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Boystown, Chicago 2016

Por Ilka Oliva Corado

La única bandera que tengo en la esquina de mi escritorio es la del arcoíris y es meramente por la  fascinación por los colores encendidos. Pero políticamente también la única bandera que he tomado como propia es la de la diversidad porque para mí encierra todas las luchas. Podemos hablar de cualquier cosa pero si esto no va de la mano de la diversidad no tiene consistencia. La diversidad es la médula.

Tomar esa bandera ha alejado a prácticamente  a todos los que yo  creía mis afectos, no solo eso también he recibido infinidad de insultos, con gestos y verbales. Casi nada comparado con las atrocidades que viven otras personas que deciden vivir y amar en libertad, pero son insultos al fin y deben ser rechazados y cuestionados porque así comienza el hilar de violencia que termina en crímenes de odio.

Tomar esa bandera me ha convertido en un apestada y por eso la tomé, para echar sal sobre la herida de los homofóbicos. Porque no es ingenuidad ni ignorancia, es odio vivo, encendido.

Al tomar esa bandera sabía que iba hacia un camino sin retorno, que sería etiquetada de por vida, que vendrían insultos y probablemente hasta golpes o también que me iba la vida en juego, que me quedaría sola porque mucha gente se iría de mi lado. Todo eso lo sabía y con más fuerza la tomé y la alcé. No por mí, porque yo no lo necesito, a mí no  me  define ni me identifica ninguna bandera. Lo hice porque allá afuera sigue muriendo gente, siguen violando, golpeando, insultando en ese odio y con  ese temor a quien tiene la entereza de atreverse a vivir.

Porque aún hay gente sin voz, que no sabe que la tiene, que está tan  oprimida que no la conoce. Oprimida por las religiones, estereotipos, por el patriarcado y misoginia con que fomentan el odio en los patrones de crianza y bajo la doble moral de una sociedad hipócrita. Tomé esa bandera para convertirla en eco. Para que los colores de la diversidad retumben como cascadas en montaña.

Y me quedé sola por eso, pero en esta soledad la sigo alzando, y sigo gritando con todas las fuerzas de mi ser que:  ¡qué el amor nos haga libres! Porque solo el amor tiene la fuerza  y la grandeza para emancipar.

Y cabe decir que tomando esa bandera he creado adrede  un muro impenetrable,  que solo permite que se acerquen a mi vida las personas realmente humanas, y a ellas las recibo con los brazos abiertos.

Ayer asistí a la fiesta de cuadra que organiza la comunidad LGBTI de Chicago, como parte de las actividades del mes del Orgullo. Esta fiesta y el desfile del Orgullo los espero con ansias cada año, son eventos que no me pierdo por nada del mundo. Voy a divertirme, a pasármela bien y a hacer acto de presencia. Porque creo que la responsabilidad de hacerse visible es un primer paso para crear cambios consistentes en este mundo. Porque el activismo se puede realizar desde distintas modalidades y entre ellas las artes y las redes sociales, pero ninguna de estas jamás tendrá el poder que tiene el que nos hagamos visibles en las calles.

No fui en plan de realizar ningún fotorreportaje, pero llevé mi cámara conmigo (como siempre). Les dejo aquí el enlace a mi blog de fotografía donde las pueden ver y también mi cuenta de instagram donde publiqué fotografías y videos.

Enlace a las fotografías: aquí. 

Enlace a instagram: aquí. 

Blog de la autora:  https://cronicasdeunainquilina.com/2016/06/19/boystown-chicago-2016/

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com

19 de junio de 2016, Estados Unidos.

Imagen tomada del album de la autora en flickr.

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El orgullo de nuestra  comunidad LGBTI  

Ilka Oliva Corado

Hace unos días hice limpia en mis redes sociales. A raíz de un comentario en apoyo a la comunidad LGBTI   salieron a relucir seguidores homofóbicos que no expresaron argumentos (¿qué argumento sería válido para justificar el odio a la diferencia y a la libertad?) sino que me cayeron encima con infinidad de insultos.  Que me decían que me quemaría en el infierno, que era una sucia, cocha, pervertida sexual.  Yo la tuve fácil porque solucioné el problema eliminando y bloqueando gente.

 Pero la vida real no está en las redes sociales, ¿qué sucede con las agresiones verbales y físicas que sufrimos quienes somos parte de la comunidad LGBTI? ¿Qué sucede con la invisibilidad del sistema que nos niega los derechos que legítimamente nos corresponden? ¿Con los crímenes de odio? ¿Con la exclusión tanto en centros educativos como en los centros de trabajo? ¿Con la discriminación que está en las acciones más simples; como una mirada, un gesto?

Nos critican por nuestro colorido al celebrar el Orgullo, realmente la gente común cree que se trata  de una especie de bacanal en el que se incluye todo tipo de drogas y variedad de orgías. Esta es la perspectiva de quienes ven a la comunidad LGBTI como la perversión de la raza humana.

Pero el mes del Orgullo no es más que la conmemoración de eventos trágicos que sufrió la comunidad LGBTI en décadas pasadas (en ese tiempo LGBT). Los disturbios de Stonewall (28 de junio de 1969), en el barrio neoyorquino de Greenwich Village,  cuando la policía realizó redadas contra los manifestantes de la comunidad LGBTI que por primera vez exigían sus derechos en público y un alto la persecución policial que el gobierno ordenaba contra homosexuales.

Por tratarse de Estados Unidos y un barrio neoyorquino esta noticia le dio la vuelta al mundo e hizo visible lo invisible hasta entonces. ¡Y aquí estamos, como hemos estado desde el inicio de los tiempos y somos legión! Eso es el desfile del Orgullo, una celebración, nuestro pronunciamiento, nuestro manifiesto como comunidad.

Es una acción política en la que exigimos igualdad social, respeto a nuestros derechos, un alto a la homofobia y a los crímenes de odio. En donde nombramos a los mártires, en donde agradecemos a los ancestros por sus luchas que han abierto nuestro camino. En donde reafirmamos nuestra lucha para abrir caminos a las siguientes generaciones.

Nuevamente 47 años después en Estados Unidos, la comunidad LGBTI sufre una embestida como la de Stonewall, en esta ocasión en un bar gay de Orlando, Florida, en la que un homofóbico abrió fuego matando a 50 personas e hiriendo a docenas. Por tratarse de Estados Unidos la noticia le ha dado al vuelta el mundo, y en consecuencia visibilizando a la comunidad LGBTI del mundo entero.

A cumplirse un año de la Ley del Matrimonio Igualitario y un aniversario más del Mes del Orgullo Gay. Esto enluta los corazones de la comunidad LGBTI, pero nos debería enlutar a todos, como cualquier otra masacre que se realiza por cualquier razón en cualquier lugar del mundo.  Esto debería colocar al gabinete presidencial en una situación de emergencia y realizar enmiendas a la Ley de Armas, no es posible que cualquier  persona pueda comprar un arma como si de un chicle se tratara.

Pero también en consecuencia llega hasta nuestros países, de sociedades con mentes patriarcales, misóginas y machistas. Y nos coloca frente al espejo y nos cuestiona, nos escupe en el rostro, ¿de qué estamos hechos los seres humanos? ¿En dónde está nuestra integridad, nuestra sensibilidad, el respeto que tanto profesamos y exigimos? ¿En dónde está lo que nos hace humanos? ¿En dónde está esa conciencia, ese ideal político que habla de derechos humanos para todos por igual? ¿Cuándo vamos a cambiar el sistema patriarcal que tanto daño nos hace a todos? ¿Cuándo vamos a condenar la homofobia y los crímenes de odio?  ¿Cuándo vamos a dejar de discriminar y atacar a quien es diferente y ha tenido los arrestos para atreverse a vivir en libertad?

Este texto no busca adentrarse en fundamentalismos ni análisis de ningún tipo, ya he escrito al respecto y seguiré escribiendo siempre, hoy este texto es para enviar un abrazo a la comunidad LGBTI del mundo entero, en nuestro mes, el mes del Orgullo.  Y para recordarles a los homofóbicos que discriminan y atacan y asesinan en crímenes de odio, que aquí estamos y que no nos vamos a ir a ningún lugar, ¡porque somos legión y tenemos el mismo derecho! Y que vendrán crías, millones de crías más, y que nos seguimos reproduciendo con la belleza de los jardines de multicolores, con el encanto del arcoíris, con la fecundidad que da el amor.

Y que seguiremos transformando este mundo, para volverlo más humano, más diverso, más fecundo, así se nos vaya la vida en ello.

Porque eso somos los LGBTI amor, amor puro y el amor no distingue de razas, credos, colores, géneros. El amor es del alma, el alma es esencia y los LGBTI hemos demostrado a través de los tiempos de qué estamos hechos. No será ahora que nos van a silenciar y exterminar. Somos como los girasoles: ¡seguimos viendo de frente al sol! Ése es nuestro Orgullo, ¡nuestra resistencia! Y sí, también aunque no les guste, ¡nuestra belleza singular!

En el mes del Orgullo y siempre, ¡somos legión!

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/06/12/el-orgullo-de-nuestra-comunidad-lgbti/

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunaunainquilina.com

12 de junio de 2016, Estados Unidos.

Imagen de uso libre tomada de: http://orig08.deviantart.net/b568/f/2012/137/5/e/lgbt__banner_by_irina1492-d5040si.png

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Masacre de Orlando: El orgullo de nuestra comunidad LGBTI

Por: Ilka Oliva Corado

 Hace unos días hice limpia en mis redes sociales. A raíz de un comentario en apoyo a la comunidad LGBTI salieron a relucir seguidores homofóbicos que no expresaron argumentos (¿qué argumento sería válido para justificar el odio a la diferencia y a la libertad?) sino que me cayeron encima con infinidad de insultos. Que me decían que me quemaría en el infierno, que era una sucia, cocha, pervertida sexual. Yo la tuve fácil porque solucioné el problema eliminando y bloqueando gente.

Pero la vida real no está en las redes sociales, ¿qué sucede con las agresiones verbales y físicas que sufrimos quienes somos parte de la comunidad LGBTI? ¿Qué sucede con la invisibilidad del sistema que nos niega los derechos que legítimamente nos corresponden? ¿Con los crímenes de odio? ¿Con la exclusión tanto en centros educativos como en los centros de trabajo? ¿Con la discriminación que está en las acciones más simples; como una mirada, un gesto?

Nos critican por nuestro colorido al celebrar el Orgullo, realmente la gente común cree que se trata de una especie de bacanal en el que se incluye todo tipo de drogas y variedad de orgías. Esta es la perspectiva de quienes ven a la comunidad LGBTI como la perversión de la raza humana.

Pero el mes del Orgullo no es más que la conmemoración de eventos trágicos que sufrió la comunidad LGBTI en décadas pasadas (en ese tiempo LGBT). Los disturbios de Stonewall (28 de junio de 1969), en el barrio neoyorquino de Greenwich Village, cuando la policía realizó redadas contra los manifestantes de la comunidad LGBTI que por primera vez exigían sus derechos en público y un alto la persecución policial que el gobierno ordenaba contra homosexuales.

Por tratarse de Estados Unidos y un barrio neoyorquino esta noticia le dio la vuelta al mundo e hizo visible lo invisible hasta entonces. ¡Y aquí estamos, como hemos estado desde el inicio de los tiempos y somos legión! Eso es el desfile del Orgullo, una celebración, nuestro pronunciamiento, nuestro manifiesto como comunidad.

Es una acción política en la que exigimos igualdad social, respeto a nuestros derechos, un alto a la homofobia y a los crímenes de odio. En donde nombramos a los mártires, en donde agradecemos a los ancestros por sus luchas que han abierto nuestro camino. En donde reafirmamos nuestra lucha para abrir caminos a las siguientes generaciones.

Nuevamente 47 años después en Estados Unidos, la comunidad LGBTI sufre una embestida como la de Stonewall, en esta ocasión en un bar gay de Orlando, Florida, en la que un homofóbico abrió fuego matando a 50 personas e hiriendo a docenas. Por tratarse de Estados Unidos la noticia le ha dado al vuelta el mundo, y en consecuencia visibilizando a la comunidad LGBTI del mundo entero.

A cumplirse un año de la Ley del Matrimonio Igualitario y un aniversario más del Mes del Orgullo Gay. Esto enluta los corazones de la comunidad LGBTI, pero nos debería enlutar a todos, como cualquier otra masacre que se realiza por cualquier razón en cualquier lugar del mundo. Esto debería colocar al gabinete presidencial en una situación de emergencia y realizar enmiendas a la Ley de Armas, no es posible que cualquier persona pueda comprar un arma como si de un chicle se tratara.

Pero también en consecuencia llega hasta nuestros países, de sociedades con mentes patriarcales, misóginas y machistas. Y nos coloca frente al espejo y nos cuestiona, nos escupe en el rostro, ¿de qué estamos hechos los seres humanos? ¿En dónde está nuestra integridad, nuestra sensibilidad, el respeto que tanto profesamos y exigimos? ¿En dónde está lo que nos hace humanos? ¿En dónde está esa conciencia, ese ideal político que habla de derechos humanos para todos por igual? ¿Cuándo vamos a cambiar el sistema patriarcal que tanto daño nos hace a todos? ¿Cuándo vamos a condenar la homofobia y los crímenes de odio? ¿Cuándo vamos a dejar de discriminar y atacar a quien es diferente y ha tenido los arrestos para atreverse a vivir en libertad?

Este texto no busca adentrarse en fundamentalismos ni análisis de ningún tipo, ya he escrito al respecto y seguiré escribiendo siempre, hoy este texto es para enviar un abrazo a la comunidad LGBTI del mundo entero, en nuestro mes, el mes del Orgullo. Y para recordarles a los homofóbicos que discriminan y atacan y asesinan en crímenes de odio, que aquí estamos y que no nos vamos a ir a ningún lugar, ¡porque somos legión y tenemos el mismo derecho! Y que vendrán crías, millones de crías más, y que nos seguimos reproduciendo con la belleza de los jardines de multicolores, con el encanto del arcoíris, con la fecundidad que da el amor.
Y que seguiremos transformando este mundo, para volverlo más humano, más diverso, más fecundo, así se nos vaya la vida en ello.

Porque eso somos los LGBTI amor, amor puro y el amor no distingue de razas, credos, colores, géneros. El amor es del alma, el alma es esencia y los LGBTI hemos demostrado a través de los tiempos de qué estamos hechos. No será ahora que nos van a silenciar y exterminar. Somos como los girasoles: ¡seguimos viendo de frente al sol! Ése es nuestro Orgullo, ¡nuestra resistencia! Y sí, también aunque no les guste, ¡nuestra belleza singular!

En el mes del Orgullo y siempre, ¡somos legión!

Tomado de: http://www.mdzol.com/opinion/677591-masacre-de-orlando-el-orgullo-de-nuestra-comunidad-lgbti/

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Hillary Clinton, injerencista en América Latina

Ilka Oliva Corado

Es ahora que Hillary Clinton está viendo los frutos de la decisión de no haberse divorciado cuando su esposo cometió la bajeza a la que los medios y el patriarcado han calificado de “una canita al aire”. Mismos medios y mismo patriarcado que lapidaron a la joven involucrada y la re victimizaron; cuando el casado, cuando el que tenía una familia, cuando el que prometió fidelidad y que falló fue él. “Es el presidente de Estados Unidos, lo tiene permitido,” con esto se lavaron las manos.

Hillary Clinton con esta decisión de doble moral y por demás sumisa ante el patriarcado envió un mensaje equivocado a las mujeres jóvenes, siendo ella una figura pública y que aduce ser feminista. Sin necesidad de ser feminista, ninguna mujer que se respete así misma tolera una falta de respeto y una humillación de semejante magnitud. Lo personal es político. No hago este comentario como juez, porque no me incumbe la vida privada de nadie, no es mi afán juzgar, pero la palabra se respeta y si alguien va a argumentar que es feminista lo tiene que demostrar con hechos.

Clinton se presenta en las redes sociales como: esposa, mamá y abuela. En ese orden, demostrando con esto su rol afín al patriarcado. ¿Qué feminista puede ser Clinton? ¿Qué tipo de feminista puede dar su voto por una mujer que le falta el respeto a tantas ancestras que dieron su vida en defensa de los derechos de las mujeres? Aunque claro está, existe la modalidad de feminista anglo, que defiende los derechos solo de la mujer blanca caucásica y guarda silencio y solapa cuando una mujer de otra etnia sufre la opresión del patriarcado, del machismo y la misoginia. Un ejemplo muy claro: el abuso que sufre la comunidad afro descendiente en Estados Unidos, la latinoamericana y la musulmana.

Partiendo desde ahí, el contexto de feminismo que maneja Clinton es burgués por donde quiera que se le vea. Burgués afín al patriarcado. No soy feminista, pero tampoco consiento el descaro y mucho menos cuando esto es para oprimir a otras mujeres. El papel injerecista que juega Clinton en América Latina (y en el mundo) no es el de una feminista que respeta los derechos humanos. Ninguna feminista entera aprobaría guerras, injerencias e invasiones a otros pueblos. Ninguna feminista llamaría “daños colaterales” a los niñas, adolescentes y mujeres violadas por militares invasores. Ninguna feminista toleraría centros de tortura como Guantánamo. Hillary Clinton los defiende.

Jugar el rol de una esposa condescendiente que perdona las infidelidades de su esposo le ha permitido estar en donde está, y aumentará su poder cuando sea nombraba en unos meses la primera mujer presidenta de Estados Unidos. Por supuesto, siguiendo la norma establecida milenariamente: primero tenía que ser un hombre negro, afín al capitalismo, vergüenza de su etnia; y segundo una mujer blanca caucásica, afín al capitalismo y vergüenza de su género. Ambos inhumanos, injerencistas y peones del capital empresarial.

¿Qué ser humano que es consciente, honrado e íntegro solapa y conduce injerencias en otros países y permite la opresión en el propio? ¿Por qué no se ha manifestado contra el golpe a Dilma en Brasil así como denuncia la “dictadura” de Maduro en Venezuela? Digo, por aquello de que es feminista.

No, si no se es mujer porque se nace con vagina y útero. La mujer es una construcción y no hay que leer tomos de libros para comprenderlo, es sentido común, instinto. Hillary Clinton por ende es un prototipo del capital estadounidense que utiliza su género para su conveniencia personal y lo pone a disposición del sector empresarial mundial y de las élites injerencistas. Y lo que es peor, manipula las mentes de las mujeres que en afán de equidad creen que lo de ella es feminismo.

Hillary Clinton habla de Cuba y no autorizará el desbloqueo, lo mismo que habla de Venezuela y atiza la invasión militar, lo mismo que apoya (y como presidenta autorizará) las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados latinoamericanos. Lo mismo que tuvo que ver en el golpe a Zelaya en Honduras. Durante su mandato será Honduras el país base donde maniobrarán cualquier manipulación y ataque injerencista al continente. Así se perfila y lo podemos ver sin necesidad de doble filtro.

La destitución de Zelaya no fue por ahínco de la oligarquía interna solamente. El Plan Frontera Sur y Maya-Chortí no fue por el puro afán de agredir y asesinar migrantes en tránsito; el objetivo principal fue militarizar desde México hasta Honduras. El Plan de la Alianza para la Prosperidad no es una donación humanitaria de Estados Unidos hacia el Triángulo Norte de Centroamérica. El neoliberalismo establecido en la región da paso al avance de la injerencia estadounidense en diferente plano.  Perú con Keiko Fujimori era la opción B para país base, por lo menos ahí Clinton no tiene la mesa servida como imaginó, los resultados de las elecciones dan un respiro, no tan prolongado pero respiro al fin.

Wall Street ha logrado lo que se propuso al comienzo de la carrera por la presidencia: movilizar a las masas hacia Hillary Clinton. Para ello crearon un arquetipo de contrincante que despertara el odio racial que siempre ha existido en el país, que despotricara cuanta palabrería pudiera en contra de etnias, continentes y países. La mediatización le dio realce a cada actuación y acentuó cada oratoria previamente planificada para que Trump fuera el antagonista odiado. A Sanders que representa un giro de 160 grados para el país lo dejaron en las sombras, sin micrófono y sin tribuna. Porque nos guste o no, a este mundo al revés no lo mueven las masas, lo mueve la mediatización y el poder del capital de las élites.

Con esa misma intromisión de los medios de comunicación han comenzado a celebrar a lo grande la ya muy clara presidencia de Hillary Clinton. Portadas de revistas la festejan, la idolatran y la colocan como semidiosa de la política en este país de amnesia colosal, de xenofobia y odio racial. Se estrenan documentales, se publican ensayos a granel, antologías y series fotográficas que cuentan su vida.

En efecto Hillary Clinton será la primera presidenta de Estados Unidos, eso no garantiza un cambio en materia de derechos humanos en la política interna, derechos laborales para mujeres sin importar etnia, o estatus migratorio. No garantiza absolutamente nada, más que se arrecie toda opresión establecida. Pero no solo eso; será también la primera mujer anglo, caucásica que desde la antípoda del feminismo marque una nueva era en la injerencia estadounidense no solo en Latinoamérica, sino en el mundo entero.

Tal parece que el objetivo principal de Hillary Clinton es el de superar la huella aciaga que dejó Margaret Tatcher en el mundo.

Fuente del articulo: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/06/08/hillary-clinton-injerencista-en-america-latina/

Fuente de la imagen: http://www.slate.com/content/dam/slate/articles/news_and_politics/politics/2015/11/151114-democratic-debate/151114-debate-cbs-clinton6.jpg.CROP.promo-xlarge2.jpg

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La cultura de la violencia de género

Ilka Oliva Corado

Existe,  lo vemos todos los días, está enraizada en los patrones de crianza, en el sistema patriarcal, en los factores socioculturales: la violencia contra las mujeres es real y también se acepta algo  como natural en  nuestra sociedad misógina y machista. Para la violencia de género no existen fronteras territoriales ni distinción de clase social, color, credo y grado de escolaridad. Es imperceptible debido a que es  solapada.

Una violencia que se ejerce a todo nivel,  que es ilimitada y que no sorprende. Que no  asombra, no indigna, no encoleriza. La cultura de la violencia de género tiene sus cuñas en los estereotipos, en las religiones creadas para oprimirla, en una educación patriarcal, en un sistema que  invisibiliza a la mujer como ser humano y la denigra constantemente: que la abusa en sus derechos y la excluye de la justicia.

Esa cultura que va desde la negación a  los derechos laborales, a la igualdad social, al aborto. A la educación, salud, progreso.  Que a la víctima la re victimiza, que al victimario lo aplaude por macho alfa. Normas establecidas que tienen que ver con la doble moral, hipocresía,  miedo y el vivir de apariencias. Razones por las cuales no se denuncian los abusos emocionales, físicos, sexuales y en consecuencia los  feminicidios.

Y cuando una víctima se atreve a denunciar resulta siendo juzgada por la sociedad que la acusa de culpable. Ni qué decir de un sistema de justicia que la sentencia y deshonra acusándola de mentirosa, dejando libre al agresor. Mismo agresor que en venganza va y la asesina en los terribles e innumerables feminicidios que a ninguna sociedad importan.

La cultura de la violación sexual, también naturalizada que como toda respuesta nos dice: es mujer. Es mujer no pasa nada, es tan solo una mujer: un objeto, un rastrojo, una esclava.  Esa cultura que va desde la asignación de roles, colores. Que nos dice cómo debemos pensar,  cómo comportarnos, qué sí y qué no hacer conforme a nuestro género. Y que si nos salimos de la norma entonces lo que nos suceda es completamente nuestra culpa. Aún viviendo bajo los parámetros marcados por el patriarcado también nos acusa y nos culpa. A nivel mundial la existencia de leyes que esclavizan a la mujer.

La cultura de la violencia de género que nos dice que las mujeres somos el sexo débil, que no podemos practicar deportes asignados para hombres, que no podemos ejercer profesiones  u oficios que milenariamente han sido asignados a hombres. Que nos dice que nuestro rol en la vida es el de ser madres, limpiar la casa y cuidar de nuestros hijos. Satisfacer sexualmente a nuestros hombres. Vivir para ellos.  ¡Y pobre de la que decida salir de la norma y amar a otra mujer! Porque se le denigra, se le golpea, se le viola y asesina. Y peor aún: era tan solo una lesbiana que no llegaba siquiera a ser mujer. Caso cerrado desde que entra el cuerpo a la morgue.

Esa violencia que está en la escuela, en la televisión, en la radio, en el arte, en todo. En todo lo que nos rodea.

La forma en que los noticieros manejan la información en casos de violencia de género: con sesgo, estereotipos y patriarcado. Mujeres que a conveniencia personal apoyan el patriarcado, decidiendo con esto vivir en la sumisión de por vida y en las sombras.

Esa cultura que nos niega la realización personal y a vivir en nuestro propio albedrío.

Hay mucho qué decir de la cultura de la violencia de género desde cualquier plataforma, y sus razones y sus consecuencias y a quiénes beneficia. ¿Qué es lo que no nos permite reaccionar ante esta atrocidad? ¿Qué es lo que no nos permite denigrarnos y despertar en masa cada vez que se viola a una niña, adolescente o mujer? ¿Cuando se le golpea y asesina? ¿Qué es lo que no nos permite crear la cultura de la prevención? ¿La reestructuración de la sociedad y de los patrones? ¿Qué es lo que no nos permite respetarnos? ¿Valorarnos como seres humanos iguales en derechos?

¿Qué tan profunda es nuestra indiferencia que no nos duele y  no nos enfurece cada vez que sabemos de un feminicidio? ¿De una mujer agredida? ¿De una injusticia en los derechos laborales? ¿De un Estado que no invierte en políticas de desarrollo para la mujer? ¿Cuándo dejaremos de vivir con estereotipos, con religiones misóginas y opresoras?  ¿Cuándo vamos a cambiar normas patriarcales para criar niños sanos que no violenten en ninguna de las etapas de su vida?

 ¿Cuándo vamos a vernos con la certeza de ser tan solo una partícula en la inmensidad del tiempo? ¿Y que tan fugaz es nuestro paso por la tierra que vamos a poner todo nuestro empeño en que la equidad y el derecho a ser y a vivir en el libre albedrío no se castiguen?  ¿Cuándo tendremos la entereza para cambiar la cultura de la violencia de género por la  del respeto?

Son tantas las maneras, los arquetipos en que todos ejercemos la violencia de género que muchas veces no nos damos cuenta que lo estamos haciendo, porque es algo que está ahí de planta,  tan naturalizado como el aire que respiramos, como el pulso cardiaco, el parpadear.  Pero la violencia de género es  algo aprendido por lo tanto se puede cambiar.  Por supuesto que tenemos la capacidad para  eliminar el patriarcado, el machismo, la misoginia y la indiferencia. La pregunta es: ¿cuándo lo haremos?

Fuente del articulohttps://cronicasdeunainquilina.com/2016/06/02/la-cultura-de-la-violencia-de-genero/

Fuente de la imagen: http://tribunainterpretativa.com/wp-content/uploads/2013/11/violencia-de-g%C3%A9nero_elefectogalateacom.jpg

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Venezuela y el poder del capital internacional

Por Ilka Oliva Corado

27 de mayo de 2016. /Estados Unidos.

Rafael Correa fue claro al exponer en la IV cumbre de mandatarios de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) proponiendo reemplazar a la Organización de Estados Americanos (OEA) y que sea la  CELAC la que  tome su lugar.  Una propuesta atinadísima. Recordemos que la CELAC es un organismo que fue creado  en el 2011 por  iniciativa de Hugo Chávez, mismo que sugirió el reemplazo de la OEA por una entidad con los mismos miembros pero sin Estados Unidos.

Las razones son obvias: Latinoamérica no es el patio trasero de Estados Unidos y mucho menos su estercolero,  tiene la capacidad para formar un ente con su propio modelo de desarrollo, lejos de injerencias que llamen a golpes de Estado e invasiones militares por parte del capital internacional. El trabajo de la OEA es desestabilizar gobiernos progresistas en Latinoamérica, manipular y darle continuidad a la agenda injerencista que tiene Estados Unidos en cada país. No tiene nada que ver con la democracia, es en absoluto un ente conspirador.

Tiene su historial galán en injerencias pero se lleva el trofeo por su insistencia con Venezuela, la derecha latinoamericana no quita el dedo del renglón, quiere ver al país sumido en la pobreza y convertido en lastre: quiere que vuelva al pasado. No hay razón alguna para activar  la Carta Democrática en el país, lo que sí hay es una guerra económica y un terrorismo mediático propulsado por el capital internacional contra Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana: pulmón de Latinoamérica.

Con invitación de la derecha venezolana llegó Albert Rivera  de visita a Venezuela, líder de Ciudadanos, fiel prototipo de la derecha española: llegó con sus once ovejas a hablar de derechos humanos y exigiendo la liberación de asesinos intelectuales como Leopoldo López. ¿Con qué moral habla Albert Rivera de derechos humanos, estando vigente la Ley Mordaza en su país que niega la libertad de expresión a los españoles? Y encima pide libertad para un asesino y conspirador que debería estar pagando  cadena perpetua por el dolor que causó a tantas familias y por traición a la patria. ¿Acaso este español cree que Venezuela sigue siendo un país esclavo? El genocidio español en Latinoamérica ya no tiene cabida.

¿Por qué no fue a Guatemala, Colombia, Honduras o México a hablar de derechos humanos? ¿A Perú, Paraguay y Argentina? ¿Por qué precisamente a Venezuela y ahora? ¿Por qué no fue a Brasil a denunciar el golpe de Estado contra Dilma? Digo, porque si de opresión de gobiernos hablamos en Latinoamérica hay un ramillete  de trúhanes…  Venezuela vive un ataque constante, mediático y económico y hay que tener la cabeza fría para no dejarse llevar por la manipulación de los medios.

Es el capital internacional contra Venezuela. Ni siquiera es la derecha  latinoamericana, (Uribe y retahíla) en consorcio con  Estados Unidos, es el capital internacional. Es todo un imperio, el monopolio contra el modelo de la Revolución Chavista. Es la oligarquía mundial contra un pueblo en desarrollo, y buscará todos los medios para hundirlo. La guerra económica se explica por sí misma: de ella se dividen la ola de asesinatos, las manifestaciones injerencistas, los saqueos,  el intento de activar con urgencia  la Carta Democrática. El periodismo  mundial al servicio de la manipulación.

La única razón por la que sigue vigente el Decreto  que firmó Obama contra Venezuela hace dos años, es prepararle el camino a Hillary Clinton para que ordene una invasión militar. Por eso las declaraciones de Joe Biden en las que acusó al gobierno de Maduro de violar los derechos humanos intimidando y silenciando a los opositores. Y pidió la liberación inmediata de Leopoldo López y Ledezma. En las que se refirió a la escasez de alimentos, agua y medicina y a la violencia desatada que incluye homicidios.

¿Qué es lo que tiene que decirle Biden a los familiares de las víctimas de las guarimbas propiciadas por Leopoldo López, la derecha internacional y Estados Unidos? ¿Qué es lo que tiene que decir de quien orquestó un golpe de Estado contra Maduro? ¿Qué haría Biden si Ledezma llega a su país a propiciar un golpe de Estado contra Obama? ¿Si Leopoldo López organiza una revuelta contra el gobierno estadounidense en territorio estadounidense y esto deje como saldo varias personas asesinadas? De buena gente Maduro los tiene nada más encarcelados, porque respeta los derechos humanos, Estados Unidos después de pasarlos por Guantánamo ya los hubiera asesinado, y los hubiera presentado al mundo como terroristas.

¿Qué habla Biden de derechos humanos si en su país la policía asesina afro descendientes todos los días en crímenes de odio racial?¿Si su gobierno  sigue aplicando La Ley de Ajuste Cubano  para desestabilizar Cuba?¿Si no quita el bloqueo a Cuba? ¿Si sigue deportando miles de indocumentados latinoamericanos y ha creado el Plan Frontera Sur y Maya Chortí, entre México y Honduras para violentar –asesinar y desaparecer- migrantes en tránsito desde la militarización de la región? Para  seguir desangrando México con el genocidio. Disfrazado todo esto de una guerra contra el narcotráfico.  Que se ocupe de la política interna de su país y deje de meter las narices en Venezuela.

Ningún gobierno de corte neoliberal y capitalista tiene autoridad moral para hablar de derechos humanos y mucho menos para propiciar injerencias en tierras que buscan su propio desarrollo desde la emancipación.

Venezuela no vive bajo ninguna dictadura, Maduro no es un dictador. Aquí la historia nos la están contando al revés, es precisamente por  el desarrollo que trajo a Venezuela la Revolución Chavista que el capital internacional quiere  fulminarla y dejar al país en la miseria, para que el oro y el petróleo regrese a manos de empresas transnacionales y de la oligarquía mundial. Para implementar de nuevo un sistema opresor y extractivo. Para que vuelva la represión a la libertad de expresión y desaparezcan líderes políticos y comunitarios. Para propiciar de golpe un  retroceso de décadas en el país para que no tenga cómo desarrollarse ni pelear por sus derechos.

No es por gusto que Macri ha autorizado una base militar estadounidense en Argentina, que Perú pidiera  la instalación de una base del FBI en su territorio. De ganar Keiko Fujimori  la presidencia de Perú se afianzaría más el neoliberalismo en la región que para nada es un libre mercado, como nos lo quieren hacer ver. Abriría el espacio para más bases militares en la región y cercaría a Venezuela. Lo mismo en Brasil si ese golpe contra Dilma la sacara por completo de la presidencia  y asumiera un gobierno de corte  neoliberal hasta nuevas elecciones.

Lo  más triste de todo esto es que los más perjudicados serán los  que siempre fueron golpeados por el sistema de oligarquías y castas. Ese odio burgués, clase mediero y apático de toda la vida que no quiere que el que nunca ha tenido nada recupere su dignidad con un gobierno que los visibiliza y ofrece recursos para un desarrollo integral: un plato de comida, un salario justo, sistema de salud, sistema de educación. Un gobierno que invierte en infraestructura, cultura y deporte. Son logros de la Revolución Chavista que están ahí, pero que la mediatización se ensaña en ocultar. Y son logros que están siendo atacados desde la raíz  por la derecha internacional y por la imparable e incansable guerra económica. Las cosas por su nombre. El gobierno de Maduro no es perfecto, hay muchas cosas cuestionables y que se pueden mejorar, pero no es dictador.

No seamos ajenos, no pretendamos no ver, no darnos cuenta de la lucha de ese pueblo venezolano por continuar por la senda de la liberación, porque le ha demostrado  a Latinoamérica y al mundo que la Revolución Chavista es la sangre hirviente de los que otrora fueron mancillados. No seamos ingratos solapando con nuestro silencio, con nuestra indiferencia y con nuestra doble moral. Que lo que le pase al otro también nos duele en carne viva y nos mueva a involucrarnos, a cuestionar y a  la acción: movilización.

Porque aunque no lo sopamos aún o no lo queramos aceptar, si cae Venezuela caemos todos. No van por Maduro, van por los logros de la Revolución Chavista. No van por Venezuela, van por la Patria Grande. Que el poder del capital internacional sepa que si tocan a Venezuela nos tocan a todos: debería ser nuestra consigna contra el neoliberalismo en el continente, y cuidarnos unos a otros como hermanos que somos.  No olvidemos que la Venezuela Chavista siempre ha sacado la cara por nosotros.

“El yankee teme, que tú te levantes, América Latina obrera,  no sé, ¿por qué no lo haces? El yankee teme, a la revolución, el yankee teme, al grito ¡Yankee go home! ¡Yankee go home!” –América Latina obrera. Alí Primera. 

Blog de la autora:  https://cronicasdeunainquilina.com/2016/05/27/venezuela-y-el-poder-del-capital-internacional/

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com

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Cristina, mi amor

Ilka Oliva Corado

 No soy feminista, ni roja, ni de izquierda, ni revolucionaria. Sé muy bien a dónde pertenezco: soy paria y  Cristina es mi amor. Como lo es Mercedes Sosa, Dilma, Evita y la Violetona  Parra.

 Y como articulista gritar este amor a los cuatro vientos me ha valido censuras. Me han acusado en más de una ocasión de ser mercenaria, de vivir en Estados Unidos con dinero que me envían Cristina y Dilma para que escriba sobre ellas. ¡Válgame! Las mujeres ni saben que existo, pues… Y ni que yo fuera una articulista leída mundialmente, (la verdad es la verdad) con gran peso en las plataformas comunicacionales y que moviera masas con solo un tronar de dedos, como sucede con otros.  Sé muy en dónde estoy parada.

 Y lo digo con claridad: Cristina, mi amor. Aunque ella es el amor de miles, como lo sigue siendo Evita. Ya perdí la cuenta de cuántos medios me han censurado por escribir sobre ellas, sobre los logros de sus gobiernos y sobre la violencia de género que han vivido. Me han llamado fanática y desvalorizan mis opiniones por no tener un título universitario o el mote de intelectual que las respalde. No los necesito: yo hablo desde el corazón, desde la sangre. No necesito recurrir al alarde de ilustrada  para recibir aplausos y agradar: mi expresión existe por sí misma, sin cuñas. Como existimos los nadies y los parias.

 El patriarcado no acepta que una mujer admire a otra, y mucho menos que lo diga públicamente tan quitada de la pena,  nos quiere ver divididas, odiándonos, peleándonos,  para que no nos desarrollemos  y nos fortalezcamos como género. Para que siempre estemos en las sombras, atrás, a pasos cansados, con el yugo de ser invisibles y sumisas y envidiosas. Sin derechos, sin equidad, sin igualdad social.

 El amor no se esconde, tampoco el agradecimiento.  No soy imparcial, no puedo ser imparcial ante la injusticia y no puedo pretender no ver los logros del gobierno de Cristina y la sonrisa y alegría que dio a los descamisados de Evita cuando los nombró y les devolvió sus derechos. Cuando peleó por ellos contra el capital internacional, cuando les brindó comida, techo y educación. Salud y beneficios laborales. Herramientas para un desarrollo integral.

 No puedo mantenerme a distancia y no agradecer el Matrimonio Igualitario. La educación pública. No tengo los ojos cerrados, nos quedó debiendo el derecho al aborto. Era ella, tenía que ser ella quien lo diera, pero no fue. Deuda con las mujeres argentinas. No todo es perfecto y no todo es como debería ser. Aún así, su gobierno es intachable, y las pruebas  y el tiempo lo confirman.

 Nunca reprimió en su gobierno marchas de ideologías distintas. Los dejó ser, respaldó la libertad de expresión así  esta fuera para insultarla y denigrarla como mujer. No enjuició a ningún medio por la violencia de género que vivió constantemente cuando sacaban en portadas de periódicos y revistas fotografías suyas con  improperios que llamaban a la violencia de género y al feminicidio.

 No, no es fanatismo, es amor y el amor fluye, el amor se expande, florece. A Cristina somos millones las que la amamos alrededor del mundo. Sí, millones.

Porque admiramos y aplaudimos su capacidad, su inteligencia, sus osadía,  su entrega. Su coraje y su temple. La forma en la que ha dignificado a todo un pueblo. A Generaciones, Cristina es atemporal como lo es Evita. Ni la muerte podrá con ellas.

 Tan atemporal y tan amada que ese mismo pueblo que la llevó a la presidencia la fue a despedir el último día de su mandato, y la fue a recibir el día que volvió a Buenos Aires a hacer florecer las quimeras.

 Tiempos difíciles se viven en la región, y Cristina sigue brillando: entera, capaz, insobornable, indestructible. ¿Por qué? Porque es mujer, y las mujeres hemos demostrado a través de la historia de qué estamos hechas.

 Cristina ha encausado a miles de mujeres alrededor del mundo, con su sola presencia. Con su palabra transparente, con su sentir y con su acción política que ha dejado plasmada en la historia  su lealtad a los parias. Su gobierno fue populista, claro que sí, fue populista porque fue el pueblo el que la votó y para ese pueblo gobernó, no para oligarquías vende patrias.

 Cristina nunca se fue, siempre ha estado con los nadies,  y los nadie estamos con ella.

 Y como paria que soy, que ha sido testigo de los beneficios de su gobierno para con los míos, la nombro y grito a los cuatro vientos que es mi amor. Para que no quede duda alguna.

 Cristina, mi amor.

 Blog de la autora:  https://cronicasdeunainquilina.com/2016/05/18/cristina-mi-amor/

 Ilka Oliva Corado.  @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com

18 de mayo de 2016 Estados Unidos.

Fuente de la imagen: https://c1.staticflickr.com/3/2900/14266837111_37dd76bbbf_b.jpg

Fecha de publicación en OVE: 22 Mayo 2016

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