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Disparen contra los progresistas

América del Sur/Venezuela/02 de Septiembre de 2016/Autor: Luis Britto Gracía/Fuente: Aporrea

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Monopolios mediáticos y sus asalariados festejan el supuesto fin de las revoluciones latinoamericanas y caribeñas. ¿Pero se trata de verdaderas revoluciones? Revolución es cambio total de la base económica y de la superestructura ideológica. La mayoría de los procesos progresistas latinoamericanos bajo asalto son intentos de abrir pacíficamente el camino hacia una transformación revolucionaria respetando las reglas de adversarios que no respetan regla alguna.

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Se parecen a la primera Declaración de Independencia en Tierra Firme Suramericana, cuando los patriotas venezolanos destituyeron en 1810 al gobernador que les envió José Bonaparte, pretextando lealtad al Borbón Fernando VII. No criticamos que haya sido así. En política es legítimo elegir la vía factible para avanzar cuando las demás se clausuran temporariamente.

Pero no se puede cambiar el juego sin cambiar las reglas del juego. Cada concesión debilita a los progresistas. Como señala James Petras en entrevista concedida a Efrain Chury el 27-8-2016: «¿Y por qué el PT no tiene capacidad de poner millones de personas en la calle si consiguieron 54 millones de votos, si supuestamente tenían una organización formidable? Yo creo que es una organización en baja, no tenía suficiente inserción en las luchas de clase, pactaron con la derecha, incluso incluyeron a muchos miembros de la derecha. Y ahora están sufriendo los golpes de la derecha, la descalificación, se van a instituciones formales que están poco consecuentes, divididos internamente y nada va a pasar por allá. No digo que sea malo que Lula vaya a presentarse a la ONU a denunciar los crímenes de la derecha, las intervenciones, la represión, pero nada va a pasar con la ONU».
(http://www.ivoox.com/analisis-james-petras-cx36-audios-mp3_rf_12552681_1.html)

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Mientras tanto, a cada avance legal de la izquierda contesta con diez retrocesos ilegales la derecha. Contra Chile se perpetraron la Guerra Económica, el golpe de Estado y el magnicidio. Contra Venezuela se ensayó desde el golpe de Estado hasta el sabotaje petrolero y el magnicidio y el dumping internacional y la Guerra Económica. Contra Ecuador se intentó asimismo el golpe de Estado con magnicidio, con el apoyo de movimientos étnicos. Contra Bolivia se intentaron la secesión territorial y la paralización del país, apoyadas también por movimientos étnicos a quienes Evo concedió plenos derechos. En dicho país, la derecha acaba de asesinar un viceministro. En todos los casos las instituciones agredidas apenas respondieron, o lo hicieron dentro de una escrupulosa formalidad que el adversario no respetó jamás.

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En Venezuela, Ecuador y Bolivia se ofrece además a la contrarrevolución un arma que no existe en ninguno de los países que ésta maneja: la posibilidad de convocar a fáciles referendos cuya decisión es escrupulosamente respetada. En Venezuela también hay casi más de una elección cada año: se quiere hacer ver como apocalipsis un revés en una justa electoral en la cual se ha vencido dieciocho veces. Pero es difícil triunfar indefinidamente en contiendas electorales cuando se deja al adversario la potestad de realizar o no realizar la importación, producción y distribución de bienes básicos. Con ello los procesos progresistas entregan al enemigo la llave de su marcapasos. Las revoluciones sólo sobreviven mientras avanzan.

Fuente: http://www.aporrea.org/internacionales/a233125.html

Fuente de la imagen: http://www.batanga.com/curiosidades/7868/diferencias-entre-una-revuelta-una-rebelion-y-una-revolucion

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La Bandera Que Trajo Miranda

Autor: Luis Britto García

América del Sur/Venezuela/14 de Julio de 2016/Fuente: Correo del Orinoco

En 1790 Miranda expresa al primer ministro William Pitt en Londres que “la América española desea que la Inglaterra le ayude a sacudir la opresión infame en que la España la tiene constituida”. En Francia pelea en 1792 en la batalla de Valmy. En 1798 pide infructuosamente al presidente estadounidense John Adams “seis u ocho buques de guerra y cuatro o cinco mil hombres de tropa”. En 1806 invade inútilmente el territorio de Venezuela por la Vela de Coro con un bergantín financiado por los británicos, ondeando el tricolor que desde entonces será la bandera de Venezuela, y de varios de los países comprendidos en su colosal proyecto libertario, denominado “Colombia”.
Rebelión Y Capitulación En Venezuela
Pero la libertad americana no llegará como un don de las grandes potencias. Reventará con el movimiento del 19 de abril de 1810 en Caracas, y se extenderá como reguero de pólvora. El muy joven Bolívar va a Londres en misión diplomática para solicitar inútilmente el apoyo británico, y convence a Miranda de retornar a la patria. Miranda es designado por las autoridades independentistas Generalísimo de los ejércitos de Venezuela. Los oligarcas mantuanos desconfían del brillante hombre de mundo al cual discriminaron por ser hijo de canario comerciante y blanco de orilla.
Miranda será incapaz de controlar las fuerzas dispersivas de la patria recién liberada; las provincias de Coro, Maracaibo y Guayana se alinean contra la Independencia; la pérdida de Puerto Cabello, estratégica guarnición portuaria bajo el mando de Simón Bolívar, hace precaria la situación.
“¡Venezuela est blesée dans le coeur!”, exclama en francés el Generalísimo al enterarse de la noticia. Poco después firma una capitulación con los españoles. Un grupo de jóvenes patriotas animado por Bolívar la considera traición, y lo detienen cuando está a punto de abordar un barco en La Guaira. Lo encierran en el fuerte de San Carlos, bajo la custodia del comandante militar del puerto, coronel José María de las Casas. Éste se pasa al enemigo, y entrega a Miranda a las fuerzas de Monteverde, que toman la ciudad y se apoderan asimismo del hombre universal, a quien remiten prisionero a la metrópoli.
Ello borra cualquier sospecha de connivencia suya con los realistas. De ser así, lo habrían premiado, en lugar de encerrarlo. También ello destruye el infundio de que Bolívar habría entregado a Miranda a los españoles. Por lo mismo que creía que el Generalísimo estaba de acuerdo con los realistas, para el joven oficial no hubiera tenido sentido ponerlo en manos de los supuestos cómplices, quienes por otra parte no solo se habían apoderado del anciano, sino de todo el territorio de lo que fue la Primera República.
Muerte En La Carraca
Violando el salvoconducto previsto en la capitulación, los realistas expiden a Miranda a la prisión de la Carraca, en Cádiz, donde rendirá la vida el 14 de julio de 1816. No es una muerte inútil, sino prematura. Antes de tres lustros, lo que fueron las colonias hispanoamericanas son una franja de gobiernos independientes del Missisipi a la Patagonia. Les falta solo la unidad política. El colosal proyecto está cumplido, o a medio cumplir. Es la única herencia del atormentado hombre universal: un legado que solo podrán culminar hombres de su talla.
Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/opinion-libre/bandera-que-trajo-miranda-opinion/

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Luis Britto García: La ceguera histérica

Por: Luis Britto García

Venezuela en muy pocas décadas ha asumido cambios que a otras sociedades les han tomado siglos. Las modificaciones, las transformaciones han sido rapidísimas, muy profundas, y todavía no encuentran una forma estable; son inestables, desiguales.

Las novelas del siglo pasado son todas sobre la Venezuela agrícola, el modo de producción de la nación. Nuestra literatura y nuestra cultura reflejaban ese hecho: éramos una sociedad rural. Peonía, de Manuel Vicente Romero García; Doña Bárbara y Sobre la misma tierra, de Rómulo Gallegos; todas son novelas rurales. Hasta Memorias de Mama Blanca, de Teresa de la Parra, trata acerca de una niña en una hacienda. El modo de producción está perfectamente expresado en la inmensa mayoría de nuestra producción literaria y cultural. En cambio, en cuanto al petróleo, son unos pocos los que se ponen a trabajar sobre ese tema.

Por ejemplo, uno ve solitarias, casi despeñando, obras como Mene y Casandra, de Ramón Díaz Sánchez y Oficina Número 1 y Casas Muertas, de Miguel Otero Silva, que tratan literalmente de la explotación del hidrocarburo, de los cambios, la desolación de las poblaciones y la migración de los campesinos hacia los campos petroleros.

Fuera de eso, el petróleo deserta de la narrativa. Hay un título de un libro de Adriano González León, Asfalto-Infierno, pero no trata sobre eso. En País Portátil hay un personaje (empleado de una compañía petrolera extranjera), pero son toques como de refilón. Y también en nuestra plástica son raras las obras que toman en conjunto el tema del petróleo.

En el teatro encontramos Las torres y el viento, de César Rengifo, obra en la que se aborda el tema petrolero, pero no de una manera integral. Tenemos además La hora Texaco, de Ibsen Martínez. Y si vamos a ver, también ahí hay esa escasez a la que me refiero. En este recuento cabe mencionar Zona de tolerancia, de Benito Irady, texto que presenta una serie de relatos, testimoniales de los obreros petroleros, unos cuentos extraordinarios.

En el cine hay excepcionales documentales, como Pozo muerto (Carlos Rebolledo, 1967), y en la cinematografía, por ejemplo, está Maracaibo Petroleum Company (Daniel Oropeza, 1974), que es una película un tanto frustrada y que trata más de las desventuras de una pareja intentando insertarse en el mercado de trabajo de Maracaibo que del propio petróleo. Está también La hora Texaco, (Eduardo Barberena, 1985) basada en la ya mencionada obra de teatro de Martínez. Y hay una película, El Escándalo (Carlos Oteyza, 1987), sobre los espías petroleros, gente que vendía datos e información de Petróleos de Venezuela.

En lo posible siempre puse en mis libros el tema petrolero. Yo pasé parte de mi infancia en los Campos Petroleros de Oriente, que eran como una cosa aparte. El lado americano era una especie de campo de golf, cercado con alambrada, donde había un automercado en el cual los productos llegaban libres de impuestos; ese era el llamado Comisariato. El que poseía una tarjeta del Comisariato gozaba de un pase extraordinario, era como una credencial de aristocracia. Desde luego, en algunas de mis novelas, como en La palabra, hago referencia a toda esa cultura del campo petrolero, y reseño hechos como la huelga petrolera del 36, que antes no se habían tratado narrativamente. Reuní los testimonios de Rodolfo Quintero, quien participó directamente en la misma, y de Kotepa Delgado, que fue uno de los agitadores del movimiento.

Pero todo eso es comparativamente escaso. No hay una obra que siga la vida cotidiana de un obrero petrolero, lo que significa perforar un pozo, los accidentes laborales, etc. Se filmó en Venezuela una película de Henri Georges Clouzot (1953), basada en el incidente de unos camiones de dinamita que van a exprimir un pozo petrolero, El salario del miedo, la cual sí versa sobre la industria petrolera. Esto muestra como de repente le podía resultar más llamativo ese fenómeno a un cineasta extranjero que a los venezolanos.

¿A qué podría deberse esto? Yo creo que este fenómeno tiene que ver con que nuestros trabajadores petroleros han sido una fracción sumamente pequeña de la población. El conjunto de venezolanos que explotan el petróleo son muy pocos, unas decenas de miles. Hoy día ha aumentado la nómina petrolera, pero en realidad siguen siendo algo así como 100 mil, una fracción ínfima de los 30 millones de venezolanos. Entonces, al abarcar una cantidad tan pequeña de la población, ese proceso no tiene una incidencia directa, pero sí tienen una incidencia indirecta los efectos inmensos de la producción petrolera en nuestro país, y sobre eso, acerca de esos temas, sí hay una abundante producción cultural.

DE LA AUSTERIDAD AL CONSUMISMO

Éramos, en el siglo antepasado, un país con personas obligadas a una gran austeridad en sus modos de vida. Habíamos sido un país, hasta cierto punto, centrado en lo nuestro, aunque teníamos una elite siempre europeizante, o favorable a Estados Unidos.

Actualmente, los medios de comunicación, que son como los heraldos del consumismo, nos han insertado modelos foráneos de actuación, de cultura. De modo que Venezuela en muy pocas décadas ha asumido cambios que a otras sociedades les han tomado siglos. Por eso un poco el desencuentro y la fragmentación de nuestra vida social. Las modificaciones, las transformaciones han sido rapidísimas, muy profundas, y todavía no encuentran una forma estable; son inestables, desiguales.

Uno tiene que partir de la idea de que la infraestructura económica tiende a determinar, aunque no de una manera automática, la súper estructura ideológica. Entonces es bueno estudiar en qué forma nuestra infraestructura económica, que ha pasado a ser la de un país exportador de un recurso natural que se extrae, ha cambiado nuestra manera de pensar. Yo creo que sobre el petróleo hay en el país una especie de ceguera histérica. Se ha tendido a ignorar el fenómeno o a disimularlo, o también, a presentarlo como una cosa malvada y demoníaca de la cual hay que prescindir.

En ese sentido, fíjate tú que se han ido creando expresiones como el excremento del diablo, el laberinto del minotauro, etc., tendiendo a satanizar el petróleo, es decir, a hacer creer que el petróleo es algo malo. ¿Para qué? para lograr que los venezolanos le tengamos una especie de tirria y digamos: tenemos que desprendernos de esa cosa tan mala, tenemos que dejárselo a otros, a las transnacionales, ¡que por favor se lo lleven para que no nos haga tanto daño! Yo creo, por el contrario, que es un recurso extraordinario, el mundo depende de él.

Hay que decir que frente a la relativa escasez de tratamiento del tema petrolero en la narrativa, o en la plástica venezolana, e incluso, podría decirse que en la música y hasta en la canción popular, contrasta, sin embargo, una producción ensayística excepcional. Libros como Hacia la democracia, de Carlos Irazábal; Historia económica y social de Venezuela, de Federico Brito Figueroa; Antropología del petróleo, un libro envidiable de Rodolfo Quintero, y en las obras de Juan Pablo Pérez Alfonzo, algunas de ellas, por cierto, realizadas en colaboración con Domingo Alberto Rangel, como Hundiéndonos en el excremento del diablo, y otros sumamente críticos sobre la dedicación del ingreso petrolero en el área nacional. En este aspecto sí hubo creación de conciencia. Allí sí hubo un discurso crítico sobre el petróleo.

A principios de los años 40 se lanzó una consigna que se la atribuyen tanto a Arturo Uslar Pietri, como a Alberto Adriani, sobre la siembra del petróleo, vale decir, acerca de la utilización de los ingresos generados por su explotación para crear una economía productiva en el país. Esta fue una consigna que se lanzó con mucho espíritu.

Había un gran entusiasmo de la intelectualidad por la comprensión del tema del petróleo en el país, lo que en 1970 nos llevó a reunirnos en Cabimas (estado Zulia) a casi un millar de intelectuales que llegamos allí precariamente, algunos en colitas, en autobuses, etc, y pasamos un conjunto de días conviviendo con la gente de la población, a veces pidiendo prestado los zaguanes para colgar un chinchorro y poder dormir. Realizamos un congreso cultural, modelo de acción cultural que ahí se lanzó a la vida nacional en todos sus aspectos. Es más, se predijo que el modelo petrolero se iba a agotar entre los años 1983-1984.

En aquel congreso de Cabimas una de los postulados era precisamente la nacionalización de nuestros recursos petroleros, la nacionalización además de otros recursos mineros como el hierro, aluminio, etc. Allí se hicieron propuestas enteras y completamente socialistas. Prácticamente toda la intelectualidad era radical, era de izquierda, era muy raro un intelectual de derecha. Y en ese sentido yo diría que se salvó el honor del petróleo venezolano en ese congreso y en infinidad de otros eventos que entre otras personas animaban intelectuales como Edmundo Aray y Pedro Duno. Es decir, había un granero, una producción intelectual poderosa, decisiva, que llevaba la vanguardia del pensamiento venezolano; eso quedó como un ejemplo de acción cultural.

Allí además se hicieron obras de teatro heterodoxas, se pintó un mural en un depósito petrolero abandonado. Yo estuve intentando promover de nuevo un congreso de ese tipo pero lamentablemente nunca se dio. Lo curioso es que en esa época en que teníamos todas las condiciones en contra se hiciera ese gran congreso cultural.

100 AÑOS DE PETRÓLEO

Es difícil resumir 100 años de historia petrolera en Venezuela en cuanto a sus íconos fundamentales. En primer lugar está el inicio de las exportaciones. Es difícil fijarlo en sus comienzos porque hubo pioneros que sacaban uno que otro barril, pero yo diría lo siguiente: lo primero fue el reventón del pozo El Barroso, hecho que determinó ante el imaginario nacional la importancia de esa riqueza.

Otro evento resaltante: en 1929, en plena crisis económica mundial, en nuestro presupuesto nacional los ingresos por el petróleo superaron, por primera vez, a los demás rubros. Desde entonces el papel del Estado como redistribuidor del ingreso petrolero vino a determinar que su importancia fuera creciendo. Se hizo evidente que no se le podía seguir manejando autocráticamente como lo hacía, por ejemplo, Juan Vicente Gómez, y que además era necesario articular nuevos modos de participación política, espacio que al principio llenaron los partidos socialdemócratas, los partidos llamados populistas.

Hay que señalar que en 1930, gracias a esa riqueza, Juan Vicente Gómez paga la deuda pública venezolana, hecho trascendente porque entre 1902 y 1903, Inglaterra, Alemania e Italia habían realizado un bloqueo y bombardeado nuestras costas para cobrar empréstitos externos artificialmente inflados.

En 1936, apenas muerto Juan Vicente Gómez, una huelga petrolera suspende la producción durante mes y medio y marca el ingreso del proletariado como tal, industrial, dentro, no ya de la economía, sino de la política del país. Había habido otras huelgas. Hubo una huelga de panaderos en Caracas y una de telegrafistas. Ese mito, que intentó implantar la socialdemocracia, de que antes no había movimientos sociales, es falso, pero por su importancia la huelga petrolera fue definitiva.

Eleazar López Contreras, el presidente que sucedió a Juan Vicente Gómez, liquidó esa huelga mediante la represión absoluta. Toma militarmente los campos petroleros y aprueba cosas insignificantes como un bolívar diario de aumento a los trabajadores.

Otro ícono importante: cuando el presidente Isaías Medina Angarita, elegido democráticamente, sanciona una norma –La Ley de Hidrocarburos de1943– que prevé la nacionalización petrolera, la reversión de la industria petrolera para 1983. En ese momento todos los activos de la industria debían regresar al patrimonio nacional sin pagar un centavo.

También es unhito significativo el golpe de Estado del 18 de Octubre de 1945, a raíz del cual Rómulo Betancourt inicia una política de concesiones que incrementa masivamente la participación de las empresas estadounidenses. Hasta entonces, curiosamente, predominaban en nuestra industria las petroleras inglesas y las petroleras holandesas. Pero a partir de Betancourt empieza a predominar el capital estadounidense. Él se trae a Nelson Rockefeller, quien crea una gran industria que se llama la Basic Economic Corporation para sus inversiones en Venezuela, la cual multiplica extraordinariamente las inversiones de capital y va a cambiar de manera determinante el modo de vida del venezolano a través del consumo y de toda otra cantidad de manifestaciones decisivas de la presencia del capital estadounidense en el país.

En 1956 Marcos Pérez Jiménez crea la primera empresa petroquímica nacional, que parece ser una de las razones por las que pasó a ser mal visto por Estados Unidos.

La nacionalización del petróleo, en 1975, en un momento en el cual a las transnacionales les convenía centrarse en la comercialización del recurso y no en su extracción y demás actividades que implicaban relaciones laborales complejas con los obreros, líos con la legislación, etc. Pero después de la nacionalización se siguió imponiendo el punto de vista de los intereses petroleros foráneos en el país.

Después de la nacionalización petrolera se produjo una especie de reflujo del pensamiento y de la acción intelectual sobre el petróleo por varias razones. En primer lugar, porque una nacionalización chucuta, como se decía en la época, dejó abierta la puerta de una reprivatización. En segundo lugar, porque se respetaron tanto la estructura administrativa como la gerencia, los procedimientos y las líneas estratégicas de todas las empresas supuestamente nacionalizadas. Y en tercer lugar, porque empezó esa tendencia hacia la privatización y la insistencia en la idea de ver el petróleo como un excremento del diablo, como una cosa mala, negativa, de la cual los venezolanos teníamos que deshacernos con el objetivo de pasar a desarrollarnos por nosotros mismos, sin la existencia de eso que nos deparaba tantos ingresos fáciles.

REPÚBLICA CAÍDA

También es un hito fundamental la caída de la llamada IV República. Varios factores contribuyeron a eso. En primer lugar, la mala administración del bipartidismo. Tanto Acción Democrática como el Partido Socialcristiano Copei, lamentablemente, dilapidaron los recursos. Muchos de sus dirigentes incurrieron en una corrupción verdaderamente insoportable, y además confiaron en que podían seguir mandando sin llevar a cabo la redistribución de la riqueza.

Fue disminuyendo abruptamente el gasto social, contrajeron deudas de una manera absolutamente irresponsable y en un momento, a partir del llamado Viernes Negro (18 febrero de 1983), se verificó que no había divisas con las cuales pagar inmediatamente esos compromisos, por lo que se tuvo que acudir al Fondo Monetario Internacional.

El paquete económico del presidente Carlos Andrés Pérez aumentaba la gasolina, le quitaba el subsidio a todos los rubros de alimentos, traía la masiva privatización de las empresas del país. El gasto social disminuyó y toda la carga la iba a soportar el pueblo, a favor de un conjunto de condiciones muy favorables para la inversión extranjera. Eso fue un peso que la sociedad venezolana no pudo soportar, y el pueblo, curiosamente sin dirigencia, protagonizó esa enorme sublevación que sacudió la vida nacional el 27 de febrero de 1989, que deslegitimó a la socialdemocracia.

En parte todo eso fue determinado por el mal manejo del ingreso petrolero, el cual, poco a poco, se fue desviando del gasto social y de las obras de infraestructura hacia los grandes negociados y el pago de intereses de la deuda pública para los consorcios financieros.

A Carlos Andrés Pérez lo enjuician por corrupción, luego asciende al poder Rafael Caldera, pero no como candidato de Copei, del cual había sido expulsado. El hecho a destacar es la tendencia hacia la desnacionalización, hacia la sobreventa de petróleo, hacia la sobreproducción, con el objetivo de que el precio del petróleo bajara, para que PDVSA se hiciera no rentable y tuviera que ser vendida a las transnacionales.

LA BATALLA POR PDVSA

Toda esa tendencia ideológica por la privatización, que afortunadamente fue revertida por la Revolución Bolivariana, fue uno de los detonantes del golpe de Estado del 11 de abril de 2002, cuando el presidente Hugo Chávez Frías ejerce la potestad soberana de la República, como única propietaria de PDVSA, de nombrar su Junta Directiva.

Quienes dirigían el negocio petrolero se creían tan por encima de la República, que sostenían, en una soberbia inconcebible, que Venezuela no podía nombrar a los gerentes de la industria. El hecho de que el Presidente ejerciera su potestad desencadenó un golpe.

Después de eso vino, además, un sabotaje petrolero en el cual la Junta Directiva de PDVSA y la Nómina Mayor se declararon en rebeldía contra la Nación. Eso es sorprendente. Que una empresa declare que ella no obedece a sus accionistas y, en este caso, a su único accionista que es la Nación. Esta es una situación inédita en la historia de los negocios, que afortunadamente fue superada por la disciplina y la cohesión del pueblo venezolano.
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Ilustracion

Fuente: http://www.tves.gob.ve/noti/17479/luis-britto-garc-a-la-ceguera-hist-rica/

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A tu salud

Luis Britto García

1.Amenazó en 2002 el director de PDVSA Luis Giusti  que Venezuela no sobreviviría una semana sin petróleo: cuando lanzó el sabotaje petrolero los venezolanos resistimos tres meses y fue Giusti quien no sobrevivió. Ahora juran los estrategas de botiquín que no aguantamos un día sin caña. Motivo por el cual el Estado debe dedicar los dólares preferenciales que le quedan para financiarle importaciones de cebada al grupo empresarial que más divisas ha recibido para importar lo que debería estar produciendo.  Veamos.

2. Una encuesta realizada en 9 países latinoamericanos por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) bajo la dirección de Carlos Sojo revela que Venezuela tiene una prevalencia regional de bebedores de alcohol del 83%, con un promedio de consumo de 8,9 litros de alcohol puro per cápita anuales. Este consumo es superior al promedio de América Latina, que se sitúa en 5,5 litros, pero inferior al de Estados Unidos, que promedia 9,8 libros al año, y al de Europa que se sitúa en 13 litros. En la región latinoamericana, el 75% de la población no bebe nada, o lo hace por debajo del nivel de riesgo fijado por la Organización Mundial de la salud en 40 gramos de alcohol puro para las mujeres y 60 para los varones. El 25% de la población restante supera estas dosis en forma ocasional o muy frecuente; de ella el 20% está en riesgo de sobrepasarlo y el 5% restante en un riesgo alto a largo plazo (“Venezuela lidera consumo de alcohol en Latinoamérica” Últimas Noticias/EFE, 24-05-2012).

3. En encuesta Enjuve, realizada en  2013 entre 10.000 jóvenes, 15% de las y los consultados admitió consumir cigarrillos y 46% alcohol, sin embargo, no se conoció el uso de otras sustancias ilícitas. En ambos casos, llama la atención en cuanto a la frecuencia del consumo, que 31% de los y las jóvenes dice que normalmente consume cigarros cuando consume alcohol y 56% que consume bebidas alcohólicas en eventos sociales. (ENJUVE 2013).

4. Tenemos allí las claves de uno de los más profundos misterios de nuestra sicología social. Así como el borrachín es el ser más encomiado en barras y poemas botiquineros, el más despreciado es quien bebe solo: el encapillado. Un borracho serio no necesita compañía, pero quien requiere compañía necesita estar borracho. Más que de ebrios presumimos de extrovertidos. Pero somos un pueblo de tímidos que se embriaga para atreverse a convivir. Más fácil es exaltarse con caña que con inspiración o con amor o con  gloria. La embriaguez es un estado sagrado, que no debe banalizarse. A tu salud.

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Tarifas

Venezuela/24 abril 2016/Autor: Luis Britto García/ Fuente: http://www.aporrea.org/

Desde muchacho no he hecho más que trabajar gratuitamente a tiempo completo por el socialismo y la utopía, reservando para ganarme la vida y crear una obra mis horas perdidas.

Lo único que he sacado de ello es una inagotable demanda para dictar gratuitamente a todas horas y todos los días y para todo el mundo conferencias, exposiciones, charlas, ponencias, coloquios, diálogos, cátedras, declaraciones, conversatorios, foros, entrevistas, simposios, discursos de orden, de desorden y de circunstancias, lecciones, recitales, arengas, cursos, cursillos, seminarios, homenajes, ditirambos, prédicas, homilías, elegías, salutaciones, panegíricas, apologías, sermones, disertaciones, peroratas, proclamas, pregones, pláticas, presentaciones, amonestaciones, apóstrofes debates y encuentros, tantos, que de impartirlos todos no me quedaría un segundo libre de mañana, tarde, noche ni madrugada para trabajar por la utopía, por mi obra o para ganarme la vida.

No pretendo honorarios por ese demoledor trabajo, porque el enamorado y el creador son los únicos que no cobran por hacer lo que aman.

Sin embargo, de ahora en adelante exijo tarifas, porque todos los demás deben cumplir con la tarea por la que les pagan.

Por ejemplo: A cambio de conferencia, exijo corrupto atrapado con manos en la masa y a disposición de la Fiscalía.

Todo tipo de disertaciones, conversatorios y arengas impartiré en intercambio de destitución masiva de matavotos dedicados a sembrar trámites, requisitos, registros y renovaciones inútiles para cosechar corrupción.

Sólo participo en foro previa presentación de bachaquero preso con mercancía decomisada y devuelta al pueblo.

Acepto conversatorio siempre y cuando me presenten al brinco rabioso paramilitar aprisionado y armas decomisadas.

Doy discurso a domicilio a precio de boliburgués protector de empresas de maletín capturado con comisión en dólares preferenciales.

Intercambio seminario por pran comerciante acaparador en chirona por violar Ley de Precios Justos y Razonables.

Dicto cursillo en trueque de destitución de Nulidad Engreída o Mediocridad Consagrada separada de suculenta chamba por no haber hecho en su vida nada por la Revolución ni por Venezuela ni por la cultura ni por nadie.

Las tarifas no rigen para compromisos internacionales, que seguiré cumpliendo gratis porque mientras estoy fuera del país no me siguen exigiendo intervenciones a toda hora y mientras el palo va y viene las espaldas descansan.

Fuente de la Noticia:

http://www.aporrea.org/ddhh/a226779.html

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