Por: Jesús Montero Tirado.
Nuestro sistema educativo navega sin rumbo por el agitado mar de las culturas globalizadas, las olas provocadas por los descubrimientos científicos, las novedades tecnológicas y las inquietas aguas de las desmedidas ambiciones humanas.
Aquí, la carta de navegación tiene muy pocas leyes, algunas con notables deficiencias, otras nada actualizadas y para problemas importantes de la educación, faltan muchas leyes que el ministerio y el Congreso no han tenido ni tienen tiempo para proponerlas, estudiarlas, sancionarlas y hacerlas promulgar.
Lo peor es que los educadores y sus dirigentes no cumplen todos los artículos válidos de las pocas leyes vigentes. Por ejemplo, me pregunto por qué nuestro sistema educativo, que va a la deriva, no cumple el inciso a) del artículo 9 de la Ley General de Educación 1264/98, que responde al mandato del artículo 73 de la Constitución Nacional.. Copio el inciso para que los lectores interesados en conocerlo no tengan que buscarlo en internet:
“Son fines del sistema educativo nacional: a) el pleno desarrollo de la personalidad del educando en todas sus dimensiones, con el crecimiento armónico del desarrollo físico, la maduración afectiva, la integración social libre y activa”.
Este artículo continúa explicitando los fines del sistema educativo con otros incisos más que, suman, once fines.
En nuestro sistema educativo este inciso primero no se cumple, aun siendo mandato de la ley y de la Constitución Nacional.
Dije al principio que se perdió el radar y la brújula porque nuestro sistema en su ejecución ha cambiado, dejando de ser de educación para contentarse con ser de enseñanza. La educación se propone como fin el desarrollo, crecimiento y maduración de toda la persona en todas sus dimensiones con todas sus potencialidades, en cambio la enseñanza se propone transferir conocimientos y desarrollar algunas competencias básicamente instrumentales para que los alumnos se los apropien y las activen Se ha olvidado que la enseñanza no es educación, sino solamente una estrategia de la que se sirve la educación. Yo puedo enseñar matemáticas y no estar educando a mi alumno. Con sólo la enseñanza pueden salir alumnos instruidos y no educados. Los navegantes que dirigen el barco de la educación han perdido el rumbo y están llevando a los educandos a las playas del conocimiento y no al puerto de la educación integral.
La educación quiere formar personas desarrolladas y maduras en todas sus dimensiones.
El inciso citado alude a aspectos importantes de tres ge las cuatro dimensiones esenciales que constituyen la integridad del ser humano: la dimensión biológico corporal que le llama “desarrollo físico”, la dimensión psicológica que queda representada por la maduración afectiva y la dimensión social. En este inciso la cuarta dimensión esencial de todo ser humano, que es la dimensión espiritual, está implícita al proponer como fin de la educación “el pleno desarrollo integral de la personalidad”, en congruencia con el mandato Constitucional (art. 73).
Es evidente que el sistema educativo se ha reducido a la enseñanza. En las evaluaciones finales de cursos, ciclos y niveles, las pruebas o exámenes sólo evalúan adquisición de conocimientos y algunas competencias, pero no se evalúa la calidad y maduración de la persona y su personalidad. El sistema no está respondiendo al mandato de la ley, y la Constitución. ¿Hasta cuándo?
Con análisis semejante sobre el fin de la maduración afectiva podemos constatar también la ilegalidad en el sistema educativo al observar currículos y programas, ya que la educación de la afectividad no ha interesado a los dirigentes y diseñadores, aunque es mandato de la ley y la Constitución.
Fuente del artículo: https://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/2019/09/23/ilegalidad-en-educacion/