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El peso de la pandemia

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

Conforme suceden acontecimientos importantes en la sociedad, se llevan a cabo diferentes instrumentos que dan cuenta de los efectos que éstos tienen en nuestra vida, máxime en situaciones como lo es la emergencia sanitaria, en donde nadie puede tener duda con respecto a la importancia e impacto en nuestras vidas.

En este sentido, de los diferentes instrumentos que han tomado percepción de nuestra realidad en este tiempo, hay dos en especial que han llamado poderosamente mi atención, las cuales ponen el foco en la educación y en los esfuerzos que se han desarrollado desde el hogar, tomando en consideración el nuevo rol que han tomado las familias en el marco de la propuesta mayoritaria que se ha implementado para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje tomando como eje el apoyo de la red de internet y en donde se necesita un respaldo por demás importante en casa para favorecer los aprendizajes.

En ambas encuestas, se hace evidente algo que se dice desde la voz de la experiencia, sin embargo, ambas dejan en claro que el mayor peso, independientemente del grado que se trate en educación básica, lo ha tenido la mujer.

La primera, que se llevó a cabo en Alemania, España, Francia, México, Nigeria, Reino Unido y Tailandia, se denominó On the frontline: the global economic impact of Covid -19, desarrollada en conjunto por el grupo AXA y el grupo Ipsos, la cual coloca a nuestro país como el que más presión han tenido las mujeres a partir de la pandemia, en donde se señala que más de la mitad de las mujeres en nuestro país han tenido que cuidar a otros (niñas, niños, adolescentes, jóvenes, enfermos, adultos mayores, etc.) durante la emergencia sanitaria, lo que ha repercutido fuertemente en su salud mental.

La otra encuesta que aborda datos importantes al respecto, es la del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la cual señaló la semana pasada, que las mujeres no solo tienen una múltiple jornada entre el hogar y su trabajo, sino que son quienes asumieron la tarea de guiar las actividades en lo que corresponde al hogar en el proceso de enseñanza – aprendizaje escolar.

De acuerdo con este último instrumento, de acuerdo con la distribución porcentual de la población de 3 a 29 años inscrita en el presente ciclo escolar que recibe apoyo en sus actividades escolares o tareas según el nivel de escolaridad es la figura materna quien hace fuerte las tareas de aprendizaje de sus hijos e hijas siendo en preescolar, la madre (88.4) y el padre (5.9%), para el caso de la educación primaria, la madre (77.0%) y el padre (7.9%) y en secundaria, la madre (60.2%) y el padre (10,2%).

Es clara la diferencia abismal que existe en la sociedad con respecto al peso que significa la figura materna en los tiempos de crisis sanitaria que vivimos, los cuales, como en el caso de las maestras que son a la vez madres de familia, especialmente quienes son educadoras y el día de ayer se celebró su día y felicito, a quienes se les ha multiplicado el trabajo en el hogar y en la escuela, en donde se deja claro que se requiere de políticas públicas con perspectiva de género y de fortalecimiento de la salud mental para atender las problemáticas que, de no atenderse, veremos sus consecuencias en el corto, mediano y largo plazos.

Fuente: https://profelandia.com/el-peso-de-la-pandemia/

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Apreciable Maestra Delfina

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

Llega Usted a la Secretaría de Educación Pública en un momento complicado para el Magisterio Nacional. El cansancio es evidente, solo hace falta ver sus rostros para saber que es necesario hacer algo al respecto.

El estrés causado por la emergencia sanitaria y la eliminación tácita de los límites de los horarios, la carga de buscar incansablemente los medios para localizar a sus estudiantes, pero también el desgaste por las decenas de mensajes para responder a las dudas de estudiantes y familias sobre las actividades a desarrollar, amén de las incontables solicitudes de evidencias por parte de las autoridades para ver “como van” los aprendizajes.

Por ello, no deja de darme gusto sus antecedentes, egresada de una Institución tan respetable como la Universidad Pedagógica Nacional, el haber estado en grupo por más de 16 años, tuve el gusto de cursar al igual que Usted la Maestría en Administración de Instituciones Educativas en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y creo que brinda por demás elementos para, acompañada de su experiencia en la Presidencia Municipal de Texcoco, así como tener la experiencia como Diputada y Senadora, desarrollar un trabajo que marque de manera importante la diferencia con sus antecesores.

Por favor no deje que la burocracia le nuble su perspectiva docente, sin duda alguna está Usted en un espacio privilegiado, en donde las políticas públicas entendidas como lo que un gobierno hace, pero sobre todo deja de hacer, pueden marcar la diferencia pensando precisamente en aquello que hace falta para que el magisterio vuelva a creer en el futuro de un país que ha emprendido reformas educativas más allá de lo que cualquier docente del mundo puede asimilar para llevar a su grupo.

Rodéese de personas de las cuales pueda no perder de vista el objetivo principal de una dependencia cuya esencia se encuentra en cada una de las aulas de las más de un cuarto de millón de escuelas en nuestro país, de las cuales casi la mitad no tienen una organización completa y que históricamente no se les ha visibilizado adecuadamente.

Si mi estimada Maestra Delfina, el reto no es menor y me parece que lo sabe. Su paso por este espacio tan privilegiado estará marcado por la manera en que pueda ver la educación desde ese escritorio. Salga, que no le platiquen, llévese ahí junto a Usted su cuaderno de planeaciones que más recuerde con cariño y recuerde con él a los casi dos millones de docentes que hay en nuestro país en todos los niveles, en escuelas públicas y privadas que estaremos atentos a esas decisiones que sin duda habrá de tomar.

Me parece que lo mejor que el magisterio podemos ofrecerle, es una crítica constructiva al trabajo de la Secretaría, porque solamente de esta manera, señalando lo que puede mejorarse, nuestras autoridades, de todos los niveles, tendrán la oportunidad de darse cuenta de muchas cosas que difícilmente, de otra manera podrían conocer. Éxito en su nueva encomienda, porque si le va bien a Usted, nos va bien a todo México.

Para mis amables lectores, que sea este 2021 un año lleno de paz, amor, armonía y mejores tiempos de este año que recién termina.

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com

Fuente: https://profelandia.com/apreciable-maestra-delfina/

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Hacia un nuevo modelo educativo

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

Con los recientes acontecimientos en donde el planeta entero se encuentra sumido en una transformación en prácticamente todos los sectores por el impacto de la llegada del COVID-19, en donde por supuesto, la educación ha sufrido severos cambios, podemos apreciar ante nuestros ojos, el nacimiento de un nuevo modelo educativo.

Los modelos, como representaciones de la realidad, asumen diferentes características en las que se puede apreciar la forma en que una sociedad, en este caso, a través de la educación, intenta formar un tipo específico de ser humano y, por supuesto el futuro de la sociedad.

Pocas dudas podemos tener sobre la manera en que han cambiado las características de la participación de los diferentes sujetos educativos que intervienen en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

Por una parte, el propio personal docente, ha tenido que modificar diferentes actividades, como es el caso de la respuesta con sus propios recursos para aportar al sistema educativo sus elementos tecnológicos, la manera de comunicarse con sus estudiantes, la llegada de infinidad de estímulos y distractores en derredor de éstos, el tiempo de capacitación y recursos de conectividad, así como la necesaria y forzada necesidad de adaptar sus prácticas pedagógicas para responder a las nuevas condiciones en que se desarrolla el proceso educativo, situación que le ha traído extenuantes y estresantes jornadas ampliadas de trabajo

Por otra parte, la inmersión de la escuela en cada uno de los hogares, o de los hogares en la escuela, como quiera apreciarse,  ha generado cambios importantes en las familias. En el caso de los padres y madres de familia, su coparticipación en el proceso educativo se ha hecho más vivible y ha representado no solo un reto para ellos, sino para el propio docente, en donde ahora debe de quedar claro no solo para su estudiante, sino para la propia familia o personas de apoyo, la ruta de aprendizaje.

Y por supuesto la complejidad para las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, no solo por el reto que plantea en sí la falta de elementos tecnológicos y conectividad para dar seguimiento a su educación, sino el modelo educativo de la propia educación a distancia que plantea sus propios retos, el aislamiento social de sus compañeros, así como la carga de violencia en el hogar que se ha incrementado, que sin duda todo ello, además de otros factores, han contribuido a la sensible baja de estudiantes que siguen adelante en el Sistema Educativo, misma situación que nos debe de preocupar pero más que todo de ocupar.

Todo lo anterior, debe de generar una profunda reflexión, sobre los aprendizajes que son prioritarios, eliminar la carga enciclopédica, privilegiar el aprendizaje basado en el propio contexto de las y los estudiantes, el rápido desarrollo de metodologías que, basadas en competencias, permitan enfrentar esta nueva realidad que ya supera los nueve meses y cuyo desenlace en el corto y mediano plazos parecen integrar elementos propios de una educación que incorporará elementos del ayer, pero sobre todo, del mañana…


manuelnavarrow@gmail.com

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Fuente: https://profelandia.com/hacia-un-nuevo-modelo-educativo/

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Mejorar la formación docente

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

La formación y el desarrollo del personal docente, a partir de la propia educación inicial y a lo largo de su trayecto profesional, son aspectos fundamentales cuyos elementos, en mayor o menor medida, conforman, cuando se le otorga la importancia debida, junto con el respeto por el magisterio, la estrategia base de aquellas naciones que hoy en día tienen los mejores sistemas educativos del mundo.

Cierto es que nuestro sistema educativo pasa, junto con el resto de la estructura de nuestro país,  por circunstancias atípicas debido al agresivo impacto de la emergencia sanitaria, al igual que muchos países en el mundo, sin embargo, los problemas que tienen que ver con el respaldo a la trayectoria profesional docente han sido prácticamente los mismos en los últimos 30 años, agudizados ahora por la drástica disminución de presupuestos, tanto para las Instituciones Formadoras de Docentes, como para la capacitación y la formación continua, cuyos niveles marcan límites mínimos históricos.

Por una parte, los problemas que enfrentan las Escuelas Normales desde tiempos lejanos, tienen que ver con una marcada dependencia administrativa, legal, económica e incluso académica, que les atan cualquier posibilidad de impulso a la innovación y el desarrollo profesional sin posibilidad alguna de adecuar los planes de estudio y con fuerte centralismo y ceguera administrativa a la hora de poder seleccionar la plantilla de personal, pues en muchos casos sus normas datan de hace más de 40 años, cuando las circunstancias educativas eran por demás diferentes.

Por otra parte, cuando se habla de la formación y el desarrollo profesional a lo largo de su trayecto de vida en el servicio, existen fuertes aberraciones que se necesitan revisar por parte de los diferentes niveles educativos. Durante muchos años, han sido los gobiernos de las entidades federativas los que han seleccionado cuáles deben de ser los cursos que el magisterio “necesita”, olvidando los problemas de aula con las propias necesidades a las que se enfrentan las y los docentes, acotadas por las exigencias de las normas administrativas y no académicas, generando una oferta por demás limitada cuyo alcance no rebasa anualmente el 10% del total de Profesionales de la Educación en cada Entidad, amen de un estrecho y muy limitado catálogo que sólo en escasas ocasiones se tiene posibilidad de seleccionar.

Definitivamente ya es tiempo de una nueva etapa para la formación y el desarrollo profesional para las y los profesionales de la educación, y no me refiero al lógico y pronunciado incremento en el presupuesto para ello, sino que deberíamos de pensar en un sistema en donde cada docente tuviera acceso permanente a un catálogo no solamente amplio y de calidad, acorde a sus propios requerimientos, sino con la posibilidad de poder seleccionar tantos cursos desee y que le sean reconocidos por el sistema para su promoción, tanto horizontal para incrementar su salario desarrollando su misma tarea, como vertical, para ascender de puesto en la estructura educativa de nuestro país.

Definitivamente hay ocasiones que las autoridades educativas necesitan ponerse en los zapatos de las y los profesionales de la educación para entrar en una nueva faceta de mejora continua de nuestro Sistema Educativo Nacional.


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manuelnavarrow@gmail.com

Fuente: https://profelandia.com/mejorar-la-formacion-docente/

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Los daños colaterales

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

En tiempos de la emergencia sanitaria en la que nos encontramos, son ya seis meses cumplidos en que toda forma de relación, convivencia, actividad y procesos que se llevaban a cabo sufrieron una completa transformación, siendo la incertidumbre una categoría de análisis que es común para todas las personas, independientemente de la actividad en la que se desenvuelva, lo cual se puede ver reflejado en los rostros en los espacios comunes de esa nueva normalidad que se empieza a asomar en nuestras vidas.

Para el caso específico del sector educativo, aparte de la incertidumbre que se ha generado en torno a las acciones emprendidas para responder a la contingencia y tratar de evitar lo más que se pueda los daños colaterales, como es el caso de la deserción escolar, la ampliación de las brechas cada vez más evidentes y el rezago en el aprendizaje por mencionar algunas, se tienen una serie de consecuencias que se han dejado sentir de manera permanente en las comunidades educativas.

En el caso del personal directivo y docente de las instituciones de educación básica, existe un evidente cansancio por la ampliación de las jornadas laborales, pues anteriormente las diferentes acciones de contacto con sus estudiantes, padres de familia y autoridades educativas, se acotaban en mayor o menor medida al horario correspondiente a la actividad del centro escolar, sin embargo, ante el cierre físico de las escuela y a partir de la utilización de elementos adicionales para responder a la emergencia, como lo son el uso de redes sociales, los mensajes SMS o por WhatsApp, o las mismas plataformas que se usan para las clases, cada vez en mayor medida, se “ha ido aprovechando el día” de tal manera que se empieza a difuminar la ya de por sí delgada línea entre la vida personal y profesional, ocasionando que desde muy temprana hora en la madrugada hasta altas horas de la noche, se tenga que estar posponiendo la relación familiar por responder mensajes que refieren alguna necesidad específica de alguna familia o autoridad educativa, o por el llenado de los incontables “formatos” que hay que estar llenando a cada momento.

Por otra parte, en no menores proporciones, se tienen los efectos que se han generado en las niñas y niños, quienes por muy diferentes motivos enfrentan el duelo de no poder acudir a su centro escolar, en donde el desarrollo del contacto social, las amigas y amigos, el recreo, así como las tensiones propias de los ajustes por las “adaptaciones tecnológicas”, están provocando molestias específicas a las que se enfrentan por las nuevas situaciones que les alejan de la posibilidad de todo contacto y sobre todo, el aprendizaje social tan importante para su propio desarrollo.

Finalmente, los daños que presentarán lo que no están, los que están en la lejanía geográfica, en la pobreza tecnológica, en el olvido de quienes, planteando una solución posible, se alejan de lo deseable, en donde se incrementan las brechas sociales, económicas y culturales que excluyen aun más en quienes menos tienen, dejando de lado la posibilidad de obtener un pase para concretar su derecho constitucional a una educación en nuestro país.


Correo electrónico: manuelnavarrow@gmail.com

Twitter: @meny_n

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Fuente: https://profelandia.com/los-danos-colaterales/

Imagen: Peggy und Marco Lachmann-Anke en Pixabay

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Confianza y educación

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

 

En días pasados se dio a conocer, por parte del gobierno federal, de la emisión del Programa Sectorial de Educación (PSE) 2020 – 2024, en el que se dan a conocer, tanto el diagnóstico, como las prioridades de la administración gubernamental en dicho sector.

La propuesta, parte de tres premisas básicas, ciertas a mi juicio, y que coinciden con la perspectiva en general del gobierno para implementar las políticas públicas en otras áreas de la administración pública como son: la corrupción, la corrección de un crecimiento económico que sólo ha beneficiado a pocas personas, el combate a las condiciones socioeconómicas de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad y la reconstrucción del tejido social.

En este sentido, se establece que la finalidad del PSE 2020-2024 es contribuir a un nuevo modelo de desarrollo basado en el bienestar de las personas, a partir de garantizar el disfrute pleno del derecho a la educación como catalizador para el logro de un desarrollo nacional sostenible, el cual intenta dar respuesta a los seis problemas públicos que identifica que se pueden resumir como: falta de oportunidades educativas, equitativas e inclusivas; falta de una educación de calidad para las y los estudiantes; falta de reconocimiento, formación y apoyo para el personal docente y directivo; la carencia de entornos favorables de las instituciones; el sedentarismo y falta de cultura física desde la primera infancia y la verticalidad y desarticulación de las decisiones públicas en materia educativa.

Como suele ser en los ejercicios de planeación estratégica de este tipo, a cada una de las problemáticas identificadas como fundamentales, se les asigna un Objetivo Prioritario (OP) y de ellos, se desprenden Estrategias Prioritarias (EP) y Acciones Puntuales (AP), dentro de los cuales, me gustaría destacar, por su importancia, lo establecido en el OP 3, que cuenta con 4 EP que se subdividen a su vez en 37 AP, ya que se refieren la formación inicial, la continua, los procesos de selección pertinentes para la admisión, promoción y reconocimiento, así como la evaluación diagnóstica que favorezcan el desarrollo profesional, así como el apoyo para la la gestión del personal docente, directivo y de supervisión en los centros educativos.

En el PSE, se habla entre otros, de temas que han sido poco más que retórica en los últimos años, del fortalecimiento de las escuelas normales, su autonomía de gestión, actualización de sus mallas curriculares, el diseño de un diagnóstico integral de las necesidades del magisterio, un sistema de promoción horizontal real y eficiente, que esperemos se conviertan -ahora si- en realidad.

Sin embargo, en el punto 3.4.7, se habla específicamente de apoyar el fortalecimiento de redes colaborativas de personal docente, directivo y de supervisión que faciliten el intercambio de experiencias en materia de gestión e innovación para la mejora continua de las escuelas, aspecto sin duda interesante, tomando en consideración de que todas las acciones efectuadas en el pasado, se han tomado a partir de la desconfianza, tomando decisiones verticales sobre sus necesidades y sin tomar consideración los saberes docentes y directivos que se construyen precisamente en el servicio y que son fundamentales para el fortalecimiento de la labor que día a día se realiza en los centros educativos.

Fuente: https://profelandia.com/confianza-y-educacion/

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COVID 19 y Género

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

La experiencia generada a partir de las acciones relacionadas con la emergencia sanitaria, ha propiciado diferentes efectos de acuerdo con la actividad que cada persona desarrolle en su vida personal, familiar o profesional, así, la emergencia ha sido un parteaguas muy importante que nos permite visibilizar lo que realmente sucede detrás de lo que hemos denominado como nuestra “normalidad”.

La educación, como un ámbito netamente social, recibe, en todos los sentidos, los efectos de lo que sucede en la comunidad, de tal manera que la emergencia sanitaria no ha sido la excepción, así, como señala el documento de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) “Desigualdades educativas y la brecha digital en tiempos de Covid-19”,  entre los factores que condicionan el acceso a una enseñanza de calidad en línea son: la clase social, la raza, la etnia, el género, la ubicación geográfica y el tipo de institución a la que pertenecen los estudiantes.

De entre estos factores, uno de ellos, en donde se ha visibilizado dicha realidad, tiene que ver con las problemáticas y desequilibrios en materia de género, en donde claramente se ha trasladado el peso de muchas de las acciones dentro del confinamiento a la mujer, quien por “costumbre” y machismo, se constituye en el pilar de las principales acciones que se dan en el hogar.

De acuerdo con Javier Enrique Díez (2004: P.5), toda la historia humana desde sus inicios está marcada profundamente por el patriarcado. Todas las culturas, todas las civilizaciones, todas las organizaciones lo han sufrido de una forma o de otra, sin embargo, al normalizarse se mezcla con otro tipo de actividades y disminuye su aspecto evidente, por lo que, es a raíz de circunstancias especiales como es el caso de la emergencia sanitaria, en el que se hace por demás visible.

A mediados del mes de abril, la doctora Elizabeth Hannon, Directora Asistente en The British Journal for the Philosophy of Science, comentó públicamente en Twitter sobre una dramática disminución en la presencia de artículos enviados por académicas mujeres, el cual fue uno de los primeros llamados de atención sobre el particular, sin embargo, conforme pasa el tiempo, más se hace evidente, como es el caso de las Trabajadoras de la Educación, quienes han visto sobrecargadas sus actividades al intentar desarrollar sus actividades laborales desde el hogar.

Más allá de eso, llama poderosamente la atención en los datos duros que tiene a la vista del público en general la propia UNAM en el sitio “Datos duros sobre la violencia de género”, en donde se incrementó la ocurrencia de presuntos delitos registrados en averiguaciones previas contra mujeres en más e un 13%, las llamadas de emergencia por violencia contra las mujeres en más de un 22% y en donde de acuerdo con la Red Nacional de Refugios A.C., se ha incrementado más de un 37% la violencia física contra ellas.

Vivimos en una sociedad compleja y en donde impera fuertemente el machismo y las actitudes de violencia y discriminación hacia la mujer, por lo que los tres niveles de gobiernos deben de establecer acciones afirmativas para su protección, es establezcan protocolos especiales para su defensa y sobre todo, cada una y cada uno de nosotros, aportar lo que esté de nuestra parte para visiibilizar el problema.

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/covid-19-y-genero/

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