Por: Amigos de Rimkieta
Perder el oído por causa de una infección a los 14 años de edad no debe ser fácil en ninguna parte del mundo, pero en Rimkieta menos fácil aún si cabe. El caso de Ismael, que ha recuperado el oído a los 23 años… ¡es una de mis dosis de energía para perseverar!
Yo siempre digo que Burkina me “roba” la energía a diario. La mayoría de los días es gota a gota, así, como sin darme cuenta, hasta dejarme vacía, por contradicciones y dilemas con los que me voy tropezando. Otros días el robo es instantáneo, como de un hachazo, por causa de algunas grandes dificultades con la que desgraciadamente tengo que lidiar de vez en cuando.
Pero cada día, cada uno de los días, me devuelve la energía robada y por duplicado: el sonido de los 300 niños de la maternelle que llega a mi despacho; el saludo de las niñas del proyecto de formación de “niñas sin escolarizar”, por no llamarlas “Cenicientas” que es lo que de verdad son…, que llegan a medio día, con su enorme sonrisa, y su “bonjour tanti” antes de entrar en clase; y por supuesto, casos como el de Ismael, el segundo beneficiarlo del proyecto de becas universitarias de la FAR.
Ismael perdió el oído a los 14 años, seguramente por una meningitis, pero supo afrontar las dificultades y obtuvo una de las mejores notas de selectividad de los más de 400 alumnos becados por la FAR del año pasado; eso en una escuela donde lógicamente no hay programas inclusivos para alumnos sordos, o sea sin poder escuchar al profesor y copiando los apuntes de sus compañeros.
Y no contento con eso, vino en agosto pasado a solicitar una beca universitaria para estudiar “Gestión y Finanzas”. Quiere especializarse en la búsqueda de fondos para desarrollar la salud de su país y sobre todo, “…encontrar los mecanismos necesarios para controlar y hacer el seguimiento de los mismos para su correcta utilización…” (de su justificación para la solicitud de la beca…)
Ismael merecía una beca más que ningún otro candidato; pero decidimos que, antes de empezar sus estudios en la universidad, habíamos de ayudarle, en la medida en que fuera posible, con su sordera para un mejor aprovechamiento de sus estudios y para facilitarle su empleo profesional al final de los mismos.
Los resultados de la audiometría dieron favorables para la colocación de audífonos y gracias a Emsimisión, Ismael ha vuelto a oír. Difícil describir la expresión de su cara, mezcla de nerviosismo y emoción, cuando le colocaron por primera vez los audífonos. Ismael ha comenzado unas sesiones de logopedia para acostumbrarse a oír de nuevo y ayudarle a mejorar el habla, muy perdida con tantos años de sordera profunda.
¡Y las buenas noticias no acaban aquí! La Fundación “Pro Cultura Literaria”, a través de la FAR, ha decidido becar los estudios universitarios y las sesiones de logopedia de Ismael, que está ansioso por comenzar en octubre próximo. Hasta entonces Ismael hará un curso de informática para tener una cierta formación en este campo antes de empezar la universidad.
La expresión de la cara de Ismael el día que volvió a oír no fue doble sino triple de energía para mí. Doy gracias a Dios por este puesto de privilegio que ocupo en la sociedad, al barrio de Rimkieta por darme estos momentos de felicidad y a Emsimisión y a la Fundación Pro Cultura Literaria por ayudarnos a ayudar a Ismael. ¡Muchas, muchas gracias!