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Otra vez la Universidad

Rolando Cordera Campos

De 1968 a la fecha, la UNAM, escribía en 2004 Carlos Monsiváis, ha pasado por demasiadas contingencias (la más lamentable: los 10 meses del Consejo General de Huelga) y se ha enfrentado a los acosos gubernamentales, los brotes sectarios, la explosión demográfica, la burocratización, las andanadas neoliberales y la economía académica de autoconsumo.

“En todo este tiempo, y a pesar de los intentos de santificarla para mejor manipularla, la Autonomía, en tanto que garantía de libertades del pensamiento y la disidencia, es un elemento indispensable, si no el de antes –en la medida en que la crítica es ya una decisión nacional–, sí el que requiere una institución amenazada por las fragilidades del presupuesto y defendida por su condición absolutamente necesaria en el país”. (Carlos Monsiváis, “Cuatro versiones de autonomía universitaria”, Letras Libres, noviembre 2004).

Traigo a cuento la cita de Carlos porque a raíz de la criminal agresión registrada el pasado 22 de septiembre en el plantel sur del CCH, nuestra Universidad Nacional vive inmersa en un clima de incertidumbre y miedo, terreno propicio para brotes de irracionalidad y anomia no siempre previstos. El trato a las autoridades en no pocas escuelas y facultades por parte de airados grupúsculos juveniles así lo indica.

A unos mensajes intimidatorios difundidos por redes sociales, han seguido notas anónimas en baños y escaleras avisando de bombas o agresiones violentas a los estudiantes, lo que ha llevado a la toma o cierre de varias facultades y escuelas. Se presentan pliegos petitorios que van desde el reclamo de medidas de seguridad al de material de limpieza, hasta el rompimiento de relaciones con Israel. En fin, exabruptos sin cauce que suelen aterrizar en la búsqueda de cauces paternales sintomáticos de mayores patologías que ahora resumimos en diagnósticos apresurados sobre nuestra salud mental.

No es, ciertamente, la primera vez que nuestra casa de estudios se encuentra bajo acoso e irracionalidades desbordadas. Por ello, es del todo legítima la convocatoria del rector Lomelí a cerrar filas y a reflexionar en torno a nuestros compromisos ciudadanos y universitarios.

Como en pocas ocasiones, se vuelve urgente y hasta vital hacer que nuestras universidades sean voces duras y fuertes, no disonantes ni estridentes, pero sí articuladas por una legitimidad que solemos desdeñar desde el privilegio del campus. Unas expresiones legítimas y legitimadas por la sociedad que reclamen deliberación racional y justicia.

Dada la circunstancia global, el pedir rigor y lealtad, cultivo genuino del saber y respeto al otro y a los otros, no es más expediente de ocasión, sino referencia crucial dirigida al fortalecimiento comunitario y de sus instituciones. Encauzar el desplante autoritario juvenil hacia unas deliberaciones serenas y con el afán de construir espacios productivos y de aliento civilizatorio no es misión ilusa, sino tarea cotidiana.

Hoy más que nunca, si cabe, es preciso valorar los compromisos del Estado y la sociedad con la universidad y, más allá, con una educación básica que vuelve a vivir tragedias diarias, como con rigor ha señalado –y señala– el estudioso Gilberto Guevara. No se trata, pues, de erigir ilusas murallas, sino de inscribir en el centro del quehacer universitario la defensa serena y firme de las libertades en contextos abrumados por polarizaciones destructivas.

La defensa de nuestra máxima casa de estudios compromete a los universitarios a ser mejores: “(…) la universidad debe contribuir a dar propuestas a temas como la desigualdad, las políticas redistributivas, salud, migración (…)”, como señaló nuestro rector Lomelí en entrevista con Rosa Elvira Vargas y Lilian Hernández (“La tragedia en el CCH Sur marca ‘un antes y un después’”, La Jornada, 7/10/25). Será en estos campos donde pueda desplegarse el afán juvenil por una creatividad solidaria y nunca aislada en ilusas torres de marfil.

De aquí la urgencia de cerrar filas frente a confrontaciones sometidas por una irracionalidad que corroe porque aherroja el diálogo entre iguales y arrincona el cultivo del conocimiento y el saber que conforma el tuétano del quehacer universitario.

El desplante dizque antiautoritario ha devenido en encuentro costoso hasta nublar los auténticos deberes de las comunidades universitarias de México. Es vital recuperar el respeto a nuestros quehaceres para poner en el centro de nuestras angustias y ambiciones la reconstrucción de un compromiso histórico con el cultivo del saber para transformar nuestras realidades. De esto debería tratarse.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/10/12/opinion/otra-vez-la-universidad

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Ley con sello, pero sin billete: Milei se prepara para promulgar y suspender el financiamiento universitario

El Gobierno nacional avanza con el decreto para promulgar la ley de financiamiento universitario aprobada por el Congreso hace poco más de una semana.

Sin embargo, su aplicación quedará en suspenso: al igual que ocurrió con la norma que declaró la emergencia en discapacidad, el Ejecutivo pedirá al Parlamento que defina de qué partidas saldrán los fondos para cubrir los nuevos gastos.

El pasado 2 de octubre, el Senado rechazó de manera contundente los vetos presidenciales a dos leyes clave: la de Emergencia Pediátrica —conocida como Ley Garrahan— y la de Financiamiento Universitario. Con esta votación, ya son tres los vetos de Javier Milei que no lograron sostenerse en el Congreso.

A pesar de ello, la Casa Rosada prepara la promulgación formal de la norma en los próximos días, aunque sin habilitar los recursos para su ejecución.

Según cálculos de la oposición, la actualización de fondos para las universidades representa un gasto adicional del 0,14 por ciento del PBI (1.059 millones de pesos). El oficialismo, en cambio, eleva esa cifra a más de 1.500 millones de pesos.

El antecedente inmediato es el decreto 681/25 firmado el 22 de septiembre por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que oficializó la ley de discapacidad.

Allí se argumentó que el Congreso había omitido precisar el origen del financiamiento para cubrir los gastos que la norma implicaba.

Ahora el Gobierno insiste con la misma postura: que sea el propio Parlamento, a través de la discusión del Presupuesto 2026, el que establezca cómo se incrementarán los recursos.

En este marco, se descarta reasignar partidas del presupuesto vigente o realizar ajustes retroactivos por inflación.

No obstante, hubo reconocimientos puntuales: la Universidad Nacional de La Plata recibió 4.000 millones de pesos como compensación por el aumento de sus gastos tarifarios.

Mientras tanto, desde la oposición crecen las presiones para que el Ejecutivo cumpla con lo aprobado.

El 6 de octubre, Elisa Carrió envió una carta documento a Francos exigiendo que se reasignen las partidas necesarias para garantizar la aplicación de la Ley de Emergencia del Garrahan, ratificada días antes por el Parlamento.

El Gobierno, sin embargo, se respalda en el artículo 5 de la Ley 24.629, que establece que toda norma que autorice gastos debe prever expresamente su financiamiento.

En caso contrario, su ejecución quedará suspendida hasta que las partidas sean incorporadas al presupuesto nacional. Con ese argumento, el oficialismo transfiere la responsabilidad a la oposición, que consiguió la mayoría agravada para rechazar los vetos presidenciales.

De esta manera, la estrategia oficial busca evitar un conflicto judicial inmediato y trasladar la discusión al debate presupuestario.

Según lo estipulado por la normativa citada, cualquier reconocimiento de derechos derivados de estas leyes solo tendrá eficacia a partir de la sanción de la futura ley de presupuesto en la que se contemplen los recursos necesarios.

https://www.agencianova.com/nota.asp?n=2025_10_12&id=159050&id_tiponota=4

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Estudio revela que muchos niños de educación infantil tienen dificultades de coordinación que los padres no detectan

Las maestras pueden ser clave para identificarlas a tiempo en el aula si se pueden aplicar medidas en los centros educativos para intentar detectar estas dificultades.
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Argentina: Con una caravana, docentes activaron un plan de lucha para exigir mejoras en el presupuesto

Con una caravana, docentes activaron un plan de lucha para exigir mejoras en el presupuesto

Las y los docentes de Córdoba realizaron una caravana en rechazo al Presupuesto 2026 presentando por el gobierno de Javier Milei. La Unión de Educadores de la Provincia (UEPC) advirtió que el financiamiento presentado en el plan económico «anula todos los artículos por los cuales se garantiza el sistema educativo».

La movilización marca el principio de una serie de acciones que se enmarcan en un nuevo plan de lucha, acompañado por gremios de trabajadores universitarios. El martes próximo el sindicato adhiere al paro nacional por 24 horas. 

En una conferencia de prensa realizada este martes, el secretario General Roberto Cristalli afirmó «lo que está consolidando el presupuesto presentado por el Gobierno nacional es el corrimiento del rol del Estado como garante del servicio educativo en todo el país».

Bajo la consigan «La escuela enseña y construye esperanza», UEPC solicitó una nueva Ley de Financiamiento Educativo, la restitución del Fondo de Incentivo Docente (Fonid), que el Ejecutivo ponga en marcha la paritaria nacional y la continuidad del régimen jubilatorio.

https://lmdiario.com.ar/contenido/495271/uepc-activo-su-plan-de-lucha-docentes-realizaron-una-caravana-para-exigir-mejora

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Los niños de Gaza se enfrentarán a daños genéticos «en las próximas generaciones» a causa del genocidio de Israel

El arroz es el único alimento nutritivo que Mohamed Aldreini puede permitirse para alimentar a su hija Rewan, de 22 meses.

La pequeña palestina nunca ha podido probar la leche de su madre desde que nació en noviembre de 2023, un mes después de que comenzara el genocidio israelí en Gaza.

La madre de Rewan, que ahora cuida de cuatro hijos, lucha contra la depresión.

Su cuerpo dejó de producir leche tras los repetidos traumas causados por el asedio israelí y los incesantes bombardeos.

La familia se vio obligada a huir de su hogar en Beit Lahia, en el norte de la Franja de Gaza, primero a la ciudad de Gaza y luego a Jan Yunis.

«Estos acontecimientos llevaron a que a la madre de Rewan le diagnosticaran trastorno de estrés postraumático», explicó Aldreini a Middle East Eye, mientras su esposa hervía una pequeña olla de arroz para preparar un arroz con leche sin leche para su hija.

Rewan ha heredado la fragilidad de su madre.

No puede caminar, apenas habla, sufre de un sistema inmunológico débil, problemas cardíacos y desnutrición grave.

Sigue perdiendo peso y ahora solo pesa 7 kg. Su salud se está deteriorando bajo lo que su padre denomina «hambruna provocada» impuesta por Israel en la Franja de Gaza.

Aldreini cree que Rewan podría sobrevivir al hambre «si recibiera una mejor nutrición y la guerra terminara».

Pero los investigadores genéticos advierten que, aunque sobreviva, es probable que Rewan sufra problemas de salud a largo plazo, y no sólo ella, sino también sus futuros hijos.

Evidencias históricas

Durante las últimas dos décadas, las investigaciones sobre hambrunas y traumas históricos —desde el Holocausto hasta la Gran Hambruna en China y el genocidio de Ruanda— han demostrado que ese sufrimiento deja huellas genéticas duraderas.

Aunque el hambre, el estrés y el trauma no mutan el ADN, sí lo marcan con cambios químicos que afectan a la expresión de los genes, sin alterar la secuencia subyacente.

Este proceso se conoce como epigenética, y consiste en la transmisión del peso de la guerra de generación en generación.

Durante la ocupación nazi, entre 1944 y 1945, se cortó el suministro de alimentos a la parte occidental de los Países Bajos, lo que provocó una hambruna generalizada.

Décadas más tarde, los investigadores descubrieron que los hijos de las mujeres embarazadas expuestas a la hambruna corrían un mayor riesgo de sufrir graves problemas de salud en el futuro.

«Los estudios demuestran que las hormonas del estrés de las madres afectan al cuerpo y al cerebro de los bebés», afirma la profesora Tessa Roseboom, bióloga de la Universidad de Ámsterdam que dirigió la investigación sobre el impacto genético de la hambruna holandesa.

«También hemos estudiado cómo la situación de los padres que viven en condiciones inseguras, estresantes y de malnutrición afecta a sus bebés», añadió Roseboom.

En 2015 un destacado estudio dirigido por Rachel Yehuda se centró en 32 supervivientes del Holocausto y sus hijos, y encontró pruebas de la herencia epigenética del estrés.

«Los cambios genéticos en los niños sólo pueden atribuirse a la exposición de sus padres al Holocausto», explicó Yehuda.

Doble impacto en Gaza

Debido al bloqueo israelí en curso, aún no se ha realizado ninguna investigación directa sobre la presencia de marcadores epigenéticos en Gaza.

Sin embargo, los científicos ya están estableciendo paralelismos con casos de los Países Bajos, China y entre los supervivientes judíos del Holocausto.

«En Gaza, las condiciones actuales son tan perjudiciales que pueden causar daños duraderos a la salud de los niños, y a las generaciones futuras, incluso si la paz llega pronto», declaró Roseboom a MEE.

El Dr. Leon Mutesa, investigador destacado de la Universidad de Ruanda, cuyo trabajo se centra en el legado epigenético del genocidio de 1994, comparte una perspectiva similar.

«Hoy en Gaza ya vemos los síntomas: miedo, estrés y niveles altos de colesterol, todos ellos indicadores tempranos de cambios epigenéticos inminentes, similares a los que observamos en Ruanda», explicó Mutesa a MEE.

La investigación en Ruanda comenzó después de que se observara que los niños nacidos durante el genocidio cargaban con el peso del trauma de sus madres, explicó Mutesa.

Esto se manifestaba en forma de depresión, ansiedad, trastorno bipolar, alucinaciones y otros trastornos psiquiátricos.

«En zonas de guerra como Gaza, el impacto se duplica. Las capas adicionales de sufrimiento, hambre, desplazamiento y violencia continua agravan el trauma colectivo. Estas condiciones dejan marcas epigenéticas negativas aún más profundas», añadió.

Según estimaciones de los responsables de la sanidad palestina, las fuerzas israelíes han matado al menos a 20.000 niños desde que comenzó la guerra en Gaza hace dos años.

Unicef afirma que, según los informes, más de 50.000 niños han muerto o resultado heridos.

Sólo en agosto se identificó a 12.800 niños con desnutrición aguda, en una hambruna que la ONU ha confirmado «de manera irrefutable».

Es probable que estas condiciones dejen daños epigenéticos graves y duraderos.

«Creo que los habitantes de Gaza sufrirán secuelas catastróficas, quizás incluso más graves que las que observamos en estudios de casos de atrocidades anteriores», afirmó el profesor Hassan Khatib, experto en epigenética de la Universidad de Wisconsin-Madison.

«No hay duda de que al pueblo de Gaza le espera un desastre genético, especialmente a las mujeres embarazadas y a los adolescentes varones durante la pubertad, una etapa crítica en la que se forma el esperma», advirtió.

Khatib señaló que estudios recientes con ovejas han demostrado que la dieta del padre puede afectar a rasgos como el crecimiento muscular y el riesgo de enfermedades, con efectos que se transmiten a dos generaciones.

«Lo que está sucediendo dará lugar a un desastre futuro que veremos en las generaciones que crecen en Gaza, porque la Franja está siendo testigo de muchos factores complejos que ejercen una presión negativa sobre la población», añadió Khatib.

Una solución

Tras revisar el caso de Rewan y el historial médico de su familia, los especialistas concluyeron que se enfrenta a un riesgo significativamente mayor de sufrir complicaciones graves de salud debido a los efectos epigenéticos, lo que coincide con los resultados de estudios anteriores.

«Está claro que esta niña no está recibiendo los nutrientes esenciales que necesita para su desarrollo», afirma Roseboom.

«Es probable que eso afecte a su metabolismo y la haga vulnerable a la diabetes o a enfermedades cardíacas».

Rewan Aldreini apenas habla, sufre de un sistema inmunológico débil, problemas cardíacos y desnutrición grave bajo el asedio israelí en Gaza (MEE/Islam Ahmed).

El Dr. Mutesa está de acuerdo. «Los genes de Rewan están siendo alterados por la guerra y el hambre. Ella y sus futuros hijos sufrirán las consecuencias», advirtió.

Los estudios apuntan a una solución clara para la crisis que se avecina: «Detener la guerra», afirmó Mutesa.

«Observamos que algunos ruandeses expuestos al genocidio comenzaron a mejorar una vez que terminó la violencia y se les proporcionó apoyo», añade.

Las investigaciones también muestran que el estilo de vida y el entorno desempeñan un papel importante en la influencia de los marcadores epigenéticos. En otras palabras, los cambios positivos, las condiciones de vida seguras, el acceso a los alimentos, la atención sanitaria y el apoyo pueden ayudar a reparar algunos de los daños.

«Necesitamos que la comunidad internacional actúe para detener el sufrimiento en Gaza», afirma Roseboom.

«Este conflicto no sólo afecta al presente, sino que está creando consecuencias para toda la vida de niños como Rewan y, potencialmente, para las generaciones venideras».

Aunque el daño ya causado puede ser irreversible para algunos, los científicos coinciden en que aún se puede prevenir mucho si se proporciona el apoyo adecuado.

La seguridad, la atención médica, la nutrición y la estabilidad social son fundamentales para salvar la vida de Rewan y la de innumerables niños como ella en Gaza.

«Aunque veo cómo se deteriora la salud de mis hijos, y aunque mi mujer y yo luchamos contra la diabetes y la hipertensión, sigo atreviéndome a soñar con que este genocidio va a terminar», dijo Aldreini, el padre de Rewan.

«Todo lo que queremos es poder volver a una vida normal, como seres humanos que somos».

(Información adicional de Islam Ahmed en la Franja de Gaza).

Shaima Madboly es una periodista independiente, además de investigadora y profesora especializada en información sobre conflictos y paz. Ha colaborado con Aljazeera English, la Radio Pública de Suecia (SR) y la BBC, entre otros medios. Su trabajo abarca regiones en conflicto y posconflicto de la región MENA, Europa, Rusia y Afganistán. También imparte clases y realiza investigaciones sobre estudios de paz, medios de comunicación en conflictos y consolidación de la paz, y no violencia. X: @shaimamadboly

Texto en inglés: Middle East Eye, traducido por Sinfo Fernández.

Fuente: https://vocesdelmundoes.com/2025/10/07/los-ninos-de-gaza-se-enfrentaran-a-danos-geneticos-en-las-proximas-generaciones-a-causa-del-genocidio-de-israel/

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Over 60% higher education institutions in India now permit use of AI tools: Report

By: Education Desk

The study finds that 40 per cent of HEIs have deployed AI-powered tutoring systems and chatbots, while 39 per cent have introduced adaptive learning platforms, and 38 per cent are using AI for automated grading.

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Jane Goodall cambió el paradigma de la evolución humana y el lugar que ocupamos en la naturaleza

Por: Paul Palmqvist Barrena 

Parque Nacional de Gombe Stream, Tanzania, finales de noviembre del año 1960. Jane Goodall, una londinense de 26 años, amante de los animales, lleva desde julio viviendo en una choza rodeada por la densa vegetacion selvática, acompañada tan solo por su madre y un cocinero. Durante los meses transcurridos, ha documentado cómo se desplazan los chimpancés, de qué se alimentan y cómo fabrican los nidos de hojarasca donde pasan la noche. Pero estos simios son solo sombras fugaces y esquivas que se mueven entre la densa vegetación, evitando el contacto con ella.

La financiación se acaba y teme defraudar a Louis S.B. Leakey, el gran paleoantropólogo a quien había conocido tres años antes y que confió en ella para encomendarle tamaño trabajo pionero de campo, pese a carecer de formación académica.

Es precisamente en este momento de dudas cuando, por sorpresa, un chimpancé macho a quien bautizará como David Greybeard (“barba gris”) se acerca confiado a ella, sin mostrar una actitud agresiva, sentándose junto a un montículo que alberga un nido de termitas. Toma una ramita, la manipula y la rompe hasta dar con las dimensiones adecuadas, introduciéndola repetidamente en el nido para sacar a las termitas, que se aprestan a defenderlo, y se las come con delectación. Al ser informado por Goodall sobre el hallazgo, Leakey respondió entusiasmado con un telegrama que ha pasado a los anales de la evolución humana:

“Ahora debemos redefinir el concepto de herramienta, redefinir el concepto de humano o aceptar también a los chimpancés como seres humanos”.

Cambio de paradigma

Una abrumadora mayoría de las personas pasan por este mundo sin dejar una huella duradera. Muy pocas hacen aportaciones significativas al acervo general de conocimiento de la humanidad, y aún menos aportan una visión que se traduce en un cambio de paradigma. Jane Goodall, quien falleció por causas naturales el pasado 1 de octubre a los 91 años de edad, fue sin duda una de estas personas singulares.

Su legado es inmenso, no solo en los campos científicos de la etología (el análisis del comportamiento animal) y la primatología (el estudio de los primates, el orden de mamíferos al que pertenecemos los seres humanos y nuestros parientes vivos más próximos, los chimpancés), sino también en la concienciación social sobre la necesidad de conservar la biodiversidad y los espacios naturales que la albergan.

Hay múltiples razones para poner en valor el legado excepcional de Jane Goodall, pues antes de que se desplazase a Gombe sabíamos muy poco sobre la conducta de los chimpancés en su medio natural. Sin verse condicionada por los sesgos inherentes a una formación académica reglada, Goodall adoptó una metodología heterodoxa.

Entre otras cosas, rehusó seguir la práctica habitual de numerar a los objetos de estudio, justificada por la supuesta pérdida de objetividad que implica el apego emocional al individuo estudiado. En cambio, procedió a darles nombres a los chimpancés, eligiendo los apodos en función de los rasgos observados de su carácter o los parecidos físicos que creía ver con personas conocidas.

Gracias a esta proximidad emocional, y a su inmensa paciencia, documentó aspectos inquietantemente humanos en su comportamiento, como el hecho de que cada uno de los individuos tenía una personalidad única, siendo capaz de desarrollar pensamientos racionales, experimentar emociones –como alegría y tristeza– o desarrollar alianzas complejas –y mudables en el tiempo– con otros congéneres. Algo que por aquella época no resultaba nada convencional.

En sus estudios de campo, cuyos primeros resultados relató magistralmente en su libro En la senda del hombre, publicado en 1971, Goodall documentó que, pese a que los chimpancés se habían considerado como estrictamente vegetarianos, consumían carne siempre que les era posible, cazando monos colobos con regularidad. De hecho, se ha estimado que hasta un tercio de la población de estos monos en el parque es devorada cada año por los chimpancés.

En las partidas de caza, cuyo éxito depende en gran medida del número de ejemplares que colaboran para aislar al mono en la copa de un árbol, bloqueando las posibles salidas, el reparto de la carne una vez cobrada la pieza adquiere especial relevancia. Los machos la comparten preferentemente con aquellos otros de quienes depende asegurar su posición en la jerarquía, pero atienden también las solicitudes de las hembras sexualmente receptivas (esto es, pagan a cambio de tener sexo).

Los chimpancés también se enfrascan en guerras

Otro hallazgo inquietante fue que las hembras dominantes del grupo matan ocasionalmente a otras más jóvenes para mantener su posición en la jerarquía, practicando el infanticidio e incluso, a veces, el canibalismo. Pero quizás la mayor conmoción ocasionada por sus estudios fue la de que los chimpancés se enfrascan en conflictos territoriales duraderos con los grupos vecinos, a cuyos miembros matan sistemática y deliberadamente en lo que se pueden denominar con propiedad como auténticas guerras entre clanes. Así lo relató en su libro de 1989, titulado A través de una ventana: treinta años estudiando a los chimpancés.

Transmisión cultural de las madres a sus crías

En definitiva, los estudios pioneros de Jane Goodall han cambiado nuestra percepción sobre la evolución humana y el lugar que ocupamos en la naturaleza. Sus observaciones inspiraron los trabajos de nuevas generaciones de primatólogos, quienes crecieron con el estímulo de sus escritos. Por ejemplo, los relativos al aspecto no trivial de si podemos considerar que los chimpancés tienen una cultura propia, lo que siempre se consideró como algo exclusivamente humano.

Así, en dos trabajos posteriores, en los que también participó Goodall, se estudió la distribución de más de seis decenas de rasgos de comportamiento en ocho poblaciones de chimpancés diferentes de África central, detectando en dos tercios de ellos variantes culturales según la aparición o no de tales rasgos en esas poblaciones. Son este tipo de diferencias las que precisamente nos permiten hablar de culturas humanas. No obstante, conviene indicar que las poblaciones estudiadas pertenecen a las tres subespecies de chimpancé, Pan troglodytes troglodytes, P. t. schweinfurthii y P. t. verus, la última de las cuales divergió evolutivamente de las otras dos hace casi 1,6 millones de años según indican los datos genéticos.

Por otra parte, en los chimpancés se produce exogamia femenina (esto es, son las hembras las que se dispersan, cambiando de grupo familiar al alcanzar la edad reproductiva). Esto significa que la diseminación de las variables culturales depende del sexo femenino, como también lo sugiere el hecho de que la transmisión cultural por aprendizaje se da preferentemente desde las madres hacia sus crías. Ello parece venir apoyado por el hecho de que es el número de chimpancés hembras el que se correlaciona con la variedad de hábitos culturales en el grupo, no el de los machos.

En definitiva, resulta difícil calibrar el legado científico y cultural de Jane Goodall sin disponer de la perspectiva temporal adecuada. Este legado se ha materializado, por el momento, en el Instituto Jane Goodall, con treinta oficinas alrededor del mundo, cuyo objetivo es proteger los hábitats de los animales salvajes, realizar investigaciones y promover la educación ambiental. Pero también en el programa mundial para jóvenes “Roots & Shoots” (raíces y brotes), que patrocina unos 10 000 proyectos de impacto local en más de sesenta países, impulsando iniciativas de reciclaje, reforestación y defensa del bienestar animal.

Aunque es mucho lo conseguido en su larga vida, las generaciones venideras, inspiradas por su memoria, tienen todavía bastante por hacer.

Paul Palmqvist Barrena. Catedrático de Paleontología, Universidad de Málaga

Fuente: https://theconversation.com/jane-goodall-cambio-el-paradigma-de-la-evolucion-humana-y-el-lugar-que-ocupamos-en-la-naturaleza-266606

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