere que haya escuelas de jornada extendida, es porque hay un tema financiero ahí muy fuerte. Entonces la idea de tener un plan, metas, de decir cuándo, que podamos evaluar si se cumple, si no se cumple, por qué no se cumple, y el financiamiento de cada meta, y en ese financiamiento de cada meta definir cuánto provincia, cuánto nación y cuánto puede venir de aportes privados. En fin, discutir específicamente meta por meta del financiamiento, y no tener una Ley de Financiamiento Educativo general que puede tener los mismos problemas que tuvimos con la Ley de Financiamiento hasta el año 2010. Creo que ese es también un desafío importante que toca a este tema de las TIC, pero abarca todas las otras posibilidades.

 -GL:– En relación a la forma en que los directivos incorporan las TIC en un acompañamiento pedagógico, no sólo en lo administrativo. ¿A qué conclusiones pudieron llegar en base a la encuesta?

 – JCT: – Bueno, la encuesta dice lo mismo, todos los directores están de acuerdo, todos adhieren. Ahora, después en cuanto a la capacidad del directivo para orientar pedagógicamente a los profesores en el uso de las TIC es muy variado y en general es muy pobre, porque a los directivos tampoco nadie los formó para que hagan eso. Eso es también parte del diseño del proyecto. Por ejemplo, como en el caso del diseño de un proyecto como Conectar Igualdad que no dio lugar a la institución, a que el director tuviese un papel importante en el armado del proyecto, no solo para recibir las computadoras.

Recuerdo el caso de un director de Misiones que me decía, “yo no tenía este problema, y ahora tengo un problema más, ¿qué hago con estas computadoras? Me llegaron en noviembre. Si se las doy ahora, se las llevan a su casa y vuelven en marzo del año del viene. Entonces, no se las doy, las tengo que guardar, tengo que encontrar un local donde guardarlas con unos candados muy grandes para que no se las lleven.” Por eso digo, el director no está incluido en el diseño institucional del proyecto, la escuela como institución no aparece en un proyecto diseñado a escala masiva, universal, y no de abajo hacia arriba. No es que el director desarrolla una serie de actividades y dice “Ya estamos en condiciones de recibir las computadoras”. No, les llegaron cuando desde el punto de vista de la distribución les toco que les llegasen.

Los grupos focales que hicimos a lo largo de este proyecto de encuestas mostraron que en muchos casos lo primero que hacen los chicos cuando reciben la computadora es borrarle todos los programas y ponerle los jueguitos que usan. Los chicos decían “si los profesores no la usan”. Cuando uno pisa tierra, esto es lo que aparece. Junto a esas situaciones están los otros ejemplos maravillosos de escuelas que las usan muy bien, con directores que están interesados. Pero insisto sobre este punto, hoy en día todo eso está librado a la casualidad, no hay una política que tome la institución como base del diseño de los proyectos y que diga “bueno, acá tenemos directores que funcionan muy bien, que son capaces. Con estos hagamos esto. Con estos otros empecemos de otra manera.” No puedo hacer lo mismo con el director que es un innovador tecnológico que con el director que no tiene ni idea de qué hacer con las computadoras.  Para eso se necesita una gestión distinta donde se tienen que tener centralizadas algunas cosas y descentralizadas otras, con un mayor protagonismo de lo local. Lógico que es bastante más difícil, pero es necesario porque implica un uso más racional de los recursos, porque en los modelos más homogéneos e universales hay muchos recursos que se dilapidan.

 -GL:– Para finalizar ¿Qué sugerencia daría desde su experiencia en cuanto a la relación entre Tic y educación?

 – JCT: – Lo que me parece importante es algo que ya ha sido dicho muchas veces, pero hay que volver a insistir, y es que en este tema de la difusión de las TIC no hay que creer en el determinismo tecnológico. Acá lo importante es el proyecto pedagógico en el cual se inscribe el uso de las tecnologías. No se trata de formar en el uso de las tecnologías basados en un uso instrumental del aparato. Tenemos que formar en un proyecto pedagógico en el cual el uso de la tecnología sirva a ese proyecto, un proyecto que este destinado a un mayor protagonismo del estudiante en el proceso de aprendizaje, en el trabajo en equipo, en la indagación, la participación, la conectividad no solo con la unidad técnica sino a la conexión con otros, con el diferente.

Por ejemplo, las redes: los chicos están todos en diferentes redes, pero en redes entre sus iguales, se conectan con los que le interesa lo mismo que a ellos. El proyecto educativo que tienda a enseñar a aprender a vivir junto con el diferente debería promover el uso de las TICs para que, justamente, nos conectemos con el diferente y no con el que piensa lo mismo que yo. Es el proyecto pedagógico, el que determina el uso de la tecnología y no al revés.

Una vez en el ministerio vinieron los equipos que estaban trabajando en TIC. Una empresa les había donado 200 iPad. Ellos querían hacer una experiencia piloto y mostraban todo lo que los aparatos podían hacer y sus características: grabar videos, la nitidez de la imagen, su peso liviano. Cuando terminaron les pregunté: “¿Qué problema resuelven estos aparatos? ¿Cuál de los problemas que tenemos en la educación hoy este aparato nos ayudará a resolverlo?” Las características de rapidez de carga de la imagen, de su nitidez, o que sea más liviano, no son los problemas de la educación. Los problemas son que tenemos que lograr que los chicos aprendan a leer y a escribir, que aprendan a ser más solidarios, que haya menos violencia, que aprendan mejor ciencia. Normalmente muchos de los trabajan en el terreno de la Tic razonan desde el aparato hacia a la educación, y no al revés, no desde el problema educativo que tenemos hacia el aparato.

Fuente original:

Boletín de novedades educativas N° 68: Entrevista a Juan Carlos Tedesco. La Encuesta Nacional sobre la Integración de TIC en la Educación Argentina. Algunas conclusiones.

Fuente de la Entrevista:

Entrevista a Juan Carlos Tedesco sobre la Integración de TIC en la Educación Argentina.

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Yolanda Saldarriaga: «En Venezuela las mujeres somos la columna vertebral de la revolución"

Venezuela/8 de abril de 2016/ Fuente: LaHaine.org

Entrevista con Yolanda Saldarriaga. Caracteriza al feminismo popular y reflexiona acerca de la coyuntura en términos de procesos revolucionarios, organización y lucha

Integrante de la Escuela de Feminismo Popular, Identidades y Sexualidades Revolucionarias de Venezuela. “Las feministas avanzamos en posicionar nuestros debates en todos los espacios”, afirmó.

La solidaridad entre las feministas de los pueblos se convierte en una urgencia para Nuestra América. Y con esa inspiración, Yolanda Saldarriaga, integrante de la Escuela de Feminismo Popular de Venezuela, vive sus días en la Argentina, “lo que se siente es mucha fuerza y mucha potencia del pueblo argentino aun en la situación complicada en la que nos encontramos en todo el continente”.

“Tanto en la arremetida, como en la fuerza y la lucha son muchas las coincidencias, somos pueblo latinoamericano. Estamos en la misma lucha”. Con estas palabras, Yolanda dialogó con Enredando las mañanas y algo de esto nos dejó.

De intercambios y similitudes y diferencias entre Venezuela y Argentina

Yolanda observa, a partir de las experiencias que retoma de los sucesivos viajes a nuestro territorio que “en el trabajo concreto y en la metodología que se desarrolla en los espacios de lucha son muchas las coincidencias” entre los movimiento sociales de la Argentina y de Venezuela y que “hemos aprendido mutuamente en estos años”. De hecho, sostuvo que “fue fundamental venir (a la Argentina) en 2007 y ver la masividad del feminismo como fuerza”, a pesar de que “allá (en Venezuela) todavía es un poco más incipiente” por lo reciente.

“Nosotras recibimos un gran impulso a partir de participar (casi todos los años) del Encuentro Nacional de Mujeres (de Argentina), ahí hay bastantes coincidencias”, contó, “las feministas avanzamos en posicionar nuestros debates en todos los espacios, es decir que el patriarcado es un sistema articulado al capitalismo y al colonialismo, así que está presente en todos los momentos y en todos los espacios donde el sistema se expresa”.

Yolanda estuvo en la apertura de la Escuela de los Derechos de los Pueblos del Abya Yala Berta Cáceres, que se realizó el viernes 25 en el Espacio Cultural Pompeya, “era interesante ver cómo no era una actividad convocada desde el feminismo, desde las mujeres, pero se lograba insertar el debate en todos los puntos en los que se trabajaba. Si hablábamos de formación política o de coyuntura en el continente era ver cómo nos afecta a las mujeres y cuál va a ser nuestra respuesta, organizadas”, contó.

“La diferencia que veo, es la criminalización a la protesta que también muestra cómo (en Argentina) se van a organizando para resistir y dar respuesta a eso”, sostuvo Saldarriaga pero amplió, “las condiciones en el continente, del pueblo organizado, de los movimientos y del poder popular no dan para que estemos en situación de absoluta resistencia sino que todavía tenemos condiciones para disputar hegemonía. En eso estamos y desde el feminismo participamos activamente”.

Cómo nace la Escuela de Feminismo Popular: un espacio de articulación 

“En 2006 empezamos a juntarnos mujeres y compañerxs de la sexo- género diversidad para acompañarnos. Muchas estábamos en grandes organizaciones mixtas y ya veníamos trabajando la línea de género y feminista, estábamos recibiendo muchos ataques de nuestros mismos compañeros y empezamos a hacer espacios de encuentro, intercambio de metodologías o contenidos, de catarsis para abrazarnos y apoyarnos mutuamente y ahí fueron saliendo los Encuentros Nacionales de Formación, una actividad en la que nos juntábamos a intercambiar líneas de trabajo”.

“Y en 2013 decidimos generar un espacio permanente de articulación conjunta, trabajando con (casi) todos los movimientos sociales que participan de nuestras actividades regionales y nacionales. En ellas debatimos sobre el patriarcado y sus múltiples expresiones machistas, tanto las macro como nuestras prácticas”.

“Las mujeres tenemos un modo de comprender el mundo muy complejo”, dijo Yolanda al reflexionar sobre el feminismo popular y la importancia que tiene al momento de tranversalizar sus demandas y otorgar de hecho al proceso venezolano del carácter revolucionario. “Las mujeres, dedicadas a la reproducción de la vida” (un lugar que nos dio el patriarcado), contamos con “habilidades y una comprensión del mundo que está ayudando en la construcción de una nueva forma de hacer política, que no abandona la subjetividad, que se preocupa por el otro o la otra, que pregunta cómo te sientes en los espacios de militancia, que parece una cuestión sin importancia pero que son la humanización de nuestras relaciones, la propuesta de nuestras revoluciones de izquierda de construir otra sociedad”.

La guerra del capitalismo y el impacto sobre las mujeres del pueblo

“Es descarado el nexo entre el imperialismo y la derecha en Venezuela”, caracterizó Yolanda Saldarriaga, mujer, feminista y militante política ante las preguntas sobre la coyuntura y la guerra de la derecha contra la nación bolivariana, “la guerra es híbrida, con muchas aristas”, sostuvo.

Relató que la guerra económica afecta muy directamente a las mujeres a través de “la escasez de productos de la canasta básica. Esconden la leche pero hay yogurt, no hay agua pero hay cervezas o jugos. Hay acaparamiento, hay especulación, hay un sector dedicado a aumentar los precios para generar desestabilización en el país”.

Contó que “los primeros productos que desaparecieron del mercado son los relacionados con el cuidado y la salud sexual y reproductiva de las mujeres”, “una táctica efectiva de la derecha” según Saldarriaga, “lo único que se consiguen son condones a muy alto costo, y eso desespera a la población y va a generar pobreza a mediano plazo, es el plan que tiene la derecha, que las familias se multipliquen y que no tengan como sostenerse económicamente cuando la mejora en la calidad de vida integral del pueblo venezolano es una gran triunfo de estos 17 años de revolución”.

Según la Red de Información por el Aborto Seguro se recibían 12 llamadas diarias en 2012 pasando a atender aproximadamente 200. Según comentó Saldarriga, el motivo es que “la mayoría de mujeres reportan que tienen un embarazo no deseado porque no consiguieron el método que usualmente utilizaban” porque sencillamente no hay.

“La situación de guerra económica recluye a las mujeres al espacio doméstico nuevamente”, afirmó de forma categórica y escalofriante, “el tiempo que dedicábamos al trabajo comunitario, a estudiar, a diversas actividades para nuestra emancipación y la del pueblo, ahora tenemos que dedicarla a hacer colas para conseguir alimentos, básico para mantener a la familia”. Y culminó, “como las mujeres somos la columna vertebral de la revolución, contra ellas dirige la derecha su ataque”.

Fuente de la Entrevista:

http://www.lahaine.org/mundo.php/en-venezuela-las-mujeres-somos

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“La educación es para que seamos conscientes de nuestra historia”

www.diariocorreo.pe/08-04-2016/Textos: Kattia Rocca Álvarez/Foto: Roberto Matta

La historia de la política fue el medio para que Daniel Parodi se interese por saber sobre la historia del Perú y se sienta maravillado de la riqueza que tiene el país. Realidad que pocos ven por la falta de educación que existe en la actualidad.

¿En qué momento de su vida decidió estudiar historia?

Yo siempre fui un hombre de letras. Cuando postulé a la Universidad Católica ya sabía que quería esa carrera. Mi vocación por esa área del conocimiento siempre estuvo clara, pues en mis tiempos escolares, desde primero de secundaria, yo comencé a leer la historia de la lucha por la democracia, los perseguidos políticos y los mártires. Creo que la combinación de esto hizo que no solo la historia me atrajera, sino también la política.

¿Cómo cree que su carrera impactaría en las nuevas labores a las que aspira?

He visto historiadores, uno de ellos es Raúl Porras -Barrenechea, él fue presidente del Congreso, y Luis Alberto Sánchez, un gran literario, ensayista e historiador. Ambos tuvieron una labor muy destacada en su tiempo en el Congreso. En mi caso, en particular hay dos ramas que me interesan, una de ellas son las relaciones exteriores, pues ya tengo una especialidad ahí.

¿Cree que al pueblo peruano le falta memoria? 

 Desde la mirada de la educación, sin duda se debe reforzar la enseñanza de la historia del Perú, creo que es fundamental. Es decir, el ciudadano tiene que estar capacitado en derechos fundamentales, en las normas de convivencia y en elementos que atañe su capacidad. Todos debemos saber qué pasó un 28 de julio y para eso se debe potenciar los cursos de Cívica, Ciudadanía e Historia. Eso será la base para construir el país. En la actualidad no nos detenemos ante la luz roja, y cuando pasa una anciana que puede ser nuestra madre queremos que pase lo más rápido. Eso demuestra nuestros malos valores cívicos y la poca conciencia de los derechos fundamentales de las otras personas.

Entonces, ¿en qué momento se perdieron los valores en la sociedad?

Yo no lo vería como pérdida de valores, pasa que somos una sociedad nueva. Hace 50 años éramos un país no alfabetizado. En los últimos 100 años la población se ha multiplicado en 10. Hemos pasado de ser un país urbano alfabetizado, entonces somos una nación joven, recién formada. Más que una pérdida de valores se trata de triplicar la inversión en la educación para que este crecimiento se dé a ese ciudadano consciente de la riqueza de su pasado e historia.

¿Por qué estudió la Guerra del Pacífico y el litigio con Chile?

Mi padre era abogado, de esos muy cultos e historiadores. Él llevaba muy dentro la guerra con Chile, entonces quise apoyar en el litigio de La Haya porque fui convocado por el actual gobierno. Yo busco que las relaciones con Chile sean normales para ayudar a que las relaciones exteriores con otros países sean mucho mejor.

DATO

Daniel Parodi. Historiador. Luego de su condecorada labor en la Cancillería por el litigio con Chile frente a la Corte de La Haya, decidió postular al congreso por Alianza Popular.

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Maria Angela Petrizzo: “ Todo conocimiento es apenas un reflejo de quien lo escribe”

“El conocimiento libre es como una gran casa con muchas habitaciones, desde la cual podemos entender la cultura, el libro, la agricultura, las prácticas sociales, todo. Hay que entender que el conocimiento es genuinamente libre y que ha sido secuestrado por intereses económicos, el mismo debe verse como un elemento de orden superior en la forma de lo que somos como sociedad”. Esta es la percepción que al respecto comentó María Angela Petrizzo durante el programa Por Donde Pueda, transmitido por Alba Ciudad 96.3 fm.

Para esta activista hablar del conocimiento libre es un rito necesario. Afirma que “la mayor parte del conocimiento no es libre y considera necesario asumir que todo conocimiento es apenas un reflejo de quien lo escribe”.

Petrizzo, quien además es politóloga e investigadora en temas de Tecnologías, Ciudadanía, Conocimiento Libre, Redes Políticas y Desarrollo Endógeno, cree que todos los individuos “nos vamos formando en una manera única de aprender, pero lo que deberíamos entender es que no hay un modo único de aproximarse al conocimiento, de saber y de ver la realidad; cada quien puede explicar la realidad de un modo muy particular según las experiencias que ha visto y es algo que viene por añadidura”.

Afirma que cuando en la sociedad se impone el cómo deben hacerse las cosas, esto lo que hace es fragmentar el conocimiento, “legitimando la exclusión de la población de los procesos formales e informales de la educación y que estos últimos no sean reconocidos, condicionando el modo de ver el mundo y sometiéndonos para no cuestionar, por el ejemplo, el hecho que nos guste una canción por su ritmo sin detenernos a pensar en el contexto en que fue creada o la realidad que intenta reflejar”. Aproximarse y comprender al otro, entendiendo que es un conjunto de realidades y que no coincidan totalmente en sus modos de ver esas realidades, es lo que ha hecho a Mariangela Petrizzo una defensora y activista del conocimiento libre.

 El libro digital como mecanismo de resistencia

Para esta apasionada merideña por las Tecnologías de Información Libres, poder acceder al libro digital, saber donde localizarlo, cómo usarlo, es un modo de resistencia ante las limitaciones propias que el sistema capitalista impone.

Califica de acertada y positiva las políticas que desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC) se implementan en esta materia, con el acceso digital a los títulos de la Biblioteca Ayacucho y, más recientemente, La Biblioteca más Liviana del Mundo que tiene disponible la Fundación Editorial El perro y la rana a través de su portal web www.elperroylarana.gob.ve.

Sin embargo, según datos publicados por Conatel, la cantidad de usuarias y usuarios de Internet en Venezuela se ubica en 15 millones 529 mil 494 personas para finales de septiembre de 2014, lo que equivale a 58,94 por ciento de la población con siete y más años de edad (ver:http://www.conatel.gob.ve/venezuela-mas-de-155-millones-de-personas-tienen-acceso-a-internet/ ). Con estas cifras, Petrizzo se pregunta: ¿Qué pasa con el resto de la población? ¿El 58,84% de la población usa internet para acceder a la información alternativa que ofrece, por ejemplo, el MPPC?

Pues como conocedora de la materia considera que “si analizamos la práctica, nos damos cuenta que hay un importante grupo de personas que no están interesadas en acceder a este tipo de información. Pero ya el hecho de que estén disponibles los libros digitales, supone que para una parte de ese grupo de personas que sí están interesada en conocer otros espacios y modos de pensar distintos, es el que se enfrenta con resistencia a los esquemas de distribución que impiden el libre acceso a estos conocimientos”.

Finalmente propone la necesidad de cuestionar todo tanto como sea posible, sentirse libre de hacer preguntas. “Creo que la libertad de sentirnos y sabernos con derecho de hacernos preguntas, nos puede conducir a otra preguntas más distintivas, haciéndonos descubrir el hecho de que hay una raíz absolutamente libre en el conocimiento que ha sido sustraída para hacer de esta una mercancía de intercambio”.

Por Donde Pueda es el espacio radial que la Fundación Editorial El perro y la rana transmite cada martes, de 8 a 9 de la mañana, por la emisora cultural Alba Ciudad 96.3 fm.

Escucha la entrevista completa en:http://archivos.albaciudad.org/wp/wp-content/plugins/albaciudad_archivos/audio.php?audio=2015-10-27–08-00–pordondep.mp3 y si quieres conocer más del trabajo de María Angela Petrizzo, consulta su blog: https://libreconocimiento.wordpress.com/

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Fernando Savater: «¿Cuándo pondrán unas bases educativas que queden al resguardo de los vaivenes políticos?»

España/ 05 abril 2016/ Autor: /Fuente: http://www.ondacero.es/

Fernando Savater expone su disconformidad sobre la relativa ausencia del tema de la educación en las discusiones para buscar un nuevo gobierno. «Lo único que sabemos como proyecto es que quieren derogar la LOMCE», explica y recuerda que no hay ningún chico que haya empezado sus estudios con una ley y los haya terminado con la misma. Además, solicita la creación de unas bases comunes que queden al resguardo de los vaivenes políticos, imprescindibles para asegurar una continuidad en la educación de los jóvenes.

Audio de la Entrevista: http://desprogresiva.antena3.com/mp_audios5//2016/04/05/328F0272-9514-46AD-BE0E-4006F28E3493/328F0272-9514-46AD-BE0E-4006F28E3493.mp3

Fuente de la Noticia y Foto:

http://www.ondacero.es/programas/mas-de-uno/audios-podcast/opinion-masdeuno/fernando-savater-opinion/fernando-savater-cuando-pondran-unas-bases-educativas-que-queden-al-resguardo-los-vaivenes-politicos_2016040557035cba4beb283cd61e11c3.html

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“Ayotzinapa. Horas eternas”: un documento desde la voz de las víctimas. Entrevista a Paula Mónaco Felipe

Source: “Ayotzinapa. Horas eternas”: un documento desde la voz de las víctimas. Entrevista a Paula Mónaco Felipe

Paula Mónaco Felipe es cordobesa y vive en México desde hace doce años, donde ejerce la profesión de periodista. En estos días se encuentra en Córdoba realizando diversas presentaciones de su primer libro Ayotzinapa. Horas eternas, sobre la desaparición de los 43 estudiantes normalistas mexicanos  ocurrida durante los días 26 y 27 de septiembre de 2014 en el estado de Guerrero. En el programa Enredando las mañanas del 22 de marzo, compartimos su testimonio.

Descargar audio.

Su actividad la llevó a involucrarse primero profesionalmente y luego de manera personal y comprometida, con las familias que buscan a los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa.  Es que su historia la retrotrae a la propia. Paula es además hija de desaparecidos durante la última dictadura. En estos días, cuando recordamos los 40 años del golpe de estado, afirma sin dudar que el círculo con la desaparición de los normalistas no tiene que ver sólo con su historia personal, sino también con la dolorosa seguridad de que “las mismas cosas siguen ocurriendo”.

Luego de presentar su trabajo en la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano y brindar una profunda descripción del narcoestado mexicano y del contexto en el que se da la desaparición de los estudiantes, conversó con Enredando las Mañanas, acerca de su aproximación al caso, el rol de lxs comunicadorxs y de la solidaridad internacional ante las violaciones de los derechos humanos.

“A Ayotzinapa me acerca mi propia historia y mi humanidad”

Paula viajó en septiembre de 2014 a Guerrero como periodista corresponsal de  “El Telégrafo” de Ecuador. Sin embargo, recuerda, “una vez que llego al lugar, me topo enseguida con una situación que me golpea, que me sacude muy fuerte por mi propia historia, de que tengo a mis dos padres desaparecidos acá durante la última dictadura cívico-eclesiástico-militar y por el hecho mismo de estar viendo lo que pasa ahí, que es la impotencia absoluta de familias y de estudiantes ante una situación de una violencia desmedida, la indiferencia de las autoridades, la indolencia de mucha gente hacia el tema”.

“¿Qué me acerca? -se pregunta-, me acerca mi propia historia, y me acerca también el que no puedo ser indiferente a un tema así, yo creo que eso nos puede acercar a muchos, que no hace falta ser periodista, que tiene que ver con una cuestión de postura ante la vida, la humanidad como un componente de nuestra sociedad, tratar de ser cada vez más humanos y cada vez menos indiferentes”.

La escritora mexicana Elena Poniatowska, en el prólogo del libro, describe el momento en que Paula levanta en sus brazos a la bebé de uno de los desaparecidos. Ese hecho, señala Paula, la “toca en lo afectivo, en lo personal, (…)  es una historia que creo que es muy fuerte porque resume de alguna forma eso, de cómo me acerca a mí el tema y de cómo, dolorosamente, las mismas cosas siguen ocurriendo. Como lo cuenta Elena en el prólogo, yo en un momento me encuentro cargando en brazos a una bebé que no sé quién es, una bebé muy simpática, muy linda (…) se llama Melani, es la hija de Israel Caballero Sánchez, uno de los desparecidos. Y me doy cuenta que ella tiene, al momento de la desaparición de su papá, casi la misma edad que tenía yo al momento de que desaparecen a los míos en Argentina. Entonces eso de alguna forma cierra un círculo, pero también abre todo otro mundo que es un compromiso, una responsabilidad que yo, como sobreviviente, siento que tengo, que es denunciar estas cosas cuando ocurren, tratar de registrar, de documentar las cosas que son importantes dejar registro”.

“Más que hablar de objetividad, los comunicadores debemos hablar de honestidad y responsabilidad”

Mónaco describe de qué manera el involucrarse con Ayotzinapa implicó para ella una profunda reflexión ética: “yo recuerdo que cuando estudié comunicación social (…) había un debate muy fuerte que atravesaba toda la carrera y que sigue existiendo en los medios, en las escuelas de comunicación, sobre la objetividad. Yo creo que ese debate ya es inútil, trasnochado y está fuera de realidad, que más bien lo que necesitamos son debates, en situaciones como las que vivimos en México, sobre el dolor, el abordaje del dolor, cómo se para el periodista ante la víctima que está entrevistando, cuáles son las formas de enfrentar esa situación, de investigar, de preguntar, pero sin perder la humanidad y de tratar de ponerse en el lugar del otro. Dónde está el límite de qué informar, qué no (…) Yo, por medio de este libro, me replanteé mucho. Nunca fui una defensora de la supuesta objetividad, pero en este libro pensé mucho sobre ese tema. Hago explícito en el libro que es un trabajo sumamente subjetivo porque mi historia condiciona la que yo relato, pero creo que hay otra cosa que es más valiosa que hay que trabajar, y que es la honestidad y la responsabilidad del comunicador. Yo trato de hacerlo, al menos haciéndome las preguntas. No sé si lo logro resolver en el texto, en mi trabajo profesional, pero creo que más que preguntarnos cómo ser objetivos, tenemos que preguntarnos cómo ser honestos y responsables con lo que hacemos como comunicadores”.

Un documento desde la voz de las víctimas

Paula, al presentarlo, describe de qué manera surge la idea y la necesidad del libro, que es solo un momento en el acompañamiento a lxs familiares. El objetivo, explica, es “generar un producto que permita difundir el caso, pero también generar un producto que sea un documento del caso. Un producto que aporte a la documentación de temas que, generalmente, están muy filtrados por las versiones oficiales que, normalmente, silencian o evaden partes, sobre todo las voces de las víctimas. Siempre hay algo simplificado, muchas veces maniqueo, de manipulación de la información. Entonces creo que a todos los demás, a los que componemos la sociedad y no somos el gobierno o los representantes del estado, nos toca trabajar en casos de violaciones graves a los derechos humanos la documentación de lo otro. Entonces –reafirma, por si queda alguna duda-, este libro busca ser un producto que documente qué pasó en Iguala el 26 y 27 de septiembre de 2014 y qué pasó todo el primer año que siguió contado desde la experiencia y las voces y el pensar de las víctimas y sobrevivientes, un aporte al contrarrelato oficial”.

La causa

Paula tiene un profundo conocimiento de la causa judicial y de los vericuetos que se han ido tomando desde la “justicia” para sostener la versión oficial, la llamada “verdad histórica”, desmentida una y otra vez por lxs expertxs de la CIDH y el Equipo Argentino de Antropología Forense. Actualmente, dice “el caso tiene más de cien detenidos, pero no hay ningún condenado. La mayoría están imputados por el delito de secuestro y por delincuencia organizada, que es una especie de comodín que tienen las leyes mexicanas desde hace algunos años. No hay imputaciones por desaparición forzada, y eso también es una alarma porque los delitos como delincuencia organizada y secuestro tienen una fecha de caducidad, son prescriptibles. Pero más allá de eso, y de que no haya nadie condenado, lo más importante es que pese a tener más de 100 personas detenidas, los 43 estudiantes continúan desaparecidos y no se ha enjuiciado ni condenado a los responsables de los asesinatos y de las heridas de gravedad de otros muchachos. Entonces creo que prácticamente podríamos decir que judicialmente y en materia de investigación, la causa está en cero”.

La inacción del estado es todavía más palpable en relación a la búsqueda de los jóvenes, “el estado mexicano asegura que ha realizado búsquedas y que sigue haciéndolo, que no las ha suspendido. Los padres y familiares y compañeros de los normalistas desparecidos refutan eso y dicen que no hay búsquedas y cuestionan que los métodos utilizados no han sido suficientemente efectivos. Yo creo que el solo hecho de que los muchachos continúen desaparecidos y sin pistas de ellos nos da una idea de que al menos la búsqueda ha sido insuficiente, las formas elegidas no han sido las correctas y sabemos que en la desaparición, como en muchos otros delitos, cada minuto que pasa es un minuto que se pierden oportunidades que no pueden volver a repetirse. Entonces el paso del tiempo es un factor que acá no solo abona el olvido, sino que complica  cada vez más la posibilidad de encontrarlos con vida”.

“La hipótesis oficial  que el estado mexicano sostiene desde el 7 de noviembre de 2014 –continúa-, indica que los jóvenes fueron detenidos por policías en un primer momento, pero que enseguida fueron entregados al narcotráfico y según dice el estado mexicano, el narcotráfico los asesinó, los incineró y desapareció sus restos por completo en un río. O sea, que no sería nada más recuperable que un grupo de bolsas de plástico que el propio estado incautó. Con el paso del tiempo, peritajes independientes de expertos de la talla del Equipo Argentino de Antropología Forense han demostrado que en ese lugar no existió un fuego de la dimensión que dice el estado que hubiera permitido la incineración de los cuerpos y que tampoco los restos encontrados pertenecen a los jóvenes. Es decir, la versión oficial no tiene un sustento real o científico hasta ahora”.

La mirada del mundo

Paula deja en claro que lo ocurrido en Ayotzinapa no fue una excepción. Las ejecuciones y desapariciones se repiten a lo largo y ancho del estado de Guerrero y de otros departamentos del país. Si el caso de Ayotzinapa no hubiera sido captado por la prensa internacional, afirma, hubiera pasado casi en silencio, como muchos otros. “Tres meses antes, en la ciudad de San Pedro Limón en una bodega Tlatlaya fueron ejecutados 22 jóvenes, según se está comprobando fueron ejecutados por integrantes de la secretaría de marina armada. Unos meses después, en Michoacán, en otro estado, policías ejecutaron a civiles que integraban fuerzas ciudadanas de seguridad. Como esos, vamos sumando a cuentagotas algunos, en grupos otros, casos de violencia a niveles indescriptibles y que muchas veces involucran al propio estado y no trascienden más allá de México. A veces, no trascienden siquiera en la prensa nacional. El que Ayotzinapa haya estado en los medios internacionales le da una visibilidad que permite también visibilizar otros problemas que existen, como la desaparición forzada, que en México implica tanto desaparecidos desde los años 70 por razones políticas (cerca de mil personas) y que no se ha condenado a nadie por esos casos, como decenas de miles de personas desaparecidas desde el 2007 a esta parte en el marco de la llamada guerra contra el narco. Entonces  Ayotzinapa sigue sin resolverse pero tiene un balance positivo en un punto que es visibilizar y mostrar al mundo una situación en México que los expertos consideran al nivel de crisis humanitaria”.

“Para los familiares es importante ver que hay personas para quienes sus hijos importan”

Además de visibilizar la situación en Guerrero y en México, afirma Mónaco, “el acompañamiento internacional ha sido muy importante también porque da un respaldo a los familiares, los mantiene de pie, les levanta el ánimo. Recuerdo por ejemplo, el primero de noviembre de 2014 los familiares venían de que los recibiera el presidente [Enrique Peña Nieto], casi un mes después de que ocurrieron los hechos. Ellos se sentían primero muy ilusionados por llegar a la máxima esfera posible del país, pero salieron de la reunión desilusionados y muy tristes por no ver ningún cambio. Y llegamos nosotros, yo como integrante de HIJOS, a visitarlos, a tener una charla con ellos, y llevamos impresas y les proyectamos fotografías y videos de otras partes del mundo donde estaban haciendo cosas (…) y ese momento fue increíble, porque muchos de ellos no sabían dónde queda Londres, pero veían a gente en un lugar muy diferente a su realidad, gente físicamente muy diferente, cargando la foto de su hijo. Y veían a personas en la nieve, cargando la foto de su hijo. A otros cantando en un concierto… y eso los revivió de alguna forma. Eso ha sido también el alimento, como la gente les manifiesta solidaridad en México, el salir a otros países y ver no sólo que los acompañan a ellos, sino que hay personas para quienes sus hijos importan. Entonces creo que el acompañamiento internacional es muy importante y que ojalá se pueda seguir de alguna forma junto a ellos. De la forma que se pueda, cada quien como pueda”.

http://www.rnma.org.ar/noticias/19-internacionales/2993-ayotzinapa-horas-eternas-un-documento-desde-la-voz-de-las-victimas-entrevista-a-paula-monaco-felipe

 

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Viktor Naqill : “No he visto otros movimientos en el continente que utilicen la calle para reivindicar su lengua”

FELIPE MONTALVA / 04 Abril 2016 / El Ciudadano

El Ciudadano entrevistó al académico Victor Naqill acerca de la futura oficialización del mapudungun, anunciada por el intendente regional Andrés Jouannet, en febrero pasado, y reclamada desde hace tiempo por diversas organizaciones mapuche. Las preguntas y respuestas indagan en las claves políticas, históricas y educativas implicadas en este interesante proceso.

Viktor Naqill

Nacido en Agkü (Ancud), Chillwe (Chiloé), en 1967, Viktor Naqill cuenta que si bien no fue un hablante nativo de mapudungun, hoy puede hablarlo y leerlo a nivel básico, que es también uno de sus temas de cabecera. Es así como durante este año comenzará a trabajar en su libro “Mapuzugun, la lengua del País Mapuche: Su historia y su futuro”, donde analiza las causas de la paulatina disminución de la lengua mapuche y plantea algunas estrategias para su revitalización. Por otro lado, está por concluir su Doctorado en Ciencias Políticas en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) con la tesis “De la Raza a la Nación, de la Tierra al País: Comunitarismo y nacionalismo en el movimiento mapuche, 1910-2010”. Viktor Naqill es, además, militante del partido Wallmapuwen.

 

– Antes que todo ¿Cuál sería la manera correcta de escribir el nombre de la lengua: Mapudungun o mapuzungun?

“Ambas son correctas dependiendo de la forma de escritura. Mapudungun con “d” es la forma que utiliza el alfabeto Unificado. Mapuzungun, por su parte, incorpora la “z” del alfabeto Ragilew, pero conserva la “ng” del Unificado, que en el Alfabeto Ragilew se representa solo con «g» y que corresponde al sonido nasal-velar /ŋ/característico del mapuzugun. Estos usos que provocan confusión y duda a quienes comienzan a acercarse a la lengua, es lo que tiene que resolverse a través de la estandarización, con una forma de escritura”.

– Ud. señala en su columna “Lengua y Emancipación Nacional”, publicada en  Mapuexpress, en febrero pasado  que el mapuzungun vive una “situación crítica” ¿Por qué?

“Desde el punto de vista cuantitativo todas las investigaciones y encuestas muestran, con algunas variaciones, que el mapuzugun es una lengua en retroceso. Una encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), de 2006, estableció que solo el 24% de la población mapuche habla la lengua. Los datos de la Casen del mismo año, indican 22,8%. Todos estos datos deben ser tomados con mucha cautela. Lo que nadie tiene duda es que el mapuzugun es hoy una lengua en peligro de desaparición.

Desde el punto de vista cualitativo hay una situación de diglosia entre el mapuzugun y el castellano, derivada de la subordinación política que vivimos como pueblo. Mientras el castellano es la lengua de la escuela, de la administración y de los medios de comunicación, el mapuzugun es usado en estos espacios en niveles mínimos o no existe. Si encendemos la radio y la televisión en Wallmapu, nos encontraremos con castellano y no mapuzugun. Si el mapuzugun fuera una lengua vigorosa, estaría en la misma situación del castellano y no es así.

Es cierto que el mapuzugun despierta hoy un gran interés, sobre todo entre la gente joven de nuestro pueblo y también entre chilenos. Esto tiene una gran importancia pero hay que diferenciar entre el valor simbólico de la lengua y el valor de uso. El interés refleja el valor simbólico que ejerce el mapuzugun para las nuevas generaciones y es un pilar importante para el proceso de recuperación o aprendizaje de cualquier lengua. Sin motivación esto sería imposible. De hecho las experiencias de movilización política por la lengua muestran una constante: son los sectores desposeídos del idioma los que impulsan con mayor fuerza el proceso. Son los sectores más motivados justamente por querer adquirir también la lengua propia de su pueblo y país. El éxito de convocatoria que han tenido los Internados Lingüísticos organizados por la FEMAE y la Inarumen Mapuzugun Wallmapu mew (Academia Nacional de la Lengua Mapuche) se fundan en esa motivación. Que la adquisición del idioma sea efectiva depende de las estrategias de enseñanza, y que su uso sea real dependerá de la voluntad y de los estímulos del ambiente. Todo esto está en construcción, el movimiento seguirá creciendo”.

-¿Considera que la lucha por la defensa y revitalización de la lengua ha llevado a la Intendencia a la futura declaración de oficialización del mapudungun? ¿Es decir, se trata de una demanda “desde abajo”, por parte de organizaciones, comunidades y personas individuales que es recogido por el Estado en un contexto determinado?

“Efectivamente, en este caso ha sido así. La oficialización está en la agenda porque nuestro pueblo ha llevado la reivindicación a la calle. Esto no es banal, no es una acción más. Durante décadas ha existido interés en que el mapuzugun mejore su estatus en el Wallmapu y sobre todo se incorpore en la educación. Para ello el repertorio de acción eran seminarios y talleres, orientados a grupos reducidos, por lo general académicos y profesores. Pero ahora la gente ha salido a marchar por la lengua y cada vez lo hace en mayor número. Ello expresa un alto grado de conciencia lingüística. Se asume que el mapuzugun es una cuestión vital. Hasta aquí no he visto otros movimientos en el continente que utilicen la calle para reivindicar su lengua”.

– El intendente Andrés Jouannet señaló que la oficialización se llevaría a efecto siguiendo una reglamentación de acuerdo al Convenio 169.  ¿Qué significaría esto, a su juicio?

“El intendente ha partido con una definición importante: está de acuerdo con la oficialización. Debe entonces actuar en consecuencia. Me parece bien que postule la necesidad de la consulta por exigirlo el Convenio 169. A las autoridades chilenas se les olvida, sin embargo, consultar al pueblo mapuche cuando imponen los megaproyectos en Wallmapu. En algunos casos también el gobierno se desentiende de la consulta o bien se hacen consultas amañadas. En este caso cualquier proceso sin la participación desde el inicio de los actores que han impulsado la demanda de la oficialización carecerá de legitimidad.

Dicho esto, la consulta no debe girar en torno a si la lengua debe ser oficializada o no. La situación crítica del mapuzugun no admite esta disyuntiva. La oficialización debe producirse. Sería iluso pretender revitalizar el mapuzugun sin un marco permanente de protección legal. Todo quedaría a manos de la voluntad de las autoridades de turno, que en ciertas circunstancias podrían utilizar el mapuzugun de acuerdo a sus intereses políticos. El mapuzugun jamás debe quedar condicionado a la contingencia. El mapuzugun está por sobre todos nosotros.

En mi opinión la consulta debe enfocarse a establecer las bases de la planificación lingüística en Wallmapu. Junto a la oficialización hay que implementar un plan de acción a varios años plazo. Doy solo un ejemplo para comprender la extensión de nuestras acciones: Para enseñar mapuzugun en las escuelas requerimos profesores de mapuzugun. Para formar estos profesores necesitamos una carrera de Pedagogía en Mapuzugun, que actualmente no existe. Siendo optimistas, los primeros profesores no los tendríamos antes de 10 años o más, dependiendo de lo que hagamos ahora. Primero tenemos que hacer el lobby para crear la carrera. De lograrlo necesitamos unos dos años o más para organizar la carrera (hablantes de mapuzugun formados en postgrados en el extranjero). Tratándose de una carrera de cinco años, podríamos contar con una primera promoción de profesores en 2026. Luego hay que imaginarse el número de profesores en proporción al número de escuelas en las que se impartirá la asignatura. Y aquí estoy tocando solo una pequeña parte de toda la planificación que es la enseñanza de la lengua en las escuelas”.

– Pensando en los límites históricos, por lo menos del Ngulumapu, ¿Qué le parecería una posible extensión de la oficialización a otras regiones (Bío Bío, Los Ríos, Los Lagos) o incluso las comunas de Santiago con gran presencia mapuche?

“En primer lugar quisiera recordar que existen dos pronunciamientos favorables desde Contraloría respecto a la oficialización del mapuzugun. Uno por solicitud de la comuna de Galvarino, que da pie para que otras comunas puedan oficializar igualmente nuestra lengua. Y otro derivado de la demanda de oficialización en la Región de la Araucanía. Existe por lo tanto piso jurídico para otras oficializaciones.

Sin embargo, creo que es importante tener en cuenta ciertos criterios en torno a la oficialización, la que debe ajustarse a la realidad lingüística y a la demanda. Tiene que entenderse, además, qué significa, en la práctica, la oficialidad de una lengua. El valor jurídico que adquiere la lengua implica el deber y el de derecho de que esta sea utilizada en todos los ámbitos sociales y administrativos. Esto no es algo abstracto, es concreto. Se requiere funcionarios bilingües, traductores, profesores de la lengua, etc. Entonces ¿Es razonable la oficialización fuera del territorio histórico mapuche?

Creo que a veces la gente se entusiasma en pedir oficialización en todo Chile porque no conoce sus implicancias. Por otro lado, no hay ningún motivo válido para ello: ni histórico, ni lingüístico ni tampoco de presencia mapuche. El mapuzugun es la lengua del pueblo mapuche y del Wallmapu, no aspiramos en ningún caso a que se convierta en la lengua del Estado chileno ni de todos los chilenos. Aunque suene mal, la oficialización del mapuzugun a nivel de todo Chile sería «desparramar el trigo», para contentar simbólicamente a más gente pero sin ninguna realidad concreta, quitándole eficacia (y recursos) a la revitalización allí donde realmente se puede hacer. Prefiero un millón de personas sabiendo mapuzugun en el Wallmapu, que 17.000.000 en Chile solo valorándolo. La valoración de nuestra lengua en la sociedad es importante pero lo fundamental es que nuestra lengua se use efectivamente.

El primer criterio para la oficialización del mapuzugun, es su territorialidad. Esta no es una reivindicación para todo el territorio de Chile sino para el Wallmapu, es decir el territorio que mantuvo su independencia hasta la invasión chilena, de la segunda mitad del siglo XIX. Es aquí donde deben impulsarse las medidas más decididas respecto al mapuzugun. Si hoy está planteada la oficialización para la Región de La Araucanía no es por casualidad sino porque esta región abarca la mayor parte del Wallmapu y es donde el mapuzugun se habla habitualmente.

En el caso de la Región del Biobío, no tiene sentido una oficialización regional. En rigor la oficialización podría plantearse en la provincia de Arauco y para las comunas de Alto Biobío, Külako, Mulchen, Negrete y Nacimiento en la provincia de Biobío. En cuanto a la Región de Los Ríos, algunas comunas estarían concernidas, entre ellas Mariküga, Pagipülli y Lanko, pero no necesariamente toda la región.

Es en este espacio territorial, como una totalidad, que puede y debe desarrollarse el mapuzugun. Más allá, en el Wallmapu en un sentido amplio, allí donde hay tierras mapuche, es decir el Willimapu y Chillwe, la oficialización sería posible en ciertas comunas, como por ejemplo San Juan de la Costa pero con todas las limitaciones objetivas de un espacio territorial aislado y restringido desde el punto de vista lingüístico. En cuanto a la diáspora, vemos difícil que alguna comuna oficialice, realmente y no solo simbólicamente, el mapuzugun. No está claro cuál podría ser la eficacia de una tal medida, al menos en lo que concierne la revitalización de la lengua, en tales condiciones de aislamiento y reducido ámbito territorial”.

Profesores para producir hablantes

– Ya existe un sistema de Educación Intercultural Bilingüe a escala regional (EIB). Además, hasta 2012, se estaba realizando una consulta a nivel regional para extender la EIB, de carácter obligatorio, a todas las escuelas básicas. ¿Qué mirada tiene sobre este sistema?

“En primer lugar, me parece muy importante que hoy se imparta la asignatura de lengua mapuche en las escuelas, puesto que rompe con décadas de exclusión. Sin embargo, debemos estar conscientes que entre la etiqueta “bilingüe” de este sistema y lo que se ofrece no hay relación. Para que un sistema sea cualificado de bilingüe, el castellano y el mapuzugun deben ser utilizadas como lenguas de enseñanza y de modo equilibrado. No es el caso del mapuzugun. En cuanto a los objetivos lingüísticos, lo que los estudiantes aprenden son palabras o frases de uso habitual. No conozco evaluaciones que permitan indicar cuál es nivel de mapuzugun que los niños y jóvenes aprenden, dudo que su competencia sea bilingüe en estricto sentido.

Si bien se comprende que lo que se ha hecho hasta el momento es para enfrentar una urgencia ante el proceso de pérdida de las lenguas indígenas, desde el punto de vista de la enseñanza de lenguas no todo lo que se hace lleva a la adquisición de un idioma. Por ello, se requiere fijar los objetivos lingüísticos y a partir de allí diseñar las estrategias y aplicar los métodos en coherencia. Si nuestro objetivo es efectivamente el bilingüismo entonces el sistema debe experimentar cambios profundos. Para ello se requieren capacidades técnicas y políticas que lo rediseñen. Según algunos informes que he podido leer desde el mismo Programa de EIB del Ministerio de Educación están conscientes de la falta de profesores idóneos y material didáctico adecuado. La EIB puede contribuir a una mayor valoración de la lengua pero no está en condiciones de «producir» hablantes completos, es decir que además de hablar y comprender, escriban y lean en mapuzugun. Por ello se requieren profesores de mapuzugun, como ocurre con la enseñanza de cualquier otra lengua”.

– Ud. señala que un objetivo a lograr es que, en un futuro sistema educacional regional, el mapuzungun sea lengua de enseñanza ¿Cuál es el valor de esto?

“En la actualidad el mapuzugun es solo una asignatura, una lengua que se enseña, además, como he descrito, de modo insuficiente. Que sea lengua de enseñanza significa que todas las materias sean vehiculizadas por medio del mapuzugun, la biología, la matemática, la historia etc. Ello implica que los profesores o docentes de las asignaturas tendrán que saber mapuzugun. Implica, además, la creación de palabras para cada una de las asignaturas. Esto te muestra que la planificación lingüística es integral. La lengua no vivirá en compartimentos, ocupando solo algunos espacios, sino que desarrollándose en todo el sistema social del Wallmapu”.

– Es sabida la presencia de 3 formas escritas de mapuzugun, Alfabetos Unificado, Raguileo y Azümchefe.  Ud. señala como necesaria la estandarización de la lengua y la concordancia en una (1) forma de escritura ¿Por qué?

“No se trata solo de tres alfabetos, lamentablemente. A mediados de los 90, cuando se hizo un intento por la estandarización desde el propio movimiento mapuche, existían con más o menos peso, seis alfabetos. Finalmente, un congreso realizado en 1996 adoptó el azümchefe, que es el que hoy utiliza Conadi y que el Ministerio de Educación adoptó como «oficial» para todos sus efectos. La decisión no generó consenso y seguimos en un mismo escenario de dispersión. Existe además un alfabeto que se utiliza en la carrera de Pedagogía Básica intercultural en Contexto Mapuche de la Universidad Católica de Temuko.

En todas las experiencias de pleno desarrollo lingüístico la estandarización de la lengua es un paso fundamental. Los albaneses, a principios del siglo XX, tenían también varios tipos de escritura, con el agravante que se basaban unas en el cirílico, otras en el árabe y otras en el latino. En 1908, en un congreso realizado en Monastir, se adoptó una escritura en base al alfabeto latino y a partir de ahí la lengua alcanzó un gran desarrollo.

La estandarización es imprescindible si queremos que la planificación lingüística cumpla sus objetivos. Basta imaginarse a estudiantes de distintas escuelas estudiando con escrituras distintas. Los documentos oficiales publicados con dos o tres formas de escritura. Sería una confusión permanente. Solo para ilustrar a los lectores. En el alfabeto Ragilew «llamar» se escribe mvxvmvn, en Unificado mütrümün, y en el «alfabeto Conadi» mütxümün. En Ragilew, «mar» o «lago» se escribe bafkeh; en unificado lafken y en el Conadi, Lhafkenh. Imaginemos lo que sería estar confrontado diariamente a textos completos con dos o más formas de escrituras.

Si bien se habla de divergencia de propuestas, desde el punto de vista de la representación de los sonidos estas se reducen a nueve de los 26 sonidos en mapuzugun. Una buena metodología podría ser sentarnos a consensuar en torno a los 9 grafemas del disenso y no contraponer los alfabetos. Creo que lo que ha retardado el proceso es una sobreideologización del tema, una falta de consciencia de la importancia de la estandarización. Confío en que los hechos imponga la necesidad. No sacamos mucho de debatir sobre la forma de escritura si el mapuzugun escrito es mínimo. Tras la voluntad de escribir de modo masivo y constante surgirá la necesidad imperiosa de la estandarización. Creo que la búsqueda de un consenso por parte de los actores embarcados en el proceso de movilización por el mapuzugun contribuiría enormemente”.

Reconstruir una historia

– En la columna que le aludía, en Mapuexpress, Ud. indica que el mapuzugun se usó como lengua franca en una amplia zona de este continente. ¿Existen datos históricos de aquello?

“El carácter de lengua franca del mapuzugun es uno de los temas del libro que estoy preparando que lleva como título “Mapuzugun, la lengua del País Mapuche: Su historia y su futuro”. Parte de las fuentes que utilizo son lo que yo denomino «microdatos sociolingüísticos», que se refieren a pequeñas descripciones sobre el uso de la lengua, dichas casi al pasar. Hay muchas que evidencian el carácter de lengua franca de la lengua mapuche. Por ejemplo, Alonso de Ovalle refiriéndose a los Huarpes señala a mediados del siglo XVII que él jamás vio un “indio de Chile” que hable la lengua de Cuyo pero sí vio muchos de Cuyo que tienen muy familiar la “lengua de Chile”, expresión que se utilizaba en la época para referirse al mapuzugun. En la misma época Diego de Rosales narra un parlamento realizado el año 1654 en la cordillera, donde el jefe puelche Malopara se dirigió en dos lenguas, primero en la lengua de Chile, respondiéndole a él mismo y a un logko que lo acompañaba de nombre Catinaguel (Katrünawel), y luego en lengua puelche para que entiendan los suyos que no sabían la lengua mapuche.

En otras regiones la lengua franca fue el kechwa o el guaraní. Hoy la lengua franca entre pueblos indígenas es el castellano, el portugués o el inglés. Esa es la magnitud del cambio”.

La expansión mapuche en las pampas llevó al mapuzugun hasta las costas del Atlántico. El jesuita de origen británico Thomas Falkner residió en la misión de Nuestra Señora del Pilar de Puelches (en la periferia de la actual Mar del Plata) durante la breve existencia de la misma, de 1746 a 1751. En la región se encuentran poblaciones pampas, puelche, tewelche y mapuche: «Son diferentes las lenguas de estos indios. Yo solamente aprendí la de los moluches, por ser la más cultivada y la más universal…», escribe más tarde el jesuita. Quien, además, compone una descripción de la lengua mapuche titulada «Razón del idioma de los moradores de éste», que incluye en su libro A Description of Patagonia and the adjoining parts of South America (1774). El intendente de la Provincia de Concepción, Luis de la Cruz, viajó en 1806 desde el fuerte de Ballenar, que controlaba en paso de Antüko, hasta el fuerte de Melíncue, en la provincia de Santa Fe. En todo el trayecto, que cruza territorios pewenche y ragkülche, solo oyó hablar mapuzugun. Incluso anotó una estrofa, muy poética, de una canción en mapuzugun.

En Chillwe, los primeros jesuitas a principios del siglo XVII contactaron con un jefe chono, ya cristiano, que por su constante comercio con los williche de Chillwe manejaba la «lengua general del Reino», otra expresión para referirse al mapuzugun. En la isla, la población española enclavada allí fue asimilada a la lengua mapuche. Un informe del gobernador Antonio Narciso de Santamaría de 1756 da una descripción, aunque corta, muy ilustrativa sobre los españoles de la isla, señalando que usan dos lenguas, la castellana, muy mal hablada, y la “veliche”, refiriéndose a la variante williche, muy bien. Esta todos la practicaban más que el castellano, tanto los nobles como la gente común. La lengua mapuche se extendió también por los toldos tewelche. A fines del siglo XIX Hans Steffen, explorador de la Patagonia occidental por encargo del gobierno chileno, se encontró con una partida del jefe Juan Shaemata que estaba regresando a sus toldos, situados en el valle del río Genoa (actual provincia de Chubut). Allí Steffen describe la alocución que el jefe dirige a su gente en «araucano”.

En otras regiones la lengua franca fue el kechwa o el guaraní. Hoy la lengua franca entre pueblos indígenas es el castellano, el portugués o el inglés. Esa es la magnitud del cambio”.

– En tiempos pasados ¿ha habido demandas desde organizaciones mapuche en pos de oficializar la lengua o por lo menos reivindicarla frente al Estado chileno y argentino?

“La lengua mapuche ha tenido un lugar importante en las reivindicaciones desde los orígenes mismos del movimiento en 1910. La política mapuche en gran parte se hacía en mapuzugun. Entre las exigencias de las organizaciones se destacaba la petición de que existan “profesores de la raza” que hablando la lengua ayudaran a los estudiantes mapuche a adquirir el castellano, utilizando el mapuzugun en los primeros años de enseñanza. En esta línea se planteó la Federación Araucana, de Manuel Aburto Pagilef, en las década del veinte. En 1938 el Consejo General de Caciques de la Fütawillimapu planteó en su memorial presentado al presidente de la República Arturo Alessandri que se estudie el ”idioma indio mapuche” y que se elaboren textos que puedan ser distribuidos gratuitamente en los colegios. Una Comisión de la enseñanza indígena, dirigida por José Inalaf en el Congreso de los Profesores Radicales, en 1939, plantea que la enseñanza de los niños en los primeros años sea impartida tanto en “araucano” como en español de acuerdo a un programa especial. Un año después, Venancio Koñwepag y Cesar Kolima, durante su participación en el Primer Congreso Indigenista realizado en Patzcuaro, México, suscriben un documento en que plantean, en lo referente a educación, que en los primeros años se use el idioma mapuche, que luego se desplazará cuando los alumnos ya puedan hacer uso provechoso del “idioma nacional”. Se trata de una perspectiva más integracionista, dominante en la época.

Rosendo Huenuman, militante comunista, y que fue electo diputado en 1973, reivindicaba en el XIV Congreso del partido, en 1969, la construcción de escuelas en las reducciones en las que se respeten y se cultiven las tradiciones, costumbres y la lengua de la “raza mapuche”. Durante la dictadura, surgió al alero de Ad Mapu el Taller Cultural, grupo de teatro cuyas obras eran principalmente en mapuzugun. Esta iniciativa no ha tenido símil en el movimiento mapuche. Igualmente desde las organizaciones de la época surgieron las primeras exigencias de Educación Intercultural Bilingüe, adhiriéndose a las corrientes educativas en la región respecto de los pueblos indígenas.

En los inicios de la transición se planteó el tema de la oficialización. El Centro de Estudio y Documentación Mapuche Liwen mediante el documento «Cuestión mapuche, descentralización del Estado y autonomía regional», consignaba en 1990, la oficialidad del mapuzugun en una futura región mapuche autónoma constituida por la región de la Araucanía más algunas zonas adyacentes. La organización Awkiñ Wallmapu Ngülam (Consejo de Todas Las Tierras), en su «Proyecto de Ley de nuestras autoridades originarias», de 1991, plantea por su parte el reconocimiento del mapuzugun como un idioma oficial del territorio mapuche; y en las resoluciones del Congreso de Pueblos Indígenas en Temuko, realizado el mismo año, se resuelve que los idiomas indígenas sean oficiales en los territorios de desarrollo indígena. Más allá del contenido específico de estas propuestas, lo relevante es que el tema de la oficialización no es nuevo. Lo significativo de los últimos años es que esta reivindicación se hace en la calle, y en el marco de una lucha de emancipación nacional.

Frente a la modernidad

– ¿Qué relevancia que le da al hecho de la creación de nuevas palabras desde el mapuzugun para denominar nuevos hechos, objetos, asociados a la modernidad?

“Primero, quiero precisar que una lengua muestra signos de revitalización cuando se dota de nuevos hablantes, es decir, no solo ha frenado el proceso de pérdida sino que comienza la suma positiva. Pero, además, una lengua se revitaliza porque comienza a ocupar todos los espacios y no está restringida solo a algunos, que en condiciones de debilitamiento suelen ser la familia y los espacios comunitarios. Para que el mapuzugun esté en todo los espacios se requiere que pueda significar todas las ideas y objetos que hasta ahora no lo han sido en mapuzugun. Por ello la creación de nuevas palabras es crucial para la revitalización, sin ellas no es posible. No se puede funcionar plenamente en el siglo XXI con un mapuzugun del siglo XIX. La revitalización será sobre todo creación y no reproducción de lo que ya está. Los nuevos hablantes lo serán en el siglo XXI, personas que nacen y conviven con la televisión, los computadores, móviles, internet, se informan sobre exploraciones espaciales, futbol, colusiones financieras, etc. ¿Cómo podemos nombrar y comunicar todo esto que por ahora no está en el mapuzugun? De paso, debo decir que hasta unas décadas o años atrás tampoco estaban en el castellano.

La creación de nuevas palabras debe ser impulsada por la Academia de la Lengua Mapuche. Obviamente nadie está vetado para proponer nuevas palabras y probablemente sea así. En otros casos, como en el renacimiento del hebreo, muchas de las nuevas palabras fueron creadas en círculos pequeños, como por ejemplo en un comité editorial de un periódico y no por una estructura central. Pero sería importante que la Academia de la Lengua Mapuche pudiera centralizar lo que se vaya creando.

No hay nada desde el punto de vista lingüístico que nos impida comunicar todo esto desde el mapuzugun pero hay que hacer el esfuerzo de construir estas palabras. El proceso en todo caso no es antojadizo. Para la renovación lexical se deben usar criterios básicos. A modo de ilustración indico algunos. En primer lugar utilizar los propios mecanismos del mapuzugun para formar palabras. Por ejemplo, el uso del sufijo –fe que indica la función de una persona o el hábito. Andreu Febrès trae en su vocabulario de 1764 la palabra akulchillkafe “cartero”. A la acción akulchillka, “hacer llegar carta”, se le agrega -fe, que en este caso es la persona que ejerce la acción habitual, literalmente “el que hace llegar las cartas”. Si bien es un término probablemente más usado por los españoles coloniales que los mapuche de la época, no quita que en principio está correctamente formado que es el punto aquí. Otros criterios son el cambio semántico y la adaptación fonológica. Por ejemplo, cuando los españoles trajeron el arcabuz los mapuche antiguos le denominaron tralka, “trueno”, por el estampido que provocaba su percusión. Esto corresponde a un cambio semántico. Luego se incorporó el tralka karita para referirse a los cañones, ya que estos eran trasladados con ruedas que asemejaban a las carretas que el mapuche denominó karita, en una adaptación fonológica.

Traigo a colación ejemplos “antiguos” cuando la lengua tenía una gran vitalidad, puesto que un signo de debilitamiento de una lengua está en la perdida de la capacidad de los hablantes para crear nuevas palabras. El mapuzugun ha perdido esa capacidad y debemos recuperarla. El mapuzugun está atrofiado y debemos hacer que recupere su capacidad de adaptación a lo nuevo. Además, nada lo impide.

La creación de nuevas palabras debe ser impulsada por la Academia de la Lengua Mapuche. Obviamente nadie está vetado para proponer nuevas palabras y probablemente sea así. En otros casos, como en el renacimiento del hebreo, muchas de las nuevas palabras fueron creadas en círculos pequeños, como por ejemplo en un comité editorial de un periódico y no por una estructura central. Pero sería importante que la Academia de la Lengua Mapuche pudiera centralizar lo que se vaya creando. En particular que constituya un banco terminológico. Aquí es importante contar con lingüistas hablantes de mapuzugun que puedan “intelectualizar” la lengua. Sería deseable que, además, sea un proceso participativo, que se acuda a los hablantes mapuche. Sería la oportunidad de dotar de un espacio a las personas mayores que hablan un “mejor” mapuzugun y tiene menos interferencias castellanas. Con ellos se podría hacer un trabajo técnico y social de enorme importancia”.

– Advierto también una defensa que Ud. realiza de la escritura del mapuzugun frente a tentaciones de mantenerla oral, quizás más inmanejable pero reducida, quizás hasta ghettizada y proclive a su desaparición. ¿Es así?

“Lo que ocurre es que se ha construido una falsa contradicción, afortunadamente en retiro, entre lengua escrita y lengua hablada. La “esencia oral” del mapuzugun es un discurso ideológico que parece que enaltece a la lengua pero en realidad la liquida. En este caso hay que tener una mirada más histórica. El mapuzugun se mantuvo en la oralidad simplemente porque la gente antiguamente no requirió de la escritura para vivir ni para que funcione el sistema social. A medida que se iba instalando el Estado colonial español o después el Estado chileno en el Wallmapu, el mapuzugun fue siendo excluido del proceso de modernización. La enseñanza, la administración y las comunicaciones fueron en lengua castellana. Esta exclusión de la modernidad la han vivido miles de lenguas en el mundo, y todas están en mayor o menor grado en riesgo de desaparecer.

Hoy requerimos enganchar al mapuzugun a la modernidad, y la escritura es fundamental. Probablemente la comunicación oral tiene mayor recurrencia que la escrita pero no cabe duda que, en el mundo moderno, la escritura tiene un papel de suma importancia. Yo razono de manera muy simple: donde no esté el mapuzugun estará el castellano. Las web mapuche muestran esta evidencia. Somos nosotros los que más promovemos el castellano escrito. Ahora, hacer pasar las web mapuche del castellano al mapuzugun requiere obviamente equipos de personas que hablen y escriban en mapuzugun. Pero sobre todo la decisión. Debemos promover que las organizaciones tengan su propia planificación lingüística interna.

Por lo demás todas las lenguas fuertes son escritas. Sabemos que su fuerza obedece a razones no lingüísticas sino políticas y económicas, pero no podemos obviar el papel que juegan las lenguas en los procesos de expansión de la influencia de algunos países. Interesante en este sentido sería evaluar la expansión de la enseñanza del chino en las últimas décadas.

También las lenguas que han vivido procesos de revitalización exitosos como el hebreo, el euskera o el galés, han tenido que pasar por su escritura. No puede ser que los mapuche seamos el único pueblo del mundo que hemos descubierto que manteniendo la oralidad del mapuzugun, este sobrevivirá. Por lo demás la realidad muestra lo contrario”.

El largo combate

– ¿La oficialización del mapuzugun puede quedar como un gesto bajo la mirada multicultural o intercultural, cooptable por el neoliberalismo y no una herramienta en pos de la autodeterminación?

“Ese es un riesgo latente. Solo la movilización del pueblo mapuche puede garantizar que la oficialización no sea simbólica. Se debe exigir la adopción de un plan construido por todos los actores mapuche que hoy luchan por la oficialización. Deben existir los recursos necesarios para implementar un verdadero proceso de revitalización. Se requiere la creación de las estructuras técnicas y políticas que permitan el diseño de una planificación efectiva. Sin estas condiciones la oficialización será un nuevo hito en la lucha mapuche, pero no le servirá al mapuzugun.

La oficialización además de ser solo simbólica, puede ser utilizada por el Estado para «compensar» otras reivindicaciones, por ejemplo la restitución de tierras. Hay sectores que visualizan esto. En un editorial de La Tercera del 25 de febrero se plantea esta tesis. Allí se sostiene que la oficialización del mapuzugun puede ayudar a descomprimir otras reivindicaciones como la demanda de tierras. También La Tercera aprovecha el carácter festivo de la última movilización por la lengua en Temuko para tratar de provocar fisuras en el movimiento, sosteniendo que esta se aleja de las estrategias violentas. Se trata de una cuña no tan solapada entre «buenos» y «malos». Pero se equivocan, la lengua y la tierra, independiente de que estrategias de acción se utilice, son dos reivindicaciones nacionales mapuche, con las cuales está comprometido todo el pueblo mapuche”.

– ¿Colabora esta oficialización (desde el Estado chileno) a un proyecto societal mapuche, desde sus bases?

“Eso dependerá del “uso” que le demos a esta herramienta que será la oficialización. Esta medida constituirá un marco legal importante para exigir los derechos lingüísticos, pero por sí sola no impulsa la revitalización. Además, la voluntad del Estado será siempre limitada. Habrá que estar alerta y exigir al Estado a que cumpla sus compromisos y el marco jurídico que se establecerá. La oficialización ahora es un objetivo, pero en realidad es un medio para la revitalización. El combate por la lengua es a largo plazo y no tiene fin.

Lo importante es que nosotros construyamos nuestro plan estratégico y sobre todo definamos el escenario sociolingüístico al que aspiramos. Por ejemplo, es muy distinto decir “el mapuzugun para el pueblo mapuche”, que decir “el mapuzugun para el Wallmapu”. En el primer caso se considera que la lengua solo debe ser para la población mapuche; en el segundo el mapuzugun es para todos en el País Mapuche, mapuche y chilenos. El movimiento por la oficialización tiene esta línea y a mí me parece la más acertada, tanto por un razonamiento de principios como de interés del propio mapuzugun. Por principio, porque ningún ciudadano debe ser privado de acceder a la lengua del país en que vive; el mapuzugun es la lengua propia del País Mapuche y todos tenemos el derecho de acceder a ella. Desde el propio interés del mapuzugun, pues si solo una parte de la población maneja el mapuzugun, la lengua de cohesión social será el castellano”.

– ¿Qué rol le cabría al mapuzungun en un futuro autogobierno mapuche en una región autónoma mapuche dentro del Estado chileno?

“El mapuzugun tiene un rol central. La lengua le da el un carácter propio al País Mapuche. Todo movimiento nacional crea su propia definición de nación, determina que elementos la componen pero la base son el territorio y la lengua los que dotan a un pueblo de su carácter de nación. En nuestro caso, estos dos elementos han ido ganando un rol cada vez más central  en el movimiento mapuche y son los que deben consolidarse en un futuro Wallmapu autónomo. El estatus de la lengua será, en parte, la medida de la capacidad de ese autogobierno. Si las instituciones políticas de un futuro Wallmapu autónomo no son capaces de defender y desarrollar el mapuzugun ¿quién lo hará? Si bien he dicho que la revitalización depende de nuestra propia movilización, no es menos cierto que en torno a la lengua se toman decisiones políticas y estas estarán fundamentalmente en manos de las instituciones del futuro autogobierno. Pero si bien la revitalización lingüística depende también del ejercicio del poder político, un poder propio no garantiza en sí la revitalización. El caso irlandés es ilustrativo en este sentido. Tras la independencia de Irlanda en 1922 el gaélico fue declarado oficial. Sin embargo, pese a todos los esfuerzos, en casi cien años de vida independiente, sólo un 40% de la población de la República de Irlanda tiene algún grado de competencia en gaélico y el inglés sigue siendo la lengua predominante”.

– Entiendo que Ud. relaciona el caso lingüístico mapuche al de Euskal Herria y Kurdistán, donde nacionalismo y lucha por la lengua han ido permanentemente de la mano. ¿Es lo que existe hoy en el Estado español, en las comunidades autónomas (Catalunya, Galiza, Comunitat Valenciana, por ejemplo) un modelo a seguir en términos de implementación de una lengua co-oficial?

“Desde el punto de vista político nuestras referencias deben ser los movimientos nacionales, aquellos movimientos que ligan la lengua a la reivindicación de autogobierno o la creación de un Estado propio. El caso kurdo es un buen ejemplo. En el Kurdistán sirio las fuerzas armadas y políticas kurdas controlan el territorio, y una de las cuestiones principales ha sido la creación en Efrîn, la capital de la región, de un instituto de maestros de lengua kurda. La lengua kurda había estado excluida de las escuelas donde solo se enseñaba árabe. Incluso en algunas universidades se enseñaba hebreo, la lengua del “enemigo” pero no se admitía el kurdo, la lengua de 2,5 millones de personas en esta región. Para el movimiento nacional kurdo la lengua tiene un lugar predominante.

Como “modelo” de enseñanza futuro a seguir, con cautela tomaría el caso vasco. En Catalunya y Galiza las lenguas propias muestran un mayor vigor social y son cercanas al castellano, la lengua dominante, lo que facilita el paso al catalán o al gallego. No es lo mismo en Eukal Herria, donde el euskera es menos hablado y su aprendizaje a partir del castellano mucho más difícil. Si bien la revitalización de la lengua ha sido exitosa, las amenazas siguen latentes. Cuando se instaura la autonomía en 1979, solo el 15% de la población hablaba euskera, hoy lo hace un 30%. Esto es significativo pero tenemos que un 70% no lo habla o lo hace de manera parcial. Estos porcentajes evidencian la magnitud de la labor que representa la revitalización de una lengua. Agreguemos que en el caso vasco existe una formación estatal autónoma, proclive a la defensa del euskera y por lo tanto a invertir los recursos necesarios para ese objetivo. Nosotros carecemos de esa institucionalidad y de esos recursos.

Considerando todo esto, y dado que el euskera ha vivido un proceso de minorización extremo similar al del mapuzugun, me parece que el sistema educativo de Euskadi, donde existen tres modelos, entre los cuales los padres optan para escolarizar a sus hijos, podría ser interesante a explorar. El modelo A tiene como lengua vehicular el castellano con una asignatura de lengua y literatura vasca. El modelo B distribuye el uso del euskera y el castellano entre las asignaturas. Y en el modelo C, el idioma de enseñanza es el euskera y el castellano como asignatura. Las evaluaciones al sistema muestran claramente que el modelo que garantiza efectivamente la adquisición del euskera es el modelo C, y el castellano que se alcanza en grados suficientes se ve fortalecido por el medio social, que sigue siendo en gran medida castellano.

Como hemos referido más arriba, las realidades lingüísticas del Wallmapu son diversas y por ello pensar en diferentes modelos de enseñanza del mapuzugun puede ser pertinente. En la comuna del Alto Biobío, el 77% de los seis mil habitantes es mapuche pewenche. La lengua muestra todavía una fuerte vitalidad, y un número de niños inician la escuela con el mapuzugun como lengua materna. Esto no ocurre en otras comunas, también con alto porcentaje de población pero cuya realidad lingüística es opuesta. Por ejemplo San juan de la Costa, en la Región de Los Lagos, comuna de unos siete mil habitantes, de los cuales un 75% es mapuche williche pero donde la lengua es hablada solo por un pequeño número de adultos mayores”.

Fuente: http://www.elciudadano.cl/2016/04/01/270836/no-he-visto-otros-movimientos-en-el-continente-que-utilicen-la-calle-para-reivindicar-su-lengua/

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