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Mèlich: Pandemia, punto para empezar a educar en una pedagogía de la finitud

Por Carme Picart

La pandemia por coronavirus tiene que ser un punto de inflexión para «empezar a educar en una pedagogía de lo incierto y de la finitud», que son «lagunas del sistema educativo y de la sociedad occidental», ha expresado el profesor de Antropología y Filosofía de la Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Joan Carles Mèlich.

En una entrevista con Efe, el especialista en antropología de la educación ha observado el alcance «suficientemente amplio y profundo de la actual pandemia para tratarla desde el punto de vista pedagógico» e «iniciar un proceso de reflexión sobre la muerte y la condición humana utilizando los recursos adecuados a cada etapa».

Para ello, Joan Carles Mèlich ha propuesto que «los mensajes de fragilidad, precariedad y finitud que nos deja la pandemia se aborden desde el arte, el cine o la literatura» y «no nos limitemos a estudiarla con datos científicos».

En este sentido, el profesor ha recurrido a establecer paralelismos con la obra ‘La Peste’, de Albert Camus, donde se cuenta la historia de unos doctores que descubren el sentido de la solidaridad en su labor humanitaria, para observar que «las relaciones humanas son, a lo largo de la historia, una constante».

«La aceptación del sentido de la culpa y la necesaria autocrítica» son otros legados de la pandemia que «podemos enseñar recordando cómo los griegos culpaban a los bárbaros de sus desgracias y problemas», ha añadido Joan Carles Mèlich.

Como en la Grecia Clásica, «nosotros buscamos culpables externos, que en este caso visualizamos en los chinos o la Organización Mundial de la Salud», en una «manifiesta incapacidad de reconocer que quizás con nuestras conductas hemos favorecido también la aparición del virus que ha provocado la pandemia», ha señalado el profesor.

Para aproximarnos al concepto de finitud, Joan Carles Mèlich propone la observación y análisis del cuadro ‘Triunfo de la muerte’, de Pieter Bruegel, «una antología sobre otra pandemia, la peste negra, donde la muerte es una constante y se refleja en imágenes como las agujas de un reloj en forma de esqueleto humano o en numerosos niños fallecidos».

La pandemia ha significado el fallecimiento de muchas personas, «cuando nosotros nos hemos acostumbrado a silenciar la muerte», ya que los avances científicos y tecnológicos en el primer mundo «son tan potentes que nos han hecho olvidarla», ha subrayado el filósofo.

Hasta el siglo XX, la mortalidad infantil «era tan elevada que todas las familias habían visto morir a alguno de sus pequeños», pero ahora «gracias a los grandes avances médicos, la mortalidad en niños se ha reducido tanto que atribuimos a un fracaso de la ciencia y de la medicina cualquier muerte infantil», lo que «no deja de ser una triste falta de aceptación de nuestras limitaciones y de la finitud», ha remachado Joan Carles Mèlich.

Al primer mundo «le falta conciencia de la finitud», por lo que «sufrimos la muerte siempre como una tragedia», cuando «es tan natural como la vida», ha reflexionado el filósofo.

Otro de los recursos que ha propuesto el profesor para educar en el concepto de finitud desde la pandemia es la película ‘Contagio’, de Steven Soderbergh, porque relata una epidemia similar a la de la COVID-19, aunque en un sentido más profundo ha recurrido al análisis de ‘El Séptimo Sello’, de Ingmar Bergmann, por su «búsqueda de respuestas a las preguntas clave de la vida».

El profesor se ha referido también a enseñar la «gran intuición pedagógica de Montaigne, que en el siglo XVI propugnaba que preparar para la muerte es formar para la vida y para la libertad», porque «quizás el virus acabe, pero la muerte no lo hará».

Desde la literatura, ha propuesto analizar la pandemia y el sentido de la muerte a partir de la ‘Odisea’, de Homero; y de ‘Muerte en Venecia’, de Thomas Mann, un libro entre la belleza y la enfermedad enmarcado en una ciudad que se hunde poco a poco y sufre una epidemia de cólera.

Del mismo modo que la aparición del Sida, que es otra pandemia contemporánea, significó la introducción de la educación sexual en los colegios, el coronavirus debe ser el punto para empezar a educar en una pedagogía de la finitud, «una cita educativa inaplazable» para «normalizar lo efímero y evitar traumas por la no aceptación de la muerte», ha enfatizado el filósofo.

La actual sobreprotección de los niños y los jóvenes en el primer mundo ante la muerte es «un grave error que los desconcierta y los debilita» y un «equivocado mecanismo autoprotector para los adultos ante el sufrimiento del menor», a quienes incluso «se esconde el fallecimiento de sus mascotas», ha observado el filósofo, que ha apelado «a la vital importancia de sentir, con normalidad, que vamos a morir, para poder vivir con plena consciencia».

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/Melich-Pandemia-empezar-pedagogia-finitud_0_1036596618.html

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Colin Northmore: Ayudando a estudiantes inmigrantes en Sudáfrica a ejercer su derecho a la educación

Colin es uno de los muchos campeones destacados por el Informe GEM en el período previo al lanzamiento de su publicación 2020 sobre inclusión y educación: todos los medios, que saldrán el 23 de junio. A su manera, y en varios países del mundo, estos campeones luchan por celebrar la diversidad de los alumnos, en lugar de ignorarla.

 

En 2008, Johannesburgo experimentó una fuerte ola de discriminación y ataques xenófobos contra la comunidad inmigrante. En ese momento, los hermanos maristas y un obispo metodista se acercaron a Colin Northmore, el entonces director del Sacred Heart College, una escuela conocida por muchos por su lucha contra el apartheid, pidiéndole que haga algo para aliviar la difícil situación de los niños inmigrantes que no pueden Acceso a la escolarización. Sacred Heart College acordó ayudar y la Junta de Gobernadores de Sacred Heart College tomó la decisión de extender su experiencia educativa a sus comunidades inmigrantes vecinas en forma de un programa de enlace por la tarde. Esto es cuando se estableció el proyecto Three2Six. A pesar de ser un derecho constitucional, el derecho a la educación en Sudáfrica no se realiza para muchos debido a varias barreras como la documentación. Adicionalmente,El inglés es un requisito previo para que los niños puedan matricularse en la escuela. Los estudiantes inmigrantes a menudo provienen de países francófonos y lusófonos.

Three2Six ofrece 3 horas de educación diaria, de 3 p.m. a 6 p.m., para niños inmigrantes en edad escolar primaria que no pueden acceder a la educación estatal, ayudándoles a acelerar el contenido del currículo enseñándoles inglés, matemáticas y habilidades para la vida para unirse a la educación pública. sistema y aumentar su capacidad de recuperación para prepararlos para esta transición. Los estudiantes también reciben comidas, uniformes, libros de texto, papelería y servicios de transporte cuando sea necesario. El proceso de integración lleva 18 meses en promedio. Aunque comenzó en la escuela Sacred Heart, Three2Six ahora se ha expandido a otros dos campus en Johannesburgo, Observatory Girls ‘Primary School y Holy Family College, y atiende a 225 estudiantes en comparación con 62 en 2008. Desde su inicio, más de 600 niños han podido para registrarse en las escuelas estatales con el apoyo del proyecto.

El proyecto Three2Six también proporciona empleo a maestros dentro de comunidades inmigrantes que no pueden encontrar trabajo en el sistema sudafricano. Los maestros reciben capacitación junto con sus compañeros de las escuelas anfitrionas y reciben apoyo para validar sus credenciales de enseñanza de sus países de origen y adquirir títulos de enseñanza sudafricanos, y muchos de ellos logran completar títulos de maestría y otras especializaciones. El proyecto también cumple una función de promoción. En colaboración con ONG y grupos de derechos humanos, el equipo de gestión del proyecto aboga con el gobierno para incluir a los niños inmigrantes en el sistema educativo nacional.

«Solo cuando un país puede garantizar los derechos de los más marginados, podemos decir que todos nuestros derechos se cumplen».

No es una sorpresa escuchar que a la comunidad inmigrante le gusta el programa: la lista de espera para las escuelas es tres veces la capacidad del programa. Mark Potterton, el actual director del proyecto, considera que su éxito proviene de su principal valor: la reciprocidad. No solo los maestros de las escuelas anfitrionas y el programa interactúan durante las sesiones de capacitación de maestros, sino que los estudiantes también interactúan entre ellos, y los estudiantes sudafricanos suelen ser voluntarios como compañeros de lectura, imparten clases de educación física para sus compañeros de escuela por la tarde y se unen al programa anual de vacaciones de diciembre. .

“Enseñar a los educadores y alumnos sobre los derechos de los refugiados y otros grupos marginados y sus experiencias es fundamental para combatir la discriminación y la xenofobia a gran escala. La enseñanza de la tolerancia, la empatía y la importancia de la inclusión a una edad temprana tendrá un impacto duradero en la sociedad en general «.

Fuente: https://gemreportunesco.wordpress.com/2020/06/02/colin-northmore-helping-immigrant-students-in-south-africa-exercise-their-right-to-education/

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Claudia Uribe: “Si no cambiamos el rumbo en educación, la humanidad está en problemas”

Por AikaEducacion

Tras largas semanas de estudiantes y maestros recluidos en casa en casi todo el mundo, la educación difícilmente vuelva a ser la misma. Y esto, según la Dra. Claudia Uribe, Directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO, sería lo más deseable para su región.

La especialista habló el pasado viernes 29 de mayo sobre ‘’La educación latinoamericana antes y después de la pandemia’’, en el marco del ciclo Diálogos sobre educación organizado por el Ministerio de Educación de la Nación Argentina, y ofreció su mirada integradora de la región.

Entrevistada por Mariela Nassif -Ministra de Educación, Ciencia y Tecnología de la provincia de Santiago del Estero-, Claudia Uribe describió el escenario actual como “un momento desafiante para la humanidad”. Momento en el que todos los países del mundo -incluidos los más desarrollados- fueron sorprendidos por la pandemia sin la preparación adecuada.

En la región latinoamericana, el desafío de la educación remota ha desnudado una enorme inequidad. Más allá de los esfuerzos de los gobiernos, quedaron al descubierto los efectos de la pobreza, las enormes dificultades técnicas como el acceso a la conectividad y a la tecnología y hasta la disponibilidad de las familias para ayudar a los niños para su continuidad escolar. Tras describir esta situación, Uribe explicó que la preocupación hoy está puesta en el posible retroceso que pueda haber en los trabajosos avances que en materia educativa venían realizando los países de la región en los últimos años: “Por un lado, sabemos por experiencia que mientras más se prolonguen las ausencias a la escuela, más probable es que los niños y las niñas de sectores más vulnerables nunca vuelvan a la escuela. Y por otro lado, está el impacto que tiene en los aprendizajes de los niños el hecho de acceder o no a las actuales metodologías. Todo esto nos presenta un panorama difícil”.

«En la región latinoamericana, el desafío de la educación remota ha desnudado una enorme inequidad»

Según explicó su Directora Regional de Educación, la Unesco tiene pensada su agenda en base a tres momentos. El primero -lo que está sucediendo ahora- es dar apoyo a los países en la respuesta a la crisis inmediata movilizando una coalición a nivel global de socios que los ayuden en todo lo referente a la educación a distancia, apoyando los temas de conectividad, de tecnología. En segundo lugar, la Unesco en conjunto con el Banco Mundial, Unicef y el Programa Mundial de Alimentos, elaboró unos lineamientos prácticos para la etapa de retorno a la escuela, pensando en la reapertura. Y el tercer momento, es el llamado a reimaginar y repensar la educación.

También fueron tema de esta entrevista las conversaciones de rescate económico a los países por parte de los organismos internacionales como la Banca Multilateral. Según la especialista, no se deben considerar sólo a los sistemas productivos y corporativos para prevenir que la crisis y la pobreza se sigan profundizando, sino también a la educación: “Esta es fundamental para el bienestar de la población y para que -en el momento en que queramos retomar actividades- tengamos las capacidades y los recursos humanos necesarios para una reconstrucción”.

«La educación es fundamental para el bienestar de la población y para que -en el momento en que queramos retomar actividades- tengamos las capacidades y los recursos humanos necesarios para una reconstrucción»

Se abre, ante tal panorama, una discusión global y también regional sobre esos futuros que imaginamos que deberemos enfrentar. Pero también sobre los que deseamos. En este sentido, la Dra. Uribe plantea que la reconstrucción de la escuela después de la pandemia debe ser hacia un mundo mejor. “No una reconstrucción para volver al punto en el que estábamos, ni para volver a la trayectoria en la que veníamos. Hay un llamado para que, como humanidad, volvamos a solidificar esos compromisos de pensar en un desarrollo  mucho más equitativo, más verde. Hacer algo al respecto de nuestros modos de vida, nuestros patrones de consumo, nuestro cuidado del planeta, que se vuelven absolutamente centrales en nuestras discusiones hacia adelante”.

«La reconstrucción de la escuela después de la pandemia debe ser hacia un mundo mejor»

Se plantea ahora que la educación debe ser una educación que verdaderamente nos transforme. Eso, para Claudia Uribe, tiene implicaciones conceptuales y prácticas: “Hay que repensar qué aspectos trabajar con esta generación que estamos educando; cuáles son esos focos del currículo que vamos a tener que impulsar y de qué manera vamos a repensar la organización misma de nuestras escuelas”. Y deja planteada su preocupación: “A mí me da temor que en esta carrera por retornar a la normalidad, nos olvidemos de que la trayectoria que llevábamos es un trayectoria que no es sostenible; y que si no cambiamos el rumbo, la humanidad está en problemas”.

«A mí me da temor que en esta carrera por retornar a la normalidad, nos olvidemos de que la trayectoria que llevábamos es un trayectoria que no es sostenible»

En términos de esos futuros deseables, la entrevistada agrega: “Me quiero imaginar una escuela diferente, donde haya mucho más foco en la solidaridad. Será central instalar esa comprensión de que estamos conectados, de que eso que tú haces está afectando a los demás. Ese ha sido uno de los factores que con esta pandemia se ha tornado muy evidente”.

En cuanto a los contenidos, para la representante de la UNESCO, estos deberán ser parte fundamental del debate: “cuestiones necesarias para la vida misma como por ejemplo el autocuidado, el desarrollo sostenible, el bien común, son todos temas que vamos a tener que relevar con mucha más intensidad en nuestros planes de estudio y en nuestras actividades escolares, quizás priorizándolos sobre otros que en este momento llenan los espacios de los niños y que hoy parecen perder un poco la relevancia. Creo que tenemos que considerar todas estas cuestiones para poder tener una generación que pueda transformar el mundo”. Y nos desafía: “Así de chiquita es la tarea”.

Para ver la entrevista completa, hacer click aquí

Todas las entrevistas a especialistas realizadas en ciclo “Diálogos sobre educación, escuela y conocimiento en tiempos de pandemia», pueden encontrarse en el canal oficial de Youtube del Ministerio de Educación de la Nación Argentina.

Fuente:http://www.aikaeducacion.com/actualidad/claudia-uribe-si-no-cambiamos-el-rumbo-en-educacion-la-humanidad-esta-en-problemas/

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Entrevista a Marcela Lagarde: “Es misógino acusar a las feministas de una pandemia mundial”

Entrevista/11 Junio 2020/Autora: Meritxell Freixas Martorell/eldiariolaeducacion.com

  • La antropóloga feminista Marcela Lagarde y de los Ríos (1948) habla desde su confinamiento en México, donde el coronavirus ya se ha cobrado más de 12.500 vidas y también donde cada día diez mujeres son asesinadas por hombres. Referente del feminismo latinoamericano, Lagarde fue militante del Partido Comunista y luego diputada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Desde el Congreso mexicano impulsó la Ley General para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007) y, a raíz de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, acuñó el concepto de feminicidio, utilizado hoy en las legislaciones de distintos países.

La soledad puede ser vivida como metodología, como proceso de vida. Tener momentos temporales de soledad en la vida cotidiana, momentos de aislamiento en relación con otras personas es fundamental”, escribía Lagarde en Soledad y Desolación hace dos años, cuando cuarentenas y confinamientos estaban lejos de ser una realidad. Hoy, desde su casa, al otro lado del teléfono, hace balance de lo que la crisis sanitaria global ha supuesto para miles de mujeres del mundo, sobre todo, para las más vulnerables. Convencida de que la humanidad atraviesa un cambio de civilización, apunta los principales ejes del nuevo paradigma que cree que regirá el mundo.

¿Qué ha desvelado la crisis del Covid-19 sobre la realidad que viven las mujeres?

Ha desvelado muchas cosas que se habían vuelto invisibles por el tratamiento que la sociedad les ha dado. La pandemia ha tocado múltiples factores y relaciones vinculadas a la manera de ordenar el espacio privado. La crisis se ha agudizado porque mujeres y hombres estaban organizados por espacios, horarios y calendarios que ahora se han modificado. El mundo privado, la vida cotidiana, de repente ha sido ocupado por los hombres. Estamos en una campaña mundial de confinamiento. Es la fórmula que han encontrado para que no nos contagiemos porque no hay vacuna y no hay cura. Hay que aislar y el mundo adoptó esta forma, pero los gobiernos e instituciones internacionales de salud han dejado a mujeres y hombres que sean ellos mismos quienes gestionen la crisis que se ocasiona con esta presencia renovada de los hombres en el espacio privado.

¿En qué se ha traducido eso?

En lugares como México, India, Brasil y en países donde hay una dominación patriarcal de género intensa, la presencia de los hombres en el espacio privado ha significado un incremento de las llamadas telefónicas de las mujeres en búsqueda de protección. Hay muchas fricciones por el espacio, las normas, quién hace qué. Eso ha evidenciado la crisis del sistema reproductivo, que deja a las mujeres a cargo de la casa, el hogar, el cuidado de niños, niñas, adolescentes, ancianos, enfermos o personas con una discapacidad. Ahora que estamos pasando por la estrechez de la vida cotidiana, se ha comprobado lo que hemos dicho siempre las mujeres: que este es un trabajo fundamental que ha sido invisibilizado siempre, pero que permite el desarrollo y la reproducción misma de la sociedad, la cultura y del poder. Se ha señalado muchísimo esta injusticia y la falta de apoyo de las instancias públicas. Muchas mujeres trabajamos por nuestra cuenta, como emprendedoras o asalariadas por el trabajo del hogar. Además, nos hacemos cargo de la casa y la familia como podemos. En México, por ejemplo, una gran cantidad de mujeres se constituyen en familias monoparentales. Si ellas no trabajan, nadie lleva ingreso y ahí se produce una crisis enorme. En la frontera norte vemos que una gran cantidad de migrantes mexicanas van a Estados Unidos a hacer el trabajo del hogar y regresan a México después de su jornada. Pero ahora, todos estos trabajos se suspendieron y también se suspendieron las industrias en las que trabajan las mujeres, sin entregarles salarios sustitutivos. Tampoco hay una renta básica.

¿Cómo podremos revertir esos efectos del confinamiento en las mujeres?

Tendríamos que tener la claridad de aprovechar esta ola enorme de confinamiento y trastocamiento de las normas de convivencia, sobre todo en el espacio privado, para evitar volver a relaciones que ya conocemos porque las tuvimos en el pasado. Reforzar esta conciencia social nueva sobre el papel de las mujeres en la vida social privada y pública, incluso en la gobernanza. Los 10 mejores gobiernos de esta pandemia son liderados por primeras ministras y presidentas mujeres. Fuera del esencialismo, el análisis es que ellas han estado menos tocadas por esquemas patriarcales y han luchado por los derechos, por la participación, con una sensibilidad distinta y una visión feminista. Gobiernan diferente por eso, no porque sean naturalmente así. No podemos desechar la oportunidad que tenemos: estamos viviendo un gran cambio civilizatorio y para salir de esta crisis hay que sintonizar con todos los sujetos sociales, todas las alternativas progresistas, como la Internacional Progresista que se ha formado tras el llamado de varios intelectuales. Hay que construir una opción de desarrollo humano sustentable, verde y feminista. Tenemos que lograr que la desescalada tenga un sentido humano, que tenga eso que el feminismo siempre ha criticado al humanismo androcéntrico que coloca en el centro al hombre y a los hombres, pero no a la humanidad y a las personas.

La extrema derecha en España ha acusado a las organizaciones feministas, periodistas y convocantes de las manifestaciones del 8M de provocar la propagación de la pandemia. ¿Qué opina?

Las redes que convocaron el 8M no pueden ser acusadas de nada, al contrario. La convocatoria fue para avanzar en la construcción de los derechos humanos y la democracia desde una perspectiva de género. Es misógino acusar a las feministas de una pandemia mundial. Me parece desproporcionado, con falta de perspectiva y no científico. No es posible probar eso. No sólo hubo manifestaciones feministas, hubo partidos de fútbol con mucho público, ceremonias religiosas, bodas, misas, gente en las calles y en el transporte público. Necesitamos un esfuerzo de resiliencia y no aceptar las acusaciones gratuitas contra las feministas. Es central discutir cómo hacer que en esta crisis la sociedad sea coadyuvante y no solo víctima. En vez de culpar y acusar a las mujeres de expandir la pandemia, cosa que es falsa, tendríamos que aprovechar la sabiduría del movimiento feminista para integrar el feminismo en la gobernanza democrática, en la participación de la sociedad civil, en la construcción de un planeta verde. Tenemos que enfrentar lo que viene de manera compleja, sostenida, profesional y velando por el interés de las personas, de las comunidades y del pueblo en general. Hay que tratar de que prevalezca la ética. El fin de la pandemia está lejos, pero tenemos el espacio para colocar en el centro del desconfinamiento un debate ético sobre el nuevo paradigma que queremos impulsar.

¿Cómo hacer que los partidos de ultraderecha de todo el mundo no interfieran en la construcción de este nuevo paradigma?

Lo primero es observar que la derecha en el mundo tiene sus centros, su potencia, sus millones en juego, como está sucediendo en Estados Unidos con el neofascista presidente Trump. La gente progresista, las feministas, los ecologistas tenemos que ser conscientes de que ahora es el momento. En marzo se produjo un auge en la ola actual del feminismo en la que participan millones de mujeres y hombres de distintas generaciones que ya se están apropiando de la cultura feminista. Tenemos que difundir esta cultura. Convocar a la resiliencia, a lograr capacidades de restauración, de conservación y de innovación para empoderar el proceso de erradicación de la pandemia. Tenemos que escuchar a los científicos que muestran cómo estamos destruyendo la tierra, los territorios y que eso nos va a llevar a tragedias impensables. La desigualdad enorme que hay en el mundo se cobra vidas con la epidemia con las personas en mayor riesgo, las comunidades más frágiles. Debemos impulsar un sistema internacional, nacional y local del cuidado para tener una orientación de cuidados permanente y no solo para emergencias y que lleve a cuidar, a reparar y a innovar con lenguajes nuevos y acercamientos diversos. […] Las feministas hace tiempo estamos proponiendo como alternativa una economía solidaria, la economía feminista, que pone en el centro a las personas y que busca la calidad de vida, la salud, la educación, y tener mejores condiciones de vida, de trabajo y de convivencia con los hombres sin violencia.

¿Qué nos dejará esta crisis?

De esta crisis tiene que salir algo mejor. Al principio fue resistir, como la canción –“Resistiré”–, pero ahora, además de resistir, nos hemos propuesto transformar el mundo para privilegiar el ecosistema, el patrimonio histórico y cultural y los derechos humanos. Estamos incursionando en un cambio cultural civilizatorio porque por primera vez podemos hablar de una crisis que afecta a todos los territorios del mundo y a todas las personas a la vez, hablar de humanidad. Eso es un cambio paradigmático y exige que seamos capaces de llevar ese nuevo modelo a todos los espacios y que la política se ponga al servicio de construir esa nueva cultura del cuidado propio y de los otros, del medio ambiente, del patrimonio y de todo lo que tiene un valor para nosotros.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/06/10/es-misogino-acusar-a-las-feministas-de-una-pandemia-mundial/
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Entrevista a Alberto Soler: “Si se castiga o ignora al niño a cada instante, hay que tener algo claro: hacer daño no educa”

Entrevista/11 Junio 2020/Autora: Beatriz Portinari/elpais.com

El libro ‘Niños sin etiquetas’ es una radiografía de los errores más comunes en la crianza contemporánea y de cómo influyen los prejuicios en el desarrollo de los hijos

En la era postcoronavirus, expresiones como “yo a tu edad” o “en mis tiempos” como modelos de educación ya no se podrán aplicar a los niños de hoy, porque el mundo ha cambiado en cuestión de meses. Sin embargo, algunos estereotipos y enseñanzas transmitidas de generación en generación también están a tiempo de cambiar. Los psicólogos Alberto Soler y Concepción Roger publican Niños sin etiquetas (Paidós) como llamada de atención a las familias y al modelo de educación. Soler recomienda alejarse de etiquetas como “niños tiranos, desobedientes, celosos, princesas y guerreros”, porque si se repite mil veces una idea, el niño acabará creyéndola y actuando en consecuencia.

Pregunta. Educamos a los hijos como nos han educado y no como nos gustaría. ¿Qué deberíamos cambiar?

Respuesta. Un primer paso sería tomar conciencia sobre cómo nos comportamos con los niños. A veces, cuando se dan situaciones que requieren más de nosotros, en las que bajamos la guardia, conectamos el piloto automático y hacemos lo que han hecho con nosotros. No solo nuestros padres, sino la sociedad, la publicidad, incluso los programas de televisión con modelos de educación basados en estereotipos, premios y castigos. Las formas importan y mucho, y ser respetuoso con los niños, atender sus necesidades y distinguirlas de los caprichos, no es incompatible con establecer normas y límites. El cambio está en nuestra forma de relacionarnos con ellos y deshacernos de esas formas de educar aprendidas.

P. En el libro habláis de los “miedos que se heredan”. ¿Nuestros hijos van a heredar el miedo a la pandemia o a salir de casa?

R. Hemos visto noticias con palabras como “UCI, morgue, muertos, enfermos”. Es un campo semántico que está provocando una ansiedad brutal: “el mundo es peligroso, los demás son peligrosos”. Deberíamos hacer una “desescalada” también a nivel conductual. Cuando hablamos del miedo, los niños viven las situaciones filtradas por sus padres, que son su referente social; en función de cómo ellos lo vivan, así lo viven sus hijos. Y aunque existe cierta predisposición genética que nos puede hacer más o menos miedosos, debemos distinguir entre lo posible y lo probable. ¿Es posible que te contagies? Sí. ¿Es probable? No. Entonces, manteniendo las normas de higiene de manos y cierta distancia social debemos hacer esa desescalada proporcional: ser prudentes, pero no transmitir angustia a los hijos.

P. Entre los primeros meses y seis años se desarrolla la estructura cerebral que tiene que ver con la personalidad del niño. ¿Cómo influyen los patrones familiares en su desarrollo?

R. No tenemos recuerdos de forma explícita por debajo de los cuatro años, pero sí tenemos aprendizajes de forma implícita, por ejemplo, cuando les decimos “esto lo hago por tu bien”, «porque lo digo yo» o «quien bien te quiere, te hará llorar”. ¿Cuál es el problema? Que va a asociar amor con dolor, y lo verá de forma natural en una relación abusiva de pareja. Hay una complicidad criminal con los malos tratos a los niños, igual que teníamos con las mujeres, porque tratar mal es maltratar. No queremos culpabilizar a nadie, todos los padres lo hacen lo mejor que saben y pueden, pero es importante ser conscientes de lo que decimos y hacemos mal.

P. ¿Por ejemplo, qué errores hemos interiorizado, sin darnos cuenta?

R. Si de manera sistemática estamos desatendiendo, amenazando, chantajeando, castigando, ignorando al niño… hay que tener una cosa muy clara: hacer daño no educa, al contrario. El castigo es hacer daño a otra persona, sea físico o mental, para que escarmiente. Nos parece inaceptable en las relaciones entre adultos, pero lo hemos normalizado en las relaciones con los niños, a los que no solo maltratamos cuando les ignoramos cuando nos piden atención, pensando erróneamente que es un capricho, sino también cuando les ofrecemos todos los días una dieta obesogénica o cuando les etiquetamos como “conflictivos”, “irresponsables”, “desobedientes” o “torpes”.

P. ¿Qué riesgo implica educar a los niños con esas etiquetas?

R. El problema de las etiquetas es que es muy fácil ponerlas, pero muy difícil deshacerse de ellas. Y además, la persona que tiene una etiqueta acaba comportándose de esa forma. Por ejemplo: “¿Para qué me voy a esforzar en esto, que a lo mejor me interesa, si mis padres dicen que soy un vago?”. Deberíamos ser menos simplistas y más descriptivos, centrarnos más en la conducta que en la persona. Si les hemos etiquetado como “parásitos sociales” lo acabarán integrando como una parte definitoria de su personalidad. Todos tenemos una identidad, y si no la tenemos todavía, como los niños, nos la van a crear con esas etiquetas negativas.

P. ¿Cómo un efecto Pigmalión a la inversa?

R. Eso es, existen muchas investigaciones sobre el tema. El experimento de Rosenthal y Jacobson, el “Pigmalión en las aulas”, demostró ya en los años 60 que los chicos etiquetados como “buenos alumnos” recibían más estímulos en clase, los profesores les preguntaban más, mantenían el contacto visual y elogiaban su esfuerzo. Esos chicos acababan el curso siendo más inteligentes y con mejores calificaciones, pero solo porque se les había dado una etiqueta que a los otros no. Esto cuando hablamos de niños pequeños es aún peor: solo si damos las mismas oportunidades, todos podrán desarrollarse por igual.

P. Hablando de oportunidades, la pandemia ya ha reflejado la brecha social y digital entre las familias que tenían ordenadores o conexión a Internet y las que no. ¿Cómo garantizar esa igualdad en la educación del futuro?

R. En España, en la Educación ha pasado lo que en Sanidad: la pandemia ha sacado a la luz nuestras vergüenzas, las cosas que han funcionado mal durante años. Es verdad que no tenemos un “manual pandémico”, pero durante meses hemos puesto la instrucción por delante del acompañamiento y la compresión de los niños. Tenemos que buscar alternativas y eso pasa por dinero: se trata de bajar ratios, sí, pero aumentando el profesorado y los centros. ¿No hemos sido capaces de levantar hospitales de campaña en tiempo récord? Pues igual hay que empezar ya a construir “escuelas de campaña” y contratar más profesores. Es inaceptable que se planteen aulas de 15 alumnos, dividiendo la semana en días en el colegio y días en casa con educación a distancia, y que ese gasto lo asuman las familias. Porque además, lo más probable, es que lo asuman las madres, que muchas se planteen dejar el trabajo para quedarse en casa con sus hijos. Si ese modelo se impone, las mujeres volverán a ser las grandes olvidadas, que sacrificarán su carrera profesional por la familia.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/06/09/mamas_papas/1591682488_052344.html

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 Begoña Ibarrola: “No hay que blindar a los hijos frente a los problemas sino darles recursos”

Por: Educación 3.0. 

Comenta la psicóloga y escritora Begoña Ibarrola que las emociones son un ingrediente de nuestra vida diaria, que dan color a nuestras experiencias y que son el pegamento de nuestros recuerdos. Es por ello que estas reacciones psicofisiológicas del ser humano no hay que dejarlas de lado en un momento como el que estamos viviendo. Los niños deben aprender a gestionar los sentimientos que les produce esta crisis sanitaria y aprender a convivir con ellos.

En su último libro, ‘¡Estoy muy enfadado! Cuentos para gestionar frustraciones’, Ibarrola recopila una serie de relatos en los que los protagonistas sienten frustración, miedo o rabia. Una buena forma para que los más pequeños se sientan identificados y aprendan cómo afrontar las distintas situaciones de la vida de la mejor manera posible.

Pregunta: Inmersos en la crisis sanitaria actual, ¿cómo pueden las familias gestionar las emociones que les genera esta situación?

Respuesta: Es en estos momentos donde se valoran más determinadas habilidades emocionales que no se improvisan, sino que han debido ser desarrolladas antes. Como la educación emocional es un factor de prevención primaria inespecífica, en la situación actual sirve como escudo al miedo, al estrés, a la depresión o a la ansiedad, sin negar las emociones, pero sabiendo cómo enfrentarse y salir de ellas. Las principales lecciones emocionales se dan a través del ejemplo: conciencia de las emociones, autocontrol, optimismo, resiliencia, empatía, solidaridad… se pueden aprender, ahora en familia, y después en la escuela.

Estoy completamente segura de que los niños que han recibido educación emocional y los adultos que se han ocupado de desarrollar su inteligencia emocional se consideran ahora unos privilegiados porque tienen herramientas para hacer frente a las dificultades y los retos actuales. Si no lo han hecho antes, este es un buen momento para desarrollar el autocontrol, aprender a entrar en calma, poner límites y normas que favorezcan una convivencia pacífica durante tanto tiempo y en el mismo espacio, y procurar estrategias para resolver los conflictos que vayan surgiendo.

No podemos blindar a los hijos frente a las dificultades, es preciso darles herramientas como la confianza en sus propios recursos internos, la confianza en las personas que le rodean y que le quieren, y sobre todo, una visión optimista y realista de la situación.

niño enfadado

P: En estos momentos, ¿la lectura puede convertirse en una buena vía de escape?

R: Es un recurso fabuloso en estos momentos tan difíciles porque permite al lector  ‘salir de casa’ o ‘viajar’ a través de la imaginación. De este modo, se convierte en uno de los recursos más terapéuticos y que está al alcance de todo el mundo. Además, dedicar un momento a la lectura todos los días puede convertirse en un medio para aislarse de la realidad de forma consciente, favoreciendo la introspección y el descubrimiento de uno mismo.

“Los niños que han recibido educación emocional tienen herramientas para hacer frente a las dificultades y a los retos actuales”

P: Los cuentos que aparecen en su nuevo libro están indicados para gestionar frustraciones, ¿de qué forma pueden los niños aprender a controlarlas a través de estos relatos?

R: Los cuentos enseñan sin ser lecciones, orientan sin dar consejos y permiten vivir las experiencias de los personajes en primera persona, por lo tanto, favorecen el conocimiento del mundo emocional personal a través de las vivencias de los personajes. Además, el lector hace un puente natural entre lo que viven ellos y lo que está viviendo él, permitiéndole sentir lo mismo, pero desde una distancia de seguridad.

Tras leerlos, los niños comprenden con más claridad diferentes emociones, aprenden que hay diferentes maneras de expresarlas, diferentes causas de frustración y las consecuencias negativas de reprimirla, pero también aprenden que hay recursos internos y externos que les pueden ayudar a gestionar esa frustración sin que peligre demasiado su bienestar emocional.

Una lectura atenta de cada uno de los cuentos, que son muy diferentes entre sí, ofrece pautas, tanto a los niños como a sus familias, para aprender a gestionar las frustraciones y a salir de la rabia o el enfado. Con este objetivo se han añadido varios ‘tips’ para educadores y familias al final de cada cuento.

familia leyendo un cuento

P: ¿Hay alguna manera especial de leer estos cuentos a los niños?

Ninguna. Solo es necesario crear un estado de relax que potencie la escucha, un momento de calma, que permita al niño atender durante un tiempo si es que alguien se lo lee, o leer hasta el final el cuento si lo está leyendo él. Después de su lectura se puede comentar o no, no siempre es necesario. Muchas veces el cuento es como un caramelo que se deshace en la boca y solo transforma al lector cuando lo ha ‘degustado’, cuando se ha ‘disuelto’ en su mente. Hay cuentos que obran la magia del cambio solo después de un tiempo, no al momento de haberlo escuchado o leído, por eso no hay que forzarle a encontrar una moraleja, ya aparecerá en su mente en el momento oportuno.

“Aprender a manejar la frustración ayuda a los niños a enfrentarse de forma positiva a diferentes situaciones de la vida”

P: ¿Cuáles son los aspectos fundamentales que los niños aprenden tras leerlos?

R: Pueden aprender a conocer mejor sus emociones y a conocerse mejor a ellos mismos a través de los personajes; también van a ver, de forma a veces exagerada, que todo tiene consecuencias. El humor para mí es un recurso fabuloso pues al exagerar las situaciones y las respuestas de los personajes el niño puede verse reflejado, aunque no sea con la misma intensidad. Aprender a reírse de uno mismo, aceptar que no somos perfectos, que podemos cometer errores y a pesar de todo somos personas maravillosas, es un buen aprendizaje también.

Pero, sobre todo, el niño se da cuenta de que hay otros muchos niños que experimentan lo mismo que ellos y eso da mucha tranquilidad. Comprenden que, de toda situación se puede salir, incluso de una rabieta, de una frustración, pero los aprendizajes que conllevan son importantes como por ejemplo, comprender que todo en la vida no lo pueden elegir, no lo pueden controlar, y eso les va a servir de enseñanza para toda su vida. Aprender a vivir implica aceptar lo que no podemos cambiar y centrar nuestra energía en aquellos cambios que sí están en nuestra mano.

“Las emociones son un ingrediente de la vida diaria y el pegamento de nuestros recuerdos”

P: En uno de los cuentos se reflejan algunos de los problemas que surgen cuando hay un exceso de protección a los niños, ¿en qué puede derivar una sobreprotección en los menores por parte de los adultos o los docentes?

R: Por supuesto la misión de la familia y de cualquier educador es proteger al niño y no poner en riesgo su seguridad, pero también lo es ayudarle a que crezca y a que se desarrolle como una persona feliz. Para ello, no se debe confundir protección con sobreprotección. Cuando un niño no aprende a enfrentarse a las dificultades, porque los adultos que le rodean se las quitan del paso, puede surgir en él un sentimiento de incapacidad, y pueden aparecer miedos irracionales, ansiedad ante los cambios o una tensión casi continua provocada por la propia ansiedad y por los miedos de los adultos.

Aprender a manejar la frustración y a convivir con este sentimiento molesto ayuda a los niños a enfrentarse de forma positiva a diferentes situaciones de la vida y a superar los obstáculos con buen ánimo. Ello mejora su autoestima y resiliencia, favoreciendo su bienestar emocional.

emociones

P: ¿Qué le sugieren estas tres palabras? Emociones, control y frustración

R: Emociones: reacciones que nos permiten dar respuestas flexibles, adaptadas a la situación. Es un ingrediente de la vida diaria, dan color a nuestras experiencias y son como el pegamento de nuestros recuerdos. Son polivalentes, todas ellas legítimas, cada una nos aporta una información valiosa, pero debemos aprender a expresarlas de forma adecuada.

Control: debemos diferenciar control de represión, que a veces se confunde. Si regulamos la expresión de las emociones no nos iremos a los dos extremos peligrosos: la explosión emocional, que hace daño a los demás, y la implosión emocional, fruto de la represión, que hace daño a uno mismo.

Frustración: no se puede evitar, está y estará presente a lo largo de la vida. El malestar emocional que produce es natural y debemos aceptarlo, pero no abonarlo ni hacerlo más grande con nuestra atención. La clave está en cómo salir de ella y cómo proyectar en nosotros emociones positivas, que nos ayuden a transmutar las negativas, sabiendo que ambas son necesarias y cumplen funciones diferentes.

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/entrevista-begona-ibarrola/

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Feminismo: ¿Cómo la ilustración puede impactar y educar a las nuevas generaciones?

Por: heraldodemexico.

 

El feminismo ha tomado mayor lugar en la sociedad, pues los casos de violencia de género y los feminicidios en México se han visibilizado más gracias a los colectivos feministas, marchas como la del 8 de marzo #8M y el paro nacional del 9 de marzo #UnDíaSinMujeres, mismos que se han realizado con el propósito de exigir justicia por la muerte de miles de mujeres en el país y hacer conciencia sobre el tema.

Una corriente de protesta

Por otro lado, la ilustración ha logrado tener mayor presencia al abordar temas sociales y problemáticas en México y el mundo; tal es el caso de la ilustradora queer mexicana Maremoto, quien ha buscado visibilizar, concientizar y brindar información a las personas sobre temas como el feminismo, violencia de género, feminicidios, amor propioracismo, diversidad sexual y la comunidad LGBT+.

Siento que la ilustración se ha usado muchas veces de forma comercial, para publicidad; sin embargo, existe esta otra corriente de protesta, dijo Maremoto en entrevista para El Heraldo de México.

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Foto: Instagram marmarmaremoto

Maremoto nació en la Ciudad de México y estudió diseño textil, sin embargo, terminó dedicándose a la ilustración, teniendo un acercamiento nato con el dibujo y con el paso del tiempo, un espacio semanal en la revista Malvestida donde se involucró creando viñetas con temáticas mayormente sobre sus miedos y el amor propio.

Poco a poco fue exponiendo en este colectivo feminista diversas viñetas con el propósito de expresar lo que sentía y cómo percibía su entorno.

Cuando haces algo y lo haces público, te deja de pertenecer a ti; entonces eso es bastante interesante, darte cuenta que muchas personas viven o sienten lo mismo que tú, afirmó.

Foto: Instagram marmarmaremoto

Feminismo en tiempos de Covid-19

Luego de la marcha del pasado 8 de marzo donde tuvieron encuentro millones de mujeres en distintos puntos en el país, se desató la pandemia de Coronavirus en México, por lo que este tema pareció ser olvidado por muchas personas, dándole prioridad al nuevo virus. Sin embargo, los casos de violencia siguen en aumento ahora que las mujeres se encuentran en confinamiento.

Pasó la marcha del #8M y después todo fue información sobre el Covid-19, entonces se dejó de hablar sobre toda esta ola de violencia hacia las mujeres, afirmó.

De acuerdo con las cifras extendidas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), 10 mujeres fueron asesinadas cada día en México durante el primer mes correspondiente al año 2020.

 

El feminismo no está en descanso, la clave está en no quitar el dedo del renglón, dijo la artista de 25 años en entrevista para El Heraldo de México.

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Foto: Instagram marmarmaremoto

El objetivo de Maremoto respecto a su trabajo de ilustración es acompañar a las personas durante el proceso de información acerca del feminismo, diversidad sexual, violencia de género y amor propio.

La ilustración en las nuevas generaciones 

Maremoto comenta que ha aprendido muchas cosas en internet, pues la información es casi infinita, y considera que la ilustración es una buena herramienta para educar a las futuras generaciones que crecen con las redes sociales y que su encuentro con el internet, la tecnología y la información es mucho más cercano y temprano, en comparación a las generaciones pasadas y en este caso, para la suya.

Tener información sobre tu propio cuerpo, sexualidad y placer también son parte del feminismo, aseveró.

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Foto: Instagram marmarmaremoto

La ilustradora mexicana considera que hay una LGBTfobia latente en México desde la educación y no es posible que no se hablen temas como diversidad, los cuales tienen la misma importancia que otras materias, que deben formar parte de la educación para las niñas y niños del país.

México es un país  feminicida y LGBTfobo, entonces es mi responsabilidad hablarlo y hacerlo visible, que no les pase lo que me pasó, dijo Maremoto.

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Foto: Instagram marmarmaremoto

Además, dijo que quizá la falta de educación respecto a temas como amor propio, feminismo, placer y sexualidad tienen que con la cultura mexicana, la cual se ha conformado por modelos y roles familiares específicos, haciendo que las generaciones lo repliquen, considerándolos correctos y los únicos que se deben seguir.

El machismo y el patriarcado están en el lenguaje, en la sociedad, en todo y a veces son como monstruos a los que te puedes enfrentar empezando con cuestionamientos con las personas que te rodean como la familia y amigos, es duro pero es una buena forma de empezar para romper con esto, como una comunidad, afirmó la ilustradora queer para El Heraldo de México.

Fuente de la entrevista:  

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