Por: Marta Elena Bedoya R.
Bernard Hugonier, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el Foro nacional de la Calidad educativa en el 2010, hizo especial énfasis en la necesidad que tiene Colombia a disminuir la brecha educativa que existe entre las élites y las clases menos favorecidas que no tienen acceso a educación y el cuidado desde edades tempranas.
Desde 1994, la Ley General de Educación y los decretos que la reglamentan, señalan que la educación preescolar, la educación que se debe impartir a los niños, antes de iniciar la educación básica y la cual, comprende tres grados: Pre-jardín para los niños de tres años, Jardín para los niños de cuatro años y Transición o Preescolar para los niños de cinco años, este último un obligatorio constitucional y la cual se prestará en forma gradual, de acuerdo con los planes de desarrollo, una vez, esté cubierto el 80 por ciento del preescolar, y al menos el 80 por ciento de la educación básica.
Ese “al menos” que es el llamado de atención para nuestros gobernantes, se quedó por siempre, pues, han pasado 23 años de expedición de la norma y las cifras sobre cobertura educativa de los niños entre 0 a 6 años, corroboran en que es muy poco lo que se avanzado en la Educación Inicial, a pesar de la estrategia de “Cero a Siempre” que impulsa el actual gobierno, que a diciembre de 2014, señala que de los 4.3 millones de niños menores de 5 años en situación de vulnerabilidad, tan sólo alrededor de 925.529 mil, reciben atención integral. (Revista Dinero, mayo 29-2015-Nº470) Por el contrario, las noticias que nos llegan con frecuencia son las amenazas de huelga de las madres comunitarias, además, de las cifras preocupantes de las altas tasas de desnutrición infantil y muerte por la ausencia y abandono del Estado.
Así, en la encuesta Nacional de situación Nutricional en Colombia (ENSIN), realizada en el 2010, el 3.4% de los niños menores de 5 años, tenían desnutrición global (deficiencia de peso para la edad) y 13.2% desnutrición crónica (deficiencia de altura para la edad). Deplorable las cifras en la población indígena, de 7.5% y 29.5%. (Revista Dinero, mayo 29-2015-Nº470) La inversión de más impacto para reducir la pobreza y la desigualdad, en las condiciones de vida de las familias, es la que se haga en los niños. Colombia invierte anualmente $2.8 millones por niño en un centro de desarrollo Infantil y $2.1 millones en modalidad familiar, que cubre: el 70% nutrición, vacunación y propuesta pedagógica. ¿Esperar hasta cuando la atención al 100 % de niños?
Fuente: http://www.eldiario.com.co/seccion/OPINION/hasta-cu-ndo-1703.html
Imagen: http://delaurbe.udea.edu.co/wp-content/uploads/2015/04/Educaci%C3%B3n.jpg