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Colombia: Historias de cinco mujeres que luchan contra el Covid-19 en Cali

Redacción: El País

Las guerras han sido a lo largo de la historia la muestra del lado más oscuro de la humanidad; quienes exponen sus vidas son unos pocos y otros tantos dirigen elaborando las estrategias para atacar. Al final algunos se levantan y otros no vuelven a ver la luz del día.

La guerra que se libra hoy no es contra un enemigo de carne y hueso y los valientes no son soldados, o eso es lo que parece; el primero no tiene cara pero es tan mortal como el disparo que sale de un fusil, los segundos son profesionales que han consagrado su vida al servicio. Ahora la lucha es contra un virus y los que intentan vencer con pocas armas son quienes integran el cuerpo de salud.

Para Lina, María del Socorro, Nathaly, Adriana y Nancy, los guantes, batas, mascarillas y gafas, son su escudo contra un ser que se observa por microscopio, pero que ha tenido la capacidad de aterrar al mundo, los pensamientos se cubren de los ‘Yo puedo’. Ha sido toda una experiencia para estas 5 mujeres, que son ahora capitanas de una guerra que esperan ganar batalla por batalla.

A pesar de sus diferentes edades, (oscilan entre 23 y los 47) sus rutinas logran coincidir en varios aspectos. Antes de que salga el sol empiezan su jornada; llegan a su trabajo en pirata, bus, o ambos, y con algo más de suerte, en carro particular. Los días empiezan con el desayuno apresurado, recibir turno y actualizarse de las novedades. “Hay que procurar comer antes de entrar porque sí el turno se complica, a duras penas hay espacios para ir al baño”, comenta Socorro.

La preocupación al transitar por los pasillos de las instituciones de salud, es inevitable. Lina, practicante de internado flexible, dice que es inevitable no sentir miedo al pasar cerca de la unidad de cuidado intensivo de los pacientes positivos de Covid-19, de ir en su subir al ascensor, o de ir a urgencias.

“En mi caso vivo con mi familia, es complejo trabajar en una institución en la que debo estar en contacto con enfermos y sí he sentido un poco de rechazo, basados en el miedo de contagiarse. Al inicio era difícil llegar a casa y no abrazar a nadie, quitarse zapatos, ropa, bañarse y luego de un rato compartir con mis papás, en el caso de mi abuela ella está completamente aislada y por ejemplo, no veo casi a mis hermanos y sobrinos”, cuenta.

Para Nathaly, practicante de internado flexible, resulta complejo renunciar a las demostraciones de afecto que recargan, luego de una jornada ardua. Dice que no se cubre para hacerle frente al enemigo y salvarse, lo hace para defender a otros.

¡La vida!, eso es lo que ni más ni menos comprometen los profesionales de la salud, dentro de los primeros párrafos del juramento hipocrático: “En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad. Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento a que son acreedores. Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida de mi enfermo será la primera de mis preocupaciones.” Sus pacientes se convierten en lo primero y último que pasa por el pensamiento de estas profesionales; saben que se enfrentan a una guerra en la que las posibilidades de perderla son altas, pues no solo la debilidad de sus trajes las acompañan, también la de toda una red hospitalaria que no da a basto.

Para Lina, practicante de internado flexible, la realidad da un fuerte golpe, cuando es la vida misma la que está en riesgo, y no hay recursos suficientes para protegerla: “El sistema de salud no está preparado para esta contingencia, si antes de que el Covid apareciera los hospitales ya estaban colapsados y luchando contra un sistema que no tiene cobertura para todos y para los que la tiene es pobre, jamás estaríamos preparados para enfrentar una pandemia, no hay suficientes pruebas rápidas, camas UCI en todas las instituciones, elementos de bioseguridad, dinero para invertir en toda la educación que se necesita para capacitar el personal.” ¿Cómo ganar esta guerra sin la armadura necesaria? Esa es la pregunta que les ronda la mente.

Adriana, bacterióloga de profesión y quien trabaja en uno de los laboratorios que en la ciudad procesan las pruebas de coronavirus, coincide: “Al Estado le falta mucho en la regulación de los profesionales en salud y también con las ARL porque ellos deben disponer los elementos de protección y le están delegando la responsabilidad a los trabajadores, y eso no tiene por qué salir del bolsillo de ellos porque tú estás expuesto por tu relación laboral no por tu vida personal.”

Lejos de casa

El alivio de estas mujeres en la primera línea de batalla, tras un día atareado de cargas y dificultades era llegar a casa, pero ahora hay un miedo inherente, no solo de contagiarse sino de afectar a los que te quieren.

Nancy, encargada de atención al usuario de uno de los centros médicos en Palmira, ciudad que en el Valle del Cauca alberga la segunda mayor cantidad de casos, cuenta: “Es un cambio psicológico y emocional porque es enfrentar una nueva realidad de vida y de cómo hacer las cosas; enfrentarnos a desapegos emocionales, porque muchos de los trabajadores de la salud no estamos con nuestros hijos y eso nos hace mucha falta, en mi caso puntual ya llevo 4 semanas sin verlos.”

Otra historia es la de María del Socorro, tecnóloga en Imágenes Diagnosticas, quien de sus 47 años, lleva 20 dedicada a su profesión. Cuenta que hace varias semanas no ve a su mamá, que es con quien vive, y a la que considera su mejor amiga. Y que desde siempre su profesión la ha hecho enfrentarse a travesías; ella como muchos otros del personal de la salud, viven lejos de su lugar de trabajo, casi toda su vida ha sido residente de Cali, pero por la situación debió tomar decisiones drásticas.

“Me vine a vivir sola a Palmira y ser mujer independiente en un país como el nuestro es un riesgo, amo esta ciudad porque aquí está mi trabajo pero este no es mi hogar. Una cama, unos cuantos muebles y un televisor no hacen una casa. Mi casa la ha hecho mi gente. Me falta mi familia, y por ellos es que hago esto… Pero yo soy una enamorada de mi trabajo y a pesar de estar ejerciendo mi profesión en medio de una pandemia, a mi la pasión no me la quita ningún virus.”

Pasión por el servicio

Las estadísticas son preocupantes, los casos aumentan y el Valle del Cauca tiene un alto porcentaje de los más de 21.000 contagiados del país. Y los esfuerzos gubernamentales a veces parecen insuficientes contra un virus que ya se propuso cambiarlo todo. Sin embargo, sin importar las noticias, el clima, o el estado emocional por el que el personal médico esté pasando, su vocación de servicio y su innegable pasión por lo que hacen, no les permite renunciar a la difícil tarea diaria de salvar vidas.

“Yo siempre he sido una enamorada de mi trabajo, y me siento supremamente orgullosa de mí y de las mujeres y hombres que hacen parte de mi equipo, porque sé que lo estamos haciendo bien”, expresa María del Socorro, al agregar que esa es la certeza que la mantiene de pie, saber que le sirve a otros.

Tiempo de crisis y de reflexión

Hay una sensación colectiva de esperanza, a la cual es necesaria añadirle una dosis de realidad. Adriana, desde su experiencia trabajando directamente con las pruebas de los pacientes, comenta: “El virus se queda, es algo que no se va a acabar en unos meses y es necesario un cambio en el comportamiento, es una transformación a nivel mundial de todos los aspectos sociales, económicos y culturales”.

En ese llamado de atención la acompaña Lina: “Es una oportunidad de tomar conciencia acerca de la vulnerabilidad del ser humano y de aprender de esta situación”.

Al final, estas cinco mujeres, a pesar de trabajar en diferentes áreas del sector salud, están viviendo la misma historia, compartiendo rutinas, luchando contra el mismo enemigo y alimentándose del mismo cariño por su profesión, por su gente.

Ellas no son más que la muestra de que este virus hace ver lo similares que son los seres humanos en los aspectos más fundamentales de la vida, y desde su labor diaria luchan como guerreras de una batalla, a la que hay que abalanzarse desde todos los frentes, con estrategias tácticas, la correcta investidura y equipos capacitados, pero sobre todo, como guerreras valerosas, con la certeza en el corazón de esperar un mañana mejor.

Sin brechas

Estas cinco mujeres, como tantas otras en el país y el mundo, que hoy son abanderadas dentro de su sector, no solo por su género sino por su capacidad de respuesta, su profesionalismo y su indudable pasión, son la viva evidencia de que esta pandemia se derrota actuando.

Aunque siguen siendo minoría, frente a sus colegas hombres, la brecha entre los unos y los otros se cierra en este ámbito, el espacio de la salud no da cabida a una diferenciación de géneros, Socorro comenta: “En el campo y en la vida todos somos colegas, iguales, nos damos apoyo mutuo, porque nos necesitamos hombres y mujeres… esa es una discusión que no se debería ni tener, yo soy excelente en mi trabajo porque me he capacitado y ser mujer no debería influir mi capacidad para ejecutarlo… si algo me permite ser más humana, sensible y presta a trabajar por y para los demás”.

Las secretarías de Salud de Cali y el Valle en este momento están lideradas por mujeres: Miyerlandi Torres y María Cristina Lesmes.

Fuente: https://www.elpais.com.co/cali/historias-de-cinco-mujeres-que-luchan-contra-el-covid-19-en.html

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Entrevista con Anette Jiménez Marata: «Escribir lo más ampuloso y rimbombante posible no es signo de saber mucho»

Redacción: Rebelión

Al Marinello –así, a secas– llegan cada año más de un millar de personas para participar en sus conferencias, cursos y talleres. Para muchos de los trabajadores (investigador@s, especialistas, editor@s, técnic@s, administrativ@s…) es imposible concebir la vida de la institución sin que se realicen al menos dos actividades al mes para compartir resultados y generar diálogos.

En ese camino, la investigadora y editora Anette Jiménez Marata organiza desde el año 2018 el curso de posgrado Hacer y escribir ciencia. Problemas y retos en la escritura de ciencias sociales. Se han realizado, hasta la actualidad, tres ediciones en el Marinello (con participación de profesionales de distintas disciplinas y diversas provincias del país) y se ha impartido el curso en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) y en el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS).

Sobre sus experiencias como coordinadora del curso y el desarrollo de su actividad de investigación, La Tizza conversó con esta joven licenciada en Filología por la Universidad de La Habana en 2006.


La tizza (LT): Es común escuchar, en instituciones culturales y por iniciativas grupales o individuales, sobre talleres de narrativa o poesía. No es así en los casos de los «textos científicos». ¿Por qué tu interés en el desarrollo de actividades para la formación en la escritura de «textos científicos»?

Anette Jiménez Marata (AJM): En primera instancia existe un factor motivacional. Siempre me ha gustado escribir. Estudié Filología y esta carrera me aportó herramientas útiles para analizar obras literarias. Luego, con los años, me adentro en el universo de la investigación social y me llama la atención, primero, la frecuencia de textos de ciencias sociales comúnmente llamados «ladrillos» o «bodrios», es decir, que por muy bueno que sea su contenido, desde el punto de vista formal son tan densos y herméticos que apenas pueden leerse. Segundo, fui constatando la necesidad que existe en la educación superior de recibir capacitación sobre este tema. Aunque en el imaginario social se piensa que un estudiante universitario ya sabe leer y escribir y «no hay que perder tiempo en enseñarle eso, que es un contenido propio de niveles precedentes», la realidad demuestra que un grupo importante de estudiantes universitarios llegan al momento de hacer su tesis (de licenciatura, maestría o doctorado) sin saber cómo hacerlo.

Es importante analizar también qué tipo de textos los estudiantes acostumbran a realizar hasta duodécimo grado, y qué tipo de textos les exige la Universidad. En el caso de Cuba, por ejemplo, las tipologías textuales con las que se trabaja en el preuniversitario y que incluso se evalúan en el examen de ingreso, no guardan relación con las demandas de la educación superior, en la cual los alumnos deberán hacer reportes de lectura, escribir informes, monografías, artículos, ensayos, entrar en discusión con referentes teóricos y metodológicos diversos, lograr colocar su voz en esta discusión y culminar su formación con la escritura de una tesis. Aunque parezca una verdad de Perogrullo, esto no se aprende por ósmosis: hay que enseñarlo.

Por otra parte, la escritura académica o científica es una actividad compleja que involucra disímiles componentes cognitivos, motivacionales, educativos y culturales, y está íntimamente relacionada con el ámbito de la investigación. Los cientistas sociales y docentes, más tarde o más temprano, deberán comunicar sus resultados científicos, publicarlos, socializarlos… y esto incidirá directamente en su reconocimiento y legitimación profesional en un gremio determinado.

Este es un tema que me apasiona, y no solo desde el punto de vista docente sino también investigativo: descubrir y analizar cómo se escriben las ciencias sociales en Cuba, qué subprocesos siguen sus autores, de qué modos les han enseñado o no a hacerlo, qué lugar se le otorga en este ámbito a las bellas letras, qué desafíos implica escribir y publicar ciencias sociales hoy en Cuba y fuera de ella, qué vacíos existen en este tema en la educación superior actual… en fin, cada edición del curso de posgrado que organizo es para mí un reto y a la vez una reafirmación de la pertinencia y demanda que tiene este tema en el país.

LT: Hay en tu respuesta varios asuntos de interés y queremos regresar a ellos. Decías que te llama la atención lo hermético y denso de algunos textos de ciencias sociales y, además, comentas que los cientistas y docentes que se desempeñan en este campo deben comunicar, publicar, socializar sus resultados. A partir de tus investigaciones y la interacción con los cursistas del posgrado que organizas, ¿para quién(es) escriben o deben hacerlo los investigadores sociales? ¿Qué peso en la «manera de escribir» tiene el público meta al que quieres llegar? ¿Lo qué se escribe hoy con quién(es) está dialogando de manera real?

AJM: Sobre los destinatarios o públicos meta de un texto científico hay varios elementos que me gustaría subrayar. Lo primero es que ese aserto, hasta cierto punto común en algunos escritores de obras artísticas-literarias, de «yo escribo para mí» sería impensable en boca de un cientista. La ciencia constituye un proceso social, colectivo, participativo y los resultados finales de una investigación necesitan de las miradas/análisis/interpretaciones de distintos grupos humanos, desde el más exclusivo gremio de especialistas en esa materia hasta un público más general. Hablando de públicos, un elemento que emerge con frecuencia en las diferentes ediciones del curso de posgrado es la escasa costumbre de pensar en el destinatario del texto, antes de escribir. Es decir, lo más común es escribir un artículo, como decimos popularmente «de un tirón», y luego ir haciéndole variaciones en función de la revista en la cual podamos insertarlo. En teoría, el proceso no debería ser así, o sea, el autor debe tener conciencia de a qué tipo de público desea dirigir su texto o, por ejemplo, tiene ya un resultado científico novedoso y debe saber cómo redactar su informe, de acuerdo con el tipo de destinatario que vaya a tener: especialistas, decisores, estudiantes de esa disciplina, etc. Aún falta mucha práctica y conciencia en este sentido, no solo desde el hacer cotidiano de los científicos sino también desde la academia que los forma.

La pregunta de con quiénes están dialogando, de manera real, los textos de hoy es sumamente amplia y ambiciosa. Para responderla con exactitud habría que realizar uno o varios estudios de recepción de los textos científicos cubanos. No obstante, pienso que aún faltan, en el ámbito editorial cubano, más y mejores estudios de preferencias, gustos, hábitos y motivaciones, en lo que a lectura se refiere.

Muchas veces se publican textos de carácter científico-técnico que, por las demoras de nuestra industria editorial, cuando ven la luz ya están desfasados, y otros que, cuando llegan a las librerías (aquellos que tienen el privilegio de llegar allí) serán comprados solo por un reducidísimo número de lectores y luego pasarán a engrosar los anaqueles de un almacén.

Me parece no solo necesario sino imprescindible que los editores de literatura científico-técnica no sean solamente receptores de las propuestas hechas por los autores. En mi opinión, deben ser sobre todo gestores de publicaciones, y esto solo se logra en la medida en que esos editores participen en eventos académicos, estén al tanto de los temas más polémicos, de mayor demanda y tengan un vínculo real y no solo formal con los cientistas sociales (los consagrados y los noveles) a nivel nacional. Es muy importante que la mirada no se reduzca solo a lo que sucede en La Habana, en las demás provincias hay talento, voluntad y propuestas novedosas que también merecen ser atendidas.

LT: Nos interesa continuar la línea de los destinatarios. Hace un momento mencionabas la necesidad de los cientistas de ser reconocidos y legitimados profesionalmente en un determinado gremio; también hablabas de la publicación «en revistas de impacto». ¿Cómo funcionan estos procesos? Entonces, ¿no se trata sólo de publicar sino de publicar «en el sitio correcto»? ¿En qué condiciones se encuentra Cuba? ¿Cuánto de reproducción (o no) de colonialismo académico/cultural existe en ello?

AJM: Efectivamente no se trata solo de publicar por publicar, sino de hacerlo en revistas de impacto que le puedan garantizar al autor una mayor visibilidad internacional y una mayor probabilidad de que su texto sea citado. En este sentido, pienso que en el ámbito de las ciencias sociales en Cuba aún es muy insuficiente la formación profesional, es decir, la mayoría se gradúa con una tesis de grado, de la cual (si fue exitosa) podrá elaborar un artículo científico. Sin embargo, muchos cientistas no saben cómo convertir una tesis en un libro o en un artículo. Nadie les ha enseñado a hacerlo. Y si ya lo lograron, no saben cuáles son las opciones más viables para publicarlo. Desconocen también cuáles son los plazos establecidos por las revistas, cuál posee mayor impacto en el área temática específica donde se mueven o cuál puede ser una revista depredadora que quiere lucrar con su resultado científico.

Existe un artículo sobre la ciencia cubana vista a través de sus publicaciones arbitradas, publicado en la revista Temas, que ilustra muy bien el complejo proceso de visibilidad de las ciencias sociales cubanas. Entre sus resultados más llamativos sobresale, por ejemplo, que los lugares cimeros en la publicación en bases bibliográficas internacionales lo tienen las ciencias biomédicas y las mal llamadas «ciencias duras». La posición más desventajosa en esta escala le pertenece a las ciencias sociales que, contradictoriamente, constituye la rama que más doctores en ciencias titula en el país. Habría que realizar uno o varios estudios nacionales para indagar en las causas de esta paradoja, pero me atrevo a esbozar dos condicionantes: por un lado, la barrera real que representa, para muchos cientistas sociales, el desconocimiento del idioma inglés, lo cual es un gran obstáculo para el consumo crítico de lo que se está produciendo hoy en el mundo sobre el tema que trabajamos, y también para el posicionamiento de nuestros resultados. Por otro lado, muchos cientistas sociales tienen una preferencia especial por el formato libro, lo cual, a menos que el libro sea también electrónico o logre publicarse en una editorial extranjera, atenta contra la visibilidad internacional de esta producción científica.

Sobre el colonialismo cultural o académico en las publicaciones no podría ser absoluta. Lo que sí me parece necesario enfatizar es que, a pesar del paradigma que dicta los principios universales de objetividad e imparcialidad de la ciencia, existen casos de publicaciones científicas que están sesgadas por una visión colonizadora, aun en el siglo XXI y en función de esto les realizan a los autores exigencias (desde el punto de vista de los contenidos) que responden a esos intereses. Tanto dentro de Cuba como fuera de ella, existen condicionamientos y demandas específicas que se le hacen al cientista social cuando estudia temas polémicos, que pasan desde «suavizar» el tratamiento, no mostrar «los lados feos de la realidad» hasta exigirle todo lo contrario: ser «lo más incisivo posible y «enganchar» desde el título con datos e información que develen las aristas incómodas, contradictorias de la realidad. Esto es parte del complejo ámbito donde se mueve el cientista social, que no puede ser ingenuo a ello.

LT: Te has referido a una especie de «desfasaje» que se expresa en la educación en el tránsito de los estudiantes a través de la formación básica, preuniversitaria y la Universidad. ¿Qué debilidades y fortalezas ves en el sistema educativo cubano –su diseño y su consumación práctica– para la formación en ciencias sociales? ¿Y en el caso de la preparación para «escribir ciencias sociales»?

AJM: Con respecto a las fortalezas del sistema educativo cubano en la formación para escribir ciencias sociales, yo resaltaría la diversidad de textos y autores (nacionales y extranjeros) que están incluidos en los programas de Lectura y Lengua Española existentes en los distintos niveles educativos.

Ahora bien, con respecto a las debilidades, subrayaría fundamentalmente dos. La primera es de carácter más general y es común a la realidad de muchos países del mundo: la conceptualización de la escritura vista solo desde su dimensión instrumental, utilitaria, es decir, enseñamos a escribir para que nos sirva para otras asignaturas, para aprender otros contenidos. Es muy poco frecuente, incluso en la universidad, la enseñanza de la escritura como medio para pensar y transformar el conocimiento.

La segunda gran debilidad, en mi opinión, es la gran distancia que existe entre los textos que habitualmente escribimos desde el nivel primario hasta el preuniversitario, y los que demanda la educación superior. Entiendo que en la enseñanza primaria, secundaria y preuniversitaria es necesario que el estudiante se familiarice con autores, obras, tendencias importantes en el panorama de las letras universales. Sin embargo, me parece imprescindible que, al menos, en duodécimo grado o quizás antes, se le presenten al estudiante tipologías textuales con las cuales deberá trabajar cuando ingrese a la universidad. Y no solo que se le presenten, sino sobre todo que se le enseñe a producirlas, consumirlas, criticarlas. El estudiante universitario llega a primer año con un bagaje de narraciones, descripciones, argumentaciones, obras líricas y deberá enfrentarse al desafío de hacer reportes de lectura, tomar notas de clase de calidad, sintetizar, realizar ponencias, artículos, ensayos, aprender a dialogar de un modo crítico con otros autores y hacer escuchar su voz en medio de ese eco.

Realmente es frecuente en nuestros días que muchos profesores universitarios (no solo de primer año sino también de los cursos más avanzados) se lamenten de la baja calidad que presentan los textos de sus alumnos. Esto constituye una cadena, un proceso y no puede entenderse ni solucionarse de forma fragmentaria. Representa, además, una responsabilidad de todo el claustro universitario, y no solo de los profesores de Lenguas, como falsamente se cree. Cada disciplina es responsable de enseñar a escribir según sus propios códigos y convenciones, toda vez que, por ejemplo, no se escribe igual en Derecho, en Psicología, en Sociología, en Letras, en Historia del Arte, etc.

En este sentido se observa en algunos claustros académicos una suerte de contradicción: por un lado, se potencia y divulga el paradigma multi e intertransdiciplinario, y por otro, en ocasiones los tribunales encargados de evaluar y legitimar un resultado de investigación no valoran esta integración de miradas analíticas y «recomiendan» afiliarse a una sola disciplina. Este es un proceso sumamente complejo, que no se comporta igual en las diferentes instancias de la educación superior. No obstante, pienso que la enseñanza de la escritura académica constituye un terreno de saber propicio para que los profesores de cada disciplina enseñen cómo se escribe y se comunica esa materia específica. Incluso existen estudios en el mundo acerca de la identidad profesional en determinadas carreras, y el tema de la escritura es esencial en ella.

Las asignaturas de gramática y redacción y composición, que están presentes en el primer o segundo año de muchos cursos universitarios, no pueden concebirse de una manera abstracta, repetitiva, alejada del perfil profesional. Así se ha implementado en muchas ocasiones, lo cual trae como consecuencia el distanciamiento del estudiante, que no entiende para qué tiene que repetir esos contenidos que «ha machacado» desde la primaria hasta el preuniversitario. Hay mucha tela por donde cortar en este tema, pero el primer paso radica en comprender el valor de la enseñanza de la escritura en la formación de los profesionales de ciencias sociales.

LT: A partir de los cursos que impartes en el Marinello y otras instituciones, has logrado identificar algunos problemas comunes que enfrentan investigadores, profesores y científicos en general cuando deben redactar o publicar un texto científico. ¿Cuáles son esos problemas y cómo has llegado a esa sistematización?

AJM: He llegado a sistematizar algunos de los problemas más frecuentes que poseen los profesores e investigadores cubanos a la hora de escribir textos científicos, fundamentalmente artículos. En los cursos que coordino siempre tengo la premisa de no ser yo la única que habla. Aprendo y me nutro muchísimo de lo que expresan, de modo oral y escrito, mis estudiantes de posgrado: aplico cuestionarios y realizo entrevistas y esto me sirve también como brújula de por dónde debe ir el curso, porque cada grupo es diferente y como profesora tengo que saber adaptarme a cada contexto. Como ejemplo de estas dificultades detectadas puedo mencionarte: la inestable y desarticulada enseñanza de la redacción científica en la universidad, la escasa motivación en torno al acto de escribir, el desconocimiento de en qué revistas cubanas o extranjeras se puede publicar y cuál se ajusta más al tema que trabajan, la falta de integración teórica y el rechazo a los textos teóricos, el desconocimiento de la estructura que debe tener un artículo científico, la ignorancia de otros tipos de lenguaje que se distancien de lo tedioso y lo excesivamente hermético, el uso incorrecto de los signos de puntuación y de los conectores, la falta de experiencia en el diálogo crítico con otras citas y fuentes, la falta de preparación de algunos profesores que fungen como modelos o paradigmas de escritura para sus alumnos y la inexistencia de una mirada multidisciplinaria sobre la redacción científica en la educación superior, entre otras.

LT: Nos gustaría que ampliaras en los siguientes problemas: la escasa motivación en torno al acto de escribir, la falta de integración teórica y rechazo a los textos teóricos, la falta de experiencia en la producción de textos que dialoguen con múltiples fuentes y referentes pero que, a la vez, no se conviertan en un conjunto de citas dispuestas acríticamente y la inexistencia de una mirada multidisciplinaria sobre la redacción científica en la educación superior.

AJM: Cada uno de estos problemas identificados por los alumnos de posgrado daría para un texto de análisis y profundización, porque se manifiestan de modos diferentes según varíen las disciplinas de los estudiantes. La escritura, como he mencionado antes, constituye una actividad cognoscitiva muy compleja que demanda diversas habilidades de quien escribe. Sin embargo, todo parte de la actitud positiva y la buena disposición que tengamos para escribir. Ello no garantiza un texto de excelencia, pero, al menos, hace más placentero el proceso. Y ya que hablo de proceso, me gustaría subrayar que, como dije antes, muchos profesionales asocian la escritura de un artículo científico con un acto instantáneo que se logra «de un tirón» si tenemos algunas ideas claras. Esto es un mito que ha dañado la autoestima de aquellos profesionales que no logran hacerlo con esa inmediatez. Pienso que desde la docencia y la investigación hay que enfatizar en que escribir constituye un proceso social y a la vez individual que lleva implícitas otras fases, como la planificación, la textualización y la revisión: etapas que coexisten y se complementan desde que creamos la primera idea hasta que damos por concluido el texto. El valor de los borradores en la producción científica es algo que debe socializarse más en el espacio académico.

Sobre la falta de integración teórica y el diálogo con las fuentes, puedo asegurarte que es un tema que emerge con frecuencia en los cursos. Sobre lo primero, existe también una falsa creencia de que el texto teórico es siempre denso, críptico, incomprensible. Ello se relaciona con la dificultad de establecer lazos comunicantes con él, de lograr traerlo al «aquí y ahora» del tema que estemos estudiando. No es nuevo para nadie que una de las críticas más comunes a las tesis de diploma, maestría y doctorado es la reproducción acrítica de un conjunto de citas, en las cuales no aparece la voz propia del autor. Por otro lado, muchas veces citamos a un autor determinado, considerado una «vaca sagrada» en determinado gremio académico, solo con el propósito de conseguir la aprobación y legitimación de ese grupo social.

Con respecto a la inexistencia de una mirada multidisciplinaria sobre la redacción científica hay varios elementos que he venido comentando antes. Por un lado, está la falsa creencia de que los únicos responsables de enseñar a escribir ciencia son los profesores de Lenguas. Esto no es verdad: todos los docentes de una disciplina dada son responsables de enseñar los códigos y convenciones a través de los cuales se comunica y se construye esa disciplina. Y aún más, ellos son también ejemplos (buenos o malos) de escritura. Los docentes también son evaluados por sus publicaciones científicas, que representan una guía para los alumnos que se inician en ese campo. Incluso, por este camino de enseñanzas «no explícitas», el estudiante puede aprender que lo correcto es escribir lo más ampuloso y rimbombante posible, y que eso es signo de saber mucho…lo cual es incierto.

Por otro lado, está la llevada y traída responsabilidad de la universidad en este tema. ¿Debe la universidad encargarse de enseñar a escribir? ¿No se supone que los estudiantes ya aprobaron un examen de ingreso de Español?

Como he enfatizado anteriormente, los estudiantes llegan a primer año con conocimientos y destrezas en la escritura de narraciones, descripciones, valoraciones sobre autores u obras, pero la escritura académica y especialmente los códigos de escritura de la Sociología, la Psicología, el Derecho, la Historia, por ejemplo, constituyen un misterio para ellos. Por tanto, la universidad sí debe enseñar a deconstruir y producir textos científicos, toda vez que ellos constituyen el medio por excelencia de legitimación y visibilidad profesional. Como afirma Daniel Cassany «somos lo que hemos publicado».

LT: Casi al final, ¿cómo se ha enfocado en los cursos que coordinas el proceso de aplicación de los resultados de investigación? ¿Qué se ha dicho sobre el vínculo con los denominados «decisores de políticas»?

AJM: El tema de la aplicación de los resultados de investigación siempre ha salido como uno de los tópicos más debatidos en el curso, tanto por parte de los estudiantes como de los profesores y panelistas invitados. Este constituye un tema que trasciende el radio de acción más inmediato de los investigadores, pues, aunque estos son los creadores de una idea o propuesta determinada, su aplicación no depende únicamente de ellos. En ese complejo proceso intervienen otros actores sociales que no siempre trabajan articuladamente. En sentido general, que los resultados de investigación se envejezcan, pierdan vigencia, se engaveten es una gran preocupación de los investigadores cubanos.

El diálogo fluido, constante y real entre decisores e investigadores es esencial. Este es otro asunto de gran relevancia, que emerge en todas las ediciones del curso. De hecho, siempre trato de invitar a decisores vinculados con la producción y publicación científica en Cuba, para propiciar una discusión fecunda con los cursistas. Creo que, en este punto, no debe caerse en estereotipos: ni se debe «demonizar» a los decisores ni se debe «santificar» a los investigadores. En ambos lados hay desempeños admirables y otros desdeñables.

Pienso que todavía hay mucho que enseñar y debatir acerca de la funcionalidad de determinados textos científicos. El investigador debe saber adecuarse a sus destinatarios. No es lo mismo escribir un informe de investigación para discutirlo en un consejo científico que escribir uno para lo comprendan y «lo hagan suyo» un grupo de decisores. Las estrategias discursivas que pueden ser eficaces en un caso pueden llevarte al abismo en otro. Aún queda mucho por hacer para que investigadores y decisores no se vean como polos opuestos o rivales en un campo de batalla, sino como partes complementarias y esenciales del desarrollo de toda sociedad.

LT: Para terminar, ¿qué recomendarías a quiénes en medio de la pandemia de Covid-19 y las medidas restrictivas que implica, están enfrascados en «escribir» sus investigaciones?

AJM: Aunque no me gusta dar «recetas» o «fórmulas» generales porque cada individuo y cada contexto de producción de textos son diferentes, voy a comentar algunas recomendaciones que pueden ser de utilidad para quienes están escribiendo sus resultados de investigación:

  • Realice un esquema o plan de las ideas principales que va a abordar en su texto. Mientras escriba, vaya revisando en la medida de lo posible ese plan. Esto le permitirá no perder el rumbo y mantener la coherencia con la estructura pensada desde el inicio.
  • A ese esquema o plan inclúyale posibles títulos y subtítulos. Aunque en el desarrollo del proceso de escritura esto pueda variar, le ayudará a imaginar un probable «esqueleto», a partir de los temas esenciales que usted pretende abordar en el texto.
  • Cuando desarrolle subtítulos, pregúntese luego acerca de su funcionalidad. En ocasiones creamos una determinada estructura que después no se corresponde con los objetivos que propusimos o advertimos que hay redundancia entre dos o más acápites.
  • Tenga siempre presente, en su escritura, las fases de planificación, textualización y revisión. Estas no son etapas necesariamente sucesivas ni excluyentes, es decir, pueden coexistir las tres en diferentes momentos del proceso creativo.
  • No abuse de las oraciones compuestas ni de la voz pasiva. Si tiene dificultad para explicar una idea compleja, elija las oraciones simples (sujeto+verbo+complementos). Es mucho más entendible un párrafo con varias oraciones simples que uno con una sola y extensa oración compuesta.
  • Construya párrafos de 4 o 5 oraciones que giren alrededor de una sola idea. Utilice párrafos de transición para pasar de un subtema a otro. Si no lo hace, parecerá muy brusco y cortante el cambio.
  • Estudie las normas de citación que le exigen, antes de ponerse a escribir. Esto le ahorrará tiempo de la revisión final.
  • Cuando lea o consulte un texto (impreso o digital) anote cuidadosamente sus datos bibliográficos. No lo deje solo para el final. Así evitará el susto de que el texto no aparezca o aparezca en una versión diferente a la que usted consultó.
  • Evite que su texto sea oscuro y hermético. Por muy complejas que sean sus ideas, una redacción ampulosa no garantizará que estas sean mejor comprendidas. Como afirmó Chales Wright Mills «para superar la prosa (prose) académica hay que superar primero la pose (pose) académica».

Fuente: https://rebelion.org/escribir-lo-mas-ampuloso-y-rimbombante-posible-no-es-signo-de-saber-mucho/

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Ministro de Educación de Brasil será interrogado por amenazas a jueces del Supremo

Redacción: Sputniknews

El juez del Tribunal Supremo Federal de Brasil determinó que el ministro de Educación, Abraham Weintraub, sea interrogado para que explique las declaraciones que realizó durante una reunión del consejo de ministros, en la que dijo que los jueces de la citada corte eran unos «sinvergüenzas» que deberían ser encarcelados.

En un comunicado, el Supremo informó que el juez Moraes dio a la Policía Federal «un plazo máximo de cinco días para que tome declaración al ministro de Educación» para que explique esas declaraciones.

Según el juez, las palabras del ministro son «gravísimas» y afectan no sólo al honor de los jueces del Supremo, sino que también representan una «amenaza ilegal» a su seguridad, en un intento de atacar la independencia del poder judicial y el Estado de Derecho.En su opinión, hay indicios de delitos de difamación e injuria y de otros previstos en la Ley de Seguridad Nacional, como intentar impedir, con el empleo de violencia o amenaza, el libre ejercicio de los poderes del Estado.

El ministro pronunció esas palabras en una reunión del consejo de ministros del 22 de abril; el vídeo de ese encuentro fue divulgado la semana pasada por orden judicial porque forma parte del proceso que busca aclarar si el presidente Jair Bolsonaro intentó interferir en la independencia de la Policía Federal.

En el vídeo de la reunión, además de Weintraub, la ministra de Derechos Humanos, Damares Alves, también amenaza con mandar detener a alcaldes y gobernadores, y el presidente Bolsonaro se lamenta de la falta de control que tiene de la policía y otros órganos del Estado.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/america-latina/202005271091548559-ministro-de-educacion-de-brasil-sera-interrogado-por-amenazas-a-jueces-del-supremo/

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Estudiantes y maestros de Ecuador se movilizarán en contra de reducción presupuestal

Redacción: El  País

Varias organizaciones del sector educativo de Ecuador convocaron el martes a una movilización para este jueves con el fin de protestar en contra de la reducción del presupuesto de la educación y de un paquete de medidas económicas del Gobierno.

«Convocamos a una jornada de movilización y plantones, este jueves 28 de mayo, en defensa de la educación pública, en defensa de los derechos de los jóvenes, de los niños, de los adolescentes, de los maestros», dijo Mauricio Chiluisa, presidente de la Federación Nacional de Estudiantes Universitarios de Ecuador (FEUE), al ser consultado por Sputnik.

Al llamado se sumaron la Unión Nacional de Educadores (UNE), la Federación de Estudiantes Secundarios de Ecuador (FESE), la Federación de Profesores Universitarios y Politécnicos de Ecuador (Fepupe) y la Asociación de Empleados y trabajadores de la Universidad Andina Simón Bolívar.

Chiluisa destacó que en diferentes provincias del país se realizarán plantones.

En Guayaquil (oeste), el izquierdista partido político Unidad Popular anunció que apoyará la movilización.

Jorge Escala, director de esa organización en la provincia Guayas (de la que Guayaquil es capital), señaló que harán un plantón en el centro de esa ciudad costera, la más afectada por el contagio de covid-19 en Ecuador.

El dirigente dijo esperar que la Corte Constitucional “falle a favor de la ciudadanía” y advirtió que las movilizaciones continuarán hasta que el Gobierno retroceda en sus decisiones.

A pesar de la emergencia sanitaria por covid-19, en varias ciudades de Ecuador el lunes se realizaron movilizaciones convocadas por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la mayor organización sindical de Ecuador, y varias organizaciones sociales.

Según la ministra de Gobierno María Paula Romo, las movilizaciones del lunes congregaron a unas 4.000 personas a nivel nacional.

Fuente: https://www.elpais.cr/2020/05/26/estudiantes-y-maestros-de-ecuador-se-movilizaran-en-contra-de-reduccion-presupuestal/

 

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Argentina: Implementarían mecanismo para ayudar alumnos con riesgo de abandono escolar

Redacción. Elonce

El ministro de Educación de la Nación, analizó la implementación de la Plataforma Federal Educativa Juana Manso, un instrumento que ayuda a identificar aquellos casos que se encuentrann con dificultades educativas y con riesgo de abandono.

El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, analizó esta tarde con funcionarios de otras áreas de gobierno la implementación de la Plataforma Federal Educativa Juana Manso, un instrumento que incluye un registro de todas las alumnas y alumnos del país «para identificar aquellos casos que se encuentren con dificultades educativas y con riesgo de abandono».

La plataforma también busca detectar a la población en edad escolar que no completó los controles sanitarios o el plan de vacunación obligatorio, según indicó un comunicado de la cartera de Educación.

A partir de este registro, «el Estado nacional interviene con el diseño e implementación de políticas públicas acorde a las necesidades de las y los estudiantes», explicó el ministerio.

Con el objetivo de articular la implementación de la plataforma y la Ley de Cédula Escolar Nacional, Trotta se reunió esta tarde con la titular de AFIP, Mercedes Marcó del Pont; la directora ejecutiva de Anses, Fernanda Raverta; la secretaria de Innovación Pública, Micaela Malcolm; el subsecretario de Gobierno Abierto y País Digital, César Gazzo y el presidente de Enacom, Claudio Ambrosini.

El objetivo del encuentro fue proyectar las acciones de cara a lo que será el escenario post pandemia y con el fin de desarrollar «bases de datos nominales sobre la población estudiantil argentina asegurando la protección y privacidad».

«Tenemos que anticiparnos e ir trabajando sobre la deserción escolar porque cuando la pandemia pase, se nos presentará el enorme desafío de salir a buscar a las niñas, niños y adolescentes que por algún motivo dejaron la escuela. Es nuestra responsabilidad y nuestro objetivo dar respuesta a esta problemática y lograr que vuelvan a escolarizarse», señaló Trotta.

Por su parte, Mercedes Marcó del Pont, señaló: «Avanzamos en el diagrama de la Cédula Educativa y en la plataforma federal educativa que está impulsando el Ministerio de Educación con el fin de llegar a todas las niñas y niños de la Argentina con contenidos y tecnología».

También participaron de la reunión el jefe de gabinete, Matías Novoa; la gerenta general de Educar S.E., Laura Marés; y la secretaria de Evaluación e Información Educativa, Gabriela Diker.

Fuente: https://www.elonce.com/secciones/politicas/627402-implementarnan-mecanismo-para-ayudar-alumnos-con-riesgo-de-abandono-escolar.htm

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Estados Unidos: La historia real de Mala educación- El millonario fraude récord que destapó un grupo de estudiantes secundarios

Redacción: La Nación

El caso que inspiró la película Mala Educación fue el mayor fraude del ámbito educativo de la historia de los Estados Unidos, y fue descubierta por un grupo de estudiantes.

Frank Tassone fue un funcionario estadounidense del ámbito educativo destacado por su dedicación. Desde que comenzó su gestión en 1992, levantó el nivel educativo y agregó programas muy innovadores y de impacto social en escuelas estatales de Roslyn, en Long Island. En todo el estado de Nueva York su trabajo era subrayado por ser rupturista y poner a la educación pública de su localidad entre las mejores de todo el país. Sin embargo, una década más tarde, se descubrió que a lo largo de diez años de trabajo en el Estado, Tassone cometió estafas que superaban los 11 millones de dólares, convirtiéndose en el caso de corrupción del ámbito educativo más grande en la historia del país . Lo más curioso de la historia, sin embargo, no fueron las magnitudes de los fondos desviados, sino la forma en la que se descubrió el caso: a través de un artículo escrito por estudiantes de 15 años en el diario escolar .

La historia de Tassone y su equipo (la causa involucra a otros funcionarios y empleados, como co-partícipes ý cómplices) fue retratada en Mala Educación por el joven cineasta Cory Finley , un joven director de 28 años que acaba de estrenar que se basó en el caso real para hacer su segunda película. La producción de HBO está protagonizada por Hugh Jackman Allison Janney Ray Romano y acaba de ser estrenada en la plataforma de streaming de la productora.

Frank Tassone, un dedicado referente de la educación pública

Tassone nació en el barrio neoyorquino de Bronx, y su carrera académica fue sobresaliente: terminó dos maestrías y un doctorado en el Teachers College de la Universidad de Columbia. Una de las razones por las que se destacó durante su gestión fue por la mejora en la performance que experimentaron los colegios del distrito: subió la tasa de estudiantes que completaron el secundario al 100 por ciento, y el 95 por ciento continuó estudiando en universidades. Las escuelas de la comunidad en la que trabajó fueron consideradas las mejores del país durante su período de actividad.

A fines de la década del 90, el periódico The New York Times dedicaba elogiosos artículos a su trabajo y en 1999 llegó a publicar una columna de opinión del propio Tassone. «Las crecientes exigencias de una profesión que todavía no está tan bien compensada como muchas otras, y una economía fuerte… amplía la brecha de ingresos entre la enseñanza y las carreras profesionales más lucrativas», escribió Tassone sobre el trabajo en el ámbito educativo. En 2004, además, el Wall Street Journal consideró a la escuela secundaria Roslyn High como la sexta mejor de Estados Unidos. Pero además, como superintendente del distrito introdujo programas de servicio comunitario entre los estudiantes secundarios, y propuso la enseñanza de idiomas desde el nivel inicial. Tassone, además, dio fuerte impulso a los clubes de lectura en su distrito, y como miembro activo del grupo, multiplicó por diez la cantidad de participantes del club literario Dickens Fellowship de Nueva York.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/la-historia-real-mala-educacion-millonario-fraude-nid2369732

 

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Centro Memorial Martin Luther King: comunicación y educación popular en disputa del sentido revolucionario

América Insular/Cuba/AlbaTV

Con la solidaridad internacionalista como bandera, el Centro Memorial Martin Luther King (CMMLK), después de 33 años, sigue apostando al sentido de la conciencia revolucionaria a través de la formación, la comunicación popular y la organización social en Cuba y Latinoamérica.

Rectificación: el cristianismo progresista

El 25 de abril de 1987, nació en La Habana el Centro Memorial Martin Luther King en aras de un diálogo macroecuménico dentro de la Revolución Cubana.

“El movimiento ecuménico cubano con lazos entre fe y política, entre fe y compromiso social, es un movimiento de matriz no católica, sino de iglesias evangélicas, que nace al unísono del despliegue y complejidad del proceso revolucionario cubano, que tenía conflictos inherentes, inclusive en la jerarquía católica. Una Revolución influenciada por el marxismo-leninismo europeo, donde cristianismo era sinónimo de contrarrevolución y marxismo era sinónimo de ateísmo, y había posturas de discriminación religiosa”, señaló Joel Suárez, coordinador ejecutivo del CMMLK.

Sin embargo, hace más de 30 años, en marco del Periodo de Rectificación (1986), el líder de la Revolución, Fidel Castro, se reunió con el sector ecuménico de Cuba. “De esa experiencia, de vivir nuestro compromiso revolucionario, afirmando que esta Revolución también era nuestra, se funda el Centro Martin Luther King, cuyo nombre reconoce la contribución pedagógica del pastor evangélico estadounidense, Martin Luther King, en su lucha contra el racismo y la defensa de los derechos civiles. Eso influyó en nosotros”, indicó.

A finales de los 80, el Centro no sólo afrontó el diálogo interreligioso y reconocimiento dentro de la Revolución, sino que además resistió la crisis económica que se padeció en el Periodo Especial en Cuba. “Sabíamos que la crisis sería larga y formatearía la visión de mundo de las y los cubanos. Primero, teníamos que resistir los embates del imperialismo estadounidense con una estrategia que nos remontara en el desarrollo y bienestar colectivo del pueblo cubano”, apuntó Joel Suarez, miembro del CMMLK.

Proyectos formativos y solidaridad internacionalista

En ese sentido, el Centro Memorial Luther King orientó su trabajo político en la construcción de viviendas populares, en proyectos agroecológicos y en el mantenimiento de valores revolucionarios a través de la formación socio-teológica y las prácticas de educación popular. “Nuestra principal contribución a la Revolución Cubana fue darle continuidad al movimiento ecuménico, desde una perspectiva de la teología de la liberación, una teología que estimula en la o el creyente el compromiso y la responsabilidad social”, explicó Suárez.

Asimismo, destacó que en el Centro Martin Luther King, la educación popular de Paulo Freire se convirtió en un arma política, pedagógica, ética y filosófica para la concepción sentipensante del socialismo. “Pensamos trascender las condiciones materiales y nefastas de la reproducción cotidiana de la vida, y ayudar a la recreación del proyecto político, porque la crisis durante el periodo especial afectaría el imaginario, las relaciones sociales y el sentido común. Por lo tanto el trabajo con la subjetividad, la espiritualidad, con los valores del ser humano, era y es necesario”, acotó Suárez.

En este rescate de los valores de la solidaridad, la cooperación, la centralidad de la justicia y el respeto por la naturaleza, Joel Suárez, coordinador ejecutivo del Centro, resaltó que la comunicación fue un punto importante debido a los nexos entre los movimientos de educación y comunicación popular en Latinoamérica.

“Con la finalidad de llegar a más gente y comunidades, contribuimos con procesos sociales y formativos de producción y realización de audiovisuales. Todo este trabajo se sustenta aún en una práctica de solidaridad internacionalista cubana, con la articulación de organizaciones sociales en el continente. Por ejemplo, anualmente treinta delegados de Estados Unidos visitan el Centro y participan en programas de sensibilización sobre la política de asedio y bloqueo de su gobierno contra nuestro país”.

También, a lo largo de estos 33 años, Joel Suarez agregó que el Centro Memorial Martin Luther King ha generado un movimiento territorial integrado por la Red Ecuménica Fe por Cuba y la Red de Educadores Populares, que condensa la multiplicación y despliegue de experiencias comunitarias. Como parte de sus proyectos, este centro ecuménico cuenta con la editorial “Caminos”, la Revista Cubana de pensamiento socioteológico, una productora de audiovisuales y una biblioteca virtual.

Por otro lado, Suárez comentó que el sentido común patriarcal es uno de los desafíos de este centro ecuménico. “El sentido común patriarcal y homofóbico persiste en los revolucionarios y revolucionarias, y en las iglesias con las que trabajamos y con las que no. Como Centro, necesitamos incorporar una agenda feminista, antipatriarcal, en tiempos de auge de fundamentalismos religiosos de matriz evangélica. Aunque aquí hemos avanzado en legislaciones y prácticas a favor de los derechos de las mujeres y la inclusión, falta mucho por caminar y eso es parte de la disputa del sentido”.

Durante este periodo de pandemia, afirmó que Cuba y Venezuela están dando una batalla trascendental en condiciones de asedio imperialista por parte del gobierno de Donald Trump, “En marco de una crisis del modelo civilizatorio capitalista, Cuba y Venezuela están dando una disputa del sentido, en la cual «conciencia» y «organización» son dos palabras necesarias. Hay que recuperar la tradición gramsciana sobre el concepto de «sociedad civil», como momento y espacio donde se recrea el sentido común, el cual contiene los principios de un proyecto político. Eso para nosotros, como Centro y como pueblos hermanos, es un reto histórico”, sentenció.

“Independientemente de los avances o retrocesos, éxitos o fracasos, en Venezuela eso está muy claro a partir del protagonismo asignado por Chávez a las comunas. Allí, en el territorio, en la comunidad, un valor se hace dominante, donde la gente transforma antivalores en valores positivos. Esta es una de las tareas mayores en estos momentos”, agregó Suárez.

Por último, Joel Suárez expresó que el Centro Memorial Martin Luther King celebró sus 33 años de aniversario con mensajes en redes sociales por parte de quienes luchan en un camino de esperanza y solidaridad internacionalista.

Fuente: http://www.albatv.org/Centro-Memorial-Martin-Luther-King-comunicacion-y-educacion-popular-en-disputa.html

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