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Vicky Fumadó: «Los niños viven el momento y tienen más resiliencia, aguantan mejor esta situación que los adultos»

Vicky Fumadó es pediatra del Hospital Sant Joan de Déu especializada en enfermedades infecciosas y patología importada y tropical. Durante su trayectoria, ha trabajado en Saint John of God Missionary Hospital de Sierra Leona durante la epidemia del ébola y también en otros países del continente africano como Tanzania, Etiopía y Mozambique. Considera que si el coronavirus llega al continente africano con la misma intensidad que en Europa, puede tener graves consecuencias debido a la gran fragilidad de los sistemas sanitarios africanos. «Los programas de salud funcionan con la financiación de los países occidentales, y eso se notará mucho en 2021. El presupuesto para cooperación en materia de salud de África será todavía mucho más limitado», señala la pediatra. También remarca que, en general, hace falta una mayor inversión en prevención ante las epidemias. «Nuestro sistema sanitario es muy bueno en el ámbito asistencial, pero se invierte muy poco en salud pública y epidemiología que, en este caso, son las herramientas que nos hubieran ayudado a contener mejor la pandemia del coronavirus».

¿Cómo está viviendo el Hospital Sant Joan de Déu la crisis del coronavirus?

El coronavirus ha trastornado nuestras rutinas. Desde enero teníamos activado todo un dispositivo por si llegaba el virus. Además, el hospital tiene un convenio de colaboración con China, que nos envía niños para tratarlos en el hospital. En todo este tiempo, eso no se ha dejado de hacer, por lo que teníamos que estar muy preparados para poder atender bien a los pacientes. Desde enero empezamos a dar formación para que los profesionales aprendieran a ponerse los equipos de protección individual, ya que sólo los que trabajamos con alto aislamiento estábamos formados. Adoptamos las adecuadas medidas de protección y nos fuimos adaptando a las circunstancias según evolucionaba la epidemia.

Los primeros casos que tuvimos fueron muy leves. Primero testábamos todos los pacientes, pero llegó un momento que esto no era posible. Había muchos más posibles casos que test. En este momento, las dinámicas de trabajo del Hospital cambiaron mucho. Somos un Hospital «amigo de los niños», en el que hay muchos lugares para jugar, hay payasos, magos, perros, zonas de espera para las familias y un contacto muy estrecho con voluntarios. Todo ello se tuvo que desmontar de la noche a la mañana. Hemos tenido que dejar de hacer lo que hacía que nuestro Hospital tuviera unas características tan especiales, para priorizar la seguridad.

¿Cómo se han tenido que adaptar los profesionales y las infraestructuras hospitalarias?

En medio de la pandemia tuvimos que adaptar espacios para ingresar a los pacientes y separar zonas con pacientes Covid-19 y zonas libres del virus. Hubo un momento en el que el Hospital admitió adultos, primero los más jóvenes y luego no tanto, para dar ayuda al resto de hospitales de Cataluña, y especialmente de Barcelona. Muchos hospitales cerraron las unidades de pediatría y nosotros, al ser un monográfico, tuvimos que atender a todos los niños con otras patologías, de acuerdo con los otros hospitales. La vida hospitalaria cambió mucho, y aún continúa cambiando. Hemos pasado de tener unos pocos casos aquí a estar rodeados por la pandemia, y todo ello requiere adaptaciones muy rápidas del personal y de toda la infraestructura hospitalaria.

La adaptación de los profesionales para atender adultos ha sido, sobre todo, en relación a las UCI y la hospitalización, siempre contando con apoyo de internistas y del Hospital Clínico para poder adaptar las pautas y protocolos y pedir ayuda en el tratamiento de enfermedades de los adultos que acompañan a esta infección. Sobre todo, hemos tenido que ponernos muy al día con la afectación que tiene el coronavirus en los adultos y la que tiene en los niños. La infección la podíamos tener protocolizada y saber las complicaciones que hay, pero en los adultos hay otras enfermedades que acompañan a la infección que no estamos acostumbrados a tratar.

En los niños la incidencia del coronavirus es bastante leve.

Sí que es cierto que en la gran mayoría es leve, pero hemos visto casos más graves; hemos tenido niños ingresados ​​en las UCI. De hecho, desde el Hospital hemos puesto en marcha una plataforma que se llama ‘Kids Corona’ que consiste en varios estudios para ver la incidencia del coronavirus en los niños y estudiar por qué la expresión de la enfermedad es más leve en los niños. Se trata de estudiar núcleos familiares que hayan sufrido la Covid-19, para determinar por qué la incidencia del virus parece menor en niños que en adultos. Este programa comenzó porque cuando llevábamos casi 400 test sólo había un 5% de positivos y, a partir de ahí, nos preguntamos qué estaba pasando. Hay varios estudios en marcha, basados ​​en varias hipótesis, como la protección que puede proporcionar la microbiota de la nasofaringe en niños, o el estudio de biomarcadores que pueden favorecer la protección del organismo del niño, entre otros.

¿Cómo cambiarán las dinámicas de trabajo con la reducción de la intensidad de la pandemia?

Ahora mismo estamos en un proceso de desescalada, tenemos menos pacientes ingresados ​​en planta y en las UCI. Se están volviendo a abrir algunas consultas externas que durante este periodo no han sido esenciales y han disminuido mucho su actividad, y esto hace que queramos ser un espacio seguro para el personal y los pacientes que llegan. Debemos seguir haciendo circuitos diferenciados de pacientes y ver un poco en cada servicio que hay que hacer y cómo tratar los grupos más vulnerables de pacientes para que todo sea lo más seguro posible. También se seguirán haciendo seguimientos telemáticamente de algunas patologías como hemos hecho hasta ahora, para no poner en riesgo a los pacientes.

Una filosofía que siempre nos guía es hacer que el niño se sienta como en casa, que esté cómodo y tenga un ambiente amigable, en este momento no puede ser la prioritaria; lo primero es que el Hospital sea un sitio seguro. Los acompañantes se han reducido sólo a uno y las mujeres que ahora tienen un hijo no pueden recibir visitas. Y esto tendrá que seguir así mientras haya transmisión comunitaria. En estos momentos parece que está bajando, pero no podemos asegurar nada y es posible que haya un rebrote, porque durante muchas semanas hemos sido confinados y ahora que volvemos a salir a la calle lo más probable es que haya una subida de casos, aunque esto no quiere decir que se llegue a la situación de antes.

Con el retraso en las pruebas diagnósticas, ¿puede ser que en los próximos meses se detecten más casos entre niños de enfermedades graves, como el cáncer?

Aunque parte de la actividad se ha reducido en las últimas semanas, lo que es esencial no se ha postpuesto. Oncología, por ejemplo, ha continuado funcionando. No creo que pase, porque normalmente cuando detectas un cáncer o enfermedad grave es que un niño se ha puesto muy enfermo. Lo que sí sucederá es que actividades no imprescindibles se alargarán más en el tiempo y esto puede tener una repercusión en las listas de espera. Pero todo lo que son enfermedades graves hemos intentado que la gente viniera y se sintiera segura. Lo que sí hemos notado es que la gente, a veces, tenía miedo a venir al Hospital. Yo cada día llamaba a los pacientes que debían venir al día siguiente para saber si vendrían y mucha gente me decía que, como no era imprescindible, vendrían cuando hubiera pasado todo esto. También ha ocurrido que pacientes con enfermedades muy agudas, como puede ser una apendicitis, han venido más tarde, de tal manera que han venido con patologías más evolucionadas.

Usted es especialista en Medicina Tropical. Ahora mismo la incidencia en África del coronavirus todavía es bastante leve, pero ¿cómo cree que puede afectar la pandemia en el continente africano? Parece evidente que los sistemas sanitarios africanos no están suficientemente preparados.

De momento el número de casos en el continente africano es mucho más bajo de los que hay aquí. Por suerte. Pero claro, yo he vivido la epidemia del virus del ébola allí, trabajando en Sierra Leona en el Hospital Saint John of God, y la epidemia dejó un sistema sanitario, que ya es precario de por sí, muy destruido. La gente tenía mucho miedo de ir a los hospitales, por lo que morían de otras enfermedades, como de malaria o, por ejemplo, mujeres que tenían el parto en casa, sin ninguna atención. Esto da miedo, porque ellos tienen mucho en la cabeza la idea del ébola. Las repercusiones de una pandemia como el coronavirus en un sistema de salud mucho más débil que el nuestro serían mucho mayores, también para la mortalidad por otras enfermedades.

Lo más preocupante es que la Covid-19 arrastra en Europa y en los países más ricos a una crisis económica muy grave, debido al paro de la economía y de las industrias. Si aquí las consecuencias pueden ser nefastas, en África aún lo serán más. La mayoría de personas viven en la pobreza y sobreviven de donaciones, los programas de salud funcionan de la financiación de los países occidentales, y eso se notará mucho el 2021. El presupuesto para cooperación en materia de salud de África será todavía mucho más limitado. Esto si no acaba de entrar el virus, porque, si entra será terrible. Afectará de una forma aún más acentuada que en Europa. No sabemos exactamente por qué el virus aún no tiene mucha incidencia en el continente africano. Se dice que tal vez es por el clima, que la incidencia directa de los infrarrojos en el virus puede ayudar a su destrucción. Pero pueden ser otros factores. También puede ser porque hay una media de población más joven, que puede ser un factor que contenga también los casos más graves. Hay muchas cosas que no sabemos de este virus todavía. Es complicado. Es muy desconocido todavía y, cuando pensamos que estamos controlando algo, nos aparece otra cosa.

¿Cree que algunos países africanos pueden estar más preparados ante el coronavirus, con la experiencia que tienen del ébola?

Sí están más preparados a la hora de aceptar un confinamiento, a saber que hay un momento en que deben aceptar lo que viene y limitar sus movimientos, pero no están preparados, los sistemas de sanidad que tienen no son fuertes. Continúan siendo mucho más fuertes los nuestros. Nosotros tenemos mucha suerte de estar donde estamos. Al final se han puesto en marcha los recursos, tendremos una grave crisis económica, pero yo creo que vamos a salir de esta. Creo que, con esfuerzo, dentro de un año tendremos una vacuna. La gente ha sufrido mucho, y está sufriendo, pero aprenderemos que la prevención es importante, que cosas tan básicas como el lavarse las manos puede controlar una infección, y muchas otras cosas simples y no tan simples. Nos han colocado en nuestro sitio un poco.

¿Qué lecciones extraeremos de todo esto?

En el mundo occidental vivíamos en una falsa seguridad. Pensábamos que las epidemias no podían volver y que no podría pasar esto, y ahora nos hemos sentido vulnerables, y creo que le daremos más importancia a cosas a las que no se la dábamos. Creo que esta crisis nos ha hecho sentir menos prepotentes, y darnos cuenta de que tenemos que trabajar para tener un mundo mejor y sin infecciones, y que hay cosas sencillas que puede hacer todo el mundo que deberían estar mucho más interiorizadas e incluidas en la nuestra educación. Yo creo que mucha gente no se lavaba las manos al volver de la calle, y son cosas muy sencillas que permiten cortar la transmisión de un virus.

Los niños han estado muchos días encerrados en casa y hace sólo unos días que pueden salir un rato. ¿Cree que este confinamiento puede tener consecuencias en su salud mental?

La verdad es que los niños aguantan mejor las cosas que los adultos, tienen mayor resiliencia. Han podido disfrutar de pasar el rato con sus padres y han podido divertirse en algunos momentos. Pero sí es verdad que no todos tienen las mismas oportunidades. Hay pisos que son muy pequeños y en los que viven muchas personas. Esto al final genera tensión en la familia, porque los niños se ponen nerviosos si no se pueden mover. Naturalmente, quienes han tenido un mínimo espacio o una terraza, lo habrán vivido mejor que quienes viven en un espacio cerrado y oscuro, y con mucha gente en casa. Pero en relación a la recuperación y a los problemas de salud mental, tienen y tendrán más los adultos que los niños. Además, hay otra cosa, que es que los niños viven la inmediatez, viven el momento.

Nosotros vivimos más angustiados de cara el futuro.

Exacto, y tales preocupaciones no las tienen ellos. Si en ese momento se lo están pasando bien, no piensan si mañana podrán salir de casa. Cuando a un niño le dices: «Esto lo haremos el próximo domingo», te dice: «¡Uff, falta mucho!». Quizás lo han vivido peor los adolescentes, pero la mayoría pueden utilizar herramientas para comunicarse con sus compañeros.

¿Cómo puede haber afectado el confinamiento en niños con trastornos como el autismo o, por ejemplo,  déficit de atención o especialmente hiperactivos?

Ha afectado, sobre todo, a los niños con autismo, los niños con los que no puedes conectar o a los que no les puedes contar las cosas y necesitan moverse. Por eso al final se consiguió que pudieran salir e, incluso, algunos se tuvieron que identificar porque si no la gente les insultaba desde los balcones. Era necesario que estos niños pudieran salir. De hecho, yo creo que si fuéramos más disciplinados, se hubiera podido hacer que todo el mundo pudiera salir a dar una vuelta un rato, pero ya has visto que cuando se puede salir, la gente sale y se junta, con lo cual es complicado llevar a cabo el desconfinamiento de una forma segura.

¿Cree que se está asumiendo responsablemente la desescalada por parte de la ciudadanía?

Me ha parecido observar que no se mantiene correctamente la distancia física que debe mantenerse. No se han utilizado correctamente las mascarillas en lugares donde no se puede mantener esta distancia…eso me preocupa, son cosas que nos pueden hacer ir hacia atrás.

¿Nuestro sistema de salud estaba suficientemente preparado para la pandemia del coronavirus? ¿Qué mejoras reivindica?

Yo creo que tenemos un buen sistema de salud, muy buenos profesionales y hospitales, pero la salud pública y la epidemiología no se veía como una especialidad importante. Aquí se debería haber invertido mucho más en ello y, sobre todo, prever qué se necesitaría cuando la epidemia ya era evidente, pero continuábamos pensando que no llegaría a Europa. Hemos ido un poco lentos con esto. Yo creo que esta crisis pondrá de manifiesto esto: la necesidad de invertir en salud pública. Primero lo teníamos lejos, en China, pero en un mundo global la distancia es difícil de medir. Cuando lo teníamos aquí al lado, en Italia, era evidente que nos llegaría de la misma manera, pero aquí parece que se pensaba que nos salvaríamos, pensábamos que nuestro sistema asistencial era más fuerte y contendría la pandemia, pero no ha sido así. Sin embargo, no había ninguna razón para pensar que no nos llegaría de la misma manera. Aquí resbalamos un poco. En Portugal, por ejemplo, se han adelantado mucho más que nosotros y ha podido frenarlo antes. Nuestro sistema sanitario es muy bueno en el ámbito asistencial, pero se invierte muy poco en prevención, salud pública y epidemiología, que en este caso son las herramientas que nos hubieran ayudado a contener mejor la pandemia.

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Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/15/los-ninos-viven-el-momento-y-tienen-mas-resiliencia-aguantan-mejor-esta-situacion-que-los-adultos/

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OVE Entrevista a Laura García Tuñón “Es necesaria la autonomía de las organizaciones sociales y sindicales respecto a los gobiernos”

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para Otras Voces en educación

 

En los tiempos turbulentos de la Argentina post dictadura, la voz y praxis de Laura García Tuñón nos muestra un Sur insumiso y rebelde que se resiste a la hegemonía neoliberal. La conocimos entre tejidos de resistencias anticapitalistas y hoy continúa siendo una arquitecta de alternativas.

En México, el fallecido amigo Sergio Quiroz del Instituto McLaren nos decía que cuando se estableciera una coordinación continental de las resistencias educativas, Laura tendría que formar parte de ella. Le hemos seguido los pasos y los encuentros han reforzado la enorme valoración que de ella tenía Sergio.

En la actualidad forma parte del colectivo Grupo de Contacto internacional (GCI), un espacio horizontal de diálogo y encuentro entre educadores populares, pedagogos críticos y dirigentes gremiales del magisterio nuestro americano.

Laura García Tuñón, es trabajadora de la educación jubilada de escuelas primarias de la Ciudad de Bs As, Argentina. Fue diputada porteña (MC), parte de la comisión directiva del sindicato docente UTE- CTERA y de la Central de Trabajadores de la Argentina de la ciudad (CTA A) de la ciudad de Bs As. Militante por la educación popular y feminista. Forma parte del equipo de Coordinación del ENDYEP (Encuentro entre Docentes y Educadorxs Populares), experiencia que desde hace más de 10 años construyo, colaboro y asesoro a distintos colectivos y movimientos que toman la educación en sus manos desde la educación popular. Su perspectiva nos pareció importante para los lectores y colaboradores del portal Otras Voces en educación, y a continuación le dejamos el diálogo que sostuvimos con ella

 

Laura, cuéntanos un poco tu historia de vida y como llegaste al sindicalismo magisterial y a las educaciones populares

Nací en la Ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, en una familia numerosa de clase media. Soy la 6º de 9 hermanos. Perdí a mi padre a los 13 años, lo que hizo que nos mudáramos de casa a la Ciudad de Bs As y que mi madre tuviera que salir a trabajar.

A los pocos años, se instauró la dictadura militar, que desapareció a amigos, que persiguió e implantó el terror y que despidió a mis hermanos y a mi madre de su trabajo por tener tío preso político.

La dictadura militar nos tocó bastante de cerca, cambiando nuestras vidas. Y fue justamente eso lo que hizo que me convirtiera en militante.  En el último año de la dictadura, con 23 años y con mis tres pequeños hijos nacidos, recién pude conseguir mi primer cargo como maestra de grado de una escuela primaria estatal, ya que estaba en una especie de lista negra o roja, que me impedía trabajar.

Me afilié al sindicato de maestros ese mismo día. Y también comencé a militar en el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), siguiendo los pasos de mi tío, que ya vivía exiliado en España.

En 1983 llamaron a elecciones y viví toda la efervescencia de la apertura democrática. Iba a casi todos los actos de campaña, que se hacían en el obelisco, en el centro de Bs As y que está a dos cuadras de la escuela en donde trabajaba. Un poco para ver qué decían y repartir volantes del PRT y otro poco para sentirme cerca de nuestro pueblo movilizado.

Ya en democracia me metí de lleno a participar de la vida sindical, siendo delegada de mi escuela y luego representante del distrito escolar. Y en paralelo a reconstruir el PRT que había sido diezmado en la dictadura, recibir a los compañeros y compañeras que salían de las cárceles.

Participé activamente de la 1º Marcha de la Resistencia, organizada por las Madres de Plaza de Mayo y otros organismos de derechos humanos. Aún conservo un dibujo de la marcha de un alumnito de 1º grado que también había ido porque su papá estaba desaparecido, y lo dibujó en su cuaderno. Y a la vez me dedicaba a criar a mis hijas e hijo, con mucha ayuda de la abuela.

Fueron años de mucho agite y construcción, pero también de muchas defecciones de los gobernantes, que traicionaron la voluntad popular, perpetuando el sistema económico y el modelo productivo de los militares, el hambre y la desocupación.

En el sindicato, al participar en una agrupación de izquierda, me enfrenté a la conducción. Al ser joven, eso lo vivía con alegría y fortaleza.

Siempre fui delegada de mi escuela. El sindicato se amplió y unificó con otros sectores de trabajadores y trabajadoras de educación secundaria y superior, incorporando a los y las docentes de todos los niveles, que lo hizo crecer y abrirse a distintas experiencias.

Como mis estudios de maestra fueron durante la dictadura, tuve que buscar otras perspectivas educativas, formación y saberes en distintas experiencias. A leer y  entender a los distintos pedagogos de la educación popular como Freire y Fals Borda,   intenté llevarlas sus ideas a la escuela y a la vida sindical, que no estaba muy abierta a esas ideas, más preocupados por la lucha gremial y no pedagógica.

Siempre traté de elegir escuelas en donde pudiera trabajar con sectores vulnerables. Fui cambiando de escuelas, siendo suplente, hasta que logré ser maestra titular en una escuela de una de los barrios carenciados más grandes de la Ciudad.

Participé fuertemente de la Carpa Blanca de los maestros, que estuvo instalada en la Plaza frente al Congreso Nacional, 1003 días, desde el 2 de abril de 1997 hasta el 30 de diciembre de 1999.

La Carpa Blanca fue una herramienta de lucha sindical, ante la cantidad de paros provinciales que no alcanzaban a lograr el éxito. El sindicato Nacional CTERA, ideó la instalación de esa carpa en donde distintos grupos de maestros, maestras y profesores, dormían, vivían y ayunaban exigiendo presupuesto para la educación y la derogación de la Ley Federal de Educación que había destruido el sistema educativo nacional.

Los docentes venían de distintas provincias y ayunaban entre 15 y 25 días, sólo consumiendo líquidos como forma de protesta. La carpa se transformó en el correr de los días en un espacio de lucha para distintos sectores. Se hacían festivales inmensos con artistas reconocidos y partidos de fútbol.

Nos visitaban artistas internacionales que venían a apoyar nuestro reclamo. Llegaban denuncias por violencia institucional de todo el país. Pero lo más emotivo eran las visitas de los pibes y pibas de las escuelas y las clases públicas.

Toda esa lucha terminó con una Ley de Incentivo docente, en donde el gobierno nacional hasta el día de hoy paga una parte del salario, ya que, por las reformas educativas, cada provincia se hace cargo de la educación, presupuesto y salarios docentes. No conseguimos hasta 2006 que se derogara la ley de educación.

Yo participé activamente ayunando 3 veces y siendo parte de los equipos de colaboración de la Carpa. Y a la vez siendo delegada distrital, recorriendo las escuelas y armando asambleas quincenalmente.

A partir de esa militancia formé parte de la conducción del sindicato, haciéndome cargo de la Secretaría de Educación y Estadísticas. Y luego de la secretaría de formación de la Central de los Trabajadores de la Argentina de la Capital.

Es allí en donde me conecto mucho más con la Educación Popular, participando de los Forum Sociales Mundiales de Porto Alegre y a los Forum de Educación. Construyendo iniciativas de educación popular con los movimientos sociales y de formación de militantes, delegados y delegadas promovidas por la CTERA de ese entonces.

Me alejé de la conducción del sindicato docente por diferencia políticas, ya que no acordaba con la falta de autonomía frente al gobierno de Kirchner. Estoy convencida de la necesidad de autonomía que deben tener las organizaciones sociales y sindicales respecto a los gobiernos de turno, por más que sean del signo político de ellos. Y esa falta de autonomía, justamente fue uno de los problemas que vivieron y vive el sindicalismo en con los gobiernos progresistas.

Cuando se abren desde la CTA Bachilleratos Populares y jardines comunitarios populares, fui aportando con debates y asesoramientos a las organizaciones en pensar en una educación emancipatoria en manos de los movimientos sociales y los sindicatos.

En 2009, fui elegida diputada de la Ciudad de Bs As. Continuaba militando en la CTA y conformamos un partido político con las organizaciones sociales y sindicales como instrumento electoral. Como diputada intenté aportar en la legalidad de los Bachilleratos Populares en su reconocimiento, en el sostenimiento de los jardines  comunitarios y en la defensa de la educación pública y de los trabajadores y trabajadoras de la educación.

Desde ese lugar institucional construimos muchas jornadas, seminarios y aportes a la experiencia de los movimientos que toman en sus manos la educación, a la par de seguir formándonos colectivamente en las concepciones de la educación popular.

Actualmente soy parte de la coordinación del ENDYEP (Encuentro entre Docentes y Educadores Populares), que se conformó en 2015 con un conjunto de organizaciones sociales que toman en sus manos a la educación, educadores y educadoras populares, docentes de distintos niveles y docentes de Institutos de Formación Docente.

Aspirábamos a desatar los nudos y evidenciar las tensiones que existen entre los espacios formales de educación, que brinda el Estado, y los espacios de educación popular, autogestivos, que están en manos de los movimientos sociales como una apuesta no solo a la integración, sino a la transformación.

Lo pensamos como espacio de resistencia y de lucha frente a las reformas educativas, para generar el diálogo entre docentes y los educadores y educadoras populares y para contribuir en la construcción de una educación pública emancipadora desde la concepción de la educación popular y la pedagogía crítica. Propiciamos y alentamos actualmente además, a la Formación Docente en Clave de Educación Popular a través de cátedras abiertas, especializaciones y seminarios con educadores y educadoras populares internacionales y de Argentina.

Laura ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa en Argentina?

El sistema educativo argentino se caracteriza por contener a casi el 96 % de la población en edad escolar, siendo obligatoria la educación en el nivel inicial, primario y secundario.

Es decir, desde los 4 años hasta los 17/18 años de edad. Pero el 45% de los y las estudiantes, no llega a terminar la escuela secundaria por diferentes causas. Por ello, una enorme población de jóvenes y adultos, vive sin finalizar sus estudios y con mayores dificultades para conseguir la inserción laboral.

Hoy nos encontramos con una infinidad de trabajadores y trabajadoras de la Educación que todos los días se esfuerzan y lo ponen todo para intentar cambiarles la vida a sus estudiantes. Como también tenemos docentes que sólo van a enseñar lo que el currículum impuesto les marca, como un mero trabajo de oficina.

A su vez, por fuera del sistema educativo formal, existen más de 100 Bachilleratos Populares autogestionados y experiencias de educación popular en barrios vulnerables de todo el país, a cargo de educadores y educadoras populares.

La crisis la podemos observar en que la mayoría de los docentes piensa que lo que enseñan no le interesa a nadie. Los estudiantes piensan que lo que aprenden no les sirve y los padres que sus hijos e hijas no aprenden nada.

La comunidad educativa argentina está enfrentando una serie de reformas que destruyen la concepción de la educación como práctica y derecho social y cultural, pero fundamentalmente como concepción política de transformación política y social.

El ajuste, el achique presupuestario y la destrucción de los estatutos del docente y los derechos laborales, son algunas de sus expresiones más urgentes e inmediatas.

Con estas reformas, están reactualizando uno de los aparatos ideológicos del Estado, la escuela. Hoy ya no se piensa a la escuela como único espacio de control social, ya que los avances del capitalismo a través de las innovaciones tecnológicas, colocan en juego a otros escenarios, como las redes sociales y las conexiones de comunicación.

Por eso se piensa a las escuelas como formadoras para ese escenario mundial y local, manejado por las tecnologías y un mundo en donde la concepción del trabajo se pone en cuestión.

Justificándose en los cambios del tiempo y modificando los sentidos tradicionales de la educación, adecuándola a los nuevos criterios productivistas de la globalización, construyendo una nueva idea de capital humano. Pero para ello, también necesitan un debilitamiento de las organizaciones sindicales.

Todo esto continúa con la desigualdad educativa y la profundización de la crisis educativa. Crisis porque no le da respuestas al mundo tecnocrático globalizado y mucho menos a nuestro pueblo.

Pero principalmente está en crisis porque propone un modelo educativo que profundiza un modelo de país para el capital concentrado, con mayor exclusión y desigualdad para nuestro pueblo. Porque no tiene en cuenta a los y las estudiantes ni a los trabajadores y trabajadoras de la educación.

Esta crisis la puedo enumerar en estas situaciones:

  • Desigualdad: Ya no sólo es entre la educación estatal y la privada, sino entre las escuelas de educación estatal, por la segmentación de la población. Encontrando escuelas estatales en las ciudades o zonas céntricas, a las que acceden los estudiantes de clase media y escuelas de las periferias con la poblaciones vulnerables, en donde casi 1 hora de clases se destina a la asistencia alimentaria. Con sobrepoblación en las aulas y falta de condiciones materiales e inmateriales como libros y útiles, conexión a internet y computadoras.
  • Cambios en la escuela secundaria: vacíos de contenidos pedagógicos y de conocimientos, para responder a las directivas de los organismos internacionales, en donde lo que prevalece es la formación para la adaptación, la transmisión y la adecuación. La pregunta es adecuado y adaptado a qué concepción.
  • Formación docente desarticulada: cada provincia tiene sistemas distintos de formación docente. Algunas lo dictan en las Universidades. Otras provincias en Institutos Terciarios. Si bien hay un Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD), el gobierno anterior, cerró institutos, lo desfinanció y le quitó responsabilidades. Intentó transferir todos los Institutos a las Universidades. A su vez no recupera ni reconoce los saberes sobre el enseñar y el aprender acumulados por las instituciones de formación y los sujetos que las habitan. Desconoce el valor que la Formación docente ha tenido históricamente en nuestro país como garante del derecho a la educación.
  • Sistema de Evaluación: en la Argentina desde su creación se aplican las pruebas PISA. Además de esas pruebas, se aplican pruebas estandarizadas nacionales a los y las estudiantes de primaria y secundaria. El gobierno neoliberal de Mauricio Macri instauró también pruebas estandarizadas de medición de los aprendizajes a los y las estudiantes de formación docente y a los docentes. En muchas escuelas del país fomentan que los maestros enseñen para “aprobar” las pruebas PISA y nacionales, pasando muchos meses del año en este objetivo.
  • Currículum: totalmente alejado de las necesidades e intereses de los y las estudiantes. Construido por técnicos en cada ministerio de educación provinciales con ninguna participación de los docentes.
  • Educación de los pueblos originarios: Si bien existe la educación bilingüe, sigue siendo la población más abandonada, en donde se continúa hoy negando su cultura, su lengua y costumbres.
  • Mercantilización de la educación: se utilizan una serie de plataformas educativas en distintas provincias y niveles. Se promocionan y dan puntaje para la carrera docente cursos de capacitación privados. Se promueve la meritocracia y la articulación educación/trabajo es sólo vista desde las empresas.
  • Condiciones laborales: existen estatutos laborales diferentes por provincia. En todo el país el salario docente es muy bajo. En algunas, apenas llega al salario a superar la línea de indigencia. En otras no cubre la canasta familiar. Esto hace que existan docente con sobrecarga de trabajo para llegar a tener un salario que le sirva para vivir. A su vez en varias provincias han cambiado la forma de designación de los y las docentes, lo que hace peligrar la libertad de cátedra por la injerencia del gobierno de cada provincia en las designaciones.
  • Representación sindical: La fragmentación es lo que rige en el sindicalismo docente. La CTERA es el sindicato más poderos y fuerte en la Argentina, teniendo un sindicato de base en cada una de las 24 provincias. Cuenta con alrededor de 500.000 afiliados de todo el país, teniendo representación en todas las ramas y sectores, sobre los 954.000 docentes que trabajan en el país. Pero existen además otros 4 sindicatos nacionales. Pero todos ellos cada día están más alejado de sus afiliados, no debatiendo ni formando en cuestiones pedagógicas ni discutiendo una educación emancipatoria. En algunos territorios, como la Ciudad de Buenos Aires, se armaron 17 sindicatos, que representan a los casi 100 mil trabajadores de la educación. A lo largo de los años y en las diferentes gestiones de gobierno, los sindicatos fueron fragmentándose y conformándose en nuevos sindicatos. La mayoría de estas conformaciones obedecieron a injerencias de los distintos gobiernos. Por supuesto, no hay mayor pluralidad y participación de las bases docentes ante ese número de sindicatos.
  • El constante menoscabo, desprecio y cuestionamiento a la tarea de enseñar. Los trabajadores y trabajadoras de la educación son impugnados por los gobernantes y por los medios de comunicación, responsabilizándolos de todos los males de la educación, siendo sospechados todo el tiempo de su mal desempeño

 

Laura, ¿consideras que la formación docente se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de les educadores?

Estoy convencida de que la formación docente en Argentina, a pesar de los esfuerzos de muchos de sus docentes, no logra resolver los desafíos de formación que requieren los y las trabajadores de la educación y tampoco los chicas y chicas que asisten a las escuelas de todos sus niveles.

Los Institutos de Formación Docente y Universidades, siguen siendo instituciones piramidales, jerárquicas, poco democráticas y excesivamente disciplinares.

Además de estar bastante alejadas de las escuelas en donde los estudiantes van a desempeñarse en el futuro. En su mayoría, tienen pocos trayectos de investigación educativa y casi nulo trabajo colectivo de los y las docentes que trabajan en ellas. Muchas veces por tener demasiadas horas de trabajo en diversas instituciones y con demasiados cursos y estudiantes a cargo.

Si a todo esto le sumamos, una imposibilidad de pensar en otra escuela, podemos ver la actual crisis educativa. Imposibilidad de pensar en una escuela emancipadora. De pensar en otra forma de aprender y enseñar diferente de la que ellos mismo aprendieron o vivieron.

En donde sufrieron la imposición de competencias a lo largo de su escolarización que destruyeron sus capacidades. Capacidades para ser investigadores, artistas, deportistas, artesanos, cocineros, pedagogos o creativos. De divertirse con el aprender.

Para reconfigurar la formación docente creo que tenemos que recuperar la pedagogía. Como siempre nos enseña el Maestro y educador popular argentino Nano Balbo, “si los docentes no somos capaces de retomar el debate pedagógico para que la educación sea nombrada con lenguaje pedagógico, estamos perdidos.

Es la pedagogía la que le da sentido e identidad a mi práctica. Si entrego el saber pedagógico, habré dejado de ser un trabajador para pasar a ser un empleado. Porque voy a perder el control sobre mi trabajo.  Entonces enseño lo que otros decidieron. Por ello intentan sustituirnos por facilitadores, acompañantes y no docentes, destruyendo nuestra autoridad como trabajadores y trabajadoras de la educación”.

Para ello como parte del colectivo del ENDYEP, creemos que es fundamental que la formación docente entre otras cosas asuma las concepciones de la educación popular y de la pedagogía crítica.

Por ello, en 2016 hicimos con más de 500 estudiantes, educadores y docentes, el 1º Encuentro Internacional entre Docentes y Educadorxs Populares en un Instituto de Formación Docente, en donde el eje fue: “La Formación Docente en clave de Educación Popular”.

El objetivo fue reflexionar sobre los desafíos de la Formación Docente en el marco de la Educación Popular, intercambiar prácticas educativas y sus contextos en torno a la Formación Docente, y propiciar espacios genuinos de construcción colectiva del conocimiento propia de la Educación Popular.

Allí partimos de pensar a la formación como un proceso continuo de transformación subjetiva, de desarrollo pedagógico, técnico, político, social y ético. Esto nos remitía a la construcción, al desarrollo, a la transformación, en oposición a la capacitación, instrumentación y asimilación, que nos lleva a la reproducción acrítica de formatos y prácticas.

La formación docente en clave de educación popular, requiere de un trabajo sobre uno mismo, de un trabajo de re-flexión. De volver sobre nuestras ideas, creencias, sentimientos y categorías desde las cuales interpretamos nuestras experiencias.

Resulta necesario enfatizar el carácter político y ético de la tarea de enseñar. Si los docentes en el aula somos autómatas, que repetimos libretos, difícilmente despertemos curiosidad. Necesitamos recuperar la alegría del trabajo, el compromiso con la tarea, la esperanza, el deseo de educar y la confianza en que esto es viable, que no hay destinos sociales prefijados. Nuestra tarea requiere pasión, requiere estar maravillados con el conocimiento y acompañar a otros a que se incorporen en él.

Pensar el aula no sólo como un lugar, no sólo como un espacio físico donde se transmite contenidos. Sino como escena, como espacio de interacciones, lugar de encuentros y desencuentros, lugar de emergencia del individuo y la sociedad, y a su vez, producto de ellos.

Espacio de poder, de producción, de comunicación y de conocimiento. Donde el contexto social, al igual que el contexto educativo no es algo definitivo, inmodificable, pre-existente, en el que la acción social y educativa se inserta, sino que es creado por la propia praxis a través de la concreción de patrones de conductas colectivas.

Pensarnos como formadores y no como capacitadores, y mucho menos como los “iluminadores”. Por eso es necesario concebir a la educación, y a la formación docente como parte del sistema educativo. Como un proceso social que permite a todos incorporarse a las tradiciones, historias y mundos culturales que favorezcan la construcción de los proyectos de vida individual y colectiva y no reducirla a una cuestión técnica de desenvolvimiento de competencias y habilidades.

 

¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio argentino? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

El calendario escolar en Argentina siempre es desde los primeros días de marzo hasta fines de noviembre o diciembre, según el nivel o provincia. Por lo cual la pandemia y el aislamiento nos tomaron al comienzo del año escolar, con apenas dos semanas de clases en inicial, primaria y secundaria.

No habían comenzado aún las clases en formación docente ni en la Universidad cuando el 13 de marzo se suspendieron las clases presenciales.

Los primeros días, hasta el día 20 de marzo, en donde se decreta nacionalmente el aislamiento social obligatorio, los y las docentes, tenían que asistir a las escuelas y armar materiales para entregar a los chicos. Como así también ayudar en el reparto de los alimentos que habitualmente se consumen en las escuelas.

A partir del 20, comenzaron las clases en las casas. Esto hizo que la inmensa mayoría de docentes comenzara a trabajar contra reloj en pensar cómo hacer sus clases virtuales. En conseguir los contactos de cada familia, y las formas de comunicarse con ellos.

Desde los ministerios provinciales, poca información les llegaba. Sólo que debían continuar con sus clases. Las autoridades no tuvieron en cuenta, por ejemplo, que muchísimas familias, aún en las grandes ciudades como Buenos Aires, sólo contaban con un teléfono celular y poca carga de internet para que hicieran las tareas todos sus niños y niñas.

Desconocían que la inmensa mayoría de los docentes no cuentan con formación en TICs y muchísimo menos en clases y plataformas virtuales. Y que inclusive, muchos docentes no cuentan con internet, salvo en sus teléfonos, al igual que las familias de sus alumnos. Y algunos con viejas computadoras.

A lo largo de estos 2 meses de clases desde las casas, lo trabajadores y trabajadoras de la educación, han visto recargadas sus tareas. Lo que prevalece es el malestar docente.

No sólo trabajan más horas y en horarios que no son los habituales, sino que a su vez deben encargarse de que sus propios hijos e hijas sigan con sus clases. Y si a esto le sumamos que a lo largo de estos días, las autoridades han cambiado varias veces las directivas sobre cómo dictar las clases, qué plataformas usar o por qué medios hacerles llegar las actividades a los y las alumnos, el cansancio y estrés que esto les ha ocasionado, es enorme.

Muchos han tenido que aprender rápidamente a utilizar algunas plataformas que jamás habían visto ni usado. Otros y otras comentan que para poder conectarse con tranquilidad y para tener conectividad, lo hacen a las dos o tres de la madrugada.

Se les exige, además de pensar cómo dar sus clases, contactarse con cada familia para ver cómo les llega a los chicos esa información. Si no responden, tienen que llamarlos y averiguar los motivos. Se les exige llevar un registro sistemático y una valoración del proceso pedagógico desarrollado en forma remota e informar a las familias y a las y los estudiantes sobre la misma. Hacer planillas administrativas.

Además de todas estas tareas, como acción de compromiso militante, algunas y algunos, van a la escuela cada quince días a entregarles las canastas alimentarias a las familias para paliar el hambre existente.

Por otro lado, en algunas provincias se les advierte que al regreso a las escuelas, se evaluará lo realizado en la cuarentena. Esto crea incertidumbres tanto en docentes como en las familias, ya que no se sabe qué evaluarán, cómo realizarán este seguimiento pedagógico sin haber garantizado los recursos mínimos. Cómo evaluarán sin tener en cuenta las condiciones en las que viven los sectores más vulnerables.

Claramente estas medidas educativas no garantizan el derecho a la educación de la mitad de la población escolar en la Argentina, que vive bajo la línea de pobreza.

La falta de insumos básicos como computadoras, conectividad, libros y en muchos caso útiles escolares que casi siempre son provistas por las escuelas. La falta de espacios para realizar las actividades escolares, ya que muchísimas familias conviven hacinadas sin acceso al agua y en pequeñas casas precarias.

La casi imposibilidad de acompañar y ayudar a los niños y niñas por parte las madres y padres, que apenas saben leer. Y la grave crisis económica, que ocasiona que la preocupación mayor de las familias es procurar un plato de comida, haciendo largas filas diarias en los comedores comunitarios, claramente nos muestra que el COVID no sólo perpetuará sino que profundizará la desigualdad y exclusión educativa.

Y por eso, tenemos que seguir exigiendo condiciones para todos y todas. Pero además tenemos que velar por la salud mental y afectiva de los estudiantes. Cuando esto termine, habrá que antes de volver a las matemáticas y las distintas materias, saber que los niños y niñas necesitarán correr, ensuciarse y reír. Reencontrarse con sus amigos, jugar, empujarse y pelear con ellos. Hablar, dibujar, llorar y gritar lo que tienen guardado en sus corazones. Necesitarán contar lo que sintieron y ser escuchados por otros que no son su familia con los que estuvieron mucho tiempo.

Tanto encierro, noticias de enfermedad y muerte no será gratis para ellos. Y si no somos capaces, en cada escuela de poder abrazarlos y entenderlos, dejarlos volver a ser niños libres, sueltos y autónomos y rescatar la pedagogía de la ternura, de la escucha y la paciencia, los condenaremos a tapar y esconder debajo de la alfombra lo que les pasó. Les enseñaremos que no hay que detenerse para sentir y pensar cómo seguir. Les enseñaremos que la enfermedad del aislamiento y la negación, llegó para quedarse.

A partir de su experiencia docente y gremial cuales serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio americano

Cuando el mundo salga de esta crisis, estaremos frente a un cambio mundial cultural, económico y social. Y seguramente, va a cambiar la forma de trabajar, con más teletrabajo y con condiciones de mayor flexibilidad, que habrá que poner en discusión. Y la educación no estará ajena a estos cambios.

Pero esto no nació con el coronavirus. La crisis y fragilidad ya eran parte del capitalismo y el modelo neoliberal, y como siempre, la sufríamos y seguiremos sufriendo la clase trabajadora y el pueblo.

Ante esto, tenemos el desafío de construir otra escuela y otra educación para nuestro pueblo. No basta denunciar un modelo que es profundamente injusto. Tenemos que sumar a la protesta la propuesta. La denuncia tiene que ir acompañada de un anuncio.

A pesar de la crisis en la que vivimos, creo que se abren condiciones para pensar en otra educación. En otra forma de construir conocimientos y en otra manera de pensar una escuela que le sirva a nuestro pueblo y deje de dar respuesta al mundo globalizado. Que nos permita construir otro mundo.

Estamos en condiciones porque a pesar del malestar y agobio que produce este aislamiento y el trabajo desde nuestras casas, también nos ha hecho repensar en lo que hacemos a diario. Ha hecho que las familias vuelvan a valorar y comprender que no es fácil y sencillo el trabajo de los maestros, maestras y profesores.

Pero también, es momento de que las organizaciones sindicales hagan una seria autocrítica. Que puedan pensar que no sólo las reivindicaciones del magisterio son el salario y las condiciones laborales. Que puedan imaginar y construir otro modelo sindical pedagógico y una educación emancipatoria, también son parte de las acciones sindicales.

Que no sólo los males los trae el COVID o los gobiernos con sus políticas. Que tienen que ser parte de la construcción de herramientas horizontales y democráticas para pensar en otra escuela y en otra educación. Que tienen que abrazar a la docencia para hacerlas parte de una propuesta político-pedagógica alternativa.

Por ello, los educadores y educadoras y las organizaciones sindicales tenemos una gran oportunidad y un gran desafío. Podemos y somos capaces de producir un despertar distinto. Es momento de armar más redes virtuales, hasta que podamos hacerlas presenciales, de debate y reflexión. Desde abajo. Desde los colectivos de las escuelas y espacios educativos de cada rincón de nuestro país.

De construir de conjunto para abrazar nuevos conocimientos que nos permitan interpelarnos y pensar en el para qué educar, el cómo hacerlo, para quiénes, en dónde y en qué escuela queremos y necesitamos.

Que no intente maquillar una escuela que no nos sirve. Que genere el diálogo de saberes con aquellos a los que pretendemos educar. Que incluya las concepciones de vivir el mundo del movimiento feminista, de los movimientos ambientales y de los pueblos originarios.

Que rescate las experiencias históricas y actuales de la pedagogía crítica y de la educación popular latinoamericana y argentina para pensar en otra sociedad.

Es hora de devolvernos nuestra identidad como educadores y educadoras, capaces de construir una escuela que parta de los intereses de los sectores populares, de una sociedad distinta, con una concepción del mundo con y desde su mirada.

Una educación que se vincule con el planeta, los bienes comunes y la naturaleza con respeto, cuidado y complementariedad, sin depredarla.

Es hora de recuperar la pedagogía. Es hora de que pensemos en los desafíos del siglo XXI, no para estar a la moda sino para pensarlos desde otros paradigmas del conocimiento. Es hora de construir desde nuestras utopías.

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Marta Pellico: “La alfabetización mediática también debería incluirse en el currículo escolar”

Por Alejandra Avendaño/AikaEducacion

En el marco del webinar “El periodismo de calidad en la era de la desinformación”, organizado por la Unesco y la Universidad Autónoma de Barcelona, Marta Pellico, directora de ICmedia, nos habló sobre el impacto del coronavirus en el consumo televisivo y la distribución de información y desinformación en medios. Para la también abogada es necesario introducir la alfabetización mediática en la educación básica e incluir un etiquetado según tipo de contenido audiovisual para que el usuario tenga una real libertad de elección, algo que están impulsando en línea con proyectos de la Unión Europea desde la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de los Medios, cuya finalidad es alentar la calidad de los contenidos en los medios audiovisuales.

En tiempos de coronavirus y bulos, ¿cómo han respondido los medios de comunicación a estos retos y cómo han desempeñado su labor informativa?

Ha sido complicado dar una respuesta global a esta situación. Creo que los medios de comunicación han intentado responder lo mejor posible. Desde el inicio de la pandemia del coronavirus, todos hemos percibido la desinformación y de hecho todos hemos recibido información dudosa. También hemos visto que algunos medios de información han respondido a la situación con información rigurosa y otros que, quizás debido al sesgo político e ideológico, les ha sido más difícil hacerlo. Esto ha permitido que el usuario vea, desde su perspectiva, el nivel de responsabilidad de unos medios frente a otros.

El contexto del coronavirus ha expuesto varias carencias en la sociedad, como la necesidad de impulsar la alfabetización mediática en las audiencias, ¿a qué actores les corresponde más este trabajo y cómo lo han desempeñado?

El riesgo de la desinformación existe desde que el hombre se comunica. Solo que actualmente con el internet, tiene mayor alcance. En esta crisis, se pone de manifiesto una vez más la importancia que tiene la alfabetización mediática. Desde iCMedia, llevamos más de diez años trabajando este tema, poniendo el foco en dos ejes de actuación, que son el derecho del usuario a recibir información adecuada y el derecho que tienen a la formación, en especial, en el caso de los menores.

Esta es la línea en la que debemos seguir trabajando los agentes u organizaciones sociales para incidir en la alfabetización mediática como tema clave en el currículo escolar. Si ya se incluyen temáticas como la educación vial, la seguridad en internet y el desarrollo del pensamiento crítico también deberían formar parte de ese currículo. En iCMedia ya llevamos tiempo impulsando este proyecto con algunos centros escolares que se preocupan por la alfabetización mediática, aunque son escasos. Lamentablemente, el impacto que tenemos las organizaciones que carecemos de recursos, como es nuestro caso, no llega a toda la comunidad escolar.

Según su perspectiva, ¿qué fuentes de información están priorizando las audiencias en la actualidad y qué tipo de contenidos están consumiendo?

Depende de la audiencia. Si es una audiencia adulta, o concienciada de la importancia de la información, los datos nos dicen que hay una vuelta al consumo de la televisión tradicional. Si hablamos de los más jóvenes, evidentemente su medio de información son las redes sociales y sus informadores los influencers. Lamentablemente hemos observado que muchos de estos canales de influencers carecen de formación o conciencia de responsabilidad y que su audiencia tampoco es consciente de esta falta de información. En iCmedia consideramos fundamental mejorar en esta área y estamos trabajando en varios proyectos europeos que impulsan la responsabilidad de los canales de influencers como fuentes de información veraz.

El consumo de contenidos camina desde una televisión con horarios y temas fijos a un estilo tipo Netflix, con la información disponible en todo momento, ¿esto contribuye a un consumo democrático o genera un impacto negativo en las audiencias?

La televisión tradicional (TDT) permite desde luego un consumo universal. Yo creo que esa es la fortaleza de esta televisión en España, el que todos podemos acceder a ella. Por otro lado, aunque las nuevas vías de consumo audiovisual son cada vez más populares y sus índices de suscripción reflejan un crecimiento exponencial, la democratización y universalidad de la televisión tradicional no se puede comparar con las plataformas de streaming. En España, a diferencia de otros países, siempre hemos tenido acceso a la TDT y estamos acostumbrados a la televisión gratuita y universal. En los últimos años con la llegada de otras plataformas de consumo, la percepción de la audiencia está cambiando, porque consideran que éstas emiten contenidos de mayor calidad. En cualquier caso, creo que ambos sistemas van a convivir. La TDT no puede desaparecer, debe encontrar sus fortalezas y potenciarlas. Por ejemplo, durante la crisis del coronavirus, la audiencia ha buscado información en la televisión tradicional. Quizás, esto pone sobre la mesa que el crecimiento del consumo de la televisión tradicional tiene que ir por la vía de la información de calidad.

Y en cuanto al uso de algoritmos y recomendaciones según perfil, ¿esto contribuye a un consumo democrático o solo genera una visión sesgada en las audiencias?

Efectivamente, uno de los resultados que se están viendo con el desarrollo de la inteligencia artificial, es que el uso de los algoritmos de parte de las plataformas, les permite conocer nuestros usos de consumo y recomendarnos siempre contenidos que nos gustan. Es el riesgo que se corre. Creo que al trabajar con la inteligencia artificial se debe evitar incurrir en estos sesgos y esa es una de las recomendaciones que hemos trabajado a la Comisión Europea en torno al desarrollo de la inteligencia artificial (IA). Es fundamental tener la posibilidad de disponer de muchas opciones y de una información adecuada para poder elegir libremente.

Se ha dicho que la televisión es principalmente para entretenimiento, ¿cómo lo ve Usted y qué sugerencias plantea para mejorar la calidad de los contenidos audiovisuales?

Según la BBC, las funciones de la televisión son informar, formar y entretener. Informar está claro, porque necesitamos un periodismo de calidad para estar bien informados. Obviamente, formar también es una de las funciones de la televisión y no podemos olvidar que está incluida en nuestro sistema regulatorio. Y cómo no entretener, porque al final es lo que también buscamos en la televisión. Creemos que debe haber una variedad de formatos televisivos, porque los usuarios somos muy distintos, pero también debemos tener una información adecuada sobre tales formatos. Esto es lo que nosotros llamamos “etiquetado”. Al igual que los consumidores nos informamos con las etiquetas de los alimentos y decidimos si consumirlos o no, los contenidos audiovisuales deben informar a qué público se dirigen, de qué edades, el tema que tratan y si muestran contenidos positivos o de riesgo. De esta manera, el usuario podrá decidir si quiere consumirlo, cuándo y con quién. Es importante tener diversidad y creatividad de formatos, pero siempre con la información adecuada. Esta es la única forma de que el usuario tome decisiones libres.

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/marta-pellico-si-la-educacion-vial-es-incluida-en-el-curriculo-escolar-la-alfabetizacion-mediatica-es-un-tema-clave/

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Gemma Lienas: «Solo los jóvenes pueden impulsar el cambio que necesita esta sociedad»

  • Si hay que buscar culpables de esta crisis sanitaria, la escritora Gemma Lienas los conjuga en primera persona del plural: nosotros. La lista de cosas que hacemos mal es larga, pero se resume en un consumo desbocado. «A mis nietos les digo que deberán comprometerse y comenzar a trabajar para hacer una sociedad diferente», afirma.

Gemma Lienas marchaba a Galicia, para un encuentro con los alumnos de un instituto que habían estado leyendo un libro suyo, el día antes de que cerraran todas las escuelas. Y ya no fue. El confinamiento no ha cambiado su rutina laboral, pero sí su vida, como la de todo el mundo, y sobre todo toma muchísimas precauciones cada vez que sale y entra en casa, porque es población de riesgo «por edad y por historial médico», dice . «¡Voy con mucho cuidado porque yo tengo ganas de vivir!». Vitalidad no le falta. A través de la escritura ha conectado con pequeños y grandes, y, en especial, con varias generaciones de adolescentes a través del personaje de Carlota; también fue diputada en el Parlamento catalán en la legislatura más explosiva, y ahora sigue con la militancia feminista en la que se enroló hace muchos años. «Cuando uno escribe también hace política, porque transmite ideas, y quizás así llego a mucha más gente que de la otra manera», comenta Lienas.

Para una escritora el confinamiento debe el estado natural.

Es así. Lo que me pesa más es no poder abrazar a mis nietos, mis hijos o mis amigos. Por lo demás, mi vida no ha cambiado demasiado, porque yo siempre trabajo en casa y, por tanto, no he notado una gran diferencia. Es decir, claro que ha habido muchos cambios, pero el hecho de quedarse en casa para mí ha sido menos traumático que para mucha gente, estoy muy acostumbrada. La gran diferencia es el contacto con la gente que quieres y el hecho de no haber podido salir a caminar durante muchas semanas.

Publicó un artículo en el que venía a decir que la Tierra se estaba defendiendo de nosotros, y que volvería a sonreír el día que nos perdiera de vista.

Sí, en el periódico PuntAvui, se titulaba «Nuestro planeta sin nosotros», jugando con el título de aquella película de Isabel Coixet, Mi vida sin mí. Lo que venía a decir es que, en gran parte, todo lo que está pasando es culpa nuestra. Expulsamos a los animales de sus hábitats naturales, permitimos una tala indiscriminada de árboles, usamos mil pesticidas que tienen incidencia en la salud, incentivamos sistemas de regadío que son poco sostenibles, hacemos ganadería intensiva que provoca nuevos virus, usamos antibióticos en animales, deslocalizamos la industria y la producción, hay un exceso de producción y de emisión de gases contaminantes, generamos toneladas y toneladas de residuos… todo esto y un sistema económico basado en la ingeniería financiera y no en el trabajo real es lo que nos ha llevado aquí.

El trabajo real se ha visto estas semanas.

El trabajo más importante de estos dos últimos meses han sido los cuidados, y la gente que se dedica al trabajo de los cuidados es la que nos ha salvado, y prácticamente todo son mujeres y con trabajos muy precarios y mal pagados.

En resumen, que por lo que dice en el artículo nos merecemos lo que tenemos.

Nos lo hemos buscado. Y si no cambiamos algunas cosas esto se reproducirá dentro de un tiempo. Claro que virus siempre ha habido, pero nunca la sociedad se ha movido tanto y ha sido tan capaz de trasladarlos de aquí para allá. Y, por lo tanto, a pesar de que hemos avanzado en muchas cuestiones en el ámbito médico y de higiene, en otros aspectos lo estamos haciendo muy mal. Si tuviera que hacer una carta a los reyes pediría que cambiaran estas cosas, pero no lo creo, veo demasiada gente que no entiende lo que está pasando.

¿Quiere decir que ya hemos bajado la guardia y que lo único que piensa la gente es volver a como era su vida antes?

Exacto, y eso es imposible. Para ponerte un ejemplo muy pequeño, la gente ya no respeta las franjas horarias para salir a la calle. O las distancias. Esto es no tener conciencia de lo que está pasando ni qué efecto puede tener sobre los demás lo que estás haciendo. Una falta total de responsabilidad y solidaridad. Aunque hay mucha gente que es muy consciente, pero claro, cuando se te han muerto familiares o amigos, o tienes gente muy cercana que ha estado muy mal a causa del virus, y a mí me han pasado las dos cosas, tienes muy claro que esto es muy grave y te fijas mucho en la gente que no es nada consciente.

Pero, sobre todo, lo que quiero decir es que estamos dominados por un sistema económico que no tiene sentido, basado en un incremento constante de la producción y el consumo, y eso ya se ve que no es sostenible. La gente que se hace rica no lo hace trabajando, sino con ingeniería financiera. Y los gobiernos cada vez tienen menos peso, en detrimento del que tienen cada vez más las supergrandes plataformas digitales que, además, ni siquiera pagan impuestos. Y la derecha hizo todos los recortes que hizo, pues ahora lo hemos pagado muy caro.

¿Cree que eso la penalizará electoralmente?

¡No han reconocido nada! Ni la derecha catalana ni la española, ahora parece que no han hecho nada de lo que hicieron. Los recortes nos dejaron en una situación dramática y la gente que está en primera línea de fuego ha pasado situaciones de riesgo y no entiendo cómo las han aguantado. Deben estar agotados y, por eso, da tanto miedo que haya un rebrote, porque tenemos a los sanitarios agotados, tanto física como psicológicamente.

Usted que conoce bien los y las adolescentes, ¿habrá una generación tocada por esta experiencia?

No he tenido tiempo todavía para hablar de ello ni siquiera con mis nietos. Los pobres tienen tanto trabajo, tantos deberes, que no tienen tiempo de hacer nada más. Pero bueno, lo que sí les digo a mis nietos es que son ellos quienes habrán de impulsar un cambio. No podemos continuar viviendo como lo estamos haciendo, consumiendo un planeta y medio cada año, esto no tiene sentido. O sea que les digo que se tendrán que comprometer y empezar a trabajar por una sociedad diferente. Deberán exigir cambios.

Quizás es verdad que a consecuencia de ello sale una generación mucho más concienciada y militante.

Es posible. Yo lo espero, porque sólo la gente joven es la que puede impulsar este cambio. Los jóvenes han vivido una crisis económica en 2008 y en los siguientes años, de la que no nos habíamos recuperado aún, y ahora les ha tocado esto.

¿Todo esto le está inspirando algún argumento literario?

Ahora estoy escribiendo una novela que no tiene nada que ver con ello; quizás en el futuro salga algo, pero yo siempre necesito dejar pasar tiempo, sedimentar lo que me está pasando y tal vez me salga pasados diez años. Ahora bien, en mi última novela de adultos, que es El hilo invisible, hablo de la gripe española, que de hecho no era española y que mató a 50 millones de personas en Europa. Como tenía que escribir sobre esto, porque los bisabuelos de una de las protagonistas habían muerto de la gripe española, estuve investigando y leí que muchos epidemiólogos decían que esto en cualquier momento se podría volver a producir, y lo puse en la novela, y ahora mucha gente que lo ha leído me lo ha hecho notar, y me preguntan cómo puede ser que hace dos años yo hubiera previsto algo así. Pero yo no preví nada, simplemente me hacía eco de lo que ya decían muchos epidemiólogos. De hecho, hemos tenido otras epidemias y tenemos otra que es muy grave, que es la del SIDA, que ha dejado de momento 25 millones de muertos y para la que todavía no hay vacuna. El SIDA hizo cambiar muchas cosas, como la forma en que la gente se relaciona sexualmente. Ahora seguramente también cambiaremos cosas, quizás nos acostumbraremos a ir con mascarilla mucho más a menudo, como hacen en Japón, donde la gente se la pone siempre cuando está enferma por no infectar a los demás.

¿Los escritores ha sufrido mucho esta crisis?

La hemos sufrido porque para nosotros la época de las conferencias es de marzo a junio, y se han anulado todas. Además, hay gente que aún no ha cobrado las liquidaciones de 2019, que se pagan en esta época, y hay aún editoriales que no han pagado, pero en cambio mucha gente nos han pedido cosas, hemos proporcionado muchos contenidos gratuitos. Este confinamiento se ha podido resistir gracias a mucha gente que hace trabajos precarios, algo que debería cambiar, ya que muchos han podido distraerse y abstraerse de la crisis gracias a la música, el cine, el teatro, la lectura … y todo esto es lo que está peor pagado en estos momentos. Es una pena que todo lo que nos ha permitido superar la crisis es lo que está peor pagado.

Y, de postre, este Sant Jordi tan descafeinado que tuvimos …

Esto ha sido un golpe durísimo para todos, porque no se ha vendido casi nada. Se supone que en julio se podrá hacer, pero ya veremos, yo lo veo muy difícil. Yo iba a sacar un libro nuevo, que se quedó en la imprenta; además se llama La verdadera leyenda de Sant Jordi, por tanto no se puede vender a ninguna otra época del año. En el fondo, el drama es que vivimos en un país en el que la gente no compra libros.

Los compramos una vez al año.

Claro ,y esta vez, el año permite que subsistan muchas editoriales y muchas librerías, pero supongo que muchas cerrarán, y a los autores nos pasará lo mismo. Conozco cada vez más autores que se dedican a otros trabajos porque de esto no se puede vivir.

¿Ha tenido ocasión de hablar con maestros y alumnos y hacerse una idea de la situación de la educación durante el confinamiento?

Me parece terrible que la brecha entre las clases más favorecidas y las más desfavorecidas se esté haciendo aún mayor. Hay familias que no tienen ordenador ni conexión a internet, y esta gente está absolutamente descolgada. Es verdad que ha habido profesores que han hecho muchos esfuerzos para hacer llegar estos ordenadores, pero no sé hasta qué punto se ha solucionado nada. Y otra cosa es que el hecho de dar clase desde casa está creando un problema grave de conciliación, sobre todo para las mujeres, porque la mayoría de trabajos de la casa todavía recaen sobre las mujeres, y esto se suma que trabajar desde casa y tener que ayudar a los hijos a hacer los deberes. Muchas mujeres con niños pequeños me han dicho que es horroroso, que no pueden más.

Pero la otra solución, la de volver a los centros, no es nada fácil.

Tampoco lo veo, que volver a la escuela en este momento es imposible. Por eso tendremos que encontrar soluciones imaginativas, no sé qué. Quizás la solución pasa por utilizar espacios públicos como centros cívicos u otros que tienen las administraciones y doblar las clases y contratar más docentes. O tal vez, si hay que seguir dando clases en streaming, las bibliotecas puedan servir para que los chicos sin ordenador ni conexión puedan ir a hacerlas. No sé, se deben buscar soluciones para que nadie quede descolgado.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/05/21/solo-los-jovenes-pueden-impulsar-el-cambio-que-necesita-esta-sociedad/

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La teología ante la pandemia Carlos Mendoza: «Solo desde las víctimas podremos sanar como cuerpo social herido»

¿Qué desafíos plantea la pandemia a la teología? ¿Cómo leer los mecanismos de control a los que recurren los gobiernos como medida sanitaria?

¿De qué modo asumir una actitud crítica frente a la masiva difusión de mensajes fundamentalistas a nivel político y religioso?

Estas y otras preguntas hacen parte de esta extensa conversación con el teólogo Carlos Mendoza, profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana de México, que, entre otras cosas, afirma: «El modelo clerical de la Iglesia no saldrá indemne de la pandemia»

«Repensar lo sagrado, sus símbolos y ministerios en un contexto de globalización y de vulnerabilidad extrema es un reto para la teología»

¿Cuáles desafíos plantea la pandemia a la teología? ¿Cómo leer los mecanismos de control a los que recurren los gobiernos como medida sanitaria? ¿De qué modo asumir una actitud crítica frente a la masiva difusión de mensajes fundamentalistas a nivel político y religioso? Estas y otras preguntas hacen parte de esta extensa conversación con el teólogo Carlos Mendoza, profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana de México.

En diálogo con movimientos sociales, el dominico lleva años tendiendo puentes entre la fenomenología posmoderna, la teoría mimética de René Girard, el pensamiento decolonial y la teoría queer. La diversidad caracteriza su modo de acercarse a la realidad, de dejarse interpelar por ella y de expresar su convicciones. No le sorprenda al lector que privilegie la expresión juntes, en lugar de juntos, para referirse a todos nosotros; o mejor, nosotres.

Autor de una trilogía dedicada a la revelación, Mendoza anuncia la aparición de un nuevo libro, ya en prensa, sobre la resurrección analizada desde el contexto de las violencias. Un tema que enriquece su manera de entender la situación puesta de manifiesto debido a la aparición del nuevo coronavirus.

Crisis del modelo civilizatorio

La crisis de un modelo civilizatorio

¿Cómo reta la pandemia al ejercicio teológico?

En el campo filosófico, autoras o autores como Judith Bluter o Giorgio Agamben se han pronunciado sobre la cuestión de fondo: cómo el biopoder está gestionando la pandemia como un acto de Estado de Excepción. Ese es un acercamiento que la teología tiene que retomar, porque está en juego pensar la crisis del Antropoceno, en relación con esta y otras pandemias. La pobreza es una de ellas: el 52% de la humanidad vive en condiciones de pobreza extrema. También el patriarcado es una pandemia. No hay que quitar el dedo del renglón de las violencias contra las mujeres: la violencia física, sexual, laboral. Múltiples violencias que las feministas de la tercera generación han puesto sobre la mesa y que este año venían encendiendo mucho los espacios públicos, no solo las redes sociales.

La teología tiene que pensar la crisis de ese antropocentrismo al que el cristianismo contribuyó con una visión excesivamente cristológica de la redención, dejando de lado la pneumatología, poniéndola en segundo plano. Demasiado antropocéntrica, la teología ha sido cómplice de este modelo de civilización que está en crisis. Y el tema teológico de fondo sería una autocrítica del cristianismo y su contribución a unas violencias que han dado como resultado una sociedad hegemónica con el patriarcado, el capitalismo, el colonialismo, la religión sacrificial. Todo eso está en crisis ahora.

¿Qué nos aporta la teoría mimética para interpretar el contexto actual?

Por una parte, la teoría mimética puede ser un instrumento valioso para analizar los procesos de construcción de un enemigo colectivo al que supuestamente hemos de enfrentar: no solo el virus, sino también todo aquello que es extranjero, algo inminente que está siendo traducido como una amenaza.

René Girard

Lo que está en juego es el mimetismo como un contagio del miedo a la alteridad, como la creación de un enemigo para darle identidad al grupo. Y la teoría mimética ha desarrollado mucho este análisis de cuáles son los mecanismos de contagio mimético de todos contra uno. Por ejemplo, los grupos en un barrio contra los que están enfermos: cómo los aíslan, cómo los violentan. O cómo los gobiernos, en particular el de Bolsonaro en Brasil, pero también el de Trump en los Estados Unidos, están manipulando el miedo. Este mecanismo está siendo aplicado en el caso de la pandemia y tiene otras vertientes: las políticas migratorias contra los extranjeros; economías proteccionistas que cierran fronteras para proteger la economía local, etc.

Pero la teoría mimética también puede ayudarnos a abrir perspectivas. Porque el contagio puede tener una valencia positiva, que sería la del contagio de la solidaridad, de la empatía, de la inclusión del otro, del acuerpamiento, de inventar nuevas formas de tocarnos, de cuidarnos a distancia, pero con una imaginación creativa.

Heroísmo y martirio: una lectura alternativa

¿Cómo analizas la situación del personal médico, particularmente expuesto a la enfermedad en países como México o Colombia, donde no cuenta con garantías de cuidado para su salud?

Desde la teoría decolonial y el pensamiento crítico, podemos entender que está siendo considerado como una población subalterna, sometida por el biopoder a funciones que sobrepasan las condiciones de seguridad. Por ejemplo, en México, con jornadas extremas, sin la preparación ni los recursos hospitalarios adecuados, el personal médico de instituciones públicas no tiene la protección necesaria; ni siquiera para casos epidemiológicos. En ese sentido, son parte de un mecanismo más amplio que los subordina a la lógica del algoritmo, de la estadística, del control de la salud por vía de instituciones gubernamentales. La crisis de un modelo de biopoder no solo está generando Estados de Excepción, también está operando un mecanismo de permanente creación de subalternos.

La teoría mimética puede darnos una pista para entender el proceso de sacrificio del personal médico y sanitario, pero no abarca todas las interpretaciones requeridas para un fenómeno así. En una comunidad en crisis que necesita estabilidad tarde o temprano se genera un mecanismo para purificarla de una cierta amenaza. Este proceso es inconsciente y concibe, hoy en día, que la fuente del mal es la persona infectada que puede ser alguien diagnosticado positivo o el personal médico o sanitario que está altamente expuesto.

Exaltación de la Santa Cruz

Típicamente estamos delante de un mecanismo de chivo expiatorio, con la mentira o la creencia de que expulsando a esta persona la comunidad queda inmune; cuando, en realidad, eso es falso, porque ni en términos médicos ni antropológicos queda inmune la comunidad. Algo que puede plantear la teoría mimética es la claridad de estos mecanismos y la necesidad de desenmascarar esa mentira en términos médicos o en términos socio-políticos o hasta teológicos. Esa exclusión del otro, en este caso el personal médico que es sacrificado en ciertas condiciones, es un proceso que está generando más exclusión.

¿En este contexto cómo lees la exaltación del heroísmo, del martirio y de la entrega?

Es una manipulación del sentimiento religioso, porque desconoce o subordina las condiciones básicas de seguridad sanitaria que debe tener este personal, sus familias, los hospitales mismos, los enfermos. Es una manipulación ideológica con pretexto del bien común y puede interpretarse en clave religiosa en el sentido de que está ofrendando su vida porque está pensando en el prójimo; pero también, en clave patriótica, por el Estado o por la ciudadanía y los valores cívicos.

Es un peligro que se dé esta manipulación del sacrificio, porque reduce la cuestión a un acto individual de generosidad, cuando en realidad lo que está en juego es la constitución de un cuerpo social herido. La reconfiguración de lo social y de lo político debe pasar por otras vías. No se trata solo del acto individual de heroísmo, sino de justicia, democracia, respeto a los derechos humano, equidad de género y todos los demás ejes transversales de las violencias.

«Tendríamos que reinterpretar lo científico como la posibilidad de una nueva forma de experiencia de lo sagrado»

El poder de la manada

Biopoder y control político

¿Qué análisis propones sobre el control que ejercen los Estados a nivel global a través del confinamiento y de la comunicación política?

Yo me sumo a los análisis de Giorgio Agamben. También a los de David Cayley, comentando textos de Iván Illich muy inspiradores y pertinentes, por la crítica que hacía este último a lo que sería el actual modelo de una sociedad de la manipulación, del capitalismo, pero también de una estructura social que rompe los vínculos de “convivencialidad” que caracterizan a lo humano y nos lleva, en términos de Iván Illich, a escalas contra-productivas que generan lo opuesto de lo que querían remediar. El caso de la némesis médica, por ejemplo. Hace ya cuarenta años Iván Illich hablaba sobre cómo la medicina hospitalaria, si bien resuelve muchos problemas, ha generado nuevas enfermedades y una subordinación de los cuerpos y de la salud a las estructuras del Estado. Cuando, en realidad, la salud es, en primer lugar, una responsabilidad comunitaria. Por eso él insiste mucho en la recuperación de los lazos de “convivencialidad” en una sociedad que genera cada vez más estructuras. En ese sentido, tiene mucho que ver con la noción de biopoder de Foucault que refiere a los dispositivos que controlan a la población. Cambiamos el término: ya no somos personas ni comunidades, sino poblaciones que entran en análisis estadísticos y en una serie de algoritmos, considerados parte de un conjunto que hay que controlar. En este sentido, predomina la estadística como nueva religión, cuyos sacerdotes son los científicos, especialmente los que se dedican al estudio epidemiológico. Lo vemos con Hugo López-Gatell en México. Se ha convertido no solo en el subsecretario de salud más popular de la historia mexicana, sino en un personaje mediático con el aura de lo sagrado en sus conferencias de prensa, porque en ellas están los datos duros para pronosticar lo que va a suceder. Pero los medios que tiene México para la medición no son los de Corea. El control que está llevando el Gobierno de López Obrador de la pandemia es muy criticable en el sentido de los datos. Una manipulación mediática de la pandemia por parte de un Gobierno que está en crisis porque no ha llevado adelante una verdadera transformación económica y cultural.

Mientras tanto, hay otras pandemias en México a las que no les hemos dado la importancia debida, como decía al inicio: al día diez mujeres son asesinadas por violencia feminicida. Hay pobreza y otras pandemias de la salud como la diabetes y la obesidad.

En este sentido, estamos sometidos a un modelo de civilización. Filósofos como el judío Yuval Noah Harari lo han planteado. Nos gobierna la inteligencia artificial y cada vez más estamos entrando a un tipo de biopoder que visto desde el sur epistémico tiene otro nombre: necropoder. Aquí apelo a Achille Mbembe y a tantos otros que nos están advirtiendo de los riesgos de dejarnos controlar como población por estas políticas públicas de salud.

Tenemos que volver a la “convivencialidad”, a la familia, al barrio. Algunos hablan de la ruralización de la ciudad; de otra escala, en términos de Illich, para recuperar lo humano. Y lo humano quiere decir nuestros cuerpos, nuestros territorios, nuestras formas de organización social, nuestros modos de producción, de intercambio, de economía.

AMLO enseña el 'detente' y el billete de su cartera

AMLO enseña el ‘detente’ y el billete de su cartera

En ese sentido, la pandemia se puede analizar desde arriba, es decir, desde los gobiernos que con su biopolítica controlan poblaciones por razones estadísticas y macro-económicas; o bien, desde abajo. Yo opto por la segunda vía.

¿Qué opinas de las referencias del presidente López Obrador a las creencias populares?

Hay varios elementos. Quizás el primero es que López Obrador es un líder carismático manipulador de las emociones religiosas. Es ideológico el uso que le está dando a los símbolos religiosos, en particular a estas estampitas del detente; para conectarse con mucha gente, mayorías, tal vez, de la población mexicana que tienen esa visión mágico-religiosa.

Esta religiosidad popular expresa de un modo gráfico-simbólico la vulnerabilidad de la gente frente al mal

Estas imágenes corresponden a siglos de prácticas religiosas que tienen que ver con la conciencia de que hay una exterioridad del mal y de que necesito ser protegido en esta vulnerabilidad extrema.

El acompañamiento pastoral, en el caso del cristianismo y de la Iglesia católica, tendría que ser para una maduración progresiva de esta expresión de lo vulnerable en orden a entender que el mal no solo es un asunto externo que está fuera de mí. De algún modo yo soy responsable para enfrentarlo. No es una exterioridad. También yo soy parte de ese mal, de esas estructuras de pecado, en palabras de la teología de la liberación de los años 80; de esa mentira de Satán de la que yo he sido también verdugo y no solo víctima, diría Rene Girard y la teoría mimética.

Así entramos a un segundo momento fenomenológico: el análisis de mi responsabilidad subjetiva en esas estructuras de mal. Eso quiere decir una maduración en una fe religiosa, para dar, incluso, un tercer paso: el de una toma de conciencia y una práctica creyente de fe, en la que la comunidad y la persona en comunidad se hacen cargo de esa realidad y de los crucificados de hoy, al decir de Ignacio Ellacuría y de Jon Sobrino.

Pasamos, entonces, de ser meros objetos de esa amenaza a ser sujetos, comunidad intersubjetiva, para enfrentar el mal a fuerza de bien. Todo esto, por ejemplo, lo ha desarrollado mucho en España Andrés Torres Queiruga con la idea de pasar de una teodicea que acusa a Dios del mal —y, por tanto, lo invoca como protector— a una manera más responsable de hacernos cargo nosotros.

En América Latina, Jon Sobrino es el autor que quizás más ha trabajado este asunto de una teología que enfrenta el mal pero desde una práctica de seguimiento de un crucificado que despertó, de un Dios que desclava crucificados y, por tanto, de un aprendizaje para ser también nosotros personas que ayudemos a bajar de sus cruces a los pueblos crucificados. Entonces, el mal ya no es algo solo externo, algo mágico de lo que yo tengo que defenderme con detentes, imágenes, ritos, mandas, etcétera; sino un problema histórico, político y espiritual, del que nos hacemos cargo juntes.

Los crucificados de Mino Cerezo

«Las iglesias tendrán que repensar el modo como simbolizamos que Dios está con nosotros, acompañándonos a enfrentar los males y a vivir con dignidad»

El contagio de la solidaridad

¿Cómo la pandemia puede servir para reinventar prácticas alternativas de resistencia colectiva?

Lo están haciendo muchos movimiento eclesiales y sociales en barrios, pueblos, zonas indígenas, incluso en megalópolis, tratando de organizar intercambios de productos de huertos familiares, de servicios. La pandemia está siendo vivida con más creatividad desde abajo, desde los movimientos sociales de resistencia; tratando de generar otras prácticas de economía, de consumo, de salud, de cuidado. Está siendo enfrentada desde el reverso de la historia, no desde las estructuras de poder empresarial o gubernamental; sino desde la gente en sus comunidades, como un grupo de personas trans en Toluca que se organizaron para dar alimentos a gente que no tiene qué comer, sobre todo personas de la tercera edad.

Tener la mente, el ojo y el oído puestos en estas resistencias es muy importante, porque son las que nos ayudan a recuperar el aspecto del cara a cara; de ser personas y no población; de la “convivencialidad” de Ivan Illich y de comunidades indígenas como los caracoles zapatistas que están tratando de generar también esas otras prácticas de protección de salud. Comunidades que tienen un camino recorrido de organización autonómica. Esa es la pista.

El sociólogo Bernardo Barranco decía en una reciente columna para La Jornada que el discurso del odio que recupera al dios moralista está siendo reciclado por quienes plantean por estos días que “la pandemia es un grito de Dios a la humanidad ante el desorden social, el aborto, la violencia, la corrupción, la eutanasia y la homosexualidad”. ¿Cómo analizas la producción de mensajes de este tipo?

Son lamentables y ridículos. Signos de un sistema-mundo religioso propio del patriarcado clerical jerárquico de la Iglesia católica y de otras tradiciones religiosas. Un sistema que está colapsando y que no saldrá indemne de esta pandemia. La cantidad de curas que se han puesto a decir misas en internet es impresionante. El consumismo que está generando en muchas familias responde a un sentimiento religioso de orfandad. Siempre es necesario un acompañamiento, pero estamos perdidos si reproducimos el modelo patriarcal clerical sacramentalista. Este modelo ya está resquebrajado y tarde o temprano se va a derrumbar. Tal vez tarde décadas o siglos, pero ya está herido de muerte.

Carlos Mendoza

Que lo religioso ahora sea producto de consumo mediático reafirma la idea de sí como algo mágico. Las procesiones con la exposición del Santísimo en las calles me parece una contradicción intrínseca con el mundo contemporáneo que está tratando de entender que esto no es algo mágico.

Estamos ante un escenario distinto donde predomina lo científico y tendríamos que reinterpretarlo como la posibilidad de una nueva forma de experiencia de lo sagrado. Ya no en estos términos del miedo de la maldad que nos asecha y de la que vamos a protegernos con actos mágico-religiosos, sino con otra manera de reinterpretar la fe. Es lo que están haciendo muchos de los grupos que desde sus casas están generando otras prácticas de sacramentalidad, de celebraciones domésticas, de meditación de la Palabra, de Lectio Divina, de rituales eucarísticos.

Las iglesias tendrán que repensar el modo como simbolizamos que Dios está con nosotros, acompañándonos a enfrentar los males y a vivir con dignidad. Este es un gran reto para las teologías, en particular para la teología sacramental: repensar lo sagrado y sus símbolos en un contexto de globalización, de vulnerabilidad extrema y con nuevas formas y nuevos ministerios. El modelo patriarcal clerical tiene que cambiar; no saldrá indemne y qué bueno.

¿Qué revelan los mensajes religiosos difundidos durante la pandemia entre los católicos?

Por una parte, que estamos en un momento de colapso de una iglesia clerical patriacal. Eran dramáticas las escenas de la basílica de San Pedro vacía y al Papa solito allí con unos cuantos cardenales y monjitas. Para algunos, heroico, pero para mí una radiografía de una iglesia cuya estructura está colapsando, mientras la verdadera comunidad está afuera, en las calles, o confinada en casa.

En el consumo religioso durante la pandemia predomina, por ejemplo, ver la misa del Papa, por televisión, la del arzobispo de México en la basílica de Guadalupe y la del párroco, que no quita los filtros y quisiera hacerse muy cibernético.

Pero yo me voy por las grietas en medio de esa hegemonía religiosa mediática y le apostaría a un modelo eclesiológico de recuperar la Iglesia doméstica y las redes de pertinencia con más creatividad.

Mucha gente está buscando algo alternativo que desclericalice la liturgia, reconozca la diversidad de carismas y ministerios, en particular, de laicos y laicas; y reposicione la vida religiosa con su propia identidad y ponga al ministro en una nueva tesitura de cómo reinterpretarse a sí mismo.

Teología queer

Se están creando comunidades de pertenencia y por vía virtual es más fácil, si bien no es igual a estar juntes en una misma sala, en un templo, en un bello lugar como un jardín.

He tratado de ser parte de ese movimiento en redes y en medios digitales. Cada domingo, durante este tiempo de pascua, he estado con un grupo de alrededor cien personas, a través de una pequeña reunión en la que todos copresidimos; cada quien haciendo algo distinto, que anime nuestra fe: bendición del pan, de la comida, de la fruta; una reflexión bíblica; música.

Lo queer, los crucificados y la resurrección como insurrección

A esta experiencia le antecedió una iniciativa animada durante la cuaresma por Carlos Mendoza y por otras personas, entre ellas Marilú Rojas, Ángel Méndez y James Alison. También con la intención de acompañar y proponer insumos y un modelo de comunicación eclesial distinto al de las misas televisadas o en línea, el proyecto consistió en una Lectio Divina con seis capítulos a través de un canal de YouTube; seis meditaciones para profundizar la idea de una iglesia pospatriarcal y posclerical, en perspectiva queer. ¿Qué es lo queer? Según explica Carlos Mendoza, todos los cuerpos invisibilizados por el sistema patriarcal, capitalista y colonial.

“Todos los cuerpos basurizados y todos los subalternos: migrantes, mujeres, indígenas”, añade.

Cuatro categorías fueron reiterativas en la Lectio Divina Queer: subvertir la historia o los sistemas de dominación históricos, acuerpar, curar las heridas y cuidarnos. ¿Cuál es su interrelación?

Yo trato siempre de encontrar puentes entre diversas teorías. La teoría queer, el pensamiento decolonial, la teoría mimética y la fenomenología posmoderna tienen muchas cosas en común.

Subvertir, acuerpar, curar, cuidarnos tienen mucho que ver con el pensamiento feminista y queer, sobretodo visto desde el sur. Subvertir las estructuras de dominación es algo propio del pensamiento decolonial. El patriarcado es homófomobo, falocéntrico, heteronormativo, cisgenérico. Podemos darle todos los adjetivos que las teorías queer le han puesto y que son ciertos. Enfocan muy bien los tipos de violencia.

Pero la subversión yo la leo en clave teológica como insurrección mesiánica, el tema de mi próximo libro sobre la resurrección. En éste retomo una frase de Leonardo Boff que me hizo clic y que él escribió en un pequeño artículo de hace como diez años para decir que la resurrección es una insurrección y que me llevó a decir que ahí había una pista.

Carlos Mendoza

Esa pista yo la desarrollo en la clave del mesianismo de la anticipación escatológica, para mí la subversión más radical. Subversión política de violencias de género, subversión contra sistemas como el capitalismo. En el fondo, una subversión de un orden hegemónico satánico. Por tanto, una subversión mesiánica que solo pasa por las heridas y por las vidas entregadas de los justos; en particular, de Jesús de Nazaret.

De ahí lo otro: acuerpar. Algo sobre lo que los feminismos han dicho y analizado mucho. No se trata de un análisis en el sentido teórico, sino de cómo recuperar nuestros cuerpos como territorios junto con la madre tierra. Acuerparnos tiene que ver con el modo desde el sur epistémico de hablar de intersubjetividad. Hegel lo había planteado hace doscientos años en términos totalmente teóricos. Pero aquí se trata, desde nuestras vulnerabilidades, de nuestros cuerpos como lugares de autonomía y de empoderamiento. Acuerparnos consiste en tejer redes de buen vivir; no solo de comunicación, sino de vivir juntes.

Por eso hace falta cuidar el cuerpo social herido. Algo que he aprendido mucho con los migrantes y, sobre todo, con los familiares de los desaparecidos. Porque las heridas del cuerpo social en México son las fosas clandestinas, los cuerpos basurizados de las mujeres asesinadas y las heridas están abiertas. Esas llagas del cuerpo social en México y en el mundo son las únicas por las cuales puede pasar la redención. Estoy releyendo a Isaías: con sus llagas seremos curados. Es decir, solo desde las víctimas podremos sanar como cuerpo herido, en tanto asumamos la memoria, la verdad y la posible justicia con la reconciliación. No se trata solo de curar mis heridas personales o individuales, sino las de un cuerpo social que está herido, esperemos que no de muerte. Y por eso el imperativo del cuidado mutuo. Sobretodo los pueblos originarios hablan mucho desde el buen vivir de aprender a cuidarnos junto con la madre tierra.

Subvertir, acuerpar, curar y cuidarnos son cuatro verbos que hablan de un mismo dinamismo. Yo le llamo la potencia de las víctimas. Porque es fuerza, poder; pero es algo más que fuerza o poder, es potencia. La potencia de los pobres, que surge de la precariedad.

Fuente: https://www.religiondigital.org/opinion/Solo-victimas-podremos-Carlos-Mendoza_0_2227877198.html

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Alejandro Calleja: A father fighting for his son’s right to an inclusive education in Spain

Gem Report

Alejandro is one of many champions being highlighted by the GEM Report in the run up to the launch of its 2020 publication on inclusion and education: All means all, due out 23 June. In their own way, and in multiple countries around the world, these champions are fighting for learner diversity to be celebrated, rather than ignored.

Alejandro Calleja has gone through all the levels of the judicial system in his fight to ensure the right to an inclusive education of his son Ruben, who was born with Down syndrome. For 8 years, Ruben attended regular school and, during this time, he was able to socialise and interact with his peers until a teacher demanded that he be removed from regular school and enrolled in a special school. The Calleja family believed the school’s decision was a violation of Ruben’s rights and began their fight to see them respected.

“Ruben has Down syndrome, but he also has rights and dignity. Inclusive education is not a favour, it is a right. Someone has to fight for it. We are fighting, for Rubén and for all children.”

During a legal process spanning almost 10 years, the family has gone to various local and national bodies to reverse the school’s decision. Not only did the family not obtain a favourable ruling, but they received a counterclaim accusing them of child neglect because they decided to educate their child at home instead of abiding by the legal ruling and sending him to a special school.

Ruben is currently 20 years old and is studying a professional module. When he completes it, the family will demand the corresponding diploma. For the Calleja family, inclusion is a life project that involves educational, social and work inclusion. That is why they continue to fight for their son’s inclusion in court.

In the final step of their legal battle, the family filed a formal complaint with the Committee on the Rights of Persons with Disabilities after the committee included a recommendation related to Ruben’s case. This recommendation highlights the government’s inability to prosecute a family for neglect as long as they are fighting for the right to an inclusive education for their children.

Alejandro is part of the State Platform for Extraordinary Schooling, a group of associations and families that seeks dialogue with the government to achieve the right to inclusive education. They believe inclusive schooling implies that everyone learns at their own pace, but also that it implies learning to live together in society, because schools are a reflection of society, and society is not special.

Alejandro knows that parents of children with disabilities need access to information about rights to an inclusive education, but they also need to know about parent groups that have had similar experiences. These groups help to build their confidence and develop their knowledge, and are important in demanding the right to an inclusive education from the government. This is what Alejandro believes is necessary to improve the state of inclusive education:

“The key measure would be the elimination of psycho-pedagogical evaluations and the ruling on schooling, which, upheld by norms and decrees contrary to the CRPD and the UDHR (normicide), formalise the segregation of people who are different and condemn them to this social death sentence.”

The 2020 GEM Report on inclusion will be looking at all those excluded from education systems around the world. It gives concrete policy examples being used by countries to help tackle exclusion, and recommendations for how to make sure every child – no matter their identity, background or ability – can access an inclusive, quality education. Sign up here to receive a copy in your inbox as soon as it is released on 23 June.

Fuente: https://gemreportunesco.wordpress.com/2020/05/19/alejandro-calleja-a-father-fighting-for-his-sons-right-to-an-inclusive-education-in-spain/

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Entrevista a Ministra de Educación María Victoria Angulo: «Esta es una oportunidad de fortalecer e innovar el sistema educativo»

Entrevista/21 Mayo 2020/Autor y fuente: Semana educación

En diálogo con SEMANA, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, explicó cómo se garantiza la educación de estudiantes que no tienen computador o internet, cuándo se retomarían las clases presenciales y las ayudas del Gobierno para las crisis de colegios y universidades.

La educación no ha sido ajena a la crisis generada por la pandemia, la cancelación de clases presenciales, con las dificultades que conlleva seguir con la educación en casa, ha generado un reto sin precedentes para padres de familia, docentes, estudiantes y todo el sistema educativo.

Desde el pasado 16 de marzo más de 10 millones de estudiantes no van a los colegios, las carreras presenciales de las universidades se deben hacer virtualmente y la incertidumbre entre padres, universidades, colegios y estudiantes es latente.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno por dar continuidad a la educación por medio de diversas plataformas, la preocupación persiste. En la educación superior prevén una disminución del 50 por ciento en las matrículas, el 80 por ciento de padres no pudieron pagar la pensión del colegio en abril y aún es incierto cuándo reabrirán las instituciones.

La ministra de Educación, María Victoria Angulo (M.V.A.) habló de los temas de esta cartera con Semana. 

SEMANA: ¿Qué pasará después del 31 de mayo?

M.V.A.: El Ministerio de Educación, en articulación con el Ministerio de Salud, está evaluando las condiciones y evolución de la pandemia de la covid-19 en el país y su comportamiento diferente entre los territorios. Por ahora el trabajo académico en casa está definido hasta el 31 de mayo y las orientaciones que se brinden para la continuidad del calendario académico estarán enfocadas a permitir los logros de aprendizaje previstos para el año escolar, pero también de una prestación del servicio con adecuadas condiciones de protección de la salud de la comunidad educativa que está integrada por estudiantes, maestros y familias. En otras palabras, como sector propendemos por la garantía del derecho a la educación bajo condiciones de mitigación y prevención de los efectos de salud pública que ha generado la covid-19 y por ello debemos actuar bajo las orientaciones que la emergencia sanitaria nos indique. En próximos días el presidente Iván Duque compartirá con los colombianos la estrategia que se ha venido trabajando de la mano del Ministerio de Salud y que recoge también las dinámicas regionales.

SEMANA: Al momento, ¿qué balance hace de la estrategia de educación en casa? ¿Se ha podido dar continuidad a la educación de más de 8 millones de niños de colegios públicos?

M.V.A.: El Gobierno ha estado actuando con oportunidad y responsabilidad para permitir que el sector educativo continúe garantizando el derecho a la educación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Un desafío de gran magnitud que requiere del trabajo de todos. Desde la declaratoria de emergencia sanitaria, el Ministerio de Educación viene implementando un trabajo sinérgico con la comunidad educativa para proteger la salud de estudiantes, docentes y padres de familia y continuar con el servicio educativo en el marco de la flexibilización curricular.

Dentro de las medidas tomadas durante estas nueve semanas se pueden señalar la reorganización del calendario académico, el desarrollo de contenidos de apoyo al proceso de estudio en casa como el portal Aprender Digital: Contenidos para todos, la programación educativa de más de 12 horas dentro de la cual se destacan los programas Edu Acción 1, 2, 3 y Profe en tu casa, y la alianza Mi señal con canales locales y emisoras comunitarias, con una completa programación para apoyar el trabajo en casa de estudiantes y docentes, con especial énfasis en llegar a la ruralidad. Sumado a lo anterior, se han asignado 400.000 millones de pesos para la adquisición de guías, talleres, textos y, en general, material de apoyo pedagógico; también recursos al Programa de Alimentación Escolar para garantizar un complemento alimentario en el periodo de la educación en casa. En alianza con MinTIC se logró la entrega de 83.345 computadores que llegarán a 750 sedes educativas, ubicadas en 291 municipios, y medidas que permitan el acceso en teléfonos móviles a contenidos digitales sin consumo de planes de datos. Seguimos avanzando también para definir estrategias que apoyen la conectividad y el acceso a contenidos digitales en los hogares más vulnerables.

SEMANA: ¿Cómo se trabajó para capacitar a los docentes de las diferentes regiones de cara a esta coyuntura?

M.V.A.: Haciendo el balance en el ámbito de las Secretarías de Educación departamentales, distritales y municipales, se dio inicio a través de sus establecimientos educativos al trabajo académico en casa con los estudiantes, aplicando estrategias pedagógicas flexibles que prepararon los maestros durante las dos semanas de desarrollo institucional destinadas para ello. Este proceso de trabajo académico en casa se inició el 20 de abril y en algunos casos las Secretarías de Educación y sus establecimientos educativos definieron condiciones de gradualidad asociadas a tiempos de desplazamiento del material impreso de apoyo pedagógico, cuando las condiciones de ruralidad dispersas u otras lo hacían necesario. El Ministerio de Educación acompaña y orienta permanentemente a las Secretarías de Educación en la toma de decisiones para implementar estrategias dirigidas a garantizar atención educativa para la totalidad de los estudiantes matriculados. De acuerdo con la información recibida de las Secretarías de Educación de las entidades territoriales certificadas, para el periodo entre el 20 al 30 de abril los establecimientos educativos posibilitaron el trabajo académico en casa de los estudiantes mediante la combinación de las siguientes herramientas: el 55,8 por ciento con apoyo de material impreso (guías, talleres, textos), el 23,2 por ciento con apoyo de programas de radio y televisión y el 21,1 por ciento con apoyo de plataformas digitales.

SEMANA: ¿Qué ha pasado en los municipios donde la mayoría de estudiantes no tienen ni computador, ni conexión?

M.V.A.: El Ministerio de Educación, reconociendo las particularidades de los territorios, ha orientado a las Secretarías de Educación para que organicen con rectores, directores rurales y docentes el diseño e implementación de estrategias pedagógicas flexibles que respondan a la realidad del país, donde un número importante de escuelas y hogares están ubicados en zonas sin acceso a internet o sin acceso a computadores.

Durante dos semanas de desarrollo institucional, las Secretarías de Educación coordinaron con los establecimientos educativos la planeación de estrategias flexibles para que los niños sin acceso a estos medios tecnológicos o sin conectividad a internet pudieran adelantar su actividad pedagógica. Para este fin, se utilizan guías y talleres pedagógicos y se aprovechan los recursos del Canal Institucional y de la Radio Nacional de Colombia. Desde el 16 de marzo se dispuso de más de 80 recursos para toda la comunidad educativa; así mismo, se orientó el préstamo de textos de la biblioteca escolar y textos de lenguaje y matemáticas del Programa Todos a Aprender (PTA).

SEMANA: ¿En qué se ha avanzado para ayudar a esos hogares con computadores y conectividad?

M.V.A.: En alianza con MinTIC, se lanzaron el pasado 15 de abril tres estrategias que buscan apoyar a los hogares más vulnerables del país. La primera facilita el acceso de conectividad a docentes, padres de familia y estudiantes de zonas rurales y urbanas a través de navegación gratuita (sin consumir datos) en la versión móvil de la Plataforma Aprender Digital Colombia Aprende (https://movil.colombiaaprende.edu.co/). Este servicio se habilita para usuarios con telefonía móvil (voz y datos) en la modalidad de prepago y pospago de hasta $ 71.214 (dos UVT). La segunda estrategia es el programa Hogares Digitales para la Educación, con el cual se hace un llamado a los estudiantes que vivan en hogares de estratos 1 y 2 para que revisen quién presta el servicio en su municipio y llamen para adquirirlo. En la página web del Ministerio TIC (www.mintic.gov.co) se encuentra la lista de los operadores y los municipios que se verán beneficiados por esta iniciativa, la cual se extenderá hasta 2024.

La tercera iniciativa permitió que Computadores para Educar realizara la entrega de 83.345 computadores con contenidos educativos precargados y que, por tanto, están disponibles con o sin conectividad. Su distribución se inició la primera semana de mayo para docentes y estudiantes de los grados 10 y 11 de zonas rurales y urbanas. Con esta estrategia se benefician niños, niñas y adolescentes de 750 sedes educativas del país.

SEMANA: ¿Cómo se garantiza la permanencia de los estudiantes en el proceso educativo y que no aumente la deserción escolar?

M.V.A.: La permanencia escolar es uno de los mayores retos que asumimos como nación en el marco de la  emergencia sanitaria, económica y social a causa de la covid-19. La multicausalidad de este fenómeno exige una acción integral de toda la comunidad educativa para evitar el abandono escolar.  En este contexto, el Ministerio de Educación ha venido adecuando estrategias que inciden en la  permanencia y prevención de la deserción en los diferentes etapas de atención a la emergencia sanitaria, desde las disposiciones de jornada escolar, el trabajo pedagógico en casa y la planeación del retorno de los estudiantes a las aulas. Dentro de las estrategias para el sector oficial se cuenta con material de apoyo pedagógico para el proceso de aprendizaje en casa. También se realizó la adecuación del Programa de Alimentación Escolar para que entregue complementos alimentarios para consumo o preparación en sus hogares, medida concreta que se adoptó y se implementó desde el pasado 25 de marzo.

Para procurar la permanencia en el sector educativo no oficial (jardines y colegios privados), además del material de apoyo pedagógico y las estrategias de radio, televisión y digitales, se estableció una línea de crédito condonable con condiciones favorables dirigida a los padres de familia que lo requieran para el pago de las pensiones de sus hijos, además de una línea de crédito para establecimientos educativos que requieran recursos para cubrir gastos de su operación.

SEMANA: ¿Le preocupa el impacto en la calidad que pueda generar esta situación?

M.V.A.: Se está trabajando con el Icfes para llevar a cabo una estrategia que permita identificar los desarrollos logrados por los estudiantes en el periodo de la contingencia y de esta manera formular, de ser necesario, planes de nivelación que permitan trabajar de manera focalizada en los desarrollos que se requiere fortalecer, respetando los ritmos de aprendizaje de los estudiantes. Esta estrategia contempla la posibilidad de identificar esas proridades y un acompañamiento institucional para la formulación de los planes de nivelación. Esta es una gran oportunidad de fortalecer e innovar en el sistema educativo. Así mismo, convoca a las familias a estar más cerca de los procesos de aprendizaje de sus hijos y nos llama a las autoridades del sector educativo a trabajar en equipo para gestionar el cambio, entender desde la creatividad y la innovación cómo promover aprendizajes y experiencias que en este nuevo contexto acompañen a niños, jóvenes y maestros en los procesos de enseñanza-aprendizaje y en el manejo de las emociones.

SEMANA: El Gobierno anunció una serie de medidas para aliviar al sector de educación. ¿De qué se tratan? 

M.V.A.: Las medidas anunciadas están orientadas a brindar apoyos financieros a instituciones educativas privadas (jardines y colegios), padres de familia, estudiantes, Instituciones de Educación Superior públicas y privadas e Instituciones de Educación para el Trabajo y Desarrollo Humano para mitigar la deserción y fomentar la permanencia en el sector educativo. Estas medidas son:

  • La expedición del Decreto 631 del 8 de mayo de 2020 que contempla los subsidios de nómina, dirigido a jardines, colegios e instituciones de educación superior. Mediante Decreto 662 del 14 de mayo se creó el Fondo Solidario para la Educación con recursos por más de 217.000 millones de pesos a través del cual se crea una línea de crédito condonable para padres de familia o acudientes destinada al pago de pensiones de jardines y colegios privados, se destinan recursos de apoyo a la financiación de un porcentaje del valor de la matrícula de los estudiantes prioritariamente de estratos 1 y 2 de las Instituciones de Educación públicas y se crea una línea de créditos condonables para la financiación de la matrícula o sostenimiento de los estudiantes con mayor condición de vulnerabilidad de las Instituciones de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano.
  • La ampliación del plan de alivios Icetex está concentrada en incrementar el número de estudiantes y contempla beneficios de disminución de intereses, período de gracia hasta diciembre de 2020, ampliación de plazos de amortización y nuevos créditos sin codeudor.
  • Se establecen líneas de crédito por $2,5 billones, compuestos por:
    • $1 billón para jardines y colegios privados que permitirán cubrir hasta el 90% de la nómina, con un respaldo de la Nación del 80%, un periodo de gracia de 6 meses y un plazo de pago entre 12 meses y 36 meses.
    • $1,5 billones para Instituciones de Educación Superior-IES se destinarán a cubrir hasta el 90% de la nómina, con garantía de la Nación del 80%, un periodo de gracia de pago de capital y un plazo establecido según ingresos de las instituciones.
    • $200.000 millones a través de Findeter con tasa de interés subsidiada por el Ministerio de Educación, con el fin de apoyar financieramente a las IES para que ejecuten esquemas de apoyo a los estudiantes de pregrado en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica.

SEMANA: ¿Cómo pueden las universidades, colegios y jardines acceder a estas líneas de crédito y fondos solidarios?

M.V.A.: A partir de la otra semana comunicaremos al sector las condiciones de cada línea de crédito y demás requisitos para que padres de familia, estudiantes, jardines y colegios privados, Instituciones de Educación Superior públicas y privadas e Instituciones de Educación para el Trabajo y Desarrollo Humano puedan disponer a la mayor brevedad de los recursos que el Gobierno ha dispuesto.

SEMANA: ¿Qué tantos estudiantes se han acogido a las medidas de amortización del Icetex y al momento cuántos han manifestado interés de renovar el crédito de cara al segundo semestre?

M.V.A.: Hasta el momento desde la expedición del Plan de Auxilios el Icetex ha recibido 61.403 solicitudes, de los cuales 60.087, que corresponden al 98 por ciento, han sido aprobadas y aplicadas:

Los 60.087 beneficiarios se distribuyen así según el auxilio otorgado:

  • 28.066 disfrutan del auxilio de período de gracia.
  • 22.707 disfrutan del auxilio de ampliación de los plazos de pago.
  • 9.314 se acogieron a la interrupción transitoria de la tasa de interés.

Adicionalmente con el fortalecimiento del plan de auxilios a través del Fondo Solidario para la Educación se espera otorgar a más de 150.000 jóvenes estos alivios financieros.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/medidas-para-la-educacion-durante-pandemia-por-coronavirus-ministra-responde/671645

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