Por la Opinión de Murcia
Colectivo De Mujeres Por La Igualdad En La Cultura
El acceso de la mujer ha sido un proceso lento y no exento de periodos de regresión
El 9 de octubre de 2012 un grupo terrorista vinculado al régimen talibán disparó varias veces sobre una niña de 15 años, Malala Yousafzai. Había cometido el ´delito´ de asistir a la escuela y contar al mundo el horror y las injusticias cometidas por el régimen, como prohibir la televisión, la música, la educación de las niñas.
Ser mujer y tener acceso a la educación, a día de hoy, es algo impensable en muchos países del mundo. Aún hay millones de niñas a las que se les niega este derecho.
Según la UNESCO existen, dependiendo del contexto, grandes desigualdades de género en el acceso, el logro del aprendizaje y la continuación de la educación y son las niñas las más desfavorecidas. A pesar de los avances realizados a lo largo de los años, el número de niñas sin escolarizar es mayor que el de niños. Se calcula que unos 16 millones de niñas jamás irán a la escuela y de las ya escolarizadas el 58% no terminan la enseñanza primaria. Además, las dos terceras partes de personas analfabetas que hay en el mundo son mujeres.
La pobreza, el aislamiento geográfico, la pertenencia a una minoría, la discapacidad, el matrimonio y el embarazo precoces, la violencia de género y las actitudes tradicionales relacionadas con el papel de las mujeres son algunos de los factores que les impiden el acceso a la educación.
La educación de las mujeres y las niñas tiene una gran repercusión en la sociedad y en el conjunto de la comunidad. Se ha comprobado que la educación de las madres mejora su propia salud y la de sus descendientes y conseguir que las niñas sigan en la escuela es uno de las maneras más eficaces de evitar el matrimonio y la maternidad precoces.
Las niñas y las jóvenes que han recibido educación conocen mejor sus derechos y tienen mayor confianza y libertad para tomar decisiones que afectan a su vida, lo que se traduce en una mejora de las posibilidades de supervivencia tanto de ellas como la de sus familias, además de ampliar sus perspectivas de trabajo.
El acceso de la mujer a la educación ha sido un proceso lento y no exento de periodos de regresión. En nuestro país, sólo desde finales del XIX, fue obligatoria la escolarización de las niñas, pero no todas finalizaban la escuela primaria debido a la obligación de tener que ayudar en las tareas de la casa. Tampoco eran muchas las que podían acceder a estudios medios o superiores. En general nuestras abuelas y madres recibieron una formación diferente a las de sus hermanos varones. A la mujer se la educaba para ser, ante todo, esposa y madre. ¡Cuántas de ellas tuvieron que escuchar que para qué iban a estudiar, que lo que debían hacer era aprender a llevar una casa y encontrar un buen partido! Y, al igual que en algunos países actualmente, aquí la inversión en educación se hacía, generalmente, en el hijo varón.
Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas es el quinto objetivo para el desarrollo sostenible. Si se facilita la igualdad a las mujeres y niñas en el acceso a la educación, a la atención médica, a un trabajo decente, y una representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas, se estarán impulsando las economías sostenibles, de modo que la sociedad y la humanidad en su conjunto se verán beneficiadas.
La educación de las niñas y las mujeres es un derecho irrenunciable, una cuestión de justicia, ya que sin educación carecen de voz en la sociedad. La formación es clave para empoderar a las niñas y las mujeres, de forma que participen en todas las áreas de la vida y lleguen a ser dueñas de su destino.
Es fundamental que los Gobiernos de todos los países desarrollen políticas de igualdad que faciliten el acceso a la educación a toda la ciudadanía. Una educación gratuita, de calidad y en igualdad. Nadie debe oponerse ni impedir que otro ser humano tenga acceso a la educación.
Malala sobrevivió al atentado. Se ha convertido en un referente internacional de la lucha por el derecho universal de las niñas a la educación.
Fuente del artículo: https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2018/07/26/educacion-ninas/941285.html