“Creo firmemente en el poder de la educación para superar las diferencias y fomentar la empatía entre culturas y religiones”. Así lo afirma la Premio Nobel de la Paz 2014, Malala Yousafzai, en una entrevista con L’Osservatore Romano.
Alessandro Gisotti conversa ampliamente con la joven paquistaní que a los 14 años fue víctima de un brutal ataque talibán por defender el derecho de las mujeres a la educación en su país. Y es que solo tres años antes abrió un blog en el que reivindicaba el derecho de las niñas a ser escolarizadas en su región, el valle de Swat.
A los 28 años, 11 después de convertirse en la persona más joven en obtener el distinguido galardón, sigue en la lucha a través de su fundación, Fondo Malala, donde mano a mano con su padre, el profesor Ziauddin Yousafzai, apoyan a niñas en Afganistán, Brasil, Etiopía, Nigeria, Pakistán y Tanzania.
Como ya han dicho León XIV y Francisco, Malala también señala que el diálogo interreligioso puede impulsar iniciativas educativas. “Cuando empecé la universidad, conocí a muchos amigos nuevos de todo el mundo que me introdujeron a diferentes religiones, valores e intereses. Esto cuestionó algunas de mis creencias y amplió mi visión del mundo para mejor”, señala.
“Cuando personas de diferentes religiones se reúnen, puede ser una oportunidad para comprenderse mejor y recordar los muchos valores que todos compartimos”, agrega.
Para Malala, “la educación alimenta la esperanza de un futuro más pacífico y equitativo. Es en la escuela donde los niños aprenden a pensar críticamente y a resolver problemas. Es allí donde hacen amigos, desarrollan la compasión y aprenden a trabajar con los demás. Estas habilidades son esenciales para abordar injusticias, como la misoginia y la discriminación, y recordar a las personas nuestra humanidad común”.
122 millones de niñas sin escolarizar
“Cuando comencé a defender la educación de las niñas, estaba llena de esperanza. Creía que los líderes gubernamentales e institucionales que expresaran su apoyo utilizarían su poder para tomar medidas rápidas y decisivas para transformar el mundo de las jóvenes. Hoy debo admitir una verdad aún más frustrante: el cambio lleva tiempo”, afirma.
Y continúa: “A pesar de mis años de activismo, más de 122 millones de niñas siguen sin escolarizar. La experiencia me ha enseñado que el progreso requiere más que promesas: exige soluciones creativas, recursos constantes y paciencia. Pero estos desafíos no han disminuido mi sentido de urgencia por crear un futuro mejor para las niñas. Esta es mi misión en la vida y siempre lo será”.
En la entrevista, la joven paquistaní recuerda que, “cada día, hay muchísimas niñas que estudian a la luz de las velas, caminan kilómetros para ir a la escuela o estudian a pesar de quienes les dicen que se queden en casa. Su valentía y determinación para aprender me inspiran”.
Y prosigue: “En el islam, los actos de servicio y la búsqueda del conocimiento son principios fundamentales de la fe. Sé que también se valoran en la tradición católica. Si hay niñas dispuestas a arriesgarlo todo por la oportunidad de aprender, creo que todos podemos encontrar la fuerza para defenderlas. El cambio no ocurrirá solo. Debemos escuchar a las niñas y exigir a nuestros líderes que inviertan en educación y soluciones duraderas”.
De Gaza a Afganistán
Malala comparte que las guerras hoy le quitan el sueño. “¿Cuántos niños se duermen con el sonido de los disparos ahora mismo? ¿Cuántas escuelas han sido bombardeadas esta semana? ¿Cuántas familias han quedado separadas para siempre, para nunca volver a reunirse?”, se pregunta.
En Gaza, por ejemplo, “la cantidad de niños asesinados es impactante y aterradora. Cuando presenciamos un genocidio como este, a veces parece desesperanzado, como si no se pudiera hacer nada, pero no es así. Para ayudar a los niños afectados por el conflicto, podemos financiar la educación en situaciones de emergencia y apoyar a las organizaciones locales que ofrecen espacios para que los niños accedan a recursos esenciales, materiales de aprendizaje y apoyo en materia de salud mental. Mantener a los niños en la escuela o reincorporarlos a ella lo antes posible es vital para su bienestar psicosocial y su sensación de seguridad”.
Joven en desnutrición en Gaza. Foto: Organización Mundial de la Salud
En relación al régimen talibán de Afganistán, Malala denuncia que “a las mujeres y niñas se les niega el acceso a la educación, el empleo y cualquier forma de participación pública y política. Controlan todos los aspectos de la vida de una mujer, incluso si puede ir a un parque, cuán fuerte puede alzar su voz y cómo se viste. Esto va más allá de la discriminación de género; es apartheid de género”.
En este sentido, esta semana, el Fondo Malala anunció que otorgará 3 millones de dólares en subvenciones nuevas y extendidas para ayudar a las niñas en Afganistán, abordando las necesidades educativas urgentes y promoviendo la justicia a largo plazo.
Un nuevo informe de la OMS y Unicef, presentado durante la Semana Mundial del Agua 2025, alerta sobre el lento y desigual progreso en el acceso al agua segura y al saneamiento, afectando especialmente a comunidades rurales, pobres y marginadas
En pleno 2025, más de 2.100 millones de personas en todo el mundo aún carecen de acceso a agua potable segura, y al menos 1.700 millones no cuentan con servicios básicos de higiene en el hogar, según revela un reciente informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, publicado con motivo de la Semana Mundial del Agua.
El informe titulado “Programa en materia de agua potable y saneamiento en los hogares 2000-2024: especial atención a las desigualdades”, destaca que, aunque se han logrado avances, estos han sido lentos y desiguales. Las poblaciones más afectadas son las que viven en contextos de pobreza, zonas rurales, países de bajos ingresos y comunidades indígenas o marginadas. Alarmantemente, 106 millones de personas aún dependen directamente de ríos o lagos sin tratamiento alguno, lo que eleva su riesgo de enfermedades y exclusión social.
Entre 2000 y 2024, el acceso al agua potable aumentó del 50% al 60%, y el acceso a higiene básica subió del 52% al 71%. Sin embargo, el informe advierte que las zonas urbanas han mostrado un estancamiento preocupante en este aspecto. Además, 3.400 millones de personas aún no cuentan con servicios de saneamiento gestionados de forma segura, y 354 millones siguen defecando al aire libre.
Otro aspecto relevante es el impacto de esta crisis en las mujeres y niñas, quienes suelen ser las principales encargadas de recolectar agua, destinando más de 30 minutos diarios a esta tarea en regiones como África subsahariana y Asia meridional. La falta de instalaciones adecuadas también afecta la educación y participación social de muchas adolescentes, que abandonan la escuela o sus actividades durante la menstruación.
La OMS y Unicef concluyen que garantizar el acceso universal al agua potable y al saneamiento requiere una acción global conjunta, inversión sostenida y políticas públicas inclusivas que prioricen a los más vulnerables.
El estado de Paraná, fronterizo con Argentina, ocupa el primer puesto en el IDEB, el “ranking” brasileño de calidad educativa que compara los resultados de las 27 unidades federativas de ese país. Roni Miranda Vieira, secretario de Educación, explicó los lineamientos de la política que les permitió mejorar
Por: Alfredo Dillon
Roni Miranda Vieira, secretario de Educación de Paraná, presentó en CABA las claves de la mejora de los resultados educativos en ese estado brasileño.
Roni Miranda Vieira es secretario de Educación del estado de Paraná, en el sur de Brasil. Trabajó como profesor de Historia en escuelas estatales; desde enero de 2023 está al frente de la Secretaría de Educación, luego de haber ocupado distintos roles en esa cartera. En los últimos años, los medios brasileños pusieron el foco sobre su gestión porque el estado de Paraná obtuvo los mejores resultados nacionales en el Índice de Desarrollo de la Educación Básica (IDEB), un indicador creado en 2007 por el gobierno federal que mide la calidad educativa en las escuelas de todo el país.
Miranda estuvo en Buenos Aires para participar del Festival de Innovación Educativa organizado por el Ministerio de Educación de CABA. Unos días antes, pasó por la Universidad Torcuato Di Tella, donde disertó sobre “políticas educativas innovadoras centradas en el aprendizaje”. ¿Cómo llegó Paraná a tener los mejores resultados educativos de Brasil? ¿Qué lecciones arroja su experiencia para la educación argentina? Sobre estas cuestiones, Miranda conversó con Infobae.
–¿Cómo es el sistema educativo del estado de Paraná?
–Tenemos casi 12 millones de habitantes; somos el quinto estado más poblado de Brasil. Somos la cuarta economía del país, muy fuerte en el sector agropecuario. Compartimos frontera con Argentina y Paraguay a través de la ciudad de Foz do Iguaçu.
Hoy tenemos la educación de referencia en Brasil. Somos el mejor sistema educativo, según el Ministerio de Educación nacional. Tenemos 2.050 escuelas y 950 mil estudiantes. La responsabilidad del estado de Paraná es atender a los estudiantes desde los 11 años (sexto grado) hasta los 17. Los más chicos, de 0 a 10 años, están bajo responsabilidad de los municipios.
Tenemos 71 mil maestros y más de 25 mil colaboradores en las escuelas. Eso suma casi 100 mil personas trabajando en el sistema educativo del estado.
–Cuando se dice que Paraná tiene el mejor sistema educativo de Brasil, ¿en qué parámetros se basa esa afirmación?
–Hasta 2018, Paraná ocupaba el séptimo lugar en educación a nivel nacional. Pero a partir de un trabajo muy fuerte durante los últimos años, con foco en los indicadores y en los resultados, desde 2021 logramos llevar al estado al primer lugar.
Esa calificación la otorga el Ministerio de Educación nacional, a partir de los exámenes de Matemática y Lengua Portuguesa que se toman al final de cada etapa educativa. El indicador que se usa es el Índice de Desarrollo de la Educación Básica (IDEB), donde Paraná ocupa hoy el primer lugar entre los 27 entes federativos del país.
En Brasil, la organización del sistema educativo es la siguiente: de 0 a 3 años tenemos la educación infantil inicial; luego, de 4 a 6 años, sigue la educación infantil. Después vienen los años iniciales del ensino fundamental (la primaria) que van de los 6 a los 10 años. Al finalizar esa etapa, los estudiantes rinden una evaluación de Matemática y Lengua Portuguesa.
La siguiente etapa son los años finales del ensino fundamental, que abarca a los estudiantes de 11 a 14 años. Al final de esa etapa también se toma una evaluación. Después viene el ensino médio, lo que en Argentina sería la escuela secundaria, que va de los 15 a los 17 años. También ahí se rinde un examen.
Entonces son tres evaluaciones de Matemática y Lengua Portuguesa en tres niveles educativos distintos. Esos resultados se combinan con otros indicadores, como la cantidad de chicos que abandonan la escuela o que repiten el año.
–¿Cómo lograron mejorar sus resultados? ¿Cuáles diría que son las condiciones fundamentales para sostener los avances?
–No hay una receta mágica, pero sí hay algunas premisas básicas que uno necesita cumplir desde la gestión. Lo que hicimos en Paraná fue adoptar un pensamiento de red. Tenemos 399 ciudades, más de 2.000 escuelas, y cada una hacía las cosas a su manera, cada una seguía un camino diferente.
Lo que hicimos fue alinear a todos bajo un mismo objetivo; organizamos el sistema educativo. Por ejemplo, antes las evaluaciones eran bimestrales, trimestrales o semestrales, dependiendo de la escuela. Unificamos eso y adoptamos un sistema de evaluación trimestral para todas.
También sucedía que, cuando el gobierno federal nos entregaba materiales didácticos –libros de Matemática, Historia, Geografía, Ciencias–, cada escuela elegía uno distinto. Yo tenía cientos de modelos de libros diferentes. Eso dificultaba mucho la organización pedagógica y curricular. Entonces adoptamos una política de “libro único”: ahora, sin importar si estudian en el sur, en el norte, en el oeste o en el litoral, todos usan el mismo material pedagógico.
En paralelo, implementamos formación continua para los maestros. Hoy tenemos una formación semanal que alcanza a 32.000 docentes de forma simultánea. ¿Y a quién elegimos para brindar esa formación? A nuestros mejores maestros. Hicimos una selección y elegimos a los mejores en Matemática, en Lengua y en otras áreas. Esos docentes trabajan con sus colegas y comparten sus saberes.
Además, hacemos evaluaciones diagnósticas trimestrales. Desde la Secretaría entregamos los exámenes y los resultados se cargan a un sistema a través de una aplicación que escanea el examen. Ese sistema procesa los datos y, en un solo día, le entrega al maestro y a la escuela un informe con los resultados de cada estudiante y de cada grupo. Así se puede intervenir pedagógicamente de forma inmediata.
Entonces: evaluación diagnóstica, formación continua, material pedagógico unificado y una organización de red son los pilares básicos que nos permitieron mejorar.
Otro aspecto fundamental es el trabajo con los directores. Yo estoy convencido de que un buen director puede mejorar hasta en un 70% la calidad educativa de una escuela. Nosotros profesionalizamos el rol: el proceso de selección ahora incluye un examen y una entrevista.
Y además les fijamos metas claras, tanto en aprendizajes como en asistencia escolar. Si el director no alcanza esas metas, puede ser reemplazado. Por supuesto, analizamos el contexto de cada escuela, porque no es lo mismo una escuela en un barrio vulnerable que una en el centro de la ciudad. Pero todos los directores tienen muy claro cuáles son sus objetivos y qué tienen que hacer para alcanzarlos.
–Algunas medidas que menciona, como la definición de un mismo libro para todas las escuelas, implican centralizar decisiones. ¿No hubo reclamos por el avance sobre la autonomía escolar?
–Sí, siempre va a haber reclamos. Todavía tenemos resistencias por parte de los sindicatos, también desde algunos partidos de oposición. Pero tengo resultados que son reconocidos por la población de Paraná. Son fruto de un esfuerzo muy grande y de un éxito colectivo.
También duplicamos el salario docente. El sueldo de un maestro que recién entraba a trabajar en la educación de Paraná era muy bajo. Lo aumentamos casi un cien por ciento, para poder atraer más talentos. Fue una forma de valorizarlos. Tenemos maestros muy buenos que, en muchos casos, estaban enseñando en escuelas privadas, y que ahora pueden venir a trabajar en la escuela pública.
Cuando logramos ocupar los primeros lugares de la educación en Brasil, eso generó un orgullo muy grande en nuestros docentes. Porque ahora forman parte del sistema con la mejor educación del país. Eso nos ayudó a manejar muchas de las resistencias que había al principio.
Antes, muchos docentes trabajaban en más de una escuela y tenían que adaptarse a distintos materiales, distintos sistemas de evaluación. Eso les daba más trabajo. Ahora, al tener todo unificado, se les simplificó la tarea.
Miranda sostuvo que el aumento del salario docente, la política de un mismo libro de texto en todas las escuelas del estado, la sincronización de las evaluaciones y la formación continua a cargo de docentes pares fueron elementos centrales para la mejora educativa en Paraná.
–¿Cómo funciona el esquema de capacitación docente en el que los maestros se forman con sus colegas?
–Trabajamos con una lógica de multiplicadores de formación. Hicimos una selección con examen y entrevista, y elegimos a los mejores maestros. Hoy tenemos 600 maestros formadores que siguen dando clases, pero les redujimos un 25% su carga horaria. Ese tiempo lo usan para trabajar con sus compañeros y darles formación.
El equipo de la Secretaría planifica, define el contenido y organiza el material que se va a usar en los encuentros de formación, que muchas veces son por videoconferencia. Las reuniones quedan grabadas y después un profesional de la Secretaría las ve y les da un feedback personalizado a los formadores: les dice qué salió bien, qué se puede mejorar, qué no funcionó. Si el desempeño no es bueno, ese maestro puede ser reemplazado y volver a su clase habitual.
El esquema fue muy bien recibido. Porque ¿quién conoce de verdad las dificultades y los desafíos? Quien está en el aula. Alguien que trabaja en una oficina o en la Secretaría puede tener muchas ideas sobre educación, pero no vive lo que pasa todos los días en la clase.
Tenés chicos que no se quieren despegar del teléfono, que viven situaciones de violencia, que están sin papá o sin mamá, que sufren bullying. Tenés que conectar con jóvenes que muchas veces están totalmente desconectados del aprendizaje. Esos desafíos los ve el maestro en carne propia, todos los días.
Desde la Secretaría, por supuesto, no los dejamos solos. Hay un equipo que acompaña, que semana a semana se reúne con ellos para ofrecer apoyo, compartir estrategias distintas, buscar soluciones juntos. Pero el punto clave es ese: quien está en el aula es quien mejor puede formar y ayudar a sus colegas.
–¿Hicieron cambios en la formación inicial, o eso depende exclusivamente del gobierno federal?
–La formación inicial de los maestros depende del Estado nacional y está atravesando una crisis muy fuerte. En la pandemia se autorizaron muchos cursos a distancia y la calidad cayó mucho. Entonces se están graduando muchos maestros sin las herramientas básicas para trabajar en las escuelas. Nosotros le pedimos al Ministerio de Educación nacional que cambie la reglamentación. Ahora no se puede abrir cursos nuevos de licenciatura a distancia, pero ya hay muchos abiertos que deberían cerrarse o mejorar. Para nosotros hoy ese es el problema más grave de la educación brasileña.
–Vino a Buenos Aires a participar de un festival de innovación, ¿qué cambios impulsaron en los formatos pedagógicos?
–Venimos trabajando mucho con metodologías activas, para que el estudiante tenga un rol más protagonista. También estamos impulsando el uso de tecnología: usamos plataformas educativas como herramientas de apoyo para los docentes, y también incorporamos inteligencia artificial, tanto para ayudar al maestro en la planificación de sus clases como para trabajar con los estudiantes.
Por ejemplo, usamos la plataforma de Khan Academy, que tiene el asistente Khanmigo: utilizamos la IA para enseñar Matemática a los chicos. Muchas veces, al estudiante le da vergüenza hacer una pregunta delante de sus compañeros en clase, pero en el chat se anima a preguntar con más facilidad. Y lo más importante es que esta inteligencia artificial no le da la respuesta directamente: no le resuelve el ejercicio, sino que lo ayuda a razonar, hasta llegar al resultado final por sí mismo.
Además, incluimos en el currículum la enseñanza de inteligencia artificial y de programación, con clases dos veces por semana.
En Brasil, el Estado nacional aumentó por ley la inversión en educación, incluso durante el gobierno de Bolsonaro: esos recursos fueron fundamentales para mejorar los salarios y la infraestructura, sostuvo Miranda.
–¿De dónde sacaron los recursos para duplicar los sueldos docentes?
–Tuvimos la suerte de contar con una reforma nacional del Fondo para el Mantenimiento y Desarrollo de la Educación Básica (Fundeb) en 2020. Ese fondo implica una transferencia de recursos del gobierno federal hacia los estados. Durante el gobierno pasado (el de Jair Bolsonaro) hubo un aumento muy importante del presupuesto (por la aplicación de la reforma aprobada por el Congreso), y eso nos ayudó muchísimo a mejorar.
Por un lado, el gobierno de Bolsonaro aplicó un aumento del 33% en el salario inicial del magisterio, que define el piso salarial a nivel nacional. Eso fue una ventaja, porque vino más plata del gobierno nacional para afrontar ese gasto. Por otro lado, el aumento del presupuesto también fue una decisión del gobernador Carlos Massa, conocido en Brasil como Ratinho Junior, hijo de un presentador muy famoso de televisión. Hoy Ratinho Junior es un posible candidato a presidente para enfrentar a Lula en las próximas elecciones de 2026. Tiene un 84% de aprobación entre la población de Paraná.
Estamos haciendo mucha inversión. Paraná es el estado que más crece en Brasil: este año estamos creciendo un 7,3%. Y cuando crece la economía, también crece la recaudación de impuestos. Eso nos permite tener más recursos para invertir en educación.
En Brasil tenemos una ley nacional que establece que el 25% del presupuesto de cada estado y cada ciudad tiene que destinarse a educación. Entonces, cuando aumenta la recaudación, de forma automática aumenta también mi presupuesto para educación. Eso nos permite seguir impulsando las transformaciones. Paraná invierte el 27% de su presupuesto en educación básica. Y si se suman las siete universidades que dependen del estado, la inversión en educación representa el 32% del presupuesto.
–¿Cómo es la inversión en infraestructura? ¿Ven un impacto de esa inversión en los resultados de los estudiantes?
–Sí, la infraestructura impacta directamente en el aprendizaje. Primero, empezamos por mejorar la alimentación de los chicos. En las escuelas de jornada simple damos comida tres veces por día, y en las escuelas de jornada completa ofrecemos cinco comidas completas y bien variadas. Antes, solo se servía carne una vez por semana. Ahora hay carne todos los días: de vaca, de cerdo, de pollo, de pescado… Queremos que los chicos tengan una buena alimentación. Ese modelo lo vimos en Corea del Sur, y decidimos aplicarlo en Paraná.
Teníamos 510 aulas hechas de madera. Ahora estoy terminando el reemplazo: quedan solo unas 80. Las reemplazamos por aulas nuevas, cómodas, bien construidas.
Otro paso importante fue instalar aire acondicionado. Cada vez hace más calor, y no se puede aprender bien en un aula con temperaturas tan altas. En Paraná tenemos 25.000 aulas, y ya instalamos aire acondicionado en 17.000. Además, distribuimos computadoras y tablets: este año compramos más de 200.000 equipos.
También pusimos en marcha el programa Escola Bonita. Cada año, le transferimos 20.000 dólares a cada escuela, directamente a la cuenta institucional, y el director administra esos fondos para arreglos: pintura, techos, electricidad, reparaciones generales. Desde que asumí como secretario, llevamos tres años consecutivos haciendo esto. Solo ese programa representa más de 23 millones de dólares de inversión por año.
Y eso sin contar la construcción de nuevas escuelas. Ahora mismo estamos haciendo 20 colegios nuevos, y además vamos a lanzar el mayor programa de infraestructura educativa de Paraná con un modelo de participación público-privada (PPP), como se hizo en Uruguay. Vamos a construir 40 nuevos colegios con ese modelo y vamos a hacer la licitación a través de la Bolsa de São Paulo (B3). Son 1.700 millones de reales: es una inversión enorme, fundamental para seguir transformando la educación.
Como dijo María Montessori, “si servimos y educamos al niño, estamos preparando el camino de la humanidad”. Y la mejor forma de hacerlo, según revela un estudio de la Universidad de Virginia, es por medio del revolucionario método que ideó la pedagoga a finales del siglo XIX.
Vivimos una crisis en lo que se refiere a la salud mental. La OMS estima que la depresión afecta aproximadamente al 5% de la población, lo que representa un incremento de casi el 18% en el número de personas que la padecen desde 2005. Esta variación en la estadística es multicausal, y no está en nuestra mano erradicar cada una de esas causas. Sin embargo, sí tenemos el potencial de reducir estas estadísticas a futuro, invirtiendo en la educación de nuestros hijos.
Y es que la ciencia ha hablado. Los niños que son educados con métodos educativos respetuosos con la infancia, como lo es el método de la pedagoga María Montessori, crecen y se convierten en adultos más felices, independientes y confiables. Hoy más que nunca, las palabras de la maestra toman una gran importancia: “si servimos y educamos al niño, estamos preparando el camino de la humanidad”. En este caso, el de una humanidad más amable, feliz y sana. Aquí tienes un curso para aprender este método.
La filosofía esencial que se esconde tras la enseñanza Montessori podría resumirse en una única frase: “Un adulto feliz es el resultado de una infancia donde se respetaron sus tiempos y necesidades”. Y es que lo revolucionario del método de la pedagoga italiana es que, por primera vez en la historia, la educación se centró en las necesidades del niño, y no en las del adulto.
Este cambio de perspectiva, que parece tan sencillo a simple vista, generó un cambio revolucionario. Lo acredita la Universidad de Virginia, que en el estudio titulado Una asociación entre la educación Montessori en la infancia y el bienestar en la adultez llegó a las siguientes conclusiones:
Quienes asistieron a una escuela Montessori durante al menos dos años, disfrutaban de un bienestar significativamente más alto en la adultez.
Los factores que más influían en este bienestar eran el compromiso, la confianza, la estabilidad social y la autoconfianza.
Además, cuánto más años se asistía a una escuela Montessori, mayor era el bienestar en la edad adulta.
La diferencia persistía incluso entre quienes habían acudido a centros privados o concertados con enfoques distintos al convencional. El método Montessori se impone como el que mayor bienestar genera en la edad adulta. Pero… ¿Por qué?
El quid de la cuestión
La clave tras estos resultados parece tener una explicación sencilla, que genera un complejo efecto cascada. El método Montessori permite que el niño se exprese, así de sencillo.
Este método educativo no parte de la idea de que el adulto deba imponer su forma de ver el mundo. No pide al niño que haga lo que el adulto espera, sino que le permite explorar, con libertad y seguridad, el mundo que le rodea. Esto hace que el eje central de la educación, tanto en casa como en la escuela, sea las necesidades del niño.
Y así empieza el efecto cascada. Como el niño puede expresar lo que necesita, sus necesidades se ven atendidas, sin mermar su autosuficiencia. Esto hace que, para empezar, los niños crezcan sintiéndose seguros, lo que a su vez les permite explorar el mundo que les rodea sin miedo, y, por tanto, les ayuda a aprender más y mejor.
Los efectos se acumulan uno tras otro. Como estos niños se sienten seguros y respaldados, y dado que no se les castiga ni impide explorar el mundo que les rodea, desarrollan una mayor autonomía. Se sienten capaces de realizar tareas básicas que les permiten desarrollarse hasta llegar a ser adultos completamente independientes.
Además, este desarrollo natural de sus capacidades les permite crecer con una mayor autoestima, que es uno de los pilares fundamentales de la salud mental.
La autoestima del niño Montessori
Los niños que han crecido con el método Montessori, tanto en casa como en la escuela, desarrollan una mejor autoestima. Como explica Cristina García, investigadora doctoral de neurociencia y pedagogía Montessori, la autoestima se construye sobre cuatros pilares.
El primero es la autoestima familiar. “Nuestra autoestima inicial”, explica en un artículo para Método Montessori Moberi, “es una media entre la autoestima que tiene nuestra madre y la que tiene nuestro padre a nuestros tres años de vida”.
Desde aquí, la autocrítica que escuchamos en boca de nuestros padres, así como las críticas directas que podemos recibir de otros adultos, comienzan a modificar nuestra autoestima. Recordemos que la autoestima no es otra cosa que “la percepción del propio valor”.
Es por esto por lo que el método Montessori nos anima a “contemplar el error como parte valiosa del proceso de aprendizaje”, invitando a padres y profesores a soltar la crítica y acompañar desde la empatía.
Como punto final, y quizá el más importante, la autoestima se construye cuando sentimos que nuestras necesidades están cubiertas. Porque eso nos hace sentir valiosos.
En el método Montessori, que pone como centro las necesidades del niño, estas quedan cubiertas y, por tanto, les hacemos sentir valiosos. Les hacemos entender que lo que sienten, piensan y necesitan es importante, y llegan a la adultez con esta enseñanza bien aprendida.
Todo comenzó con un par de avisos del Gobierno de Trump y luego una avalancha de mensajes y llamadas entre abogados y defensores de menores: los niños guatemaltecos bajo custodia del Gobierno de EE.UU. estaban siendo trasladados en medio de la noche para ser enviados de regreso a su país de origen.
El sábado por la noche y hasta la madrugada del domingo, el personal de los albergues despertó a los niños —algunos de ellos llorando o vomitando de miedo, según documentos legales— para prepararlos para volar de regreso a su país. Se ordenó a los responsables de los albergues que recogieran las pertenencias personales y los medicamentos necesarios, así como dos almuerzos para llevar. Mientras tanto, se informó a los abogados que sus clientes serían expulsados del país.
El Proyecto de Representación de Asilo Pro Bono del Sur de Texas (ProBAR), que brinda servicios legales en casi dos decenas de albergues para niños migrantes, desplegó de inmediato a su personal en las instalaciones.
EE.UU.
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La economía de EE.UU. agregó solo 22.000 puestos de trabajo en agosto y el desempleo está en su nivel más alto en casi cuatro años
‘Confundidos y asustados’: así fue el operativo nocturno para repatriar a niños guatemaltecos bajo custodia de EE.UU.
Por Priscilla Alvarez, CNN
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22:18 ET (02:18 GMT) 3 de septiembre de 2025
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Momento en que menores guatemaltecos bajan del …
01:45
CNN
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Todo comenzó con un par de avisos del Gobierno de Trump y luego una avalancha de mensajes y llamadas entre abogados y defensores de menores: los niños guatemaltecos bajo custodia del Gobierno de EE.UU. estaban siendo trasladados en medio de la noche para ser enviados de regreso a su país de origen.
El sábado por la noche y hasta la madrugada del domingo, el personal de los albergues despertó a los niños —algunos de ellos llorando o vomitando de miedo, según documentos legales— para prepararlos para volar de regreso a su país. Se ordenó a los responsables de los albergues que recogieran las pertenencias personales y los medicamentos necesarios, así como dos almuerzos para llevar. Mientras tanto, se informó a los abogados que sus clientes serían expulsados del país.
El Proyecto de Representación de Asilo Pro Bono del Sur de Texas (ProBAR), que brinda servicios legales en casi dos decenas de albergues para niños migrantes, desplegó de inmediato a su personal en las instalaciones.
«Muchos muertos»: así relatan los niños migrantes su viaje para llegar a EE.UU.
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“En todos los albergues visitados en medio de la noche, el personal de ProBAR presenció a niños que habían sido sacados de sus camas. Estaban confundidos y asustados”, dijo Lauren Fisher Flores, directora legal de ProBAR, en una declaración presentada este miércoles como parte de una demanda en curso contra el intento del Gobierno de repatriar a niños guatemaltecos.
Setenta y seis niños fueron preparados para la repatriación, subidos a aviones para su salida y luego devueltos abruptamente a la custodia de EE.UU. después de que una jueza federal bloqueara temporalmente sus expulsiones.
El último niño fue devuelto a un albergue alrededor de la 1:30 a.m. del lunes, más de 24 horas después de que comenzara todo el episodio.
Negociaciones con Guatemala
El Gobierno de Trump se ha enfocado en los menores migrantes no acompañados bajo custodia del Gobierno de EE.UU., así como en aquellos que residen en el país con familiares o tutores legales, argumentando que el Gobierno anterior manejó mal su cuidado. Exfuncionarios de Biden y expertos disputan ese señalamiento, pero ha servido como base para una serie de cambios de políticas que han transformado la forma en que el Gobierno de EE.UU. maneja la situación de los niños migrantes.
La medida más reciente para sacar a niños guatemaltecos de la custodia estadounidense y enviarlos de regreso a su país de origen generó alarma entre los abogados que los representan y los defensores de la niñez que trabajan con ellos. Muchos de los niños bajo custodia, afirman, están en procesos migratorios para determinar si tienen protección en EE.UU. tras huir de condiciones peligrosas en Guatemala.
El Gobierno dijo, en un aviso a proveedores de servicios legales el sábado por la noche, que la medida surgió a raíz de una solicitud de Guatemala, afirmando que el país “solicitó el retorno de ciertos menores extranjeros no acompañados bajo custodia federal con el fin de reunirlos con familiares adecuados”.
Un alto funcionario guatemalteco dijo a CNN que, en intercambios diplomáticos entre ambos gobiernos durante el verano, Guatemala expresó que estaría dispuesta a recibir menores no acompañados siempre que recibieran el debido proceso. El tema, según funcionarios guatemaltecos, surgió en junio durante una visita de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. En ese momento, el Gobierno guatemalteco expresó su deseo de que EE.UU. devolviera a los niños que estaban por cumplir la mayoría de edad bajo la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos, para evitar que esos adolescentes fueran transferidos a la custodia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Una nota diplomática de Guatemala reiteró la necesidad de “garantizar el debido proceso de estos menores” y enumeró protocolos para asegurar el retorno seguro de los niños, dijo el funcionario. En Guatemala, mientras tanto, el Gobierno inició el proceso de localización de las familias de esos menores.
Se cree que los niños, de diferentes edades, no tienen padres en EE.UU., aunque podrían tener algún familiar.
“Estamos preparados para recibirlos”, dijo esta semana el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo. “Nuestro programa nos permite recibir aproximadamente 150 niños por semana en condiciones ideales, facilitando su reubicación segura. El número exacto depende de nuestra capacidad para identificar a los familiares y garantizar un retorno seguro”.
Los menores migrantes no acompañados pasan por procesos migratorios para determinar si tienen algún tipo de protección disponible en EE.UU., dadas las condiciones en su país de origen. Algunos niños optan por salir voluntariamente, pero quienes lo solicitan deben tener la aprobación de un juez de inmigración. No está claro qué proceso migratorio utilizó el Gobierno en su intento de expulsar a los niños.
Por ahora, la medida está temporalmente bloqueada en medio de una disputa legal en curso. La madrugada del domingo, abogados argumentaron en una demanda contra el Gobierno que los funcionarios estaban violando la ley de EE.UU., que otorga protecciones especiales a los menores no acompañados y garantiza que no sean expulsados sin el debido proceso ni la oportunidad de solicitar la intervención de un tribunal antes de ser deportados.
Un juez federal bloqueó temporalmente la iniciativa durante el fin de semana. Y este miércoles, los abogados presentaron una nueva solicitud para que el tribunal bloquee indefinidamente la transferencia, repatriación o expulsión de menores guatemaltecos no acompañados bajo custodia de EE.UU., pidiendo que la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, encargada del cuidado de los niños, siga los protocolos estándar para su liberación y reunificación.
Altos funcionarios del Gobierno de Trump han rechazado las críticas sobre la repatriación de menores guatemaltecos.
“El juez de Biden está secuestrando efectivamente a estos niños migrantes y negándose a permitir que regresen a casa con sus padres en su país de origen”, dijo el domingo en X Stephen Miller, subjefe de políticas de la Casa Blanca. La portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, calificó como “repugnante e inmoral” que los niños estén en albergues en EE.UU. en lugar de reunirse con sus familias.
En las audiencias del domingo, el Departamento de Justicia argumentó que el Gobierno de Guatemala solicitó a los niños y que sus padres o tutores legales pidieron su repatriación.
El caso fue asignado a otro juez, designado por Trump. La jueza Sparkle L. Sooknanan, designada por Biden y quien detuvo las expulsiones el fin de semana, era la jueza de emergencia de guardia ese día y ahora el caso sigue su curso regular.
‘Extremadamente angustiada’
Una serie de declaraciones de niños y abogados, como parte de la última presentación judicial, revelan parte del caos que se vivió durante la noche del fin de semana.
Flores describió a una niña que estaba “extremadamente angustiada, llorando y repitiendo que no podía regresar a Guatemala”. En otro albergue, otra niña vomitó. Y en otra instalación, una adolescente expresó temor de ser asesinada si regresaba a Guatemala. Ninguno de los padres en Guatemala solicitó el retorno de sus hijos, de acuerdo con Flores.
Un grupo aparte que trabaja con niños, el Young Center for Immigrant Children’s Rights, señaló que de los más de 100 niños guatemaltecos que no tienen padres en Estados Unidos, solo dos de los menores con los que trabajan han solicitado y recibido permiso de un juez de inmigración para regresar mediante salida voluntaria.
Una madre guatemalteca, cuyo hijo vive con una familia de acogida en California, dijo que quería que su hija permaneciera en Estados Unidos, citando abuso por parte del padre y malas condiciones en su país, según una declaración presentada ante el tribunal.
En otra declaración, un padre que reside en Guatemala recordó haber sido notificado el mes pasado de que el Gobierno de EE.UU. iba a devolver a su familiar, y agregó que ni él ni su esposa habían solicitado el regreso de su hija.
“Tengo miedo de que mi hija sea deportada a Guatemala. Mi esposa y yo queremos que nuestra hija permanezca en Nueva York, donde tiene seguridad y estabilidad… Ella debería quedarse en Estados Unidos para que pueda presentar su caso”, dijo el padre, identificado como Rudy Aníbal Tiul Cucul, de acuerdo con la declaración.
Más de una decena de declaraciones de adolescentes describieron el temor de regresar a Guatemala por diversas razones, incluyendo abuso y negligencia en el hogar, así como el deseo de continuar sus procesos migratorios en Estados Unidos. Dos relataron haber sido despertados en medio de la noche para ser trasladados.
“El sábado por la noche, nos fuimos a dormir como de costumbre. Pero luego alguien me despertó y me dijo que bajara al piso principal con otros niños guatemaltecos. Nos sentaron y el director me dijo que recibieron una carta diciendo que todos los guatemaltecos debían ser devueltos a nuestro país de origen”, dijo un joven de 16 años, según una declaración. “Mientras empacaba mis pertenencias personales, pensaba en todo lo que podría pasarme con tanta delincuencia en Guatemala. Me preocupaba que me mataran”.
Hay poco menos de 2.000 niños bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), de acuerdo con datos federales. La mayoría de los menores migrantes no acompañados que llegan a la frontera sur de EE.UU. son de Guatemala, Honduras o El Salvador.
La Ley de Reautorización de Protección a las Víctimas de la Trata, vigente desde hace más de dos décadas, brinda protecciones a los menores migrantes no acompañados que llegan y residen en EE.UU., incluyendo evaluaciones para determinar si son víctimas de trata o si tienen un temor creíble de persecución en su país de origen. Abogados y defensores de la niñez que trabajan con estos menores han señalado que devolver a los niños a su país para reunirse con su familia no siempre es lo mejor para ellos.
Los cierres de escuelas obligan a muchos estudiantes en zonas rurales a recorrer a diario largas distancias, en ciertos casos hasta 80 kilómetros, para acudir a una escuela.
Más de 700 escuelas y jardines de educación preescolar públicos de Grecia no abrirán sus puertas este nuevo año escolar por el fuerte descenso del número de alumnos, informó este lunes la prensa griega, citando datos del Ministerio de Educación.
De las casi 13,500 unidades escolares y preescolares operativas en Grecia el año escolar pasado, 714 no abrirán este año escolar debido a la falta de niños, señala el diario Kathimerini.
Más de 4,500 escuelas y guarderías cerraron sus puertas en los últimos seis años, con tendencia al alza.
Un tribunal federal en Estados Unidos anuló los recortes de financiación de miles de millones de dólares impuestos por la administración del presidente Donald Trump a la Universidad de Harvard.
La jueza Allison Burroughs dictaminó que el gobierno violó el derecho a la libertad de expresión de la universidad de la Ivy League (forma de denominar a ocho universidades estadounidenses conocidas por su excelencia académica) al revocar cerca de US$2.000 millones en becas de investigación.
El fallo supone una importante victoria legal para Harvard, pero la Casa Blanca prometió apelar. Cuando congeló la financiación en abril, la administración Trump acusó a la universidad de antisemitismo, ideologías de «izquierda radical» y prejuicios raciales.
Otras tres universidades de la Ivy League -Columbia, Penn y Brown- en lugar de recurrir a los tribunales llegaron a acuerdos con Trump para preservar la financiación que estaba en riesgo debido a acusaciones similares de la administración.
La jueza Burroughs, basada en Boston, escribió en el fallo del miércoles: «El Tribunal anula y deja sin efecto las órdenes de congelación y las cartas de rescisión por violar la Primera Enmienda».
Burroughs bloqueó cualquier otra suspensión de fondos federales del gobierno a la universidad, con sede en Cambridge, Massachusetts, y le prohibió retener el pago de las subvenciones existentes.
La Casa Blanca afirmó que impugnaría de inmediato la «atroz decisión» y calificó a la jueza – nombrada por el expresidente Barack Obama- de «activista» y alguien que jamás fallaría a su favor.
«Harvard no tiene derecho constitucional al dinero de los contribuyentes y sigue sin poder optar a subvenciones en el futuro», declaró la secretaria de prensa adjunta, Liz Huston.
Alan Garber, presidente de la Universidad, declaró en su sitio web que «el fallo ratifica la Primera Enmienda y los derechos procesales de Harvard».
«Seguiremos evaluando las implicaciones del dictamen, monitoreando los avances legales y estando atentos al panorama cambiante en el que buscamos cumplir nuestra misión», añadió.
«Cortina de humo»
La jueza Burroughs escribió en su dictamen de 84 páginas que Harvard debería haber hecho más para combatir el antisemitismo, que, según ella, había «plagado» a la institución en los últimos años.
«Harvard se equivocó al tolerar comportamientos de odio durante tanto tiempo», escribió la jueza.
Sin embargo, afirmó que combatir el antisemitismo no era el «verdadero objetivo» de la administración Trump al penalizar a la universidad más antigua y rica del país.
Sugirió que el gobierno había «utilizado el antisemitismo como cortina de humo para un ataque selectivo e ideológico contra las principales universidades del país».
La jueza Burroughs bloqueó cualquier otra suspensión de fondos federales del gobierno a la universidad, con sede en Cambridge, Massachusetts
Anteriormente la jueza Burroughs había bloqueado los esfuerzos de Trump para impedir que Harvard reciba estudiantes internacionales.
La universidad demandó a la administración Trump por la congelación de fondos en abril, a la vez que se comprometió a combatir el antisemitismo.
El presidente de Harvard afirmó que ningún gobierno «debería dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quiénes pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden desarrollar».
Trump también amenazó con revocar la exención de impuestos de Harvard y tomar el control de las patentes de la universidad derivadas de la investigación financiada con fondos federales.
El gobierno ha estado negociando con Harvard un posible acuerdo para descongelar los fondos federales. Trump dijo que quiere que la universidad pague al menos US$500 millones.
Universidad de Harvard
Pie de foto,Alan Garber, presidente de la universidad, declaró en su sitio web que «el fallo ratifica la Primera Enmienda y los derechos procesales de Harvard
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