Una escuela de vida en Rimkieta

Por: Amigos de Rimkieta

(Artículo publicado en el diario «Superdeporte de Valencia» y en el Blog de la «Penya Valencianista per la Solidaritat» que este año ha financiado el proyecto de Entrenamiento deportivo de la FAR)

«Me llamo Jacques, pero todo el mundo me conoce en Rimkieta por el nombre de « coach ». Rimkieta es uno de los barrios más desfavorecidos de Ouagadougou, la capital de Burkina Faso, país número 185 de 188 países en el Índice de desarrollo humano de 2016. Trabajo desde 2011 para la FAR (Fundación Amigos de Rimkieta). Soy responsable adjunto de los proyectos de “Formación y reinserción de niños de la calle” y de “Entrenamiento deportivo”, donde actualmente tenemos 102 y 80 niños respectivamente, recibiendo formación.

El entrenamiento deportivo es un proyecto que reúne a niños de 8 a 18 años alrededor de su deporte favorito, el fútbol, con el objetivo de alejarles de la calle. En Rimkieta numerosos son los niños que, a diario, cuando no están en el colegio, son susceptibles de encontrar malas compañías en la calle, que les llevan a todo tipo de peligros: robo, trabajos forzados, drogas, enfermedades, violencia, prostitución… Son niños de familias muy desestructuradas debido a la pobreza y a una grave falta de cuidado por parte de los padres. No hay nadie que les obligue y anime a estudiar y hacer los deberes por las tardes, y los niños salen a la calle, a disfrutar del “vagabundeo liberal”, en busca de la “ganancia fácil”.

El entrenamiento deportivo de la FAR es por tanto de una gran importancia porque a través del proyecto no solamente enseñamos a los chicos a jugar a fútbol sino que, además, lo hacemos con los valores deportivos y educativos que permitirán a los chicos tener un aliciente para continuar sus estudios y recibir una educación para la vida que en casa no tienen. Nuestra actividad deportiva ha sido concebida para educar deportistas con valores, a través de la cual reciben:

FORMACION PARA LA VIDA, en los valores a través del deporte. El entrenamiento deportivo empieza cada semana con una charla educativa a los chicos, con el objetivo de transmitirles la importancia del trabajo en equipo, el respeto a la persona y de las reglas de juego, el saber perder con buena actitud, la perseverancia, la lealtad, el afán de superación, el compañerismo, etc. Hacemos un control de la puesta en práctica de lo comentado en la charla en los entrenamientos y partidos, para asegurarnos de que lo que les estamos enseñando lo ponen en práctica y lo comentamos con los chicos poniendo ejemplos concretos vistos durante la semana, al final del entrenamiento.

ENTRENAMIENTO DEPORTIVO, adaptado a las distintas categorías (“poussins”, “minimes”, “cadets” y “juniors”), dependiendo de las edades de cada chico, siguiendo las normas de la Dirección Técnica Nacional de la Federación Burkinabé de fútbol. Los chicos están felices de aprender las técnicas más profesionales del deporte y de avanzar de una categoría a otra.

LA ADRENALINA DE LA COMPETICIÓN. Formamos parte de la liguilla de Rimkieta y de los barrios vecinos; los chicos disfrutan cada semana de la competición a nivel local jugando, muchas veces descalzos, en terrenos de dura tierra, la mayoría de los cuales tiene por porterías un par de piedras en el suelo.

PODER JUGAR EN CAMPOS DE CESPED. También participamos en campeonatos contra equipos de grandes centros de formación y clubs de fútbol reconocidos en Burkina ¡Los niños adoran tanto estas salidas! Para empezar, es la única ocasión, para la mayoría de ellos, de salir del barrio y montar en un autobús, que alquilamos para desplazarnos en estas ocasiones especiales. Pero sobre todo, lo que más les gusta a los niños es tener la oportunidad ¡de jugar en terreno de césped real o sintético! Los niños estallan de alegría cuando les anunciamos que tenemos un partido sobre césped, incluso a pesar de ser conscientes de que difícilmente ganaremos el partido por nuestra total falta de práctica de jugar sobre este tipo de terreno.

UN SUEÑO, el sueño de todos los niños, ¡convertirse en jugador profesional! Y utilizamos su sueño como triquiñuela para animar a los niños a ir al colegio y tener buenas notas, porque es indispensable que tengan buenas notas para ser admitidos en el entrenamiento deportivo de la FAR. Contrariamente a la práctica habitual de los numerosos centros de entrenamiento de fútbol de Burkina donde sólo enseñan a los niños el espíritu de la victoria y buscan futuras “estrellas del balón”, la FAR es, sobre todo, una escuela de la vida para los chicos de Rimkieta.

Una escuela de vida que este año cuenta con la ayuda de la “Penya Valencianista per la Solidaritat” para poder seguir formando deportistas profesionales con valores en Rimkieta. Desde aquí, el más profundo agradecimiento de todos los niños del proyecto junto a su “coach”!»

*Fuente:http://amigosderimkieta.blogspot.com/2017/05/una-escuela-de-vida-en-rimkieta.html

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África: Una escuela de vida en Rimkieta

Por: Fundación Amigos de Rimkieta 

«Me llamo Jacques, pero todo el mundo me conoce en Rimkieta por el nombre de « coach ». Rimkieta es uno de los barrios más desfavorecidos de Ouagadougou, la capital de Burkina Faso, país número 185 de 188 países en el Índice de desarrollo humano de 2016. Trabajo desde 2011 para la FAR (Fundación Amigos de Rimkieta). Soy responsable adjunto de los proyectos de “Formación y reinserción de niños de la calle” y de “Entrenamiento deportivo”, donde actualmente tenemos 102 y 80 niños respectivamente, recibiendo formación.

El entrenamiento deportivo es un proyecto que reúne a niños de 8 a 18 años alrededor de su deporte favorito, el fútbol, con el objetivo de alejarles de la calle. En Rimkieta numerosos son los niños que, a diario, cuando no están en el colegio, son susceptibles de encontrar malas compañías en la calle, que les llevan a todo tipo de peligros: robo, trabajos forzados, drogas, enfermedades, violencia, prostitución… Son niños de familias muy desestructuradas debido a la pobreza y a una grave falta de cuidado por parte de los padres. No hay nadie que les obligue y anime a estudiar y hacer los deberes por las tardes, y los niños salen a la calle, a disfrutar del “vagabundeo liberal”, en busca de la “ganancia fácil”.

El entrenamiento deportivo de la FAR es por tanto de una gran importancia porque a través del proyecto no solamente enseñamos a los chicos a jugar a fútbol sino que, además, lo hacemos con los valores deportivos y educativos que permitirán a los chicos tener un aliciente para continuar sus estudios y recibir una educación para la vida que en casa no tienen. Nuestra actividad deportiva ha sido concebida para educar deportistas con valores, a través de la cual reciben:

FORMACION PARA LA VIDA, en los valores a través del deporte. El entrenamiento deportivo empieza cada semana con una charla educativa a los chicos, con el objetivo de transmitirles la importancia del trabajo en equipo, el respeto a la persona y de las reglas de juego, el saber perder con buena actitud, la perseverancia, la lealtad, el afán de superación, el compañerismo, etc. Hacemos un control de la puesta en práctica de lo comentado en la charla en los entrenamientos y partidos, para asegurarnos de que lo que les estamos enseñando lo ponen en práctica y lo comentamos con los chicos poniendo ejemplos concretos vistos durante la semana, al final del entrenamiento.

ENTRENAMIENTO DEPORTIVO, adaptado a las distintas categorías (“poussins”, “minimes”, “cadets” y “juniors”), dependiendo de las edades de cada chico, siguiendo las normas de la Dirección Técnica Nacional de la Federación Burkinabé de fútbol. Los chicos están felices de aprender las técnicas más profesionales del deporte y de avanzar de una categoría a otra.

LA ADRENALINA DE LA COMPETICIÓN. Formamos parte de la liguilla de Rimkieta y de los barrios vecinos; los chicos disfrutan cada semana de la competición a nivel local jugando, muchas veces descalzos, en terrenos de dura tierra, la mayoría de los cuales tiene por porterías un par de piedras en el suelo.

PODER JUGAR EN CAMPOS DE CESPED. También participamos en campeonatos contra equipos de grandes centros de formación y clubs de fútbol reconocidos en Burkina ¡Los niños adoran tanto estas salidas! Para empezar, es la única ocasión, para la mayoría de ellos, de salir del barrio y montar en un autobús, que alquilamos para desplazarnos en estas ocasiones especiales. Pero sobre todo, lo que más les gusta a los niños es tener la oportunidad ¡de jugar en terreno de césped real o sintético! Los niños estallan de alegría cuando les anunciamos que tenemos un partido sobre césped, incluso a pesar de ser conscientes de que difícilmente ganaremos el partido por nuestra total falta de práctica de jugar sobre este tipo de terreno.

UN SUEÑO, el sueño de todos los niños, ¡convertirse en jugador profesional! Y utilizamos su sueño como triquiñuela para animar a los niños a ir al colegio y tener buenas notas, porque es indispensable que tengan buenas notas para ser admitidos en el entrenamiento deportivo de la FAR. Contrariamente a la práctica habitual de los numerosos centros de entrenamiento de fútbol de Burkina donde sólo enseñan a los niños el espíritu de la victoria y buscan futuras “estrellas del balón”, la FAR es, sobre todo, una escuela de la vida para los chicos de Rimkieta.

Una escuela de vida que este año cuenta con la ayuda de la “Penya Valencianista per la Solidaritat” para poder seguir formando deportistas profesionales con valores en Rimkieta. Desde aquí, el más profundo agradecimiento de todos los niños del proyecto junto a su “coach”!»

  • (Artículo publicado en el diario «Superdeporte de Valencia» y en el Blog de la «Penya Valencianista per la Solidaritat» que este año ha financiado el proyecto de Entrenamiento deportivo de la FAR)
  • Fuente:www.amigosderimkieta.blogspot.com
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Echar raíces en Rimkieta

Por: Amigos de Rimkieta 

La sombra de un árbol es en Burkina el lugar por excelencia para  encuentros y reuniones. Ellos son los testigos de las tertulias donde se toman decisiones y se resuelven todo tipo de conflictos, se organizan bodas, comuniones, bautizos y funerales y, por supuesto, se echan las mejores siestas.

Rimkieta necesita árboles, para esas reuniones y siestas, pero mucho más importante todavía, por los numerosos beneficios para la naturaleza. Las lluvias en Burkina son torrenciales y pocos minutos bastan para inundarlo todo. Hace apenas una semana 4 personas fallecieron y más de 2.000 familias se quedaron sin casa (que era de adobe y se la llevó el agua), por causa de una tormenta. La copa de los árboles atrapa el agua y amortigua su caída, y sus raíces la absorben, disminuyendo los numerosos charcos, nido de mosquitos y como consecuencia, de la malaria.

Cada año, con la llegada de las lluvias, en primavera-verano, ponemos en marcha la nueva plantación de árboles. Acabamos de hacer un recuento del total de árboles plantados desde que iniciamos el proyecto en 2008. De los 7.100, hay 4.234 vivos… 🙁 Los 50 primeros árboles hace ya ocho años, los talaron para leña que necesitan para cocinar; las terribles inundaciones de 2009 se llevaron por delante la plantación de ese año y del anterior…; y, pese a la protección que ponemos, los animales se han comido el resto de los que faltan… Desolador, porque no solo plantamos el árbol, sino que lo regamos un par de veces por semana y abonamos y cuando conviene durante dos años… Mucho trabajo para conseguir que una acacia dé una sombra de 4 o 5 metros de diámetro, tres o cuatro años después.

 Protección de adobe, plantación 2016.

Pero no hay inundaciones o animales que puedan con nosotros y este año volvemos de nuevo a la carga con 600 árboles más, con una nueva protección de ladrillos de adobe revocados con cemento. Contamos con el compromiso de los vecinos, aquellos que en su día los cortaron para leña… y que hoy nos piden que plantemos en sus calles. Y este cambio ya es mucho ganado.

Las dificultades para hacer cualquier cosa, por sencilla que parezca, en este maravilloso país no faltan, y lo de las protecciones de adobe está resultando ser un verdadero reto. El proveedor de los ladrillos que no cumple con los 1.000 diarios pactados que necesitamos…; el transportista de los ladrillos que nos deja tirados sin avisar para irse a cultivar al campo; encontrar un nuevo transportista y negociar el precio que habíamos conseguido con el otro es misión imposible, por lo que el presupuesto inicial se dispara…; pero el precio del cemento baja, no se sabe por qué,  y se compensa… ¡que Dios aprieta, pero no ahoga!…

Cuando plantamos un árbol lo hacemos pensando en el medio ambiente de Rimkieta, en sus calles, en sus familias, que los verán crecer delante de las puertas de sus casas, y en todas las decisiones que el árbol cobijará. Cada árbol plantado es un árbol que limpia el aire, que proporciona oxígeno, que refresca las calles, y hasta he leído que se ha demostrado que los vecindarios y hogares que tiene vegetación son más pacíficos que los que no la tienen… ¡Así que no hay duda de que merece la pena seguir plantando árboles, pese a las piedrecitas del camino!

Fuente: http://amigosderimkieta.blogspot.com/

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Burkina te roba y devuelve duplicada la energía

Por: Amigos de Rimkieta

Perder el oído por causa de una infección a los 14 años de edad no debe ser fácil en ninguna parte del mundo, pero en Rimkieta menos fácil aún si cabe. El caso de Ismael, que ha recuperado el oído a los 23 años… ¡es una de mis dosis de energía para perseverar!

Yo siempre digo que Burkina me “roba” la energía a diario. La mayoría de los días es gota a gota, así, como sin darme cuenta, hasta dejarme vacía, por contradicciones y dilemas con los que me voy tropezando. Otros días el robo es instantáneo, como de un hachazo, por causa de algunas grandes dificultades con la que desgraciadamente tengo que lidiar de vez en cuando.

Pero cada día, cada uno de los días, me devuelve la energía robada y por duplicado: el sonido de los 300 niños de la maternelle que llega a mi despacho; el saludo de las niñas del proyecto de formación de “niñas sin escolarizar”, por no llamarlas “Cenicientas” que es lo que de verdad son…, que llegan a medio día, con su enorme sonrisa, y su “bonjour tanti” antes de entrar en clase; y por supuesto, casos como el de Ismael, el segundo beneficiarlo del proyecto de becas universitarias de la FAR.

Ismael perdió el oído a los 14 años, seguramente por una meningitis, pero supo afrontar las dificultades y obtuvo una de las mejores notas de selectividad de los más de 400 alumnos becados por la FAR del año pasado; eso en una escuela donde lógicamente no hay programas inclusivos para alumnos sordos, o sea sin poder escuchar al profesor y copiando los apuntes de sus compañeros.

Y no contento con eso, vino en agosto pasado a solicitar una beca universitaria para estudiar “Gestión y Finanzas”. Quiere especializarse en la búsqueda de fondos para desarrollar la salud de su país y sobre todo, “…encontrar los mecanismos necesarios para controlar y hacer el seguimiento de los mismos para su correcta utilización…” (de su justificación para la solicitud de la beca…)

Ismael merecía una beca más que ningún otro candidato; pero decidimos que, antes de empezar sus estudios en la universidad, habíamos de ayudarle, en la medida en que fuera posible, con su sordera para un mejor aprovechamiento de sus estudios y para facilitarle su empleo profesional al final de los mismos.

Los resultados de la audiometría dieron favorables para la colocación de audífonos y gracias a Emsimisión, Ismael ha vuelto a oír. Difícil describir la expresión de su cara, mezcla de nerviosismo y emoción, cuando le colocaron por primera vez los audífonos. Ismael ha comenzado unas sesiones de logopedia para acostumbrarse a oír de nuevo y ayudarle a mejorar el habla, muy perdida con tantos años de sordera profunda.

¡Y las buenas noticias no acaban aquí! La Fundación “Pro Cultura Literaria”, a través de la FAR, ha decidido becar los estudios universitarios y las sesiones de logopedia de Ismael, que está ansioso por comenzar en octubre próximo. Hasta entonces Ismael hará un curso de informática para tener una cierta formación en este campo antes de empezar la universidad.

La expresión de la cara de Ismael el día que volvió a oír no fue doble sino triple de energía para mí. Doy gracias a Dios por este puesto de privilegio que ocupo en la sociedad, al barrio de Rimkieta por darme estos momentos de felicidad y a Emsimisión y a la Fundación Pro Cultura Literaria por ayudarnos a ayudar a Ismael. ¡Muchas, muchas gracias!

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¡No quiero seguirte!

Por: Amigos de Rimkieta

Las influencias, para bien o para mal, forman parte de la vida. Cuando eres un niño “en situación de calle” y vienen de malas compañías pueden ser un problema… y si no que se lo pregunten a JK…

JK es uno de los 100 niños del proyecto de “Formación y reinserción de niños de la calle”. Es uno de los niños de la primera promoción y lleva con nosotros 8 años. Tiene 17 años y es el mayor de una familia  de 5 hijos en situación de gran necesidad. Entró en el mundillo de la calle con tan solo 6 años. Su padre era vendedor de licor casero y se lo llevaba con él a  lugares muy poco recomendables (bares, salas de juego, discotecas…) en lugar de llevarle al colegio que es lo que le tocaría a un niño de su edad. Con 8 años JK repartía  licor ya  él sólo… Su madre nos dijo en la entrevista de inscripción de JK en la FAR que muchos días llegaba a casa bien entrada la noche y con un olor sospechoso… Su madre cava arena que vende para hacer ladrillos de adobe. Hay una gran explanada cerca de la FAR donde las mujeres van a cavar. Y es allí donde Drissa, el responsable del proyecto, encuentra a la mayoría de niños nuevos de cada año. Una mujer que pasa todo el día cavando, bajo un calor sofocante, para ganar una miseria es seguro madre de familia en extrema necesidad… Después de conseguir que el padre de JK aceptara quedarse sin “repartidor”, JK empezó su “nueva vida” en la FAR en 2008…

Pero JK ya había vivido 3 años de calle y eso deja mucha huella… y muchas malas compañías, celosas de la gran oportunidad que se le brindaba a JK en la FAR. Algún día os contaré algo que me cuesta comprender de esta maravillosa sociedad: lo que son capaces de hacer por celos y envidia…

El historial de los primeros años de JK con nosotros está lleno de peleas en clase y en casa, robos, ausencias en el colegio, desapariciones de casa durante días… La situación se hizo muy difícil de controlar para la FAR, por lo que tuvimos que internarlo en Kam Zaka, un internado especializado en niños de la calle problemáticos. Después de 3 años en Kam Zaka, este año JK ha vuelto a casa y a la FAR por “buen comportamiento”.

Una de las actividades del proyecto “niños de la calle” consiste en reunir a todos los chicos, los que están recién llegados a la FAR y los “veteranos” escolarizados y en talleres de formación, los domingos por la mañana, en un ambiente distendido de fin de semana. Después de darles de desayunar (que es fundamental para lograr que vengan), los chicos se divierten tocando música y bailando (actividad líder del domingo!), o jugando al fútbol y a juegos de mesa. Todas las actividades son el “señuelo” para que les apetezca venir, porque el objetivo principal es la charla educativa que damos al final sobre los peligros de la calle, la violencia, la higiene, el comportamiento, la alimentación, etc.

Terminamos siempre las charlas con un juego sobre el tema tratado. Este último domingo la charla fue sobre cómo evitar caer en situación de la calle y pedimos a los niños que nos contaran alguna experiencia personal al respecto. No fue fácil que los niños se atrevieran a contarnos sus confidencias, pero JK se lanzó con una vivencia que ganó la camiseta que estaba en juego como premio.

Nos contó que el año pasado, estando en Kam Zaka, un mañana, camino al colegio, se cruzó con uno de sus antiguos “amigos” de fechorías, un chico mayor que él, que le “ordenó” que le ayudara a “recoger” hierro en la calle para venderlo. JK se negó a seguirle, pero el chico le amenazó, así que no tuvo más remedio… Después de unas horas recogiendo hierro, encontraron en su camino a unos chicos peleándose, lo que hizo que el otro chico se distrajera y JK aprovechó para escaparse corriendo al colegio. JK asegura que estuvo amenazado de muerte por este chico durante mucho tiempo y que tuvo que cambiar de ruta para ir al colegio y evitarle.

Todo chico problemático que haya evitado una situación parecida tiene mucho mérito, pero el de JK es aún mayor. Su evolución le ha llevado a convertirse en un ejemplo a seguir por sus compañeros.

La historia de JK nos llena de esperanza y de energía para seguir. Porque desgraciadamente, no todos son capaces de decir “No quiero seguirte” y algún niño del proyecto se ha quedado por el camino…

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Pegar para educar

Por: fundación amigos de Rimkieta

Estoy de vuelta en Rimkieta después de unas semanas en Barcelona. Vengo renovada, con mucha energía y con el convencimiento de que, después de los acontecimientos que, durante estos dos últimos años han golpeado el país (amenaza de ébola, sublevación popular con dimisión del Presidente, un año con un Gobierno de transición, intento de golpe de Estado, un ataque terrorista, un asalto a un depósito de armas, incendios…), ahora más que nunca, tenemos que seguir en Rimkieta, fieles a nuestra máxima de perseverar más que abarcar. 

Y es que nuestro papel aquí es el de “facilitar” el desarrollo, a largo plazo. No tenemos prisa. Y para ello hay que estar y estar muchos años, intentado hacer lo que hacemos con la perfección posible.

No se trata “sólo” de proporcionar cosas materiales (comida, cuidados médicos, becas escolares, bicicletas, árboles, etc.). También intentamos generar cambio en esta sociedad respetando siempre las tradiciones y la cultura.

Acontecimientos diarios me recuerdan lo que debió de ser la sociedad de la España de los años 30 y todo lo que esta sociedad tiene todavía por andar.

Uno de ellos, es el caso de K. Sadia, una de las niñas del proyecto de “Formación de niñas sin escolarizar”. Es una de esas niñas que no tienen fecha de nacimiento. Saben el año, 2006, pero no el día ni el mes… A Sadia la abandonó su madre a los 4 años y el padre se fue a vivir a Costa de Marfil, quedando a cargo de su abuela, viuda. Al ser una niña de “acogida”, aunque sea en casa de un familiar, Sadia desde pequeña se tuvo que encargar de todas las tareas del hogar, hasta que entró en el proyecto de la FAR. Igual de importante es escolarizar a las niñas del proyecto como llevar a cabo la sensibilización con las familias de acogida para que las liberen de sus obligaciones en casa de modo que puedan estudiar y jugar como corresponde a las niñas de esas edades.

Un día Sadia vino a clase con un corte en la mejilla. Le preguntamos cómo se lo había hecho. Su abuela le había golpeado con el cable del cargador de un móvil… Convocamos a la abuela para que nos diera su versión de los hechos y nos confirmó que efectivamente, así había sido. La causa: Sadia había pedido permiso para ir a jugar con sus amigas, pero la abuela no le había dejado, pues debía quedarse a limpiar la ropa. Se enzarzaron en una discusión y la abuela acabó golpeándola con el cargador. La abuela nos mostró su arrepentimiento y prometió no volver a hacerlo. Pero pegar a los niños, y cuando digo pegar no me refiero a un “cachetillo” si no a pegar de verdad, a humillar, está a la orden del día aquí. No sólo en casa, si no también, y en mayor medida, en los colegios. Cada año tenemos casos de niños y niñas de los proyectos que han querido abandonar el colegio por constantes palizas de los profesores, o que han abandonado sus casas, sobre todo los chicos, por el mismo motivo. La violencia sólo genera miedo en un niño y no puede ser un método de disciplina pues no le ayuda a reflexionar y a saber qué es lo que no ha hecho bien.

Pegar a los niños es tan corriente aquí que una de las profesoras que tuvimos en los inicios del proyecto de niñas sin escolarizar, el primer día de clase trajo entre su material una “chicotte” de caucho (https://fr.wikipedia.org/wiki/Chicotte), a la vista, sin esconderla, con toda la naturalidad, entre los bolis, los libros de texto y las libretas… No sé muy bien por qué… pero aquí la tengo, en un cajón del despacho. Quizás porque cada vez que lo abro, me sirve de recordatorio de la gran distancia que tenemos todavía que recorrer y lo importante que es “permanecer más que abarcar”, porque para enseñarles a pescar no sólo basta con darles la caña, si no que hay que pescar juntos muchos años. Y en ello estamos, gracias a todos los que nos soportáis con vuestra ayuda económica vuestro apoyo espiritual y vuestras muestras de cariño.

*Articulo tomado de: http://www.amigosderimkieta.org/es/blog/pegar-para-educar.html

 

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